Las tendencias de consumo en
EEUU tarde o temprano se expanden por América Latina, desde las modas y la
comida chatarra hasta el entretenimiento y las formas de leer las noticias.
Los medios de comunicación
no son ajenos a ellas. El informe del Pew Center sobre el Estado de la Prensa
en 2016 no augura la desaparición de los periódicos, radios y televisión, pero les
aconseja cambios profundos para sobrevivir. Deben abrazar a sus audiencias, entender
sus hábitos y probar nuevos formatos para distribuir información.
El estudio no dice lo obvio:
Sin calidad periodística y medios rentables, la sociedad y la democracia serán superficiales
y más débiles. Lo que sí se desprende del informe es que no es suficiente con crear
buenos contenidos. Hay que saber distribuirlos y usar formatos más interactivos
y atractivos para encantar al público.
Los cambios en el consumo
son generacionales; no hay vuelta atrás. Los jóvenes prefieren interactuar en
Facebook, chatear en Whatsapp y ver videos en YouTube o Snapchat, a consumir
noticias pasivamente en los medios. Y esta experiencia ocurre cada vez más en
los teléfonos móviles, tendencia confirmada por la publicidad, donde ha crecido
más de un 65% en 2015.
El problema es que los
cambios de hábitos en el consumo son vertiginosos, no así la adaptación a estos
de parte de las empresas periodísticas. Esa falta de sincronía se observa en
los medios tradicionales estadounidenses, algo que en América Latina podría
agravarse debido a la retracción de la publicidad como consecuencia de la recesión
económica que se experimenta.
Los diarios estadounidenses
son los más complicados. Arrastran una tendencia a la baja desde hace una
década. En 2015 su circulación en papel cayó un 7% y sus ingresos por
publicidad un 8%. Obligados por la situación, despiden periodistas y se
achican, pero pierden calidad y lectores, debilitándose ante sus anunciantes
que eligen otros medios. Para detener el círculo vicioso, abandonan el papel,
pero sus versiones digitales, fuertes en penetración pero débiles en ingresos,
son parches que no detienen la hemorragia.
Para colmo de males, la
competencia es muy desleal. Google, Facebook, Microsoft, Yahoo y Twitter no
gastan un centavo en fabricar contenidos, los chupan de los medios
tradicionales y de sus propios usuarios, utilizándolos como excelentes vehículos
publicitarios para alcanzar a sus masivas audiencias. Estos nuevos medios han embolsado
el 65% de los 60 billones de dólares en publicidad que se gastó el año pasado.
Facebook, con más de 1.500 millones de usuarios y 500 millones en Instagram, se
quedó con un 30% de esa ganancia.
No hay forma de competir con
semejantes audiencias y con estas empresas que invierten millones en nuevos productos
y que, a su vez, terminan acelerando los cambios en los hábitos de consumo. Las
compras por internet siguen trepando, la TV ya no compite con el cable sino con
Netflix o youTube, el taxi contra Uber y la industria hotelera contra Expedia y
Airbnb. En definitiva, han sabido crear un efectivo círculo virtuoso: Mejores
servicios, más audiencias, mayores beneficios.
Nadie, sin embargo, ni los
medios tradicionales ni los nuevos, pueden confiarse de unas audiencias cada
vez más inteligentes, inquietas y consumistas, pero también poco leales. De ahí
que no basta con la buena reputación de la empresa, al público hay que
conquistarlo día tras día con nuevos y mejores servicios.
Tampoco todo está perdido
para los sitios digitales de los diarios, radios y tv. Siguen siendo los
preferidos por el público para obtener información confiable. Su gran desafío
radica no solo en investigar, fiscalizar al poder, denunciar corrupción pública
y privada, sino también regenerar su modelo de negocio para tener más opciones
de éxito.
Sobre estas opciones debatiremos
en Miami esta próxima semana. La conferencia SIPConnect, en su segunda edición
que organizamos con la Sociedad Interamericana de Prensa, tiene como objetivo
que todos los medios, sin importar la plataforma escogida para distribuir
contenidos, tengan acceso a herramientas y habilidades que les permitan ser
eficientes y rentables.
Crear agenda y opinión
pública depende de la salud económica de los medios y del Periodismo. Sin
ellos, una audiencia no es comunidad, sino multitud y masa. trottiart@gmail.com