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junio 11, 2016

Un “regalo” provocador para el Día del Padre


En una de las autovías de Miami irrumpe una valla pública con un mensaje atípico para la celebración del Día del Padre que se avecina: “Papá: ¿Qué le estás enseñando a tu hijo sobre las chicas?”.

El mensaje busca crear conciencia sobre un problema irresuelto y creciente en el mundo entero: El machismo, una enfermedad corporizada en la discriminación de género, el abuso sexual, la trata de jóvenes y niñas, la violencia doméstica y los feminicidios. 

Implícitamente, el cartel desnuda que se necesita más educación en el hogar, ante leyes y castigos más severos que no están dando los resultados esperados en la lucha contra el maltrato femenino.  

Es cierto que el papel de la mujer ha progresado en las últimas décadas. En América Latina ya es costumbre lo que esta semana logró Hillary Clinton, de convertirse en la primera mujer en EEUU que aspira a la Presidencia. Y seguramente una mujer ocupará en la secretaría general de Naciones Unidas, ya sea Irina Bukova, directora de Unesco o la canciller argentina, Susana Malcorra.

Pero también es verdad que los abusos contra la mujer están en expansión. En las Fuerzas Armadas de EEUU se registran más de 20 mil casos de abusos por año. El panorama es aún más aterrador en las universidades. Una encuesta, entre 150 mil estudiantes, reveló que el 23% de las alumnas fue abusada y el 10% violada. Dos factores agravan el problema. Solo se denuncia el 28% de los casos y la aplicación de castigos minúsculos desmorona cualquier estrategia. En estos días, un gran revuelo causó un juez californiano que sentenció a un estudiante por violar a otra alumna en la Universidad de Stanford. Aunque el delito contempla una pena de 14 años, el juez, bajo el argumento de que la cárcel “tendría un impacto severo” sobre el violador, lo condenó a solo seis meses.

En América Latina, además del extendido, pero poco denunciado fenómeno del abuso sexual – se comete una violación cada 11 minutos en Brasil - el mayor problema son los homicidios de mujeres. Hasta hace poco, cuando no había estadísticas fiables o grupos de derechos humanos enfocados en el tema, los feminicidios parecían limitados a Ciudad Juárez y países centroamericanos.

Al contrario de lo esperado, los feminicidios están aumentando. Guatemala, con 846 casos en 2015, encabeza la lista mundial, seguido por El Salvador y Jamaica. En Argentina se registraron 286 casos en un año, entre ellos, el de tres de niñas de 12 años en mayo, lo que provocó una ola de rabia que empoderó las protestas en todo el país bajo la etiqueta #NiUnaMenos. La misma indignación se sintió en Brasil, provocada por la violación de una joven de 16 años, cuyos 33 violadores se ensañaron subiendo fotos de la víctima a las redes sociales.

La denuncia del #NiUnaMenos dio voz a las víctimas, situó el debate público e incentivó nuevas soluciones. En el subte de Buenos Aires se quieren instalar vagones solo para mujeres, como existen en Río de Janeiro, Ciudad de México y Tokio. En muchos países se han creado botones y silbatos de alerta, así como policías y juzgados especializados que apliquen los castigos más severos que se consiguió introducir en los códigos. En México se aumentó a 60 años el castigo por feminicidio, en Colombia a 50, en Brasil a 30 y en Chile puede llegar a cadena perpetua.

Pero el tema no pasa por la tipificación más severa de los castigos, sino que se apliquen. En Ciudad de México donde el gobierno incentiva a las mujeres a que “tu denuncia es tu mejor defensa; hazte escuchar”, el grupo femenino Estereotipas cuestiona la efectividad y que todo haya quedado en eslóganes bonitos. Con la etiqueta  #YoDenuncioY, reclama que las denuncias caen en saco roto, y la incompetencia de la policía y autoridades a la hora de lidiar con el problema.

El tema es complejo y de proporciones. Los remedios no dan resultados, aunque igualmente se hace necesario ir creando todo el andamiaje legal, judicial y educativo que en algún momento permitirá combatir con más eficiencia el maltrato, después de que se alineen los recursos profesionales y económicos con la voluntad política.

Mientras tanto, tal como lo provoca el “regalo” en la valla en Miami, no todo es tarea del gobierno. El remedio contra la estigmatización de la mujer y el machismo debe empezar por casa, con el ejemplo. trottiart@gmail.com


agosto 23, 2012

Economía vs. Aborto

Si algo le salió a pedir de boca al presidente Barack Obama es que el congresista por Missouri, Todd Akin, haya salido a hablar sobre “violación legítima”, colocando al archiconocido tema del aborto – ese que reaparece en cada elección desde que en 1973 la Corte Suprema de Justicia lo legalizó – en la agenda electoral rumbo a las presidenciales de noviembre. De esta forma, Obama logra así diferir la atención del mal estado de la economía, el desempleo por arriba del 8% - porcentaje que enterró las aspiraciones de todos los candidatos anteriores a la Casa Blanca – y de la recesión que todavía deambula como un fantasma pese a algunos picos de reactivación económica. Lo más importante, es que logró poner a los republicanos, Mitt Romney, y a su pareja de fórmula, Paul Ryan, a la defensiva y a hablar de un tema como el aborto en general, sin excepciones por violación, incesto o peligro de la vida de la madre, que por más que sea ya plataforma oficial del Partido Republicano para la Convención de la próxima semana en Tampa, es un espanta votos especialmente entre las mujeres y quienes defienden el derecho de la mujer a decidir por asuntos que conciernen a su propio cuerpo y salud. Ni Romney ni Ryan lograron que Akin renunciara a sus aspiraciones para desmarcarse de la estupidez que él mismo tuvo que pedir disculpas cuando hizo referencias de que puede haber casos de “violaciones legítimas” y que el cuerpo de la mujer naturalmente puede rechazar un embarazo cuando es violada. Los republicanos siempre ponen hincapié en estar en contra sin excepciones en el tema del aborto, como lo hicieron en las convenciones pasadas de 2008 y 2004, pero se trataba de un tema que pasaba debajo del radar o que era “empujado” por los demócratas para que se convierta en campaña y así marcar diferencias electorales con sus contrincantes. Sin embargo ahora, los demócratas y Obama no tuvieron que esforzarse mucho para arrastrar a los republicanos al fango, ávidos de que la campaña escape del tema principal como es el de la economía. Hasta ahora, Obama había intensificado su lucha en contra de Romney por la poca transparencia de sus declaraciones juradas en materia de impuestos y por su paso por la firma de capitales Bain, pero el aborto parece ser un tema menos complicado de comprensión y más fácil para separar las dos doctrinas políticas que mantienen sus partidos. Sin dudas, a Obama el tema de Akin le vino como anillo al dedo.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...