sábado, 2 de febrero de 2013

Las mentiras de Argentina


Finalmente alguien tenía que ponerle el cascabel al gato. El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se ha vuelto tan autoritario que se cree con el poder de manipular la información oficial o adecuarla a sus propios intereses desobedeciendo mandatos de sus propios decretos, como el firmado por el ex presidente Néstor Kirchner que obliga al Poder Ejecutivo a generar y dar información oficial en forma veraz y en término.

El FMI acaba de sancionar al oficial Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, INDEC (intervenido por el Poder Ejecutivo desde 2007) por manipular información y estadísticas sobre inflación.

Las denuncias no son nuevas, son las que por años las propias entidades argentinas, la oposición y la prensa vienen sosteniendo. El gobierno, en lugar de haber rectificado rumbos, prefirió prohibir a las consultoras privadas que hagan mediciones y a los medios que las divulguen, lo que ha llevado al Congreso - al menos al sector de la oposición – a llevar sus propias estadísticas sobre la inflación.
Como era de esperar, Cristina no demoró mucho en reaccionar y se despachó con decenas de tuits contra el FMI, acusando a la entidad de todas las crisis en el mundo y de la historia.
Sin embargo, lo que Cristina no dijo es si cumplirá con lo que se le pidió al gobierno respecto a que en siete meses debe generar mejores y más creíbles estadísticas o de lo contrario correrá el riesgo de no poder conseguir asistencia financiera o ser expulsada de la entidad.
Cristina no deja de tener razón en sus críticas al FMI, pero su reacción en nada invalida que su gobierno sí manipula las estadísticas, para mostrar una realidad diferente a la real, desde los índices de pobreza, de empleo formal e informal, del precio de la canasta familiar, por citar los datos más elementales.
Hay cosas que no se entienden de este entuerto. Por un lado, si las estadísticas sirven para crear políticas públicas, como hará el gobierno para hacer las más acertadas cuando no le queda otra que usar datos propios sobre los que ni siquiera puede confiar.
Y por otro lado, cada vez es más evidente que en el país se necesita una Ley de Acceso a la Información Pública y Transparencia, la única forma que el público podrá obligar al gobierno a entregarle no solo información, sino la metodología que utiliza para generarla.
Una ley de este tipo puede ser la única forma para fiscalizar a este gobierno.

Curas pedófilos; herida abierta


La herida sigue abierta. Desde que hace años atrás la Arquidiócesis de Boston se vio obligada a actuar en contra de los abusos de menores por parte de sus sacerdotes a raíz de investigaciones de los diarios Boston Globe y Boston Phoenix, las denuncias sobre este problema de la pederastia se extendieron por todas las diócesis del país y del mundo entero.
Ahora la justicia de California, en una pelea de más de un lustro, finalmente pudo obligar a la Arquidiócesis de Los Ángeles a que revele 12 mil páginas de documentos en los que se reflejan, con nombre y apellido, los nombres de 122 curas supuestamente pedófilos que han abusado de menores de edad.
El arzobispo, José Gómez, entre otras medidas, consternado  por los crímenes sobre los que ahora le toca responder, prohibió al ex arzobispo y cardenal jubilado, hablar en público y asumir tareas eclesiásticas como celebrar misa por haber ocultado durante su término el problema y no haber tomado las medidas adecuadas contra los curas pedófilos.
Lamentablemente hasta entonces, la Iglesia veía a este como un conflicto interno solucionable mediante el traslado de los curas pedófilos a otras diócesis para tapar las evidencias. Pero como sucede con los abusadores, esa política permitió que se esparza aún más el problema.
Sobre este tema he repetido en este blog que las autoridades de la Iglesia han pecado por acción y omisión y se han confundido tratando de disfrazar crímenes de pecados. La Iglesia, como la de Los Ángeles, no debiera esperar a ser intimada por la justicia para revelar los nombres de los abusadores o las denuncias reiteradas y sistemáticas que pesan contra algunos de sus miembros.
Para ganar credibilidad y autoridad y para cerrar este capítulo – tan negro en su historia como el de la Inquisición – la Iglesia debería presentarse ante la justicia y desenmascarar a todos los criminales que se cobijan en su seno.
No valen arrepentimientos ni excusas ni penitencias. Se necesita justicia tanto para alivianar la carga de las víctimas como para sanear a una Iglesia en descrédito.

viernes, 1 de febrero de 2013

Duro y parejo informe de HRW


Human Rights Watch (HRW) pegó parejo para todo el mundo. En su informe 2013 sobre el estado de los derechos humanos en 14 países de las Américas que reveló este jueves, demostró que en todos lados se cuecen habas, tanto en Venezuela como en EE.UU.

HRW acusa a Cuba de ser el régimen más represivo de América Latina, al estado de México lo acusa de mantener un grado altísimo de impunidad, al gobierno de Hugo Chávez de acosar a la oposición y a Rafael Correa de ir en contra de la libertad de prensa. Sobre EE.UU. el informe es más tajante aún. Acusa al gobierno de Barack Obama de ser el que más encarcela en el mundo, de detener a inmigrantes no peligrosos, miembros de minorías raciales y étnicas, mantener la pena de muerte y continuar con “prácticas abusivas” en la cárcel de Guantánamo.
Revela que en EE.UU. en 2010 había 1.6 millones de personas, y que tiene la tasa de encarcelamiento más alta del mundo, con 500 reclusos por cada 100 mil habitantes.
En coincidencia con el informe de HRW, el Observatorio Venezolano de Prisiones, sacó a relucir el jueves otro informe que da cifras dantescas. Un total de 591 presos fallecieron en las 34 cárceles venezolanas el año pasado, una cifra récord, según el informe anual de la organización que sitúa el hacinamiento en las prisiones por arriba del 200 por ciento. En 2011, la cifra de muertos fue de 560.

HRW insiste que en Venezuela uno de los mayores problemas es “la acumulación de poder en el ejecutivo y el deterioro de las garantías de derechos humanos que han permitido que el gobierno intimide, censure y enjuicie”. Chávez “y sus partidarios – agrega - han abusado de su poder en una gran variedad de casos que han afectado al poder judicial, los medios de comunicación y defensores de derechos humanos”.

No todo es negro en el horizonte para HRW. Destaca avances en tres países. A Cristina de Kirchner y Dilma Rousseff por los avances a favor de los derechos humanos que fueron violados en el pasado y a Juan Manuel Santos por sus esfuerzos en lograr la paz con las negociaciones entre su gobierno y las guerrillas de las FARC.

Seguramente los gobiernos más afectados por el informe, como lo han hecho siempre, desconocerán todos estos hechos.

miércoles, 30 de enero de 2013

EEUU: promoción de la democracia


Cada uno de los discursos inaugurales de los presidentes estadounidenses de las últimas seis décadas incluyó políticas para promover la democracia alrededor del mundo. El mensaje del lunes de Barack Obama frente al Capitolio no fue diferente, pero dio la impresión que quiere cambiar de estrategia.

Desde Roosevelt hasta Clinton o de la Alianza para el Progreso de Kennedy a la Estrategia de Seguridad Nacional antiterrorista de Bush, las tácticas para la promoción de la democracia tuvieron matices diferentes según la época y el contexto, siempre guiadas por el pragmatismo estadounidense para defender sus intereses y mantener el liderazgo.

Esa estrategia consistió, muchas veces, en asistencia humanitaria, formación electoral y empoderamiento de la sociedad civil. Otras veces, la promoción no fue más que imposición, mediante intervenciones militares, presiones económicas y operaciones encubiertas de la CIA para apoyar golpes de Estado o a gobiernos amigos. Así, desde el exterior, la promoción de la democracia, no se vio como la aspiración de un país para inculcar libertad y libre mercado, sino como la intervención de una potencia extranjera para implantar gobiernos que defendieran sus intereses estratégicos. Irak es evidencia cercana.

Todas estas estrategias tradicionales de la diplomacia estadounidense tuvieron poco o relativo éxito. Tal vez por esa realidad, Obama prefirió mirar hacia adentro, enfocarse en la perfección de la democracia propia, consciente de que el buen ejemplo puede ser un agente de mercadeo más barato y eficiente.

En su mensaje inaugural, pese a que no abandonó la lucha anti terrorista ni el apoyo a las “democracias en todas partes”, Obama se alejó de las perspectivas patrioteras de sus predecesores. Se enfocó en las obligaciones internas más que en las externas, tanto del gobierno como de sus ciudadanos. Habló de sanear la economía, de procurar más trabajos y prosperidad, de ampliar la clase media y de continuar con los sueños incumplidos de Abraham Lincoln y de Martin Luther King, para que toda persona sea igual y tenga las mismas posibilidades, sin diferencias respecto a su origen migratorio, color de piel u orientación sexual.

Sin dudas el mensaje de Obama fue introspectivo, tan íntimo como aquellas palabras desafiantes de John Kennedy: “No te preguntes que puede hacer tu país por ti, sino lo que tú puedes hacer por tu país”. Por eso cuando llamó a la paz, a continuar bregando por la seguridad y a responder a la amenaza del calentamiento global, no lo hizo echando culpas hacia los de afuera, al terrorismo u a otros gobiernos enemigos como en el pasado. Lo hizo con sentido de autocrítica, pidiendo a todos los estadounidenses a trabajar unidos.

Pidió mayor compromiso ante un camino de prosperidad, igualdad y felicidad que consideró incompleto. Pidió más conciencia para evitar tragedias como la de Newtown, así como para desarrollar energías renovables; pidió mayor innovación tecnológica y más maestros de matemáticas; y adjudicó a la libertad, como regalo de Dios, y a la iniciativa privada, el carácter de la nación.

Obama acertó en este nuevo enfoque de responsabilidad interior. Pero también sabe que son muchas las obligaciones que le caben al gobierno para mejorar la democracia, ya que con cuatro años a cuestas, no tiene margen para seguir adjudicando todos los males a su antecesor. La cárcel de Guantánamo, las denuncias sobre tortura en la lucha contra el terrorismo, el contrabando de armas, la epidemia de la drogadicción, los derechos de los inmigrantes, la poca transparencia en el manejo de información gubernamental o la persecución contra quienes filtran la información, son temas a resolver antes de que se transformen en manchas de su legado.

El discurso de Obama apuesta a que la disciplina y la prosperidad internas  pueden ser las mejores embajadoras de la democracia. Michael Mandelbaum, experto en política exterior, decía que los países son como los individuos, aprenden lo que observan y que el éxito inspira ser imitado.

Quizás la estrategia hacia adentro que propone Obama no conseguirá imitadores entre gobiernos autoritarios y populistas, pero seguramente empoderará a los ciudadanos de esos países para que exijan libertad y cambios democráticos. 

martes, 29 de enero de 2013

“Qatarstrofe para el fútbol”


Hace pocos días en este blog hablé sobre la falta de responsabilidad de la que se puede acusar al periodismo deportivo debido a que solo parece interesado en entretener y comentar, dos aspectos que son naturales a la disciplina deportiva, pero que son insuficientes en la tarea periodística.
Lamentablemente los medios periodísticos, como otras empresas sacudidas por las crisis económicas, han venido desmantelando sus unidades de investigación, lo que consume muchos recursos y tiempo para construir buenas historias que ayuden al público a entender las características complejas de las tramas deportivas.
El caso de Lance Armstrong es una de las grandes omisiones del periodismo investigativo estadounidense que solo se ha limitado a respetar lo que Armstrong o los protagonistas han dicho sobre este caso histórico y apabullante de dopaje.
Hoy se supo, por suerte, sobre la investigación de la revista francesa France Football – patrocinadora  junto a la FIFA el Balón de Oro – que mancha a los principales jefes de la FIFA y al ex presidente francés Nicolás Sarkozy, por ayudar al pequeño y riquísimo país árabe, Qatar, a conseguir la sede del Mundial de Fútbol para el 2022 a expensas de otras buenas candidaturas como la Inglaterra, Australia y Corea, y de la de Estados Unidos, país al que venció en la última ronda de votaciones en 2010.
Desde entonces se vienen escuchando rumores sobre que los jeques qataríes compraron o sobornaron voluntades a diestra y siniestra con tal de quedarse con la sede y poner a su país en el mapa mundial. Pero no fue hasta ahora que la revista francesa, haciendo gala de buen periodismo de investigación, da nombres de sospechosos de haber estado en esa trama y cómo se fueron tejiendo los entuertos.
Es probable que no suceda nada como ocurre muchas veces con las denuncias periodísticas, pero es evidente que la FIFA tendrá que ser más transparente y dar explicaciones de lo que pasó. Se trata de un organismo muy oscuro y que muchas veces hasta parece inmune a los tentáculos de la justicia o de aquellos fiscales que quisieran trabajar de oficio.
Si esto llegara a comprobarse, creo que vendría muy bien aquel titular de una editorial de una publicación alemana que en 2010 tras la decisión de la FIFA a favor de Qatar tituló con inventiva: “Qatarstrofe para el fútbol”.

lunes, 28 de enero de 2013

Irrespeto a la memoria


La comunidad judía internacional sufrió un duro golpe este fin de semana en el momento que recordaba y honraba a los caídos en el Holocausto. Por un lado Silvio Berlusconi hizo declaraciones explosivas e ignorantes sobre Benito Mussolini y las conexiones con Hitler, mientras no reconoció que en la Italia de pre guerra también los judíos italianos fueron discriminados y maltratados; y luego unos siete mil fueron asesinados en los campos de concentración del nazismo.

Pero esas solo fueron declaraciones irresponsables. Peor son los actos irresponsables, como el cometido por el gobierno de Cristina de Kirchner, que desde este fin de semana en la cumbre de la CELAC y la UE en Santiago, anunció que su gobierno y el de Irán han creado una Comisión de la Verdad – acuerdo que el canciller Héctor Timmerman manufacturó en la sede de la ONU – para que se investigue la responsabilidad de los acusados iraníes por la justicia argentina en el atentado contra la AMIA en Buenos Aires en 1994 que dejó 85 muertos, tras la voladura de la embajada israelito dos años antes que dejó un saldo de 29 muertos.

Bajo los nueve puntos del acuerdo, la justicia argentina podrá interrogar a los ocho iraníes acusados de autores intelectuales – entre ellos el ministro actual de Defensa – en Teherán; pero es obvio que esas interrogaciones no conducirán a nada, después de las investigaciones ya hechas y de la orden de captura que la Interpol ya había interpuesto sobre los acusados.

La presidente dijo por twitter anoche (las declaraciones más importantes del país se hacen por este medio, nunca en conferencias de prensa para evitar las preguntas) que se trató de un “acuerdo histórico”. En realidad así lo fue, histórico porque el Poder Ejecutivo una vez más pisotea lo actuado por el Poder Judicial y actúa en su lugar.