Sobre los asesinatos de periodistas hondureños, el presidente Porfirio Lobo lo hizo muy bien en España. Pidió el 19 de mayo durante la VI Cumbre entre la Unión Europea y Centroamérica, que el gobierno español le ayude enviando fiscales especiales para tratar de esclarecer esos crímenes ocurridos en marzo pasado.
Sin embargo, si bien está muy bien esta búsqueda de esta ayuda, debería leer con detenimiento una carta que le entregamos el 27 de abril en el hotel Inter Continental de Miami, el presidente de la SIP y yo, en la que remarcábamos la necesidad de considerar cinco recomendaciones, tal como expliqué en un post anterior.
Las recomendaciones que le dejamos son las siguientes:
Establecer criterios ya probados a nivel de sistema de veeduría internacional con el apoyo de la Organización de Naciones Unidas, similar a lo establecido por el gobierno de Guatemala con la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), organización que tiene como objetivo “prestar asistencia técnica a las instituciones del sector justicia, a fin de dejar al Ministerio Público y la Policía Nacional Civil en mejores condiciones para luchar contra la delincuencia organizada”.
Crear - no obstante este tipo de cooperación internacional la que también debe ser solicitada ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos - fiscalías especiales dentro del Ministerio Público para investigar delitos cometidos contra la libertad de expresión en el marco de la procuración de los derechos humanos.
Instar reformas legales y jurídicas que permitan la creación de una jurisdicción especial que atienda aquellos delitos que son cometidos contra toda persona en el ejercicio de su libertad de expresión y la libertad de prensa.
Inducir a la búsqueda de reformas al Código Penal para que se agraven los delitos cometidos contra la libertad de expresión, como método eficiente de disuasión contra los violentos.
Exhortar a través suyo y por los mecanismos correspondientes a que el Poder Judicial de Honduras considere la Declaración de Principios de la Conferencia Hemisférica: Poder Judicial, Prensa e Impunidad, del 20 de julio de 2007, que contó con más de 20 presidentes de poderes judiciales de las Américas, durante la que se estableció “generar espacios para discutir, con especialistas e integrantes de la sociedad, la posibilidad de motivar reformas legales que permitan con mayor eficacia someter a juicio y sentenciar a los responsables de atentar contra la libertad de expresión”, así como “recomendar la implementación del nuevo modelo procesal penal” y “alentar a los poderes del Estado de los diferentes países y en sus distintos niveles, el uso de los instrumentos internacionales e interamericanos que otorgan herramientas conceptuales y normativas para sancionar con eficacia a quienes atentan contra la libertad de expresión y la obstrucción de la justicia, sin perjuicio de la independencia de los jueces”.
sábado, 22 de mayo de 2010
viernes, 21 de mayo de 2010
NBA: el título no importa
Coincido con el periodista Tim Reynolds de la agencia Associated Press, sobre que la disputa por el título de campeón de básquetbol que podrían disputar los Lakers de Los Angeles y los Celtics de Boston – que ya están dos juegos a cero en la serie de siete contra los Suns de Phoenix y los Magic de Orlando - no tiene tanta relevancia como sí la tiene el mercado libre de pases que se abre el 1 de julio.
Es que la suerte que correrán las super estrellas Lebron James, Dwyane Wade y Chris Bosh que entrarán a la agencia libre y los equipos a los que escojan, tiene mayor impacto de unas finales totalmente predecibles, a no ser por la ausencia de los Cavaliers de Cleveland.
Pasaría lo mismo en fútbol. ¿Qué sería de una final de campeonato en España sabiendo que Messi, Iniesta, Ronaldo o Kaká estuvieran por firmar para otro equipo cualquiera dentro de la liga? Su traspaso generaría mayor expectativa que el propio campeonato. La preocupación de los fanáticos del Barcelona o del Real Madrid ni se compararía a la expectativa que generaría en todos los demás fanáticos del resto de clubes en competición.
Esto prueba que las grandes individualidades, y la calidad, trascienden hasta a los propios equipos. Es como que fueran seres universales.
Volviendo al básquet, ojalá Miami sea la beneficiada y James y Bosh decidan unirse a Wade. Sería un equipo de ensueño y algo muy tangible por la billetera que tiene disponible Pat Riley, el presidente de los Heat.
Es que la suerte que correrán las super estrellas Lebron James, Dwyane Wade y Chris Bosh que entrarán a la agencia libre y los equipos a los que escojan, tiene mayor impacto de unas finales totalmente predecibles, a no ser por la ausencia de los Cavaliers de Cleveland.
Pasaría lo mismo en fútbol. ¿Qué sería de una final de campeonato en España sabiendo que Messi, Iniesta, Ronaldo o Kaká estuvieran por firmar para otro equipo cualquiera dentro de la liga? Su traspaso generaría mayor expectativa que el propio campeonato. La preocupación de los fanáticos del Barcelona o del Real Madrid ni se compararía a la expectativa que generaría en todos los demás fanáticos del resto de clubes en competición.
Esto prueba que las grandes individualidades, y la calidad, trascienden hasta a los propios equipos. Es como que fueran seres universales.
Volviendo al básquet, ojalá Miami sea la beneficiada y James y Bosh decidan unirse a Wade. Sería un equipo de ensueño y algo muy tangible por la billetera que tiene disponible Pat Riley, el presidente de los Heat.
jueves, 20 de mayo de 2010
Opiniones migratorias
Justo cuando la ciudad de Los Angeles declaraba un boicot económico en contra del estado de Arizona por la nueva ley de inmigración al considerarla anticonstitucional y racista, sorpresivamente varias encuestas dieron a conocer que una mayoría de estadounidenses está a favor de la legislación.
Esos resultados fueron como un jab a la mandíbula. El cimbronazo descolocó a muchos mostrando una realidad diferente, contradictoria, de la que la prensa no se venía haciendo eco. Es que cuando parecía que todos se sumaban convencidos a voces y manifestaciones estruendosas de protesta y repudio, organizadas por artistas, activistas, políticos y hasta por el presidente Barack Obama, quien ordenó estudiar cómo bloquear la ley, una mayoría silenciosa de ciudadanos, daba un veredicto muy diferente.
Un 73% de los estadounidenses, según sondeos similares del Centro de Investigaciones Pew y de McClatchy-Ipsos, está a favor de la Ley SB1070 que a partir del 29 de julio criminaliza la inmigración ilegal en Arizona, permitiendo a la policía detener e interrogar a una persona por su condición migratoria. La mayoría tampoco considera que la ley conculcaría sus derechos civiles y cree que es positiva para frenar la inseguridad y el desempleo, dos valores que muchos ligan al problema irresuelto de 12 millones de indocumentados en el país.
Merece también la atención que mientras muchos dirigentes pensaban que las protestas públicas del 1 de mayo realizadas en decenas de ciudades importantes ayudarían a conseguir una victoria segura contra la ley de Arizona, el tema pasó casi desapercibido en las redes sociales, siempre predispuestas al contagio viral. El sitio de Facebook que reclama “1.000.000 en contra de la ley de Inmigración de Arizona” solo tiene algo más que un centenar de seguidores, mientras el que convoca al “Boicot a Arizona por pasar una Ley Antiinmigración”, solo alcanza a 8.800 miembros.
Las mediciones de opinión tienen la capacidad de ayudar a moldear las fuerzas políticas; quienes parecen minorías, de repente pueden transformarse en mayorías. Las nuevas tendencias cambian conductas y desinhiben a quienes se mantenían en silencio o políticamente correctos por temor a ser criticados. En la sociedad política, la opinión de la mayoría es como el viento de cola al planeador. Vale como ejemplo el procurador general de la Florida, Bill McCollum, quien después de criticar la ley, ahora dijo que apoyaría una similar en su estado.
En situaciones convulsionadas y polarizadas, se corre el riesgo que los políticos actúen demagógicamente tratando de halagar o escudarse en las mayorías, aún si están equivocadas, prestándole demasiada atención a muestras de opinión que pueden cambiar radicalmente según el contexto y los hechos del momento.
Esto ocurre en la carrera presidencial de Colombia donde los candidatos principales, Antanas Mockus y Juan Manuel Santos, se disputan día tras día el favoritismo de un electorado que cambia, en gran medida, según las declaraciones que sobre ellos hace el presidente Hugo Chávez.
Más allá de la legislación que promulgó la gobernadora de Arizona, Jan Brewer, el 23 de abril, y de los malos resultados de las encuestas para las minorías, lo positivo es que esta nueva ley despertó el debate y puso a la inmigración de nuevo en igualdad de condiciones con la crisis económica, las guerras y la reforma de salud; y a la búsqueda de una solución federal integral.
La ley es de singular trascendencia no solo para EEUU, sino para Latinoamérica, el mayor “proveedor” de inmigrantes y mayor beneficiaria de las remesas familiares. La migración es un problema que afecta a todos y en cada país latinoamericano existen los mismos problemas de discriminación y de xenofobia que se le achacan a la ley SB1070. Solo vale preguntarse: ¿Cómo es la situación de los indocumentados paraguayos en Argentina? ¿de los argentinos en Perú? ¿de los peruanos en Chile? ¿de los colombianos en Venezuela? ¿de los haitianos en Dominicana? ¿de los centroamericanos en México? ¿de los hondureños en Nicaragua? o ¿de los nicaragüenses en Costa Rica?
Sería deseable que los legisladores mexicanos y los presidentes de la UNASUR que han criticado fuerte y genuinamente la ley de Arizona, aprovecharan el debate para generar opiniones, reflexión y, también, legislación más adecuada en cada uno de los países.
Esos resultados fueron como un jab a la mandíbula. El cimbronazo descolocó a muchos mostrando una realidad diferente, contradictoria, de la que la prensa no se venía haciendo eco. Es que cuando parecía que todos se sumaban convencidos a voces y manifestaciones estruendosas de protesta y repudio, organizadas por artistas, activistas, políticos y hasta por el presidente Barack Obama, quien ordenó estudiar cómo bloquear la ley, una mayoría silenciosa de ciudadanos, daba un veredicto muy diferente.
Un 73% de los estadounidenses, según sondeos similares del Centro de Investigaciones Pew y de McClatchy-Ipsos, está a favor de la Ley SB1070 que a partir del 29 de julio criminaliza la inmigración ilegal en Arizona, permitiendo a la policía detener e interrogar a una persona por su condición migratoria. La mayoría tampoco considera que la ley conculcaría sus derechos civiles y cree que es positiva para frenar la inseguridad y el desempleo, dos valores que muchos ligan al problema irresuelto de 12 millones de indocumentados en el país.
Merece también la atención que mientras muchos dirigentes pensaban que las protestas públicas del 1 de mayo realizadas en decenas de ciudades importantes ayudarían a conseguir una victoria segura contra la ley de Arizona, el tema pasó casi desapercibido en las redes sociales, siempre predispuestas al contagio viral. El sitio de Facebook que reclama “1.000.000 en contra de la ley de Inmigración de Arizona” solo tiene algo más que un centenar de seguidores, mientras el que convoca al “Boicot a Arizona por pasar una Ley Antiinmigración”, solo alcanza a 8.800 miembros.
Las mediciones de opinión tienen la capacidad de ayudar a moldear las fuerzas políticas; quienes parecen minorías, de repente pueden transformarse en mayorías. Las nuevas tendencias cambian conductas y desinhiben a quienes se mantenían en silencio o políticamente correctos por temor a ser criticados. En la sociedad política, la opinión de la mayoría es como el viento de cola al planeador. Vale como ejemplo el procurador general de la Florida, Bill McCollum, quien después de criticar la ley, ahora dijo que apoyaría una similar en su estado.
En situaciones convulsionadas y polarizadas, se corre el riesgo que los políticos actúen demagógicamente tratando de halagar o escudarse en las mayorías, aún si están equivocadas, prestándole demasiada atención a muestras de opinión que pueden cambiar radicalmente según el contexto y los hechos del momento.
Esto ocurre en la carrera presidencial de Colombia donde los candidatos principales, Antanas Mockus y Juan Manuel Santos, se disputan día tras día el favoritismo de un electorado que cambia, en gran medida, según las declaraciones que sobre ellos hace el presidente Hugo Chávez.
Más allá de la legislación que promulgó la gobernadora de Arizona, Jan Brewer, el 23 de abril, y de los malos resultados de las encuestas para las minorías, lo positivo es que esta nueva ley despertó el debate y puso a la inmigración de nuevo en igualdad de condiciones con la crisis económica, las guerras y la reforma de salud; y a la búsqueda de una solución federal integral.
La ley es de singular trascendencia no solo para EEUU, sino para Latinoamérica, el mayor “proveedor” de inmigrantes y mayor beneficiaria de las remesas familiares. La migración es un problema que afecta a todos y en cada país latinoamericano existen los mismos problemas de discriminación y de xenofobia que se le achacan a la ley SB1070. Solo vale preguntarse: ¿Cómo es la situación de los indocumentados paraguayos en Argentina? ¿de los argentinos en Perú? ¿de los peruanos en Chile? ¿de los colombianos en Venezuela? ¿de los haitianos en Dominicana? ¿de los centroamericanos en México? ¿de los hondureños en Nicaragua? o ¿de los nicaragüenses en Costa Rica?
Sería deseable que los legisladores mexicanos y los presidentes de la UNASUR que han criticado fuerte y genuinamente la ley de Arizona, aprovecharan el debate para generar opiniones, reflexión y, también, legislación más adecuada en cada uno de los países.
martes, 18 de mayo de 2010
Río y los dos mundiales
Estoy por trabajo en Río de Janeiro, una de las ciudades más lindas del mundo, donde el cielo y el infierno se tocan de la mano y comparten el mismo espacio. Las playas, los cerros, la gente, el carnaval; pero también las favelas, el narcotráfico y la violencia. Dos realidades opuestas con la que los cariocas están acostumbrados a vivir.
Es la ciudad de los dos mundiales de fútbol. Fanáticos tanto para hablar del fútbol de Sudáfrica en menos de un mes, como para hablar del mundial del 2014 que tendrá a esta sede como epicentro. Los dos temas son los más importantes de cualquier discusión: el fervor por el campeonato que empezará en 20 días y el temor por el que acontecerá en cuatro años más; especialmente porque no se sabe a ciencia cierta si el gobierno podrá reducir los índices de violencia en una de las urbes más violentas y peligrosas del mundo.
La esperanza para muchos cariocas está puesta en la Unidad de Policía Pacificadora, una nueva policía que fue instaurada en el estado de Río de Janeiro para reducir el nivel de violencia en las favelas. Su misión principal es establecer el orden desarmando a los traficantes. Si bien hasta ahora se ha reducido la violencia en las 15 favelas de las más de mil que existen, cierto es también que la violencia se está mudando a ciudades aledañas, como Niteroy.
Nadie sabe si habrá resultados concretos hacia el 2014. Es cierto que la violencia ya se redujo algo pero que el problema principal de las drogas continúa, aunque en forma más discreta.
Por el momento, el espíritu alegre, apasionado y fogoso de Río continua, mientras su “moradores”, los cariocas, piensan no solo en Sudáfrica sino en los dos próximos mundiales.
Es la ciudad de los dos mundiales de fútbol. Fanáticos tanto para hablar del fútbol de Sudáfrica en menos de un mes, como para hablar del mundial del 2014 que tendrá a esta sede como epicentro. Los dos temas son los más importantes de cualquier discusión: el fervor por el campeonato que empezará en 20 días y el temor por el que acontecerá en cuatro años más; especialmente porque no se sabe a ciencia cierta si el gobierno podrá reducir los índices de violencia en una de las urbes más violentas y peligrosas del mundo.
La esperanza para muchos cariocas está puesta en la Unidad de Policía Pacificadora, una nueva policía que fue instaurada en el estado de Río de Janeiro para reducir el nivel de violencia en las favelas. Su misión principal es establecer el orden desarmando a los traficantes. Si bien hasta ahora se ha reducido la violencia en las 15 favelas de las más de mil que existen, cierto es también que la violencia se está mudando a ciudades aledañas, como Niteroy.
Nadie sabe si habrá resultados concretos hacia el 2014. Es cierto que la violencia ya se redujo algo pero que el problema principal de las drogas continúa, aunque en forma más discreta.
Por el momento, el espíritu alegre, apasionado y fogoso de Río continua, mientras su “moradores”, los cariocas, piensan no solo en Sudáfrica sino en los dos próximos mundiales.
lunes, 17 de mayo de 2010
Obama y libertad de prensa
Del lugar que menos se lo esperaba llegó una gran ayuda para impulsar la libertad de prensa en el mundo, permitiendo que se señale a los gobiernos que comenten atropellos contra la libertad de informar, en contra de los medios de comunicación y contra los periodistas.
El presidente estadounidense Barack Obama firmó una ley que lleva el nombre del periodista Daniel Pearl que en 2002 después de estar secuestrado en Pakistán mientras trabajaba para el Wall Street Journal, sus captores terroristas lo decapitaron ante las cámaras. Su familia, que siempre se negó a que este abominable crimen quede en el olvido, logró que se dicte esta ley que exige al Departamento de Estado (cancillería) que en sus informes sobre derechos humanos incluya el estado de la libertad de prensa en el país analizado.
La importancia de la ley – aprobada por la Cámara de Diputados el 10 de junio de 2009 y por el Senado el 7 de mayo de 2010 – radica en que después del diagnóstico, el gobierno estadounidense suele reclamar acciones para que los errores, manipulaciones u omisiones sean remendadas, so pena de que puedan aplicarse sanciones, entre ellas, económicas, las más difícil de superar por los gobiernos extranjeros.
Tanto el Banco Mundial, como el Banco Interamericano de Derechos Humanos y otros organismos multilaterales siempre se han excusado de no aplicar algún tipo de sanciones o negar a los países asistencia financiera, cuando en éstos no se respeta la libertad de prensa o de expresión; como se les ha solicitado a menudo.
Esta ley abre las posibilidades de castigar económicamente a aquellos países que perjudican la libertad de prensa o permiten que los crímenes contra la libertad de expresión – por ejemplo el asesinato de periodistas – queden impunes.
El presidente estadounidense Barack Obama firmó una ley que lleva el nombre del periodista Daniel Pearl que en 2002 después de estar secuestrado en Pakistán mientras trabajaba para el Wall Street Journal, sus captores terroristas lo decapitaron ante las cámaras. Su familia, que siempre se negó a que este abominable crimen quede en el olvido, logró que se dicte esta ley que exige al Departamento de Estado (cancillería) que en sus informes sobre derechos humanos incluya el estado de la libertad de prensa en el país analizado.
La importancia de la ley – aprobada por la Cámara de Diputados el 10 de junio de 2009 y por el Senado el 7 de mayo de 2010 – radica en que después del diagnóstico, el gobierno estadounidense suele reclamar acciones para que los errores, manipulaciones u omisiones sean remendadas, so pena de que puedan aplicarse sanciones, entre ellas, económicas, las más difícil de superar por los gobiernos extranjeros.
Tanto el Banco Mundial, como el Banco Interamericano de Derechos Humanos y otros organismos multilaterales siempre se han excusado de no aplicar algún tipo de sanciones o negar a los países asistencia financiera, cuando en éstos no se respeta la libertad de prensa o de expresión; como se les ha solicitado a menudo.
Esta ley abre las posibilidades de castigar económicamente a aquellos países que perjudican la libertad de prensa o permiten que los crímenes contra la libertad de expresión – por ejemplo el asesinato de periodistas – queden impunes.
domingo, 16 de mayo de 2010
Justicia vergonzosa
Justicia vergonzosa 16-05-2010
Lo de la justicia española suspendiendo al juez Baltasar Garzón es vergonzoso. Desde que este juez cobró notoriedad por enjuiciar a Augusto Pinochet, a algunos miembros de la dictadura militar argentina y dar validez a la lucha por los derechos humanos en el mundo, la justicia española no tuvo empacho para ofrecerle honores y elogios.
Pero solo bastó que el juez mirara hacia adentro, hacia una realidad española tan dramática y oscura como la era del franquismo, para que el Poder Judicial desestimara cualquier ilusión de buscar la verdad para miles de familias víctimas de la época. La condena contra Garzón se dio porque ignoró la Ley de Amnistía de 1977 que echó un manto del olvido y ofreció un ramo de olivo para la reconciliación de los españoles.
Más allá de que la Amnistía sirvió para el contexto de esa época, como ocurrió con leyes de Punto Final en países latinoamericanos en su momento, el tiempo ha pasado y seguramente sería ahora el apropiado para buscar la verdad de los episodios que se detuvieron en las leyes pero que jamás se olvidaron. Para que pueda haber verdadero perdón debe primero saberse la verdad.
Lo de la justicia española suspendiendo al juez Baltasar Garzón es vergonzoso. Desde que este juez cobró notoriedad por enjuiciar a Augusto Pinochet, a algunos miembros de la dictadura militar argentina y dar validez a la lucha por los derechos humanos en el mundo, la justicia española no tuvo empacho para ofrecerle honores y elogios.
Pero solo bastó que el juez mirara hacia adentro, hacia una realidad española tan dramática y oscura como la era del franquismo, para que el Poder Judicial desestimara cualquier ilusión de buscar la verdad para miles de familias víctimas de la época. La condena contra Garzón se dio porque ignoró la Ley de Amnistía de 1977 que echó un manto del olvido y ofreció un ramo de olivo para la reconciliación de los españoles.
Más allá de que la Amnistía sirvió para el contexto de esa época, como ocurrió con leyes de Punto Final en países latinoamericanos en su momento, el tiempo ha pasado y seguramente sería ahora el apropiado para buscar la verdad de los episodios que se detuvieron en las leyes pero que jamás se olvidaron. Para que pueda haber verdadero perdón debe primero saberse la verdad.
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