En momentos que reina la incertidumbre sobre la intermediación de Oscar Arias en el conflicto hondureño, el video de las FARC que difundió la agencia AP, en el que el “Mono” Jojoy relata que esa narcoguerrilla dio dinero a la campaña presidencial de Rafael Correa en el 2006, conmovió a la opinión pública internacional y asestó un duro golpe a la credibilidad del gobierno ecuatoriano.
Por supuesto que era de esperar que Correa saliera en su alocución sabatina de hoy a despotricar contra los colombianos, contra la prensa internacional, con el gobierno de Estados Unidos y hasta contra los golpistas hondureños, ya que para él, este video que describe la corrupción en el inicio de su gobierno, es una payasada y una cantinflada.
La gente suele desconfiar de las palabras, pero no mucho de las imágenes, porque éstas dan la certeza y corroboran como ocurren los hechos. Aquel dicho de que “una imagen vale más que mil palabras” recobra fuerza en esta circunstancia. Las imágenes, fotos y videos, nos acercan a la verdad y dejan en evidencia a quien desmienten los hechos.
Eso sucedió con la corrupción en el gobierno de Alberto Fujimori que siempre fue tapada y solapada hasta que aparecieron los videos grabados por su asesor, Vladimiro Montesinos, para mostrar la forma en que la administración peruana extorsionaba, corrompía y compraba influencias. Las fotos del padre Alberto Cutié también fueron reveladoras del affair que mantenía con una mujer, y a pesar de que se desmintieron y de que se decía que eran parte de un arreglo o de un montaje, finalmente las fotografías pudieron más, e hicieron que Cutié se casara y cambiara de denominación religiosa.
Las imágenes sobre las guerras en Irak y Afganistán siempre generaron discusiones, desde las menos complicadas como las de ataúdes con cuerpos de soldados estadounidenses que fueron prohibidas a los periodistas, hasta las más conflictivas, como las que se filtraron en el 2004 desde la cárcel de Abu Ghraib exponiendo casos aberrantes de tortura, en la que estaban involucrados los carceleros militares estadounidenses.
Veremos cómo hará para salir de este embrollo Correa. Obviamente lo hará de la misma forma que siempre ha tratado de desprenderse de todos sus males, acusando a la oposición, a la prensa, a Colombia y a Estados Unidos de ser los causantes de todo. Aunque Correa no haga nada o nada pase al respecto, lo bueno de este video de las FARC es que lo hará callar un poquito y tal vez reconsidere no mostrarse tan arrogante, desafiante y burlón, ya que tendrá miedo que pudiera haber más imágenes reveladoras que estarían esperando que se desboque para dejarlo en el mayor de los ridículos como ahora.
sábado, 18 de julio de 2009
Apagones informativos
Existe una fórmula infalible para medir el nivel de autoritarismo de un gobierno: Cuanto más censura, menos democracia.
Es una paradoja, pero cuando ocurren hechos trascendentes y existe mayor necesidad de saber, los gobiernos autoritarios se afanan por apagar y asfixiar las noticias. En la libertad de prensa, radica la vulnerabilidad de su poder absoluto.
Estas semanas estuvieron salpicadas de silencios y apagones. En China, tras la pelea étnica que arrojó más de 150 musulmanes uigures muertos, el gobierno dispuso una férrea censura afectando a periodistas y medios extranjeros, paralizó el internet y canceló la telefonía móvil y fija; además, cortó de cuajo la comunicación por Facebook, YouTube y Twitter, redes sociales que días antes habían sido el Talón de Aquiles del régimen de Irán, que trató de apagar sin éxito, la información sobre las protestas por elecciones fraudulentas.
La censura se vivió también parcial y temporalmente en Honduras, donde en los primeros dos días del golpe de Estado que destituyó a Manuel Zelaya, el gobierno acorraló militarmente a varios medios electrónicos, entre ellos al oficial Canal 8, que como televisora estatal, era utilizada como órgano de propaganda, tal ocurre en otros países de Latinoamérica.
Existen diferentes “causas” de los apagones, según el gobierno. En los países totalitarios, donde todos los medios pertenecen al Estado o al partido, como en Irán, China o Cuba, y donde criticar a los medios locales sería asumir culpas propias, las autoridades justifican el silencio informativo acusando a los periodistas extranjeros y a otras potencias de instigar el delito e incitar a la violencia. Esas imputaciones, como la de Irán a Gran Bretaña, caen en saco roto, porque los regímenes carecen de credibilidad, tanto por sus mentiras como por estar engrosando sus cárceles con disidentes, periodistas y cibernautas.
A comparación con los totalitarios, los gobiernos autoritarios son los más peligrosos e hipócritas, porque escondiéndose detrás de fachadas democráticas que construyen con procesos electorales constantes, tratan de destruir a los medios y a todo aquel que no comulga con la partitura gubernamental.
Venezuela es el caso típico. Todo el aparato propagandístico, legal y jurídico está destinado a acusar a los medios y periodistas de sedición y de traición, dos delitos que automáticamente los aleja de la Constitución y los acerca a las rejas. El presidente Hugo Chávez, por ello, califica a los medios tanto de “desestabilizadores” como de “pitiyanquis”, o de conspiradores y golpistas o de insidiosos y desleales, adjetivos todos que califican la insurrección y la traición a la patria. El cierre de la “terrorista” RCTV es el ejemplo más palpable.
En el estado autoritario, creado a imagen y semejanza de El Príncipe de Maquiavelo, donde el fin justifica los medios, el sistema se reserva el derecho de conceder el usufructo de los medios, de premiar y castigar, de ahí que ahora esté en juego la suerte de 240 radios y las señales privadas de cable - incluida RCTV cable - acusadas éstas de conformar el “latifundio mediático”, según el ministro Diosdado Cabello, porque no respetan las imágenes de Telesur y Venezolana de Televisión, emisoras de propaganda oficial. Los periódicos, más alejados de la influencia del Estado, guardan mayor independencia, aunque igual son asfixiados con regulaciones fiscales y económicas, hasta para conseguir dólares oficiales para comprar papel e insumos importados.
El gobernante autócrata busca la protección de las leyes. Venezuela reformó el Código Penal en el 2005, agravando la crítica contra el Presidente, delito de desacato en desuso o desaparecido de otros códigos latinoamericanos. Con todo el aparato legal a sus pies y un congreso monopólico desde hace años, no es difícil imaginar que pronto amanecerá la ley sobre “delitos mediáticos” que promueve la fiscal general, Luisa Ortega, para evitar, según ella, campañas periodísticas que generan “angustia, zozobra y pánico”, una burda justificación para asfixiar y producir un apagón informativo constante y permanente.
En momentos en que la comunidad internacional aisló a Honduras castigándola por romper la institucionalidad, sería justo que se adopte similar medida contra Chávez si cierra Globovisión; al fin y al cabo, como la libertad de prensa está protegida por su Constitución y la Carta Democrática, apagar Globovisión, significaría asestar un golpe inconstitucional.
Es una paradoja, pero cuando ocurren hechos trascendentes y existe mayor necesidad de saber, los gobiernos autoritarios se afanan por apagar y asfixiar las noticias. En la libertad de prensa, radica la vulnerabilidad de su poder absoluto.
Estas semanas estuvieron salpicadas de silencios y apagones. En China, tras la pelea étnica que arrojó más de 150 musulmanes uigures muertos, el gobierno dispuso una férrea censura afectando a periodistas y medios extranjeros, paralizó el internet y canceló la telefonía móvil y fija; además, cortó de cuajo la comunicación por Facebook, YouTube y Twitter, redes sociales que días antes habían sido el Talón de Aquiles del régimen de Irán, que trató de apagar sin éxito, la información sobre las protestas por elecciones fraudulentas.
La censura se vivió también parcial y temporalmente en Honduras, donde en los primeros dos días del golpe de Estado que destituyó a Manuel Zelaya, el gobierno acorraló militarmente a varios medios electrónicos, entre ellos al oficial Canal 8, que como televisora estatal, era utilizada como órgano de propaganda, tal ocurre en otros países de Latinoamérica.
Existen diferentes “causas” de los apagones, según el gobierno. En los países totalitarios, donde todos los medios pertenecen al Estado o al partido, como en Irán, China o Cuba, y donde criticar a los medios locales sería asumir culpas propias, las autoridades justifican el silencio informativo acusando a los periodistas extranjeros y a otras potencias de instigar el delito e incitar a la violencia. Esas imputaciones, como la de Irán a Gran Bretaña, caen en saco roto, porque los regímenes carecen de credibilidad, tanto por sus mentiras como por estar engrosando sus cárceles con disidentes, periodistas y cibernautas.
A comparación con los totalitarios, los gobiernos autoritarios son los más peligrosos e hipócritas, porque escondiéndose detrás de fachadas democráticas que construyen con procesos electorales constantes, tratan de destruir a los medios y a todo aquel que no comulga con la partitura gubernamental.
Venezuela es el caso típico. Todo el aparato propagandístico, legal y jurídico está destinado a acusar a los medios y periodistas de sedición y de traición, dos delitos que automáticamente los aleja de la Constitución y los acerca a las rejas. El presidente Hugo Chávez, por ello, califica a los medios tanto de “desestabilizadores” como de “pitiyanquis”, o de conspiradores y golpistas o de insidiosos y desleales, adjetivos todos que califican la insurrección y la traición a la patria. El cierre de la “terrorista” RCTV es el ejemplo más palpable.
En el estado autoritario, creado a imagen y semejanza de El Príncipe de Maquiavelo, donde el fin justifica los medios, el sistema se reserva el derecho de conceder el usufructo de los medios, de premiar y castigar, de ahí que ahora esté en juego la suerte de 240 radios y las señales privadas de cable - incluida RCTV cable - acusadas éstas de conformar el “latifundio mediático”, según el ministro Diosdado Cabello, porque no respetan las imágenes de Telesur y Venezolana de Televisión, emisoras de propaganda oficial. Los periódicos, más alejados de la influencia del Estado, guardan mayor independencia, aunque igual son asfixiados con regulaciones fiscales y económicas, hasta para conseguir dólares oficiales para comprar papel e insumos importados.
El gobernante autócrata busca la protección de las leyes. Venezuela reformó el Código Penal en el 2005, agravando la crítica contra el Presidente, delito de desacato en desuso o desaparecido de otros códigos latinoamericanos. Con todo el aparato legal a sus pies y un congreso monopólico desde hace años, no es difícil imaginar que pronto amanecerá la ley sobre “delitos mediáticos” que promueve la fiscal general, Luisa Ortega, para evitar, según ella, campañas periodísticas que generan “angustia, zozobra y pánico”, una burda justificación para asfixiar y producir un apagón informativo constante y permanente.
En momentos en que la comunidad internacional aisló a Honduras castigándola por romper la institucionalidad, sería justo que se adopte similar medida contra Chávez si cierra Globovisión; al fin y al cabo, como la libertad de prensa está protegida por su Constitución y la Carta Democrática, apagar Globovisión, significaría asestar un golpe inconstitucional.
viernes, 17 de julio de 2009
Instigando a la violencia. El Chávez de siempre
A pocas horas de que se reanude el proceso de mediación de la crisis hondureña a través de Oscar Arias, se evidencia que hay esfuerzos y palabras malsonantes para que el intento fracase.
Las declaraciones de Hugo Chávez y de Evo Morales desde Bolivia están encaminadas – como siempre – a desacreditar a diestra y siniestra a cualquiera que no se pliegue a sus dichos, a su forma de ver o a sus acciones. Ahora, mientras infieren la culpabilidad de Estados Unidos detrás del golpe de Estado, ya sea en forma directa a través del Pentágono o indirecta omitiendo haber intervenido en forma más decidida para que Manuel Zelaya sea restituido, hablan del peligro de insurrección, de militarización y de violencia que se puede expandir a toda Centroamérica.
En realidad, son justamente ese tipo de palabras mal habidas las que instigan a la violencia y pueden ser las disparadoras de procesos más hostiles, como quedó demostrado en la reagrupación de sectores afines a Zelaya que en estos días parecieran más decididos a tomar las calles. La arenga de Chávez tiene esa intención aviesa de avivar el fuego, una forma maquiavélica que ha utilizado constantemente en su país. Provoca, incita, instiga y luego de que se desata la violencia, se repliega y, con el mismo desparpajo, acusa a los violentos de ser los responsables de los desmanes.
Lamentablemente, mientras la crisis en Honduras se extienda, veremos mucho más de Chávez, porque él reniega del diálogo, de la confrontación de ideas, de los argumentos, de la pacificación. Su gasolina es la propaganda, la violencia, la polarización y la división. Está en su salsa y, de esta forma, sigue desviando la atención del mayor peligro que existe en Latinoamérica, la destrucción de la democracia venezolana.
Las declaraciones de Hugo Chávez y de Evo Morales desde Bolivia están encaminadas – como siempre – a desacreditar a diestra y siniestra a cualquiera que no se pliegue a sus dichos, a su forma de ver o a sus acciones. Ahora, mientras infieren la culpabilidad de Estados Unidos detrás del golpe de Estado, ya sea en forma directa a través del Pentágono o indirecta omitiendo haber intervenido en forma más decidida para que Manuel Zelaya sea restituido, hablan del peligro de insurrección, de militarización y de violencia que se puede expandir a toda Centroamérica.
En realidad, son justamente ese tipo de palabras mal habidas las que instigan a la violencia y pueden ser las disparadoras de procesos más hostiles, como quedó demostrado en la reagrupación de sectores afines a Zelaya que en estos días parecieran más decididos a tomar las calles. La arenga de Chávez tiene esa intención aviesa de avivar el fuego, una forma maquiavélica que ha utilizado constantemente en su país. Provoca, incita, instiga y luego de que se desata la violencia, se repliega y, con el mismo desparpajo, acusa a los violentos de ser los responsables de los desmanes.
Lamentablemente, mientras la crisis en Honduras se extienda, veremos mucho más de Chávez, porque él reniega del diálogo, de la confrontación de ideas, de los argumentos, de la pacificación. Su gasolina es la propaganda, la violencia, la polarización y la división. Está en su salsa y, de esta forma, sigue desviando la atención del mayor peligro que existe en Latinoamérica, la destrucción de la democracia venezolana.
jueves, 16 de julio de 2009
Enriquecimiento ilícito
La historia se repite, muy a menudo y, para peor, con bastante impunidad. El enriquecimiento ilícito es un delito penado en todos los códigos penales, pero rara vez es aplicado a quienes ostentan los máximos cargos en un país, ya que todo se disfraza con un tamiz político que suele trabar todo intento por hacer justicia.
Distinta es la situación cuando estos funcionarios dejan sus puestos y entonces los jueces, los fiscales y los demás políticos o ciudadanos se sienten más libres, independientes y sin presiones para denunciar hechos de enriquecimiento ilícito, habiendo mayores probabilidades de que se les “pase factura”. Los casos contra los presidentes Carlos Menem, Alberto Fujimori y Augusto Pinochet, son solo un par de ejemplos de la impunidad que gozaron mientras fueron presidentes, hasta que dejado el cargo, terminaron siendo juzgados, procesados y castigados por enriquecimiento ilícito, entre tantos otros delitos.
El caso del matrimonio Kirchner parece que tiene estos ingredientes. Se mantiene y seguramente se mantendrá a flote durante la presidencia de Cristina de Kirchner o mientras el matrimonio dure en el poder, pero cuando dejen la Presidencia, habrá más independencia y menos presiones en la Justicia para que se pueda hacer justicia.
La prensa argentina viene denunciando en estas semanas que la fortuna de la presidenta y el ex presidente creció en el 2008 el 158% y 600% en los últimos seis, desde que Néstor Kirchner asumió la presidencia en el 2003.
Su fortuna se incrementó en el 2008 gracias a la venta un terreno fiscal por de 20.095 metros cuadrados en la zona patagónica de El Calafate que la pareja había comprado por unos 34.750 dólares. Lo vendieron en 1.65 millones de dólares. Sobre esta compraventa pesaba una denuncia penal, pero fue desestimada por un juez.
Durante estos años presidenciales, los Kirchner también siguieron expandiendo sus negocios de hotelería, lo que de inmediato genera dudas teniendo en cuenta que un presidente de un país siempre tendrá ciertos privilegios o, al menos, otros involucrados en negocios siempre tratarán de beneficiarlos con la idea de recibir algo a cambio.
A pesar de que todas las acciones y los dineros obtenidos hayan sido legítima y legalmente conseguidos, es importante que un presidente no actúe solo como tal sino que además de la apariencia de hacerlo. Pero como eso no sucede, salvo excepciones en Latinoamérica – repasemos en cada uno de nuestros países los casos de enriquecimiento ilícito (y nepotismo) que involucran a presidentes de los poderes públicos como Rafael Correa con su hermano, Hugo Chávez con su familia, Alvaro Uribe con su primo, José Sarney en Brasil, entre otros - sería importante que todos quienes asumen cargos públicos de cierto nivel jerárquico para arriba, tuvieran vedado por ley la oportunidad de seguir haciendo negocios como particulares.
Distinta es la situación cuando estos funcionarios dejan sus puestos y entonces los jueces, los fiscales y los demás políticos o ciudadanos se sienten más libres, independientes y sin presiones para denunciar hechos de enriquecimiento ilícito, habiendo mayores probabilidades de que se les “pase factura”. Los casos contra los presidentes Carlos Menem, Alberto Fujimori y Augusto Pinochet, son solo un par de ejemplos de la impunidad que gozaron mientras fueron presidentes, hasta que dejado el cargo, terminaron siendo juzgados, procesados y castigados por enriquecimiento ilícito, entre tantos otros delitos.
El caso del matrimonio Kirchner parece que tiene estos ingredientes. Se mantiene y seguramente se mantendrá a flote durante la presidencia de Cristina de Kirchner o mientras el matrimonio dure en el poder, pero cuando dejen la Presidencia, habrá más independencia y menos presiones en la Justicia para que se pueda hacer justicia.
La prensa argentina viene denunciando en estas semanas que la fortuna de la presidenta y el ex presidente creció en el 2008 el 158% y 600% en los últimos seis, desde que Néstor Kirchner asumió la presidencia en el 2003.
Su fortuna se incrementó en el 2008 gracias a la venta un terreno fiscal por de 20.095 metros cuadrados en la zona patagónica de El Calafate que la pareja había comprado por unos 34.750 dólares. Lo vendieron en 1.65 millones de dólares. Sobre esta compraventa pesaba una denuncia penal, pero fue desestimada por un juez.
Durante estos años presidenciales, los Kirchner también siguieron expandiendo sus negocios de hotelería, lo que de inmediato genera dudas teniendo en cuenta que un presidente de un país siempre tendrá ciertos privilegios o, al menos, otros involucrados en negocios siempre tratarán de beneficiarlos con la idea de recibir algo a cambio.
A pesar de que todas las acciones y los dineros obtenidos hayan sido legítima y legalmente conseguidos, es importante que un presidente no actúe solo como tal sino que además de la apariencia de hacerlo. Pero como eso no sucede, salvo excepciones en Latinoamérica – repasemos en cada uno de nuestros países los casos de enriquecimiento ilícito (y nepotismo) que involucran a presidentes de los poderes públicos como Rafael Correa con su hermano, Hugo Chávez con su familia, Alvaro Uribe con su primo, José Sarney en Brasil, entre otros - sería importante que todos quienes asumen cargos públicos de cierto nivel jerárquico para arriba, tuvieran vedado por ley la oportunidad de seguir haciendo negocios como particulares.
Estudiantes de América
Me sentí platense esta noche como cuando tenía unos 10 años y vi los grandes triunfos de Estudiantes de La Plata con su triple corona de la Copa Libertadores de América ganada entre 1968-1970. Esta noche disfruté a rabiar un partidazo que parecía perdido después del gol del brasileño Cruzeiro de local en su estadio de Belo Horizonte a los pocos minutos de empezar el segundo tiempo.
Pero la estirpe y el temple de un equipo que en la historia se forjó en las batallas, casi campales, ( que en su época dieron jugadores duros como Bilardo, Malbernat, Verón y Poletti, entre otros) salió a relucir esta noche de visitante comandado por tres grandes jugadores como la “brujita” Verón – hijo de la legendaria “bruja”, quien hilvanó unos pases milimétricos que desembocaron en los goles de “la gata” Fernández y de Boselli, el goleador del campeonato con ocho goles.
El triunfo tiene un sabor especial, porque como siempre, es doblemente gratificante ganarle a los equipos brasileños y más de visitante y celebrar una vuelta olímpica en sus terrenos; y porque se mantiene la hegemonía sobre una copa que históricamente parece estar pintada de blanca y celeste.
La ciudad de La Plata, la capital de la provincia de Buenos Aires, pareciera que esta noche no dormirá, porque a pesar de la férrea competencia entre los dos equipos profesionales, Estudiantes y Gimnasia y Esgrima, ambos tienen porqué festejar, ya que este último equipo escapó el domingo pasado de perder la categoría y se mantendrá así en Primera.
Importante fue que Estudiantes ganó bien, con estrategia, garra y templanza. Sin ayudas y soportando golpazos que los brasileños ya venían dado desde el primer partido en La Plata. Dar vuelta un partido en Brasil, que después del gol brasileño parecía que se venían cuatro o cinco más, fue apoteósico. Verón mostró que está para seguir en la selección, Boselli siempre miró al arco y el cabezazo coronó su olfato goleador, mientras Fernández no desontonó con un partido en que terminaron todos agotados, casi sin piernas y donde un alargue hubiera sido catastrófico. Sabella, el técnico, se recibió de técnico mayor. Está ya maduro para otras cosas.
Estudiantes, con sus cuatro copas continentales, ya dejó de ser solo de La Plata. Como en aquella década del 60, ya es estudiantes de América, como aprendí a llamarlo de chico.
Pero la estirpe y el temple de un equipo que en la historia se forjó en las batallas, casi campales, ( que en su época dieron jugadores duros como Bilardo, Malbernat, Verón y Poletti, entre otros) salió a relucir esta noche de visitante comandado por tres grandes jugadores como la “brujita” Verón – hijo de la legendaria “bruja”, quien hilvanó unos pases milimétricos que desembocaron en los goles de “la gata” Fernández y de Boselli, el goleador del campeonato con ocho goles.
El triunfo tiene un sabor especial, porque como siempre, es doblemente gratificante ganarle a los equipos brasileños y más de visitante y celebrar una vuelta olímpica en sus terrenos; y porque se mantiene la hegemonía sobre una copa que históricamente parece estar pintada de blanca y celeste.
La ciudad de La Plata, la capital de la provincia de Buenos Aires, pareciera que esta noche no dormirá, porque a pesar de la férrea competencia entre los dos equipos profesionales, Estudiantes y Gimnasia y Esgrima, ambos tienen porqué festejar, ya que este último equipo escapó el domingo pasado de perder la categoría y se mantendrá así en Primera.
Importante fue que Estudiantes ganó bien, con estrategia, garra y templanza. Sin ayudas y soportando golpazos que los brasileños ya venían dado desde el primer partido en La Plata. Dar vuelta un partido en Brasil, que después del gol brasileño parecía que se venían cuatro o cinco más, fue apoteósico. Verón mostró que está para seguir en la selección, Boselli siempre miró al arco y el cabezazo coronó su olfato goleador, mientras Fernández no desontonó con un partido en que terminaron todos agotados, casi sin piernas y donde un alargue hubiera sido catastrófico. Sabella, el técnico, se recibió de técnico mayor. Está ya maduro para otras cosas.
Estudiantes, con sus cuatro copas continentales, ya dejó de ser solo de La Plata. Como en aquella década del 60, ya es estudiantes de América, como aprendí a llamarlo de chico.
miércoles, 15 de julio de 2009
División de poderes; fiesta democrática
Uno de los espectáculos más dignos de una democracia está sucediendo en estos días en el Senado de Estados Unidos, donde se siguen realizando las sesiones de confirmación de la candidata a la Corte Suprema de Justicia, la jueza hispana Sonia Sotomayor, nominada por el presidente Barack Obama.
Estas sesiones, normales en Estados Unidos como parte de la separación de poderes públicos, se destacan y sobresalen aún más hoy en día, dada la experiencia en numerosos países donde los poderes judiciales y los congresos están sometidos a la voluntad del Poder Ejecutivo.
Los debates en el Congreso estadounidense son públicos, duros, ríspidos, difíciles, pero respetuosos y llenos de argumentos entre congresistas que ven a la candidata como la ideal y otros que la ven como totalmente parcial debido a su condición de hispana y de acuerdo a los fallos que ha dictaminado en el pasado y sus discursos, entre los que sostuvo que una mujer hispana puede tener mejor criterio judicial que un hombre anglosajón.
Las diferencias en estas sesiones son zanjadas mediante argumentos y no con posiciones polarizantes en que los contendientes se descalifican entre sí o insultan o pelean o buscan crear divisiones. Es la forma en que la cultura y práctica democrática trabaja y que, a última hora, a favor o en contra de la nominada, todos terminaran por aceptarla o rechazarla.
En muchos países latinoamericanos estas sesiones parecen parte de ciencia ficción, simplemente porque no existe espacio para la independencia y separación de poderes. La concentración de poder en los poderes ejecutivos, en muchos casos refirmada por las reelecciones y reformas constitucionales, está haciendo estragos en nuestros sistemas democráticos.
Estas sesiones, normales en Estados Unidos como parte de la separación de poderes públicos, se destacan y sobresalen aún más hoy en día, dada la experiencia en numerosos países donde los poderes judiciales y los congresos están sometidos a la voluntad del Poder Ejecutivo.
Los debates en el Congreso estadounidense son públicos, duros, ríspidos, difíciles, pero respetuosos y llenos de argumentos entre congresistas que ven a la candidata como la ideal y otros que la ven como totalmente parcial debido a su condición de hispana y de acuerdo a los fallos que ha dictaminado en el pasado y sus discursos, entre los que sostuvo que una mujer hispana puede tener mejor criterio judicial que un hombre anglosajón.
Las diferencias en estas sesiones son zanjadas mediante argumentos y no con posiciones polarizantes en que los contendientes se descalifican entre sí o insultan o pelean o buscan crear divisiones. Es la forma en que la cultura y práctica democrática trabaja y que, a última hora, a favor o en contra de la nominada, todos terminaran por aceptarla o rechazarla.
En muchos países latinoamericanos estas sesiones parecen parte de ciencia ficción, simplemente porque no existe espacio para la independencia y separación de poderes. La concentración de poder en los poderes ejecutivos, en muchos casos refirmada por las reelecciones y reformas constitucionales, está haciendo estragos en nuestros sistemas democráticos.
lunes, 13 de julio de 2009
Información y propaganda; Telesur
El nuevo gobierno hondureño cometió de nuevo un error en materia de libertad de prensa hostigando a periodistas de la agencia venezolana de noticias Telesur y del canal Venezolana de Televisión, VTV, ambos órganos del gobierno de Hugo Chávez. Si bien los hechos son confusos, respecto a que los periodistas aseguran que fueron expulsados, mientras que las autoridades dicen que abandonaron el país, lo cierto es que el episodio es reprobable y no ayuda a generar un mejor ambiente. La policía, en algún momento, mencionó que los periodistas habían violado el toque de queda, sin embargo, las autoridades habían dicho que no tendría alcance para periodistas y medios de comunicación.
Telesur, que nació básicamente como una agencia informativa de propaganda del gobierno de Chávez para neutralizar a la “propaganda imperialista de CNN”, jamás pudo sacarse de arriba su estigma de trabajar informativamente para un gobierno. Generalmente, es difícil descifrar cuando la cadena reporta sobre los hechos con desinterés y cuando tiene una intención específica de torcerlos de acuerdo a los mandatos estratégicos y políticos de su dueño.
Esta noche hubo una prueba más de esa intención, cuando en una entrevista con el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa de la SIP, Robert Rivard, para lo cual se había pautado hablar sobre el tema de Honduras, antes de cualquier pregunta, Rivard tuvo que escuchar una larga perorata del presidente nicaragüense Daniel Ortega sobre la falta de libertad de prensa en Honduras, desafiando a la SIP a que se pronuncie al respecto. Nada original, ya que lo mismo, entre ayer y hoy, lo solicitó el presidente Hugo Chávez y periodistas de Telesur en forma pública.
Rivard, muy tranquilo, en pocos minutos que se le permitió estar en el aire, respondió que Daniel Ortega era justamente uno de los presidentes más peligrosos contra la libertad de prensa para los medios de su país y que nada tenía que decirle a la SIP sobre Honduras, al tiempo que recordó que la institución ya ha había expedido tres peticiones oficiales (y públicos) al gobierno de Roberto Micheletti y que había un nuevo pronunciamiento para reclamar sobre libertad de prensa.
Una semana antes, el presidente de la SIP, Enrique Santos, también había sido entrevistado en Telesur, pero gran parte de la entrevista en la que se refirió a las violaciones constantes a la libertad de prensa de Hugo Chávez, nunca fue transmitida.
Lo bochornoso, en todo caso más allá de los políticos como Chávez y Ortega, quienes lamentablemente siempre buscan echarle la culpa a la prensa de los desmanes que producen, es que haya periodistas que asumiendo un papel político, propagandístico y desafiante reclamen ante instituciones como la SIP que nunca se han fijado cuando claman por el respeto a la libertad de prensa, así sean gobiernos de las más variadas ideologías como sobre periodistas que laboran en medios privados o estatales. No se trata de que denuncien esos atropellos, todo lo contrario, sino que lo hagan con esa desafío que los desacredita de cuajo por adoptar los mismo criterios que los políticos en cuestión.
Por más que la SIP saque cientos de pronunciamientos a favor de Telesur, la cadena y el gobierno de Chávez – como el de Ortega esta noche – se harán los distraídos y aprovecharán para distorsionar los hechos y crear propaganda, fieles a sus objetivos de crear polarización y divisiones.
Finalmente, la discusión puede ser eterna cuando se tocan estos temas entre información y propaganda, quedando al público el discernimiento sobre la credibilidad de los medios y los periodistas.
Telesur, que nació básicamente como una agencia informativa de propaganda del gobierno de Chávez para neutralizar a la “propaganda imperialista de CNN”, jamás pudo sacarse de arriba su estigma de trabajar informativamente para un gobierno. Generalmente, es difícil descifrar cuando la cadena reporta sobre los hechos con desinterés y cuando tiene una intención específica de torcerlos de acuerdo a los mandatos estratégicos y políticos de su dueño.
Esta noche hubo una prueba más de esa intención, cuando en una entrevista con el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa de la SIP, Robert Rivard, para lo cual se había pautado hablar sobre el tema de Honduras, antes de cualquier pregunta, Rivard tuvo que escuchar una larga perorata del presidente nicaragüense Daniel Ortega sobre la falta de libertad de prensa en Honduras, desafiando a la SIP a que se pronuncie al respecto. Nada original, ya que lo mismo, entre ayer y hoy, lo solicitó el presidente Hugo Chávez y periodistas de Telesur en forma pública.
Rivard, muy tranquilo, en pocos minutos que se le permitió estar en el aire, respondió que Daniel Ortega era justamente uno de los presidentes más peligrosos contra la libertad de prensa para los medios de su país y que nada tenía que decirle a la SIP sobre Honduras, al tiempo que recordó que la institución ya ha había expedido tres peticiones oficiales (y públicos) al gobierno de Roberto Micheletti y que había un nuevo pronunciamiento para reclamar sobre libertad de prensa.
Una semana antes, el presidente de la SIP, Enrique Santos, también había sido entrevistado en Telesur, pero gran parte de la entrevista en la que se refirió a las violaciones constantes a la libertad de prensa de Hugo Chávez, nunca fue transmitida.
Lo bochornoso, en todo caso más allá de los políticos como Chávez y Ortega, quienes lamentablemente siempre buscan echarle la culpa a la prensa de los desmanes que producen, es que haya periodistas que asumiendo un papel político, propagandístico y desafiante reclamen ante instituciones como la SIP que nunca se han fijado cuando claman por el respeto a la libertad de prensa, así sean gobiernos de las más variadas ideologías como sobre periodistas que laboran en medios privados o estatales. No se trata de que denuncien esos atropellos, todo lo contrario, sino que lo hagan con esa desafío que los desacredita de cuajo por adoptar los mismo criterios que los políticos en cuestión.
Por más que la SIP saque cientos de pronunciamientos a favor de Telesur, la cadena y el gobierno de Chávez – como el de Ortega esta noche – se harán los distraídos y aprovecharán para distorsionar los hechos y crear propaganda, fieles a sus objetivos de crear polarización y divisiones.
Finalmente, la discusión puede ser eterna cuando se tocan estos temas entre información y propaganda, quedando al público el discernimiento sobre la credibilidad de los medios y los periodistas.
domingo, 12 de julio de 2009
No es sorpresa que EUA no apoye a Insulza
No creo que sea sorpresa para nadie ni menos para el propio José Miguel Insulza, que EUA no le apoyará para su reelección frente a la OEA cuando termine su primer período en mayo de 2009.
Insulza no hizo nada para ganarse la confianza con la parcialidad que vino demostrando con la crisis en Honduras a favor de la posición de Hugo Chávez, más que la del propio Manuel Zelaya.
Desde un principio, más allá de que pueda ser respetada su posición sobre Roberto Micheletti o el golpe de Estado, lo que nunca se entendió es que haya buscado con tanta celeridad la expulsión de Honduras de la OEA, actitud que sí la tuvo apara atraer a Cuba, una dictadura perenne, o que nunca se haya expresado sobre los “golpes democráticos” que Hugo Chávez da en su país, evidenciados por la persecución de todos los políticos que le han ganado en las elecciones pasadas, como el alcalde de Caracas – quien acaba de realizar una huelga de hambre – y el gobernador del Zulia, quien está exiliado en Perú.
Insulza se ha clavado la fosa solo pegándose a un Hugo Chávez y sus posturas ideológicas que ya no son tan respetadas, ni temidas ni idolatradas en Latinoamérica. Lamentablemente, Insulza también ha arrastrado a la organización a un descrédito increíble sobre la que se ha profundizado el debate sobre ¿para qué sirve?, en la consideración de que ni él ni la organización siquiera pueden servir de mediadores para descifrar un conflicto político como el hondureño.
Insulza no hizo nada para ganarse la confianza con la parcialidad que vino demostrando con la crisis en Honduras a favor de la posición de Hugo Chávez, más que la del propio Manuel Zelaya.
Desde un principio, más allá de que pueda ser respetada su posición sobre Roberto Micheletti o el golpe de Estado, lo que nunca se entendió es que haya buscado con tanta celeridad la expulsión de Honduras de la OEA, actitud que sí la tuvo apara atraer a Cuba, una dictadura perenne, o que nunca se haya expresado sobre los “golpes democráticos” que Hugo Chávez da en su país, evidenciados por la persecución de todos los políticos que le han ganado en las elecciones pasadas, como el alcalde de Caracas – quien acaba de realizar una huelga de hambre – y el gobernador del Zulia, quien está exiliado en Perú.
Insulza se ha clavado la fosa solo pegándose a un Hugo Chávez y sus posturas ideológicas que ya no son tan respetadas, ni temidas ni idolatradas en Latinoamérica. Lamentablemente, Insulza también ha arrastrado a la organización a un descrédito increíble sobre la que se ha profundizado el debate sobre ¿para qué sirve?, en la consideración de que ni él ni la organización siquiera pueden servir de mediadores para descifrar un conflicto político como el hondureño.
El Salvador y la moralidad
Mauricio Funes ha repetido antes de asumir y ya en la Presidencia de El Salvador, que el presidente Hugo Chávez no es su modelo, sino que sigue los lineamientos de Lula da Silva y de Barack Obama.
Esperemos que no solo sea en materia política y económica, sino también en cuestiones de libertad de prensa, ya que, casualmente, a pocas semanas de haber asumido, ya se deberían estar prendiendo las luces de alarma. Resulta que su ministro de Gobernación de El Salvador, Humberto Centeno, está impulsando algún tipo de regulación para censurar a los medios de comunicación sobre los contenidos inmorales que “afectan seriamente a los niños y a los jóvenes”. Dijo que los medios están “envenenando con propaganda de carácter sexual y violento” a los niños y a las niñas.
Si bien es legítimo que todos los países y gobiernos busquen formas de poner límites a los excesos informativos, también es importante estar muy atentos a las intenciones del ministro y del gobierno. De la misma forma que lo manifestó el ministro, así fue cómo comenzó Hugo Chávez en Venezuela su ataque a los medios. Como un lobo disfrazado de corderito, una de sus primeras medidas fue crear una regulación de “horario de protección al menor”, lo que terminó siendo la base para la ley de Responsabilidad Social, la que sirvió para cerrar RCTV, atacar a medios y periodistas y ahora, es el argumento en contra de Globovisión.
No caben dudas que este es un problema recurrente en la mayoría de los países, donde termina siendo muy difícil poner los límites equilibrados entre la forma de informar y la de no “agredir” a los menores, para lo cual también se requiere de balance, para no inclinar la balanza en contra de la libertad de prensa.
Ojala que la comunidad salvadoreña reaccione a tiempo y no coma “gato por liebre”, entendiendo que las intenciones moralistas del ministro, pueden ser solo excusas para debilitar a los medios de comunicación.
Esperemos que no solo sea en materia política y económica, sino también en cuestiones de libertad de prensa, ya que, casualmente, a pocas semanas de haber asumido, ya se deberían estar prendiendo las luces de alarma. Resulta que su ministro de Gobernación de El Salvador, Humberto Centeno, está impulsando algún tipo de regulación para censurar a los medios de comunicación sobre los contenidos inmorales que “afectan seriamente a los niños y a los jóvenes”. Dijo que los medios están “envenenando con propaganda de carácter sexual y violento” a los niños y a las niñas.
Si bien es legítimo que todos los países y gobiernos busquen formas de poner límites a los excesos informativos, también es importante estar muy atentos a las intenciones del ministro y del gobierno. De la misma forma que lo manifestó el ministro, así fue cómo comenzó Hugo Chávez en Venezuela su ataque a los medios. Como un lobo disfrazado de corderito, una de sus primeras medidas fue crear una regulación de “horario de protección al menor”, lo que terminó siendo la base para la ley de Responsabilidad Social, la que sirvió para cerrar RCTV, atacar a medios y periodistas y ahora, es el argumento en contra de Globovisión.
No caben dudas que este es un problema recurrente en la mayoría de los países, donde termina siendo muy difícil poner los límites equilibrados entre la forma de informar y la de no “agredir” a los menores, para lo cual también se requiere de balance, para no inclinar la balanza en contra de la libertad de prensa.
Ojala que la comunidad salvadoreña reaccione a tiempo y no coma “gato por liebre”, entendiendo que las intenciones moralistas del ministro, pueden ser solo excusas para debilitar a los medios de comunicación.
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