sábado, 13 de septiembre de 2008

“Yankee, go home”

Primero Evo Morales, enseguida Hugo Chávez y ahora casi Manuel Zelaya, algunos presidentes latinoamericanos parece que retomaron los viejos refranes de décadas pasadas cuando el “Yankee, go home” pululaba por América Latina.

Evo echó al embajador estadounidense acusándolo de injerencia por apoyar a cuatro prefectos opositores; Hugo, que cada día está más imperialista y metiéndose en cada vez más en asuntos de otros países y sufre de un síndrome de Libertador Bolívar-San Martín, lo hizo al día siguiente en solidaridad, y hoy se le sumó el hondureño “Zel”, quien postergó la ceremonia de aceptación de las credenciales del nuevo embajador norteamericano, metiéndose también en un lío que ni siquiera entiende. El gobierno argentino no se sumó a esto – ganas tal vez tendría – y por eso envió a un grupo de piqueteros a solidarizarse frente a la embajada estadounidense, una especie de gesto con sus correligionarios, pero que trata de ser menor para no tener problemas con el gas que le debe llegar desde Tarija.

Solidaridad no es justamente lo que sucede, sino conveniencia. Chávez solo trata de aprovecharse de cualquier conflicto para poder montar su circo y bañarse en un liderazgo que nadie le da, de la misma forma que lo trató de hacer cuando se solidarizó con Rafael Correa, después que Uribe hizo bombardear un campamento de las Farc en territorio ecuatoriano, matando al líder terrorista Raúl Reyes.

Aquella vez como esta, a Chávez le salió el tiro por la culata. Las computadoras secuestradas a las Farc tenían numerosos mensajes en los que guerrilleros colombianos y funcionarios venezolanos trataban de intercambiar armas y entrenamiento. Ahora, los militares bolivianos le advirtieron que “no permitiremos la intromisión de Chávez en asuntos nuestros”, después de escucharlo que mandaría sus tropas para defender a Evo en caso de un golpe de Estado. Por más que coseche algo de admiración, Chávez está aprendiendo que no es lo mismo lo que puede hacer en su país donde mantiene a la gente y a la oposición con férreo puño. En Bolivia, todos se acuerdan todavía cuando una horda atacó a un avión militar venezolano que tuvo que despegar a las apuradas, bajo sospecha de que estaba trayendo una valija llena de dólares como semanas atrás le habían llevado a Cristina Kirchner para su campaña electoral.

En casa, tratando de restar importancia a unas elecciones internas que se le avecinan no muy fáciles de obtener en noviembre y para evitar el escándalo político que se está creando en un juzgado de Miami que investiga la conexión entre el maletín que llevaba Antonini a Cristina de su parte, Chávez ha hecho varias cosas en forma directa e indirecta para disipar la atención. Primero, ha neutralizado a la oposición inhabilitando judicialmente (totalmente dependiente-chavista) a más de 100 opositores que no podrán presentarse a las elecciones por delitos inexistentes.

Segundo, levanta revuelo con temas nacionalistas tratando de enervar a las masas en contra de Estados Unidos acusando a todo el mundo de que hay conspiraciones en marcha tanto para asestarle un golpe como para asesinarlo. Echó al embajador norteamericano y se pavonea con dos aviones rusos, con tropas que vendrán y desafía con más proyectos de colaboración militar y comercial con Irán, justamente dos países que tienen pésimas relaciones con Estados Unidos. Nada parece que sea por casualidad. La intención del desafío está muy clara.

Por otro lado, Chávez está restando atención a donde realmente está la peor crisis de América Latina en este momento, en Bolivia, donde hay una pelea fratricida de origen comercial y económica más que política, porque en realidad lo que está en juego son cuatro zonas más ricas que las demás, que quieren una mejor distribución impositiva. La única zona que podría tener la fortaleza independentista si la buscara, sería Tarija, donde está el gas, el producto que mueve a Bolivia.

Zelaya se está metiendo en un terreno que no le corresponde, pero es obvio que su solidaridad está disfrazada de conveniencia. Hace un par de semanas, Honduras se adhirió al Alba, un instrumento de ideología y petrohipotecario que Chávez usa para someter a los que dicen son su amigos, a pesar de que lo disfraza de liberador.

El “Yankee, go home” no es muy prudente en un momento que los Estados Unidos se están tratando de acomodar en sus propias elecciones y hay tanto en juego, como tratados comerciales, negociaciones por la legalización de los indocumentados y estrategias anti narcóticos. Este “Yankee, go home”, es un poco jocoso, si uno presta atención al reclamo que por todos estos años de Bush se le ha hecho a Estados Unidos por no mirar ni prestar atención hacia el Sur. Echar embajadores no es la forma que uno quisiera para atraer la atención.

viernes, 12 de septiembre de 2008

La dualidad de los hispanos

Para los millones de hispanos que elegimos vivir mejor en el Norte, pero que miramos de reojo el bienestar de nuestra gente en el Sur, la elección Presidencial nos presenta una dualidad peculiar. Los demócratas nos ofrecen un sistema más favorable y equitativo respecto a la distribución de la riqueza, pero no brindan nada hacia el Sur, cierran sus fronteras y enamoran a los sindicatos nacionales prometiendo que recobrarán el “Made in America”. Los republicanos, en cambio, presentan el desafío mayor hacia el interior, obligan más a la competencia y a buscar “el sueño americano” tras el esfuerzo personal y la carga impositiva; pero, por otro lado, cacarean con abrir más las fronteras y cristalizar los acuerdos de libre comercio como el de Colombia y otros países latinoamericanos.

Obama y Biden encarnan mejor nuestras preocupaciones por los derechos civiles y la igualdad frente a la mayoría étnica, con políticas más socialistas al estilo Comunidad Europea; sin embargo, McCain y Palin muestran las cualidades de un sistema político y económico que fue la atracción principal (como los parques de Disney) para venir a estas tierras; además de que no tienen medias tintas para condenar a los regímenes neopopulistas del Sur que siguen socavando las libertades públicas.

Pero no nos engañemos, el Sur no es prioridad para Estados Unidos, cuyos ojos miran hacia el Este y lo más lejano de ese punto cardinal. Ambas agendas partidarias, conciben a Latinoamérica como el mal menor de los asuntos internacionales, porque sus retos se centran en la competencia económica, los recursos energéticos y los conflictos políticos encarnados por el Medio y Lejano Oriente. Sobre América Latina, Estados Unidos aprendió a tener paciencia y a dejar que se acomode. El Sur ha dado muestras de un sistema de ciclotimia política que es capaz de pasar de regímenes militares a neoliberales y de centroizquierda a neopopulistas en menos de dos décadas. Y de cambiar constituciones a diestra y siniestra.

Más allá de esa política pendular latinoamericana, quien entre al Salón Oval tendrá que mirar hacia el Sur. El asedio del narcotráfico, la pobre distribución de la riqueza y la corrupción rampante e impune, son los motores que corroen a los sistemas. Si Estados Unidos no ayuda o motiva la reversión de esas tres variables - seguridad, igualdad y justicia - tendrá que seguir construyendo los impopulares y degradantes muros de contención en sus fronteras.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Todo cambió después de Setiembre 11

Todos nos acordamos de los que hacíamos ese día. Imborrable. Yo iba hacia la oficina y la Radio Caracol me sorprendió con una noticia de último momento, una avioneta había sufrido un accidente contra una de las torres gemelas. Mientras subía a la Palmetto en Miami, llamé a mi mujer para que prenda el televisor. Par de millas más adelante, ya no era un accidente, sino un atentado, y eran dos Boeing los que se habían incrustado en las torres.

Abombado manejé hasta llegar y así quedé por varios días. Descubrí que todos estábamos así. Y por varias semanas. Por más que uno quisiera era difícil comprender. Tenía miedo y desconfianza por todo, y quedé como agazapado por meses esperando el nuevo golpe, especialmente en los aniversarios como hoy, y cada vez que veo un estadio lleno, una manifestación, o subo a un avión.

Me pregunto qué hubiera pasado sin ese atentado. ¿Qué seríamos hoy? Es que no solo cambió EE.UU. sino también el mundo. De pronto el terrorismo se globalizó. Bin Laden se transformó en el personaje más famoso. Ocurrieron guerras, alianzas desprestigiadas entre países y EE.UU. pasó de la simpatía y solidaridad mundial inmediata, a ser un país tan odiado como el propio Laden.

La guerra tres semanas después en Afganistan y la invasión del 2003 en Irak no resolvieron todavía nada. Y como si fuera poco, George W. Bush no pudo cumplir siete años después su promesa prioritaria de atrapar a Laden. Y también me pregunto. ¿Qué hubiera pasado si EE.UU. no hubiera llevado el conflicto hacia aquellos países? ¿Hubieran continuado los ataques en terreno propio? ¿Si atrapan a Laden, ya se evitaría el problema del terrorismo internacional?

Septiembre 11 cambió todo, la forma que nos comportamos, la forma que pensamos. La vida es distinta.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

La billetera más gorda de Latinoamérica

El juicio en Miami por la valija de Antonini promete ser tan escandaloso como el “valijagate” de la época en que la cuñada de Menem, Amira Yoma, quien solía viajar con una valija repleta de dólares; aunque aquel era un conflicto interno que no se compara a la relevancia de la internacionalidad del actual.

Nadie se debe sorprender que Hugo Chávez reparta dinero a diestra y siniestra, lo que demuestra que tiene la billetera más gorda del continente. Reparte en forma lícita y pública a través de innumerables iniciativas como el ALBA, acuerdos multilaterales en el Caribe sobre energía, compra de bonos de la deuda como el caso argentino y hasta dona petróleo a los pobres en Estados Unidos o mantiene a Cuba a flote con donaciones, intercambios.

Pero también lo hace por la puerta de atrás, a espaldas de su pueblo venezolano a quien verdaderamente le corresponde ese dinero fuera del presupuesto oficial. Ilícitamente y a hurtadillas, dona y apoya a las Farc y a cualquier grupo de izquierda desestabilizador. Lo mismo le da que sus petrodólares subsidien a Evo Morales, Daniel Ortega y a Raúl Castro; apoyen las elecciones de Cristina Kirchner, Rafael Correa y el ex obispo Lugo; incentiven el cambio de gobierno en El Salvador; o fracasen intentando con López Obrador en México o Humalá en Perú.

Como era de esperar, los gobiernos argentino y venezolano achacarán al de Estados Unidos y particularmente a los Republicanos, que este es un ajuste de cuentas y harán análisis exhaustivos del sentido conspirativo y desestabilizador. De esa forma tratarán de tapar la ilicitud e ilegalidad de los 800.000 dólares que sólo habrá sido una migaja en la financiación de la campaña electoral.

El conflicto promete ser internacional, porque en lo interno, los Kirchner seguramente tratarán de minimizarlo y taparlo de la misma forma que escondieron el manejo de cientos de millones de dólares de regalías petroleras de su provincia.

Sobre la Elección en Estados Unidos

El escándalo de los viáticos que cobraba Sarah Palin como gobernadora me dejó un sabor amargo. Neutralizó un poco mi intención de voto. Tal vez su falta no fue legal, pero definitivamente sí fue ética. Estas semanas prometen estar cargadas y de que los trapitos relucirán al sol.

martes, 9 de septiembre de 2008

Corrupción, narcotráfico y "huracán tropical"

Hace mucho tiempo que no disfrutaba de un discurso ameno, claro y contundente. Fue en el foro Internacional Democracia y Libertad de Expresión ayer aquí en México donde coincidí con el ex presidente boliviano Jorge Quiroga.

Después de hablar con claridad sobre la necesidad de fortalecer la libertad de expresión para asegurar la democracia y de recordar las palabras de Tony Blair, quien dijo que aquel político que se queja de la prensa es como el marinero que se queja del mar, Quiroga consideró que hay tres amenazas que socavan a América Latina.

CORRUPCIÓN: sufrimos de una profunda debilidad institucional, no existen órganos de control en nuestros sistemas. La corrupción es sólo el síntoma, por lo que se deben hacer campañas de fortalecimiento de las instituciones, fomentar la rendición de cuentas y la responsabilidad política. Los medios tienen un papel importante, deben generar intolerancia a la corrupción de parte de la sociedad. La gente es la que puede presionar por los cambios.

NARCOTRAFICO: deben estructurarse políticas internacionales, no se puede solo alimentar planes Colombia o Mérida (apoyo de EE.UU. a México). ¿Por qué no hay planes Nueva York o Los Ángeles? Los países latinoamericanos en conjunto deben trabajar sin pensar sólo en las soluciones de EE.UU, “quienes no entienden nada” de esto. La narco criminalidad está siendo glorificada y los medios tienen el deber de denunciarla.

HURACAN TROPICAL: fue el seudónimo que utilizó para el presidente venezolano Hugo Chávez. Él no es de izquierda ni derecha, decir que es populista es una calificación benigna, él busca hegemonía para gobernar y mecanismos de tiranía para perpetuarse. Hoy en América Latina está en curso el proyecto político más ambicioso de la historia. Chávez tiene filiales y franquicias (particularmente habló de Evo Morales y Daniel Ortega) en todos los países. Tiene a varios de ellos “petrohipotecados”, su petróleo compra lealtades. Su receta para establecer los sistemas es fácil: asambleas constituyentes, no para cambiar el sistema sino para licuarlo, creando hegemonía doblegando a las Fuerzas Armadas, montando sistemas de inteligencia, monopolizando a la información y los medios, neutralizando a la Iglesia e inhabilitando a los candidatos políticos. Nuestros países no deben ser escépticos y pensar que los “gringos” solucionarán el problema. No lo harán porque son adictos a la energía (15% de la energía de EE.UU proviene del petróleo venezolano) sino que la respuesta vendrá de la ciudadanía. El 2 de diciembre del 2007 se vio algo significativo (Chávez perdió el referéndum sobre la base de una movilización estudiantil enorme).

Sobre las elecciones en EE.UU
Como estaba previsto (y por primera vez) después de la Convención Republicana y de la elección de su vicepresidenta de fórmula, McCain trepó varios puntos porcentuales y acapara ahora mayor intención de voto que Obama. Es indicativo de lo que sucedió con mi intención, de demócrata indeciso a Republicano, por ahora.

lunes, 8 de septiembre de 2008

México: entre acribillados y decapitados

Ya no se puede hablar de la “colombianización” de México, porque en realidad el crimen organizado, en especial el narcotráfico, ya ha hecho que en este país supere con creces lo que sucede en Colombia.

En esta etapa los carteles de la droga en México están creando una psicosis del terror para poder ganar y “gobernar” sus territorios a placer. La reacción del gobierno, que el año pasado envió a los militares a las calles, todavía no está dando resultados muy concretos. Lo que tampoco es una tarea fácil, porque el narcotráfico ha infiltrado y corrompido a las instituciones, incluyendo a las Fuerzas Armadas. Justamente, uno de los carteles más temidos es el de Los Zetas, conformado por ex militares desertores que los hacen por dos razones: para cuidar el propio pellejo y el de sus familias porque son continuamente amenazados si no saltan de bando, y porque traficando o protegiendo a los contrabandistas cobran tres, cuatro o cinco veces más su salario.

Esta tarde llegué a México y las sorpresas son espeluznantes. Ayer, un grupo comando del crimen organizado acribilló a siete policías en el estado de Michoacán, no muy lejos de la zona del Distrito Federal. En ese mismo estado ya hubo otras masacres de policías en semanas recientes, lo que lleva a una cifra de 197 uniformados asesinados este año, de un total de 3.051 personas acribilladas en todo el país a manos del crimen organizado.

Las noticias indican que en Sinaloa apareció decapitado un agente de tránsito que había sido secuestrado días pasados. Esta modalidad, morbosa, al estilo de aquellas guerras pasadas en que los vencedores mostraban como trofeo las cabezas de sus vencidos en sus picas, pretende crear un clima de terror y ansiedad colectiva.
En otro estado, en Tabasco, los militares capturaron a una banda de secuestradores compuesta de siete personas, y ya no causó sorpresa que tres de los maleantes hayan sido también militares en su pasado reciente. En Veracruz, la Procuraduría General de Justicia indicó que capturaron a los responsables de un veterinario y un ganadero: entre ellos, el comandante de la Policía Municipal de una localidad. El jefe policial confesó que participó del secuestro y que cobraba 5.000 pesos (unos 500 dólares) por “limpiar la carretera” (para que sus “cuates” pudieran emboscar a quienes plagiarían, y un porcentaje del rescate. Pero lo peor del caso, es que también confesó que le habían ofrecido desertar y ser integrante de la banda, pero prefirió quedarse porque dentro de la corporación “servía más”.

A diario explotan noticias en Perú, Argentina, Brasil, Centroamérica, por no citar a todos, sobre la participación de narcos mexicanos en numerosos delitos violentos, tratando de ganar sus territorios y negocios. México, que todavía sigue siendo un país de paso y no de producción de droga como los es Colombia, sin embargo, ya se ha convertido en un país consumidor. Y ese es el problema, ya que no solamente el narcotraficante mexicano está exportando violencia, sino consumo.

La “mexicanización” de muchos países ya hace rato que empezó. Y si los gobiernos siguen escépticos ante este fenómeno, no faltará mucho en que las calles se llenarán de decapitados y de militares y policías desertores.