Como no se podía esperar otra cosa, debido a sus vínculos casi carnales con el kirchnerismo – léase aquí escándalos sobornos y coimas entre empresarios argentinos y venezolanos, y la famosa valija de Guido Alejandro Antonini Wilson que engrosó la campaña electoral de Cristina – Hugo Chávez aprovechó su viaje a los festejos del Bicentenario en Buenos Aires para pegarle un par de “viandazos” a la prensa argentina, enojado porque le hicieron preguntas.
Claro está, no acostumbrado a que lo interpelen los periodistas de su país excepto aquellos que lo deben idolatrar públicamente, Chávez se enojó con quienes le preguntaron por el escándalo de la valija con los 800 mil dólares, calificando a todos sus críticos como parte de la “prensa de la derecha”. Haciendo una comparación con el periodismo venezolano, Chávez dijo que la prensa argentina “está peleada con la verdad”; ya que adujo que el dueño de la valija era un “excremento” y un “agente de la CIA”, típicas respuestas que siempre da, achacándole sus pecados al casino y retórico argumento del imperio.
A nadie le caben dudas que Chávez es un insolente y que odia a la prensa, es parte intrínseca de la plataforma de la izquierda popular latinoamericana, que solo se desvive por la propaganda y la idolatría informativa y la opresión de los medios y periodistas críticos.
El historial de Chávez contra la prensa es uno de los más tétricos del continente – solo basta recordar que este 27 de mayo se cumplió el tercer aniversario del ordenado cierre de RCTV – y para ellos siempre insiste que él no quiere confrontar con el periodismo, comparándose así con Cristina, pero que debe salir continuamente a confrontar las mentiras de una prensa de la derecha, golpista, burguesa, y que le hace el juego a los intereses yanquis, etc…
En fin, para Chávez, la “prensa de derecha” no es más que un pretexto para esconder sus miedos y no tener que enfrentar las críticas y el debate. Sin libertad de prensa no hay democracia.
viernes, 28 de mayo de 2010
jueves, 27 de mayo de 2010
"Blame it on Rio"
El fútbol es tan poderoso que en Río de Janeiro ya se viven intensamente dos mundiales. El que está por comenzar en Sudáfrica y el del 2014, que tendrá a la “Cidade Maravilhosa” como una de sus sedes en Brasil.
El mundial de ahora es pura alegría y esperanza. Los cariocas ya están de fiesta. Bailan por calles abanderadas de “verde amarelo” y dejaron los anaqueles vacíos de televisores, camisetas y matracas. Pero el del 2014, en marcado contraste, es el mundial de la preocupación. No hay completa certeza sobre si las nuevas políticas para contener la violencia y hacer una copa en paz resultarán a tiempo y efectivas.
Si bien es cierto que Río es una ciudad multicolor, de profundo verde y azul, también se tiñe de rojo sangre. Alegre, alucinante y violenta. Todo se vive con la misma intensidad: carnaval, fútbol, riqueza, pobreza extrema, corrupción y crimen organizado. Es como vivir entre el paraíso y el infierno al mismo tiempo.
Por eso las opiniones están divididas sobre la efectividad de las medidas que el gobierno adoptó para lidiar con la violencia y las favelas de cara al Mundial de 2014 y las Olimpíadas del 2016. Muchos son escépticos; creen que se trata de marketing y cosmética. Otros tienen esperanza, porque ya se advierten cambios de conducta y reducción del crimen.
En respuesta a los magnos eventos deportivos conseguidos para la ciudad, en el 2009 se creó la Unidad de Policía Pacificadora (UPP), una fuerza policial que instaló sus comisarías en las favelas más impenetrables, desarmó a los violentos e implementó políticas de prevención y no violencia. Por ahora solo existen en 19 estaciones, pero se espera que para fines de año, con la ejecución de otros programas sociales y ecológicos, la iniciativa beneficiará a 220 mil residentes de barrios marginales.
Los problemas de Río son muy complejos. El narcotráfico y las milicias o grupos parapoliciales controlan las más de mil favelas y, por ende, el transporte público ilegal, la distribución de televisión por cable y la venta de garrafas de gas.
Pero ahora los resultados están a la vista. La violencia ha mermado drásticamente en donde operan las UPP, según coinciden autoridades, activistas de derechos humanos y taxistas. Lo pude comprobar cuando visité esta semana la favela Doña Marta en la ladera del Corcovado, la misma en la que Michael Jackson debió pedir autorización a los narcotraficantes para entrar y filmar su clip musical “They don’t care about us”.
Ahora no hay que pedir permiso. En la entrada, donde antes se apostaban los narcos con sus AK-47, hay vendedores ambulantes y más arriba, en un recoveco, donde siempre había tiroteos y muchos muertos, junto a un colega conversamos con varios residentes, mientras unos niños se arremolinaban alrededor de actores que interpretaban a unos superhéroes en una obra teatral callejera.
Quienes no se dejan arrastrar por el contraste, reconocen la eficiencia pacificadora, pero la sienten insuficiente. Saben que el tráfico de drogas persiste, aunque con mayor discreción y que la violencia no desapareció, sino que se mudó del otro lado de la bahía, a la ciudad de Niteroy. Reclaman que no habrá paz duradera, sin hospitales, escuelas y empleos.
Son también los mismos que protestaron cuando se comenzó la construcción de muros de concreto de tres metros de altura para contener el crecimiento desmesurado de las favelas y evitar que se siga destruyendo la vegetación, argumentando que la meta del gobierno era solo una cuestión de imagen: esconder la pobreza.
Aunque al momento la política de pacificación beneficia solo a un 15% de los pobres, se coincide que es el único experimento efectivo tras décadas de políticas frustradas que terminaron siempre manchadas de corrupción. Hay ahora, con los objetivos deportivos del 2014 y 2016, una mayor determinación y sincronía obligada entre los gobiernos local y estatal, y el apoyo del presidente Luis Inácio Lula da Silva.
Más allá de si se busca crear una mejor imagen o existe un interés genuino por reducir la violencia, lo cierto es que el Mundial de 2014, y no éste de Sudáfrica, es el que le podrá dar a Río las verdaderas razones para festejar.
El mundial de ahora es pura alegría y esperanza. Los cariocas ya están de fiesta. Bailan por calles abanderadas de “verde amarelo” y dejaron los anaqueles vacíos de televisores, camisetas y matracas. Pero el del 2014, en marcado contraste, es el mundial de la preocupación. No hay completa certeza sobre si las nuevas políticas para contener la violencia y hacer una copa en paz resultarán a tiempo y efectivas.
Si bien es cierto que Río es una ciudad multicolor, de profundo verde y azul, también se tiñe de rojo sangre. Alegre, alucinante y violenta. Todo se vive con la misma intensidad: carnaval, fútbol, riqueza, pobreza extrema, corrupción y crimen organizado. Es como vivir entre el paraíso y el infierno al mismo tiempo.
Por eso las opiniones están divididas sobre la efectividad de las medidas que el gobierno adoptó para lidiar con la violencia y las favelas de cara al Mundial de 2014 y las Olimpíadas del 2016. Muchos son escépticos; creen que se trata de marketing y cosmética. Otros tienen esperanza, porque ya se advierten cambios de conducta y reducción del crimen.
En respuesta a los magnos eventos deportivos conseguidos para la ciudad, en el 2009 se creó la Unidad de Policía Pacificadora (UPP), una fuerza policial que instaló sus comisarías en las favelas más impenetrables, desarmó a los violentos e implementó políticas de prevención y no violencia. Por ahora solo existen en 19 estaciones, pero se espera que para fines de año, con la ejecución de otros programas sociales y ecológicos, la iniciativa beneficiará a 220 mil residentes de barrios marginales.
Los problemas de Río son muy complejos. El narcotráfico y las milicias o grupos parapoliciales controlan las más de mil favelas y, por ende, el transporte público ilegal, la distribución de televisión por cable y la venta de garrafas de gas.
Pero ahora los resultados están a la vista. La violencia ha mermado drásticamente en donde operan las UPP, según coinciden autoridades, activistas de derechos humanos y taxistas. Lo pude comprobar cuando visité esta semana la favela Doña Marta en la ladera del Corcovado, la misma en la que Michael Jackson debió pedir autorización a los narcotraficantes para entrar y filmar su clip musical “They don’t care about us”.
Ahora no hay que pedir permiso. En la entrada, donde antes se apostaban los narcos con sus AK-47, hay vendedores ambulantes y más arriba, en un recoveco, donde siempre había tiroteos y muchos muertos, junto a un colega conversamos con varios residentes, mientras unos niños se arremolinaban alrededor de actores que interpretaban a unos superhéroes en una obra teatral callejera.
Quienes no se dejan arrastrar por el contraste, reconocen la eficiencia pacificadora, pero la sienten insuficiente. Saben que el tráfico de drogas persiste, aunque con mayor discreción y que la violencia no desapareció, sino que se mudó del otro lado de la bahía, a la ciudad de Niteroy. Reclaman que no habrá paz duradera, sin hospitales, escuelas y empleos.
Son también los mismos que protestaron cuando se comenzó la construcción de muros de concreto de tres metros de altura para contener el crecimiento desmesurado de las favelas y evitar que se siga destruyendo la vegetación, argumentando que la meta del gobierno era solo una cuestión de imagen: esconder la pobreza.
Aunque al momento la política de pacificación beneficia solo a un 15% de los pobres, se coincide que es el único experimento efectivo tras décadas de políticas frustradas que terminaron siempre manchadas de corrupción. Hay ahora, con los objetivos deportivos del 2014 y 2016, una mayor determinación y sincronía obligada entre los gobiernos local y estatal, y el apoyo del presidente Luis Inácio Lula da Silva.
Más allá de si se busca crear una mejor imagen o existe un interés genuino por reducir la violencia, lo cierto es que el Mundial de 2014, y no éste de Sudáfrica, es el que le podrá dar a Río las verdaderas razones para festejar.
miércoles, 26 de mayo de 2010
Independencia o libertad
Los actos por el Bicentenerio en Argentina trajeron más de lo mismo; un puñado de presidentes, incluidos Cristina de Kirchner, Rafael Correa, Hugo Chávez y Evo Morales que hicieron referencia y alarde a la necesidad de continuar con la gesta independentista de América, algo en realidad bastante trillado y de lo que quieren sacar rédito político y demagógico.
Las declaraciones oficiales de Cristina apuntaron a eso, criticó a los próceres conservadores del pasado, que también trabajaron por la independencia y realzó la de los próceres más de izquierda, lo que hicieron poco por la libertad. Hoy justamente, estos presidentes que como Cristina quieren ser los próceres del futuro, son quienes más hacen en sus países para depredar la libertad; el libre albedrío, máximo valor y razón del ser humano, sin el cual jamás se podría alcanzar ningún nivel de verdadera independencia.
Los hechos en cada país en contra de la oposición, como en el caso de Venezuela y Bolivia, demuestran que a estos “próceres” modernos lo que menos les interesa es la libertad.
Las declaraciones oficiales de Cristina apuntaron a eso, criticó a los próceres conservadores del pasado, que también trabajaron por la independencia y realzó la de los próceres más de izquierda, lo que hicieron poco por la libertad. Hoy justamente, estos presidentes que como Cristina quieren ser los próceres del futuro, son quienes más hacen en sus países para depredar la libertad; el libre albedrío, máximo valor y razón del ser humano, sin el cual jamás se podría alcanzar ningún nivel de verdadera independencia.
Los hechos en cada país en contra de la oposición, como en el caso de Venezuela y Bolivia, demuestran que a estos “próceres” modernos lo que menos les interesa es la libertad.
El tiro por la culata
A Cristina de Kirchner le salió el tiro por la culata. No quiso juntarse con Mauricio Macri en el Tedeum de la Catedral de Buenos Aires como parte de los festejos del bicentenario del 25 de mayo de 1810 - por sus irreconciliables diferencias políticas - y prefirió la Basílica de Luján.
Pero en ese otro Tedeum fue sorprendida por el arzobispo Agustín Radrizzani. El prelado, quien lejos de mostrarse como patriota demagógico, prefirió tomar el toro por las astas e hizo un duro cuestionamiento contra su gobierno, y pidió "una justicia más efectiva, una mejor y más equitativa distribución de la riqueza, y una mayor independencia de los poderes republicanos".
El arzobispo habló del “desafío insoslayable” que tiene la democracia argentina para el período 2010-2016, fecha en la que se celebrará el 9 de julio de ese año el bicentenario de la independencia del país, para, entre otras cosas, mejorar la calidad de las instituciones, hoy por hoy, uno de los problemas más agudos que sacuden la confianza de todos los ciudadanos.
En un elocuente discurso, pidió además algo de lo que carece la dirigencia argentina: diálogo, más allá de partidismos e intereses personales.
Pero en ese otro Tedeum fue sorprendida por el arzobispo Agustín Radrizzani. El prelado, quien lejos de mostrarse como patriota demagógico, prefirió tomar el toro por las astas e hizo un duro cuestionamiento contra su gobierno, y pidió "una justicia más efectiva, una mejor y más equitativa distribución de la riqueza, y una mayor independencia de los poderes republicanos".
El arzobispo habló del “desafío insoslayable” que tiene la democracia argentina para el período 2010-2016, fecha en la que se celebrará el 9 de julio de ese año el bicentenario de la independencia del país, para, entre otras cosas, mejorar la calidad de las instituciones, hoy por hoy, uno de los problemas más agudos que sacuden la confianza de todos los ciudadanos.
En un elocuente discurso, pidió además algo de lo que carece la dirigencia argentina: diálogo, más allá de partidismos e intereses personales.
martes, 25 de mayo de 2010
Se busca un prócer
Este día conmemorativo de los 200 años de emancipación que comenzó el 25 de mayo de 1810, nos encuentra a los argentinos divididos, especialmente por una clase política que sigue encaprichada a hacer de la vida nacional el lugar adecuado para la desunión y la polarización. Los actos por el bicentenario muestran eso, con fuerzas políticas y dirigentes, desde la presidenta Cristina de Kirchner hasta el conservador Mauricio Macri, haciendo sus propios y caprichosos actos patrios por su lado, desde los tedeums hasta las celebraciones.
Si algo hemos visto los argentinos a lo largo de la historia que nos tocó vivir y sobre la que aprendimos es que en muy pocas oportunidades estuvimos unidos por los mismos objetivos. No es por nada que nuestro carácter no llame a la unión o que seamos contradictorios, como lo establece una gran encuesta que encargó Clarín para hacer una radiografía del argentino y poder tener puntos de comparación hacia atrás y para los próximos cien años.
No es por nada que de este carácter e identidad nacional contradictorios, los argentinos destaquemos como a los argentinos más representativos a Diego Armando Maradona y al médico René Favaloro.
Lo importante, de todas maneras de esta encuesta que Clarín viene publicando en estos días, es que los argentinos estamos cada vez más convencidos que la democracia es el modelo más apropiado en donde desarrollar nuestras vidas, aunque detestemos a la clase política.
¿Será que nuestros dirigentes podrán darle a esta encuesta el mismo valor que le dan a los sondeos electorales y tomarla con total seriedad?
Como país, como ciudadanos, sería importante contar con un liderazgo que trace objetivos y que haga de Argentina un país desarrollado, con todo lo que esta palabra indica. ¿Será que alguien pueda gobernar trazando metas para los próximos 50 años y deje de plantear exitismos pasajeros?
Ese sería el mejor regalo para quienes, desde adentro y desde fuera, estamos esperanzados de que aparezca el próximo prócer, y para que no sigamos viviendo en los próceres que pensaron en una patria grande hace hoy 200 años.
Si algo hemos visto los argentinos a lo largo de la historia que nos tocó vivir y sobre la que aprendimos es que en muy pocas oportunidades estuvimos unidos por los mismos objetivos. No es por nada que nuestro carácter no llame a la unión o que seamos contradictorios, como lo establece una gran encuesta que encargó Clarín para hacer una radiografía del argentino y poder tener puntos de comparación hacia atrás y para los próximos cien años.
No es por nada que de este carácter e identidad nacional contradictorios, los argentinos destaquemos como a los argentinos más representativos a Diego Armando Maradona y al médico René Favaloro.
Lo importante, de todas maneras de esta encuesta que Clarín viene publicando en estos días, es que los argentinos estamos cada vez más convencidos que la democracia es el modelo más apropiado en donde desarrollar nuestras vidas, aunque detestemos a la clase política.
¿Será que nuestros dirigentes podrán darle a esta encuesta el mismo valor que le dan a los sondeos electorales y tomarla con total seriedad?
Como país, como ciudadanos, sería importante contar con un liderazgo que trace objetivos y que haga de Argentina un país desarrollado, con todo lo que esta palabra indica. ¿Será que alguien pueda gobernar trazando metas para los próximos 50 años y deje de plantear exitismos pasajeros?
Ese sería el mejor regalo para quienes, desde adentro y desde fuera, estamos esperanzados de que aparezca el próximo prócer, y para que no sigamos viviendo en los próceres que pensaron en una patria grande hace hoy 200 años.
lunes, 24 de mayo de 2010
Día del Periodista en Honduras
Con motivo de que este 25 de mayo se celebra en Honduras el Día del Periodista, el periodista Robert Marin García del diario El Heraldo de Tegucigalpa, me hizo la siguiente entrevista:
¿Qué conocimiento tiene sobre la libertad de expresión en Honduras?
Por mi trabajo monitoreo muy de cerca lo que ocurre en cada país en esta materia y lamentablemente Honduras está en este momento en una situación muy delicada, tanto por la situación de inestabilidad política que afectó también a los medios de prensa y los periodistas en el gobierno anterior como en el posterior al 28 de junio de 2009, como por el clima de violencia que desde marzo de este año cobró la vida de seis periodistas, casos que no están siendo esclarecidos.
¿Qué pasa cuando las sociedades van perdiendo poco a poco su libertad de expresión?
Se pierden espacios de democracia, la que necesita de la riqueza plural y diversa de información y opinión; y de que se respete el trabajo de los periodistas y los distintos criterios editoriales de los medios.
¿Centroamérica es de dónde provienen las mayores agresiones y amenazas a la libertad de expresión?
Tradicionalmente como en la actualidad, los gobiernos tienen una altísima cuota de responsabilidad en lo que sucede a la prensa, tanto desde el punto de vista directa como indirecta, así sea violencia verbal y física, escaso acceso a fuentes de información oficial, discriminación en el otorgamiento de licencias para la explotación de medios electrónicos, utilización de la publicidad oficial con fines punitivos contra los medios, entre otras causas y consecuencias. Sin embargo, en parte por la inacción de los estados y por la globalización también del delito, la prensa también es víctima de la violencia del crimen organizado, principalmente del narcotráfico y sus negocios conexos, en lo que adquieren relevancia las maras o pandillas juveniles.
¿Hasta qué punto es correcto hablar apresuradamente de violaciones a la libertad de expresión, cuando un periodista es asesinado y las causas no tienen relación con el ejercicio de su profesión?
Cuando esto ocurre no existe ningún tipo de violación a la libertad de prensa. Sucede que cuando el gobierno, a través de sus entes investigadores, tarda en ofrecer investigaciones rápidas y creíbles generando desconfianza en las instituciones, pueden aparecer personas o grupos que creen entender que el crimen de un periodista lo que buscaba era tapar o esconder alguna información que pudiera ser relevante.
¿Qué recomienda hacer para que los periodistas no utilicen la libertad de expresión como un escudo para protegerse de prácticas de un libertinaje ofensivo que atenta contra la seguridad física y emocional de las personas?
Como en toda profesión humana, hay periodistas buenos, malos y mediocres. La capacitación y la autocrítica profesional que se ejerza a través de instituciones de prensa fuertes, pueden ir ayudando a una mejor cultura periodística. El entrenamiento de un periodista no debe estar solo limitada a lo técnico ni a su medio, sino enfocada a la ética profesional; se trata, ante todo, de una tarea de responsabilidad individual del periodista.
¿Qué actuaciones de un periodista, podrían socavar la libertad de expresión?
La falta de honestidad en todo sentido, la falta de lealtad a la profesión; lo que tiene que ver con deberes que se asumen con esta profesión: el apego a la búsqueda de la verdad, evitar los conflictos de interés o incluso los que den apariencia de ello. Defender el derecho a la libertad de expresión (y por ende la democracia) es una alta responsabilidad de los periodistas.
En los últimos tres meses en Honduras se han registrado siete asesinatos de periodistas y las causas todavía no son claras ¿Qué nos indica esto?
En seis de estos casos hay sospechas de que se debió a cuestiones profesionales. Parece demasiada casualidad que hayan sido asesinados si es que alguien o grupos allegados al crimen organizado no estuvieran tratando de dar un mensaje. El gobierno tiene una profunda responsabilidad en esclarecer estos hechos en forma rápida. En esta acción se basa la credibilidad del sistema investigativo, lo que creo es una gran debilidad del estado hondureño.
¿Cuál debe ser el rol del Estado y de las sociedades en la defensa de la libertad de expresión, prensa e información?
El estado debe garantizar la libertad de prensa como lo establece la Constitución y todos los tratados internacionales que ha firmado. Pero más allá de esa obligación de respetar la libertad de expresión, tiene el deber de promoverla a través de leyes y educación. Defender y promover la libertad de expresión es defender y promover la democracia.
¿Qué conocimiento tiene sobre la libertad de expresión en Honduras?
Por mi trabajo monitoreo muy de cerca lo que ocurre en cada país en esta materia y lamentablemente Honduras está en este momento en una situación muy delicada, tanto por la situación de inestabilidad política que afectó también a los medios de prensa y los periodistas en el gobierno anterior como en el posterior al 28 de junio de 2009, como por el clima de violencia que desde marzo de este año cobró la vida de seis periodistas, casos que no están siendo esclarecidos.
¿Qué pasa cuando las sociedades van perdiendo poco a poco su libertad de expresión?
Se pierden espacios de democracia, la que necesita de la riqueza plural y diversa de información y opinión; y de que se respete el trabajo de los periodistas y los distintos criterios editoriales de los medios.
¿Centroamérica es de dónde provienen las mayores agresiones y amenazas a la libertad de expresión?
Tradicionalmente como en la actualidad, los gobiernos tienen una altísima cuota de responsabilidad en lo que sucede a la prensa, tanto desde el punto de vista directa como indirecta, así sea violencia verbal y física, escaso acceso a fuentes de información oficial, discriminación en el otorgamiento de licencias para la explotación de medios electrónicos, utilización de la publicidad oficial con fines punitivos contra los medios, entre otras causas y consecuencias. Sin embargo, en parte por la inacción de los estados y por la globalización también del delito, la prensa también es víctima de la violencia del crimen organizado, principalmente del narcotráfico y sus negocios conexos, en lo que adquieren relevancia las maras o pandillas juveniles.
¿Hasta qué punto es correcto hablar apresuradamente de violaciones a la libertad de expresión, cuando un periodista es asesinado y las causas no tienen relación con el ejercicio de su profesión?
Cuando esto ocurre no existe ningún tipo de violación a la libertad de prensa. Sucede que cuando el gobierno, a través de sus entes investigadores, tarda en ofrecer investigaciones rápidas y creíbles generando desconfianza en las instituciones, pueden aparecer personas o grupos que creen entender que el crimen de un periodista lo que buscaba era tapar o esconder alguna información que pudiera ser relevante.
¿Qué recomienda hacer para que los periodistas no utilicen la libertad de expresión como un escudo para protegerse de prácticas de un libertinaje ofensivo que atenta contra la seguridad física y emocional de las personas?
Como en toda profesión humana, hay periodistas buenos, malos y mediocres. La capacitación y la autocrítica profesional que se ejerza a través de instituciones de prensa fuertes, pueden ir ayudando a una mejor cultura periodística. El entrenamiento de un periodista no debe estar solo limitada a lo técnico ni a su medio, sino enfocada a la ética profesional; se trata, ante todo, de una tarea de responsabilidad individual del periodista.
¿Qué actuaciones de un periodista, podrían socavar la libertad de expresión?
La falta de honestidad en todo sentido, la falta de lealtad a la profesión; lo que tiene que ver con deberes que se asumen con esta profesión: el apego a la búsqueda de la verdad, evitar los conflictos de interés o incluso los que den apariencia de ello. Defender el derecho a la libertad de expresión (y por ende la democracia) es una alta responsabilidad de los periodistas.
En los últimos tres meses en Honduras se han registrado siete asesinatos de periodistas y las causas todavía no son claras ¿Qué nos indica esto?
En seis de estos casos hay sospechas de que se debió a cuestiones profesionales. Parece demasiada casualidad que hayan sido asesinados si es que alguien o grupos allegados al crimen organizado no estuvieran tratando de dar un mensaje. El gobierno tiene una profunda responsabilidad en esclarecer estos hechos en forma rápida. En esta acción se basa la credibilidad del sistema investigativo, lo que creo es una gran debilidad del estado hondureño.
¿Cuál debe ser el rol del Estado y de las sociedades en la defensa de la libertad de expresión, prensa e información?
El estado debe garantizar la libertad de prensa como lo establece la Constitución y todos los tratados internacionales que ha firmado. Pero más allá de esa obligación de respetar la libertad de expresión, tiene el deber de promoverla a través de leyes y educación. Defender y promover la libertad de expresión es defender y promover la democracia.
domingo, 23 de mayo de 2010
Lobo y el ejemplo de Alan García
En los asesinatos de periodistas ocurridos en los últimos meses en Honduras y sobre los que el presidente Porfirio Lobo pidió ayuda al gobierno español para que mande fiscales que pudieran investigar y esclarecer los casos, sería bueno que el presidente hondureño tuviera en cuenta lo que hace unos días nos prometió su colega peruano, Alan García, cuando lo visitamos este viernes en Lima con una misión internacional de la SIP.
García coincidió con lo que nos respondió el presidente de la Corte Suprema de Justicia peruana, Javier Villa Stein, después de que le dijimos que parte de la solución para resolver los crímenes contra periodistas sería crear una jurisdicción especial a nivel nacional para investigar los casos, de la misma forma que se tratan los casos de narcotráfico y terrorismo.
Si bien podría haber problemas de presupuesto dentro del Poder Judicial, el presidente Alan García, en una reunión posterior y justo en el día de su cumpleaños, el 21 de mayo, nos dijo que el Poder Ejecutivo apoyaría con el dinero adecuado el funcionamiento de una sala judicial especial nacional.
La idea de incorporar una sala especial judicial nacional es para atraer del interior del país, ya que donde el Poder Judicial, los jueces y tribunales son más vulnerables a las presiones del crimen organizado, y por ello los casos suelen quedar con más facilidad en la impunidad.
Lobo podría – además de los cinco puntos que relaté en post anterior – incorporar esta decisión política de la misma forma que la asumió Alan García.
García coincidió con lo que nos respondió el presidente de la Corte Suprema de Justicia peruana, Javier Villa Stein, después de que le dijimos que parte de la solución para resolver los crímenes contra periodistas sería crear una jurisdicción especial a nivel nacional para investigar los casos, de la misma forma que se tratan los casos de narcotráfico y terrorismo.
Si bien podría haber problemas de presupuesto dentro del Poder Judicial, el presidente Alan García, en una reunión posterior y justo en el día de su cumpleaños, el 21 de mayo, nos dijo que el Poder Ejecutivo apoyaría con el dinero adecuado el funcionamiento de una sala judicial especial nacional.
La idea de incorporar una sala especial judicial nacional es para atraer del interior del país, ya que donde el Poder Judicial, los jueces y tribunales son más vulnerables a las presiones del crimen organizado, y por ello los casos suelen quedar con más facilidad en la impunidad.
Lobo podría – además de los cinco puntos que relaté en post anterior – incorporar esta decisión política de la misma forma que la asumió Alan García.
Cuba ¿liberará presos políticos?
Ojala sea verdad y el régimen comunista y autoritario de los hermanos Castro terminé liberando a los presos políticos y periodistas que todavía se pudren en las cárceles de la isla.
La versión la dio Guillermo Fariñas quien mantiene una huelga de hambre por 88 días en demanda para que por lo menos liberen a quienes están delicados de salud. Es la Iglesia Católica la que está intercediendo ante el gobierno cubano, y la única que podría darle la excusa al régimen para dejar libres a los presos, ya que no quiere hacer ver que se deja influir por las presiones de Fariñas ni de las Damas de Blanco ni por EEUU o la Comunidad Europea y otras instituciones internacionales como la SIP.
Es que el gobierno no quiere dar siquiera apariencia de debilidad, pero la presión es demasiado fuerte y con ella las sanciones económicas. Así que no tiene mejor salida que haber encontrado en la Iglesia a un intermediario lógico y neutral.
La intermediación del cardenal Ortega es una salida elegante y así, además, el gobierno permite el posicionamiento de una Iglesia que siempre fue perseguida, aunque últimamente y después de la visita de Juan Pablo II fue más tolerada.
Claro que esto no es suficiente, porque la liberación será a cuentagotas; pero por algo se empieza. Existe esperanza para las familias sufridas.
La versión la dio Guillermo Fariñas quien mantiene una huelga de hambre por 88 días en demanda para que por lo menos liberen a quienes están delicados de salud. Es la Iglesia Católica la que está intercediendo ante el gobierno cubano, y la única que podría darle la excusa al régimen para dejar libres a los presos, ya que no quiere hacer ver que se deja influir por las presiones de Fariñas ni de las Damas de Blanco ni por EEUU o la Comunidad Europea y otras instituciones internacionales como la SIP.
Es que el gobierno no quiere dar siquiera apariencia de debilidad, pero la presión es demasiado fuerte y con ella las sanciones económicas. Así que no tiene mejor salida que haber encontrado en la Iglesia a un intermediario lógico y neutral.
La intermediación del cardenal Ortega es una salida elegante y así, además, el gobierno permite el posicionamiento de una Iglesia que siempre fue perseguida, aunque últimamente y después de la visita de Juan Pablo II fue más tolerada.
Claro que esto no es suficiente, porque la liberación será a cuentagotas; pero por algo se empieza. Existe esperanza para las familias sufridas.
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