viernes, 22 de marzo de 2013

Rafael Correa y la CIDH


En las próximas horas se sabrá finalmente qué suerte tendrán la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos tras la celebración de la asamblea de la Organización de Estados Americanos. Si seguirán siendo organismos autónomos e independientes para vigilar la situación de los derechos humanos en el continente o si, por el contrario, se convertirán en entidades sin gravitación, permitiéndoseles a los gobiernos su manipulación y neutralización política.
El presidente ecuatoriano Rafael Correa ha sido el líder de un grupo de países que cansados de las denuncias sobre violaciones a los derechos humanos dentro del sistema interamericano, juraron pulverizar a estos organismos. La excusa fue siempre la misma, que se trata de organizaciones manipuladas por el imperio que las usa como instrumento de su política exterior para entrometerse en asuntos internos y en la soberanía de los países.
Correa prometió neutralizar a la CIDH y a su Relatoría Especial de Libertad de Expresión, después de que se le pidiera a la justicia de su país que quede sin efecto una sentencia a su favor, que le adjudicaba 40 millones de dólares en compensación por un juicio por difamación que le siguió al diario El Universo de Guayaquil.
Correa, desde entonces, fue juntando voluntades entre otros gobiernos que también se sintieron ofendidos por las denuncias de violaciones a los derechos humanos en sus territorios. Su estrategia mayor, es que la CIDH y la Relatoría pierdan la capacidad de financiarse con dineros por fuera de los países miembros de la OEA, como ocurre actualmente con casi la mitad de su presupuesto.
La medida parece loable, pero solo encierra las intenciones de bloquear a la Relatoría y su capacidad de emitir informes específicos sobre los países, la que necesita parte de su presupuesto de operación proveniente de países europeos y fundaciones y ONGs estadounidenses.
La idea de Correa, que difícilmente ocurrirá, es que estos organismos tengan menos capacidad de operación y así silenciar gran parte de la crítica internacional que se cierne sobre su gobierno.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Francisco y las mujeres


El papa Francisco sigue impactando no solo por frases célebres como que quiere “una Iglesia pobre para los pobres”,  ni por los gestos de austeridad y amabilidad, sino también por haber puesto a las mujeres en el centro de la escena.

En sus dos primeras audiencias con jefes de Estado en los primeros días de su nuevo trabajo, el nuevo Pontífice escogió a su compatriota Cristina de Kirchner y a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.

La audiencia con su compatriota no solo sirve como gesto de cortesía, sino para desenmarañar una relación bastante fría que como corolario tiene una negativa de 14 audiencias que Cristina le negó a Jorge Bergoglio como cardenal de la Arquidiócesis de Buenos Aires. La reunión con Dilma Rousseff, seguramente tiene más que todo un reconocimiento al país más católico del mundo y para ver la estrategia de su visita para cuando en julio se celebren las jornadas mundiales de la juventud.

Pero más allá de los intereses y gestos particulares, es una buena indicación que el Papa haya elegido que sean dos dignatarias y latinoamericanas las protagonistas de sus primeros actos de gobierno.

Pudiera esto ser un símbolo de la necesaria renovación de la Iglesia que tiene por encargo el nuevo papa, entre otras cosas de tener que utilizar bisturí de quirófano para limpiar la cúspide de la curia, hacerla un cuerpo más descentralizado en las decisiones y darle a la mujer un lugar de mayor preponderancia, así sea en las tareas de liderazgo o permitiéndoles que se ordenen en el sacerdocio.

Ya ha quedado muy claro en la historia de la Iglesia que la conducta de los hombres es reprochable y que son muchos las fallas y crímenes que se han cometido. Una mayor inclusión de las mujeres permitiría que la Iglesia sea más piadosa y misericordiosa, dos calificativos que están en la mente y los ejemplos de vida del papa Francisco.

domingo, 17 de marzo de 2013

Francisco: Enemigo de extremos


Más allá de la actitud de pobreza y austeridad que el nuevo pontífice Francisco demostró en su trabajo evangelizador en Argentina en coincidencia con la vida frugal y humilde de San Francisco de Asís, el nombre del santo italiano tiene otras connotaciones también muy válidas para el ex cardenal de Buenos Aires.

El nueva Papa, como cardenal Jorge Mario Bergoglio, siempre fue muy enemigo de los extremos, desde criticar duramente al Fondo Monetario Internacional por imponer políticas económicas destructivas para Argentina hasta reprender las medidas económicas y populistas del gobierno de Cristina de Kirchner.

Siempre firme contra todo tipo de abusos, así sean referente a la corrupción, a la desigualdad y a temas específicos como la trata de personas, el papa Francisco utilizó un mensaje apolítico y conciliador, que fue interpretado o tergiversado como “de oposición”, ante un gobierno que considera que todo lo que no está a su favor, está en su contra; y que puede hilvanar historias retorcidas para seguir manchando reputaciones y continuar siendo protagonista.

El gesto del nuevo pontífice de abrazar a San Francisco de Asís connota claramente que seguirá buscando por el camino de la conciliación y el diálogo el acercamiento de todos los sectores y será, con su ejemplo, como demostrará el camino para construir una mejor sociedad. Los gestos son importantes en esta primera semana de pontificado, pero habrá que esperar cuáles son los ejemplos de restauración interna de la Iglesia para que queden como el camino a seguir.

El mundo está ávido por tener un líder espiritual (y político) a quien escuchar y de quien aprender. Y cuando el Señor parecía dormir, como dijo el ahora Papa Emérito Benedicto XVI, la esperanza volvió a florecer.