viernes, 8 de junio de 2012

¿Homenajear a Pinochet?

Un electrizante debate se ha instalado en Chile, cuyo desenlace puede tener amplias repercusiones en la región. La ley no prohíbe que se hagan actos de homenaje sobre figuras controversiales, como la del dictador Augusto Pinochet, pero ¿es ético que se realce la figura de una persona, a cuyo régimen se le achacan más de 3.000 desaparecidos y responsable del golpe de estado contra Salvador Allende?

Los más críticos piden que se prohíba el acto para que no haga apología del delito ni de la dictadura; los más mesurados, incluido el presidente Sebastián Piñera, no creen que el acto sea bueno pero dicen que no pueden impedir que la gente se exprese; y otros creen que tienen todo el derecho a celebrar sus actos y homenajear a quienes consideren que representan su sentir.

El caso es tan apasionante como educativo, ya que del desenlace se desprenderá una buena enseñanza sobre valores encontrados. Seguramente, ante esta sorpresiva instancia y ante el vacío legal, algún legislador pronto preparará un proyecto de ley para que se prohíba ensalzar figuras como la de Pinochet, de la misma forma que en varios países hay legislación en contra de expresiones de odio, como las que podrían motivar grupos de neonazis para celebrar a Hitler.

Pero el problema es que en Chile la figura de Pinochet no concentra el consenso necesario para que sea condenado o vilipendiado o, al menos, su causa tiene tantos detractores como seguidores. Muchos ven a Pinochet como la figura que rescató a Chile del comunismo y proyectó al país hacia una bonanza y disciplina de la que ahora todos disfrutan. Por otro lado, los otros, ven a un dictador sanguinario violador de los derechos humanos de sus ciudadanos.

Los datos más concretos que condenan a su gobierno, según un informe oficial de agosto de 2011, indican que Pinochet, quien murió en 2006, luego de un intríngulis procesal internacional, no fue condenado en su país por los más de 3.000 muertos y desaparecidos y las 37.000 personas encarceladas y torturadas que dejó su dictadura.

El debate en torno al homenaje es fuerte y puede ser tan enriquecedor como la tolerancia que los chilenos, de uno y otro lado, se impongan para debatir un tema tan importante en la historia moderna de su país.

Damas y cardenal, cerrando heridas

Finalmente en lo que parece ser una reconciliación productiva para las Damas de Blanco cubanas, el cardenal Jaime Ortega las recibió ayer jueves por casi cuatro horas, ojalá que cerrando un capítulo que había distanciado a los disidentes con la Iglesia después de la visita del papa Benedicto XVI a Cuba.

Había muchas cosas en juego, pero en especial, la restauración de la confianza. Las Damas de Blanco no pudieron asistir a las misas ofrecidas por el papa, tampoco fueron recibidas en audiencia y fueron más que nunca resistidas por las autoridades cubanas mediante golpizas, insultos y detenciones.

Tras la reunión en la sede de la Arquidiócesis de La Habana, Berta Soler, una de las líderes del grupo dijo que fue una reunión productiva en la que le pidieron al cardenal que interceda ante el gobierno para que deje de acosarlas o, al menos, para que lo haga con menor intensidad.

Las Damas de Blanco han sido en estos últimos años desde que sus esposos y familiares fueron encarcelados en marzo de 2003, la imagen más visible de la disidencia cubana por imponerse a un régimen depravado. El cardenal debe mover cielo y tierra e imponer condiciones para el gobierno respete sus derechos a expresión y asociación, y así puedan seguir animando espacios de democracia en la isla.

miércoles, 6 de junio de 2012

La militarización del internet

La era digital atrajo grandes avances para el progreso de la humanidad, pero también creó nuevos desafíos para los gobiernos. Ahora éstos, deben lidiar con bandidos cibernéticos que sabotean servidores y sistemas de cómputos o espías que roban secretos industriales, militares y financieros.

Esos retos, y la necesidad de brindar seguridad cibernética a Río +20, la cumbre de Naciones Unidas sobre medio ambiente que comenzará la próxima semana en Río de Janeiro, fueron la coyuntura perfecta que aprovechó el gobierno de Brasil para crear el Centro de Defensa Cibernética, un organismo militar que estará dedicado a proteger los intereses civiles y militares del país.

De esta forma, Brasil se trepó a la tendencia que hace algunos años iniciaron grandes potencias mundiales como Estados Unidos, Rusia, China y Alemania para abordar la militarización del internet, lo que se conoce como la quinta dimensión de defensa de un país, después de los sectores aire, tierra, mar y espacio. 

El Centro brasileño, a semejanza del Comando Cibernético de Estados Unidos que opera en ese país desde octubre de 2010, tendrá como objetivo detener cualquier ataque informático que pueda amenazar, entre otros, los sistemas electrónicos de las aerolíneas comerciales, la grilla nacional de energía eléctrica, los reactores nucleares, así como agresiones al sistema financiero brasileño, uno de los blancos preferidos de los hackers en 2011.

La militarización del internet se profundizó en los últimos tres años cuando proliferaron ataques y virus lanzados contra blancos militares y financieros en EE.UU., Rusia, China e Irán, y todos los países se volvieron suspicaces unos de otros. Desde entonces, se apreció una disminución de los gastos militares tradicionales y un aumento notable en defensa cibernética, calculándose que en este rubro se gastaron 50 mil millones de dólares en 2011.

La militarización no solo alcanza temas de defensa sino que se expande a inteligencia y contra propaganda. Recientemente, la canciller de EE.UU., Hillary Clinton, admitió que expertos del Departamento de Estado patrullan el internet y las redes sociales para neutralizar a la red terrorista al-Qaeda en su intento por reclutar nuevos seguidores.

La militarización de la red, como producto de este gran juego en el que se mezclan objetivos legítimos de seguridad e ilegítimos de sabotaje y espionaje, plantea duros retos sobre el libre uso del internet, concebido desde sus orígenes como un servicio de defensa, que luego se transformó en un motor de participación ciudadana e innovación constante.

Ese empoderamiento de la libertad, es justamente lo que los regímenes autoritarios ven como agente desestabilizador, por lo que imponen cada vez más restricciones. Existen 40 países que aplican trabas legales y prácticas al internet y las redes sociales, de solo cuatro que había hace una década.

Las excusas para controlar el internet son las tradicionales, seguridad nacional, injerencia al poder y desobediencia a la autoridad. Por ello, regímenes como los de China, Rusia, Saudi Arabia, Vietnam, Cuba y Venezuela, entre otros, promueven que la gobernanza del internet pase de manos privadas a las Naciones Unidas, como insistirán en diciembre ante la asamblea de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, a realizarse en Dubai.

Sergei Brin y Vinton Cerf, creadores del motor de búsqueda más exitoso, Google, creen que el control de los gobiernos será un craso error, toda vez que el internet prosperó gracias a la iniciativa privada y a la libertad, y que fue la sociedad civil y la academia los que le insuflaron estándares de autorregulación para su desarrollo y gobernanza.

La experiencia indica que mientras en gobiernos democráticos el internet plantea problemas de intimidad, propiedad individual y seguridad, los regímenes autoritarios lo utilizan como sistema policial para vigilar y neutralizar la actividad de sus ciudadanos, así como para perseguir a opositores.

Si se considera que los gobiernos pudieran conseguir la gobernanza del internet y sumado a que la militarización de la red los está sofisticando cada vez más en el uso de controles cibernéticos que podrían aplicarse contra sus ciudadanos, se puede predecir que el clima de libertad del que hoy gozamos, será pronto cosa del pasado.

lunes, 4 de junio de 2012

El golpe anunciado de Correa

Se sabía que el presidente Rafael Correa tenía la sangre en el ojo y lo venía anunciando desde hace meses. La 42 asamblea general de la OEA sería su escaparate de propaganda para vociferar en contra de la Comisión Interamericana de Derechos y la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión.

Cuando Correa perdonó la sentencia que condenaba al diario El Universo, sus directivos y un ex columnista por el delito de difamación en su contra, dijo también que su perdón no incluía el olvido. Justamente eso quedó en evidencia hoy en la reunión de la OEA en Cochabamba, Bolivia.

El golpe de Correa contra estas dos instituciones es en represalia a las medidas cautelares que la CIDH dictó en apoyo a los demandados en aquella sentencia, que si se hubiese ejecutado, hubiera engrosado las arcas del presidente con 40 millones de dólares en indemnización.

Correa hoy volvió a los disparates que lanza durante sus alocuciones sabatinas haciéndose eco también de las posturas similares que ofrecieron los representantes de Venezuela y de Bolivia. Justamente el presidente Evo Morales, siguiendo con las amenazas de Hugo Chávez de que retiraría a su país del organismo interamericano, dijo que “para la OEA hay dos caminos: muere al servicio del imperio o renace para servir a los pueblos de América".

Con la misma tónica de discurso propagandístico, lleno de frases hechas, Correa reclamó que existe descrédito de parte del sistema interamericano de derechos humanos debido a que se ha sometido a organizaciones no gubernamentales y a “los intereses del gran capital”. Agregó que ambos organismos están financiados por organizaciones de derecha neocolonialistas que boicotean a gobiernos con revoluciones sociales y que tienen doble moral, buscando criminalizar a los Estados.

Correa pidió que la Asamblea apruebe cambios – ver post anterior - que le quitarían independencia y autonomía a estos organismos, aspectos necesarios para que puedan hacer su labor de supervisión de los derechos humanos en cada país.

Aunque Correa no tiene muchas probabilidades de que los cambios se adopten, sabe muy bien por su sistema de propaganda, que debe desprestigiar a estos dos organismos para restarles credibilidad pública y así poner en entredicho lo que pueden actuar y decidir sobre su país y otros del Alba.