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agosto 02, 2012

Mercosur, Chávez y Paraguay

El verdadero golpe fue el de Hugo Chávez al Mercosur y no el de los paraguayos cuando hace un mes destituyeron al presidente Fernando Lugo. Chávez, ni lerdo ni perezoso, a sabiendas de que los senadores paraguayos eran el último y único escollo que tenía para que Venezuela se incorpore al Mercosur, fue el artífice para que Cristina de Kirchner, José Mujica y Dilma Rousseff, bloquearan la participación de Paraguay en el Mercosur – al menos hasta que las elecciones presidenciales paraguayas se realicen en el 2013 – y así, sin las reticencias y oposición de los senadores guaraní, tuviera el campo abierto para que lo acepten como socio pleno en el Mercosur. A pocas semanas de la destitución de Lugo, esta semana Chávez cantó victoria. Una victoria que está lejos de convertir al Mercosur en un bloque económico mucho más poderoso, pero que sí le da armas a Chávez para hacer propaganda electoral en camino a los sufragios de octubre próximo. Queda por verse como las desiguales economías del bloque de cinco países podrán hacer su aporte al bienestar de todos, siendo que lo único en común que tienen es que individualmente sus ojos y bolsillos están puestos en China, la segunda superpotencia económica mundial que también está de capa caída y consumiendo menos materias primas, pero apoderándose cada vez más de la deuda externa de estos cinco países latinoamericanos. Venezuela, habiendo enajenado parte de sus reservas petrolíferas futuras a China, es uno de los más perjudicados por el hambriento país asiático. Habrá que analizar en el futuro si se materializan los grandes anuncios de Chávez de esta semana sobre los beneficios de la incorporación de Venezuela al bloque económico, cuyos integrantes, en la actualidad, tienen superávit en desconfianza mutua y un gran déficit en lo comercial y económico.

junio 30, 2012

Chávez, el verdadero imperialista


Sus críticas contra el imperio y las injerencias de los extranjeros en asuntos internos fueron siempre sus armas para combatir a burgueses, oligarcas y todo lo que huela a yanqui. Más que de un convencimiento propio, se trató siempre de un buen artilugio de mercadeo para permanecer como líder en la izquierda revolucionaria; porque, en realidad, el comercio con los EE.UU. es alto y su dependencia de las exportaciones de crudo hacia el norte sigue siendo notable.

Desde que asumió en 1999, Hugo Chávez demostró cualidades imperialistas; esto es, siempre estuvo dispuesto a expandir las fronteras de su país, meter a la fuerza su ideología en otras regiones y entrometerse en asuntos internos de otros países, pese a que denuncia cualquier crítica foránea contra su país como si se tratara de una injerencia a la autodeterminación y soberanía del chavismo. Excepto que esa injerencia sea de los gobiernos de Cuba e Irán.

Esta semana ocurrieron varias cosas que fueron muestra de su conducta imperialista. Influyó para que el Mercosur suspenda a Paraguay, y de esa forma neutralizó el voto negativo de los paraguayos, único escollo que le restaba salvar para entrar como socio pleno a la entidad comercial. Días antes, su canciller Nicolás Maduro, se reunió en Asunción con militares paraguayos para incentivarlos a que defiendan al ex presidente Fernando Lugo durante el proceso de juicio político y destitución. Y cuando no pudo lograr el objetivo, fue Chávez quien anunció un embargo de petróleo a Paraguay, del mismo tipo que critica el que le impone EE.UU.  a Cuba, e igual medida que el Mercosur no quiso adoptar en contra del pueblo paraguayo.

Mientras todo esto se tejía en el exterior, en el interior Chávez pegó uno de los golpes más certeros contra la democracia, al hacer añicos la libertad de prensa. El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) saltándose procesos de apelación, ordenó un embargo ejecutivo contra los bienes de Globovisión por no haber pagado una multa de más de dos millones de dólares que le impuso Conatel, por el “delito” de informar sobre el amotinamiento de la cárcel de El Rodeo, cobertura que dijo estaba sesgada, catalogó de apología de la violencia y otras barrabasadas más.

El TSJ también ordenó calcular al Banco Central las costas del proceso y los intereses morosos ya que Globovisión no pagó a término la multa en diciembre pasado. Se calculó que la sanción hubiera subido a más de cinco millones de dólares, por lo que los directivos de Globovisión se vieron obligados a cancelar ayer esa multa.

Las razones son obvias. Así como Chávez mandó cerrar el consulado venezolano en Miami privando a miles de ciudadanos a que puedan ejercer el derecho al voto, pretende cerrar Globovisión para que los ciudadanos no cuenten con una fuente informativa independiente a los designios del gobierno.

Lo del TSJ y gran parte de la justicia, no sorprende, desde hace años Chávez la ha maniatado, así como a la Asamblea Legislativa, que mantiene récord mundial por haberle otorgado al presidente leyes habilitantes. En diciembre de 2010, en un autogolpe parlamentario, el monolítico congreso de entonces le dio a Chávez 18 meses para que legisle y gobierne a su antojo.

diciembre 29, 2011

Chávez y el esquivo Mercosur


Tras cumplirse esta semana en Uruguay, la decimoséptima Cumbre de Jefes de Estados del Mercado Común del Sur (Mercosur), en la que el presidente Hugo Chávez fue una vez más el mayor protagonista, el Senado de Paraguay sigue siendo el último escollo para que Venezuela pueda integrarse como socio activo del bloque comercial conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

Los senadores guaraníes, en una nota grata de fin de año para los endebles valores democráticos de la región, insistieron en supeditar los supuestos beneficios económicos que se derivarían de la integración de Venezuela a su cumplimiento con los compromisos democráticos regionales.

Los presidentes Cristina de Kirchner, Dilma Rousseff, Fernando Lugo y José Mujica sirvieron de abogados de su colega Chávez, desviviéndose en resaltar el potencial de Venezuela, así como de Ecuador, que podría cambiar su estatus de asociado en el bloque, por el de socio activo. Sin embargo, el Senado paraguayo se mantuvo firme en condicionar esos “beneficios económicos”, al cumplimiento de reglas democráticas que constan en el constitutivo Tratado de Asunción de 1991.

Pese a todas las presiones, los senadores guaraníes desde hace cinco años ofrecen razones de peso para bloquear a Chávez. Consideran que su gobierno autocrático, personalista, con prácticas contra la libertad de empresa, intolerante a la libertad de prensa y de propaganda anti estadunidense, exacerbaría el nacionalismo y pudiera poner en riesgo las bases fundamentales del Mercosur, así como acuerdos comerciales futuros tal el que se está gestando con la Unión Europea.

En un guiño político a Chávez, el presidente uruguayo Mujica buscó un atajo. Propuso una Comisión Especial para revisar procedimientos y ver si Venezuela puede entrar por la ventana. Los legisladores paraguayos, empero, con el apoyo del mandatario Lugo, insistieron en que se respete la facultad de los poderes legislativos para aprobar nuevas incorporaciones, aunque saben que las presiones serán cada vez mayores.

Chávez también fue bloqueado por el Senado de Brasil desde que su incorporación política fue aprobada por los presidentes del Mercosur en 2006. Tres años después, en diciembre de 2009, los senadores brasileños cambiaron de parecer en una estrecha votación a favor de Chávez promovida por el ex presidente Inácio Lula da Silva. Pese a ello, aquellos años sirvieron para denunciar la autocracia del régimen chavista y calificar a su líder de tirano y dictador.

La garra guaraní, forjada por décadas de lucha contra una dictadura, difícilmente pueda ser vencida en el ruedo verbal. Antes de marcharse de Montevideo, Chávez lanzó su ataque dialéctico contra las “manos negras” que estarían actuando detrás de los senadores paraguayos, quizás asociando los intereses de Barack Obama a quien esta semana calificó de “farsante”, porque criticó la falta de garantías democráticas en Venezuela en declaraciones publicadas por el diario caraqueño El Universal. 

Chávez quiere que los paraguayos se concentren en los beneficios económicos que atraería al Mercosur, como si las decisiones políticas no fueran las que inciden sobre la economía. Y el bloque ofreció varias señales políticas en ese sentido en esta cumbre, como el acuerdo de libre comercio firmado con Palestina y la decisión solidaria con la soberanía de Argentina, sobre que no se permitirá a ningún barco con bandera de las Islas Malvinas recalar en puertos del Mercosur, que incluirían también a los de Chile, Colombia, Ecuador y Perú, países asociados.

Sin dudas, la incorporación de Venezuela y de otras economías de la región será muy beneficiosa para que el Mercosur conforme un bloque más competitivo a nivel global. Pero también es positivo que se condicione esa integración al cumplimiento de los valores democráticos, sin ningún tipo de atajo político, en especial cuando la Carta Democrática Interamericana de la OEA pasa abiertamente desapercibida.

Tarde o temprano, el gobierno venezolano se las ingeniará para ser parte del Mercosur. Pero, mientras tanto, la garra y valentía de los guaraníes sirve para reforzar que las violaciones a los derechos humanos, la persecución política y la intolerancia a las libertades de empresa y de expresión, son obstáculos insalvables para cualquier saludable integración democrática.

diciembre 09, 2009

Honduras y Mercosur: intransigencia

El Mercosur buscó la unión de posiciones en la política, la que no puede alcanzar en lo económico, esta vez atrincherándose bajo el lema de no reconocer las elecciones presidenciales recientes en Honduras.

Era de esperar, ya que sus países integrantes y asociados, Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile y Bolivia, siempre se mostraron partidarios de Manuel Zelaya, incluso gestionando por él, albergándolo, además de seguir sosteniendo que el golpe del 28 de junio es un nefasto antecedente para Latinoamérica.

Lo que es a todas luces inconcebible es que estas naciones, que han sido atropelladas por dictadores de toda calaña, no reconozcan que Zelaya estuvo dando golpes continuos a la Constitución y a las leyes en los momentos previos al desenlace del 28 de junio y que él mismo desconoció arreglos pactados con el gobierno de Micheletti antes de las elecciones y que ahora insiste con total desparpajo en que debe haber una reforma constitucional.

El Mercosur hace aguas en un mar que se está calmando y debería reconocer a Porfirio Lobo que nació de un proceso electoral legítimo que estaba especificado antes del 28 de junio, y permitir que Honduras sea parte de la OEA, como así se buscó que Cuba, la gran dictadura americana en perpetuo golpe de Estado, fuera nuevamente reconocida.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...