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diciembre 26, 2016

2017: Menos azúcar; más grasas

La primera dama Michelle Obama deja un buen legado: Mayor conciencia para combatir la epidemia de la obesidad en las escuelas.

Sin embargo, el éxito de su programa “Let’s move”, que promueve una dieta sana y más ejercicio físico en los niños para contrarrestar los efectos colaterales de la gordura - diabetes, hipertensión y varios tipos de cáncer - fue insuficiente. No tuvo tracción en la población general, inmersa en una grave cultura de la obesidad.

Varios factores conspiran contra este tipo de programas. La industria alimenticia es reacia a cambiar métodos de producción baratos y poco saludables; siendo, además, el grupo que más invierte en publicidad, estimulando exageradamente las papilas gustativas de la población. La conjura mayor, sin embargo, es de los gobiernos, porque pese a toda la evidencia científica en contra de los azúcares y carbohidratos refinados, son tibios a la hora de cambiar la estructura de la pirámide nutricional y promover el consumo de proteínas, grasas y carbohidratos buenos que aportan los alimentos naturales.

Cambiar la cultura de la obesidad construida por décadas de prácticas alimentarias erróneas, no se logra de la noche a la mañana. Los procesos educativos requieren tiempo y buenas herramientas. En ese sentido, los nuevos estudios se están apartando de los azúcares refinados y los alimentos procesados, provocando el dictado de leyes que restringen la venta y consumo de refrescos edulcorados, como ocurre en Nueva York, California, Buenos Aires, México y Gran Bretaña.

Los estudios no solo desaconsejan las bebidas azucaradas, sino también abandonar dietas bajas en grasas que fueron moda. La tendencia se inició en 2003 con el Comité Asesor de las Directrices Dietéticas de EE.UU que no encontró razones para limitar el colesterol y las grasas buenas. Así comenzó el debilitamiento de teorías anti grasas que datan de 1992 cuando se publicó la pirámide nutricional y de 1977 con los primeros lineamientos alimenticios. Estos incentivaban el alto consumo de carbohidratos - entre 6 y 11 raciones de pan, arroz, cereal y pasta al día – no así los alimentos ricos en grasas naturales, necesarias para el metabolismo y la pérdida de peso.

No es casual que a partir de entonces se fue gestando un paralelismo entre comestibles oficialmente recomendados y fabricación industrial de alimentos, lo que derivó en el escandaloso nivel de obesidad actual.

Así como otros signos de la cultura estadounidense, aquellos malos hábitos alimenticios no tardaron en expandirse. La comida chatarra y los restaurantes de comida rápida coparon el mundo y tuvieron impacto en los índices de gordura. El efecto negativo fue aún mayor en países en vías de desarrollo, en los que el insumo de carbohidratos y alimentos refinados ya venía causando estragos.

Este año, un estudio oficial en México estableció que el 72% de los adultos y el 36% de los adolescentes sufren obesidad y sobrepeso, situándose el país en el segundo lugar, después de EEUU. Según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), México ocupa también el primer lugar en diabetes, con un alto impacto en su sistema sanitario, al borde del colapso. Obesidad y diabetes muestran correlación en cifras y épocas: 14.500 personas murieron en 1980 a causa de la diabetes; 98.450 en 2015.

El problema en México, y en el mundo, tiene explicación. Varios estudios sanitarios demostraron que una persona consume 67 kilogramos de azúcares refinados al año, el equivalente a 500 calorías extra por día si se compara con registros de hace tres décadas. En ese mismo tiempo, el consumo anual de comida chatarra por persona aumentó un 40%; y no se trata solo de achacar la culpa a los restaurantes de comida rápida, ya que la mayor incidencia recae en la mala preparación de los alimentos en el hogar.

Hablando de culpas, la industria alimentaria y el gobierno no deben ser los únicos responsables de la cultura de la obesidad, desde que comer sano también es responsabilidad individual. A cada uno le corresponde educarse sobre los beneficios de la buena alimentación y la actividad física.


Los gobiernos, sin embargo, ahora con mayor evidencia científica, deben crear las regulaciones necesarias para la industria y una mejor educación sobre dieta y vida sana. trottiart@gmail.com

febrero 26, 2014

Michelle Obama y ejemplo para Latinoamérica

La primera dama estadounidense, Michelle Obama, estuvo en Miami insistiendo con la expansión de su programa contra la obesidad infantil, “Let’s move”, que incluye una dieta sana en las escuelas y planes de ejercicio físico.

La obesidad, que ya es considerada enfermedad y epidemia, no es patrimonio solo de EE.UU., índices peores se detectan en México, Brasil y Argentina, afectando a niños, jóvenes y adultos por igual.

La visita de Michelle se dio en el cuarto aniversario del programa y cuando el gobierno de su marido está por introducir una ley para expandir los almuerzos gratuitos y saludables en las escuelas, a la vez de prohibir los anuncios sobre bebidas gaseosas y comida chatarra en las escuelas.

Así como el ex alcalde Bloomberg prohibió las bebidas azucaradas de gran tamaño en Nueva York, el gobierno de Obama ya anunció que esas bebidas y la comida con alto porcentaje de grasas serán prohibidas en las escuelas.

El optimismo de los Obama por fortalecer el programa “Let’s move” deviene de las últimas estadísticas ofrecidas por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades. Por primera vez en diez años, se redujo en 43% el número de niños obesos entre 2 y 5 años de edad.

Los datos certifican que la apuesta de Michelle era la correcta – pese a que a las primeras damas se les exigía abrazar causas más “importantes” - ya que está ayudando, administrativa, legal, pero sobre todo, culturalmente, a cambiar los hábitos de una población infantil que por comer mal y no hacer ejercicio, estaba destinada a la obesidad y a las enfermedades colaterales que atrae, como la diabetes II y las relacionadas al hígado y corazón.


Ante la epidemia de obesidad que está moldeando e hipotecando el futuro de muchos países latinoamericanos, el programa de Michelle (pero sobre todo los resultados) se muestra como un ejemplo y una apuesta gubernamental a seguir.

junio 22, 2012

Coca Cola, obesidad y libertad individual


En momentos que los estados legislan sobre cuestiones sociales polémicas como la despenalización de las drogas, la eutanasia o los matrimonios del mismo sexo; es difícil determinar hasta qué punto un gobierno puede entrometerse en asuntos que lindan con la libertad individual, afectando nuestros hábitos y conductas cotidianas.

Una de estas controversias surgió a principios de mes en Nueva York, cuando el alcalde Michael Bloomberg, con el fin de combatir la obesidad, propuso una ordenanza que prohíbe la venta de refrescos azucarados en envases mayores de 16 onzas (casi de medio litro) en puestos callejeros, cines, restaurantes de comida rápida y estadios.

Muchos la consideraron una medida progresista acorde a las tendencias sobre salud pública que Bloomberg viene promoviendo en todo el país, similar a las que adoptó para prohibir que se fume en espacios públicos abiertos como el Central Park, establecer almuerzos más saludables en las escuelas públicas, u ordenar a los restaurantes que no usen grasas saturadas y que muestren a los clientes tablas con el valor calórico de los alimentos.

Otros, sin embargo, califican a Bloomberg de “alcalde niñero” o sobreprotector, creen que sus prohibiciones encarnan una intromisión en la libertad individual de las personas, al considerar que los individuos tienen el derecho a fumar, tomar o comer lo que quieran, mientras esa actividad no represente una amenaza, afecte la vida de los demás o sea contraria a las buenas costumbres.

En esta cruzada, Bloomberg no está solo. La primera dama, Michele Obama, desde que pisó el umbral de la Casa Blanca, puso en marcha el exitoso programa Let’s move (Movámonos), que incentiva el ejercicio físico en las escuelas públicas, además de almuerzos con verduras y frutas, más fibras y menos grasa. El objetivo, como el de Bloomberg, es combatir la epidemia de la obesidad que afecta a un 17% de los 32 millones de niños en edad escolar y a un 35% de los adultos.

La batalla no resulta fácil, la maquinaria de la industria de alimentos es colosal, desde nuevas marcas y productos más competitivos en los anaqueles de los supermercados, hasta publicidad contagiosa. La franquicia Burger King anunció esta semana un helado con panceta de 670 calorías, muy superior a las 16 onzas de bebida que se pretende prohibir en Nueva York.

La publicidad es el nuevo frente de batalla de los activistas. La compañía Walt Disney no resistió la presión y anunció que en sus parques de diversiones ofrecerá comidas más saludables y que para 2015 ya no permitirá publicidad sobre comida chatarra en sus canales de televisión, radios y sitios de internet. Se calcula que por cada hora que los niños pasan frente al televisor, tienen un 18% más de probabilidades de comer golosinas y un 16% de ingerir comida chatarra.

La tendencia se registra en otros países. En Perú los legisladores analizan un proyecto de ley para prohibir publicidad de comida chatarra en horario de protección del menor, ya que un 25% de los niños, entre cinco y nueve años, tiene problemas de obesidad y sobrepeso, así como un 50% de las mujeres maduras. Según el Congreso peruano, existen dos millones de diabéticos en el país y se suman 100 mil casos nuevos al año.

Como buen economista, Bloomberg justifica con datos concretos sus acciones para mejorar los hábitos alimenticios. Se estima que en EEUU se gastan 190 mil millones de dólares al año en el tratamiento de enfermedades relacionadas a la obesidad, como la diabetes tipo 2 y algunos cánceres y males cardiovasculares.

Aunque es difícil oponerse a medidas de salud pública, los gobiernos deberían estar más limitados y no cruzar la raya divisoria entre los asuntos de interés social y los del ámbito de libertad individual. En estos temas siempre será mejor prevenir y educar, que imponer y prohibir.

Habrá que esperar años para observar si se crean nuevos hábitos y la obesidad se reduce. Mientras tanto, como sugirió el Instituto de Medicina estadounidense, más que prohibir vasos grandes de Coca Cola, será más efectivo incentivar la integración de la actividad física a la vida diaria, que haya mayor disponibilidad de alimentos y bebidas saludables en las ciudades y que las escuelas se transformen en motores de la salud individual y pública.

marzo 09, 2011

Bien por Yoani; pero faltó Adela Navarro

La bloguera cubana Yoani Sánchez sigue recogiendo premios y ayer en el Día Internacional de la Mujer fue honrada por el gobierno de EEUU en una ceremonia presidida por la canciller Hillary Clinton y la primera dama Michelle Obama.

Lo de Yoani, más conocida a nivel internacional que dentro de la isla donde el gobierno la agrede y bloquea su blog Generación Y, es un justo reconocimiento a una mujer que se impuso a la censura y con coraje y valentía se desenvuelve en una sociedad cerrada, peligrosa y desafiante para quienes solo piden libertad. Lo más trascendente de este galardón es que sirve de incentivo para miles de disidentes en la isla que todos los días exponen su poca libertad a costa de reclamar mayores espacios y denunciar las atrocidades del régimen.

EEUU como una forma de incentivar esos aires de libertad y de mujeres corajudas que anteponen ideales a su propio bienestar y el de sus familias, de entre 10 premios, también reconoció a otra latina, la mexicana Marisela Morales Ibáñez, subprocuradora en delincuencia organizada de la Procuraduría General de la República de México.

En esa lista creo que en México hubo una ausencia. Me hubiera gustado ver a Adela Navarro, directora del semanario Zeta, de Tijuana, quien semana tras semana, bajo su batuta o en forma directa, expone su vida denunciando al crimen organizado y al narcotráfico. Hacer periodismo en México, en especial en el interior y zonas de frontera dominadas por el narco es difícil y las implicancias como mujer son peligrosas, precisamente en un medio que por sus denuncias ha tenido que soportar asesinatos y atentados como los sufridos por Héctor Félix Miranda, Francisco Ortiz Franco y Jesús Blancornelas.

Un premio para Adela serviría para homenajear su estatura como editora, su compromiso con el periodismo y la libertad de prensa, pero más aún para llamar la atención sobre su caso y causa y blindarla de los violentos que siempre están al acecho.

Yoani expone su libertad; Adela su vida. Hubiera sido lindo verlas homenajeadas al mismo tiempo y en el mismo acto.

febrero 17, 2011

Michelle Obama, sus hijas y Facebook




El internet y las redes sociales no son juguetes. Así lo entiende Michelle Obama, quien prohibió a sus hijas, Sasha y Malia de 9 y 12 años, que usen Facebook, por temor a que sean víctimas de acoso digital.

Nadie puede criticarle a la primera dama estadounidense su derecho a educar y cuidar de sus hijas a su manera. Pero considerando su influencia como figura pública, haber dicho que les prohíbe Facebook, envía un mensaje erróneo a muchos padres y maestros, que también se niegan a las nuevas tecnologías porque les temen o no las entienden.

El analfabetismo tecnológico está creando una nueva camada de huérfanos digitales, chicos que no reciben ni en casa ni en la escuela los consejos adecuados para evitar que sean presa de acoso sexual digital (conocido en inglés como grooming), intercambio de imágenes eróticas (sexting) y burla descarnada (ciberbullying), delitos online que están creciendo a un ritmo tan vertiginoso como las redes sociales en las que se cometen.

Un sondeo de la organización inglesa TNS, indica que América Latina es la región que el año pasado tuvo mayor incremento en el uso de redes sociales, estableciendo un promedio de 5,2 horas de navegación semanal, superior al de muchos países desarrollados. Pero un estudio español, “La generación interactiva en Iberoamérica”, de la Universidad de Navarra, indica que los niños y adolescentes latinoamericanos se inician solos, son autodidactas y más vulnerables en el uso de las tecnologías.
Consecuencia de esa orfandad, es la fragilidad cada vez mayor de los internautas menores. Esta semana, la Fiscalía Especial para la Mujer de Honduras reveló que las bandas criminales que operan en el país están usando Facebook para engañar a las jovencitas. Muchas han caído en la trampa de aceptar trabajo como modelos, edecanes, promotoras de artículos comerciales o de participar en certámenes de belleza ficticios, cuando al final resultaron chantajeadas para ejercer de prostitutas y en algunos casos terminaron asesinadas.
Así como en Honduras, en España, Facebook y la popular red social Tuenti son los medios más usados por los acosadores. Según la policía, un 15% de los adolescentes en internet es víctima de acoso, aunque es una cifra irreal considerando que rara vez se denuncia, por temor a las represalias. Este 8 de febrero, cuando se celebró el Día Europeo del Internet Seguro, para despertar conciencia sobre estos delitos, la policía española recibió 1.500 consultas en su sitio de Tuenti, 80% de ellas sobre grooming.
Es que las nuevas tecnologías han potenciado la actividad de los acosadores que antes se suscribía solo a lugares físicos como plazas o salidas de escuela. Ahora, con acceso a una computadora, un ciberacosador español que usaba diferentes identidades en Messenger y Facebook, acechó y chantajeó a 250 adolescentes al mismo tiempo. Incluso en el mundo, ha subido la cantidad de suicidios de jóvenes que no saben lidiar con el acoso sexual digital.
En el estudio “Seguridad juvenil en el internet”, que el gobierno de EEUU encomendó realizar en 2010 sobre riesgos digitales, entre ellos el acoso, la suplantación de identidad y el uso abusivo de la tecnología, concluyó que los padres, profesores y agencias gubernamentales deben promover la ciudadanía online y la alfabetización mediática, evitando caer en la táctica del miedo y las prohibiciones. El reporte calificó de inútiles los sistemas de bloqueo y filtrado del internet que usan algunas escuelas para proteger a los alumnos, e indicó que las redes sociales son herramientas beneficiosas para educar y promover la seguridad más allá del mundo digital.
Es extraño que Michelle Obama no tuvo en cuenta este estudio, porque así como ha tenido éxito con su campaña educativa contra la obesidad y el sedentarismo en los niños, su buena imagen podría resultar positiva para reducir los niveles de analfabetismo en las redes sociales.

De la misma forma que los consejos de no cruzar la calle sin mirar o no aceptar golosinas de extraños, son extemporáneos para las redes sociales, si la currícula escolar solo enfoca en ciencias o letras y no en el buen manejo de las nuevas tecnologías y en el resguardo de la privacidad, quedará descompasada para este comienzo del siglo 21.

febrero 09, 2011

Michelle, food y Facebook

La primera dama estadounidense, Michelle Obama, está logrando más que sus antecesoras con una estrategia actualizada, inteligente y más cercana a la gente, por lo que su perspectiva de éxito son mayores y medibles.

Al contrario de otras primeras damas que se dedicaron con poco éxito a temas como la drogadicción, Michelle es la promotora número uno - en el país de los obsesos – en haberle declarado la guerra a la comida chatarra e incentivar el ejercicio físico entre los niños y los menores.

También hoy sorprendió al mundo de las redes sociales, advirtiendo que le tiene prohibido a sus hijas que usen Facebook. No estoy seguro que en este terreno esté muy acertada, porque pareciera que ha tomado el atajo de los analfabetos tecnológicos que ante el temor que le despierta la sociabilidad en el internet – obviamente peligrosa cuando se trata de acoso como el grooming, ciberbullying y el sexting – prohíbe su uso, cuando lo más adecuado sería educar digitalmente a menores y padres en el buen uso de las tecnologías.

Creo que en materia de obesidad y comida chatarra o platos demasiado generosos, le debemos a Michelle estar creando una cultura más saludable; pero en materia de tecnologías, internet y redes sociales, ella nos está debiendo una mejor estrategia.

abril 18, 2009

Las primeras damas

Las primeras damas son para las repúblicas, lo que las reinas y princesas a las monarquías. Nadie las elige, no tienen poder real ni las constituciones les permiten mandar. Sin embargo, a base de carisma y glamour, conquistan más allá de sus dominios y pueden alcanzar mayor popularidad que sus consortes.
La historia sería insípida y la vida aburrida sin estas mujeres de sangre azul o roja común que brillaron con más luz que la de sus encumbrados maridos. Desde Nefertiti hasta María Antonieta; de Evita a Farah Diba; de Grace Kelly a Jacqueline Kennedy; de Lady Di a Rania de Jordania; de Leticia a Máxima; y de Michelle Obama a Carla Bruni.
Michelle Obama acaba de insertarse en esa dote, gracias a la aceptación de Europa. Desde su viaje por Londres, Estrasburgo y Praga sobrepasó la última medición de Gallup que la situaba en 72% de imagen positiva, tres puntos por encima de su marido. Más allá de los aciertos del presidente en el G-20 y en la OTAN, Michelle cautivó con su estilo sobrio y simple, con sonrisa amigable, pacífica y sin arrogancia; como trasmitiendo mejor la imagen de un Estados Unidos al que todos prefieren ver así.
Como nueva “reina”, Michelle conquistó corazones poderosos y comunes, hasta perdonándosele romper el protocolo por abrazar a la reina inglesa, lo que el influyente The Times reprodujo en portada. Fue tal el hechizo, que hasta The Guardian aprovechó para reprender la ausencia de la primera dama francesa, recordando su paso anterior por el Palacio de Buckingham: “Carla encantó, pero Michelle nos encantó a todos”.
Al día siguiente, cuando coincidieron en Estrasburgo, ambas embrujaron por igual tanto por estilo como por magnetismo, advirtiéndose que no se visten a la moda, sino que la imponen. Carla - famosa por posar desnuda en portadas de revistas, cantar y enamorar a Mick Jagger antes de casarse con Nicolás Sarkozy – y Michelle, que ahora de famosa se trepó a las tapas de Vogue y Vanity Fair con los bíceps al desnudo, son señoras refinadas que alguna vez se quejaron del oficio de primera dama, renegando de salarios y carreras prominentes.
Más allá de que la Casa Blanca diga en su sitio de internet que “las primeras damas no tienen obligaciones oficiales, por lo que cada una ha servido a la nación de acuerdo a sus propios deseos e intereses”, Michelle ya está empezando a influir sobre su esposo, como alguna vez se sospechaba de Hillary.
La misma conducta se le asigna a la primera dama rusa, que según el Instituto de Política y Negocios de Rusia, “tanto como Michelle Obama, Svetlana Medvédeva utiliza su personalidad e inteligencia para influir en la toma de decisiones políticas”. Un signo positivo, considerando que mientras ellas hablan de paz, sus maridos reiniciaron el diálogo sobre el desarme nuclear.
Pero no siempre las primeras damas cabalgan en la popularidad y la buena estrella. Otras vidas glamorosas terminaron en tragedias como las de la agraciada Grace Kelly y la entristecida Lady Di; mientras que en Latinoamérica otras vivieron su desgracia y fueron expulsadas de las casas presidenciales acusando de maltratos a sus ex, como Zulema Yoma de Menem, Susana Higuchi de Fujimori y Marisabel Rodríguez de Chávez.
Otras intentaron sin suerte lo que tampoco pudo hacer Hillary Clinton, de pasar de primera dama a presidenta, como la mexicana Marta Sahagún; algo que sí consiguió Cristina Fernández de Kirchner y lo que quizás querrá alcanzar la nicaragüense Rosario Murillo. Las hay también hijas, como Keiko Fujimori y Zulemita Menem, que asumieron su papel con sobrado protagonismo; y hermanas, como Mercedes Lugo de Maidana, que debe suplir la falta de pareja del ex obispo paraguayo.
Asimismo, existen países con líderes tan aburridos como Raúl Castro, Evo Morales y Rafael Correa que prefieren que el puesto pase desapercibido para que no se opaquen sus protagonismos. Pero quien sabe, preferible eso a tener en el cargo a primeros caballeros tan desabridos como el desconocido chileno o el archiconocido argentino.
Resta ahora esperar y monitorear el brillo propio que alcanzará Michelle Obama. Un resplandor que, como las demás primeras damas, es y será totalmente independiente a la suerte política de su marido.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...