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abril 05, 2013

"Pajarito" Maduro y "micrófono" Mujica



He hablado muchas veces en este blog que los presidentes y otras personas públicas no tienen los mismos derechos a la libertad de expresión que los ciudadanos comunes. Dicho de otra forma: Sus palabras tienen mayores consecuencias y efectos por lo que deben y tienen mayor responsabilidad sobre cómo las usan.

Dos ejemplos de esta semana son elocuentes y ambos, a no ser por las carcajadas que pueden arrancar entre nosotros por lo ridículas y porque despiertan vergüenza ajena, demuestran que las palabras son poderosas.

El presidente encargado de Venezuela, Nicolás Maduro, hizo el ridículo. Por más intenciones que tenga de acercar al electorado vía memoria de Chávez, resultó desfachatado manipular la imagen del ex mandatario (que vale aclara que hacía cosas parecidas) al decir que un pajarito dándole vueltas alrededor de su cabeza con el que luego se comunicó entre trinos y silbidos, era el propio Chávez trayéndole un mensaje de esperanza al inicio este lunes de su campaña proselitista.

Creo que el realismo mágico de Gabriel García Márquez jamás abrigó una imagen semejante. Maduro apeló a lo emocional para acercar simpatías a su candidatura, pero fue, en definitiva, una burla al sentido común de a quienes buscó agradar. Pura manipulación.

Lo del presidente José Mujica de Uruguay fue accidental pero igual merece estar en los anaqueles de la riquísima historia latinoamericana, llena de frases y episodios desopilantes.

Cuando los micrófonos de la página web oficial de Uruguay seguían abiertos durante un acto con intendentes esta semana, sin percatarse, Mujica sentenció: “Esta vieja es peor que el tuerto”, en alusión a Cristina de Kirchner y a su ex esposo Néstor, a quien no le faltaba un ojo pero tenía un problema serio de estrabismo.
Los términos peyorativos de Mujica hacían referencia a las relaciones de su país con Brasil y Argentina, diciendo que para conseguir algo de Argentina, Uruguay debía recostarse en Brasil. Pero la conversación no quedó ahí. Mujica agregó: “El tuerto era más político, esta es terca. No sabe lo que está haciendo” y luego en alusión a que Cristina le regaló un mate al Papa Francisco en su primera audiencia en el Vaticano, Mujica agregó: “A un papa argentino, que tiene 77 años ¿le vas a explicar lo que es un mapa?... Digo…, ¿lo que es un mate, un termo?”.
Obviamente Mujica piensa estas cosas de Cristina, pero una cosa es pensarlas y decirlas en privado, como quiso hacerlo y otras que se hagan público, ya sea por accidente por este caso o que alguien filtre una conversación privada a la prensa, como la del candidato Mitt Romney y aquella famosa frase del “47 por ciento” que, a la postre, le costó llegar a la presidencia.
Sobre este problema de la irresponsabilidad de los dichos de los presidentes, detallo a partir de aquí algunos párrafos de una columna que escribí años atrás.
¿Tiene un presidente los mismos derechos que un ciudadano para expresar sus opiniones y argumentos? Claro que sí. ¿Y para decir lo que se le antoja, burlarse o insultar a otros? Por supuesto que no.

En materia de libertad de expresión, por su envergadura pública y debido a las consecuencias que sus pronunciamientos pueden acarrear, un presidente tiene más restricciones y responsabilidades que una persona normal y corriente. Así como sus acciones están limitadas – no puede declarar la guerra o irse de viaje al extranjero sin la aprobación del Congreso – también lo están sus palabras.

El acto de informar dentro de la administración gubernamental democrática, tiene otros ingredientes esenciales, como la transparencia que garantiza y obliga una ley de acceso a la información pública, la argumentación que se fragua en el debate de las ideas con la oposición y el cuestionamiento que se alcanza en conferencias de prensa y entrevistas periodísticas. Aspectos éstos, muy ausentes en los gobiernos mencionados.
Evidenciado por sus prédicas contra quienes los critican, muchos presidentes no admiten que como funcionarios renuncian a privilegios de privacidad, asumen restricciones y deben estar más expuestos a la crítica y a la fiscalización pública. Da la impresión que manejan la función pública como patrones de estancia, creyendo que se les dio un país en usufructo, cuando lo único que legitiman las elecciones es la gerencia temporal de los bienes del Estado, actividad que infiere tres valores: eficiencia, honestidad y transparencia.
La polarización extrema que hoy se vive en Latinoamérica, no se debe tanto a la diferencia entre modelos políticos, sino al antagonismo de las palabras, dichas por presidentes irresponsables que no se comportan a la altura de su investidura, sino más bien, como agitadores de barricada”.

noviembre 15, 2012

Ni triunfadores ni vencidos


Comparto con ustedes la columna del fin de semana pasado sobre las elecciones que parecieran que hubieran quedado en el pasado pretérito, dada las últimas instancias que sacuden a la opinión pública estadounidense en estos días, tras la renuncia a la CIA del general David Petraus y las implicaciones de sus relaciones premaritales.

Esta es mi columna sobre la victoria de Obama y la derrota de Romney:

La división en partes iguales del electorado estadounidense demanda moderación y humildad. Ni el inquilino de la Casa Blanca ni la mayoría republicana elegida para la Cámara de Diputados pueden sentirse triunfalistas. El llamado de los electores, incluido el 42% que no salió a votar, invita a demócratas y republicanos a la reconciliación.
No será fácil. Ninguno de los dos partidos querrá traicionar la confianza electoral de sus constituyentes. Pero si para diciembre no logran consenso sobre cómo resolver el abismo fiscal, sanear cuentas fiscales y que los 23 millones de desempleados empiecen a tener esperanza, corren el riesgo de impulsar otra recesión económica y mayor desconfianza en Washington.
Pese al triunfalismo mostrado en los medios de comunicación y las redes sociales, Barack Obama ganó pero no puede sentirse triunfador. Sacó menos votos que en 2008 cuando obtuvo más de 69 millones. Los republicanos no deben sentirse vencidos, en los estados que decidieron la contienda, como Ohio, Virginia y Florida, el margen de diferencia fue mínimo, casi del uno por ciento. Además, es normal que un presidente gane la relección; Obama es el noveno en lograrlo en los últimos 100 años, salvo excepciones más recientes como el demócrata Jimmy Carter y el republicano George Bush padre.
Del otro lado de la moneda, es importante observar que con más de 60 millones de votos, Obama ganó con más de lo que preveía. Mientras que Mitt Romney con casi 58 millones de votos, obtuvo un millón menos que John McCain en 2008. Y eso que McCain tenía enormes desventajas en comparación. Tuvo que defender dos guerras y una economía en picada que heredaba de George Bush hijo y no consiguió recaudar dinero para la contienda electoral.
Obama y Romney también perdieron juntos. La masiva concurrencia mostrada en imágenes de largas filas frente a las urnas, fue una ilusión óptica o producto de una mejor cobertura televisiva. Solo un 58 por ciento acudió a votar, cuatro puntos menos que en 2008 y dos menos que en 2004. La falta de movilización contrasta con una campaña electoral que, para todos los cargos en disputa, fue la más cara de la historia y del mundo, con un monto superior a los seis billones de dólares.
También perdió aquella frase de “Es la economía, estúpido” que definía las elecciones. Romney se aferró a criticar los yerros económicos de los primeros cuatro años de Obama, mientras que Obama logró esquivar el bulto castigando al extremismo de los republicanos más conservadores, imponiendo en la agenda temas como el aborto, los anticonceptivos, la inmigración, los matrimonios entre personas del mismo sexo, la salud pública y la legalización de las drogas.
Gracias a esos temas, el país todo es el que ganó. El mensaje es que el bolsillo no es lo único que importa, también el capital social. Eso quedó espejado en el nuevo Congreso que asumirá en enero, que a réplica de la demografía actual, contará con la mayor cantidad de mujeres y de hispanos de la historia. Habrá 20 mujeres en el Senado y 77 en la Cámara de Diputados. Los latinos tendrán 28 diputados y tres senadores y, además, los afroamericanos tendrán 43 legisladores y los asiático-americanos, 10. Cinco homosexuales y una congresista bisexual, también serán de la partida.
Los izquierdistas del mundo tampoco deben apoderarse de triunfalismo con Obama. La diferencia entre demócratas y republicanos tiene que ver con objetivos económicos y con el papel regulador del Estado, pero no con el remplazo del sector privado. La visión política y económica es la misma. Creen y defienden el libre mercado, las ideas y la creatividad, así como en los sagrados valores de libertad individual y persecución de la felicidad, establecidos en la Declaración de Independencia de 1776.   
Nadie puede sentirse triunfalista ni derrotado. La política estadounidense es cíclica y siempre el vencido reaparece con un candidato joven y prometedor. Bill Clinton, Barack Obama y George Bush hijo, demuestran que los partidos vuelven con mejores y jóvenes apuestas para recuperar la Casa Blanca.
Lo importante sería que para el 2016, demócratas y republicanos respeten esa mejor representación demográfica del país; y que los mejores candidatos a presidente, además de jóvenes, sean mujeres e hispanos.

noviembre 07, 2012

Republicanos sin fiesta, como decían los sondeos


Nota a pedido del diario La Voz del Interior, Córdoba, Argentina, que redacté en la cobertura del acto final de los republicanos. Por Ricardo Trotti, especial desde Boston, 07/11/2012 00:01 por Ricardo Trotti

Entrada la noche, mientras se conocían los primeros resultados dentro de la sede central de campaña de Mitt Romney, en el Centro de Convenciones deBoston en el sur de la ciudad, miles de partidarios se enfocaban en sus teléfonos inteligentes, tabletas y en los monitores, para seguir los resultados con la misma ansiedad de semanas pasadas, cuando las encuestas nunca apostaron por un claro ganador.

Pero la ansiedad duró hasta las 23.14 de Boston, cuando sobrevino la frustración. Mientras en las pantallas gigantes del recinto las cadenas nacionales mostraban que Barack Obama acababa de alcanzar 273 electores, tres más de los requeridos para ocupar la Casa Blanca, y la multitud explotaba de alegría en Chicago, el presidente enviaba su primer tuit y sentencia de la noche: “Esto pasó debido a ustedes. Gracias”.

La noche nunca fue buena dentro del Centro de Convenciones. Nadie festejó cuando se anunciaron los primeros resultados con Romney cuando obtenía ocho electores por el estado de Kentucky y Obama sus primeros tres de Vermont.

De reojo, y con mayor atención, todos miraban a la pantalla gigante con los datos de la Florida, uno de los estados indecisos que, minuto a minuto, iba cambiando de color según se adelantaba el voto demócrata o el republicano, sabiendo que 29 electores eran esenciales para llegar a la Casa Blanca.

Poco a poco, temprano en la noche, las pantallas gigantes mostraban los votos de Indiana, Virginia, Carolina del Norte y Ohio, entre otros estados, y si bien Romney seguía favorecido por el voto popular, se sabía que la carrera en el Colegio Electoral iría por otra dirección, tal como las encuestas de boca de urna y sondeos previos habían pronosticado.

Nadie festejaba con la ventaja momentánea, sabiendo que sólo un milagro podría hacer que Nueva York con 29 electores, New Jersey 14 y Ohio con 18, renegaran de su tradición demócrata.

Nadie dentro del Centro parecía reparar que los republicanos mantendrían la Cámara de Diputados y con ello el balance de poderes en el gobierno. Todos estaban concentrados en la carrera cabeza a cabeza de Romney y en imágenes del ícono neoyorquino, el Empire State Building, en cuya cúspide dos luces, azul demócrata y roja republicana, trepaban según el conteo de electores.

Todo seguía bastante frío como la temperatura exterior de cero grados, donde quedó una multitud que no consiguió entradas al recinto.

Pero el baldazo llegó pasadas las 11 de la noche cuando se supo que Ohio, el estado clave, tenía clara tendencia demócrata y que Florida, con pocos votos por contar, también se quedaría con Obama. California, con 55 electores, nuevamente, como en muchas elecciones, ni siquiera contó a la hora de favorecer a Obama como estaba previsto.

Hubo varias derrotas para los republicanos en el recinto. La primera sobrevino cuando temprano los monitores mostraron que la demócrata Elizabeth Warren le quitó el puesto de senador por Massachusetts al republicano Scott Brown con el 52 por ciento de los votos.

Al cierre de esta edición, Mitt Romney y su entorno todavía aguardaban en el Hotel Westin cruzando la calle del Centro de Convenciones.

Pese a la frustración, la gente lo seguía aguardando con orgullo, banderitas en mano y mejor cara que la que le presentaron hace cuatro años al republicano John McCain, de quien se sabía que perdería antes de que se contaran los votos.

Romney anoche, pese a que perdió la presidencia, seguía teniendo una leve ventaja en el voto popular.

Y aunque no la mantuviera, seguro que es suficiente para que el reelecto presidente Obama gobierne pensando también en los cambios que esa mayoría eligió.

noviembre 05, 2012

Otra apuesta de Romney



05/11/2012 01:01 | Ricardo Trotti (Especial desde Boston) para La Voz del Interior, Córdoba, Argentina

A pesar de que Mitt Romney tuvo una gestión exitosa al frente de la gobernación de Massachusetts en el período 2003-2007, mañana perderá las elecciones por amplio margen en ese estado.

Romney lo sabe y no le preo­cupa. Después de todo, Massachussetts está más inclinada a los demócratas no por ser tierra de la dinastía de los Kennedy, sino por el desgaste de los últimos cuatro gobernadores republicanos (1991-2007) y por sus propios errores. Cuando Romney decidió en 2005 no apostar a la reelección y aventurarse a buscar la nominación presidencial, esto le demandó ausentarse permanentemente del estado para formar su red de apoyo, lo que terminó por derrumbar su popularidad.

Por aquellas ausencias seguirá pagando castigo y por eso, sus varios logros de los que hizo gala en tres debates contra el presidente Barack Obama, no le servirán de nada. En Massachusetts, uno de los seis estados de la zona de Nueva Inglaterra, la más histórica y política del país, los errores se pagan caro.

El área metropolitana de Boston, donde Romney tiene su sede nacional de campaña y la Universidad de Harvard es centro focal en la localidad de Cambridge, parece ser una zona detenida en el 2008 post-George W. Bush, cuando hablar mal de Obama o a favor de algún republicano, sonaba a mala palabra o ser condenado al ostracismo.

Pese a que en la Facultad de Negocios de Harvard varios logros de Romney gobernador fueron casos de estudio, la mayoría de los académicos y del público reniega de los beneficios de aquella gobernación. Romney equilibró el presupuesto bajo acuerdo entre demócratas y republicanos, generó empleos, elevó a las escuelas públicas al primer puesto del desempeño educativo de la nación y creó un plan universal de salud, el “ Romneycare ”, con mayores ventajas de los que promete el Obamacare .

Con valor simbólico. Perdidos por perdidos los 11 votos electorales de este estado, Romney prefirió ir a la caza obsesiva de los cuatro del vecino New Hampshire, uno de los ocho todavía considerados in­decisos que podrían volcar la elección. Una casa familiar de descanso y una constante presencia en este estado, podrían darle la ventaja necesaria en una elección que se pronostica quedará definida por pequeñísimo margen.

New Hampshire, de escasos 1.3 millón de habitantes, es tradicionalmente importante. No sólo tiene el electorado más participativo del país con un 70 por ciento muy superior al 50 por ciento del promedio nacional, sino que es donde se empiezan a revelar los primeros resultados. También este estado acredita tener la mayor curiosidad electoral, por eso Obama, Romney y todos los periodistas, esperarán los resultados de las elecciones de la pequeña localidad de Dixville Notch, con sólo una veintena de votantes.

El conteo se podrá saber minutos después del lunes a la medianoche cuando terminen los sufragios apenas se abran las urnas ubicadas en el ya famoso y simbólico vestíbulo del hotel The Balsams . Aunque los resultados no necesariamente coinciden con los finales, seguro que les sirve a los candidatos para disipar las ansiedades y empezar a terminar el día más largo de sus vidas.


noviembre 04, 2012

Romney, cada vez más confiado


Nota especial que preparé a pedido del diario La Voz del Interior, Córdoba, Argentina, publicada hoy: 04/11/2012 | Ricardo Trotti (Desde Boston)

Mitt Romney sabe que tiene posibilidades y está confiado. Sabe también que debe remar cuesta arriba en estos últimos dos días de campaña, en la que el actual presidente Barack Obama sacó algunas ventajas con el manejo de la desgracia que Sandy llevó por Nueva York y otras ciudades del este del país.

Con sonrisa y peinado “reganiano”, Romney hace sus últimos esfuerzos para convencer a los obstinados electores independientes, que todavía quedan en los ocho estados indecisos, los que pueden definir la elección.

Cinco estados en un día, 13 ciudades en otro, los viajes son agotadores, pero el trofeo de alcanzar los 270 electores es inconmensurable.

Su confianza, apoyada por sondeos de última hora que en Florida le dan una ventaja de seis puntos (estado con 29 delegados en el Colegio Electoral), ha impregnado de optimismo a miles de partidarios en la sede central de la campaña republicana, algunos de los cuales se sumaron a Romney para sus viajes finales.

Atrás quedaron miles de coordinadores y un comité de celebración con su visión enfocada en la celebración del martes. Ese día, desde muy temprano, se espera a Romney y Paul Ryan en el Centro de Convenciones, donde el acto central empezará a las 8 de la noche, en el que confían que el exgobernador se transformará en presidente del país.

Romney no escucha ni tiene tiempo para las campanas victoriosas. Está concentrado en desbancar a Obama, a quien no considera un mal presidente, pero sí alguien que encarna una visión errada y errática.

Romney, republicano al fin, pero no tan conservador como al Tea Party y a otros republicanos les gustaría, a menudo rescata a los padres fundadores del país, quienes pregonaban que la libertad y la persecución de la felicidad son conceptos de derecho individual.

Por eso pregona que el error grave de Obama fue haber traicionado los principios fundacionales, haber creado más gobierno y burocracia, y de haberles quitado lustre a los pequeños negocios y a todo el sector privado, castigándolos con mayores impuestos y menos incentivos.

El último esfuerzo discursivo de Romney en New Hampshire, Ohio, Iowa, Colorado, Wisconsin y Pennsylvania se concentra en lo que domina las elecciones: el bolsillo. Insiste en que reducirá el déficit sideral que se duplicó durante este gobierno, que creará empleos reduciendo impuestos al sector privado, atraerá negocios e inversiones al país y creará nuevos mercados, como en América latina, región a la que considera estratégica.

El exgobernador de Massachusetts también sabe que ya nadie escucha discursos y propuestas. En una campaña tan reñida, lo más importante termina siendo ganar el corazón de la gente, no sus razones.

Al final, todo termina reducido a lo más elemental de la política: cuántas manos estrechar, cuántos bebés levantar, cuántas sonrisas ofrecer.

Hoy, en un acto de cierre de campaña en New Hampshire, Romney pegó un batacazo como en el primer debate. Pidió a la gente “votar por amor a su país”, con lo que consumó dos objetivos: llegar al corazón de la gente, pero, sobre todo, criticar a Obama que horas antes pidió un “voto venganza” en contra de los republicanos.

Perfil del candidato
El primer mormón. El exgobernador de Massachusetts (2003-2007) busca convertirse en el primer presidente mormón en la historia de Estados Unidos. Se presenta en la recta final de la contienda como un candidato centrista y un avezado empresario que desde la Casa Blanca podrá estimular la recuperación económica del país.

Millonario. Nacido en Detroit (Michigan) el 12 de marzo de 1947, en el seno de una familia con profundas raíces políticas y religiosas, fue misionero mormón en París a finales de los ‘60. Después hizo fortuna como fundador y ejecutivo de Bain Capital en 1984. Este es su segundo intento desde 2008 para llegar a la presidencia.

octubre 22, 2012

Tercer debate sin América Latina


Los candidatos a la Presidencia de EEUU, Barack Obama y Mitt Romney,  se olvidaron de hablar esta noche en el tercer debate sobre la importancia geopolítica de América Latina en materia de política exterior. Solo Mitt Romney mencionó América Latina pero desde una perspectiva económica, de comercio exterior.

Fast and Furious, Plan Mérida y Plan Colombia, el crecimiento de Brasil como fuerza de liderazgo en América Latina, o el acercamiento constante del presidente Hugo Chávez a Irán, o los problemas limítrofes entre Canadá y EE.UU, entre México y EE.UU., el problema del narcotráfico en Centroamérica y la falta de políticas explícitas y concretas de inmigración que afectan a millones de latinoamericanos, el tema de las remesas familiares, el desarrollo de los países más pobres del continente como Haití y Nicaragua y la cuestión del embargo sobre Cuba, fueron temas totalmente excluidos por los candidatos.

El moderador fue esta noche el mejor de los tres debates, fue firme, administró bien el tiempo y sin tratar de ser protagonista como la periodista de CNN en el segundo, se mostró con la autoridad y el respeto suficiente para que el debate no se alejara de su curso. Sin embargo, no acertó en tratar de inclinar a los candidatos hacia el tema de América Latina. Ignoró el tema.

Es probable que Obama ganara este tercer debate, sin embargo Romney no se mostró como perdedor. Se mostró moderado en materia de exponer al país a una nueva intervención militar, ya sea en Siria como en Irán.

No creo que los debates hayan modificado los resultados de las elecciones. Simplemente reafirmaron las simpatías y lealtades que cada individuo ya tiene tanto en los demócratas como en los republicanos. 

octubre 10, 2012

El miedo a debatir

Comparto mi columna del fin de semana antes de la victoria de Hugo Chávez y centrada en el tema del debate en Estados Unidos entre Barack Obama y Mitt Romeny y en los que no se dieron en Latinaomérica, incluyendo a Venezuela


El miedo a debatir

Si ganó Mitt Romney o perdió Barack Obama en el primer debate de la carrera presidencial estadounidense, no es tan importante como que triunfó la gente, el proceso electoral y la política.
Alienada de tanta propaganda partidaria, avisos negativos, discursos e información polarizada, el cara a cara entre los candidatos dio un respiro a los electores para que los conozcan íntimamente, y aprender de propuestas sobre una realidad más descarnada y autocrítica del país.
Los debates no tienen la fuerza de cambiar el rumbo de una elección, ya que se realizan en la parte final de la campaña electoral cuando los indecisos son pocos y la mayoría difícilmente considere traicionar sus lealtades partidarias. Empero, como ocurrió el miércoles con Romney, suelen energizar campañas que todos daban por decididas.
Romney rebasó a Obama no por su ventaja de retador, sino porque fue más convincente en el arte de la retórica, del intercambio de ideas, donde prevalecen los principios y propuestas más que los hechos, el lenguaje corporal más que las tácticas futuras. Obama perdió porque confundió política con gobierno, quedó empantanado, defendiendo decisiones tomadas y objetivos que todavía no alcanzó.
Sin embargo, el logro más sustancial de los debates es que crean una atmósfera de efervescencia política, renovando en la gente el interés por la vida de sus comunidades y generando mayores compromisos para salir a votar. Un clima tan saludable para la política y la participación democrática, similar al que crean las Eliminatorias al fútbol o los play-off a la NBA.
Lamentablemente, este tipo de fiesta cívica todavía no caló del todo en la cultura electoral de varios países latinoamericanos, donde existen gobiernos que prefieren informar a ser cuestionados o hacer propaganda por temor a debatir. Venezuela es el caso típico. El presidente Hugo Chávez rechazó de cuajo el intento de su contrincante, el gobernador Henrique Capriles, de trenzarse en debates electorales rumbo a las elecciones de este domingo, relegando a los venezolanos a solo tener que consumir propaganda, insultos y descalificaciones.
La falta de debates denuncia el grado de autoritarismo o realza el nivel de democracia alcanzado en un país. No es casualidad que sean inexistentes en Venezuela, Argentina, Bolivia, Ecuador y Nicaragua; o que, por el contrario, formen parte de la cultura electoral de Brasil, Chile, Costa Rica, Colombia, México y Perú.
En Venezuela los debates presidenciales se realizaron por última vez en 1998, cuando Chávez aspiraba a la presidencia. Lo mismo ocurrió con Evo Morales en Bolivia, donde antes de su segundo período eran práctica habitual entre candidatos. Esto demuestra que a mayor cantidad de años en el poder, menor son las chances para que haya discusión de ideas.
También sucede con Daniel Ortega en Nicaragua, Rafael Correa en Ecuador y Cristina de Kirchner en Argentina. Tras varios años en el poder, prefieren descalificar públicamente a sus adversarios a tener que sentarse frente a frente, argumentando que su comunicación es con el pueblo, con las bases, aunque rara vez esa comunicación es de doble vía.
Ese miedo a debatir, a tener que compartir el poder temporalmente, los obliga a crear un clima de polarización política constante, en el que valen más los insultos y los ataques que el debate. La polarización no es una casualidad, sino causalidad, es una estrategia política inteligente para quien quiere gobernar sin tener que rendir cuentas o cumplir con los contrapesos de la democracia.
Es fácil advertir que esa polarización no puede ser sustentada sin un aparato gigantesco de propaganda. De ahí que estos gobiernos sigan creando medios de comunicación gubernamentales a los que usan no como medios públicos sino para su beneficio partidario; discriminen y persigan a los medios y periodistas que ejercen su misión de fiscalizar al poder;  que solo informen a la población a través de cadenas nacionales y discursos en actos políticos o que no ofrezcan conferencia de prensa o posibilidad donde puedan ser cuestionados.
El miedo a debatir implica miedo a la democracia. Por ello, para evitar que los gobiernos se hagan más autoritarios y cerrados, sería importante que la sana cultura de los debates se incluya como valor esencial en la legislación electoral. 

septiembre 28, 2012

Los límites de las imágenes


Interesante aprendizaje surge sobre los límites a la libertad de expresión, tras la publicación de las caricaturas contra Mahoma en Francia; la prohibición de las fotos de la princesa inglesa Catalina en topless y la difusión del video clandestino que enturbió la campaña electoral de Mitt Romney.

El editor de la revista satírica francesa Charlie Hebdo, justificó su derecho a la libertad de prensa después de publicar caricaturas que se mofan del profeta Mahoma. Su defensa hubiera sido más auténtica a no ser por su intención y el timing de su publicación. Dos irresponsabilidades que minan la libertad y que diferencian su caso con otros que también causaron violencia por sus ofensas al Islam, como el film “La inocencia de los musulmanes”, las caricaturas similares difundidas por un diario danés en 2005 y “Versos satánicos”, el libro de 1988 de Salman Rushdie.

La diferencia, y el agravante, radica en que la revista tuvo la intención premeditada de provocar y de haberlo hecho mientras continúan las revueltas violentas en Medio Oriente que ya costaron más de 30 vidas, cruzando la línea entre la libertad de expresión y la incitación a la violencia y al odio.

Puede que Charlie Hebdo esté protegida legalmente, pero en materia ética se trata de una provocación inútil e irresponsable. Es que los medios, a diferencia de los individuos, como el creador de la película, tienen mayores responsabilidades. Ningún periódico alemán podría alabar a grupos neonazis y negar el Holocausto judío; mientras se justifica que Google aceptara sacar de su motor de búsqueda en países musulmanes, material contra Mahoma que pudiera seguir encendiendo el conflicto.

Si bien nada justifica la censura con violencia – en especial donde los fundamentalistas religiosos persiguen a sunitas, chiitas, cristianos y judíos – también es cierto que la ética demanda a los medios medir los efectos de sus publicaciones y autorregularse ante contenidos blasfemos o que incentiven el odio.

Esa diferencia entre la responsabilidad individual y la de los medios también surgió en casos que conmovieron a la Familia Real inglesa. El príncipe Guillermo y su esposa Catalina expresaron su satisfacción después que un tribunal francés prohibió a la revista Closer y su editorial Mondadori seguir publicando o revender las fotos en topless de la princesa, bajo el argumento de que un paparazi las tomó violentando el derecho a la privacidad de la pareja, mientras vacacionaba en una mansión en la rivera francesa.

Distinto fue el caso del menor de la familia, el príncipe Harry, sobre quien el diario inglés The Sun publicó sus instantáneas, mientras desnudo deambulaba de habitación en habitación en una fiesta de solteros en Las Vegas. A diferencia del topless de Catalina, las fotos de Harry fueron tomadas por sus amigos de jerga y proporcionadas a la prensa después de que se divulgaron por internet.

Pese a que la Familia Real también se revolcó en enojos y vergüenzas, y varios medios ingleses no quisieron publicar las fotos aduciendo el carácter sensacionalista de The Sun, nada podría justificar la censura. Pues se trata de un personaje público en una fiesta, las que perdieron su carácter privado desde la irrupción de los teléfonos inteligentes y la manía de subir fotos a Facebook, Instagram y otras redes sociales. 
Silvio Berlusconi fue el primero en aprender la lección.

Lo mismo sucedió con el candidato presidencial Mitt Romney, quien no puede alegar una intrusión a su intimidad, después que los medios divulgaron un video que le tomaron clandestinamente, en el que fustiga a la masa de votantes que preferiría votar por su contrincante, el presidente Barack Obama.

A Romney no le quedó más que admitir sus dichos, no muy diferentes a los que sostiene públicamente, y no culpar a los medios, ya que alguien de su entorno fue quien lo tomó desprevenido. Distinto y grave sería - así como en el caso de The Sun - que un periodista hubiera tomado las imágenes mediante cámara escondida.

Más allá de las diferencias sobre cómo se obtienen y quienes publican las imágenes, lo importante es que estos casos generan aprendizaje, tan necesario en estos tiempos en que todos, gracias a las nuevas tecnologías, somos medios de comunicación y, también, responsables por ello.


septiembre 22, 2012

Obama y Romney en aprietos


Fieles a su condición de buenos entrevistadores y periodistas, María Elena Salinas y Jorge Ramos de Univsión tuvieron a maltraer a los dos candidatos presidenciales, Barack Obama y Mitt Romney.

De las dos noches de “encuentros” de la cadena hispana, el más castigado fue el presidente Obama, algo que debía esperarse ya que después de cuatro años de trabajo en la Casa Blanca mucho hay de lo que prometió y no cumplió. Ramos y Salinas se sintieron aliviados cuando lograron en forma insistente que Obama se refiera a su peor fracaso con los hispanos: No haber logrado una reforma migratoria integral como prometió en 2008.

Después con cierta maestría que la da la experiencia en el salón Oval, Obama se despachó en contra del Congreso bipartidario, dijo que no todo depende de él, como para acumular puntos en contra de los Republicanos y dijo, como ya lo viene haciendo hasta el cansancio, que necesita cuatro años más para que el país despegue en materia económica, ya que en sus primeros años solo se dedicó al rescate de la economía.

Me parece que a Romney le fue mucho mejor en los encuentros. No le fue muy difícil hablar del 100% de la gente para dejar atrás lo que en un video clandestino se refirió a que no debía preocuparse por el 47% que seguro votaría por Obama y que de ello nada podría cambiar. Aunque el tema fue tomado como parte central de la propaganda de los Demócratas en esta semana, el propio Ramos admitió que ya sobre eso Romney se había manifestado públicamente en varias ocasiones.

Romney no dudó en hablar de los impuestos que no paga como los demás – ayer viernes justamente mostró su récord de los impuestos de 2011, con algo más del 14% de pago al Tío Sam – y se enfocó en los 12 millones de trabajos que creará, lo que hará reducir también la tasa de desempleo más alta que tienen los hispanos, casi del 12%, más de tres puntos por arriba de la tasa nacional de 8.1%

Aunque me pareció que Romney tuvo más aplomo, no creo que los encuentros ayuden a que el panorama electoral hispano haya cambiado en algo. Obama, por Demócrata, seguirá recibiendo más votos que los Republicanos. Lo interesante es que ninguno de los dos hizo nada tan malo como para espantar a su capital electoral.

agosto 29, 2012

Los republicanos y la paz en Colombia

Será interesante saber si el candidato Mitt Romney hablará algo respecto al proceso de acuerdo de paz en Colombia que anunció el presidente Juan Manuel Santos con las Farc, en su discurso de mañana en Tampa cuando acepte la nominación del Partido Republicano. La plataforma que mostraron los republicanos es bastante dura contra el gobierno de Barack Obama por darle la espalda a Latinoamérica y, muy especialmente, contra Hugo Chávez por apoyar al narcotráfico y al terrorismo, por otorgar pasaportes y servirle de puerta de entrada a los revolucionarios del gobierno iraní para instalarse e influenciar en América Latina. Pero como Venezuela y Cuba son dos de los cuatro países garantes del proceso de paz (además de Noruega y Chile) y el Departamento de Estado ya se pronunció a favor de la postura de Santos, tres ángulos que los republicanos detestan, será importante saber cómo se pronunciará Romney al respecto; lo que también será un indicativo sobre la atención que le dará o no a la región. En un reciente viaje hacia el exterior, Romney prefirió pasar por Europa e Israel; bien hubiera podido ir a México, el país al que más emocionalmente atado está y el que más influencia tiene en Estados Unidos, tanto en temas sociales e inmigración como económicos y geopolíticos. No haber elegido a México es una mala señal; contraria, al menos, con lo que la nueva plataforma especifica.

agosto 23, 2012

Economía vs. Aborto

Si algo le salió a pedir de boca al presidente Barack Obama es que el congresista por Missouri, Todd Akin, haya salido a hablar sobre “violación legítima”, colocando al archiconocido tema del aborto – ese que reaparece en cada elección desde que en 1973 la Corte Suprema de Justicia lo legalizó – en la agenda electoral rumbo a las presidenciales de noviembre. De esta forma, Obama logra así diferir la atención del mal estado de la economía, el desempleo por arriba del 8% - porcentaje que enterró las aspiraciones de todos los candidatos anteriores a la Casa Blanca – y de la recesión que todavía deambula como un fantasma pese a algunos picos de reactivación económica. Lo más importante, es que logró poner a los republicanos, Mitt Romney, y a su pareja de fórmula, Paul Ryan, a la defensiva y a hablar de un tema como el aborto en general, sin excepciones por violación, incesto o peligro de la vida de la madre, que por más que sea ya plataforma oficial del Partido Republicano para la Convención de la próxima semana en Tampa, es un espanta votos especialmente entre las mujeres y quienes defienden el derecho de la mujer a decidir por asuntos que conciernen a su propio cuerpo y salud. Ni Romney ni Ryan lograron que Akin renunciara a sus aspiraciones para desmarcarse de la estupidez que él mismo tuvo que pedir disculpas cuando hizo referencias de que puede haber casos de “violaciones legítimas” y que el cuerpo de la mujer naturalmente puede rechazar un embarazo cuando es violada. Los republicanos siempre ponen hincapié en estar en contra sin excepciones en el tema del aborto, como lo hicieron en las convenciones pasadas de 2008 y 2004, pero se trataba de un tema que pasaba debajo del radar o que era “empujado” por los demócratas para que se convierta en campaña y así marcar diferencias electorales con sus contrincantes. Sin embargo ahora, los demócratas y Obama no tuvieron que esforzarse mucho para arrastrar a los republicanos al fango, ávidos de que la campaña escape del tema principal como es el de la economía. Hasta ahora, Obama había intensificado su lucha en contra de Romney por la poca transparencia de sus declaraciones juradas en materia de impuestos y por su paso por la firma de capitales Bain, pero el aborto parece ser un tema menos complicado de comprensión y más fácil para separar las dos doctrinas políticas que mantienen sus partidos. Sin dudas, a Obama el tema de Akin le vino como anillo al dedo.

agosto 21, 2012

Armas y drogas: Responsabilidad compartida

La batalla del poeta mexicano Javier Sicilia para denunciar que EE.UU. también es responsable de las miles de víctimas que la guerra contra el narcotráfico provoca en México, es una tarea loable y apoteósica, pero difícilmente provoque el impacto buscado. Dos razones son las que alejan a Sicilia de su objetivo en la Caravana de la Paz - una marcha de nueve mil kilómetros que empezó el 12 de agosto en San Diego y terminará el mes próximo en Washington - que busca crear conciencia sobre que EE.UU. influye en la producción y tráfico de drogas, por ser el mayor consumidor de estupefacientes del mundo y por alimentar a los cárteles del narcotráfico con sus políticas laxas sobre compra-venta y exportación de armas. Primero, porque son temas tangenciales tanto en la agenda nacional como en la de los candidatos presidenciales Barack Obama y Mitt Romney, enfrascados en asuntos más urgentes: Recesión, economía y empleos. Segundo, como ya le ha pasado a Sicilia en sus dos marchas por el interior de México, su propósito de reclamar por un cambio de estrategia menos militar contra el narcotráfico se diluye cuando amplía su agenda más allá del pedido original. No solo pide que Obama restrinja el Plan Mérida por el que Felipe Calderón recibe millones para su estrategia antinarcóticos, sino que también reclama por temas sobre seguridad pública, migración y fraude electoral. No por ello puede desconocerse el valor de su lucha. Al menos invita a reflexionar a los estadounidenses que el consumo de drogas y la posesión de armas no son solo libertades individuales, sino que tienen responsabilidades para terceros, incluso fuera de sus fronteras. Más de 50 mil muertos, miles de desaparecidos y decenas de miles de desplazados en México, desde que Calderón asumió reducir al narcotráfico en 2006, demuestran que existe una responsabilidad compartida. La frase de Sicilia sobre que “EE.UU. nos ha creado una guerra, ahora le vamos a exigir que construya la paz”, no es una quijotada, sino sinónimo también de una disputa en el seno del Congreso. Esta semana, los legisladores republicanos pidieron a un tribunal federal que ordene al secretario de Justica, Eric Holder, desclasificar documentos oficiales sobre la operación “Rápido y Furioso”, después que se negó a informar y fuera declarado en desacato. Deslindar responsabilidades por “Rápido y Furioso” es importante, no se trata de un “ataque político” de parte de los republicanos como argumenta el presidente Obama. El gobierno debe aceptar su negligencia en su política de introducir armas de fuego de alto calibre en México con el propósito de rastrearlas, ya que miles permanecen desaparecidas y otras tantas han sido decomisadas tras allanamientos y enfrentamientos mortíferos entre autoridades y narcos. Pero ni esta discusión ni las recientes masacres con armas de fuego en un cine de Aurora, Colorado, que provocó 12 muertos y la de un templo Sij en Wisconsin con siete víctimas mortales, lograrán que haya un cambio de política anti armas en el país. Un reciente sondeo del Centro Pew, mostró que un 46% de los estadounidenses favorece el derecho a poseer armas, lo que demuestra que el principio a la defensa y seguridad personal como derecho constitucional, prevalece sobre cualquier otro que pudiera implicar conductas irresponsables en el manejo de las armas. De todos modos, lo importante de la Caravana de la Paz es que no solo le sirve a Sicilia para honrar la memoria de su hijo Juan Francisco, asesinado en marzo de 2011 por el crimen organizado, sino también para darle voz a los familiares de miles de víctimas, desaparecidos y perseguidos que por muchos años se han mantenido en silencio por temor a mayores represalias del narcotráfico y de las autoridades. A esa cultura de la denuncia ciudadana que motiva, sin quererlo, Sicilia suma otro objetivo convalidando lo que el presidente Felipe Calderón y muchos de sus colegas latinoamericanos reclaman, cuando en sus discursos acusan a a EE.UU. de no aceptar que deben compartir responsabilidades. Los líderes en Washington deben entender que la política represiva contra las drogas no debiera ser el único camino disuasivo contra el narcotráfico y que el consumo de drogas es, en definitiva, el mayor motor del problema.

julio 13, 2012

Ingenuidad de Obama



La polémica se armó fuerte y fue aprovechada por el candidato republicano Mitt Romney, un poco para mitigar los efectos de los abucheos que recibió al criticar el Obamacare en una conferencia proselitista de miembros de raza negra esta semana.

Es que apenas Barack Obama pronunció el jueves aquella frase “en mi opinión, lo que ha hecho Chávez en los últimos años no representa un peligro para nuestra seguridad nacional”, era sabido que le lloverían las críticas. Al senador republicano por la Florida, Marco Rubio, y a Romney no le quedaba otra. A pedir de boca encontraron un motivo para tratar de descarrillar la popularidad que Obama tiene entre los hispanos, especialmente después de que detuvo la política de deportación de indocumentados por dos años.

Pero más allá de lo electoral, lo de Obama es medio ingenuo. No porque Chávez represente una amenaza real, ya que todo el mundo sabe que lo único que hace es fanfarronear, pero sí porque su desafío ha consistido en atraer a su país y a la región, a gobiernos que, como Irán, nada tienen de democráticos, pero sí mucho de apoyo al terrorismo.  Y esto sin siquiera entrar a hablar de los nexos con la dictadura castrista o con los narcoterroristas de las Farc, muchos de los cuales siguen en territorio venezolano.

mayo 01, 2012

Obama y golpe bajo de campaña

Pese a la campaña electoral con miras a su reelección en noviembre, Barack Obama debería comportarse como Presidente de todos los estadounidenses y no solo de sus partidarios Demócratas.

Pese a que las leyes y la Constitución legítimamente lo autorizan a dedicar parte de su estadía en la Casa Blanca, tiene mayores responsabilidades éticas que su posible contrincante, el republicano Mitt Romney, para poder despacharse a su antojo sobre cualquier tema.

En esta ocasión, su estrategas de campaña eligieron el logro del gobierno de Estados Unidos de matar al terrorista Osama Bin Laden, como si fuera un logro propio, desconociendo que el país estuvo por 10 años gastando dineros públicos y estrategias militares para encontrar al responsable del 9/11. Y menos mal que Bin Laden fue asesinado hace un año atrás y no ahora en plena campaña, porque seguramente hubiera sido un tema exhibido como el “mejor trofeo” de caza posible.

Desastrosas fueron las declaraciones del vicepresidente Joe Biden, quien exhibiendo poca prudencia y mucha propaganda,  hizo comentarios para endulzar las orejas de los Demócratas pero ofender a todos los estadounidenses complementando logros militares con económicos: “Si está buscando un autoadhesivo para sintetizar la forma en que el presidente Obama manejó lo que heredamos, es muy simple: Osama Bin Laden está muerto y General Motors vive”.

Si Obama logró un buen objetivo común para unir a todos los estadounidenses de uno y otro bando político con la muerte de Bin Laden, lo arruinó con lemas de campaña y propaganda que ensalzan su estatura como Comandante en Jefe, cuya responsabilidad debería estar destinada a servir a todos, no solo a los demócratas.

En materia de seguridad nacional y relaciones exteriores, temas con los que los Republicanos le apuntarán, Obama tiene otros logros de los que podrá disponer en su campaña, sin tener que dar golpes bajos ni meterse en temas escabrosos y tan íntimos para muchos estadounidenses.

abril 05, 2012

Ya deberían dejarlo solo a Romney

Mitt Romney ganó esta semana las primarias en Maryland, Wisconsin y en Washington DC, la capital estadounidense y se está separando cada vez más de Rick Santorum para maniatar su candidatura presidencial rumbo a las presidenciales de noviembre.

Ayer retomó su discurso de crítica en contra de Barack Obama, luego de que el Presidente le criticara fuerte el domingo durante la convención de Editores y Periódicos de EE.UU., lo que fue percibido por todos como el lanzamiento oficial de la campaña de la Casa Blanca.

Para el beneficio del Partido Republicano y para las estrategias de la campaña presidencial Romney ya debería tener la oportunidad de estar solo concentrado en la meta final. Ron Paul y Newt Gingrich de bajos e inexpresivos resultados, ya deberían retirarse de las primarias y ojalá que Santorum haga lo mismo si no logra ganar en Pensilvanya, su estado natal, aunque ya también debería reconocer que por tratar de remontar lo casi irremontable, tendría que despejar el camino.

Romney, el más moderado de los republicanos pre candidatos, es el único que pudiera hacerle frente a Obama en igualdad de condiciones.

febrero 01, 2012

No todo es inmigración para los hispanos


No todo es inmigración para los hispanos en EE.UU., al menos para los de la Florida, según se desprende de la paliza que Mitt Romney le pegó a Newt Gingrich con el 48% de los votos y arrebatándole los 50 delegados que otorga el estado para la asamblea nacional del partido, en las primarias de ayer.

El flanco débil de Romney era el tema inmigratorio ante las críticas de analistas y del propio Gingrich sobre la promoción de un raro sistema de auto deportación. Pero en la Florida, Romney se presentó más morigerado y en un estado donde hay menos indocumentados que en otros, el tema no pesó tanto, sino que dio pasos a otras preocupaciones que tenemos los hispanos en materia económica y de desarrollo.

Se verá a partir de ahora la decisión que tomen  Rick Santorum y Ron Paul, cada vez más lejanos en sus aspiraciones. Probablemente desistan de la carrera, aunque para los dos principales y las aspiraciones republicanas sería mejor que continúen, ya que de lo contrario la polarización y las críticas encarnizadas si bien irán perfilando a un ganador, debilitarán tanto a Romney como a Gingrich.  

Romney ganó la Florida con un 47.44 por ciento; Gingrich le siguió con un 31.25 por ciento; Santorum fue tercero lejano con 12.95 por ciento y Ron Paul, último con un escaso margen de un 6.9 por ciento.

Veremos qué pasa el sábado en Nevada y la próxima semana en Colorado, Minnesota y Maine.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...