Mostrando entradas con la etiqueta presos políticos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta presos políticos. Mostrar todas las entradas

marzo 22, 2011

El destierro como ejercicio del castrismo

El gobierno cubano anunció hoy una excelente noticia para los familiares de otros dos presos políticos del grupo de los 75 y la liberación también de otros 11 prisioneros que no eran parte de ese grupo de la Primavera Negra de marzo de 2003.

No se puede negar el papel preponderante que ha jugado la Iglesia Católica cubana y el gobierno español en todo este proceso de liberación y hay que destacar la actitud del gobierno de los hermanos Castro de haber cumplido con sus promesas. Claro está, de las 114 liberaciones de disidentes cubanos, ninguna era reconocida hasta la mediación de la Iglesia como si se tratara de presos políticos

Sin embargo, esto no significa el relajamiento del estricto régimen, porque se trata en definitiva, salvo por una decena de excepciones de estas 86 últimas liberaciones, de un destierro masivo de disidentes que el gobierno no permitiría que permanecieran en la isla por temor a que se replique el efecto dominó de las revueltas que voltearon a los presidentes de Túnez, Egipto y que pronto acabará con la Presidencia en Yemen.

De esta nueva válvula de escape que acciona el régimen en forma periódica para evitar la ebullición interna, se beneficiarán los 11 presos que viajarán a España: Néstor Rodríguez Lobaina, Juan Carlos Vázquez, Bodanis Zulueta, José Antonio Sardiñas, Antonio García, Arnaldo Márquez, Eduardo Díaz, Erick Caballero, Alberto Dobouchet, José Manuel de la Rosa y Roberto López. Según la agencia EFE, todos ellos cumplían penas de entre cuatro y 30 años.

julio 13, 2010

Espejismo cubano

No se puede obviar que la liberación de siete presos políticos cubanos y sus familiares que llegaron esta mañana tiene una trascendencia descomunal en la historia actual de Cuba desde el punto de vista de la libertad individual. Sin embargo, lo que verdaderamente importa, la esencia misma de la libertad social, esa que en Cuba ha estado pisoteada por un régimen comunista y despótico, muestra que la excarcelación y el destierro forzado de los liberados no son más que un puro espejismo de la realidad.
El régimen cubano, ese del que ayer se burló, con una alta dosis de sarcasmo, cinismo y propaganda, de todo el mundo mostrando a un todavía lúcido Fidel Castro que a sus 83 años y como presidente del Partido Comunista, se dirigió a los cubanos en una Mesa Redonda televisiva para despotricar sobre una supuesta guerra nuclear entre Estados Unidos, Irán e Israel, pero evitando referirse a la noticia trascendente del destierro.
Cuba compra tiempo con esta liberación y buena imagen para neutralizar los ataques y las sanciones económicas impuestas por la Comunidad Europea. Nadie puede culpar que los presos políticos liberados – entre ellos seis periodistas independientes apresados desde la “primavera negra” de marzo de 2003 (Ricardo González Alfonso, Julio César Gálvez, Pablo Pacheco Ávila, José Luis García Paneque, Omar Ruiz Hernández y Léster Luis González Pentón) – de preferir el destierro a seguir pudriéndose en las cárceles; pero nadie se puede llamar a engaño, creyendo que el régimen cubano ha cambiado o ha optado por la libertad. Repito, se trata de un espejismo.

julio 12, 2010

Cuba no es el paraíso

Hay en algunos sectores una mala apreciación de lo que aconteció esta semana en Cuba entre el presidente Raúl Castro, el arzobispo Jaime Ortega y el canciller español, Miguel Angel Moratinos, más allá de la enorme noticia de que serán liberados 53 presos políticos, la mayoría de ellos “sobras” de los 75 que fueron presos en la “primavera negra” de marzo de 2003.
El canciller español dijo que la nueva actitud del gobierno de Cuba abre las puertas para que se generen conductas recíprocas de parte de la Comunidad Europea que siempre, como Estados Unidos, ha mantenido una posición dura contra el régimen por su violación constante, perversa y persistente a los derechos humanos.
Sería un error que esa conducta firme ahora sea relativizada pues en Cuba no se ha logrado mucho. Sí, es verdad que el gobierno logró descomprimir a la disidencia, a las Damas de Blanco, que Guillermo Fariñas termine con su huelga de hambre, pero no es verdad que las cosas cambiarán mucho. Cuba libera pero desarraiga, y lo hace como muchas otras veces en su historia. Libera presos que fueron encarcelados en juicios sumarísimos y sin mucha argumentación, por el solo hecho de querer expresarse libremente – o presos indeseados muchos de los cuales formaron parte de los 125 mil marielitos que llegaron a Estados Unidos tras el acuerdo entre Fidel Castro y Jimmy Carter – y luego realmente no los libera, sino que los expulsa de su territorio.
Así que esta nueva liberación no encarna ninguna nueva Cuba ni refleja que Cuba del día a la mañana se ha convertido en el paraíso, como quiere hacer ver el gobierno español. En Cuba se sigue restringiendo todo tipo de libertades, de expresión, de prensa, de reunión, de asociación y toda la legislación que esto permite, desde la Constitución Política del Estado hasta la “ley mordaza” 88, siguen intactas.
Es una lástima que ahora el régimen cubano se beneficiará de las nuevas y mejores posiciones que adoptarán la Comunidad Europea y los Estados Unidos, permitiendo que los dólares y euros fluyan mejor en la isla, lo que termina siendo una forma para fortalecer al opresor comunismo, un sistema, que al igual que Moratinos, los hermanos Castro consideran que es el verdadero paraíso (para ellos, claro).

julio 09, 2010

Incongruencias con Cuba

Aunque el gobierno cubano esta semana prometió la liberación de presos políticos, no quiero dejar de publicar en este blog mi columna del fin de semana pasado, que igualmente tiene validez.

“Soy de los periodistas que albergan dudas sobre si el embargo económico de Estados Unidos a Cuba es o no una buena práctica o si sigue siendo el mensaje más adecuado para corroer la dictadura y presionar por cambios a favor de los derechos humanos y las libertades.

Aunque creo comprender los argumentos a favor o en contra, e indistintamente me posiciono en un u otro lado de la discrepancia, lo que no entiendo, son las incongruencias del gobierno estadounidense. El miércoles, la Comisión de Agricultura del Congreso en Washington votó, con mayoría oficialista, un proyecto de ley que permitirá el turismo de estadounidenses a Cuba y ampliará las exportaciones de productos agrícolas, flexibilidad que se suma a la adoptada el año pasado por el presidente Barack Obama, al eliminar trabas para que los cubanoamericanos viajen a la isla.

No obstante que los legisladores argumentan que la nueva ley no anularía el embargo impuesto hace cinco décadas, ciertamente es contraria a los principios y espíritu que lo originaron, pues en Cuba la situación de los derechos humanos no sólo que no ha mejorado, sino empeorado. Basta con revisar el informe de Amnistía Internacional divulgado en Madrid esta semana que estableció que la represión de la libertad en Cuba, es estricta y sigue intacta, manifestándose a través de detenciones arbitrarias, interrogatorios y amenazas constantes para callar a la disidencia.
El citado informe, “Restricciones a la libertad de expresión en Cuba”, reclama que la represión contra periodistas y disidentes, lejos de aminorar, ha aumentado; lo que coincide con el reclamo que desde el 2003 viene haciendo la Sociedad Interamericana de Prensa para que se libere a decenas de comunicadores independientes y presos políticos, y que hoy es eje central de la misión del psicólogo y opositor Guillermo Fariñas, encarnada a través de su feroz y decidida huelga de hambre.
Esta incoherencia de la política estadounidense sobre la indecisión entre apoyar medidas económicas o exigir libertad, queda aún más en evidencia a la luz de una ley que Obama sancionó en mayo. La legislación, que lleva el nombre del periodista Daniel Pearl, del diario The Wall Street Journal, decapitado en Pakistán en el 2002, exige al Departamento de Estado que en sus informes sobre derechos humanos, diagnostique el estado de la libertad de prensa en cada país analizado.
La importancia de la ley radica en que se abre la posibilidad para que el gobierno pueda aplicar sanciones económicas o condicionar asistencia financiera a aquellos estados que como Cuba, Venezuela, China, Vietnam o Irán, entre otros, encarcelan periodistas, cierran medios o restringen las libertades de prensa o reunión.
En el caso del régimen cubano, las autoridades le echan la culpa al embargo estadounidense de todas las condiciones infrahumanas en la isla, sin embargo, como recalca Amnistía, aunque el impacto es negativo, ello no es excusa para violar los derechos humanos y restringir las libertades a 11 millones de cubanos, con castigos que el Código Penal aplica a quienes representen “peligrosidad social”, distribuyan “propaganda enemiga” o manifiesten “desprecio a la autoridad”.

El gobierno cubano escuda en su propaganda contra el embargo las mismas injusticias y burlas que por décadas disimuló ante la comunidad internacional. Muestra ahora, con la intermediación de la Iglesia Católica, una preocupación ficticia por los disidentes, a quienes está liberando a cuentagotas, como a Ariel Sigler Amaya, o trasladando a reos enfermos a cárceles más cercanas a sus domicilios.

A pesar de la incoherencia, es justo reconocer, que EEUU sigue siendo uno de los países más firmes respecto a Cuba. Aún más incongruentes, resultan muchos gobiernos de la región que achacando al embargo todos los males que aquejan al régimen cubano, pidieron su reinserción a la OEA, a sabiendas de que es el gobierno que viola todos los preceptos de la Carta Democrática Interamericana.

Aún así, Washington debería ser más coherente. No debería flexibilizar su política con aquellos países donde empeora la libertad de prensa como establece la ley Daniel Pearl, una actitud de doble moral parecida a la de algunas celebridades y cantantes, que condenan por “principios éticos” el embargo a Cuba, aunque organizan boicots contra Arizona por su ley de inmigración”.

julio 07, 2010

Enhorabuena por Cuba

Lo que nadie había logrado en Cuba para torcerle la muñeca a los hermanos Castro y lograr la liberación de los presos políticos, lo logró la Iglesia Católica con la intermediación del cardenal Jaime Ortega.
El gobierno de Cuba ya no podía soportar más la presión internacional que despertó el psicólogo y periodista independiente Guillermo Fariñas con su huelga de hambre, quien tomó la posta de Orlando Zapata, a quien el régimen cubano dejó morir por pedir exactamente lo mismo: la liberación de los presos políticos.
Hoy desde La Habana, y tras la llegada el lunes del canciller español Miguel Angel Moratinos que se sumó a la Iglesia en su nuevo encuentro con Raúl Castro, el gobierno cubano anunció la liberación de 47 presos políticos, “que restan de los que fueron detenidos en 2003, serán puestos en libertad y podrán salir del país”, según reza un comunicado del Arzobispado con sede en la capital cubana.
Según el parte de prensa de la Iglesia, la liberación de los presos políticos, entre ellos numerosos periodistas independientes, “será concluida en un periodo de tres a cuatro meses a partir de este momento”.
Es obviamente hoy un día de júbilo para las familias de los presos políticos y para las Damas de Blanco, agrupación compuesta por esposas y madres de quienes fueron apresados durante la “primavera negra” de marzo de 2003, de un proceso que se inició 19 de mayo con un diálogo entre el presidente Castro, el cardenal Ortega y Dionisio García Ibáñez, presidente de la Conferencia Episcopal Católica de Cuba.
Apenas comenzó el diálogo, el gobierno había liberado a un prisionero y permitió el traslado de una docena de presos a recintos carcelarios más cercanos a sus domicilios, teniendo en cuenta que la mayoría está encarcelado en lugares lejanos a su residencia lo que dificulta aún más la visita de sus familiares.
Según Ortega, en las próximas horas el gobierno liberará a cinco presos a quienes España ya les otorgó visas de entrada, mientras que el gobierno chileno ya tomó una actitud similar para recibir a otros disidentes que sean liberados.
Por ahora es bueno celebrar en nombre de las familias y prisioneros favorecidos, aunque el destierro será el destino de muchos. Luego habrá que seguir leyendo lo que pasa en Cuba y si esta actitud del gobierno es solo una medida aislada de la libertad total que se necesita en el país.

mayo 23, 2010

Cuba ¿liberará presos políticos?

Ojala sea verdad y el régimen comunista y autoritario de los hermanos Castro terminé liberando a los presos políticos y periodistas que todavía se pudren en las cárceles de la isla.
La versión la dio Guillermo Fariñas quien mantiene una huelga de hambre por 88 días en demanda para que por lo menos liberen a quienes están delicados de salud. Es la Iglesia Católica la que está intercediendo ante el gobierno cubano, y la única que podría darle la excusa al régimen para dejar libres a los presos, ya que no quiere hacer ver que se deja influir por las presiones de Fariñas ni de las Damas de Blanco ni por EEUU o la Comunidad Europea y otras instituciones internacionales como la SIP.
Es que el gobierno no quiere dar siquiera apariencia de debilidad, pero la presión es demasiado fuerte y con ella las sanciones económicas. Así que no tiene mejor salida que haber encontrado en la Iglesia a un intermediario lógico y neutral.
La intermediación del cardenal Ortega es una salida elegante y así, además, el gobierno permite el posicionamiento de una Iglesia que siempre fue perseguida, aunque últimamente y después de la visita de Juan Pablo II fue más tolerada.
Claro que esto no es suficiente, porque la liberación será a cuentagotas; pero por algo se empieza. Existe esperanza para las familias sufridas.

abril 01, 2010

Huelga de hambre

Los cubanos disidentes como Guillermo Fariñas han encontrado en la huelga de hambre un método eficaz para llamar la atención internacional y para obligar al gobierno cubano a no ignorar sus problemas internos, como siempre lo ha hecho.

El gobierno de los hermanos Castro sigue arremetiendo contra la memoria de Orlando Zapata, a quien dejaron morir después de 85 días, y ahora busca hacer lo mismo como Guillermo Fariñas que ya lleva unas tres semanas resistiéndose a ingerir alimentos, los que se le administran por vía intravenosa.

Más allá de que podamos discutir la moralidad del método, la diferencia entre huelga de hambre, ayuno o protestar poniendo en riesgo la propia vida, lo cierto es que el tesón de Fariñas, a quien ahora se le han sumado varios presos más, ha logrado la atención internacional y la crítica contra los Castro mediante este método pacífico.

Para muchos, el gobierno no hará nada para evitar la muerte de Fariñas, quien pide la liberación especialmente de 27 presos de conciencia que están en delicado estado de salud, pero seguramente su vocación humanitaria y de protesta ya ha desenmascarado a este régimen quien siempre gozó de la protección del romanticismo internacional, escondiendo un burdo comunismo que se ha valido para sobrevivir de la caridad de otras naciones.

febrero 28, 2010

Cuba: cambio desde adentro

Las esperanzas que había de que Raúl Castro reformaría la política y economía en Cuba se siguen desvaneciendo. El sistema sigue tan opresor como en la época de su hermano Fidel.

Más allá de que se pueda discutir hasta el cansancio si EEUU hace o no bien en mantener el embargo contra Cuba, creo que lo único que dará resultado es si el cambio se efectúa desde adentro. Tal vez, la muerte la semana pasada, de Orlando Zapata, después de 83 días en huelga de hambre para que se le reconozcan sus derechos como “preso de conciencia”, pudiera ser el detonador de algunas reacciones internas que se necesitan para que el cambio empiece a florecer.

Otros presos políticos iniciaron este viernes huelgas de hambre en protesta por lo que sucedió con Orlando Zapata, y tal vez estamos frente a una presión gigantesca que se podría estar generando en varias cárceles, lo que podría motivar una fuerte presión para el gobierno. No soy partidario de las huelgas de hambre como forma de protesta, pero tal vez en este caso, los presos cubanos es la única opción que tengan.

¿Qué pasaría si los más de 200 presos políticos en las cárceles hicieran huelga de hambre? ¿Podrán volcar de esa forma la atención internacional y obligar al gobierno a liberarlos?

Creo que Diosdado González Marrero, Eduardo Díaz Freitas, Fidel Suárez Cruz y Nelson Molinet, encarcelados en la cárcel de alta seguridad de Kilo Cinco y Medio en la provincia occidental de Pinar del Río, hacen bien en intentarlo. Si no hay un cambio y una gran presión desde adentro, los hermanos Castro han demostrado por más de 50 años que nada ni nadie les hace cambiar de opinión.

octubre 21, 2009

¿No es que no eran presos políticos?

El régimen castrista cubano siempre negó que existieran presos políticos en la Isla y menos que lo fueran los 75 disidentes que fueron apresados durante la “primavera negra” de marzo de 2003, a quienes se les impuso condenas de hasta más de 30 años tras juicios sumarísimos. El mayor pecado que había cometido esta gente fue hablar y expresar su disenso con las políticas monolíticas del régimen.

La visita del canciller español, Miguel Angel Moratinos, a Cuba en los últimos dos días, desenmascaró al gobierno cubano en su impostura, al liberar a Nelson Aguiar y Lázaro Angulo, además de permitir la salida del país de la esposa del prisionero Oscar Elías Biscet, Elsa Morejón.
La liberación de estos presos mediante orden directa de Raúl Castro - como una forma de congraciarse con los españoles para que logren derogar algunas sanciones de la Comunidad Europea - demuestra cabalmente que se trata de presos de conciencia sobre los que el Poder Ejecutivo en La Habana dispone sin intervención alguna del Poder Judicial.
Y pensar que todavía hay organizaciones como la OEA que hacen la vista gorda a esta calamidad, desconociendo – como lo han hecho más de diez presidentes latinoamericanos que visitaron a los Castro desde principios de año para celebrar los 50 años de la revolución – a quienes se están pudriendo en las cárceles por el solo hecho de disentir.
Según una cuenta del periodista Wilfredo Cancio de El Nuevo Herald de Miami, ya están en libertad por motivos humanitarios 22 de los disidentes arrestados durante la “primavera negra”; 10 de ellos en Cuba y 11 están en el exilio en EE.UU., España y Suecia. Miguel Valdés Tamayo falleció en La Habana en enero del 2007.

diciembre 20, 2008

Ingrid y un año de silencio

Ingrid y un año de silencio
Ingrid Betancourt anunció que “pasa a retiro” por un año para acomodarse emocionalmente y en familia lo que le resultará necesario e indispensable. Ya demasiada presencia y prensa estaba saturando el éter y de repente perdiendo su halo mágico.
Fue importante que junto a su anuncio de colgar los botines haya pedido a los presidentes latinoamericanos que se aboquen a trabajar por la liberación de los secuestrados. No puedo estar más de acuerdo, aunque como dije en mi columna la semana pasada – la que a continuación detallo – debería pedirse por “todos” los secuestrados, no solo por los plagiados por los grupos guerrilleros.
Para varios presidentes latinoamericanos, Ingrid Betancourt se convirtió en símbolo de una causa justa y popular, permitiéndoles, junto a muchedumbres y cantantes, reclamar la liberación de cientos de rehenes en manos de terroristas colombianos.
En su reciente gira por América Latina, Ingrid cosechó halagos y prodigó agradecimientos a presidentes como Chávez, García, Da Silva, Correa, Kirchner, Morales y Bachelet, quienes intercedieron por ella antes de ser rescatada por el Ejército de Colombia.
Ingrid logró rápidas adhesiones tratándose de un motivo fácil de enarbolar, ya que el secuestro es considerado un delito de lesa humanidad según el derecho internacional. Pero la causa se torna más compleja de abrazar, cuando se trata de “secuestros oficiales”, plagios cometidos por el propio Estado, como en Cuba, donde las autoridades vienen tirando a muchas “Ingrid” en las prisiones, sin otra reacción que protestas gubernamentales muy mesuradas o burdamente diplomáticas.
Así como las FARC retuvieron a Ingrid por seis años, el gobierno cubano mantiene cautivos a unos 300 presos de conciencia, quienes solo han cometido el delito de disentir contra un régimen que prohíbe derechos fundamentales, como las libertades de expresión, de asociación o de traslado.
Cíclicamente hay pedidos gubernamentales por la libertad de los rehenes oficiales, casi siempre sin convicción y con ingenuidad, como en el caso de la Comunidad Europea que antepuso en junio condiciones para levantar sanciones comerciales. Finalmente, Europa cedió y Cuba no libertó a nadie. La presión ahora pesa sobre el presidente electo estadounidense, Barack Obama, a quien se le exhorta levantar el embargo, aunque la petición no se extiende a Raúl Castro para que respete a sus ciudadanos.
El romanticismo por “logros revolucionarios” tan promovidos, como la educación y la salud, ha hecho que muchos se excusen de reclamar por la falta de libertad y la violación de los derechos humanos o, peor aún, que soliciten, como el Parlatino, la reinserción de Cuba a la OEA sin condición alguna, justo cuando arrestaban en La Habana a decenas de manifestantes que conmemoraban el 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
No hay estadística confiable sobre cuántos secuestrados de conciencia hay en las cárceles cubanas, ya que el gobierno tiene vetado toda visita de organización veedora de los derechos humanos y no se somete a la supervisión de tratados internacionales. La disidente Comisión Cubana de Derechos Humanos adivina la cifra en cerca de 300, incluyendo a los 55 disidentes del grupo de 75 que fue encarcelado durante la “primavera negra” de marzo 2003.
Unos 25 de aquel grupo son periodistas condenados a más de 20 años por el delito de “contribuir con el enemigo”. Muchos están en grave estado de salud, según un informe de la SIP, que también reporta 60 reporteros independientes activos en la isla, quienes soportan periódicamente persecución, arrestos temporales, multas y deportaciones hacia sus provincias de origen.
Las represalias atropellan a quienes siquiera expresan sentimientos, como la bloguera Yoani Sánchez, quien al crear un movimiento de adhesiones virtuales y tratar de unir a sus colegas en una reunión física, fue intimidada por la seguridad gubernamental, recordándosele que el Estado es el que decide quien accede o no a internet.
Aunque estos jóvenes se sientan exultantes por sus denuncias, deberán tener cuidado. El gobierno podría utilizar el disfraz de oveja como en marzo del 2003 contra el movimiento de periodismo independiente. En aquel entonces, infiltró a las nuevas agencias de prensa, provocándoles una implosión mediante delatores y soplones que luego utilizó como “testigos” en juicios sumarísimos.
Todos en Cuba - disidentes como Marta Beatriz Roque, activistas como las Damas de Blanco, o periodistas independientes como Mirian Leyva, blogueros como Yoani Sánchez, cantantes como Gorki Aguila - saben que la expresión está prohibida y corren el riesgo de terminar en la cárcel.
Así como el destino convirtió a Ingrid en paladín de una causa, algún día habrá un líder (y ojalá cantantes también) que creará conciencia sobre la atrocidad de los secuestrados de conciencia del régimen castrista. Mientras tanto, los presidentes, especialmente los latinoamericanos, tienen la responsabilidad de abrazar todas las causas, no solo las fáciles, sino también las más comprometidas, como ésta, la de los “secuestros oficiales”.

diciembre 19, 2008

La ridiculez de Raúl Castro

Si algo de ridículo le faltaba a la dictadura cubana es que ahora sus autoridades quieran cambiar algunos de los 300 presos políticos que se están pudriendo en las cárceles de la isla por cinco cubanos que en Estados Unidos han sido condenados hasta cadena perpetua por ser espías y tratarse de infiltrar en la comunidad exiliada.

El presidente Raúl Castro hizo la propuesta ante el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, esta semana durante una de las cumbres de mandatarios, proposición que fue rechazada por el gobierno de Estados Unidos por considerarla incoherente.

Esto evidencia que si Cuba busca un canje, admite realmente que tiene en sus prisiones a prisioneros políticos, algo que nunca le fue de mucho agrado reconocer.

En Cuba mucho de los prisioneros políticos están muy afectados de salud por lo que se espera del país una señal humanitaria, algo que incluso el Vaticano ha solicitado.

Lamentable es que en esta y en las cumbres pasadas, los gobiernos latinoamericanos hayan hecho tan poco esfuerzo para que Cuba abra sus cárceles a los disidentes y presos de conciencia.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...