Mostrando entradas con la etiqueta Obama. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Obama. Mostrar todas las entradas

junio 02, 2018

Starbucks, Roseanne y los prejuicios implícitos


Todos tenemos algún tipo de prejuicio en razón de raza, género, nacionalidad o estatus. Es difícil no etiquetar a los demás. Vivimos y aprendemos en sociedades prejuiciosas. Completemos estas frases: Todos los musulmanes son… Las mujeres con minifaldas no pueden quejarse que… Todos los argentinos son… Todos los inmigrantes ilegales cometen… Los empresarios son…

Muchos estereotipos están incorporados al subconsciente, son implícitos como los define la psicología social. Afloran o los disparan ciertas experiencias. El intríngulis no radica tanto en tenerlos, sino en cómo dominarlos. Al exteriorizarlos se suele ofender y caer en actitudes racistas, discriminación y odio, generándose graves consecuencias.
A mediados de mayo se viralizó el video de un abogado que explotó en contra de dos empleados de un restaurante en Nueva York que hablaban en español. Amenazó con denunciarlos y hacerlos expulsar del país. Ni siquiera sabía si eran indocumentados o ciudadanos nacionalizados.

Estereotipos así no son nuevos. Eran más frecuentes en otras épocas con menos apreciación de la diversidad y respeto por los derechos humanos. La ventaja ahora es que tienen más difusión gracias al internet y las redes sociales, fiscales públicos de nuestro tiempo.

Pese al acoso y la ofensa que generan los prejuicios explícitos, vale reconocer que también sirven para crear espacios de debate y aprendizaje social, generándose, a veces, cambios positivos en las políticas públicas. Lo demuestran los movimientos por los derechos civiles, la igualdad de la mujer y de personas con distinta orientación sexual, que se afirmaron tras severas crisis de racismo y desigualdad. Es decir, una mayor inclusión social surge después de una crisis de exclusión.

Esa evolución positiva, aunque no siempre concluyente, se vivió esta semana en EEUU con dos episodios distintos. Starbucks decidió cerrar sus ocho mil locales para impartir un curso sobre tolerancia racial a sus empleados, mientras que la cadena ABC/Disney despidió a la comediante Roseanne Barr por un tuit en el que defenestraba a una ex asesora de origen iraní del ex presidente Barack Obama.

La cadena televisiva canceló la exitosa serie revival de Roseanne, tras calificar la actitud de su protagonista de “abominable, repugnante e incompatible”.  El tuit de Roseanne, además de denigrar el origen musulmán de la ex asesora, era un tiro de elevación a la ex pareja presidencial y, en su defecto, a todos los afroamericanos “Si los hermanos musulmanes y el planeta de los simios tuvieran un hijo: vj”.

Obama ha soportado descalificativos similares cuando fue Presidente, pero el de Roseanne cobra relevancia porque proviene de una figura pública que en la realidad y la ficción se profesa fanática de Donald Trump. Algunos analistas también observan que este episodio esconde otro prejuicio implícito, el que la cadena se haya desprendido de una figura que no comulga con lo políticamente correcto. Y en ese tema irresuelto del racismo, incrustado en el consciente y subconsciente colectivo, surgen críticas de que se mide con distinta vara a las personas según su aspecto más allá de delitos similares. Ejemplo: violador en serie, el comediante afroamericano Bill Cosby, con el acosador en serie, el productor caucásico Harvey Weinstein.

Los problemas se retuercen aún más, cuando las etiquetas son exteriorizadas por personas que por su función social y el mimetismo que pueden generar deberían tener mayor cuidado y responsabilidad. El presidente Trump es uno de los primeros que salta a la mente en este rubro. Sus tuits diarios son una fuente inagotable de expresiones prejuiciosas que generan reacciones. Puede llamar “animales” a los pandilleros juveniles, “violadores y asesinos” a los inmigrantes mexicanos, como “pozos de mierda” a países en vías de desarrollo.

Aunque en cuestiones de estereotipos el Presidente no aparenta que abrazará cambios manteniendo su impunidad de expresión irresponsable, son reconfortantes las experiencias como la de Starbucks. La media jornada de formación anti racial, aunque también haya tenido la intención de minimizar el daño económico, suma al aprendizaje colectivo sobre el racismo y la tolerancia. Transforma un prejuicio implícito o explícito en conductas y actitudes positivas. trottiart@gmail.com

septiembre 30, 2009

Chicago, Río, Tokio o Madrid

Este viernes se develará quien tiene más fuerza, si Obama, Lula, el Rey Juan Carlos o el primer ministro japonés para que sus ciudades sean escogidas como sede de las Olimpíadas del 2016.
Tuve la oportunidad de visitar las cuatro ciudades – y con mi mujer las caminamos en todos los detalles de sus puntos cardinales - y cada una presenta sus atractivos magníficos, ventajas y debilidades, más allá de las condiciones políticas que jugarán muy fuerte en el comité de elección. Será difícil arrebatarle a Estados Unidos la sede, teniendo en cuenta que el propio presidente Obama y su esposa estarán en Copenague, aunque claro, ahí también se dará cita el Rey para cinchar por su Madrid.
Madrid, tal vez la más linda ciudad de todas, por lo que además representa estar situada a solo un par de horas de otras capitales europeas, debería ser la que más rápidamente se descarte teniendo en cuenta que en el 2012 los juegos se harán en Londres. Tokio, la más moderna y espectacular de todas las ciudades en competencia, está en el continente de los últimos juegos de China, y Río, más allá de su espectacularidad, presenta un cuadro de seguridad espeluznante, con una favelas en donde la mafia del crimen organizado lo domina todo, aunque tiene la ventaja de representar a una Sudamérica que jamás fue anfitriona de los olímpicos. Queda la ciudad de los vientos, en el estado del que fue senador Obama, majestuosa y sofisticada como ninguna otra de los Estados Unidos, aunque con cierto problemas de fondos públicos para sostener unos juegos que son carísimos por el solo hecho de tener la obligación de estar a la altura de los chinos.
Más allá de que cualquiera de las cuatro serían anfitrionas de gran valía, mi pálpito es que Chicago se llevará la sede por un contexto político favorable con el carisma de Obama a nivel internacional. Diferente hubiera sido si todavía George Bush comandaría el país.

enero 24, 2009

Un nuevo liderazgo

El mundo está sediento y hambriento por tener un líder. Una persona carismática, con visión, capaz de inspirar una transformación y con objetivos destinados a conseguir paz, desarrollo y bien común. Es difícil encontrar personas con todos esos atributos. Piense en alguien. Quizás su memoria reviva personajes desaparecidos, siempre ligados a lo espiritual y la no violencia, como Juan Pablo II, Ghandi, Madre Teresa o Martin Luther King. ¿Pero en el presente…?

En este mundo tan dividido por intereses económicos, territoriales y religiosos, no es fácil que un líder satisfaga por igual a tantas culturas, credos y razas. Sin embargo, por esas ansias de buscar un líder, muchos creen ver en Barack Obama las condiciones necesarias para llenar ese vacío. Tanto en la campaña electoral como en el período de transición, Obama demostró cualidades de buen dirigente: sentido de estrategia, excelente comunicación, aplomo y energía, integridad y capacidad para influenciar a otros.

La percepción positiva del público lo respalda. Según un sondeo antes de Navidad, ocho de cada 10 estadounidenses piensa que Obama inspira, que alcanzará sus metas y será un líder enérgico. Sin embargo, lo importante no es la credibilidad interna lo que realza su figura, sino la confianza a nivel internacional. Muchos pronostican que el nuevo presidente logrará provocar una mejor percepción del país con su estilo diplomático, dando prioridad a políticas persuasivas por sobre estrategias militares.

Existe una expectativa muy grande sobre los cambios y su estilo. Su imagen positiva, agigantada por la prensa, fue potenciada por el contraste con George Bush, a quien el 75% de los estadounidenses también desearía asestarle un zapatazo. La pasión que Obama despertó en distintos rincones del planeta no se debió solo a sus cualidades innatas, sino que al reclamar cambios y desafiar el status quo de Washington, capitalizó simpatías por encarnar sentimientos anti estadounidenses, que suelen ser azuzados por gobiernos extranjeros que ven arrogancia en EE.UU. cuando trata de imponer democracia, en vez de solo promoverla.

Todo ello sumado a las características híbridas de Obama, reflejadas por su raza, su orfandad, sus vivencias en distintas creencias y países. Esas particularidades le han valido convertirse en símbolo y aspiración de minorías postergadas en el mundo que ahora se sienten representadas, como alguna vez creyeron estarlo en Brasil o Polonia con la elección de un sindicalista, en Bolivia o Perú con un indígena o en Argentina o Chile con una mujer.

Aunque las urgencias le demanden dedicarse a cumplir promesas económicas como rescatar la confianza y crear empleos, la expectativa por su liderazgo más humano será alcanzada según consiga restaurar los derechos civiles. Cerrar Guantánamo y sus prácticas, limitar la invasiva Ley Patriótica, retirar soldados, blanquear a millones de indocumentados y aportar ayuda financiera y humanitaria a países en desarrollo, será la vara de medición a la que deberá atenerse.

Su buena estrella es probable que empiece a perder luminosidad a medida que vaya impartiendo órdenes ejecutivas que no siempre serán populares o las más adecuadas en el extranjero, ya que como Presidente – además de emérito profesor constitucionalista – sabe que su mandato constitucional es defender a toda costa los intereses nacionales estén donde estuvieren. Terminar la guerra en Irak será popular, aumentarla en Afganistán no y empezar en otro lado, peor aún. Todo esto sin contar desafíos previsibles y sorpresivos a nivel interno en los que se jugará su fama cada vez: ataques terroristas, deflación, desempleo, mayor déficit y estímulos billonarios insuficientes.

Obama sabe que nadie se conformará con un buen gerente o administrador, porque se busca un líder y se espera que actúe en consecuencia. Es consciente de la mayúscula expectación que generó, por eso el 4 de noviembre al celebrar la victoria, habló de un “nuevo amanecer” del país, no sustentado en el poderío o la riqueza, sino en los valores: “democracia, libertad y esperanza”.

Años atrás cuando ni soñaba con la Casa Blanca, el entonces senador, al iniciar el ciclo lectivo en una universidad de Virginia, desafió a los estudiantes de cara al futuro: “¿Cuál será tu lugar en la historia?”. A partir de ahora, él mismo deberá construir la respuesta.

enero 21, 2009

¡Por fin! y ¿Podrá?

La forma más ingeniosa de haber despedido desde el periodismo a George W. Bush y recibido a Barack Obama fueron los titulares del diario La Jornada de México. El 19 de enero su titular de portada exclamó ¡Por fin!, mientras que el 20 de enero preguntó ¿Podrá? Ambas portadas sostuvieron sus titulares con respectivos collages de los dos políticos. Ediciones de colección.
En México, donde estamos impartiendo un seminario sobre seguridad para periodistas y free lancers entre la SIP y la fundación londinense Rory Peck, las expectativas sobre Barack Obama son muy altas. El hecho de que Felipe Calderón haya sido el único mandatario que se reunió con Obama antes de que asumiera, fue tomado como un gesto de orgullo y de deferencia para un país que comparte quizá una de las fronteras más calientes, peligrosas y complejas del mundo.
El narcotráfico que se está expandiendo como mafia a otros negocios normales como a la comercialización de productos piratas, de carne de pollo, de camarones, de venta de autos y que de igual manera sigue infiltrándose en los estamentos de poder, es el mayor desafío que enfrenta el gobierno nacional. La zona de 3.200 millas de frontera entre ambos países es sumamente violenta y donde prolifera la corrupción. Y ambas cosas suceden a ambos lados y si bien del estadounidense está más morigerado los titulares de los diarios muestran que el narcotráfico no deja de expandirse, ayudado por policías, agentes aduaneros y de inmigración que se tientan y permiten que las drogas, el contrabando humano y el crimen de todo tipo fluyan con naturalidad.
Los periodistas a ambos lados de la frontera no la pasan bien. Los medios de comunicación son la caja de resonancia de una violencia que el Estado no puede resolver y que en estos últimos años viene creciendo sin parar. Se le atribuye al crimen organizado asesinatos por más de 5.300 en el 2008 y secuestros que se suman más del doble que en el año anterior. El número de periodistas asesinados también se duplicó siendo el país con el mayor número de todo el continente.
Los periodistas han optado por la autocensura como medida inmediata para auto protegerse, y como los negocios del narco se expanden los periodistas se sienten cada vez más inseguros y los temas de la autocensura se van cobrando el color de una onda expansiva. Solo se registran los hechos que registran los partes policiales y algunas acciones de evidente muestra pública que son parte de la crónica roja, lo que es suficiente para inundar las páginas de periódicos y noticieros de radio y tv. Pero las investigaciones sobre asuntos del narco y del crimen organizado, destapar la olla, ya no es una tarea saludable.
La autocensura es una medida justificada, y una estrategia de corto plazo. A largo plazo si este tema se hace perenne se corre el riesgo de que el periodismo pierda su esencia y la gente empiece a desconfiar cada vez más, y esa falta de credibilidad creerá un círculo vicioso que podrá implotar al periodismo. Un desafío que el periodismo deberá resolver en lo inmediato para poder acompañar a un Estado que estará cada vez más decidido a combatir el delito con el apoyo ahora de un gobierno estadounidense que está dando señales que el problema también le pertenece.

enero 20, 2009

Esperanzas, urgencias, desafíos

Hoy es un día histórico para EE.UU. y para el resto del mundo, ya que se ha depositado una confianza incomparable en la figura del flamante presidente Barack Obama quien – milagrosamente quizás y por la ayuda de la decadencia de George W. Bush – ha capitalizado las esperanzas de todos, incluso hasta de los anti estadounidenses, porque ven en él al primer personaje que ha desafiado el status quo de Washington y a la historia misma.
Este primer presidente afroamericano no la tendrá fácil a partir de hoy. Las urgencias son muchas y se espera que las resuelva. La crisis económica global que EE.UU. ha desencadenado en todo el mundo y las dos guerras impopulares de Irak y Afganistán son dos urgencias a resolver, además de otros conflictos internos y de mala imagen que el país proyectó con Guantánamo y la supresión de derechos civiles y el resquebrajamiento de los procesos judiciales. Pero las urgencias no acaban ahí, este mismo año Obama deberá regresara a reuniones del G-20, de la Otan, de la ONU y buscar de hacer relucir un liderazgo que se espera sea más diplomático que antes. A nivel interno hay otras urgencias que deberá corregir, como un sistema de salud ineficiente, un trato inmigratorio criticable y varias reformas económicas que tendrán que hacer más transparentes la forma en que se están gastando los rescates millonarios dados a bancos y automotrices.
No por esas urgencias podrá dejar de ver lo importante, donde realmente descansan los grandes desafíos. El narcotráfico empuja cada vez más desde la frontera sur con México y deberá encarar planes con aquel país, del que también pende mucho del bienestar a través del Tratado de Libre Comercio, el cual debería extender por varias regiones de América Latina que espera un mejor trato. Las energías renovables y alternativas son su otro reto mayor, así como derribar la burocracia y la corrupción de los sistemas políticos sobre los que prometió activar y desterrar respectivamente durante su campaña.
Barack Obama tiene un muy buen porvenir. Como nunca antes casi todo el mundo está expectante y a la espera de que sea un buen líder. Tiene una oportunidad histórica y es la primera vez tal vez que hasta los anti estadounidenses le permiten a EE.UU. y al presidente número 44 tener un marco de confianza razonable para trabajar. A partir de hoy se empieza a escribir una nueva historia.

enero 18, 2009

Obama: esperanza y preocupación

Hace décadas que el país no vivía una efervescencia tan grande como la que se está experimentando de cara a la asunción este martes de Barack Obama. La esperanza es mayúscula ya que se trata de empezar un nuevo capítulo para el mundo, en un país que ha sido vilipendiado por doquier últimamente debido a su desacierto en materia económica y política exterior.
Quizá la expectativa que se ha creado para este martes pueda ser comparada a la que ocurrió cuando asumió Ronald Reagan quien si bien su estrella era diferente, su popularidad electoral se engendró por su brillo hollywoodense, más que por otra cosa, aunque luego de su Presidencia todos coincidieron que dejó un liderazgo que nadie pudo llenar.
Pero esta nueva Presidencia es aún más especial, porque se trata de un hito histórico para la humanidad, la toma de poder del primer negro como presidente e un país que el racismo no está desterrado y donde apenas 50 años atrás todavía se discriminaba por ley a los afroamericanos.
Hasta ahí la esperanza para un Obama que ayer hizo el mismo recorrido que Abraham Lincoln en tren desde Filadelfia hasta Washington DC., tratando de impulsarse de los símbolos de la historia hacia adelante.
Más allá de esa genuina esperanza por su liderazgo, el hecho de haber traído de la historia a Lincoln también deja una preocupación. Muchos lo saben y especialmente el servicio secreto que tendrá que lidiar de ahora en más con los maníacos internos o fundamentalistas externos que querrán que Obama tenga el mismo destino que su ídolo, Lincoln o el otro presidente también asesinado, John Kennedy.
La seguridad será extrema durante todo su mandato no solo por razones étnicas sino por el futuro que le espera a un Presidente estadounidense que tratará, como su predecesor, de seguir combatiendo el terrorismo.

enero 16, 2009

Esquivando zapatos

El presidente George Bush se despidió anoche después de ocho años en la Casa Blanca tratando de esquivar zapatos que le hubieran querido tirar, como el periodista iraquí, muchos estadounidenses y ciudadanos de todo el mundo.
Su imagen quedó por el suelo después de dos guerras muy impopulares y un descalabro económico para el cual los Republicanos son acusados de no haber regulado o controlado. Bush, a pocos meses de su mandato, y tras subir en el 2000 habiendo perdido las elecciones populares pero ganándole a Al Gore por el Colegio Electoral, había tenido los mejores ratings de popularidad que un presidente puede tener. Ello se debió a las simpatías que había despertado él y el país tras el atentado de Septiembre 11 de 2001.
Luego vinieron los infortunios que empezaron con grandes acusaciones sobre si había o no armas de destrucción masiva en Irak y la invasión a ese país que hasta ahora lleva una friolera de más de 60 mil víctimas iraquíes y casi 4 mil de soldados estadounidenses. En aquel entonces, sin embargo, los Demócratas que tanto acusaron a Bush y su partido, acogieron con unanimidad el tema de la invasión y otras políticas agresivas de la diplomacia estadounidense. Es decir, Bush no actuó solo y sin el consentimiento de la comunidad internacional aunque desoyó pedidos de la ONU en ese sentido.
El legado de Bush, de haber “actuado bajo mi conciencia”, no es muy popular, aunque en las elecciones pasadas John McCain sacó solo 7 millones menos de votos que Obama, lo que implica que el país siguió votando por los Republicanos y que tal vez piensen, como Bush, que sus políticas agresivas han protegido al suelo estadounidense de otros ataques terroristas.
Para muchos, el hecho de que no se haya atrapado a Osama Bin Laden y que se ha torturado a terroristas en Guatánamo sin proceso judicial, son cosas inauditas s para un gobierno norteamericano.
Bush dice que la historia sabrá acomodar el servicio que él brindó al país. Es verdad, el tiempo siempre acomoda las cosas. Especialmente podrá ser contrastado y observada su presidencia en perspectiva con lo que irá haciendo el próximo presidente Barack Obama. Si hay un nuevo ataque terrorista contra el país o algún otro reto de envergadura, todos compararán con lo que hizo Bush y de ahí podrán subirlo o bajarlo de un pedestal.

enero 10, 2009

Ahorrar o consumir: ¿en qué quedamos?

A diferencia de la fábula de Jean de la Fontaine que enseña a prevenir y ahorrar como la hormiga para un futuro feliz; los gobiernos piden que vivamos como la cigarra, opíparamente y despilfarrando, convencidos que el consumo desenfrenado generará mayor producción, empleos y estabilizará la economía.

Desde que la crisis económica se fue expandiendo y ningún gobierno la pudo negar o disimular, se han instrumentado varias medidas para remediarla: rescates millonarios de bancos fundidos; estatización de empresas; reducción de tasas de interés; así como devolución de impuestos e incentivos para comprar automóviles y otros bienes, con la intención de que la circulación de efectivo provoque el saneamiento de la economía y restaure la confianza del consumidor, el bien más volátil.

Las medidas - desalentadas además por el subibaja de las bolsas, la inflación, el desempleo y el desenlace de atajos piramidales fraudulentos como el colombiano o el estadounidense de Bernard Madoff - todavía no engendraron grandes cambios ni beneficios, sino mayor incertidumbre. En EE.UU., la economía más grande y consumista, se registró este fin de año un índice de desconfianza récord, precipitando las ventas generales en un 8%; mientras que disminuyó el ingreso y aumentó la pobreza en casi todas las ciudades del país, según estableció el nuevo censo que midió la economía de esta última década.

Como el panorama no cambió, las autoridades se vieron obligadas a ser más creativas. Muchas imitaron a las australianas ofreciendo mejores garantías a los depósitos para captar ahorros y generar crédito, y otras cambiaron políticas de consumo cortoplacistas, por otras de más alcance como la construcción de obras públicas para generar empleos. Así, Barack Obama anunció planes de recuperar tres millones de puestos de trabajo mediante infraestructura, tanto para construir autopistas de cemento como virtuales, dejando en segundo plano políticas de George Bush para fomentar consumo mediante devolución de impuestos, lo que no surtió efectos deseados.

En América Latina, Brasil fue uno de los primeros países en incentivar el consumo con una campaña pública, un error que según la agencia Bloomberg, tuvieron antes EE.UU., Gran Bretaña y Canadá, que aconsejaron lo mismo tras el 11 de septiembre, lo que finalmente derivó en la burbuja y la mayor crisis desde 1929.

Tal vez esa experiencia fue la que motivó, después de negar la crisis y en menos de lo que canta un gallo, a Luiz Inacio Lula da Silva, Cristina de Kirchner, Michelle Bachelet, Felipe Calderón, Alan García y otros presidentes latinoamericanos, anunciar mega planes de obras públicas y pedir a los ciudadanos que gasten en autos, casas y viajes. India, China, Rusia y la Comunidad Europea también mostraron las mismas iniciativas tras rescatar a sus empresas, reducir impuestos, incentivar el gasto y tratar de mantener las exportaciones.

Más allá de todas las fórmulas, la crisis actual ha demostrado a los ciudadanos y sus gobiernos que consumir o gastar en abundancia sin el respaldo suficiente es, en definitiva, generar deuda y ruina segura. Vivir mejor hoy, como la cigarra, es hipotecar el futuro. Una regla básica muestra que lo que se gasta en bienes de consumo, si bien se disfruta, se desperdicia; mientras lo que se ahorra, termina en inversión.
Los gobiernos no han motivado aún la cultura del ahorro, tal vez porque necesitan beneficios repentinos. Sin embargo, economistas menos exitistas defienden la función trascendente del ahorro en la economía, ya que no se trata del mero acaparamiento del dinero o sacarlo de circulación, sino una trasferencia de poder de compra del ahorrista a otros individuos, mediante la generación de crédito. El ahorro genera así consumo a corto plazo y mantiene el potencial de la inversión a la larga, por lo que es un capital doblemente beneficioso. En realidad, ahorrar es una forma saludable de gastar.
En el 2008, en cuestión de meses, hemos pasado de un marcado crecimiento a una profunda depresión, por lo que sería prudente tomar el 2009 con calma, previniendo y ahorrando como la hormiga. El hombre más rico del planeta, Carlos Slim, lo aconsejó así en una carta a sus empleados: gasten menos, ahorren lo más posible, mantengan el dinero en los bancos y desactiven las tarjetas de crédito.

diciembre 27, 2008

El dúo dinámico

Así como Batman y Robin siempre fueron los más populares de Ciudad Gótica a la que supieron sacar de sus crisis continuas, Barack Obama y Hillary Clinton fueron considerados los dos personajes más aceptados y populares de 2008 que expira por el público que los votó tras un sondeo de Gallup.

Obama sacó el récord de 30 puntos porcentuales en la encuestas no tan solo por haber sido elegido presidente, sino por el coraje que ha tenido desde el 4 de noviembre hasta ahora para comandar un período de transición que terminará el 20 de enero. El 75% de la gente aprobó su liderazgo pre presidencial.

Por parte de las mujeres, la senadora Clinton que es electa al puesto de canciller del gobierno estadounidense sacó el más alto puntaje venciendo en popularidad a la gobernadora de Alaska Sarah Palin, a Oprah Wingrey que quedó en tercera y a Michelle Obama en quinto puesto. Cuando su imagen parecía destruida después de la cerrada elección primaria que perdió contra Obama y de que pasaría el resto de sus días es la oscuridad de su senaduría por Nueva York sin posibilidad alguna, el nombramiento como primera embajadora de EE.UU. la devolvió al primer escaño de popularidad como en sus seis reina dos anteriores consecutivos hasta la fecha.

¿Y qué significa esto? Nada, es sólo una percepción de la gente sobre popularidad. Después de todo el presidente George W. Bush también lideró esta categoría para caer luego en forma estrepitosamente. La gente no como gato por liebre. Si el dúo dinámico no alcanza logros importantes como aumentar el empleo, apaciguar la crisis y los conflictos internacionales en sus primeros tres meses en el gobierno, demostrando en esos terrenos una tendencia favorable, los porcentajes de popularidad no significarán absolutamente nada.

diciembre 01, 2008

Contradicciones de Obama y Chávez

La semana empieza bien, pero en materia de contradicciones. Barack Obama descuartizó literalmente a Hillary Clinton durante las internas del Partido Demócrata, al punto de calificarla “no apta” para los asuntos internacionales en caso de obtener la nominación y la presidencia estadounidense. Se mofó de ella, cuando Hillary Clinton mintió que al llegar a Bosnia se había agachado en la escalerilla del avión para llegar a salvo a la terminal del aeropuerto para esquivar las balas, haciendo ver que había estado involucrada en las relaciones exteriores del país.

Hoy, Obama nombrará a Clinton para suceder a Condoleeza Rice al frente del departamento de Estado, su equivalente al Ministerio de Relaciones Exteriores del país. Más allá de la contradicción, creo que Obama tiene un acierto para unificar a su partido y dar a la Presidencia una persona confiable para los gobiernos extranjeros. Sin dudas, no habrá un cambio dramático de política exterior de parte de Estados Unidos, ya que Clinton como Obama encarnan los valores democráticos del páis y defenderán los intereses estadounidenses estén donde estén. No por nada, los terroristas de “alcaeda” ya han daqdo un ultimátum a Obama.

Por su parte, Chávez sigue siendo el Chávez de siempre, aunque un poco más sin vergüenza. Ayer, en su alocución obligatoria dominical encadenada, dio luz verde a su partido para buscar el cambio constitucional para volver a ser reelegido “de por vida”, algo que los venezolanos vetaron el 2 de diciembre pasado cuando más del 50% le negó esa reforma. En aquel entonces, Chávez dijo que no buscaría la reelección y que trabajaría duro por los años que le quedaban hasta el 2013.

Ayer, riéndose de los comicios actuales en que los opositores ganaron cinco gobernaciones y alcaldías enormes como la de Caracas y Maracaibo, y diciéndoles que quieren gobernar de espaldas al país, dijo que estaba convencido que “debe haber Chávez” para siempre, demostrando su carácter autocrático. Pobre Venezuela, tener un gobernante que ni siquiera escucha el clamor de las urnas.

noviembre 30, 2008

Gobierno interactivo

Barack Obama inauguró en la campaña política una nueva forma de hacer política: la utilización de las nuevas tecnologías de la información para diseminar su mensaje por un “cambio”, juntar dinero, hacer propaganda y unir voluntades a su estrategia. Nada dejó al azar, todos sus movimientos y mensajes fueron pasados en mensaje de texto a los celulares de sus acólitos, se mostró como nadie en YouTube, y todo su potencial lo desplegó en su página de internet.

En un artículo del The New York Times, se adelanta ahora, por lo que ha salido en su página sobre la transición gubernamental change.gov, que Obama trasladará su estrategia cibernética a la Casa Blanca a la que ya se le agregó el 2.0, significando que será su gobierno el más interactivo de toda la historia. Su idea es no desperdiciar la experiencia de campaña con todas las simpatías recogidas en su interacción con sitios en la red, blogs o diarios en línea y redes sociales.

Se prevé que tiene millones de personas registradas que pueden convertirse en una fuerza de choque tremenda cuando trate de usar esa influencia de pueblo contra los legisladores reacios a no votar a favor de sus leyes. Sin dudas, será una herramienta de lobby sin comparación.

Change.gov muestra ya bastante de lo que vendrá. Con solo visitar la página se pueden observar comunidades de opinión detrás de temas importantes para Obama, como la cuestión de la salud y otros que emergen de la actualidad cotidiana.

Diversidad y pluralidad son palabras que como lemas han acuñado muchos políticos durante las campañas, pero no las han podido poner en práctica durante sus gestiones de gobierno. Sin embargo, la interactividad del internet y la participación masiva que permite, pueden hacer que aquel mañoso adagio de que la democracia es del pueblo y para el pueblo, sea, a partir de ahora, una potencial realidad.

noviembre 12, 2008

Obamanía: imágenes y percepciones

La victoria impresionante de Barack Obama este 4 de noviembre es histórica en muchos sentidos, no solo porque ganó en Estados Unidos sino en el mundo entero. Rompió paradigmas y estereotipos. Impuso récords y superó pronósticos.
El senador por Illinois ha merecido adhesiones de gobernantes con ideologías de A hasta la Z, y ha cosechado simpatías de las masas que lo vitorearon y celebraron en la Kenia de su abuela paterna, y en pueblitos de China, como de Japón, Líbano, Brasil o México.
No hubo portada de diario ni editorial, ni sitio de internet, ni cadena de televisión en cada continente que se haya resistido a la obamanía. En gran medida, la buena imagen creada sobre el Presidente electo, ha servido para profundizar y castigar la percepción negativa y decadente de George Bush.
Obama se ha transformado en una marca. La fuerza de sus palabras lo han convertido en un natural encantador de masas. La proyección de una personalidad equilibrada, sobria e inteligente y el apoyo de un aparato propagandístico soberbio, lo transformaron en un ícono casi a la altura de lo que representan Juan Pablo II o Lady Di, aunque con la particularidad sorprendente de que aún no hizo mucho en su corta carrera, que sólo ganó procesos electorales, y a que le restan tres meses para su primera orden ejecutiva.
La potencia y atracción que genera la imagen de Obama en el mundo no es por lo que hizo o creó, sino por la expectativa de lo que hará. En el exterior, su elección despierta la esperanza de que Estados Unidos reformará su liderazgo, borrando estos años en que se tejieron dos guerras y una crisis financiera con devastador efecto dominó. En lo interno, la expectación es restablecer el crédito, crear empleos, evitar que la recesión sea profunda y fortalecer la seguridad ante el terrorismo.
No se puede negar la inteligencia de Obama y la de su equipo para crear su aureola. Fue exitoso en desafiar al “establishment” de Washington y alimentó su campaña con promesas tangibles. Pero su virtud mayor fue la forma de hacer política, modificándola totalmente en el proceso. Si bien se benefició del apoyo de la prensa tradicional, utilizó con éxito las nuevas tecnologías encandilando a jóvenes que lo vieron por YouTube, lo leyeron en sus celulares con mensajes de texto, lo chatearon en Facebook y lo inundaron de donaciones de entre 5 y 10 dólares cada una, con lo que desplegó la campaña política más costosa y efectiva de la era moderna, permitiéndole derribar rivales de talla como Hillary Clinton y John McCain.
Más allá de la creación de la imagen, gracias a su natural condición étnica - no por los hechos, ya que lo había desafiado Jesse Jackson por su indiferencia a enarbolar los principios del movimiento de los derechos civiles de la década del 60 y fue manchado por el racista pastor Jeremiah Wright - Obama encarna la esperanza para morigerar el racismo y la discriminación de las minorías, dando así continuidad a las luchas que eternizaron Martin Luther King, Malcolm X, Rosa Parks y el mismo Jackson, personajes a los que incluso ya sobrepasó en notoriedad y popularidad.
Los desafíos para Obama son grandes y no sólo están basados en la realidad de una crisis económica e internacional apremiante. No se podrá dar el lujo que tuvieron otros presidentes electos de tener una transición parsimoniosa. La reacción de los mercados de estos primeros días demuestra que aunque las imágenes pueden ser positivas y reflejar optimismo, todo se mueve de acuerdo a las percepciones y, en este caso, a la perspectiva de cambio, principal lema de su campaña. En una época perturbadoramente acelerada, se pretenden cambios repentinos.
Obama lleva un lastre muy pesado, porque más allá de la realidad que tiene que enfrentar, su imagen se ha sobredimensionado casi hasta una idolatría mesiánica e irreal. Como cualquier producto del marketing, el éxito y la lealtad a la marca dependerán de cómo podrá satisfacer las expectativas creadas.
Lo importante, sin embargo, es que la obamanía mundial representa un voto de confianza para él y para el país, y existe la esperanza de que el cambio se proyecte más allá de las fronteras.

noviembre 03, 2008

Al fin... ¿Obama o McCain?

Parecía una carrera interminable, pero en un par de horas empieza el día decisivo. Después de más de un año y medio y de estar expuesto a tanta propaganda, análisis e información, sabremos quién será el Presidente. Se augura un resultado aproximado para mañana a partir de las cinco de la tarde

Hay mucho más en juego que Obama o McCain. Además de la renovación de la Casa Blanca, podrá haber cambios sustanciales en los 435 asientos de la Cámara de Diputados, en 33 puestos del Senado, mientras que 11 estados tendrán nuevos gobernadores. Aquí en mi distrito en el Sur de la Florida, también tuve que votar sobre la permanencia de varios jueces, administradores para el condado, sobre el casamiento de personas de un mismo sexo, sobre si los concejales deberán seguir ganando 5.000 dólares o tener un salario de algo más de 95 mil y si la universidad comunitaria podrá contar con más dinero.

La Florida es un estado privilegiado. Siempre ha sido, para bien o para mal, deseado por todos, ya que representa el 10% de los 270 votos que se necesitan en el Colegio Electoral, de 538 miembros, para ganar las elecciones. California tiene 55 electores, siendo el estado más poblado del país, pero muchas veces, debido a la diferencia horaria de tres horas con el Este del país, las elecciones suelen estar definidas. El número de electores de un estado es el equivalente a la suma de diputados y senadores federales que tiene, a lo que se suman tres del Distrito de Columbia, la capital, que no cuenta con representantes nacionales.

La importancia de la Florida es crucial por ser uno de los estados que junto a Ohio, Michigan, Colorado y Pennsylvania suelen cambiar mucho de bando. Por eso Obama y McCain están terminando su campaña en estas tierras; Obama en Jacksonville, un área muy republicana, y McCain en Tampa Bay.

Pero esta vez puede ser diferente. El Partido Demócrata consiguió registrar mucha más gente que el republicano y durante las elecciones anticipadas de estos últimos 15días, se calcula que votaron 300.000 personas más de los Demócratas. Los Republicanos esperan que este martes, los indecisos cuenten a su favor, de lo contrario pueden perder el estado de la Florida al que siempre necesitaron desde 1924para entrar a la Casa Blanca.

Esta campaña ha sido histórica y este martes lo será aún más. Se calcula que más de 130 millones de personas votarán y que los indecisos, un gran número todavía, pudieran dar la vuelta a estas elecciones que favorecen a Obama.
Democracia a pleno.

noviembre 02, 2008

Voté por John McCain

No esperé hasta el martes. Después de meses de leer, mirar y escuchar noticias, encuestas y análisis, preferí votar anticipadamente este fin de semana. Tras cinco horas y media de cola deposité mi boleta en la biblioteca pública de Miami Lakes. Toda una fiesta democrática.

Si me hubiese dejado guiar por la lógica, por la prensa, por las encuestas, por lo que se dice en el mundo entero, hubiese tenido que votar por Barack Obama. Sin embargo, Obama no representa lo que son mis convicciones ideológicas – las que redescubrí en estos meses - por eso tuve que sufragar por ideas más conservadoras, a pesar de que tuve que luchar un poco internamente, debido al lastre o al mal manejo que de ellas ha hecho el presidente George W. Bush en los últimos años.

Gane quien gane creo que cualquiera de los dos son excelentes personas, sabrán defender los intereses del país y terminarán haciendo un excelente trabajo. No creo que Obama tendría una administración socialista que busque redistribuir la riqueza al estilo de lo que se idealiza en otros países, ni que McCain sería la continuidad de Bush o que es culpable de la crisis porque votó el 90% de las veces a favor del actual Presidente; creo que esos aspectos son parte de estrategias que le han servido a los dos para hacer contra propaganda.

Tampoco me importa que uno sea joven e inexperto o el otro sea más viejo y saludable, ni que Sarah Palin o Joe Biden tendrían una carga difícil de sobrellevar si les toca asumir la Presidencia. Pienso que hubo una presión constante de la prensa a la que por ser más liberal, le resulta más fácil opinar en contra de los republicanos.

De todos los temas que han tratado ambos candidatos, hay tres que sobresalen y que me llamaron la atención por sobre los demás. Dos de ellos, porque han hablado hasta el cansancio y el tercero porque lo omitieron olímpicamente: la economía o la crisis financiera; la política exterior o la guerra en Irak y Afganistán; y la inmigración o qué hacer con los doce millones de indocumentados.

Economía: Obama se muestra mucho más proteccionista, cerrando las fronteras y volviendo al “Made in America”. McCain favorecerá los tratados de libre comercio y de esa forma ayudará a las economías de América Latina. Sobre el tema impositivo los planes no son muy diferentes y ambos respaldaron el plan de rescate para la crisis financiera sobre la que nadie puede acusar sólo a Bush, ya que el Congreso de los últimos ocho años también debe cargar con esa culpa.

Guerra: Obama está favoreciendo una retirada de tropas de Irak y las redirigiría hacia Afganistán; y se permitirá hablar sin condiciones con los líderes autoritarios o dictadores; mientras que McCain demorará el retiro de las tropas y mantendrá una política más dura con los dictadores, poniendo condiciones, como la liberación de presos políticos, antes de sentarse en la mesa de negociaciones.

Inmigración: Ninguno de los dos ha sido muy explícito por temor a desbandar a gente de su propio partido. Seguramente en el 2009 cualquiera de los dos tendrá que buscar una solución al tema migratorio, y Obama deberá tener más responsabilidad porque los hispanos lo estarán respaldando más en las urnas.

No comparto mucho las ideas del Partido Demócrata pero puedo convivir con ellas, como en el 2000, ya que si hubiera votado lo hubiera hecho por Al Gore, en contra de los republicanos.

Pero en este momento no confío en los demócratas. Creo que la crisis actual, y con un Congreso muy diferenciado a favor de los liberales, Obama se sentirá muy justificado a tomar medidas muy extremas que serán, en los primeros meses y años, muy populares pero también muy drásticas y peligrosas, con regulaciones al por mayor, que entorpecerán el sistema económico a largo plazo.

Me incliné por McCain porque sostendría las ideas conservadoras, las que comparto más plenamente y en general, considerándolas mejores para este país y más convenientes de este país hacia el mundo. Al país le esperan varios años de desafíos pero también de oportunidades. Creo que McCain sabría lidiar con ambos aspectos mejor que Obama.

noviembre 01, 2008

Lula está muy equivocado

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en un paso por Cuba afirmó que “de la misma manera que Brasil eligió a un metalúrgico, Bolivia a un indígena [Evo Morales], Venezuela a [Hugo] Chávez y Paraguay a un obispo [Fernando Lugo], creo que será una cosa extraordinaria si en la mayor economía del mundo un negro es elegido presidente''.

De esta forma Lula puso en el mismo escaparate a Obama que a otros presidentes que no respetan la Constitución, que hacen referendos a cada rato para irrespetar el Congreso, que proscriben a los líderes de la oposición, que tienen a los poderes judiciales bajo su ala, que repudian a los periodistas y atentan contra los medios de comunicación.

Lo único de lo que dijo Lula que será verdad es que Obama es negro, pero si sale presidente será tan democrático como sus antecesores. Faltó, que habiéndose reunido con Fidel y Raúl Castro, los hubiera comparado a ellos también con los demás líderes que son elegidos por la voluntad popular.

octubre 31, 2008

Fin de semana para pensar y votar

Ya estamos en la recta final. Finalísima. Lo que nunca parecía que terminaría desde que comenzó a principios del 2007, estos son los últimos cuatros días antes del “gran martes”. Por suerte, en una especie de celebración democrática, este fin de semana seguirán habilitadas las urnas en el Sur de la Florida, para no esperar hasta último momento.

Las elecciones anticipadas, si bien representan una erogación enorme de parte del gobierno, es un gran esfuerzo que permite disminuir el número de excusas o razones para no asistir a las urnas. En un país, en el que las elecciones son optativas, la apatía en el día electoral forma parte de razones irresponsables, de la indiferencia y de cuestiones o causas naturales – como puede ser la lluvia, el frío, el dolor de cabeza – suficiente como para obviar el proceso democrático.

Para darles un dato palpable de la efectividad de la votación anticipada, más allá de que en la Florida se estableció ya el récord de más de dos millones de personas que depositaron su voto, en mi oficina, integrada por unas 14 gentes, soy el único que todavía no ha ido a votar. En los sufragio del 2004, solo la mitad emitió su voto.

Estas elecciones son diferentes. Hay mucho más compromiso. Creo que gran parte de ello se debe a las nuevas tecnologías, hay una mayor cantidad de información e incentivos para votar. La debacle económica, la guerra, la mirada posada de todo el mundo, y la cantidad de artistas y personas populares que están incentivando el voto, además el enorme poderío de las campañas proselitistas que han batido todos los récords.

Más allá de que gane Obama o McCain, ya hay fiesta. Mañana escribiré sobre mi decisión, no completa del todo. Y es mi intención votar el domingo. Diré por quién.

octubre 29, 2008

30 minutos con Obama

Barack Obama lleva la delantera en todos los frentes, desde el apoyo de las celebridades, grandes márgenes de ventaja en todas las encuestas que lo favorecen con todos los grupos de votantes y esta noche, además, dará su zarpazo final con un mensaje pagado de media hora en las grandes cadenas televisivas, incluida Univisión, que transmitirá su propaganda en español con la intención de robarle a McCain los votos hispanos indecisos.

Será un golpe de gracia para Obama. Se da el lujo de este espacio debido al récord de dinero recaudado en la campaña, un aspecto que ha traído gran controversia en la puja política, ya que mientras McCain solo utiliza los fondos públicos, Obama, desdiciéndose de promesas anteriores, recurrió a los simpatizantes que han abierto sus billeteras en forma generosa. McCain no podrá competir en este rubro y seguramente desde mañana atacará el contenido del mensaje de Obama con propaganda más austera.

La expectativa del mensaje de Obama de esta noche se compara al de los tres debates presidenciales, pero llega cuando millones de votantes ya han tomado su decisión y han dado ya su voto votado en las elecciones anticipadas que comenzaron hace dos semanas en muchos de los estados como la Florida, con la intención de captar mayor atención y evitar que el 4 de noviembre algunos votantes se desanimen, ya sea por cuestiones de clima, enfermedad, trabajo o por ver largas colas de espera.

A pesar del costo adicional que representa para el Estado tener las urnas abiertas por 15 días en lugar de uno, estas elecciones muestran día a día una celebración anticipada de democracia y civismo.

octubre 27, 2008

El racismo en las elecciones

El racismo es un componente subliminal, pero dinámico de la cultura estadounidense. Es un tema latente, en especial por la posibilidad de que el país tendrá su primer presidente afroamericano, y afloró en la campaña republicana aunque fue rápidamente morigerado por el propio John McCain.

En un evento de caridad el día después del último debate, McCain insistió con su mensaje de sepultar el racismo, al menos durante la campaña. Felicitó a Barack Obama por estar haciendo historia: "Hubo un tiempo en que la mera invitación de un afroamericano a cenar a la Casa Blanca se tomaba con indignación y como un insulto”.

El éxito de Obama en la política es insoslayable. Es el único afroamericano entre 100senadores, de un Senado que tuvo que sancionar varias leyes para desterrar, menos de 50 años atrás, la segregación en el transporte público y en los barrios; y descolgar los carteles de “Only Whites” de escuelas y universidades, baños y restaurantes.

Según las encuestas, Obama ya tendría un pie en el umbral de la Casa Blanca. Pero pidió prudencia. Sabe que en política, como en el fútbol, hasta el último minuto cuenta. Difícilmente habrá un rebote económico que pudiera estabilizar el subibaja de las bolsas o la catástrofe financiera, pero la cordura se puede deber al temido efecto Tom Bradley, un alcalde de Los Angeles que en 1982 comandaba ampliamente las encuestas, pero que al final perdió. La gente opinaba sin discriminar por cuestión de piel, pero hizo lo opuesto en la privacidad del cuarto oscuro.

Tal vez la prudencia de Obama es obsesiva. Después de todo, el electorado está más maduro o los jóvenes votantes primerizos no tienen los prejuicios del ayer, lo que quedó demostrado al derrotar a Hillary Clinton. Sabe, sin embargo, que perderá votos por su color. Un sondeo de AP-Yahoo News estableció que el 17% de los blancos demócratas apoyará a McCain y sugiere que si Obama fuera blanco, tendría siete puntos adicionales.

Obama no ganará por el voto negro, en realidad insuficiente, sino por los jóvenes blancos que se inscribieron en las huestes demócratas y por el sufragio femenino. Si bien se estima que el 94% de los afroamericanos votará por Obama, éstos solo conforman el 12.8% de la población total, por debajo de los hispanos con el 14.4%, de los cuales un 57% lo apoyará. El 56% de los blancos irá por McCain.

A diferencia de otros países más xenófobos, Estados Unidos ha hecho numerosos esfuerzos para desterrar la discriminación racial. Abolió la esclavitud hace 143 años, la segregación en las escuelas públicas en 1954 y sancionó en 1964 la ley de los derechos civiles, prohibiendo la discriminación sobre la base de la raza, el origen étnico y el género. En 1965 sancionó la ley de igualdad del voto, en 1968 la de equidad de oportunidades para la vivienda y en 1994 dictó la ley federal que persigue los crímenes de odio.

A pesar de esos adelantos en los derechos civiles, el racismo no desapareció de los estándares culturales. Freedom House definió que el racismo es todavía hoy el “talón de Aquiles” del país en un reciente estudio sobre desigualdad racial. Atribuye este fenómeno a factores que todavía no han sido superados del todo, como el mayor nivel de pobreza de la raza negra por sobre otras, la segregación demográfica, los desacuerdos sobre los alcances de la acción afirmativa, una política pública que devino del movimiento de derechos civiles de los 60, y los crímenes de odio que todavía persisten.

No hay garantías de que el tema del racismo no pueda aflorar y con fuerza como parte de la estrategia electoral antes del 4 de noviembre. Mucho dependerá de la sensatez de los equipos de campaña. Tampoco si tendrá influencia alguna dentro del cuarto oscuro como para cambiar el enojo que despertó la crisis financiera.

De lo que sí hay seguridad es que Obama está por hacer historia. Si llega a la Casa Blanca será el paso más decisivo que el país dará en contra de la desigualdad, pudiendo abrirse un proceso de reparación para cerrar las heridas que dejó la esclavitud, y su consecuencia actual, la discriminación.

octubre 22, 2008

Estados Unidos socialista

A menos de dos semanas de las elecciones presidenciales, los candidatos se enfrascaron en una disputa, más allá de la crisis financiera, sobre cuál será la filosofía económica a partir de enero próximo. Para McCain, Obama aumentará los impuestos con su idea de redistribuir la riqueza, subyugando así a gente como “José el plomero” que quiere alcanzar su sueño de crear mayor riqueza convirtiéndose en un pequeño empresario. Para Obama la ecuación es más fácil, quiere una política más controlada por el Estado para que no se ensanche la brecha entre ricos y pobres que se viene acrecentando desde la época de Ronald Regan.

Ambos están en estos días cortejando a los electores de la Florida, un estado clave que aportará el 10 por ciento del colegio electoral. Si bien a nivel nacional las nuevas encuestas lo sitúan a Obama por más de seis puntos por arriba de McCain, en la Florida el republicano estaría arriba por un punto.

Los mensajes buscan captar los votos a través del temor. McCain pronostica que con Obama se vendrá el Tío Sam a recaudar impuestos y les habla a los oídos a los cubanos americanos de que se viene un relajamiento con la dictadura de los Castro. Obama les dice a los jubilados – Florida es el estado con mayor población de ancianos – de que McCain recortará drásticamente los donods del Medicare, el sistema de salud estatal.

El discurso de McCain, tapado con la evidencia de los sondeos y del favoritismo de la prensa sobre Obama, es quien más se arriesgará en estos días para descontar puntos. No tiene nada que perder, así que será cada vez más virulento enfrascándole a Obama el mote de socialista, algo que a los estadounidenses le motiva un cosquilleo de intranquilidad. Es solo una estrategia de campaña, pero tal vez lo sitúa de nuevo en el ruedo.

octubre 14, 2008

Tercer round: A la caza de los indecisos

Ahora con la confianza restablecida – al menos por esta semana después de la caída en picada de la anterior en materia financiera – el tercero y último debate presidencial entre McCain y Omaba de mañana por la noche se avecina con mayor tranquilidad y en el que los candidatos deberán hacer gala para plantear propuestas concretas y conquistar a los indecisos.

El segundo debate, tras el primero de los candidatos a vicepresidentes, fue para el olvido. Con las bolsas del mundo en picada y con un plan de rescate unilateral estadounidense que no detuvo la hemorragia, los presidenciables tuvieron pocas chances de hacer ofertas. La gente y el mundo estaban concentrados en el debacle financiero más grande de la historia desde la “gran depresión” del 29 y cualquier propuesta de los candidatos estaba eclipsada por las de Henry Paulson, secretario del Tesoro y de Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal.

Mañana, mayor confianza de por medio, los candidatos hablarán sobre la reducción de impuestos, los incentivos económicos y los planes para generar empleo, aspectos que representan la mayor preocupación del ciudadano de a pie, que ya no está interesado por la guerra en Irak o el terrorismo.

Obama lleva la delantera en la intención de voto por un seis por ciento de acuerdo a un promedio de encuestas, lo que es poco alentador si se tiene en cuenta que McCain tiene la carga de ser del mismo partido que el impopular George Bush. En situaciones normales, Obama debería estar robando o ganando por goleada. Obama también tiene la delantera en la intención de voto de los indecisos, del 44% al 41%.

Estos indecisos y los independientes, estiman que el líder próximo debe tener más conocimiento en el manejo de la economía que de los asuntos foráneos.

Mañana concluyen los debates. A la hora de la verdad, no han servido para inclinar la balanza para uno u otro costado. El mayor acceso a la información y la generación de nuevos medios, como páginas de internet, blogs y la interactividad comunicacional, así como la mayor mediatización de la política, han hecho que los debates no tengan ese factor sorpresa de antaño. Los debates son más vistos que nunca, pero las ideas ahí vertidas son menos apreciadas, han quedado viejas comparadas al día anterior.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...