sábado, 12 de febrero de 2011

Hola impunidad dice Terminator

El gobernador californiano, Arnold “Terminator” Schwarzenegger, más famoso por su secuencia cinéfila que por su logros en la administración pública, y conocido por su popular “hasta la vista baby”, pareciera, en cambio, que al término de su mandato, prefirió decir “hola impunidad”.
Es que a quien se le conoce por reformista y ambientalista, acaba de manchar su reputación de gobernador, ni bueno ni malo, habiendo reducido la sentencia de un criminal condenado a 16 años por el asesinato de un estudiante en 2008. Lo peor del caso, es que a quien perdonó parte de la pena fue a Esteban Núñez, un joven de 21 años, hijo del ex presidente de la Cámara de Diputados de California, el demócrata Fabián Núñez, quien le ayudó al republicano Schwarzenegger a implementar reformas de política pública en materia de medio ambiente.
El gesto de buen samaritano de Terminator, a pesar de que defendió su perdón, porque el asesino no era realmente el asesino, envía un mensaje erróneo a la sociedad. Primero por un abuso de privilegios que tiene un gobernador – al igual que los reyes de las monarquías de estar por sobre Dios y la Justicia humana – y hacerlo en especial antes de su salida no dejando tiempo a la polémica o a que se revierta una decisión tras un intenso debate. Segundo, porque del hecho consumado se beneficia un amigo. Y tercero, lo más importante, porque se tira por la borda la credibilidad del público en la seriedad de la justicia para determinar con firmeza una sentencia.
No creer en la justicia o que haya una “justicia con premios” es una de las debilidades mayores que puede tener un sistema democrático. De ahí, que si miramos a cualquier país, veremos que las democracias más imperfectas son en las que no hay una buena administración de justicia o el Poder Judicial no es independiente al poder político.
Ojalá que los legisladores en California encuentren la forma de reformar las leyes para que los gobernadores – como en cualquier estado o el Presidente a nivel federal – puedan tener esta potestad que termina, muchas veces, en abuso de privilegios. Si alguien debe perdonar, mejor sería que fueran los jueces, a los que se les debería permitir – bajo sugerencia de los políticos mencionados – que reabran un expediente y administren un perdón que sea proporcional al delito consumado y sentenciado.

viernes, 11 de febrero de 2011

Egipto: resistencia y perseverancia 11-02-11


Hosni Mubarack por fin renunció. Más de 30 años en el poder autoritario quedaron en la nada tras 18 días de marchas pacíficas y democráticas. La represión cedió a la fuerza de la resistencia y de la perseverancia de cientos de miles de egipcios, la mayoría jóvenes, que tienen esperanza de una vida mejor.

Muchas lecciones entrega esta experiencia. La primera es la de la urgencia. Se logró el objetivo primordial y original de hacer que Mubarak renuncie. De ahora en más no terminó una experiencia traumática, sino que se abre otro nuevo capítulo, seguramente difícil y en el que se verá si el nuevo gobierno militar de transición podrá colmar las expectativas y aspiraciones de los egipcios; tema nada fácil que seguramente concitará más confrontaciones en días venideros.

La segunda es la de la importancia. Los egipcios mostraron al mundo que no hay régimen, por más opresor o solidificado que parezca, que no ceda a la fuerza de una multitud convencida y perseverante en sus objetivos.

La tercera es la del contagio. Los egipcios no fueron originales en su propuesta, sino que fueron contagiados por los tunecinos, de ahí que las voces de protesta y las revueltas saltaran también entre los jordanos, los palestinos, los iraníes, lo que evidencia nuevos aires en el Medio Oriente. Lo que todos se preguntan es si esta experiencia positiva encontrará réplicas más allá de esa región, ¿qué pasaría si los oprimidos se concentran en las plazas y se dejan estar hasta que los opresores caigan? Esta es una experiencia positiva donde reflejarse, pero también hay negativas que advierten y meten miedo, como la plaza de Tiananmen de los chinos o el maleconazo de los cubanos.

La cuarta es la de las nuevas tecnologías. Una vez más se comprobó la fuerza del internet, de Google (y de su ejecutivo Wael Ghonim, quien fue un líder entre los líderes de los alzamientos populares), la de la telefonía celular y de las redes sociales como Facebook, Twitter y tantas otras. Sirvieron tanto para iluminar la situación interna y para que se organicen los jóvenes y para convocar a la plaza Tahir en El Cairo, así como también para mantener al mundo informado y conectado.

La quita es la de la presión internacional. Ningún gobierno del mundo, por más amigo (como EEUU) o indiferente (Cuba) o enemigo del régimen pudo defender al régimen de Mubarak ante la presión de las multitudes que neutralizaron cualquier intento de apoyo si hubiera aparecido. La presión fue de carácter transitoria, por lo que finalmente el régimen, sin sustento ni respaldo de organizaciones intergubernamentales, se cayó de maduro.

La sexta es la de los medios de comunicación independientes. Por mucho que se diga de las nuevas tecnologías, esta batalla se pudo dar porque en Egipto, también hay lugar para medios de comunicación privada e independiente que respaldaron y convocaron a las multitudes en las marchas y convocatorias. Aunque las nuevas tecnologías jugaron un papel descomunal, las radios demostraron que son el medio por excelencia ya sea en revoluciones, catástrofes o desgracias.

jueves, 10 de febrero de 2011

Las revueltas de Egipto ¿Y Cuba?

La pregunta repica contra las sienes cada vez que un alzamiento popular lleva la esperanza de cambio para un pueblo oprimido. ¿Por qué los cubanos no se organizan como los tunecinos o los egipcios para tumbar al gobierno de los hermanos Castro, tanto o más represivo que el de cualquier país árabe?

¡No pueden! En contraste a ciertos regímenes árabes, en los que hay diferentes niveles de apertura, el cubano es hermético y asentado en una exitosa fórmula comunista contra el ser humano, basada en recluir, controlar y expulsar.      

La fortaleza del gobierno es proporcional al grado de restricción que impone. Nadie puede movilizarse ni por dentro ni hacia afuera de su geografía sin represalias. La Seguridad del Estado vigila todo y los propios vecinos de los Comités de Defensa delatan cualquier intriga. El miedo a perder el trabajo, la vivienda o la libreta de racionamiento, inmoviliza. Cada tanto, el sistema se purga abriendo la válvula de descompresión para evitar que los indeseables contagien al resto. Así sea reprimiendo la espontaneidad de las protestas como el “maleconazo” de 1994, permitiendo los éxodos masivos como el Mariel de 1981 o expeliendo hacia España a disidentes del Grupo de los 75. El cubano tiene poco entre que elegir: sumisión, destierro o cárcel.

Muchos gobiernos árabes conciben libertades y sector privado. Cuba no. El Estado es omnipotente en la administración de la pobreza y bloquea cualquier reunión, expresión o asociación. No hay sindicatos ni sociedad civil y el culto es todavía el opio del pueblo. La prensa es toda oficial, los teléfonos y el internet son bienes escasos, caros y manipulados. Las únicas movilizaciones permitidas las convoca el gobierno para azuzar el nacionalismo o para los artistas, quienes cantan por la paz, en vez de hacerlo por la libertad.

Es cierto que en Egipto la cadena televisiva qatarí Al Jazira fue censurada, los medios y periodistas extranjeros agredidos y el internet apagado. Pero la insurrección que empezó el 25 de enero muestra que fue incentivada por diarios y radioemisoras, privadas e independientes, contagiadas por revueltas en otros lados, y convocada por jóvenes con teléfonos móviles en mano y cierto acceso a las redes sociales.

Jamás esto fue posible en Cuba. Los corresponsales siempre fueron agredidos y restringidos, los disidentes golpeados, los periodistas apresados, Granma y Juventud Rebelde siempre destilaron propaganda, mientras los blogs y tweets de Yoani Sánchez son famosos en el exterior, pero adentro pasan inadvertidos. Pocos están informados y muchos desconectados.

Esa desconexión en Cuba es promovida por el Estado. Sólo un 10% de los 11 millones accede a telefonía móvil de mal servicio, y aunque ahora se instala el cable submarino con Venezuela, la banda ancha beneficiará solo a los elegidos. En Egipto, con 80 millones de población, hay más de 60 millones de celulares. Túnez tiene 9.5 millones de dispositivos, una cadena de TV privada y muchos diarios y radios son independientes. A pesar de los fundamentalismos, otros países árabes van en la misma dirección y hace rato que la libertad se filtra por las comunicaciones.

Cuando se apaguen las revueltas, se impondrán medios más libres, telecomunicaciones más privadas y elecciones más democráticas. En Cuba, en cambio, nada sucederá. Aislada de contagios, seguirá el camino que Human Rights Watch mostró en 2010, una nación cada vez más reprimida. El 2011 lo demuestra. Arrancó con el opositor Guillermo Fariñas varias veces en la cárcel.  Así, el régimen sigue generando miedo, incentiva la autocensura y evita que la espontaneidad de la protesta gane la calle.

A toda esta opresión, el gobierno cubano le suma un eficiente sistema de propaganda con el que ha sabido polarizar al mundo. En todas partes se intelectualiza sobre Cuba, por lo que cada hecho pierde espontaneidad, arrancando pleitos y pasiones. De ahí que la muerte por huelga de hambre de Orlando Zapata despertó pocas conciencias en el planeta, mientras la chispa de un vendedor ambulante inmolado en Túnez contagió fuegos por todas partes.

La lección de las revueltas árabes es palpable. Para que los cubanos ganen calle, libertad y cambios, primero se les debe reconocer su tragedia y, segundo, ayudar con más información y mejores telecomunicaciones y conexión.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Cuba desbloquea a Generación Y, pero...


El gobierno cubano sigue tratando de tontos a todo el mundo mintiendo sobre el acceso a internet que tienen y tendrán los cubanos. Resulta que con el corte del internet en Egipto como represalia a la organización ciudadana convocada en un primer momento a través de las nuevas tecnologías y las redes sociales, la pregunta no podía esperar.
¿El régimen cubano seguirá restringiendo el internet a sus ciudadanos tal la práctica que manejan los gobiernos de Egipto, Vietnam, China, Irán, Corea del Norte, Libia y Túnez, entre tantos otros?
El viceministro de Comunicaciones de Cuba, Jorge Luis Perdomo, se encargó de dar una respuesta negativa a la agencia Reuters y además – como era de esperar - contraatacó al imperio, al que acusa de cercenar las libertades en internet, debido a las dificultades técnicas que ha generado el embargo comercial.
La excusa le viene al régimen como anillo al dedo. Pero se trata de una mentira gigantesca que quedará desenmascarada apenas termine de instalarse el cable submarino entre Venezuela y Cuba. Con acceso mayor a banda ancha y ninguna dificultad técnica, el gobierno cubano tendrá la posibilidad de ofrecer internet y navegación libre a sus ciudadanos.
Sin embargo, dada la experiencia en la isla, donde se mantiene una férrea censura sobre las libertades individuales y sociales, raro será que el gobierno permita que la libertad se escurra y trascurra a través de las nuevas tecnologías.
Veremos de que se trata este nuevo símbolo que surgió este miércoles con el desbloqueo del blog Generación Y, de la afamada bloguera Yoani Sánchez, tal como lo relató el periodista de El Nuevo Herald, de Miami, Juan Tamayo.
El desbloqueo de Generación Y, así como el de otros 40 blogs fue sorpresivo, a lo que Sánchez calificó como el fin de "la larga noche de la censura'', según Tamayo, quien, al mismo tiempo, él se hace la pregunta: “¿por qué y por cuánto tiempo?
Una de las razones del desbloqueo sería que obedecería a que en La Habana se está celebrando la Feria Informática 2011 del 7 al 11 de febrero, auspiciada por la agencia de telecomunicaciones de la Organización de Naciones Unidas, y por tal motivo el gobierno está tratando de dar una imagen de tolerancia y libertad.
Sánchez escribió que posiblemente una vez que se retiren de Cuba los asistentes internacionales, y ya no se necesite esa imagen, el bloqueo se reiniciará.

Michelle, food y Facebook

La primera dama estadounidense, Michelle Obama, está logrando más que sus antecesoras con una estrategia actualizada, inteligente y más cercana a la gente, por lo que su perspectiva de éxito son mayores y medibles.

Al contrario de otras primeras damas que se dedicaron con poco éxito a temas como la drogadicción, Michelle es la promotora número uno - en el país de los obsesos – en haberle declarado la guerra a la comida chatarra e incentivar el ejercicio físico entre los niños y los menores.

También hoy sorprendió al mundo de las redes sociales, advirtiendo que le tiene prohibido a sus hijas que usen Facebook. No estoy seguro que en este terreno esté muy acertada, porque pareciera que ha tomado el atajo de los analfabetos tecnológicos que ante el temor que le despierta la sociabilidad en el internet – obviamente peligrosa cuando se trata de acoso como el grooming, ciberbullying y el sexting – prohíbe su uso, cuando lo más adecuado sería educar digitalmente a menores y padres en el buen uso de las tecnologías.

Creo que en materia de obesidad y comida chatarra o platos demasiado generosos, le debemos a Michelle estar creando una cultura más saludable; pero en materia de tecnologías, internet y redes sociales, ella nos está debiendo una mejor estrategia.