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julio 08, 2011

Zelaya ¿aceptará la verdad?


El ex presidente Manuel Zelaya debería aprender de las experiencias pasadas y absorber como enseñanza las conclusiones de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR)  (a la que negó dar su testimonio), informadas este jueves.

Más allá de que la CVR repartió, en forma objetiva, responsabilidad para todos lados y sectores sobre el golpe de Estado en 2009, se indicó fehacientemente que el detonante de lo que sucedió fueron las acciones de Zelaya, las mismas sobre las que reinició su carga desde que llegó de República Dominicana y de nuevo puso como frente de batalla para poder cambiar la Constitución, imponiendo sus propios y tozudos parámetros y criterios para fabricar una (su) nueva Honduras.

La CVR fue explícita al demostrar que los hechos que provocaron el descalabro fueron los producidos el 25 de junio de 2009, cuando Zelaya y miles de seguidores irrumpieron en una base aérea en Tegucigalpa para obtener 20 mil urnas de cartón y más de un millón de votos que Hugo Chávez le había enviado para una consulta que ya habían prohibido los poderes Judicial y Legislativo, además del ministerio público y el Tribunal Electoral.

Zelaya seguramente hará caso omiso a este informe – que también pega fuerte contra los militares y la clase política que golpeó las puertas de los cuarteles para resolver el conflicto o negarse a entregar el país a sumisión de Chávez – y preferirá escuchar sus propias conclusiones que emanarán en diciembre de la Comisión de la Verdad que integró a través de su Frente de resistencia.

Escuchar su propia voz denota el mismo carácter autoritario y arrogante, el que debería deponerse en función del bien común y de la reconciliación nacional que necesita el país para salir adelante. Ojalá que Zelaya, como todos aquellos que se señala como responsables, acepten la verdad.

Lo lamentable y único punto oscuro de la CVR que lideró el ex vicepresidente guatemalteco, Eduardo Stein, es que tratándose de una Comisión y de un Informe por la Verdad, se haya considerado que un 10 por ciento del sea clasificado como secreto y que para su inviolabilidad se lo haya depositado en Canadá por la friolera de 10 años.

Aunque habrá habido razones de peso para semejante decisión, no creo que pueda haber verdadera Reconciliación conociéndose solo el 90 por ciento de los hechos. Todos los hondureños tienen derecho a asumir el 100 por ciento de la verdad, duela a quien le duela.

marzo 08, 2010

Zelaya, el demócrata

Manuel Zelaya predica desde Venezuela democracia. Es un nuevo capítulo del cinismo de nuestros líderes políticos, que dicen lo que no hacen, que predican lo que no practican. Es increíble escuchar a alguien llenarse la boca de democracia cuando la impidió a dedazo limpio antes del golpe del 28 de junio pasado cuando le valió un rábano la decisión de la Corte Suprema de Justicia sobre que no se podía proceder con un proceso de referéndum para una reelección futura.

Lo increíble es que ahora, respaldado por Chávez quien lo ha nombrado para presidir el Consejo Político de Petrocaribe, Zelaya dijo que aceptaría el cargo con “el fin de que se fortalezcan los procesos democráticos del continente y se blinden las democracias de América Latina, ayudándoles a todos los países a formular los elementos básicos de la democracia".

La verdad es que estas palabras cargadas de democracia caen en saco hueco proviniendo del propio Zelaya y de Chávez, ambos líderes que entienden la democracia con sus beneficios pero con sus limitantes, me refiero a que ninguno de los dos cree en la independencia de los poderes ni en el sistema de chequeo y balance.
Ahora deberemos aguantar el torpedeo de Zelaya en contra del gobierno de Porfirio Lobo, hasta que algún día se le permita a Zelaya volver al ruedo político como pide Chávez para reconocer a Honduras… lo que seguramente no ocurrirá pronto, a no ser que Zelaya se someta a la justicia.

febrero 24, 2010

Honduras y narcotráfico

La semana pasada estuve en Tegucigalpa luego de pasar por México con una misión de la SIP por temas de violencia contra periodistas. Al término de una entrevista breve con el presidente Porfirio Lobo, me pidió que sobre seguridad y narcotráfico hable directamente con el ministro de Seguridad, Oscar Arturo Alvarez Guerrero, quien ya había ocupado ese puesto en la presidencia de Ricardo Maduro y ahora lo hacía después de ser el diputado con mayor cantidad de votos en la historia de Honduras.
Antes de despedirme de Lobo, se refirió eufórico al acuerdo que acababa de firmar con Colombia para la lucha contra el narcotráfico, admitiendo que la lucha contra las drogas en México derivará en mayores problemas para Honduras y toda Centroamérica.
El ministro Alvarez dijo que como parte de la estrategia contra el narcotráfico pondrá en práctica experiencias exitosas pasadas. Además de depurar la fuerza policial en la que reconoce que hay un alto nivel de corrupción, mediante el departamento de asuntos internos, intentará la creación de una unidad de lavado de activos y enriquecimiento ilícito para detectar y combatir los abusos.
Confía que los acuerdos con Colombia y el apoyo de EEUU tras al Plan Mérida y los otros mecanismos de ayuda estadounidense que se están activando nuevamente, permitirán una “excelente triangulación” para combatir al narco, confianza que le ofrece su formación en centros de educación militar especial y de inteligencia, tanto en el Norte como en Europa.
Alvarez coincide con el jefe de Policía de Colombia, general Oscar Naranjo, sobre que la guerra contra el narcotráfico sólo se puede ganar con fuerzas especiales o con fuerzas de tarea policiales, además de servicios de inteligencia capaces de infiltrar a la delincuencia.
Pero en esta “triangulación” geopolítica, reconoce que Honduras está un poco aislada. Sobre El Salvador, dijo que se teme por la seguridad del presidente Mauricio Funes e insiste que sectores radicales del FSLN estarían entrenando a gente de la resistencia hondureña. También que fue avisado por las autoridades colombianas que en las computadoras del jefe guerrillero, ya abatido, Raúl Reyes se habrían encontrado evidencias de que las FARC estarían apoyando a grupos rebeldes en Honduras. Desconfía del trabajo antinarcóticos que pudiera estar haciendo el gobierno de Daniel Ortega y de Alvaro Colom dijo que está muy limitado por el problema interno, la poca profesionalidad de la policía y los altos niveles de delincuencia.
Alvarez es nuevamente ministro a “pedido popular”, si se interpreta que su popularidad se debe al trabajo hecho en el período 2002-2005 al frente de esa cartera. Para entonces, Alvarez recuerda que contrató los servicios de asesoría de McKinsey Consulting, tras lo cual desarrolló una estrategia de seguridad distintiva.
De aquella experiencia, desarrolló una táctica de “guerra psicológica” con tres componentes básicos: a) depuró la policía y ofreció incentivos a un nuevo cuerpo de seguridad; b) creó una cultura de denuncia entre la población regenerando la confianza en la institución policial y c) aseguró que la delincuencia supiese que había un plan para controlarla, “que delinquir sería más difícil”.
La estrategia de “guerra psicológica” fue apoyada por una reforma del Código Penal, introduciéndose en el artículo 332 la figura de asociación ilícita o conspiración, lo que permitió procesar a mil trescientos cabecillas de las pandillas juveniles. En aquella época, Alvarez logró contener al crimen, reduciendo en un 90 por ciento el delito de secuestros en su tercer año al frente de su ministerio.
En la entrevista que me concedió en Tegucigalpa el 18 de febrero, Alvarez consideró que el nivel de tráfico de drogas se ha reducido momentáneamente, debido a que los narcos estarían estudiando los pasos del nuevo gobierno. Acusó que el gobierno del ex presidente Manuel Zelaya tuvo la política sobre el narcotráfico de “dejar hacer, dejar pasar”, con una policía que tenía un esquema de acuartelamiento militar en lugar de estar en la calle. Dijo que la época de Zelaya había un divorcio total con el Poder Judicial, lo que no permitió una verdadera cooperación.
Su percepción es que el gobierno de Zelaya, debido a su amistad con el presidente Hugo Chávez, posibilitó un auge del narcotráfico proveniente desde Venezuela, evidenciado por la cantidad de avionetas de esa bandera que se detectan en pistas clandestinas de Honduras, cuyo territorio está regado de pistas y canales de comunicación que son parte del desarrollo de las grandes compañías agropecuarias internacionales durante el siglo pasado.
“No hubo voluntad política ni liderazgo para enfrentar al narcotráfico”, dijo el ministro; “una situación (que) ha cambiado totalmente en esta Presidencia”.

diciembre 09, 2009

Honduras y Mercosur: intransigencia

El Mercosur buscó la unión de posiciones en la política, la que no puede alcanzar en lo económico, esta vez atrincherándose bajo el lema de no reconocer las elecciones presidenciales recientes en Honduras.

Era de esperar, ya que sus países integrantes y asociados, Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile y Bolivia, siempre se mostraron partidarios de Manuel Zelaya, incluso gestionando por él, albergándolo, además de seguir sosteniendo que el golpe del 28 de junio es un nefasto antecedente para Latinoamérica.

Lo que es a todas luces inconcebible es que estas naciones, que han sido atropelladas por dictadores de toda calaña, no reconozcan que Zelaya estuvo dando golpes continuos a la Constitución y a las leyes en los momentos previos al desenlace del 28 de junio y que él mismo desconoció arreglos pactados con el gobierno de Micheletti antes de las elecciones y que ahora insiste con total desparpajo en que debe haber una reforma constitucional.

El Mercosur hace aguas en un mar que se está calmando y debería reconocer a Porfirio Lobo que nació de un proceso electoral legítimo que estaba especificado antes del 28 de junio, y permitir que Honduras sea parte de la OEA, como así se buscó que Cuba, la gran dictadura americana en perpetuo golpe de Estado, fuera nuevamente reconocida.

diciembre 01, 2009

Lobo... y falta el Congreso

Para que la fiesta sea total en Honduras, ojala que el Congreso haga una jugada política, más allá de la opinión de la Corte Suprema, y reinstale un gobierno de unidad nacional que esté integrado por Manuel Zelaya, y así cumplir con todos los requisitos de los previos acuerdos y dejar sin “armas” para el futuro que serán utilizadas contra el flamante presidente elegido Porfirio Lobo.

Un par de meses más y con las manos atadas por lo que especifica el acuerdo Tegucigalpa-San José, Zelaya deberá dejar el ruedo político, y el nuevo gobierno podrá empezar una relación de normalidad con Estados Unidos, en realidad, el mayor socio comercial y más conveniente para su estabilidad económica y social.

Estados Unidos está incluso en una encrucijada si solo hubiera apoyado las elecciones, ya que lo hizo con la consecuente reinstalación del gobierno nacional, y sabe que el incipiente apoyo de la Comunidad Europea y de otras naciones que tímidamente se están sumando, se podría resquebrajar sino le dejan a todo el mundo una sensación de que todos los actores han ganado.

Ahora bien, entendiendo como ha actuado Zelaya en todo el proceso, seguramente lo que menos quiere en este momento, es asumir una presidencia que será realmente decorativa y en la que no podrá tener poder de maniobra, por lo que seguirá insistiendo de que se trató de elecciones ilegales. Conociendo además los recursos que le apoyan, Zelaya emprenderá una batalla que se extenderá en el tiempo.
Veremos qué decisión toma el Congreso.

noviembre 28, 2009

Fiesta hondureña

La participación como votante en una contienda electoral es la máxima expresión del ser democrático, y hay poco que se pueda comparar con ello en una democracia. El pueblo hondureño está de parabienes, preparándose para la fiesta de mañana a pesar de que algunos ciegos no reconozcan o quieran reconocer un proceso que estaba inscripto mucho antes de los hechos del 28 de junio.

Gane Porfirio Lobo o no, así haya mayor cantidad de votos en blanco o no, abstencionismo o no, lo importante que este domingo es el día más importante de la historia moderna hondureña, bisagra entre un período conflictivo y otro que deberá llenarse de diálogo para llegar a enero con un nuevo presidente reconocido por todo el mundo, aunque siga la diatriba de los países del Alba, ruido al que habrá que acostumbrarse y que no tiene más decibeles que una política ideológica gritona y chillona.

Desde antes del 28 de junio cuando se violaron los preceptos constitucionales que culminaron con la ruptura de la presidencia de Zelaya y hasta que se alejó del cargo Micheletti, todos los países y los organismos multi gubernamentales tuvieron la opción de acompañar o no el nuevo proceso de gobierno. Más allá de los que decidieron en su momento, las elecciones de este 29 de noviembre son el punto de unión y unificación de criterios para darle a los hondureños la razonabilidad de la duda y permitir que afronten la institucionalidad mediante su Congreso y la Corte Suprema.

Que Zelaya sea restituido o no, ya no es tan importante como que mañana, tras ser elegido el nuevo presidente democrático, todos los ciudadanos gocen de la fiesta electoral y el mundo de la bienvenida a una Honduras democrática y transparente.
La suerte de Zelaya va por otro camino y eso debe preocupar solo al Congreso y a la Corte Suprema que bajo acuerdo político se han convertido en las dos instituciones que deberán velar por la restitución o no. Lo que todo hondureño hace votos, así como la comunidad internacional, que la restitución se ajuste a debido proceso y no esté contaminada por los revanchismos políticos.

noviembre 22, 2009

Cansado de los populistas

Recuerdo que cuando trabajaba en El Liberal de Santiago del Estero, algo me molestaba sobremanera y a lo que nunca pude adaptarme en esa provincia argentina, es que la agenda pública diaria siempre giraba en torno a la misma persona: el populista gobernador peronista Carlos Juárez.
No había tema económico, social, político que no pasara sin mencionarse la posición omnipresente de este hombre. Mala, buena o regular opinión daba lo mismo, porque todos hablaban de lo que pensaba Juárez o de lo que opinaba y criticaba.
Los populistas se las arreglan para estar siempre presentes en cada acto y pensamiento de las personas. Todo debe girar alrededor de ellos. Opinan de todo y para todo tienen una opinión, así sea alabando al terrorista venezolano El Chacal como Hugo Chávez, despotricando contra el informa sobre corrupción elaborado por Transparencia Internacional, como Rafael Correa, o a favor de una ley que obliga a los argentinos a someterse a análisis de DNA, como la presidenta Cristina de Kirchner, en una batlla entre la verdad sobre los crímenes de militares durante la guerra sucia y el derecho a la protección de la intimidad.
Los populistas son esos y se desviven por resistir al paso del tiempo, como Manuel Zelaya que buscaba la reelección a través de una reforma constitucional que no pudo lograr, y la que desesperadamente está buscando el presidente Daniel Ortega, haciendo contra marchas con sus partidarios para neutralizar los efectos de otras marchas – como la de ayer sábado en Managua – convocada por la oposición en una expresa declaración anti reeleccionista.
Todos hablamos de estos personajes y a ellos les encanta. Su narcisismo es agobiante. Periodistas y medios deberíamos procurar un “apagón informativo”, para sacarlos de la agenda pública. El riesgo, sin embargo, es dotarles de inmunidad e impunidad con el silencio.

noviembre 21, 2009

Rodas y la constituyente

Patricia Rodas volvió a las andanzas del depuesto Manuel Zelaya, insistiendo ante el canal chavista de Venezolana de Televisión, que apenas Zelaya sea restituido deberá convocarse a una constituyente, a la que calificó de “obligación”.

Uno ya no sabe si se trata de una estupidez política, de una verdadera intención o de un sarcasmo digno de estos tiempos, teniendo en cuenta que por ese camino fue justamente destituido Zelaya al tratar de convocar la “cuarta urna”, un golpe a las demás instituciones del Estado y a la Constitución que prohibían su ejecución.
Todo en Honduras puede ser discutido y será discusión perenne en el futuro. Sin embargo, lo que habría que tener claro, y según el propio Zelaya lo suscribió con el último acuerdo, es que se debe renunciar por el momento, al menos en el período presidencial que culminará en enero, a cualquier intento de reforma alguna, habiendo sido el problema que generó la crisis política actual.

Una vez más, la desafiante Rodas se hace eco de los intereses de Zelaya y de los que se esconden detrás de él - llámense sus amigos nucleados en el ALBA – que firman una cosa con la mano, lo borran con el codo o se retractan con la boca.

Aunque las elecciones puedan estar cuestionadas por muchos en la comunidad internacional, solamente por tratar de ser principistas respecto a la necesidad de que Zelaya debe ser restituido con anterioridad a los comicios, lo cierto es que – con él o sin él – se podrá dar una vuelta de página y todos ganar en tranquilidad.

septiembre 28, 2009

Infantilismo de Micheletti

Más allá de los hechos políticos de estos días, el decreto del gobierno hondureño de prohibir las garantías constitucionales muestra cierto infantilismo político de parte del presidente Roberto Micheletti.

Si bien la medida es una reacción al llamado a la insurrección de parte del irresponsable presidente depuesto Manuel Zelaya y del gobierno de Brasil que le permite usar suelo brasileño con ese fin, Micheletti ha exagerado quitando las libertades públicas a todos los ciudadanos y, mucho más, permitiendo que las autoridades puedan cerrar los medios de comunicación que consideren perturbadores para la tranquilidad nacional.

Mejor sería que restablezca todas las garantías constitucionales y que movilice a la Justicia y a las fuerzas de seguridad para que actúen en contra de las turbas si es que se convierten en un factor de inseguridad pública. Pero quitarle a todos los ciudadanos el derecho a movilizarse, a reunirse, a asociarse, a estar informados por los medios de su elección, es francamente un castigo para todos los hondureños y, en todo caso, un signo inmaduro, infantil y de debilidad política.

El gobierno ya ha cerrado dos medios de comunicación que se han mostrado y comportado como activistas, más que desarrollando una actividad periodística en sí, pero ello es igualmente indicativo de que se está violando la libertad de expresión. Si se justifica el criterio de cerrar Canal 36 y Radio Globo, en algún momento, el mismo atropello podría ser utilizado contra otros medios que pudieran tener otra tendencia o criterio editorial, porque solo bastaría que una autoridad competente dijera que la información – por más verdadera que fuera – pudiera estar acarreando intranquilidad para la nación.

A pesar de que uno comparta o no el criterio editorial de Canal 36 y Radio Globo, estos medios tienen todo el derecho de buscar la verdad de la forma que lo desean, claro está, que si cometen algún delito, tienen responsabilidades ulteriores de acuerdo a lo que establecen las leyes por lo que deben ser demandados ante la Justicia. Lo que no debe hacerse, es crear leyes – como pudiera interpretarse lo que significa la aplicación de un decreto o un estado de sitio o de excepción – para generar censura previa, es decir prohibir que puedan informar.

Lo mejor que le pudiera pasar al régimen de Micheletti es que recapacite, que vuelva hacia atrás, desactive este decreto que conculca las libertades y trate de buscar una salida pacífica a este entuerto. Como dije en otros posts, creo que lo más sensato hasta ahora y que resulta en una salida elegante para ambas partes – al menos la más elegante – es aceptar el Acuerdo de San José propuesto por el presidente costarricense Oscar Arias. De esa forma, Zelaya al poder pero con un gobierno de unidad nacional y camino hacia unas elecciones en la que no podrá tener ningún tipo de opción una “cuarta urna” y una salida del poder en enero, termina siendo, al fin y al cabo, el anhelo que tuvieron Micheletti, el Congreso y la Corte Suprema, cuando decidieron voltear a Zelaya el 28 de junio para que no busque perpetuarse en el poder y violar la Constitución.

septiembre 21, 2009

Zelaya y un nuevo capítulo de la crisis

Cuando a nivel internacional estaban todos distraídos, Manuel Zelaya con la ayuda de Brasil, ingresó al país y desde la embajada de ese país en Tegucigalpa está tratando de organizarse y juntar tanta gente como le sea posible para bloquear cualquier intervención del gobierno de Roberto Micheletti.
Los próximos días serán reveladores para los detalles sobre quien ayudó a Zelaya a burlar al régimen de Micheletti. Por las reacciones de Hillary Clinton, de Oscar Arias y de Insulza de la OEA y de Amorín el canciller brasileño, da la sensación de que este paso de Zelaya estuvo concertado. Porque no puede ser que todos coincidan en que fue un paso bien dado, y que ahora se abre la posibilidad de un arreglo, cuando hasta hace semanas atrás todos aconsejaban a Zelaya que volver sería poner en riesgo la seguridad de los hondureños.
¿Será que el fin justifica los medios? ¿A cuánto este movimiento de Zelaya arriesga la seguridad de sus seguidores? ¿Qué responsabilidad tiene Brasil en todo esto? ¿Qué otros gobiernos sabían de los movimientos de Zelaya? ¿Tiene Micheletti que dialogar con Zelaya camino a lo que los aspirantes en las elecciones establecieron de que la propuesta de Arias es válida? ¿Cuánto respaldo tiene Micheletti? ¿Qué opinarán y posición adoptarán los aspirantes a las elecciones de noviembre? ¿Si Zelaya se incorpora definitivamente, respetará las elecciones y dejará el poder? ¿Terminará Micheletti por hacer encarcelar y procesar a Zelaya?
Estas primeras 24 horas son cruciales para empezar a entender. Veremos.

septiembre 02, 2009

Honduras y su escenario futuro

Es difícil predecir lo que sucederá con Honduras en los próximos meses. La cuenta regresiva hacia las elecciones comenzó este lunes, mientras el gobierno de Roberto Micheletti no da vuelta atrás y la comunidad internacional apoya la moción del Consejo permanente de la OEA para no reconocer al próximo gobierno que los hondureños elijan el 29 de noviembre.

Por ahora el acuerdo propuesto por el presidente Oscar Arias no parece permear en la voluntad del nuevo gobierno y la prensa internacional – además del mentor presidente venezolano – está dejando caer las pretensiones de Manuel Zelaya de regresar al poder. A esta altura, muchos se preguntan: ¿regresar para qué? Antes de que logre reacomodarse debería dejar lugar a unas elecciones que se adelantarían por un mes, según Arias, y en las que no se podría colocar ningún tipo de cuarta urna.

La Comunidad Europea dio marcha atrás a más sanciones contra Honduras y tal vez Zelaya logre algún otro compromiso de parte de Hillary Clinton este jueves, que muchos esperan que no sea en contra de lo que queda de ayuda económica estadounidense, inversiones ni remesas y que todo siga por el lado de la política, tal el caso de restricciones inmigratorias para que las sanciones no penalicen a los millones de hondureños que no están a favor de una u otra postura en pugna y que no tienen la culpa de lo que sucede, sino que quieren vivir en paz y que no los manipulen acercándolos a cualquiera de los dos extremos en la polémica.

Nadie sabe que significará en la práctica que el nuevo gobierno que emerja de las elecciones de noviembre no sea reconocido. ¿Más sanciones? ¿Qué se piense que Mel Zelaya debe regresar, aún habiéndosele acabado su tiempo? ¿Y si fuera así por cuánto tiempo regresaría?¿Es que se trata de un partido de fútbol en que el referí da un alargue porque alguien demoró el juego? ¿Pero cuánto tiempo más seguirían las sanciones y el no reconocimiento de un gobierno nuevo, legítimo, elegido por el pueblo, conformado por un candidato que nada tuvo que ver en el golpe o la sucesión, como quieran llamarla? ¿Las elecciones y todo el cronograma electoral ya estaban aprobados y autorizados antes del 28 de junio, por lo que no haberlo cumplido, hubiera significado el descarte de los candidatos?

Pero la pregunta más trascendente es ¿cómo se comportaría la comunidad internacional en caso de que las elecciones se realicen con normalidades (masivas y transparentes) y se elija al nuevo presidente en noviembre con un alto porcentaje de votos, y luego éste asuma en enero como está previsto en el calendario, mientras Micheletti se retira a su finca?

agosto 18, 2009

Zelaya, Chávez y los militares

Manuel Zelaya y Hugo Chávez siguen tan aliados como antes del golpe de Estado que dejó al mandatario venezolano con su deseo truncado de tener otra Bolivia en Centroamérica. Como poco pueden hacer para continuar creando su satélite centroamericano y agrandar así su espacio más allá de Nicaragua, Chávez y Zelaya están arremetiendo a más no poder contra el “imperio” estadounidense.

Como se cansaron de que Barack Obama los ignorara y los tratara de hipócritas por pedir que EUA interfiera en los asuntos internos de Honduras, este fin de semana, ambos mandatarios se dispararon, acusando a Obama de torpe e ingenuo por haber permitido que los militares “pitiyanquis” sean los responsables del golpe de Estado.

Los militares estadounidenses desmintieron que su base Soto Cano haya sido utilizada por los militares hondureños cuando derrocaron a Zelaya y lo llevaron hacia Costa Rica. Muchos, de todos modos, se preguntan por qué estas denuncias aparecen ahora o por qué Zelaya recién cayó en cuenta que el avión que lo trasladaba se detuvo en esa base a cargar combustible, cuando debiera haber sido su primera denuncia apenas llegó a Costa Rica.

Con esta denuncia, y con la excusa de que los militares estadounidenses están entrometiéndose en Colombia para desestabilizar a la región por su lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, Chávez sigue construyendo una cortina de humo para esconder los arreglos armamentistas con los gobiernos de Rusia e Irán.

agosto 16, 2009

El Heraldo paga los platos rotos

Como siempre sucede, los mensajeros terminan pagando los platos rotos. En este caso, le tocó al diario El Heraldo de Tegucigalpa ser víctima de varios bombazos con molotov que por suerte no causaron más daños que algunos problemas en las instalaciones. Por suerte no se tuvo que lamentar víctimas, pero no se sabe cuál era el propósito de los malhechores, si producir daños, víctimas o solo causar temor para que los periodistas y directivos del diario se autocensuren.

Justo cuando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos comenzará una visita para ver la situación de los derechos humanos, entre ellos los de la libertad de prensa y expresión, un grupo de mafiosos desconocidos se dio a la tarea de atacar a El Heraldo, seguramente por pensar que se trata de un diario “oligarca” y “pitiyanqui”, según se agitan las masas en Honduras, con dineros que posiblemente provengan de las FARC, como se denunció oportunamente, y del propio Hugo Chávez quien, además, ha estado alimentando la campaña propagandística y el periplo internacional del propio presidente depuesto, Manuel Zelaya, con dineros del pueblo venezolano al que jamás le rinde cuentas.

Así como en este post hemos responsabilizado al gobierno de Roberto Micheletti por agredir o censurar a periodistas y medios de prensa que eran antes utilizados como parta de la propaganda gubernamental, toca ahora señalar y condenar estos hechos de violencia contra El Heraldo y La Tribuna, diario al que le incendiado un camión de distribución.

Los inadaptados – así como los presidentes Chávez, Rafael Correa, Daniel Ortega, Evo Morales, Cristina de Kirchner y, en su momento, Zelaya – confunden la línea editorial de un medio con una postura política, para lo cual hacen responsables al medio por sus opiniones, descalificándolo y acusándolo de tomar partido, estableciendo que los medios no deberían opinar, solo publicar noticias neutras y abstractas.

Gran confusión, claro, sobre lo que significa la libertad de expresión, que no es otra cosa que respetar y tolerar la diversidad y pluralidad de ideas. Pero estos gobernantes no solo instigan a las masas para que se agreda a los medios que no piensan u opinan a favor de ellos, sino que además crean medios – con dineros públicos – para utilizarlos como parte de su aparato propagandístico. Corrupción total.

agosto 13, 2009

Zelaya y la encrucijada para EE.UU.

En Brasilia, Zelaya siguió tejiendo su estrategia de aumentar la encrucijada que tiene Estados Unidos de apoyar su restitución a través de medidas económicas más fuertes que pudieran desestabilizar por completo al gobierno de Roberto Micheletti.

El problema es que bien sabe también, que Obama se ha mostrado un poco más frío después de solicitar que se vaya por el camino pacífico con el Pacto de San José y luego de haber cancelado las visas a funcionarios del nuevo gobierno hondureño. Es que la administración estadounidense tiene la presión interna de los legisladores republicanos que en su mayoría siempre se han manifestado en contra de las actitudes gubernamentales chavistas de Zelaya y del juego contrario a Estados Unidos que ha venido jugando en los últimos meses de la mano de Hugo Chávez, del Alba y de sus disparatados sueños por la “cuarta urna” para acicalarse en la presidencia con un proyecto contrario a los intereses norteamericanos.

Sucede también que el gobierno de Obama se ha percatado del juego actual de infiltración que han tenido varias manifestaciones de Zelaya apoyadas por personas de otras nacionalidades, cuyos gobiernos no han hecho mucho contra el narcotráfico, y del aporte que habría venido a los revoltosos de parte de las FARC, según las denuncias públicas y de inteligencia que se vinieron haciendo en las últimas semanas. Así que resulta un poco difícil que Obama se vea tentado a tener que apoyar muy enérgicamente a quienes incentivan o, al menos, toleran el narcotráfico y el terrorismo, dos políticas de lucha cruciales para Estados Unidos.

Obama seguirá apostando a la diplomacia y se defenderá acusando de hipócritas a quienes como Zelaya, Chávez y los Castro le piden que sea injerencista, una política por la que se le ha calificado de “imperio” y “pitiyanqui” a su antecesor.

agosto 10, 2009

¿Yanquis go home?

Con razón, el presidente yanqui Barack Obama, apoyado por el presidente mexicano Felipe Calderón, se quejó y llamó hipócritas a varios de sus pares sudamericanos, especialmente a Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales, por pedirle que intervenga para reponer a Manuel Zelaya en la Presidencia de Honduras.

Es que ya nadie entiende mucho sobre esta diplomacia de micrófono, donde todo el mundo grita y patalea y donde se ha pedido el decoro de la diplomacia protocolar, de las relaciones, a cambio de declaraciones altisonantes que solo buscan acaparar titulares y adueñarse de una popularidad pasajera basada en el apoyo instantáneo de la masa.

Parece que quienes hasta hace poco echaron a los embajadores estadounidenses, como el caso de Chávez y Morales, y quitaron bases militares, como el caso de Rafael Correa, son ahora los que se desdicen del famoso dicho de “yanquis go home” o de “fuera pitiyanquis”. Los valores y principios parecen que en realidad se mueven solo a conveniencia y no tienen tapujos para traicionar su propia ética política.
Y ahora que todos estaban tan contentos de que Obama no fuera el George Bush guerrero del pasado, sino el pacifista y el amigo que todo trata de resolverlo con palabras diplomáticas, le han tirado con un vendaval para que Estados Unidos siga siendo el imperio pitiyanqui de porquería que siempre han denigrado.

Es difícil entender todo este proceso. Piden a Obama intervenir en Honduras, pero no hacerlo en Colombia donde se habla de bases militares estadounidenses en Colombia, cuando en realidad se trata de apoyo militar – condicionado – en algunas bases que seguirán bajo la jurisdicción de los militares colombianos. ¿Será que Chávez tampoco querrá que los militares estadounidenses apoyen al Ejército mexicano para combatir al narcotráfico? Pero mientras la DEA y la CIA operaban con militares en Venezuela antes de que expulsara a ambas organizaciones el año pasado por su “ineficiente” combate contra el narcotráfico, ¿era lícito?

agosto 05, 2009

Zelaya y las contradicciones históricas

Manuel Zelaya está acusando a Estados Unidos de ser muy “blando” por no imponer sanciones más estrictas al gobierno de Roberto Micheletti, mientras que semanas atrás durante la reunión de cancilleres en San Pedro Sula había sido uno de los que habló sobre la injerencia de Estados Unidos dentro de la OEA y la necesidad de que no se entrometa cuando se decidió la inserción de Cuba a la organización hemisférica.

Ni hablar de los demás presidentes que son parte del ALBA y que están influenciados por Hugo Chávez quien también viene tratando a Barack Obama de ignorante, a la vez que pide a EE.UU. que haga lo que antes criticaba. En realidad, estamos viviendo un momento muy interesante, donde los presidentes están entrando en contradicciones increíbles.

Como muy bien lo explicó el columnista Rafael Rojas hoy en el diario El País de España: “Bajo el aparente consenso se escondió la paradoja de una inversión de roles: los tradicionales defensores de las soberanías (Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Ecuador) demandaron la "insubordinación", la "resistencia", el "derrocamiento" y las "sanciones", mientras que los tradicionales defensores de las democracias (Estados Unidos, México, Colombia, Chile, Costa Rica) propusieron una solución multilateral, basada en el diálogo con un Gobierno ilegítimo”.

Esperemos que Zelaya respete las decisiones de los gobiernos de, así como condenaron el golpe de Estado, que se siga por el camino de la diplomacia y se trate de seguir adelante con las negociaciones y mediación de Oscar Arias, sin necesidad de que se llegue a la violencia y a dividir a los hondureños.

julio 23, 2009

Ironía: todos a favor de Chávez

Los entuertos de la política tienen esas encerronas difíciles de resolver y destrabar como lo demuestra la crisis en Honduras. La mayor parte de la comunidad internacional – para no decir casi toda – incluyendo a los Estados Unidos y la Comunidad Europea, además de las organizaciones intergubernamentales como la OEA y la ONU, claman indirectamente a favor de Hugo Chávez (al pedir la restitución de Manuel Zelaya), a quien critican por el ahorcamiento de la democracia venezolana, por su concentración del poder, por su apoyo al narcotráfico y por interferir, con y sin el Alba, en las demás naciones latinoamericanas mediante subsidios casi extorsivos de petrodólares.

Todos saben que después de tanto mal y tantos sinsabores que le está causando a la propia comunidad internacional, la ironía del destino es que Hugo Chávez se puede recostar sobre su espalda, cruzar de brazos, dejar de hablar y esperar pasiva y en forma optimista que todo el mundo le haga el caldo gordo o el trabajo sucio, elevando su nombre a la altura de los grandes demócratas.

Todo esto, porque en Honduras hay varias verdades incontrastables y que no se pueden negar, especialmente dos: hubo golpe de Estado y hubo restitución constitucional al mismo tiempo. Un hecho atípico, novedoso, desafiante para los demócratas y para quienes no lo son tanto, ya que las dos verdades se pueden defender con la misma fuerza. De ahí la dificultad incluso moral que tiene la lectura de esta realidad. A Zelaya se lo echó porque en definitiva quiso establecer una democracia al estilo Chávez, tratando de instaurar la reelección, cuyo segundo paso sería no solo la repetición de período por período, sino la eternización en el poder al mejor estilo chavista; es decir, como en un buen estado totalitario o monárquico, la persona endiosada enquistada para siempre.

Es verdad que lo que la comunidad internacional defiende es el principio democrático, que nadie pueda ser sacado por los militares. Y cierto es también que es más difícil de sortear el caso de un presidente corrupto pero elegido en votación popular, aunque no haya respetado instancias democráticas y que esté destruyendo las democracias con elecciones fraudulentas, concentrando poder, desestabilizando o sometiendo a las demás instituciones del Estado.

El sarcasmo de esta crisis es que quienes de fondo desechan, descartan y reniegan del estilo Chávez, tal el caso de los Estados Unidos; de forma o para guardar las apariencias lo deben sostener, defender y hasta promover mediante el pedido de que Manuel Zelaya sea restituido al sillón presidencial.

¿Qué está bien o qué está mal? se dilucidará en estos días. Mientras tanto, la ironía es mayúscula. Apoyar a Chávez no es justamente hacerlo por la democracia.

julio 19, 2009

Honduras; tozudez, ruido y tiempo

Las negociaciones son difíciles. La tozudez, el tiempo y el ruido son las mayores dificultades. Desde que se conocieron los siete puntos de Oscar Arias, se sabía que el gobierno de Roberto Micheletti no las aceptaría, por cuanto hacerlo hubiera sido volver atrás con su tesitura de que Manuel Zelaya violó la Constitución.

Arias se sitió frustrado este domingo porque dijo que mientras Zelaya había aceptado su propuesta, Micheletti la había rechazado. Sin embargo, lo que no se entiende es que mientras Arias propuso que Zelaya debía renunciar a todo tipo de consulta sobre la posibilidad de reelección, Zelaya declaró al diario brasileño O Estado de S. Paulo que él insistiría con una asamblea constituyente; que, en definitiva, es justamente lo mismo, aunque diga lo contrario.

Zelaya no esconde su vocación por seguir adelante con su propuesta de seguir con la encuesta y la convocatoria a la asamblea constituyente, aunque dice que terminará su mandato en enero y se irá al campo y a sus granjas a trabajar. Esto huele a lo mismo que prometía Hugo Chávez, quien se cansó de decir en entrevistas que dejaría el poder al finalizar su mandato de cinco años. Dos constituyentes y reformas constitucionales más tarde, nos damos cuenta que Chávez ya tenía la vocación de mentir.

Tiempo es lo que se necesita en una negociación y mucho no hay. En un esquema en el que las elecciones de noviembre se aproximan, cada día de demora, torna a las partes, especialmente a los simpatizantes de Zelaya, cada vez más impacientes; ganando así la percepción de que la violencia puede estallar o ser provocada en cualquier momento.

Más allá de la tozudez de las partes y del tiempo, el otro ingrediente que puede hacer peligrar una mediación es el ruido que provocan las declaraciones de quienes se deberían quedar callados – como Hugo Chávez, Rafael Correa, Evo Morales - para que Arias pueda tomar las 72 horas y tratar de seguir negociando.

julio 10, 2009

¿Por qué no te callas?

Se había mantenido en un sorpresivo silencio mientras las partes se habían decidido por buscar la mediación de Oscar Arias, ante la sugerencia Hillary Clinton y el gobierno de Estados Unidos.

Pero fiel a su carácter irreverente y a llamar la atención, lejos de querer una solución en el conflicto hondureño, sino a intervenir en asuntos que no le competen – mejor dicho que no debieran competerle – Hugo Chávez salió nuevamente hoy para tirar estiércol para todos lados y hablar de un diálogo que ya está sepultado.
En realidad, cuan necesario sería tener a mano para este tipo de circunstancias al Rey Juan Carlos I con su “¿por qué no te callas?”

Chávez rompió su silencio para acusar a medio mundo de por qué no se aprovechó el viaje de Roberto Micheletti para apresarlo por traición a la patria y golpista, algo que Daniel Ortega ya había sugerido, y calificó prácticamente de indeseable a Hillary Clitnon a quien acusa de haber buscado un diálogo sin el consentimiento de Barack Obama.

Es que piensa – y se da cuenta – que mientras duran las negociaciones – en realidad muy empantanadas – las nuevas autoridades de Honduras van ganando tiempo para llegar a las elecciones de noviembre sin la posibilidad de que Manuel Zelaya sea restituido. El tiempo juega en contra.

¿Pero por qué será su interés para que Zelaya vuelva al poder? ¿Democracia? Nadie el cree a Chávez ese cuento.

julio 06, 2009

A la espera del diálogo

En la conferencia de prensa en El Salvador de esta noche, donde estuvieron presente Mauricio Funes, Manuel Zelaya, Fernando Lugo y Rafael Correa, además de Miguel D’Escoto de la ONU y José Miguel Insulza de la OEA, se reiteraron muchas de las declaraciones de estos días sobre condenar el golpe de Estado y buscar la restitución del presidente Zelaya; aunque primó la idea de abrir un espacio de diálogo, algo que no estaba en la mesa de negociaciones hasta entonces.

No hubo avances sobre cómo se buscarán esos términos o la solución a la crisis, pero lo importante es que de uno y otro lado, todo el mundo ya está proponiendo el diálogo como forma de solucionar la crisis. Roberto Micheletti dijo hoy que estaba dispuesto al diálogo con la OEA, y se espera que la voluntad dentro de la OEA será que se deje de lado la Carta Democrática – que no es aplicada con la misma vara – y haya una mesa de negociación y diálogo con un Presidente al que no reconocen, y que estaría dispuesto a adelantar las elecciones.

De esta noche me quedo con las declaraciones de Cristina de Kirchner en la conferencia desde El Salvador. Dijo que ella está comprometida de seguir participando en los viajes y movimientos en busca de que se respeten y promuevan la democracia y los derechos humanos. Ante tal declaración, uno no puede dejar de preguntarse ¿por qué viajó a la Habana (como los demás presidentes en esta conferencia) a principios de año y no pidió por esos dos valores que dice defender a capa y espada?

Zelaya pidió que no repriman al pueblo consiguiendo los aplausos de sus colegas por las muertes que se produjeron en las escaramuzas de hoy en Honduras, donde no pudo aterrizar.

Esta semana se verá si el espíritu democrático prima en América Latina y uno de sus valores más importante será respetado: el diálogo.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...