sábado, 16 de mayo de 2009

Hugo, Cristina y la libertad

Este fin de semana Hugo Chávez está visitando a Cristina y en su primera conferencia de prensa de ayer en la Casa Rosada ya empezaron a tirar insultos y amenazas en contra de los medios de comunicación y de los periodistas.

Cristina habló de los “enemigos en común” en referencia a los medios privados, y Hugo, que viene de tener una semana bien convulsionada contra Globovisión y otras televisoras independientes en Venezuela, le sugirió a la mandataria Argentina que lo mejor sería estatizarlos.

Lo interesante fue que Cristina ni siquiera se inmutó cuando Chávez en plena conferencia dijo que “no se extrañen de que el Estado tome una decisión con algunos medios que siguen practicando el terrorismo", algo que viene repitiendo con suma insistencia como preparando el camino para que nadie se sorprenda. Chávez siempre hace algo de alharaca para ir midiendo la opinión pública antes de tomar una decisión como tratando de conseguir una base política.

Cristina, que ya está bastante cansada de los medios, no se alteró cuando Chávez comparó a los medios de comunicación con grupos terroristas, y le dijo con tono amigable: “Sufrimos lo mismo. Los mismos males nos aquejan". Cristina, tomando el guante, enseguida se quejó de los medios diciendo que ciertas noticias no "no aparecen en las primeras planas" de los diarios, criticando que las buenas obras del gobierno pasan desapercibidas.

Lo interesante, de todo esto, es que mientras se daba esta conferencia, Clarín había publicado que muchas receptorías para avisos en toda la capital habían sido atacadas por grupos presumiblemente afines al oficialismo; el gobierno sigue utilizando la publicidad oficial para castigar a los medios; y el ministro de Justicia Aníbal Fernandez pedía a Marcelo Tinelli que dejara de lado en su programa de entretenimiento el sketch sobre “El Gran Cuñado” donde se hace una sátira de la Presidenta.

En Caracas, mientras tanto, además de las multas y acciones administrativas con la intención de cerrar Globovisión, el único canal de aire crítico, el gobierno impuso una nueva modalidad de propaganda al llenar libros ideológicos en las bibliotecas y retiró unos 60 mil ejemplares de los que no les conviene.

Como parte del Plan Revolucionario de Lectura (PRL), Chávez tomó la decisión de poner libros la "sección ideológica", tratando de “crear” nuevos lectores. El Ministerio de Cultura explicó que con esta nueva acción se trata de "reafirmar los valores conducentes a la consolidación del hombre nuevo y la mujer nueva, como base para la construcción de la patria socialista", "desmontar el imaginario del capitalismo" y "re contextualizar la historia".

Entre Cristina y Hugo, de libertad nada.

Chávez, con nuevo guiño a la Kirchner, le dijo que apoyaba a su marido Néstor, quien en las próximas elecciones legislativas de junio lidera la lista de diputados nacionales. Obviamente, la pregunta de todos, pero que nadie hizo, es si Hugo le trajo a Cristina otra valija con 800 mil dólares, ya que como la otra que había traído Wilson Antonini quedó en total impunidad, fácil sería ahora haber entrado otra. ¡Y los Kirchner la necesitan!

viernes, 15 de mayo de 2009

La infidelidad de Alberto

Abofeteada y avergonzada por los escándalos sexuales de años recientes, esta semana la Iglesia Católica de Miami tuvo que poner la otra mejilla. La cachetada fue del padre Alberto Cutié, uno de sus hijos más dilectos y responsable de moldear a su imagen y semejanza la renovada cara de la Iglesia: carismática, moderna y comunicativa.
Tal vez por su popularidad y porque la Iglesia no saldó del todo sus cuentas con la sociedad por el abuso de menores, muchos pasaron factura inundando programas periodísticos para respaldar el desliz amoroso del cura con una mujer en las arenas públicas de Miami; una conducta que quizás no se le hubiera tolerado a otro religioso de más bajo perfil.
Muchos tomaron partido a su favor, acusando al celibato de todos los males sexuales que engendraron los curas desde el Concilio de Trento en 1563. Sin embargo, que éstos se casen o que puedan tener relaciones no resuelve los problemas de las desviaciones ni de la infidelidad, en algunos casos hasta los puede potenciar. Numerosos pastores protestantes casados son la prueba; están acusados de adulterio y sentenciados por delitos sexuales.
Tampoco el matrimonio es la solución a los descarríos amatorios. Hay pederastas y pedófilos entre los que se ven felizmente casados, así como relaciones incestuosas, pornografía infantil y violencia doméstica. En todo caso, la desaparición del celibato, un debate nada nuevo en la Iglesia, más que enderezar perversiones, permitiría aumentar el número de vocaciones (en Estados Unidos hay 40.600 curas, cinco mil menos que en 2000); aunque quizás para la Iglesia sería más urgente resolver la discriminación de las mujeres al sacerdocio.
Lo del padre Alberto no es un tema de celibato, sino de infidelidad. Tenía incluso más responsabilidad que otros sacerdotes, debido a su vida pública y porque le habían delegado la imagen y mercadeo de la Iglesia en los medios. Su conducta tiene el agravante de que la hizo pública y sin tapujos; y pudo tener el atenuante si hubiera pedido a sus superiores excusarse de sus deberes sacerdotales durante las semanas transcurridas desde que fueron obtenidas las fotos en febrero (o desde que empezó la relación) y publicadas en mayo.
El caso de infidelidad a los votos sacerdotales, como el del ex obispo paraguayo, Fernando Lugo, no debería generar culpas más que a las personas responsables. No se puede acusar de este incidente ni a la Iglesia ni al celibato ni a los periodistas. A pesar de los excesos, los medios tienen la obligación ética, aún a riesgo de perder simpatías o lectores, de dar a conocer los actos de personas públicas, especialmente cuando se reflejan incoherencias entre lo que se pregona y se practica. De ahí que muchas carreras políticas exitosas y cercanas a la Presidencia estadounidense, como los casos de Gary Hart y John Edwards, hayan quedado truncadas por infidelidad marital.
Más allá de las responsabilidades éticas y legales que cada uno tiene ante su profesión, lo que la publicación de los hechos sobre personas públicas permite a la sociedad, no es corregir o castigar la promiscuidad, sino sancionar la traición de la confianza depositada y evitar que esa mentira o engaño pueda ser reiterada.
La sabiduría popular, más allá del cansino dicho de “quien esté libre de pecado que tire la primera piedra”, sabrá ubicar al cura Alberto cerca de la imagen de Bill Clinton, cuya infidelidad fue perdonada, o la pegará a la de políticos y curas cuyas figuras fueron castradas por hechos parecidos. La ubicación depende de cómo juzgue la gente su admisión anoche en Univisión de que es un cura con novia, enamorado, de su lucha interna por serle infiel a Cristo y de una relación más larga de lo que mostraron las fotos.
Sus declaraciones rompieron un silencio que parecía prudente y reflexivo. Ahora la Iglesia, ante su confesión pública, no tendrá otro remedio que tomar una decisión, por lo que hasta un posible debate por la eliminación del celibato no lo tendrá a él entre los protagonistas más directos. La Iglesia tiene por delante una difícil decisión. Cualquier medida que adopte generará un grupo de ofendidos y mucha desconfianza.
Lo paradójico y asombroso, en todo caso, es que este bullicio lo genere una persona que mucho hizo para devolverle a la Iglesia la confianza perdida tras tantos años de escándalos y abusos sexuales.

Fotos indecentes

Las fotografías, como producto de la guerra que Estados Unidos está conduciendo en Irak y Afganistán, siempre generaron controversias, desde las que parecerían más favorables, como la de ataúdes con los restos de los propios soldados estadounidenses caídos en batalla, hasta las tomadas a militares quienes perpetraron actos de torturas contra supuestos terroristas.

A pocas semanas de haber asumido la presidencia Barack Obama, el Pentágono dio marcha atrás a una disposición que prohibía a los periodistas tomar fotos de los ataúdes con restos de soldados. Luego de quejas por años, la nueva administración comenzó a permitir la toma de fotos, siempre con el debido respeto de pedir la autorización a las familias de las víctimas.

Durante la época de George Bush, su administración mostró fotografías de soldados y oficiales estadounidenses cometiendo actos de tortura contra sus enemigos, lo que se vio como una violación de convenios internacionales firmados y el alejamiento de preceptos sobre derechos humanos de los que los líderes políticos de este país suelen vanagloriarse.

También durante la actual presidencia, Obama ha venido haciendo esfuerzos tremendos para denunciar los abusos cometidos por la administración anterior, a tal punto de que uno de sus primeros decretos involucró el cierre de Guantánamo y otras cárceles en el exterior que fueron utilizadas para torturar.

Por todo esto, ahora no se entiende muy bien, después de una actitud política de apertura y transparencia, que Obama haya, este 13 de mayo, negado y desautorizado una orden judicial que facultaba la publicación de fotos de supuesta tortura infligida por militares estadounidenses contra detenidos en Afganistán e Irak. La excusa de Obama, basada en justificaciones militares, es que esas fotos pudieran representar problemas de seguridad e imagen para las tropas norteamericanas.

Una corte de apelación federal, al que recurrió la Unión Americana para las Libertades Cívicas (ACLU), ordenó que esas fotos se deben hacer públicas antes del 28 de mayo de este año, concluyendo que no existen pruebas suficientes de que la publicación de esas fotos pueda poner en peligro a las fuerzas norteamericanas y a sus aliados.

La publicación de las fotos, por más doloroso que esos hechos representen para las Fuerzas Armadas, es el único instrumento por el que se puede saber la verdad y que motivará, que se busquen anticuerpos para contrarrestar conductas lesivas a los derechos humanos. Para continuar con su espléndida política de transparencia, Obama debe autorizar que esas fotos sean desclasificadas.

miércoles, 13 de mayo de 2009

¿Democracia venezolana?

Nuestras democracias latinoamericanas son muy débiles, a juzgar por la popularidad vergonzosa que tiene un dictador como Hugo Chávez, que alcanza a casi el 60%, especialmente cuando en estos últimos meses, desde que ganó el referendo en febrero pasado, ha cometido grandes desbarajustes, como militarizar fábricas de alimentos, puertos y aeropuertos, haber asestado un golpe de estado al gobierno municipal de la ciudad de Caracas y corrido a varios políticos, como Manuel Rosales que debió asilarse en Perú.

Que ese porcentaje, o algo parecido, lo tengan Michelle Bachelet, Alvaro Uribe y Felipe Calderón, está justificado porque han tomado medidas a favor del bien común, ya sea para combatir el narcotráfico o la violencia y la inseguridad. Pero que lo tenga Chávez, que en estos días está enarbolando una batalla feroz en contra de Globovisión, el único canal por aire que es independiente y que dice las cosas que a él no le gusta escuchar, es demasiado.

Si uno siguiera todos los pasos que dio Chávez desde que asumió el poder y los pusiera por escrito, tendría un manual exacto de cómo se fabrica una dictadura. Ha dado pasos concretos y sostenidos para ofrecer un marco de legalidad a todas sus acciones. Asumió, hace años, el poder y control de los demás poderes. Y ahora ha dicho que profundizará la revolución socialista, eso significa que además de aplastar a la oposición, hará que ningún medio pueda dar un punto diferente a lo que él diga y piense.

Según la encuestadora Datanálisis, Chávez tuvo a finales de marzo un respaldo del 59,3%, alguito menos que el 61% de fines de febrero cuando el referendo.
Realmente es difícil de comprender, como un presidente cuasi dictador, después de 10 años en el poder y con un 28,3% de inflación puede mantener tan alto índice de popularidad.

Con datos como éstos, uno se pregunta qué tipo de democracia los venezolanos están pretendiendo tener o si la gente quiere realmente vivir en democracia. No parece.

martes, 12 de mayo de 2009

Me cansé de Alberto y los medios

Como muchos, me quedé para seguir la entrevista que Univisión a través de Teresa Rodríguez le hizo al padre Alberto Cutié. No lo hubiese hecho por principios periodísticos, teniendo en cuenta que no comparto para nada la forma en como la televisión se excede para hacer de cualquier noticia una novela, máxime cuando se trata de temas de interés público como en este caso.
Pero bueno, no tuve más remedio que apoltronarme en el sillón y esperar que la estupidez acartonada de la televisión se desenvuelva de a poco para llegar a las mismas conclusiones que tuve desde el principio cuando me enteré, a través de la publicación de unas fotos en TV Notas, que habían sorprendido al padre Alberto revolcándose en la playa de Miami, casi en el umbral de su parroquia de Miami Beach con una parroquiana.
Después de esta entrevista sostengo lo mismo que desde el principio. A pesar de que se trata de hacer ver a esto como un problema de celibato, no es más que un problema de infidelidad de parte del cura para con los votos sacerdotales, con el agravante de que se ha formado un escándalo porque su conducta impropia – no con la vida de hombre, sino de sacerdote – fue pública. Nada más que eso.
El tipo es un buen tipo nadie puede negarlo, como tampoco se puede negar que se trata de una celebridad y que le encanta y se siente cómodo de estar frente a las cámaras y de escuchar su voz. Acaso algún periodista de televisión – como él lo es – ¿no es también narcisista? Como el jueves pasado después de la entrevista, noté que habló con falta de humildad, inmadurez, displicencia y desafiante, aunque nada me molestó. Da la sensación que ahora debería ir al programa de Don Francisco para seguir este peregrinaje mediático. Ya estuvo en CBS y buscará él y otros canales mayor rating.
Todo lo que dijo, sobre que estaba enamorado, de que la Iglesia es del siglo dieciocho y él del veintiuno y sobre que al celibato lo respeta, pero que no es para él, no es nada nuevo ni sorprendente. Me parece que es dueño de sus actos, que sabe lo que hace y que pronto decidirá que hacer por fuera de la Iglesia. Será una persona de éxito y creo que como a cualquiera hay que desearle lo mejor. Se lo merece como cualquiera de nosotros.
Para cerrar con este caso, me quedaron algunas cosas en el tintero que tienen que ver con el periodismo y su comportamiento.
a) Me pareció excelente que este hecho saliera a la luz pero me sorprendió que algunos medios no quisieron sacarlo antes. Las fotos fueron tomadas en febrero y se publicaron en mayo. Si TV Notas pudo pagar por las fotos, no entiendo cómo las televisoras no pudieron hacerlo con lo ricas que son. Creo que hubo algo de manipulación de tratar de no dar una noticia para no perjudicar a alguien. Al menos sino hubo manipulación si hubo omisión. Conducta muy reprobable.
b) Univisión me parece deleznable lo que hizo a nombre del periodismo. Repito, un medio no puede demorar cuatro días para terminar de dar una noticia cuando se trata de algo tan importante. Trató al público con mucha falta de respeto, como si todo su público fuera una audiencia de telenovela.
c) El Miami Herald hizo un sondeo de opinión este fin de semana donde preguntó de todo, sobre el celibato, sobre la Iglesia, sobre la simpatías hacia el cura Alberto, pero lo que no hizo fue la pregunta que debería haber hecho y que se trata de la acción del cura de haber hecho público una relación con una mujer en la playa. Pareció como que las preguntas favorecían al protagonista, y de esa forma polarizó al público poniendo a unos en contra de los otros, cuando en realidad el tema aquí no era la personalidad del cura, sino su conducta, si fue correcta o impropia.
d) Muchos periodistas, incluso uno de la radio FM de Miami, participaron en la marcha frente a la parroquia del cura con cartelón en mano a su favor. Un periodista hasta protagonizó una pelea con un anciano, mientras que muchos en la radio y la TV se mostraron públicamente a favor del “amigo y colega”, sin reparar que los periodistas no deben ser protagonistas, sino tratar de acercar al público la mayor cantidad de información para que pueda desarrollar una opinión y criterio propios. Muchos periodistas (no todos) fueron masa, y no iluminaron, y eso para mí fue el gran pecado de los medios en estos días, especialmente a un principio tan básico del periodismo.
e) La Voz Católica, el semanario de la Iglesia aquí de Miami, sigue guardando un silencio que ya dejó de ser prudente, y en este época de comunicaciones, creo que el padre Alberto tiene razón de que estamos no solo ante una institución de otro siglo, sino con también con un medio de otro siglo. La Iglesia necesita ahora salir a iluminar.

lunes, 11 de mayo de 2009

Padre Alberto y Jaime Bayly

Muchos periodistas y medios, a su manera, se están aprovechando de la novela del padre Alberto. Uno de ellos es Jaime Bayly, el periodista peruano que hace muy bien su papel sarcástico en contra de los dictadores como Fidel Castro y Hugo Chávez, ya que le responde en su propia moneda, pero no lo hace bien cuando mezcla cuestiones sexuales, para lo que él es, más que periodista, un protagonista.

Sobre el padre Alberto, fue el primer periodista que en su programa de Miami lo apañó sin importarle de que se trataba, simplemente dijo que era bueno que haya mantenido relaciones sexuales, que debería irse de la Iglesia, una entidad que no podía ser santa ni sabia, si condenaba el aborto, las relaciones sexuales de los curas o si no toleraba a la homosexualidad. Eso fue el jueves por la noche. El viernes, un día después, al haber escuchado al cura Alberto su confesión en su entrevista por Univisión, no había para él un peor cura y ser humano. Muchos sospechan porque el cura no le dio a él sino a Univisión su entrevista, sino además porque pidió perdón por haber cometido una infidelidad contra su feligresía y los votos del sacerdocio al haber mantenido una relación amorosa con una mujer, volviendo a repetir la historia de muchos de que “mejor con una mujer, antes que un niño o un varón”.

Bayly tendría que comprender que la Iglesia siempre fue muy tolerante con el homosexualismo, solo debería mirar al interior de la Iglesia. Por muchos siglos, cuando el homosexualismo no era aceptado dentro de las familias, existían muchas vocaciones disfrazadas, de hombres que preferían el celibato de la Iglesia para esconder su preferencia sexual.

Obviamente Bayly no tiene mucha autoridad para hablar de cuestiones morales, toda vez que en su programa pregona a favor de la promiscuidad y del homosexualismo, aspectos sobre los que no tengo nada en contra, pero de ahí a ensalzarlos como una condición humana virtuosa hay mucha diferencia. En todo caso, habría que pensar que un alto porcentaje de los abusos sexuales contra menores varones en la Iglesia fueron cometidos por curas que tenían tendencia marcadamente homosexual.

Estimo que este es otro tema que debe tenerse en cuenta en cualquier tipo de debate, de lo contrario va a terminar pareciendo que periodistas como Bayly, quien defiende el homosexualismo, siempre tendrán razón y que los equivocados en este mundo son los que no tienen preferencias por las personas del mismo sexo.

Chávez; loco por los medios

El presidente venezolano, Hugo Chávez, no está en su sano juicio, democráticamente hablando. Está loco por los medios de comunicación a los que amenaza constantemente con cerrar como si se tratara de empresas que deben estar a su servicio.

El problema de estas amenazas, es que Chávez cuando empieza a repetir algo en forma sistemática es como que va alistando a toda su “tropa”, entiéndase poderes Legislativo y Judicial para actuar en consecuencia. Así lo hizo anteriormente en mayo de 2007 cuando cerró Radio Caracas Televisión (RCTV), cantaleta que empezó seis meses antes durante uno de sus “Aló presidente” en diciembre de 2007.

A ello hay que sumarle que a raíz de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos pidió mayor respeto al Estado venezolano por las violaciones a esos derechos fundamentales, Chávez amenazó nuevamente que se retiraría de la OEA. Algo realmente incongruente, si se considera que hace un par de semanas en Trinidad y Tobago, y unas semanas antes, fue el abanderado y promotor de que Cuba estuviera en la agenda de dicha reunión y, especialmente, para que el gobierno de los Castro sea restituido a la OEA.

Volviendo al tema de su obsesión por los medios, uno tiene que admitir que Chávez es uno de los presidentes más congruentes que hay, especialmente cuando amenaza ya que siempre termina cumpliendo lo que dice. Es congruente, además, con la promesa que hizo después de ganar el último referendo, sobre que ahora vendría la profundización del socialismo. Desde entonces repartió tierras, confiscó empresas, nacionalizó petroleras y parte de la industria alimenticia

En su edición 330 “Aló presidente” de ayer domingo, Chávez dijo una serie de barbaridades en contra de los medios, pero sobretodo poniéndolos también a éstos debajo de su estrategia socialista para lo cual la asamblea legislativa está preparando la Ley de Propiedad Social, cuyo artículo 5 dice: “El Ejecutivo Nacional, cuando se determine la existencia de bienes cuya actividad productiva no esté orientada a satisfacer las necesidades reales de la población o no se corresponda con los intereses nacionales (...) podrá decretar la adquisición forzosa, mediante justa indemnización y pago oportuno de la totalidad de un bien o de varios bienes y declararlos de propiedad social".

Ayer, Chávez fue consecuente contra los medios, especialmente contra Globovisión, empresa a la que se la tiene jurada. “Una cosa es la crítica y otra cosa es la conspiración”, dijo y advirtió a los dueños de medios que se “pueden llevar una sorpresita en cualquier momento”. Al director de Globovisión, Alberto Federico Ravell, lo calificó como “un loco sin cañón” y aseguró que las emisiones de la cadena se acabarán “o me dejo de llamar Hugo Rafael Chávez Frías”.

¿Cual fue la bronca esta vez contra Globovisión, o mejor dicho la excusa? El 4 de mayo cuando se registró un sismo de 5.4 grados de intensidad en caracas, Globovisión informó primero que el gobierno o los medios informativos del gobierno. Debido a ello, CONATEL (Comisión Nacional de Telecomunicaciones) le abrió un procedimiento administrativo mediante el cual podría inhabilitar a la televisora temporalmente.

Hay dos procedimientos administrativos, además del reciente, que tienen que ver con las declaraciones de un entrevistado, el periodista Rafael Poleo, quien dijo que Chávez podría terminar como el dictador italiano Benito Musolini y otro por haber emitido declaraciones de Henrique Salas, gobernador de Carabobo, quien habría declarado su victoria antes de que se dieran los resultados oficiales en las elecciones de noviembre pasado.

Chávez está alistando toda su artillería, con la nueva ley, con CONATEL y con declaraciones como las de Nicolás maduro, el canciller, quien hoy declaró: “Saludamos acompañamos y respaldamos las medidas que el Estado tome en contra de Globovisión”.

En realidad con un presidente boquiabierto como Chávez, no es difícil que salgan sus acólitos como Maduro, para quejarse de una televisora que informó sobre un sismo. Maduro agregó sobre Ravell: "Ha lanzado a Globovisión por un despeñadero del terrorismo mediático y la conspiración y los acusamos como violadores de la Constitución y los derechos de todos los venezolanos".

Es obvio que el gobierno de Venezuela está creando las condiciones necesarias – léanse excusas y justificaciones – para cerrar a Globovisión y otros medios.

El padre Alberto, novela para el alma

Esta semana imagino que será de definiciones para varios protagonistas de la nueva novela sobre el padre Alberto Cutié. Seguirá dando una nueva andanada de entrevistas en CBS, en los medios escritos y culminará con sus palabras sobre cuando se casará en el fin de la entrega de la saga en Univisión mañana martes por la noche. Toda una celebridad.
Veremos y comentaremos que pasa en estos días. Por supuesto que esta es una novela apasionante ya que tiene mucho de los condimentos de la vida humana y que nos aquejan y regocijan cada día, debido a que en ellas podemos reflejar nuestras opiniones y sentimientos sobre lo que pensamos, lo que debemos hacer y lo que hacemos, todas cosas diferentes. Esta novela es una ventana a nuestra alma, y por eso nos mueve y conmueve. Ya no es sobre el padre Alberto.
Ya alejados de la fecha del escándalo cuando se dieron a conocer las fotos en la playa el martes pasado, todos tuvimos tiempo de pensar, reflexionar y opinar. Una mayoría continúa con la tesitura de que el cura no hizo nada mala y que todo su traspié se le debe al problema del celibato.
Tras ese pensamiento social, muy importante para animar a la Iglesia a continuar con el debate sobre el celibato – por cierto no es un tema nuevo ni una discusión nueva en la Iglesia, aunque ahora para muchos se hizo un tema popular gracias a la novela actual - es bueno tener en cuenta que no se trata del celibato sino más bien de una conducta impropia de parte del cura. Es decir, creo que para ver la realidad hay que separar la paja del trigo.
Una cosa es el celibato – a lo que como persona y católico me parece absurdo este tema dentro de la Iglesia así como la discriminación contra la mujer para que pueda ejercer el sacerdocio – y otra es que el cura haya contrariado una regla en vigencia y que él sabía que estaba en vigencia, cuya conducta, además, afecta a los demás clérigos.
Tras su confesión pública – más absurda aún por presentarse en traje de sacerdote – del jueves pasado de que tenía novia, veremos qué dirá la jerarquía de la Iglesia a partir de hoy. Creo que ya se acabó el tiempo y la Iglesia no debe demorar una expresión por más incómoda que resulte. Cualquier decisión le será incómoda a un grupo de gente.
Los medios seguirán jugando un papel importante. Hoy por ejemplo The Miami Herald publicó un sondeo de opinión entre 400 personas hecho este fin de semana, revelando que la mayoría, un 78% respalda al padre Alberto, un 10% lo rechaza y el resto no sabe.
Un 81% está de acuerdo con que la prohibición de que los curas se casen es anticuada y un 16% en desacuerdo. Sobre su suspensión temporal para ejercer funciones como párrocos un 57% está de acuerdo con la disposición de la Arquidiócesis y un 33% está en contra. Un 74% se opone al celibato y 22% está de acuerdo; mientras que un 64% piensa que los curas no son célibes durante su vida sacerdotal y el 20% que sí.
Estos números de la encuesta sobre el celibato son prácticamente muy similares a los que se establecen en este blog, y de paso agradezco a todos los que han dejando comentarios y sus votos, reflejados a la derecha de su pantalla.

domingo, 10 de mayo de 2009

Infodemias

,Parece que pasó una eternidad desde que el 23 de abril el gobierno mexicano anunció el brote de gripe porcina. En unos pocos días, una contagiosa pero también beneficiosa avalancha informativa nos volvió conscientes y precavidos sobre los alcances de esta pandemia. Ya somos expertos y críticos en virus, síntomas y tipos de mascarillas.
Cierto es también, que los rumores de boca en boca, la especulación y el sensacionalismo informativo pueden provocar en el público un estado de pánico y sicosis, tan contraproducente como el contagio que se quiere detener. Esta epidemia informativa o “infodemia” es inevitable, resultado de la curiosidad innata, de la premura por los detalles y las urgencias por las primicias. La única cura para este mal es la decisión de público para elegir a conciencia los medios de su mayor confianza y credibilidad.
Los medios de comunicación suelen hacer un buen papel en el manejo de las emergencias y urgencias. Informan con rapidez, orientan sobre prevención y fiscalizan el desempeño de organismos de ayuda y gobiernos. George Bush los debió soportar por su ineficacia ante el huracán Katrina; lo mismo que el hondureño Carlos Flores ante Mitch y ahora Cristina de Kirchner por el incontrolable contagio del dengue en Argentina.
A pesar de su connotación negativa, la “infodemia”, así como la información responsable, ayuda a que los gobiernos reaccionen con mayor antelación. Ese factor fue clave en la rapidez con la que actuó el gobierno mexicano para cerrar escuelas y estadios ante la gripe porcina, a diferencia de la notable reacción lenta del gobierno chino hace tres años para anunciar el brote de la gripe aviaria. Cuando no hay un sistema libre de medios de comunicación y el Estado es el que los domina, como el caso chino o el cubano en nuestro continente, los gobiernos pueden manipular los tiempos, las decisiones y esconder fracasos o ensalzar logros. No significa que en los mercados libres eso no ocurra, pero ciertamente la fiscalización de la prensa y la presión social, demandan respuestas más urgentes.
Pero tampoco se trata de clasificar a los medios como buenos y a los gobiernos como malos. A los primeros les cabe mucha responsabilidad, especialmente para evitar que el debate se desvíe hacia la búsqueda de culpables. En esa confrontación, se torna peligroso que el público se adhiera a actitudes discriminatorias, como las que despertó la gripe aviaria contra chinos y asiáticos en todo el mundo o algunos sentimientos anti inmigratorios que ya aparecieron en algunos medios de Estados Unidos contra los mexicanos. La segregación y el aislamiento que por muchos años sufrieron los contagiados por el SIDA, es una lección sobre cuán frágil es la sociedad cuando la información no es responsable.
Las crisis de salubridad no son tan severas cuando abundan las noticias, más allá de si existe o no la cura. Si bien la globalización es un factor clave del contagio masivo, también es una ventaja que las informaciones, incluyendo las campañas de prevención y control, viajen a la velocidad de la luz. Las pestes y epidemias del pasado, cuando las noticias no eran rápidas ni simultáneas, costaron millones de vidas; en cambio, en esta época, el SARS, las gripes aviaria y porcina, las epidemias de dengue, cólera y de la vaca loca, aunque con irresponsables tardanzas en su reconocimiento oficial, no generaron altos índices de mortalidad como se temía.
Las críticas contra el periodismo también se centran en que si bien tiene una alta capacidad reactiva ante los problemas, no suele profundizar en el día después o sobre problemas estratégicos que afectan a sectores más vulnerables, como los campesinos, pobres y desplazados. Después de todo, si bien la gripe porcina crea pánico, también es importante considerar que las diferentes enfermedades contagiosas en el mundo matan silenciosamente a 1.5 millones de personas al día y que las catástrofes se cobran la vida de 1.5 millones de víctimas por mes.
Tal vez un sentido de importancia por sobre la urgencia, podría estimular en los medios coberturas más imperiosas sobre otras epidemias más silenciosas que la actual. De esa forma, instituciones como la Organización Mundial de la Salud y la Panamericana, no quedarían tan huérfanas en sus luchas.