viernes, 6 de julio de 2012

En contra de la Impunidad



Es importante que los estados sigan combatiendo las injusticias y tratando de acabar con la impunidad. Que al dictador argentino Jorge Rafael Videla le hayan condenado ayer a 50 años de cárcel por la apropiación de niños durante la dictadura militar que lideró entre 1976 y 1983, así como también se sentenció a uno de sus sucesores, Reynaldo Bignone, sienta precedentes importantes en la lucha contra la impunidad en América Latina. La justicia se ha tardado décadas; aunque a destiempo, es importante que esté ayudando a cicatrizar las heridas de las víctimas y sus familiares. La justicia fuerte y firme, al fin y al cabo, es el único disuasivo que existe para combatir la violencia.

Así como en Argentina, un movimiento parecido se está viviendo en Brasil para poder resolver los crímenes que en el Cono Sur los gobiernos dictatoriales cometieron a través de la Operación Cóndor. Aunque en Brasil una ley de 1979 amnistió los crímenes cometidos entre 1964 y 1985, años de gobierno dictatorial, se están buscando mecanismos y el necesario plafond parlamentario y social, para que estos crímenes no continúen impunes.

Durante un foro legislativo celebrado en Brasilia en el que se discutió sobre la alianza represiva militar Operación Cóndor, diputados y activistas de los derechos humanos en representación de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay y Estados Unidos dejaron sentado en un documento que los "agentes de Estado, así como sus cómplices civiles que violaron los derechos humanos, sean procesados y castigados con penas proporcionales a sus crímenes".

Brasil es el único país involucrado en el Plan Cóndor que no ha condenado a sus represores. Seguramente las condenas de Videla, Bignone y otros militares argentinos, representarán  una presión importante para que el gobierno brasileño legisle en contra de la amnistía otorgada.

jueves, 5 de julio de 2012

Paraguay: delicado pero no grave


Habrá que ver qué tipo de información estará recabando en estos momentos el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, respecto a la situación política paraguaya, de la que ya adelantó, es delicada, pero no grave. Lo más relevante de estos últimos días, fue que el nuevo gobierno mostró videos del canciller venezolano, Nicolás Maduro, reunido con militares paraguayos mientras el Congreso debatía sobre el juicio político contra el ex presidente Fernando Lugo, lo que evidenció el grado de injerencia que el gobierno de Hugo Chávez mantiene en la región.


Comparto mi columna del fin de semana, sobre este tema: 

La destitución vertiginosa de Fernando Lugo de la presidencia de Paraguay por “mal desempeño de sus funciones”, resaltó la polémica – y también las hipocresías - sobre los principios de no injerencia, soberanía y autodeterminación, que varios gobiernos y organizaciones de la región traslucen de acuerdo a su tinte ideológico.

La forma en que el Congreso paraguayo destituyó a Lugo fue para algunos un flagrante golpe de Estado; para otros, se trató en esencia, de un legítimo juicio político, apegado a Derecho y normas constitucionales. La falta de violencia y coerción en el proceso, la ausencia de una fuerza armada activa y que el Presidente aceptara la decisión tranquilamente en su despacho, sin que se le expulse en helicóptero o pijama, reflejan un panorama muy diferente al que terminó con Manuel Zelaya en 2010 y en forma momentánea con Hugo Chávez en 2002.

Lo que caldeó más el ambiente fue la injerencia de Chávez en el conflicto, a quien se le atribuyen los cambios bruscos de conducta del ex Obispo católico y ahora ex presidente Lugo. En un santiamén, saltó de “me someto a la decisión del Congreso”, a denunciar un “quiebre democrático mediante un golpe parlamentario”; y desde organizar un gabinete paralelo y un frente para la resistencia, hasta anunciar que será candidato para las elecciones de abril próximo.

No solo la rareza y rapidez del proceso de destitución fueron notables, sino también el alto porcentaje de diputados y senadores que estuvieron en su contra. Por eso huele a excusa que se haya basado en un episodio de ocupación de tierras donde murieron 11 campesinos y seis policías; porque casos así en otros países, acaban con ministros y responsables, pero jamás con presidentes. Lo que sucedió es que a Lugo, así como a Zelaya en Honduras, le pasaron factura por haber comprometido lealtades al ALBA, en detrimento de los partidos políticos que lo llevaron al poder.

De ahí que Chávez fuera el primero en acusar recibo, anunciando  de inmediato un embargo petrolero contra Paraguay Es que el presidente sabe bien que los senadores paraguayos, representan su último escollo -  tras la aprobación de argentinos, brasileños y uruguayos – para que Venezuela entre como socio pleno al Mercosur.

Si bien la destitución puede calificarse de inapropiada y apresurada, Paraguay demostró tener instituciones públicas más independientes y equilibradas que muchos otros países. También evidenció hipocresías ideológicas, ya que los más resentidos, como Raúl Castro, Daniel Ortega, Evo Morales, Rafael Correa y Chávez, quienes siempre reclaman contra la injerencia y la autodeterminación, fueron los que más se entrometieron en este conflicto. El nuevo gobierno de Federico Franco denunció que el canciller venezolano, Nicolás Maduro, arengó a los militares paraguayos para que defendieran a Lugo.

La hipocresía es que muchos de estos gobernantes son los responsables de consistentes “golpecitos” constitucionales. En sus países se han denunciado procesos electorales viciados, sometimiento de jueces, hostigamiento contra periodistas y medios, y servilismo de legisladores que delegan en el Poder Ejecutivo su función de legislar. El caso más grave fue el autogolpe parlamentario de 2010 en Venezuela, cuando la Asamblea Legislativa, semanas antes de que asumieran los legisladores de la oposición, le otorgó a Chávez un poder por 18 meses para que haga leyes a su antojo.
Si fue un golpe o un proceso constitucional, lo de Paraguay pasará a la historia según la óptica del observador; dudas que hasta calaron en el área de los derechos humanos. 

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA calificó de inaceptable “lo expedito del juicio político”, a diferencia de la Fundación para los Derechos Humanos, una ONG independiente, que argumentó que el proceso cumplió con la Carta Democrática Interamericana. Es probable que la CIDH apresurara su diagnóstico, tratando de neutralizar las críticas y amenazas de disolución en su contra que lideran los presidentes de Venezuela y Ecuador.

Lo importante será que pese a las medidas disciplinarias que adopten las entidades continentales - OEA, Mercosur, Unasur – los nuevos dirigentes paraguayos demuestren que el juicio político no afectará de ninguna forma el orden y compromiso democrático.

martes, 3 de julio de 2012

Chávez: sin recambio habrá dictadura


Ya han pasado 13 años de que Hugo Chávez asumió el poder y desde entonces cada año ha intensificado su autoritarismo, gracias a reformas constitucionales - que en ocasiones hizo sin los votos de los referendos - que le sirvieron para construir un sistema político autoritario.

Las pruebas y evidencias están a la vista, solo sus partidarios y quienes se benefician de sus políticas no lo ven. ­­­­Los otros poderes del Estado – legislativo y judicial - han sido prácticamente confiscados, la libertad de prensa sigue siendo coartada, muchos opositores tuvieron que salir al exilio y nadie puede hablar o criticar al regimen, así sean politicos o representantes de empresas privadas, sin sufrir algún tipo de represalia. En Venezuela es pecado criticar el nacionalismo o hasta la falta de transparencia de un régimen que ni siquiera informa sobre la enfermedad de su presidente.

Ninguna de las cosas buenas que puede haber hecho Cávez – mi Dios si no hizo algo bueno en 13 años!!! el periodo de tiempo más largo que haya tenido presidente actual en ejercicio en el continente – pueden contrarrestar todos los atropellos anti democráticos que ha ejercido. Aún así, la inseguridad, la pobreza y la corrupción, tres elementos que él ha criticado a gobiernos anteriores siguen intactos o peores que antes.

Pese a que el gobierno y el chavismo harán lo imposible para mantenerse en el poder apara alargar la vida de la revolución socialista, los venezolanos tendrán en octubre la posibilidad del recambio. Si Chávez gana, los antecedentes indican que su régimen pasará del autoritarismo a una clara dictadura. La revolución socialista es eso.

Si pierde, ojalá que los venezolanos vuelvan a pensar en aquella Constitución que limitaba al gobierno a la relección sin perpetuidad. El recambio obligatorio que impone una Constitución es la máxima garantía que una democracia se solidifique sobre la base del pluralismo y diversidad política.