sábado, 21 de enero de 2012

Represalias hasta con papel


Uno pudiera pensar que para dañar a otra persona habría que usar un arma de fuego, un cuchillo o hasta una botella rota con vidrios puntiagudos, pero en Argentina el gobierno lo hace con cosas mucho más suaves pero igual de letales: papel.

Resulta que el gobierno de la presidenta Cristina de Kirchner es el único de todo el hemisferio que declaró que el papel para periódicos es de interés público, por lo que su producción y comercialización deben estar regulados estrictamente, ya que a nombre de la democracia, este es un bien público que debe ser repartido en igualdad de condiciones.

Había advertido en este espacio, que esa ley aprobada tras gallos y medianoche en diciembre en una sesión extraordinaria del Congreso, serviría para pronto asestar un golpe duro a los periódicos en general, pese a que en un principio estaba destinada a debilitar solo a los diarios Clarín y La Nación, socios mayoritarios del sector privado, junto al Estado, en la fábrica de papel para periódicos, Papel Prensa.

Pero bueno, el pronto se transformó en inmediato, y el gobierno acaba esta semana de dictar la reglamentación de esa ley, imponiendo cuotas o cupos para la fabricación del papel e imponiendo nuevas cargas para la importación, que siempre se reclamó debería ser libre y sin ataduras del gobierno para que la libertad de prensa se pudiera sostener.

En realidad, esta ley y su reglamentación ya eran parte de una amenaza que había hecho la Presidenta desde que el año pasado quiso usurpar a Papel Prensa tras denunciar que los dos diarios habían comprado la fábrica a sus anteriores dueños bajo coerción y delitos que fueron calificados de lesa humanidad, dentro de la cruzada por derechos humanos que el gobierno inició para exorcizar los asesinatos de las dictaduras antes que la democracia retornara en 1983.

Lo cierto de todo esto es que en nombre de la democracia, el gobierno kirchnerista busca “expropiar” legalmente o quedarse con la fábrica de papel – si no se cumplen con cupos de elaboración de celulosa y papel el Estado tiene la libertad de aumentar su participación accionaria – sin pagar un peso, lo que en realidad representa un robo (no a mano armada) blandiendo un papel.

Pero no solo Clarín y La Nación están pagando un alto precio por sus actitudes editoriales críticas al gobierno, esta factura la están pagando todos los demás medios y más aún, los ciudadanos que cada vez están viendo menores espacios de libertad y a muchos otros medios practicando autocensura por temor a sufrir las mismas represalias.

Benedicto XVI y Cuba


El Papa Benedicto XVI debería sopesar políticamente su próxima visita a Cuba, después de que el régimen de los Castro dejó morir en la cárcel al prisionero político Wilman Villar Mendoza, tras una huelga de hambre por más de 50 días, episodio que esta semana trajo a la memoria la muerte de Orlando Zapata Tamayo en el 2010 y la intolerancia de un régimen comunista que se ha extendido por más de medio siglo.

Con esta visita, la Iglesia Católica está recogiendo los frutos de su cosecha de años anteriores, como la liberación de presos políticos y periodistas independientes que fueron ex patriados a España. Seguramente también reactivaría aún más la Fe y el acercamiento con el gobierno comunista. Sin embargo, para que la visita cumpla mejor sus cometidos en un ambiente internacional tan polarizado sobre Cuba, el Papa debería recibir a las Damas de Blanco, visitar a disidentes y no dejar que se imponga la agenda política del régimen que, como lo ha hecho con innumerables presidentes latinoamericanos que llegan a Cuba, solo busca apoyo internacional para seguir con sus tropelías ideológicas y físicas.

La visita de Benedicto XVI no solo debe servir para aliviar espiritualmente las cargas de los oprimidos, sino también, mediante hechos y dichos concretos, para imponer una carga moral tan fuerte sobre los opresores que no tengan otra opción que verse forzados a establecer caminos de mayor libertad, sin retorno.

 

viernes, 20 de enero de 2012

Apagón digital, mucho bla bla


Si bien ya elaboré mi columna sobre “SOPA, PIPA y la policía digital” que aparecerá en diarios a partir de mañana, quiero dejar en claro algunas apreciaciones sobre lo que sentí respecto al “apagón digital” liderado por Wikipedia y Google, entre otros, que no estarán en la columna – o muy sintetizadas – por razones de espacio.

1)    No mucha gente e incluso periodistas están muy al tanto de lo que está en juego. Muchos reaccionan, opinan solamente por el “ruido” que se ha generado, usando los mismos argumentos  y opiniones que escuchan o leen, pero sin reparar en los hechos concretos.
2)    Todo el mundo se ha llenado la boca de libertad, de que el internet debe ser libre, justificando a los malhechores, delincuentes y criminales, sin hacerlos responsables de sus actos, ya sea porque ofrecen o venden materiales pirateados y falsificados o infringiendo derechos de autor y no pagando regalías.
3)    La protesta de las grandes empresas tecnológicas no estuvo centrada en el tema meramente de la libertad como un valor abstracto o vacío, porque en realidad todas estas compañías siempre han dicho que se deben buscar mecanismos para proteger el derecho intelectual.
4)    Lo que se protesta – y a muchos se les ha pasado por arriba - es que los proyectos de ley  SOPA (Ley para Detener la Piratería Online) en Cámara de Diputados y PIPA (Ley para Proteger la Propiedad Intelectual) en el Senado no son buena opción porque imponen a las compañías de internet un poder de policías y asumir un papel de auxiliares de justicia que no les corresponde.
5)    Bajo este aspecto, creo podrían incurrir muchas veces en provocar censura y censura previa si se les obligara a estas empresas que por sí mismas controlen, sean policías y hagan de jueces para cerrar o bloquear sitios por la sola presunción de que estuvieran cometiendo delitos. Esto es realmente un absurdo.
6)    Debe, en todo caso, ser la justicia la que dentro de un proceso judicial condene a un infractor y ordene a Google o a Facebook cerrar o bloquear un sitio criminal – con la debida garantía del debido proceso y el derecho a la defensa para el acusado. En esa actitud y función que le corresponde y debe asumir el Estado, se brinda la garantía necesaria de que las empresas den la libertad de siempre para que el internet sea libre y abierto, pero que también cada uno se haga responsable de su uso, como en cualquier actividad humana.
7)    Lo principal es que no se debe confundir libertad con robo, y que en nombre de la libertad se justifiquen las acciones de los delincuentes.

Más, en mi columna semanal.

jueves, 19 de enero de 2012

El encanto de Chávez por desafiar


Si hay algo de lo que disfruta el presidente Hugo Chávez es de ser parte de la agenda internacional de la opinión pública con noticias rimbombantes que desafían a su “enemigo imperialista”, razón de ser para mantener su máscara de nacionalismo electorero.
 
Tras informes fehacientes que dieron a conocer publicaciones como la revista colombiana Semana, el nuevo ministro de Defensa de Venezuela, Henry Rafael Silva, mantuvo (¿y mantiene?) vínculos estrechos con las narco guerrillas terroristas de las FARC, en especial con su máximo líder, Rodrigo Londoño Echeverri, alias “Timochenko”.

El Departamento de Estado y del Tesoro de EE.UU. ya habían vinculado al general con las FARC en 2008, según la vocero de la cancillería, Victoria Nuland, señalando que el nuevo ministro estuvo involucrado en “asistencia de labores” para con el grupo guerrillero colombiano.

Obviamente Chávez ya declaró barrabasadas en contra de EE.UU., y no resulta ni sorprendente ni asombroso sabiendo que haya nombrado a este nuevo ministro con la misión estratégica de seguir mojándole la oreja al gobierno estadounidense.

Pero más allá de EE.UU., habrá que ver si habrá algún tipo de reacción – no diplomática ni informativa, sino debajo de la mesa – por parte del gobierno de Colombia, luego de los esfuerzos del presidente Juan Manuel Santos de acercar a ambos países tras la era conflictiva post Alvaro Uribe.

miércoles, 18 de enero de 2012

Las Malvinas y los amigos de Cristina


(comparto con ustedes mi columna del fin de semana pasado)

En coincidencia con la recepción de alfombra roja que recibió esta semana en América Latina el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, los 30 años de la guerra por las Islas Malvinas y los 20 del atentado contra la embajada israelita en Buenos Aires, es hora que el gobierno argentino elija mejor a sus amigos latinoamericanos.

Ahmadinejad, en su quinto viaje a la región para contrarrestar el anuncio de EE.UU. y la Unión Europea de mayores sanciones por su dudoso programa nuclear con fines pacíficos y su amenaza de cerrar el grifo petrolero en el Estrecho de Ormuz, paseó su propaganda anti estadounidense por Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela, recogiendo flores que en su país se le niegan.

En ese banquete anti imperialista, a Raúl Castro, Rafael Correa, Daniel Ortega y Hugo Chávez se les olvidó reparar en el reclamo de sus colegas Cristina de Kirchner, de su esposo fallecido, Néstor y de la justicia Argentina, que acusan a Irán de la autoría intelectual de los atentados en Buenos Aires contra la embajada israelí en 1992 y contra la Asociación Mutual Israelita Argentina en 1994.

Cristina no debería ser ingenua. Sus cuatro “amigos” jamás criticarán las pericias anti democráticas de su aliado persa porque ellos mismos las practican, con fraude electoral, apoyo a movimientos terroristas y persecución a la prensa independiente. En Cuba están prohibidas las expresiones y reuniones, se reprime y encarcela a disidentes; en Nicaragua, Ecuador y Venezuela se han vivido procesos electorales irregulares; se persigue judicialmente a los medios provocando su cierre y forzando a periodistas al exilio; mientras que los cuatro gobiernos tienen un largo historial de apoyo a las narco guerrillas de las FARC.

La revolución de Ahmadinejad es responsable de tres millones de votos irregulares que en el 2009 le dieron la reelección; de la represión salvaje contra manifestantes que precedió a la Primavera Árabe; de ser la mayor prisión de periodistas del mundo, con 42 encarcelados el año pasado y de haber planificado ataques contra plantas nucleares estadunidenses y otros atentados contra embajadas sauditas e israelitas en Buenos Aires y Washington, según evidencias descubiertas en meses pasados.

Los mismos cuatro gobiernos justificaron su soberanía para recibir al régimen terrorista iraní y no faltaron críticas al embargo estadounidense contra Cuba. Pero ignoraron que es ejercicio soberano de las naciones observar o implementar bloqueos como el que ratificaron esta semana los países miembros del Mercosur, al prohibir que barcos con bandera de las Islas Malvinas recalen en sus puertos.

Los embargos y bloqueos económicos, aunque no tengan los efectos deseados, como el de reinstaurar la democracia en Cuba después de 50 años, sirven para presionar e instalar posiciones políticas en la agenda internacional, como el efectuado por las Naciones Unidas contra Sud África, en solidaridad con las víctimas del apartheid.

Bajo esas premisas solidarias, esta semana los gobiernos de Dilma Rousseff, Sebastián Piñera, Fernando Lugo y José Mujica ratificaron la decisión del Mercosur de su reunión en diciembre, para apoyar a Argentina en su reclamo por la soberanía de las Islas Malvinas que intentó recuperar en la guerra de 1982.

Gran Bretaña trató de revertir esa decisión con fuerte presión diplomática contra Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, pero bastó que el gobierno argentino recordara las decenas de resoluciones emitidas por las Naciones Unidas que solicitan a los ingleses sentarse a la mesa de negociaciones y abandonar su absurda tozudez por mantener el colonialismo.

Sin dudas, el bloqueo del Mercosur es un espaldarazo para las aspiraciones argentinas sobre las Islas Malvinas; pero es insuficiente, debido a que los barcos malvinenses pueden burlarlo cambiando sus banderas por la del Reino Unido. Sería más efectivo si el bloqueo se aplicara a todos los navíos ingleses y si se lograra que Chile también cierre la línea de vuelos comerciales entre Punta Arenas y el archipiélago.

Por otro lado, sorprende que Correa y Chávez desaprovechen sumarse solidariamente al bloqueo para revalidar sus aspiraciones de ser socios plenos del Mercosur; aunque es buena oportunidad para que el gobierno argentino sepa quiénes son realmente sus buenos amigos.