sábado, 28 de enero de 2012

Primarias con (des)sazón latino


Las primarias republicanas que se decidirán en gran parte este próximo martes en este estado de la Florida, vienen mostrando debates, peleas y promesas entre los pre candidatos – Mitt Romney, Newt Gingrich, Rick Sanctorum y Ron Paul – para cortejar al voto hispano y al senador Marco Rubio o al ex gobernador Jeb Bush para eventualmente incluirlos como candidatos a la vicepresidencia con el ánimo de asegurar una fórmula ganadora.

Que Puerto Rico se convierta en el estado 51, que se harán más ajustes contra Cuba, que se disciplinará a Hugo Chávez, que se crearán más mercados de libre comercio en América Latina y muchas otras promesas más, son parte de las fortalezas de discursos que contrastan con la gran debilidad de propuestas concretas y factibles sobre inmigración, el Talón de Aquiles de los republicanos así como la todavía débil economía es el de Barack Obama.

Ningún pre candidato atina a decir nada especial o tener una propuesta decente para lidiar con el grave problema de inmigración ilegal que afecta a 11 millones de indocumentados (cálculo oficial aunque en realidad debe ser cercana a los 15 millones), por lo que todos los pataleos en el sur de la Florida no conseguirán el voto mayoritario de los latinos, aunque la estrategia es reducir la cantidad que históricamente reciben los demócratas y balancear la escala electoral.

Los republicanos actuales no tienen sazón latino. Sin embargo se las han arreglado muy bien para hacer mucho ruido y estar en el candelero. Romney salió ganador el jueves en el debate que se dio en Jacksonville por lo que vi por televisión, ya que cambió de estrategia después de que Gingrich le arrebató las primarias en Carolina del Sur. Desde el primer momento atacó a Gingrich y en un deja vu de debates pasados cuando Gingrich dijo que la pregunta sobre sus amoríos de casado de un periodista era “repulsiva”, Romney dijo que las acusaciones de Gingrich sobre su fortuna personal y la forma de hacer el dinero eran “repulsivas”, de acuerdo a los estándares históricos de la filosofía de libre mercado estadounidenses.

El martes será el gran día y creo que Romney ganará las primarias. Ya repuntó mucho en las encuestas y solo alguna otra estupidez como sucedió antes de Carolina del Sur en que dijo que todavía no mostraría su declaración de impuestos, pudiera hacerle perder. Creo que la suerte está echada, aunque los latinos y los indocumentados están desazonados o descorazonados.

jueves, 26 de enero de 2012

Lobo peligroso ataca a la prensa


El presidente Porfirio Lobo al dejar inaugurada la Legislatura se sumó a una jauría de presidentes latinoamericanos obsesionados con la prensa, a la que tratan de cerrar sus espacios de crítica y disenso mediante la sanción de leyes, que bajo el pretexto de hacer la comunicación más democrática, solo atinan a imponer restricciones y limitaciones.

El presidente Lobo fue contradictorio. Se refirió a la prensa con respeto y admiración por su trabajo pero dijo que limitaría que se use para “fines personales”. Se trata de la misma canción y excusa usada en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Argentina donde se trata de hacer ver que la prensa tiene una función pública, desvirtuando que su verdadera independencia y autonomía, deviene de su calidad de pertenecer al sector privado.

Echarle las culpas a la prensa de los males de un país puede servir en materia electoral, pero en nada sirve para hacer viable una democracia. Nadie puede negar que haya prensa con faltas graves de ética y en contra de la legalidad, pero ante ello existen leyes normales que regulan esos delitos cometidos a través de los medios de comunicación. Sin embargo, es peligroso dictar leyes especiales para regular la libertad de prensa porque siempre se caerá en condicionar la libertad de opinión, que cada medio tenga la línea editorial que decida y, en especial, restringir el derecho del público a estar informado o escoger el medio a través del cual quiera obtener la información.

Las leyes de prensa que se dictaron en los países mencionados recientemente fueron represalias contra los medios de comunicación y en todos esos países el resultado fue que la libertad de prensa y de expresión fue restringida, según informes recientes de organismos dedicados a la supervisión de los derechos humanos, como el caso de Human Rights Watch.

La libertad de prensa es molesta, complicada y barrosa para un gobierno. Pero el respeto a la crítica y el disenso son esencia de la democracia, aspectos que la distinguen de otros sistemas políticos. Si se elige la democracia como vía política, se deben aceptar todos sus componentes.

miércoles, 25 de enero de 2012

SOPA, PIPA y también Megaupload


Comparto con ustedes mi columna publicada este fin de semanas en varios diarios de la región, en la que describo las inconveniencias de las leyes SOPA y PIPA en Estados Unidos que le daban un excesivo papel de policía a empresas privadas, que no les corresponde.

Justamente cuando el viernes pasado el Congreso de EE.UU. desistió de seguir tratando SOPA, al mismo tiempo, el FBI cerró el sitio de descargas ilícitas Megaupload, cuyos dueños fueron apresados – algunos todavía están prófugos – en Nueva Zelandia, y procesados por operar una maquinaria de piratería digital tan aceitada como el de las peores mafias de todos los tiempos.

Esto evidencia que no son necesarias leyes tan complicadas como SOPA y PIPA para custodiar el derecho de autor y la propiedad intelectual.

A continuación, la columna:

El primer apagón digital de la historia al que adhirieron este miércoles miles de sitios online tuvo el éxito deseado. Paró en seco dos proyectos de ley sobre protección de la propiedad intelectual que se discuten en el Congreso de EE.UU. que de ser sancionados, infringirían graves daños al clima de libertad en el internet y subyugarían a sus empresas tecnológicas.

La fuerza de la protesta global, liderada por Wikipedia, con un apagón informativo de 24 horas y por Google, con un llamado a sus usuarios a que repudien los proyectos de ley, hizo que los legisladores detuvieran su apresurada marcha, traten de aprender más sobre el uso de las nuevas tecnologías y piensen en una ley que equilibre mejor el derecho de autor con el de libertad de expresión.

La misión no es fácil, más en un año electoral cuando las presiones se potencian y sobre el ring hay dos pesos pesados. En un rincón, la poderosa industria del entretenimiento, representada por Hollywood, que favorece este tipo de leyes para detener la piratería y las falsificaciones que le han provocado pérdidas millonarias y empleos; y, en el otro, la creciente industria del conocimiento, que desde el Valle de Silicona, clama siempre por un internet desregulado, que ya ha servido para derribar gobiernos anti democráticos, crear millones de empleos y expandir el comercio mundial.

Aunque en las formas muchos solo vean puñetazos, en el fondo todos están de acuerdo. Tanto el gobierno y los políticos, como ambas industrias privadas, creen que la propiedad intelectual estadounidense debe protegerse en todo el orbe como ya se hace en el país; empero, las diferencias estriban en cómo hacerlo ya que los proyectos de ley SOPA (Ley para Detener la Piratería Online) y PIPA (Ley para Proteger la Propiedad Intelectual), no son buena opción.

Estas regulaciones imponen a las compañías tecnológicas un poder de policía y de auxiliares de la justicia que no les corresponde. SOPA y PIPA obligan a motores de búsqueda (Google, Bing o Yahoo), a redes sociales (Facebook o Twitter), agregadores de contenido (Wikipedia o YouTube), y a sitios de comercio online (Paypal, Amazon o Craiglist), a convertirse en supervisores y censores de contenido, con el agravante de que pueden ser multados o desactivados si omiten esas funciones. Estas empresas estarían obligadas a cerrar sitios de internet fraudulentos, retirarles los dominios o, entre otras medidas, bloquearlos en sus sistemas de búsqueda bajo la mínima presunción de que ofrecen productos falsos y pirateados o descarguen música o películas sin el correspondiente pago de derechos de autor y regalías.

Aunque el espíritu de la ley es cortar los canales del dinero a potenciales piratas y falsificadores extranjeros, no deberían ser las compañías tecnológicas las encargadas del control, sino las autoridades competentes, fiscales y jueces a través de investigaciones y denuncias de los propios creadores de contenido. Así, los responsables tendrían garantías al debido proceso y al derecho a la defensa, lo que no existiría si se deja al arbitrio de una compañía privada como Google, determinar quién es o no un criminal.

Desde esta perspectiva, estas compañías privadas estarían tomando decisiones que desembocarían muchas veces en casos graves de censura y de censura previa, lo que justamente combaten en la práctica. El año pasado, por ejemplo, empresas privadas como Visa, Mastercard y PayPal arriesgaron su credibilidad, cuando bajo presión del gobierno y ante un vacío legal, decidieron cortar relaciones comerciales con Wikileaks, en represalia por la divulgación clandestina de miles de cables diplomáticos confidenciales.

Es bueno que haya libertad en la red, porque este formato hasta ahora fue el que garantizó la innovación y la creatividad de la que hoy disfrutamos. Pero no es bueno que en nombre de esa libertad se excuse la piratería, se crea en la filosofía anarquista de Anonymous y del vale todo, o se justifiquen los robos y a los delincuentes.

Es necesario que SOPA y PIPA se perfeccionen o reemplacen. Que el Estado no delegue a privados las funciones de policía y juez; y que el ciberespacio se mantenga abierto sin limitar ni discriminar contenidos, pero cada uno asumiendo responsabilidad. Ambos mundos no son incongruentes.

Un Barack Obama electoral


El discurso de Barack Obama de anoche ante el Congreso estuvo centrado en la economía, su talón de Aquiles rumbo a las elecciones de noviembre próximo. Fue un discurso electoralista, plagado de promesas y pedidos de reconciliación a los republicanos para gobernar a favor de la clase media, la que por restos primeros tres años de gobierno siguió debilitándose tras la herencia de la crisis que se remonta al último año del gobierno de George W. Bush.

Obama en 2008 estuvo llamado a ser un líder mundial, ante la carencia planetaria. La esperanza que se desplegaba como lema de campaña había calado hondo en todos los rincones y grupos minoritarios creyeron que serían reivindicados. La esperanza fue grande. Hoy las expectativas están desinfladas en lo interno y lo externo.

Obama puede acusar de su inacción e ineficiencia a muchas trabas de los republicanos, pero también es cierto que a principios de su mandato, cuando tenía los vientos a su favor y la mayoría en el Congreso, no supo sacar adelante promesas de campaña, como un trato justo para los 11 millones de hispanos indocumentados sin tener que recurrir a las periódicas deportaciones, un seguro de salud universal para cada estadounidense sin importar su condición, una cárcel de Guantánamo cerrada, energías renovables más desarrolladas, mejorar los índices educativos especialmente en ciencia y matemáticas, dejar al desempleo en la historia trayendo al país los puestos de trabajo que las compañías estadounidenses llevaron al exterior, un mercado de la vivienda renovado tras la burbuja, mayores reglas para Wall Street, la imposición a China de un intercambio comercial más balanceado y, entre otras cosas, traer los soldados de Irak o mandarlos a Afganistán.

A excepción por lo de Irak, el resto de las cosas, como si se tratara de un deja vu, fueron parte de las mismas promesas que reiteró anoche.

martes, 24 de enero de 2012

Guerra republicana en la Florida


El ex gobernador de Massachusetts, Mitt Romney, finalmente acaba de revelar su declaración jurada de ganancias y de impuestos sobre los más de 20 millones de dólares que ganó y casi el 15% de lo que pagó de tasa impositiva el año pasado, muy por debajo del porcentaje de lo que contribuye el ciudadano estadounidense promedio. Y anoche en el debate dejó de pegarle solamente a Barack Obama por el mal manejo de la economía, para dedicar, en un giro de su estrategia electoral, mucho de su tiempo a atacar a Newt Gingrich, quien el sábado le arrebató las primarias en Carolina del Sur.

Las primarias del Partido Republicano están que arden. Romney tenía una ventaja amplia para este 31 de enero en las próximas primarias de la Florida, pero luego de perder sorpresivamente Carolina del Sur, de saberse que las cifras de Iowa eran mayores para Sanctorum y no para él y de ser atacado constantemente por los demás republicanos por ser demasiado moderado, ya no llega como favorito sino detrás de Gingrich, según las encuestas que hasta hace una semana lo tenían como imbatible.

Tal vez no hay mal que por bien no venga. Hasta ahora como gran favorito, Romney no supo capitalizar las diferencias para quedar definido como el candidato para ir en contra de Obama. Quizás ahora, una nueva estrategia más agresiva en contra de sus pares republicanos puede devolverle la delantera. Gingrich tiene muchos puntos débiles que Romney hasta ahora había dejado de lado, como la separación como presidente de la Cámara de Diputados que perdió por votación de legisladores de su propio partido. Se avecinan unos días bastante caldeados para los republicanos.

Esto tiene una doble lectura para Obama. Muchos piensan que los republicanos se están destruyendo entre sí. Sin embargo lo que a Obama le debe pesar es no tener todavía a alguien definido frente a él en quién depositar todos los males y atrasos de su Presidencia. Por más que los republicanos se dilapiden entre sí, se saquen los trapitos al sol (ya no quedan muchos), siguen siendo noticia y estando en la boca y pensamiento de la opinión pública. En propaganda, incluso por más mal que se le presente a uno, el solo hecho de “estar”, ya es una ventaja competitiva y comparativa.