sábado, 27 de febrero de 2010

Mejor sin Uribe

La Corte Constitucional colombiana hizo justicia y se definió en contra de favorecer el proceso que permitiría a Alvaro Uribe intentar la reelección, a pesar de que el presidente colombiano tiene la popularidad necesaria para un tercer mandato consecutivo.

Pero por el bien de la democracia, es mejor que Colombia se quede sin Uribe, ya que la Corte bien ha establecido que el tiempo prolongado es una tentación para los abusos; sino, basta con mirar con lo que sucede con Hugo Chávez, o lo que pasó con Carlos Menem y Alberto Fujimori, quienes estuvieron tres términos seguidos al frente de sus países.

Lo mejor tras la decisión fue el discurso pronunciado por Uribe que lejos de lamentarse o justificar alguna acción para apelar la decisión, simplemente habló de la democracia colombiana, la separación de poderes y la necesidad de independencia de un Poder Judicial, necesario contrapeso a los otros dos poderes públicos.
"Acato y respeto la sentencia de la honorable Corte Constitucional...El estado de derecho exige que todos los ciudadanos nos sometamos a la ley, pero especialmente un gobernante", dijo Uribe.

La decisión de Colombia va mucho más allá de haber establecido que un presidente solo puede tener una opción para ser reelegido, ha sentado un ejemplo para otros países de América Latina, donde ciertos presidentes buscan seguir atornillados al poder, así sea con reformas constitucionales aguijoneadas como procesos electorales fraudulentos.

viernes, 26 de febrero de 2010

México: fascinante y tremendo

Pasar por México es siempre una experiencia fascinante y tremenda. Es que se visitan dos países en uno, profundamente contrastados. El primero es imponente, multicultural, hospitalario y de arquitectura colosal. El otro es impotente, desigual, corrupto y de violencia descomunal. Donde muchos tienen poco y pocos dominan mucho.
El país está en un pozo y corre el peligro de hundirse aún más. Es que el gobierno no acierta en estrategias para combatir el crimen, la única actividad que pareciera estar realmente organizada, bien remunerada y en expansión. El narcotráfico no solo traspasa drogas hacia Estados Unidos o la riega para el consumo interno, sino hasta narcotizó la economía. El Tribunal Superior Agrario estima que los narcotraficantes han suplido al Estado como financistas, apoderándose de un 30 por ciento del campesinado al que suplen créditos, seguridad y semillas de mariguana y amapolas, mucho más redituables que las de maíz.
La táctica de los narcos es tan cruel y sanguinaria como eficiente: paga a sus sicarios en especies para que la droga se vuelque al consumo interno; atemoriza con su terror a base de ejecuciones, masacres y cuerpos decapitados arrojados por doquier; y corrompe a todos – policías, jueces, políticos o comerciantes - mediante sobornos y extorsiones, sin dar opciones. O se elige ser cómplice y deshonesto, o se es víctima.
La masacre de 15 jovencitos inocentes el 31 de enero en Ciudad Juárez enardeció a la gente que todavía reclama con ira una mayor acción del gobierno. Tal vez este episodio sea el detonador o el punto de inflexión - lo que antes no lograron los cientos de “feminicidios” ni los miles de asesinatos a sangre fría - entre la ineficiencia y la efectividad en la guerra contra el crimen organizado.
Pero el reto del gobierno no es solo detener la violencia, sino restaurar la confianza pública y la credibilidad en las instituciones. La corrupción y la impotencia de los poderes judiciales y los cuerpos policiales han depreciado el valor de la denuncia. El Tercer Informe del Gobierno Federal indica que por cada delito que se comete hay ocho que no se denuncian, mientras solo 9 de cada 100 investigaciones judiciales terminan en condena.
A diferencia de Colombia, donde la policía monopoliza la seguridad nacional, el otro desafío de México es que siendo un país federal, se suelen producir fuertes choques de jurisdicción entre la nación centralista y el caciquismo de los gobernadores estatales. Esa ambigüedad de competencias, que permite acusaciones de evasión de responsabilidades entre policías y jueces estatales y nacionales, es una debilidad de la que saca muy buen provecho la delincuencia organizada.

El presidente Felipe Calderón, sabiendo estos retos, emprendió con retraso la batalla en dos frentes. Por un lado exige una Ley de Seguridad Nacional, en la que legitima a los militares como protagonistas de la lucha contra las drogas, y por el otro, trata de detener la erosión de las instituciones. Por ello visitó dos veces Ciudad Juárez en 15 días y creó las mesas de trabajo "Todos somos Juárez, reconstruyamos la ciudad", una convocatoria general para reducir los índices de violencia mediante el desarrollo de actividades sociales en las que se inculquen valores y se potencien la educación, los empleos y las inversiones, como una forma de rescatar a los jóvenes que ahora solo piensan en escapar para sobrevivir.

Si la fórmula resulta exitosa, la experiencia de Ciudad Juárez podrá replicarse en todo el territorio nacional o en otras ciudades latinoamericanas que ya están soportando niveles considerables de drogadicción y de todos los delitos conexos generados por los cárteles.

Si algo tiene de enseñanza la tragedia de los 15 jovencitos, es que en ninguna comunidad se deberían repetir los dos mayores errores que admitió el alcalde municipal: se subestimó al narcotráfico en su capacidad de incentivar el consumo de drogas y no se depuró a tiempo la corrupción en la fuerza policial.

La desconfianza en las instituciones y la inseguridad, si bien es déficit en toda América Latina, cobra especial relevancia en México, ante un gobierno que no actuó con rapidez ni eficacia. Ciudad Juárez abre ahora la oportunidad para revertir el proceso, así como para borrar la diferencia entre lo fascinante y lo tremendo.

Doloroso cinismo y silencio

El cinismo de Raúl Castro sobre la muerte en prisión del disidente Orlando Zapata Tamayo, en huelga de hambre desde hacía 85 días reclamando por sus derechos y contra las atrocidades a las que fue sometido en la cárcel, tiene los mismos niveles que de su hermano Fidel. No solo que niega que en Cuba no existen presos políticos, ni torturados como “en Guatánamo”, sino que además le echa la culpa a Estados Unidos por el desenlace de esta muerte, habiendo acusado la prensa gubernamental a que los “mercenarios del imperio” habrían incentivado a Zapata llegar hasta la muerte
Pero más doloroso que el cinismo de los Castro es el silencio de los demás países latinoamericanos, especialmente porque la muerte de Zapata se registra esta semana cuando todos los presidentes latinoamericanos estuvieron en Cancún y tuvieron la oportunidad de haber protestado por los más de 200 presos políticos en Cuba y el autoritarismo existente en Venezuela, denunciado también esta semana en un informe de más de 300 páginas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
La diferencia entre el Guatánamo violento de Estados Unidos y la violencia en Cuba, es que en el primer caso fue un tema de debate, transparencia y condena internacional en el que todo el mundo tuvo la oportunidad de opinar sin reprimendas, mientras que el segundo se trata de un tema oscuro, negado y del que nadie parece prestarle atención a nivel mundial - excepto por los organismos de derechos humanos – y que ha generado mayor represión en Cuba, donde las autoridades hasta se aseguran que los disidentes y periodistas independientes no puedan expresarse sobre el asunto.
El gobierno de Cuba merece el reproche internacional, la condena de los organismos multilaterales, mayores sanciones económicas y un aislamiento profundo que obligue a sus autoridades a dejar el poder. 51 años de opresión y sin libertades respetadas, es demasiado a cambio de unos logros, como el alfabetismo y la salud, que son insuficientes sin el debido goce del libre albedrío.
Me pregunto: ¿Todos esos románticos que siguen idolatrando al régimen de los Castro, por qué lo siguen haciendo desde la comodidad de otros países donde viven en libertad y no se van a vivir a Cuba? La respuesta es simple, porque a los pocos días estarían armando balsas como muchos cubanos que prefieren desafiar a la muerte en el Estrecho de la Florida que seguir consumidos por la opresión

miércoles, 24 de febrero de 2010

Honduras y narcotráfico

La semana pasada estuve en Tegucigalpa luego de pasar por México con una misión de la SIP por temas de violencia contra periodistas. Al término de una entrevista breve con el presidente Porfirio Lobo, me pidió que sobre seguridad y narcotráfico hable directamente con el ministro de Seguridad, Oscar Arturo Alvarez Guerrero, quien ya había ocupado ese puesto en la presidencia de Ricardo Maduro y ahora lo hacía después de ser el diputado con mayor cantidad de votos en la historia de Honduras.
Antes de despedirme de Lobo, se refirió eufórico al acuerdo que acababa de firmar con Colombia para la lucha contra el narcotráfico, admitiendo que la lucha contra las drogas en México derivará en mayores problemas para Honduras y toda Centroamérica.
El ministro Alvarez dijo que como parte de la estrategia contra el narcotráfico pondrá en práctica experiencias exitosas pasadas. Además de depurar la fuerza policial en la que reconoce que hay un alto nivel de corrupción, mediante el departamento de asuntos internos, intentará la creación de una unidad de lavado de activos y enriquecimiento ilícito para detectar y combatir los abusos.
Confía que los acuerdos con Colombia y el apoyo de EEUU tras al Plan Mérida y los otros mecanismos de ayuda estadounidense que se están activando nuevamente, permitirán una “excelente triangulación” para combatir al narco, confianza que le ofrece su formación en centros de educación militar especial y de inteligencia, tanto en el Norte como en Europa.
Alvarez coincide con el jefe de Policía de Colombia, general Oscar Naranjo, sobre que la guerra contra el narcotráfico sólo se puede ganar con fuerzas especiales o con fuerzas de tarea policiales, además de servicios de inteligencia capaces de infiltrar a la delincuencia.
Pero en esta “triangulación” geopolítica, reconoce que Honduras está un poco aislada. Sobre El Salvador, dijo que se teme por la seguridad del presidente Mauricio Funes e insiste que sectores radicales del FSLN estarían entrenando a gente de la resistencia hondureña. También que fue avisado por las autoridades colombianas que en las computadoras del jefe guerrillero, ya abatido, Raúl Reyes se habrían encontrado evidencias de que las FARC estarían apoyando a grupos rebeldes en Honduras. Desconfía del trabajo antinarcóticos que pudiera estar haciendo el gobierno de Daniel Ortega y de Alvaro Colom dijo que está muy limitado por el problema interno, la poca profesionalidad de la policía y los altos niveles de delincuencia.
Alvarez es nuevamente ministro a “pedido popular”, si se interpreta que su popularidad se debe al trabajo hecho en el período 2002-2005 al frente de esa cartera. Para entonces, Alvarez recuerda que contrató los servicios de asesoría de McKinsey Consulting, tras lo cual desarrolló una estrategia de seguridad distintiva.
De aquella experiencia, desarrolló una táctica de “guerra psicológica” con tres componentes básicos: a) depuró la policía y ofreció incentivos a un nuevo cuerpo de seguridad; b) creó una cultura de denuncia entre la población regenerando la confianza en la institución policial y c) aseguró que la delincuencia supiese que había un plan para controlarla, “que delinquir sería más difícil”.
La estrategia de “guerra psicológica” fue apoyada por una reforma del Código Penal, introduciéndose en el artículo 332 la figura de asociación ilícita o conspiración, lo que permitió procesar a mil trescientos cabecillas de las pandillas juveniles. En aquella época, Alvarez logró contener al crimen, reduciendo en un 90 por ciento el delito de secuestros en su tercer año al frente de su ministerio.
En la entrevista que me concedió en Tegucigalpa el 18 de febrero, Alvarez consideró que el nivel de tráfico de drogas se ha reducido momentáneamente, debido a que los narcos estarían estudiando los pasos del nuevo gobierno. Acusó que el gobierno del ex presidente Manuel Zelaya tuvo la política sobre el narcotráfico de “dejar hacer, dejar pasar”, con una policía que tenía un esquema de acuartelamiento militar en lugar de estar en la calle. Dijo que la época de Zelaya había un divorcio total con el Poder Judicial, lo que no permitió una verdadera cooperación.
Su percepción es que el gobierno de Zelaya, debido a su amistad con el presidente Hugo Chávez, posibilitó un auge del narcotráfico proveniente desde Venezuela, evidenciado por la cantidad de avionetas de esa bandera que se detectan en pistas clandestinas de Honduras, cuyo territorio está regado de pistas y canales de comunicación que son parte del desarrollo de las grandes compañías agropecuarias internacionales durante el siglo pasado.
“No hubo voluntad política ni liderazgo para enfrentar al narcotráfico”, dijo el ministro; “una situación (que) ha cambiado totalmente en esta Presidencia”.

martes, 23 de febrero de 2010

Chávez, descocado

En el programa de Carmen Aristegui por CNN en Español de esta noche se está mirando a un Hugo Chávez bastante descocado, sarcástico, cínico y mentiroso; y con todos los atributos que lo caracterizan y que lo hace uno de los líderes con mayor desprestigio a nivel internacional.
Habló de que Uribe se “parecía a un torito” y que si no hubiese habido una mesa de por medio, “me hubiese agredido físicamente” y que optó por callarse después de “mandarlo al carajo”, por respeto al “maestro” Raúl Castro quien le puso la mano por detrás para calmarlo, “como si bajara de la Sierra Maestra”.
Sobre Estados Unidos prefirió hablar de “los dos Obama” y que si Barack Obama empieza a destruir el “emporio imperial” vaticinó que lo matarían como “hicieron con Kennedy”. Dijo que hay “dos Obamas” y que a uno es al que él le da la mano en las cumbres y que le dice que EEUU no se inmiscuye con Venezuela, pero el otro es el imperialista, el que no acaba con la guerra en Afganistán o Irak.
Según Chávez se trata de ese Obama que tal vez no supo sobre el golpe de Estado en Honduras pero que luego de sucedido lo aceptó. Siguiendo con Honduras, dijo con bastante sarcasmo que él como no se inmiscuye en temas de otros países, aceptaría lo que decidieran “Daniel, Micheletti (se confundió dos veces con ese nombre en lugar del presidente de Panamá, Martinelli) y los hermanos centroamericanos”, respondiendo a si Venezuela aceptaría al nuevo gobierno de Porfirio Lobo.
Dijo que aceptaría la voluntad de los presidentes centroamericanos con algunas condiciones, como por ejemplo que se le permita a Manuel Zelaya volver a Honduras a hacer política. Obviamente insistió que no se inmiscuye en temas hondureños, a pesar de que la periodista le insistió que lo había hecho.
Respecto al nuevo organismo que se creará, la Comunidad Latinoamericana y del Caribe, con la exclusión de EEUU y Canadá, dijo que no será en reemplazo de la OEA, “sino además de la OEA”, pero que el organismo hemisférico que dirige José Miguel Insulza “desaparecerá”.
Por último, Chávez dijo el presidente brasileño Lula Ignacio da Silva es “el ideal” para dirigir el nuevo organismo cuando se quede desempleado al dejar la presidencia de su país. “Lo dije en broma, pero ahora lo sostengo en serio”.
Chávez siempre se mostró sarcástico en todos los temas, excepto que sobre el altercado con Alvaro Uribe se mostró como víctima.
La entrevista mostró a un Chávez conocido, pero que jamás dice esto a periodistas venezolanos, sino que solo espera estar a nivel internacional para ofrecer declaraciones a periodistas de otros países. En Venezuela no discute o dialoga o se deja entrevistar por periodistas, solo habla en forma de propaganda a través de sus cadenas obligatorias.

¿Comunidad?

No sólo por el “sea varón” que Alvaro Uribe le espetó a Hugo Chávez pasará esta cumbre de presidentes en Cancún a la historia, sino por el consenso de querer formar una Comunidad latinoamericana y caribeña, excluyente para los países más ricos de las Américas, Estados Unidos y Canadá.
Si bien les asiste el derecho de hacerlo y nunca está de más que haya más asociaciones dedicadas a la cooperación internacional, uno se pregunta si sería importante para la Comunidad Europea, excluir a Alemania y Francia, quedándose sin interlocutores válidos que todos quisieran tener en su grupo. O si la comunidad asiática excluiría a Japón y Corea del Sur, dos de los países más importantes de aquella región.
El hecho de que esta Comunidad sea una petición especial de Chávez, acompañada por Evo Morales y con el consentimiento expreso de los hermanos Castro, evidencia de que se trata más de una cuestión de conveniencia y de pulso ideológico que de estrategia política.
Si se consolida lo que ahora es una idea, ojalá que se transforme en una asociación que permita zanjar las diferencias entre países latinoamericanos y acabar con esta suerte de diplomacia de micrófono que parece ser la tónica en cómo se zanjan las diferencias en América Latina.
Desaprovechar a los ricos e igualar para abajo entre los menos pudientes, como parece ser la premisa de esta nueva comunidad, no parece ser una estrategia razonable, sino una mera ambición política.
Si algo quedará en el colectivo popular sobre esta cumbre, de la misma forma que quedó el “por qué no te callas” que le gritó el rey Juan Carlos de España a Chávez en la Cumbre Iberoamericana anterior, es el “sea varón y quédese aquí y hablemos de frente, porque usted insulta a la distancia” que Uribe le regaló al presidente venezolano.
Es que a Chávez, tan mandado a hacer para sus elucubraciones públicas, desde que olió a azufre en la asamblea general de la ONU cuando aludió al presidente George Bush, ya se la tienen medio jurada y porque saben que el pescado por la boca muere.

lunes, 22 de febrero de 2010

Honduras, con plenos derechos

La reunión que se inicia hoy en Cancún, la Cumbre del Grupo de Río, debería tener como prioridad que se deje de discutir el tema de Honduras y simplemente avalar el proceso electoral por el que fue ungido Porfirio Lobo y consensuar su reintegración a la OEA y pleno goce de todos los derechos.

Más allá de la discusión sobre el reconocimiento que ya ha logrado de varios países y la reticencia de algunos, Honduras no se merece no haber sido invitada a esta reunión y que todavía siga debatiéndose su reinserción a la OEA, un camino que los gobiernos allanaron a Cuba, siendo que se trata de una larga y sanguinaria dictadura.

Es bueno que la Cumbre de la Unidad – que buscará crear un organismo americano sin EEUU ni Canadá – sea justamente eso, de unidad. Pero habrá que ver que futuro tiene o el que le quedará a la OEA, un organismo medio inepto cuando se trata de hacer valer los derechos democráticos en cada país. No creo que el nuevo organismo tendrá mejores opciones que los que ofrece la OEA, teniendo en cuenta que los gobiernos autoritarios, como el de Venezuela, se mostrarán como verdaderas democracias, a pesar de los fraudes electorales o de que no haya independencia entre los poderes.

Lo que llama la atención también es el conflicto de interés que tendrá este organismo sobre su soporte económico. La OEA sobrevive, así como la UNESCO, gracias al aporte de EEUU, y uno entonces se pregunta: ¿Será que los gobiernos latinoamericanos sí tienen dinero para crear y mantener económicamente un organismo periférico y no tienen para aportar a la OEA?