miércoles, 25 de mayo de 2011

PDVSA, una buena decisión


Era ya hora de que el gobierno de Barack Obama prestara mayor atención al desatino del gobierno de Venezuela de mantener relaciones casi carnales con el régimen dictatorial de Irán, sospechado por la comunidad internacional de fabricar bombas atómicas, algo que todavía no ha sido del todo comprobado.
Lo cierto es que el régimen iraní se ha mostrado escurridizo y poco trasparente en este terreno, y ha aprovechado la retórica de otros gobiernos autoritarios, como el de Chávez, para infiltrar su propaganda por toda Latinoamérica, y para hacer negocios y enriquecerse a pesar de que sobre ese gobierno pesan medidas restrictivas impuestas por la ONU.
El gobierno de Venezuela criticó las sanciones contra PDVSA de parte del gobierno de EE.UU. por entrometerse en su soberanía. Pero EE.UU. también mantiene su soberanía cuando trata de defender los intereses de sus ciudadanos, y esas sanciones están encaminadas a ello.
EE.UU. había dejado pasar mucha retórica de parte de Hugo Chávez sin haber hecho mucho, tal vez cuidando el envío de 900 mil barriles diarios de petróleo. Sin embargo, estas sanciones parecen estar encaminadas a otra política más seria de Washington en contra de Chávez para minar su posición política frente a las elecciones de 2012. Probablemente habrá muchas pruebas de nacionalismos a favor de Chávez y solidaridad internacional a corto plazo, pero lo de PDVSA es una sanción destinada al largo aliento. Y será efectiva. Y era necesaria.  
A continuación, mi columna de este fin de semana que titulé “Chávez: la Injerencia hipócrita” en la que justamente hablaba de la necesidad de sanciones en contra de Chávez.
Si se comprobara la denuncia del diario alemán Die Welt sobre la confabulación iraní-venezolana para la instalación de una base de misiles de mediano alcance en Venezuela, se confirmaría a la vez que Hugo Chávez es el gobernante más hipócrita de la época. Y uno de los más peligrosos.
El año pasado, convertido en fiscal público, Chávez logró que se abortara la presencia de militares estadounidenses en bases de Colombia, argumentando que esa injerencia desestabilizaría la región. Sin embargo, fue él  quien desafió la paz regional, convirtiéndose en el mayor comprador de armas entre países en desarrollo, permitiendo a la Guardia Revolucionaria Iraní instalarse en su territorio para construir  bunkers en la Península de Paraguaná y manteniendo una fuerte alianza con las narco guerrillas colombianas de las FARC.

Aunque el gobierno venezolano se victimice con creativas teorías conspirativas, existen evidencias en su contra. La principal fue ratificada el 10 de mayo por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos en Londres, basado en un análisis de los archivos digitales que el ejército colombiano le incautó a las FARC en Ecuador, durante la “Operación Fénix” de 2008. El instituto reveló que el gobierno venezolano ofreció 300 millones de dólares, refugio, armas y apoyo diplomático a favor de las guerrillas, a cambio de entrenamiento a militantes, asesinato de opositores y protección ante una eventual invasión de EEUU.
La denuncia del Die Welt, basada en “servicios de inteligencia occidentales”, no es descabellada. La injerencia del presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad en Venezuela se solidificó en el último lustro. Se sospecha que los vuelos semanales de la ruta Teherán-Caracas, más que pasajeros, trasladan uranio e informes de inteligencia; que aumentó la compra de pertrechos militares y que los persas encontraron en el chavismo, la llave para entrar en los mercados del ALBA con mercancías e ideología antisemita.
La intromisión embustera de Chávez en la región, no se agota en lo militar. También ha teñido de ilegalidad varios procesos electorales, bajo la seducción de una billetera repleta de petrodólares. El candidato peruano Ollanta Humala está ahora pagando las consecuencias frente a su contrincante Keiko Fujimori de caras a las elecciones del 5 de junio, desde que se le acusa de haber recibido valijas llenas de efectivo para su campaña de 2006. Maletas similares empañaron la anterior campaña de Cristina Kirchner en Argentina, la de Fernando Lugo en Paraguay e hicieron que al hondureño Manuel Zelaya lo echaran en pijama, cuando procuraba cambiar la Constitución para eternizarse en el poder.
Los dineros de Chávez también aderezaron otras reformas constitucionales y campañas como la de Evo Morales y Rafael Correa, quien habría recibido fondos de las FARC en 2006 por lo que está siendo investigado por la fiscalía ecuatoriana.
Chávez, asimismo, es el mayor sostén de los gobiernos de Daniel Ortega en Nicaragua y los hermanos Castro en Cuba. En todos los casos, se trata de alianzas estratégicas para intercambiar desde enfermeros y estudiantes, hasta ideología y servicios de inteligencia. También para cerrar, comprar o expropiar medios de comunicación independientes, hacer propaganda, controlar a la justicia o sembrar planes para desbaratar a la oposición.
Hasta ahora, Chávez ha maniobrado con destreza sorteando acusaciones directas que lo involucren. En cuanto a los misiles iraníes, la comunidad internacional no debería aceptar desmentidos, sino exigir pruebas fehacientes de que no existen. En el caso del abierto respaldo a las criminales FARC, y  pese a que la Corte Suprema colombiana desestimó el contenido de las computadoras de la guerrilla como evidencias procesales, los tribunales internacionales tienen pruebas suficientes para enjuiciarlo, como la Corte Penal Internacional acaba de hacer con el libio Muamar al Kadafi. Y por su descarada infiltración desestabilizando elecciones ajenas, se debería expulsar a Venezuela de organismos multilaterales y aplicarse sanciones que constan en la Carta Democrática Interamericana.
Aunque algunos de sus colegas, como el presidente colombiano Juan Manuel Santos, lo justifiquen equívocamente como a su “nuevo amigo”, la injerencia hipócrita de Chávez no atrajo mucha amistad para la región. Las pruebas demuestran que el doblez de Chávez, si algo está generando, es enemistades, inestabilidad y debilitamiento democrático.

Maradona: cafe veloz

Maradona siempre busca ser el centro de atencion. Y tiene con que y aprovecha todas las excusas. excluido en el reino de los Emiratos Arabes Unidos con un contrato millonario de 34,5 millones de dolares, se suponia que ya estaria relajado.
Todo lo contrario. Se sumo a la predica de Pasarella para que Grondona se marche de la AFA, en la pretension de que mas de 30 anos son demasiados, convirtiendo a esa institucion en una autocracia del futbol.
Maradona hace bien en Pedirle tambien la renuncia a Grondona y asi es fiel a sus principios desde que siempre fue un duro critico del brasileiro Havelange y de Grondona cuando hacian dupla en la FIFA.
Pero lo malo  Maradona ahora es que ha sacado trapitos al sol de mas de veinte anos, diciendo que en las eliminatorias para el Mundial del 94 y en el partido de repechaje contra Asutralia, no hubo control antidoping por un arreglo de Grondona, y que antes del partido los jugadores argentinos disfrutaron de un "cafe veloz".
El fin de Maradona justifica los medios. La  pregunta obligada es por que, de ser verdad, no lo denuncio antes. por que involucrar a todos sus companeros en forma irrespetuosa, cuando el, despues del control en EEUU que demostro que habia  ingerido efedrina, estaba en el momento adecuado y oportuno para denunciar esos hechos.
Sumarse ahora no vale la pena y demuestra la poca confiabilidad de una persona que ante cualquier circunstancia siempre antepone en forma egoista a su persona por arriba de cualquier mortal o grupo de mortales.

lunes, 23 de mayo de 2011

“Hasta la vista, baby”


Su frase actoral como Terminator debería ser la lápida que Arnold Schwarzenegger puso sobre su carrera política: “Hasta la vista baby”.

Su peor falta no es un crimen, pero la forma en que manejó su adulterio, manteniendo por 20 años a una empleada y a un hijo extramatrimonial con su propia familia, su esposa María Shriver y sus cuatro hijos, lo hacen una ilícito ético execrable.

A diferencia del supuesto crimen del presidente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, quien habría intentado violar a una camarera en una suite de un hotel en Nueva York, el adulterio del ex gobernador de California, se transforma en un delito mucho más aberrante por haberlo cometido y consentido dentro de su casa y frente a los ojos de su propia familia.

La violación sexual es uno de los crímenes más aberrantes y degradantes de la raza humana, de ahí que se entienda que Muamar al Kadafi haya usado esta “arma” – y se la haya usado en toda la historia – para dominar a las fuerzas rebeldes, según dieron testimonio varias mujeres violadas en las últimas semanas.

Pero sobre este tipo de crímenes, de hacerse justicia, y aunque la reparación para la víctima jamás servirá totalmente, por lo menos se delimitan responsabilidades y castigos. La sociedad está preparada para lidiar con estos males.

En el caso de Schwarzenegger, su gravedad radica en que no se trata de un delito que puede ser castigado, sino de una severa falta de ética de la cual todas las opciones perjudican a su familia y su entorno. No se sabe todavía cuál era el alcance del conocimiento de su esposa y sus hijos sobre la relación con la empleada doméstica guatemalteca que dejó la casa en enero pasado y su hijo fuera del matrimonio.

Más allá del resultado de los nuevos detalles que aparecerán en uno u otro caso, ojalá que estas faltas cometidas por el ex gobernador y por el ex presidente del FMI, de ser verdad, sean lapidarias para que no puedan ejercer la función pública. Lamentablemente, a otros abusadores, como el caso del italiano Silvio Berlusconi y el ex presidente Bill Clinton, sus abusos sexuales simplemente les sirvieron para allanar el camino hacia otras actividades políticas.