Si fuera salteño estaría orgulloso. No
solo porque la hospitalidad profunda y el servicio generoso de los salteños han
cautivado a más de doscientos cincuenta directores, editores y periodistas de
medios de comunicación de las tres Américas que convocó la Sociedad
Interamericana de Prensa (SIP), sino porque Salta brincó a un plano impensado
de relevancia mundial.
Tal vez los salteños no han tomado
verdadera conciencia de la importancia y dimensión que tuvo la 74 Asamblea
General de la SIP que El Tribuno organizó semanas atrás. El 22 de octubre,
pronto a terminar la reunión de la SIP, su Junta de Directores y su Asamblea de
socios aprobaron por unanimidad la “Declaración de Salta; sobre principios de
libertad de expresión en la era digital”.
Se trata de un documento que al igual
que el otro instrumento invaluable de la institución, la Declaración de
Chapultepec que fue creada hace 24 años en el castillo de Chapultepec de la
Ciudad de México, le servirá de ariete a la SIP para seguir defendiendo y
promoviendo la libertad de expresión en el ecosistema digital, ante los
innumerables y nuevos desafíos que han creado las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación.
Más allá de los principios en sí
mismos, la Declaración le brinda a Salta y su pueblo un nuevo argumento para
fundamentar su marca a nivel mundial, sumándose a otros atributos de calidad
por las que la séptima ciudad más grande de Argentina ha ganado prestigio a nivel
nacional e internacional.
Bien remarca la apreciación por Salta
el editorial de este 1 de noviembre del diario La Nación: “La Declaración
Digital tiene el valor indiscutible de un acto fundacional, que viene a llenar
un vacío. Es de celebrar que la era digital se recuerde con la marca indeleble
de la Argentina, al ser bautizada como Declaración de Salta”.
Como una de las primeras herramientas
de la era digital sobre las libertades de prensa y expresión, la Declaración de
Salta reivindica derechos, impone límites y marca el camino de cómo deben ser
garantizadas y respetadas esas libertades por los actores públicos y privados
que rigen o gobiernan el ámbito digital.
El contenido del documento estipula
principios irrenunciables a favor de la libertad de expresión de los ciudadanos
por sobre los gobiernos, los medios de comunicación y los intermediarios
tecnológicos, ya sean estos los motores de búsqueda como Google, las redes
sociales como Facebook o los proveedores de servicios e internet como Telecom.
El nuevo documento, de la mano de la
SIP y otras instituciones que lo harán suyo, sitúa a Salta en el centro de la
escena de organismos intergubernamentales como la UNESCO, la ONU, la OEA y la
CIDH; en la esfera de organismos no gubernamentales como ADEPA que esta semana
hizo prevalecer el principio 9 de la declaración en reclamo por medidas
judiciales que buscan limitar contenidos periodísticos y en la mesa de discusiones
entre naciones, como en las Cumbres presidenciales y de cancilleres. Todos son
terrenos que la SIP siempre ha aprovechado para llevar la voz cantante a favor
de los oprimidos y en protesta por las violaciones a las libertades de prensa y
expresión.
A partir de ahora, los 13 principios
de la Declaración de Salta comenzarán a imponerse como referencia en foros
internacionales, en legislaciones y fallos judiciales, así como los de
Chapultepec inspiraron la creación de la Declaración de Principios de Libertad
de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Importante es señalar que esta
Declaración no fue producto de discusiones y/o improvisaciones durante la
reunión de la SIP en Salta, sino más bien Salta fue el lugar donde terminó un
largo proceso de consulta, discusiones y observaciones que la SIP estuvo
cosechando por meses, sirviéndose de la experiencia de otras instituciones,
empresas, académicos, expertos y líderes en la materia.
Con sabiduría, la SIP estipuló que
debido a los cambios y a la evolución constante de las nuevas tecnologías de
información y comunicación, los principios de la Declaración de Salta podrán
adaptarse a lo que dicte la conducta humana en el futuro. Pero siempre
mantendrá su nombre en honor al lugar donde culminó un proceso que sirvió para
iluminar principios de libertad de prensa y expresión a futuro: Salta. trottiart@gmail.com