sábado, 17 de enero de 2009

El Chávez contradictorio de siempre

Fiel a su costumbre de confrontación y de contradecirse de todo lo que habla, Hugo Chávez comenzó a burlarse esta vez de Barack Obama y a reprocharle que debe visitarlo en Venezuela para hablar con él y que se rectifique de criticarlo por su forma autoritaria de gobernar y sus injerencias imperialistas. Aunque se había deshecho en elogios durante las elecciones estadounidenses a favor de Omaba para castigar al gobierno de George Bush, se sabía que era una cuestión de tiempo hasta que empezara a contradecirse y confrontar.
Desde que asumió en 1999 Chávez no ha hecho otra cosa que confrontar. Su estilo es dividir y polarizar, sin dejar, por supuesto, de dedicarle gran parte de su tiempo al proyecto personal de perpetuarse en el poder, para lo cual gasta millones en propaganda y en organizar muchedumbres para que lo vitoreen y rindan pleitesías debajo de afiches gigantescos con su imagen, ya ni siquiera la de Bolívar. Esta semana en Venezuela, “su” Asamblea Legislativa (sólo hay siete diputados que no son chavista o que dejaron el chavismo) sancionó la ley del cambio constitucional que le permitirá buscar la reelección indefinida, opción que le fue negada en diciembre de 2007 tras un referendo.
Tal como en aquellos días, Chávez dijo ayer que si el 15 de febrero pierde el “Sí” por la reelección hará las maletas y se irá. Obviamente no se irá y de nuevo en un año estará buscando lo mismo. Chávez no se cansa ni le importa contradecirse a sí mismo. En esta semana lo hizo con varias cosas sin un ápice de vergüenza. Dijo el lunes que cortaría la ayuda humanitaria a millares de estadounidenses pobres que se benefician con petróleo barato para la calefacción y el martes dijo que continuaría con ese programa, , todo como parte de una estrategia para recordar sus hitos de salvador. El domingo puso en dudas que Fidel Castro estaría vivo al decir que “ya no tendremos al guerrero de antes”, mientras que el miércoles alabó su salud y sus dotes intelectuales intactas. Días antes recordó que el petróleo de los venezolanos era para los venezolanos y el miércoles dispuso llamar a licitación para explotar la reserva del Orinoco a petroleras norteamericanas. Contradicciones y sin vergüenza.

viernes, 16 de enero de 2009

Esquivando zapatos

El presidente George Bush se despidió anoche después de ocho años en la Casa Blanca tratando de esquivar zapatos que le hubieran querido tirar, como el periodista iraquí, muchos estadounidenses y ciudadanos de todo el mundo.
Su imagen quedó por el suelo después de dos guerras muy impopulares y un descalabro económico para el cual los Republicanos son acusados de no haber regulado o controlado. Bush, a pocos meses de su mandato, y tras subir en el 2000 habiendo perdido las elecciones populares pero ganándole a Al Gore por el Colegio Electoral, había tenido los mejores ratings de popularidad que un presidente puede tener. Ello se debió a las simpatías que había despertado él y el país tras el atentado de Septiembre 11 de 2001.
Luego vinieron los infortunios que empezaron con grandes acusaciones sobre si había o no armas de destrucción masiva en Irak y la invasión a ese país que hasta ahora lleva una friolera de más de 60 mil víctimas iraquíes y casi 4 mil de soldados estadounidenses. En aquel entonces, sin embargo, los Demócratas que tanto acusaron a Bush y su partido, acogieron con unanimidad el tema de la invasión y otras políticas agresivas de la diplomacia estadounidense. Es decir, Bush no actuó solo y sin el consentimiento de la comunidad internacional aunque desoyó pedidos de la ONU en ese sentido.
El legado de Bush, de haber “actuado bajo mi conciencia”, no es muy popular, aunque en las elecciones pasadas John McCain sacó solo 7 millones menos de votos que Obama, lo que implica que el país siguió votando por los Republicanos y que tal vez piensen, como Bush, que sus políticas agresivas han protegido al suelo estadounidense de otros ataques terroristas.
Para muchos, el hecho de que no se haya atrapado a Osama Bin Laden y que se ha torturado a terroristas en Guatánamo sin proceso judicial, son cosas inauditas s para un gobierno norteamericano.
Bush dice que la historia sabrá acomodar el servicio que él brindó al país. Es verdad, el tiempo siempre acomoda las cosas. Especialmente podrá ser contrastado y observada su presidencia en perspectiva con lo que irá haciendo el próximo presidente Barack Obama. Si hay un nuevo ataque terrorista contra el país o algún otro reto de envergadura, todos compararán con lo que hizo Bush y de ahí podrán subirlo o bajarlo de un pedestal.

jueves, 15 de enero de 2009

Legitimando a La Habana

Habiendo hecho gala de respetar los derechos humanos y combatir durante su mandato y el anterior de su marido los crímenes atroces de la dictadura militar de Argentina, la presidenta Cristina de Kirchner tiene ahora la oportunidad de reivindicar su lucha cuando viaje este fin de semana a Cuba.

Ayer Human Rights Watch pidió públicamente a la presidenta que hable con los disidentes, a lo que se sumó una carta que dejó en la embajada argentina en La Habana, una delegación de las Damas de Blanco, esposas de los disidentes que fueron apresados durante la “primavera negra” de marzo de 2003, pidiéndole una audiencia.

Seguramente Cristina de Kirchner no se reunirá con nadie en disenso al gobierno de Raúl Castro, justificándose y aliviada de que se lo prohíben a todo político extranjero que pise suelo cubano. De esa forma desestimará que existen en la isla 267 presos políticos, que muchos presentan graves estado de salud y dará la espalda a un pueblo que ha sufrido la falta de libertad y que esta semana, en una encuesta clandestina de Cubabarómetro en la isla, pide a gritos democracia, siendo que el 77.2 por ciento considera que el sistema de elección general debe ser cambiado por un sistema de voto directo de todos los ciudadanos. (Ver resultados completos en El Nuevo Herald de Miami).

Lamentablemente, la Presidenta argentina irá a La Habana a legitimar una dictadura a la que combate en su país y que critica en otras latitudes como la ex chilena de Pinochet. Se trata en sí de una posición ideológica oportunista.

miércoles, 14 de enero de 2009

Desestabilizadores de la democracia

El presidente Alvaro Colom de Guatemala no pudo celebrar mejor su primer año de gobierno que sumándose a otros mandatarios latinoamericanos para acusar a periodistas, columnistas, medios, líderes de la oposición o de sindicatos y asociaciones civiles de “desestabilizar la democracia”.

Colom se sumó así a otros que denuncian frecuentemente conjuras y conspiraciones como especialmente lo hace Hugo Chávez, además de Evo Morales, Manuel Zelaya, Alvaro Uribe, Cristina de Kirchner, Rafael Correa, etc.

Colom aludió esta vez a críticas que el diario más importante de Guatemala, Prensa Libre, hizo sobre la labor de su gobierno y la de su esposa, tal vez para tapar problemas graves de su Presidencia que no está pudiendo conciliar, como es la creciente inseguridad pública y la pobreza. Ya en diciembre había denunciado planes para asesinarlo. En ambos casos, como ocurre con la mayoría de los presidentes, no aportó pruebas ni sobre la conspiración ni sobre la desestabilización.

Es una vieja treta que usa continuamente Hugo Chávez - ha detectado casi una docena de planes para asesinarlo, muy al estilo a los que detectaba Fidel Castro en su contra cuando todavía reinaba sobre la isla – quien ahora criticó de desestabilizador a un ex diputado que lo denunció por entregar más de 53.000 millones de dólares a otros países, a costa de su propio pueblo.

Seguramente en estos días, Chávez se despachará con la Corte Interamericana de Derechos Humanos que emitió una sentencia a favor de jueces venezolanos que fueron expulsados del Poder Judicial por haber declarado inconstitucional el trabajo de médicos cubanos en territorio venezolano sin la reválida necesaria. Como ya hizo en otras oportunidades el Estado venezolano, imitando al gobierno de Fujimori-Montesinos, desconocerá por completo la sentencia del tribunal interamericano, un desacato que sigue rasgando los valores democráticos.

Volviendo a Guatemala, tal vez Colom está descontento con lo que piensa la gente y por eso ataca a los diarios que han estado publicando encuestas de opinión sobre su mandato y alínea s sus periodistas con los intereses del crimen organizado. El diario El Periódico canalizó un sondeo reciente en que el 78.8 por ciento señaló que en la actualidad el país ha empeorado en relación con el gobierno anterior, el 16 por ciento opinó que sigue ''igual'' y sólo el 5.2 por ciento consideró que ha ``mejorado''. Esa percepción negativa se repite en el 74.1 por ciento de guatemaltecos que cree que el país ''va por el rumbo equivocado'', frente al 20.3 por ciento que piensa que ``va por el camino correcto''.

martes, 13 de enero de 2009

Piden a Obama garantías para la prensa

Se reconoce que en EE.UU. se respeta y garantiza la libertad de expresión de cada ciudadano, sin embargo cierto es también, que se cometen abusos de parte de los poderes públicos por lo que es necesaria una vigilancia permanente de parte de las instituciones dedicadas a la defensa de esa libertad.

En este trabajo muchas veces tuvimos que reclamar al Poder Judicial por el trato discriminatorio, la detención y encarcelamiento injustificado de periodistas y escritores que prefieren desafiar la ley valiéndose de la ética profesional para proteger sus fuentes informativas; y, últimamente, desde Septiembre 11 varias leyes promovidas por el Poder Ejecutivo han permitido a las fuerzas militares estadounidenses detener y encarcelar sin proceso judicial a muchos periodistas extranjeros. Por otro lado se reclama al Pentágono que no haya hecho esfuerzos para esclarecer las muertes de los reporteros durante la cobertura de los conflictos bélicos en Irak y Afganistán.

El Comité Para la Protección de los Periodistas (CPJ, siglas en inglés) envió ayer una carta a Barack Obama reprochando que “la detención sin juicio de periodistas ha desprestigiado a los Estados Unidos en el mundo y puede haber contribuido al aumento global del número de periodistas encarcelados al animar a los muchos autócratas que buscan pretextos o justificaciones para encarcelar a periodistas críticos”.

Aliados y amigos cercanos de los Estados Unidos como Azerbaiján, Egipto, Etiopía, Marruecos y Pakistán están dentro de los 10 países dónde la libertad de prensa se ha deteriorado más. Otros países como Túnez figuran entre los mayores censores en el mundo.

CPJ señala que catorce periodistas han sido detenidos por lapsos prolongados sin debido proceso en Irak, Afganistán y Guantánamo. Uno sigue tras las rejas. Los 13 restantes han sido liberados sin cargos después de pasar semanas, meses o años en prisión. Esta práctica viola el propio compromiso de las fuerzas militares de los Estados Unidos a revisar los casos de periodistas dentro de las primeras 36 horas de detención, dijo la organización.

CPJ, con sede en Nueva York y dedicada a la protección de periodistas en todo el mundo, pidió también a Obama que inicie la investigación “a fondo” de las muertes de cualquier periodista en manos de tropas estadounidenses. Desde 2003, por lo menos 16 periodistas han caído y otros han sido heridos de gravedad bajo fuego de las fuerzas de los Estados Unidos en Irak. “Hasta donde sabemos, las autoridades militares de los Estados Unidos han llevado a cabo investigaciones en menos de un puñado de casos. Las investigaciones exoneraron a los soldados involucrados en cada uno de estos casos”.

“El Pentágono - reclamó CPJ - debería llevar a cabo una investigación oportuna y rigurosa sobre las muertes de todos los periodistas bajo fuego estadounidense. Los resultados de dichas averiguaciones deben hacerse públicos y las lecciones aprendidas deben ser incorporadas dentro de los procesos operativos”.

lunes, 12 de enero de 2009

Franja de Gaza: prejuicios y pasiones

El conflicto israelí-palestino es difícil de entender, así como los sentimientos históricos que existen en la región que se hunden en las tradiciones judaicas, cristianas y musulmanas.

Es difícil no simpatizar en forma apasionada con uno u otro sector. Se han escrito ríos de tinta a favor y en contra del derecho de Israel de utilizar la política de “ojo por ojo, diente por diente” y muchos ven una desproporción del militarismo israelí sobre el grupo terrorista de Hamas.

Muchos gobiernos se valen de la situación. Hugo Chávez, ajeno al conflicto, aprovecha para servirse de su estrategia anti estadounidense y simpatizar así con su nuevo aliado, el gobierno iraní que siempre ha negado el Holocausto.

Los medios informan, opinan y generan justificaciones y excusas, despertando en todos, pasiones según lo que leemos o escuchamos. En Estados Unidos la mayoría de los medios justifica la decisión judía de atacar a Hamas como método de defensa; en Europa, por una cuestión de mayor cercanía y por las comunidades de inmigrantes musulmanas y judías que alberga al mismo tiempo, se pide mesura, cese al fuego y reiniciar procesos de paz; en el mundo Árabe la condena a Israel es unánime; mientras que en América Latina, a pesar de que haya países como Argentina con la tercer colonia de judíos del mundo, los medios reflejan posturas parecidas a las encarnadas por Chávez, lo que demuestra el sentimiento anti estadounidense y, en algunos casos, un antisemitismo que preocupa.

Las opiniones que tenemos parecieran que están muy alejadas de lo que es el conflicto en sí y más apegadas a prejuicios y pasiones que tenemos o a los que fuimos adhiriendo según los medios que consumimos, o los que culturalmente se fueron tejiendo en la sociedad. Según esos prejuicios nos manifestamos a favor o en contra del derecho a la defensa, a las represalias, al ataque proporcional, al territorio, a bombardear o destruir túneles, al embargo económico. Todo ello difícil de entender.

Deambulando por los medios de aquellos países para ver que decían, me quedé con una frase de uno de los diarios más importantes de Israel, el Haaretz, de Tel Aviv, en cuyo editorial del 9 de enero titulado "Just Get Out", expresó: “Israel debe retirarse de la tira de Gaza y buscar un acuerdo que asegure un alto el fuego a largo plazo y prevenga el rearme de Hamas”.

domingo, 11 de enero de 2009

Justicia "premial"

El gobierno de Colombia tiene numerosos méritos en el restablecimiento de la confianza pública sobre la funcionalidad de la democracia y los avances en materia de seguridad pública. Es por ello que el presidente Alvaro Uribe es el mandatario latinoamericano con mayor apoyo popular.

Sin embargo, considero un desacierto muy grande que daña (o al menos seguro que dañará a largo plazo) las instituciones democráticas del país, los incentivos jurídicos y económicos (incluido su derecho de migrar a otro país) que ofrece a aquellos guerrilleros que desertan de sus grupos, como este caso de la guerrillera Zenaida Rueda Calderón, alias ''Miryam'', que pasó 18 años en las FARC, más de la mitad de su vida que alcanza a 35 años.

El fin tal vez es loable, porque en realidad se trata de incentivar a los guerrilleros a que escapen con secuestrados y cortar así a las FARC un instrumento de extorsión política y económica valioso, con el que siempre ha sabido poner en jaque al gobierno y al pueblo colombiano. Sin embargo, esta especie de justicia “premial”, brinda un mensaje muy contraproducente a la sociedad, ya que muchos que siempre se han comportado bien sin cometer ningún delito podrían llegar a pensar que es mejor cometerlos y luego arrepentirse porque de esa forma algún día podrían tener el incentivo de un Estado que les paga, los exonera de ese delito, les ofrece inmunidad o los premia arreglando su salida del país para ir a vivir a Paris, como en el caso anterior.

La justicia “premial”, es decir aquella que otorga beneficios penales a quienes deben cumplir una condena, ha sido lamentablemente utilizada en Colombia y otros países para liberar a asesinos de periodistas, como en el caso del reportero gráfico argentino José Luis Cabezas, el periodista Tim Lopes de Brasil y Orlando Sierra de Colombia. En esos tres casos – luchas que mantenemos a través de organizaciones de libertad de prensa como en el caso de la SIP – se ha liberado antes de tiempo a los condenados por asesinato, quedando los casos mencionados en un estado de parcial impunidad.