05/11/2012
01:01 | Ricardo Trotti (Especial desde
Boston) para La Voz del Interior, Córdoba, Argentina
A pesar
de que Mitt Romney tuvo una gestión exitosa al frente de la gobernación de
Massachusetts en el período 2003-2007, mañana perderá las elecciones por amplio
margen en ese estado.
Romney lo sabe y no le preocupa.
Después de todo, Massachussetts está más inclinada a los demócratas no por ser
tierra de la dinastía de los Kennedy, sino por el desgaste de los últimos
cuatro gobernadores republicanos (1991-2007) y por sus propios errores. Cuando
Romney decidió en 2005 no apostar a la reelección y aventurarse a buscar la
nominación presidencial, esto le demandó ausentarse permanentemente del estado
para formar su red de apoyo, lo que terminó por derrumbar su popularidad.
Por aquellas ausencias seguirá pagando
castigo y por eso, sus varios logros de los que hizo gala en tres debates
contra el presidente Barack Obama, no le servirán de nada. En Massachusetts,
uno de los seis estados de la zona de Nueva Inglaterra, la más histórica y
política del país, los errores se pagan caro.
El área metropolitana de Boston, donde
Romney tiene su sede nacional de campaña y la Universidad de Harvard es centro
focal en la localidad de Cambridge, parece ser una zona detenida en el 2008
post-George W. Bush, cuando hablar mal de Obama o a favor de algún republicano,
sonaba a mala palabra o ser condenado al ostracismo.
Pese a que en la Facultad de Negocios de
Harvard varios logros de Romney gobernador fueron casos de estudio, la mayoría
de los académicos y del público reniega de los beneficios de aquella
gobernación. Romney equilibró el presupuesto bajo acuerdo entre demócratas y
republicanos, generó empleos, elevó a las escuelas públicas al primer puesto
del desempeño educativo de la nación y creó un plan universal de salud, el
“ Romneycare ”, con mayores ventajas de los que promete
el Obamacare .
Con
valor simbólico. Perdidos
por perdidos los 11 votos electorales de este estado, Romney prefirió ir a la
caza obsesiva de los cuatro del vecino New Hampshire, uno de los ocho todavía
considerados indecisos que podrían volcar la elección. Una casa familiar de
descanso y una constante presencia en este estado, podrían darle la ventaja
necesaria en una elección que se pronostica quedará definida por pequeñísimo
margen.
New Hampshire, de escasos 1.3 millón de
habitantes, es tradicionalmente importante. No sólo tiene el electorado más
participativo del país con un 70 por ciento muy superior al 50 por ciento del
promedio nacional, sino que es donde se empiezan a revelar los primeros
resultados. También este estado acredita tener la mayor curiosidad electoral,
por eso Obama, Romney y todos los periodistas, esperarán los resultados de las
elecciones de la pequeña localidad de Dixville Notch, con sólo una veintena de
votantes.
El conteo se podrá saber minutos después
del lunes a la medianoche cuando terminen los sufragios apenas se abran las
urnas ubicadas en el ya famoso y simbólico vestíbulo del hotel The
Balsams . Aunque los resultados no necesariamente coinciden con los
finales, seguro que les sirve a los candidatos para disipar las ansiedades y
empezar a terminar el día más largo de sus vidas.
1 comentario:
La suerte está echada. Lamentablemente tiene más peso la demagogia de Obama que los logros de Romney.
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