viernes, 24 de agosto de 2012

Harry y sus fotos

La decisión del diario británico The Sun de publicar las fotos del príncipe Harry fue acertada, pese a que la familia real se revolcó de enojos y vergüenzas. La controversia fue mayúscula cuando The Sun publicó este viernes en su tapa la foto de Harry desnudo, tomadas en una fiesta de solteros en Las Vegas, cubierto con un taparrabos digital rojo, que le valió el enojo de muchos de sus lectores. The Sun justificó su accionar bajo el título “Las fotos de Harry desnudo ya vistas en internet”, aduciendo que eran de interés público, según se descargaron en su editorial, y que ya la habían visto millones de personas en forma electrónica. La familia real y los lectores contrarios a la publicación enarbolaron la bandera de la vida privada, argumentando que el joven Harry no había nada malo como para salir retratado. La conducta puede haber sido ingenua, inocente, pero decididamente tratándose de Harry, una figura pública de alta relevancia, y que las fotos fueron tomadas en una fiesta nada privada, su actitud termina siendo de interés público. Es probable que The Sun haya usado las fotos para ganar dinero con la mayor venta de sus periódicos, como reclamaron otros editores de periódicos que decidieron no publicar las fotos, sin embargo su beneficio económico en nada desmerita su decisión editorial de publicar unas fotos que además de figura pública ya eran públicas.

jueves, 23 de agosto de 2012

Economía vs. Aborto

Si algo le salió a pedir de boca al presidente Barack Obama es que el congresista por Missouri, Todd Akin, haya salido a hablar sobre “violación legítima”, colocando al archiconocido tema del aborto – ese que reaparece en cada elección desde que en 1973 la Corte Suprema de Justicia lo legalizó – en la agenda electoral rumbo a las presidenciales de noviembre. De esta forma, Obama logra así diferir la atención del mal estado de la economía, el desempleo por arriba del 8% - porcentaje que enterró las aspiraciones de todos los candidatos anteriores a la Casa Blanca – y de la recesión que todavía deambula como un fantasma pese a algunos picos de reactivación económica. Lo más importante, es que logró poner a los republicanos, Mitt Romney, y a su pareja de fórmula, Paul Ryan, a la defensiva y a hablar de un tema como el aborto en general, sin excepciones por violación, incesto o peligro de la vida de la madre, que por más que sea ya plataforma oficial del Partido Republicano para la Convención de la próxima semana en Tampa, es un espanta votos especialmente entre las mujeres y quienes defienden el derecho de la mujer a decidir por asuntos que conciernen a su propio cuerpo y salud. Ni Romney ni Ryan lograron que Akin renunciara a sus aspiraciones para desmarcarse de la estupidez que él mismo tuvo que pedir disculpas cuando hizo referencias de que puede haber casos de “violaciones legítimas” y que el cuerpo de la mujer naturalmente puede rechazar un embarazo cuando es violada. Los republicanos siempre ponen hincapié en estar en contra sin excepciones en el tema del aborto, como lo hicieron en las convenciones pasadas de 2008 y 2004, pero se trataba de un tema que pasaba debajo del radar o que era “empujado” por los demócratas para que se convierta en campaña y así marcar diferencias electorales con sus contrincantes. Sin embargo ahora, los demócratas y Obama no tuvieron que esforzarse mucho para arrastrar a los republicanos al fango, ávidos de que la campaña escape del tema principal como es el de la economía. Hasta ahora, Obama había intensificado su lucha en contra de Romney por la poca transparencia de sus declaraciones juradas en materia de impuestos y por su paso por la firma de capitales Bain, pero el aborto parece ser un tema menos complicado de comprensión y más fácil para separar las dos doctrinas políticas que mantienen sus partidos. Sin dudas, a Obama el tema de Akin le vino como anillo al dedo.

martes, 21 de agosto de 2012

Armas y drogas: Responsabilidad compartida

La batalla del poeta mexicano Javier Sicilia para denunciar que EE.UU. también es responsable de las miles de víctimas que la guerra contra el narcotráfico provoca en México, es una tarea loable y apoteósica, pero difícilmente provoque el impacto buscado. Dos razones son las que alejan a Sicilia de su objetivo en la Caravana de la Paz - una marcha de nueve mil kilómetros que empezó el 12 de agosto en San Diego y terminará el mes próximo en Washington - que busca crear conciencia sobre que EE.UU. influye en la producción y tráfico de drogas, por ser el mayor consumidor de estupefacientes del mundo y por alimentar a los cárteles del narcotráfico con sus políticas laxas sobre compra-venta y exportación de armas. Primero, porque son temas tangenciales tanto en la agenda nacional como en la de los candidatos presidenciales Barack Obama y Mitt Romney, enfrascados en asuntos más urgentes: Recesión, economía y empleos. Segundo, como ya le ha pasado a Sicilia en sus dos marchas por el interior de México, su propósito de reclamar por un cambio de estrategia menos militar contra el narcotráfico se diluye cuando amplía su agenda más allá del pedido original. No solo pide que Obama restrinja el Plan Mérida por el que Felipe Calderón recibe millones para su estrategia antinarcóticos, sino que también reclama por temas sobre seguridad pública, migración y fraude electoral. No por ello puede desconocerse el valor de su lucha. Al menos invita a reflexionar a los estadounidenses que el consumo de drogas y la posesión de armas no son solo libertades individuales, sino que tienen responsabilidades para terceros, incluso fuera de sus fronteras. Más de 50 mil muertos, miles de desaparecidos y decenas de miles de desplazados en México, desde que Calderón asumió reducir al narcotráfico en 2006, demuestran que existe una responsabilidad compartida. La frase de Sicilia sobre que “EE.UU. nos ha creado una guerra, ahora le vamos a exigir que construya la paz”, no es una quijotada, sino sinónimo también de una disputa en el seno del Congreso. Esta semana, los legisladores republicanos pidieron a un tribunal federal que ordene al secretario de Justica, Eric Holder, desclasificar documentos oficiales sobre la operación “Rápido y Furioso”, después que se negó a informar y fuera declarado en desacato. Deslindar responsabilidades por “Rápido y Furioso” es importante, no se trata de un “ataque político” de parte de los republicanos como argumenta el presidente Obama. El gobierno debe aceptar su negligencia en su política de introducir armas de fuego de alto calibre en México con el propósito de rastrearlas, ya que miles permanecen desaparecidas y otras tantas han sido decomisadas tras allanamientos y enfrentamientos mortíferos entre autoridades y narcos. Pero ni esta discusión ni las recientes masacres con armas de fuego en un cine de Aurora, Colorado, que provocó 12 muertos y la de un templo Sij en Wisconsin con siete víctimas mortales, lograrán que haya un cambio de política anti armas en el país. Un reciente sondeo del Centro Pew, mostró que un 46% de los estadounidenses favorece el derecho a poseer armas, lo que demuestra que el principio a la defensa y seguridad personal como derecho constitucional, prevalece sobre cualquier otro que pudiera implicar conductas irresponsables en el manejo de las armas. De todos modos, lo importante de la Caravana de la Paz es que no solo le sirve a Sicilia para honrar la memoria de su hijo Juan Francisco, asesinado en marzo de 2011 por el crimen organizado, sino también para darle voz a los familiares de miles de víctimas, desaparecidos y perseguidos que por muchos años se han mantenido en silencio por temor a mayores represalias del narcotráfico y de las autoridades. A esa cultura de la denuncia ciudadana que motiva, sin quererlo, Sicilia suma otro objetivo convalidando lo que el presidente Felipe Calderón y muchos de sus colegas latinoamericanos reclaman, cuando en sus discursos acusan a a EE.UU. de no aceptar que deben compartir responsabilidades. Los líderes en Washington deben entender que la política represiva contra las drogas no debiera ser el único camino disuasivo contra el narcotráfico y que el consumo de drogas es, en definitiva, el mayor motor del problema.

domingo, 19 de agosto de 2012

Assange y la mezcolanza de Correa

A dos meses de Julian Assange recluido en la embajada ecuatoriana en Londres desde que acudió en pedido de asilo el 19 de junio, su caso se ha transformado en una mezcolanza aprovechada por la demagogia electoral del presidente Rafael Correa. Assange salió hoy a los balcones a recriminar a EEUU que deje de perseguirlo como periodista, así como a los trabajadores de Wikileaks y que libere al soldado Bradley Manning, el “garganta profunda” que le suministró los miles de cables diplomáticos secretos. Correa, a su vez en su programa sabatino habitual, habló de que su decisión de otorgar asilo diplomático a Assange está basada en el derecho internacional porque tiene razones para entender de que Assange podría incluso enfrentar la pena de muerte en EEUU y condenó la amenaza del gobierno de Gran Bretaña de que podría entrar a la embajada y detener al titular de Wikileaks para extraditarlo a Suecia. Los países del ALBA y de la UNASUR salieron pronto a condenar los hechos e invitar a los gobiernos de Ecuador y de Gran Bretaña al diálogo, ante la amenaza de Inglaterra y de que jamás le otorgue a Assange el salvoconducto para vivir en libertad en Ecuador. Antes de cualquier reflexión, vale la pena indicar que Assange ni Correa ni los gobiernos del ALBA y UNASUR dijeron nada de que el gobierno sueco “persigue” a Assange por acusaciones de violación contra dos mujeres de ese país. Sería importante que para desacreditar cualquier argumento de Assange y Correa que se trata de una persecución política y de que la acusación sueca podría ser una treta para enviarlo en extradición a EEUU, Suecia prometa que no accedería a ningún pedido de EEUU. De esta forma, Assange y Correa tendrán las garantías necesarias de que se lo juzgará por delitos sexuales; ¿o será que no querrá someterse a la Justicia sueca por esos motivos? Si tanto explica que esos delitos no existieron, ¿por qué entonces no se somete a la Justicia para aclarar lo sucedido? El caso de Assange a Correa le viene muy bien. No porque simpatice con cualquier persona que se crea perseguida por el imperio, sino porque además le sirve para lavarse la cara sobre los atropellos que ha cometido contra los medios de comunicación en su país, lo que le ha valido ganarse una muy mala reputación en el exterior como uno de los máximos violadores de la libertad de prensa, debido a la persecución en contra de El Universo y sus directivos, así como en contra de los autores del libro El Gran Hermano. Con demagogia electoralista, ahora Correa quiere imponerse en el mundo como un defensor de la libertad de prensa y de los periodistas defendiendo las posturas y conductas de Assange, similares a las que combate. Critica y persigue en su país. Correa mezcla los tantos. Assange no está siendo acusado ni procesado por su papel de periodista sino por delitos comunes. Todo lo demás es pura especulación. Tan especulativo como decir que Assange cumple con las pautas profesionales que los periodistas deben cumplir o que EEUU no tiene derecho a procesar a Manning o a perseguir a cualquiera que robe secretos de Estado en su territorio.