sábado, 4 de diciembre de 2010
viernes, 3 de diciembre de 2010
Art Miami... si tuviera $$$!!!!!
Esta tarde con mi esposa Graciela fuimos a Art Miami, una de las ferias internacionales más renombradas del país. Escogí estas obras y como siempre termino, entre tanto arte contemporáneo, yéndome por obras clásicas. Aquí un óleo abstracto de William de Kooning; un dibujo en tinta de Picasso; un dibujo autorretrato de Giacometti en el que también entró mi reflejo; posando detrás de una escultura de Sierra y por último un óleo sobre madera de Picasso.
Seguramente por estas obras no me alcanzarían 100 millones de dólares, por lo que seguiré intentando suerte con la Lotto de la Florida... como dijo mi esposa. Uno nunca sabe.
Seguramente por estas obras no me alcanzarían 100 millones de dólares, por lo que seguiré intentando suerte con la Lotto de la Florida... como dijo mi esposa. Uno nunca sabe.
Art Miami, otras obras que me gustaron
Siempre me sorprende pasar por Art Miami cada diciembre. Me sorprende la sensación, por lo ecléctico del espacio y por la gente desprejuciada en su vestimenta y el botox que fluye de muchas caras. Pareciera como que estoy en otro sitio.
Lo del arte en Art Miami es lo más importante y he elegido en este post algunas obras que me gustaron o llamaron más la atención que otras, sin embargo siempre termino yéndome por valorar los artistas y obras más clásicas en desmedro de lo contemporáneo. Aquí les entrego de todas maneras algunas fotos que tomé de obras que me gustaron. Mi esposa, Graciela, que me acompañó concuerda solo con algunas. D, que estoy en otro sitio que no es Miami.
Pero además del arte, en Miami y especialmente en esta feria, así como la que en forma paralela se hace en Miami Beach, Art Basel, uno siempre queda soprendido por alguna celebridad. El año pasado el revuelo se armó entre los pasillos cuando apareció Pamela Anderson. Esta vez no tuve esa suerte, pero apareció Julián Lennon, el hijo de John, caminando y observando obras. Vino a Miami a exponer sus fotografías.
Estas obras me gustaron:
Lo del arte en Art Miami es lo más importante y he elegido en este post algunas obras que me gustaron o llamaron más la atención que otras, sin embargo siempre termino yéndome por valorar los artistas y obras más clásicas en desmedro de lo contemporáneo. Aquí les entrego de todas maneras algunas fotos que tomé de obras que me gustaron. Mi esposa, Graciela, que me acompañó concuerda solo con algunas. D, que estoy en otro sitio que no es Miami.
Pero además del arte, en Miami y especialmente en esta feria, así como la que en forma paralela se hace en Miami Beach, Art Basel, uno siempre queda soprendido por alguna celebridad. El año pasado el revuelo se armó entre los pasillos cuando apareció Pamela Anderson. Esta vez no tuve esa suerte, pero apareció Julián Lennon, el hijo de John, caminando y observando obras. Vino a Miami a exponer sus fotografías.
Estas obras me gustaron:
jueves, 2 de diciembre de 2010
Arte y tecnología
El mar y las playas de Miami quedarán reducidos a telón de fondo esta próxima semana. Toda la atención se concentrará alrededor de las mega-ferias de arte, Art Basel y Art Miami, y de un enjambre de exhibiciones satélites en museos, galerías y espacios públicos.
Estas exposiciones, con las que cierra el mercado del arte contemporáneo el 2010, atraerán a miles de coleccionistas, curadores, críticos y curiosos ocasionales; pero, más importante, permitirán observar la evolución del vanguardismo. En especial el desafío que presenta para los artistas y la industria del arte, la aplicación y acople de las nuevas tecnologías, en constante cambio.
Es que los materiales empleados en el arte contemporáneo son más efímeros o se hallan en continua mutación, a diferencia de los métodos que reconocemos tradicionales, más estables y perecederos, como óleo, bronce o mármol. No es lo mismo la vida de una pintura al óleo que una imagen digital, por ello los museos y coleccionistas, además de considerar el concepto del artista y la estética de la obra, también deben velar sobre cómo conservarla y mantener su originalidad.
El reto es que las tecnologías quedan obsoletas en poco tiempo, lo que es un dolor de cabeza para el arte visual como las obras concebidas en 8mm que debieron saltar a CD, DVD y ahora HD digital, considerando además que fenecieron sus utensilios y proyectores, y el público también sofisticó sus formas de observar.
Las obras clásicas no están exentas al deterioro ni a los accidentes como La Piedad de Miguel Angel atacada a martillazos por un tarado, o el agujero en una tela de Picasso causado por una visitante distraída al Museo Metropolitano de Nueva York. Pero los restauradores tienen mayor trabajo con los nuevos medios usados en el arte actual, como plexiglás, plástico, resinas, emulsiones y cintas magnéticas más sensibles al tiempo y a la luz, así como con software, chips y computadoras del arte virtual, cuya vida es muy limitada.
Las nuevas tecnologías crean dificultades a los museos y coleccionistas, pero más a las compañías de seguros. Deben cobrar primas por el valor intangible de una creación que se deteriora o desvanece en poco tiempo. ¿Cómo asegurar una obra de costo millonario compuesta por luz de neón cuando un foco tiene una vida útil de 2.000 horas y el artista no permite repararla? Quienes se dedican a este rubro, como la francesa AXA Art, saben que el reto es asegurar obras que se dañan y que calculan sólo sobrevivirá el 5 por ciento dentro de 100 años.
Pero independientemente de las nuevas tecnologías y de los métodos del artista, el mayor reto es para el público general. Cómo entender y distinguir lo que es arte, cuando lo contemporáneo busca transgredir sin mantener cánones tradicionales de estética. Es como si necesitara mayor información para comprender el mensaje, ya que algunas instalaciones y obras tienen más de entretenimiento efímero que de arte. Esta semana habrá que hacer mucho esfuerzo para comprender obras en Miami Beach, como la del colombiano Francois Bucher, que colocará libros dentro de las mesitas de luz de varios hoteles, mientras el mexicano Jorge Méndez Blake hará flotar en un recipiente con agua, una maqueta de una biblioteca hecha de plexiglás.
Es cierto que las tecnologías potenciaron las excentricidades, pero también el internet iluminó siglos de oscurantismo, como cuando los pintores y escultores ignoraban lo que hacían sus colegas o las tendencias que se tejían en sociedades aisladas.
El ciberespacio también ha contribuido a la expansión y recuperación económica de los mercados, como demostrarán las ferias de Miami. Los coleccionistas y compradores ocasionales cada vez acceden más a stands en ferias y galerías virtuales; compran on-line en remates; comparan precios, épocas y artistas en bancos de datos; ven catálogos en la aplicación de iPhone de la casa de subastas Christie’s u organizan foros sobre arte por Skype, permitiendo que el sistema de compra-venta sea más transparente.
Pero lo más importante, es que las nuevas tecnologías se han transformado en un aliado. Más allá de los desafíos para la industria, han servido para masificar y popularizar el arte, creando un público más educado e interesado.
miércoles, 1 de diciembre de 2010
Wikileaks y la responsabilidad de EEUU
Las primicias siguen apareciendo, los gobiernos enardeciendo y la gente sonriendo. Por más que se discuta si está bien que Wikileaks haya publicado información clasificada o secreta que fue obtenida mediante robo, lo importante es que la gente sigue consumiendo y enterándose de cosas que de otra forma no hubieran quedado jamás en la superficie.
El hecho de que la palabra secreto o clasificado anteceda a toda información, pareciera que le diera a cada chisme la veracidad y rigurosidad de una información contundente, cuando en realidad, mucho de lo que se dice en los cables tiene que ver más con opiniones de funcionarios diplomáticos, chismes obtenidos de lo que dicen y rumorean los medios y en las fiestas sociales y en las tertulias de café, que en verdades rigurosamente obtenidas y contrastadas.
Si en realidad quisiéramos estar frente a secretos importantes y perturbadores que podrían desnivelar el balance en el mundo, deberíamos remitirnos a los que mantiene y ejecuta la CIA y todas las demás organizaciones de inteligencia, así sea el Mosad israelí, el M16 británico, el DAS colombiano o la SIDE argentina. Las filtraciones actuales son importantes igualmente no tanto por su contenido, sino porque demuestran cómo actúan los equipos diplomáticos de un país, como manejan las percepciones, prejuicios e imágenes de su contraparte, lo que terminan siendo en muchos casos solo opiniones subjetivas.
Varias cosas que se sacarán en limpio de toda esta maraña de información en las próximas semanas. No pareciera que el mundo va a la deriva, aunque EEUU está perdiendo cada vez más credibilidad. Esta cuarta etapa de filtraciones masivas es tal vez la más contundente, ya que mina la credibilidad del actual gobierno, dejando de lado las culpas que siempre se le cargaron a George Bush. Esta desconfianza en EEUU y entre todos los diplomáticos tendrá un efecto importante en las relaciones diplomáticas y de comunicación entre todas las naciones; creo que, así como el derribo de las Torres Gemelas trajo aparejado la molestia de la seguridad y de la revisión de los viajeros en los aeropuertos, las filtraciones de información de Wikileaks generarán medidas de prevención que coartarán las comunicaciones internacionales. Los gobiernos asumirán con mayor naturalidad recortes a la libertad de expresión, bajo la excusa de que les resultará más fácil convencer al público de que las regulaciones deben ser adoptadas para evitar problemas a la seguridad nacional.
Seguramente el gobierno estadounidense esté tentado a perseguir a Wikileaks y su dueño el australiano Julian Assange – ahora prófugo de la justicia internacional por delitos sexuales cometidos en Suecia – y ya se está estudiando si puede ser procesado por la Ley en contra del Espionaje estadounidense. Los abogados y la nueva fuerza de tarea creada por el presidente Barack Obama para evitar nuevas filtraciones, seguramente encontrarán la forma de neutralizar a Assange.
Este es justamente el peligro. Imponer cortapisas a Assange, podría servir de excusa a muchos países opresores y autoritarios del mundo a justificarse en el ejemplo de EEUU para impulsar leyes y regulaciones que les permitan violar la libertad de prensa y de expresión legalmente.
EEUU tiene ahora la responsabilidad, más que antes, de actuar de la forma más apropiada para que cualquiera acción en contra de las filtraciones no se transforme en un boomerang en contra de la libertad de prensa en el mundo.
martes, 30 de noviembre de 2010
Chávez el oportunista
Era obvio que Hugo Chávez aprovecharía el “cablegate” de Wikileaks para llevar agua para su molino y denigrar al “imperio” y se esperaba que entre sus reacciones pidiera la renuncia de Hillary Clinton señalándola como la responsable de mucha de las estupideces diplomáticas, faltas éticas y espionaje ilícito que quedó en evidencia con las cientos de miles de fojas de filtraciones.
Ahora, de ahí que Chávez en contraposición y en represalia por las filtraciones dijera que por ello él profundizará la revolución socialista y las alianzas con los países enemigos de EEUU, es solo puro oportunismo. Chávez de esta forma aprovecha a hacerse el amnésico, como si no tuviera claro que perdió las elecciones populares, lo que traducido a cristiano significa que el electorado le dijo que no a la revolución socialista.
Es obvio que Wikileaks todavía está jugando a ser el Robin Hood de las informaciones, ya que en estos tres últimos años ha publicado materiales clasificados del gobierno de EEUU y sus aliados. Pero si en algún momento publicara materiales sobre países opresores o de gobiernos autoritarios, como Venezuela, seguramente también se hallarían buenas perlitas.
¿Será que Wikileaks nunca recibió materiales secretos intercambiables entre los gobiernos de Chávez y Cristina de Kirchner por el “valijagate” o la embajada paralela? ¿O sobre las relaciones petro dependientes entre Chávez y Fidel, Chávez y Evo, o Chávez y el Mono Jojoy, o Chávez y los nexos Farc-ETA, o Chávez y Correa, o Chávez y Zelaya, Chávez y Ortega, o Chávez y Kadafi, o Chávez y Irán?
Wikileaks y la transparencia
La filtración de documentos confidenciales de la diplomacia estadounidense por parte del sitio de internet Wikileaks acarrea grandes interrogantes, sobre todo de quienes se preguntan si el sitio hizo bien o no en publicar, si su aporte obligando a la transparencia gubernamental es más importante que las consecuencias peligrosas que podría acarrear para las personas y países involucradas, si el derecho a saber de las personas debe prevalecer sobre la seguridad nacional, si Wikileaks debe ser medido bajo las mismas reglas que se guía el periodismo
La discusión no es nueva, es casi tan vieja como los tres años que tiene el sitio en que se ha dedicado mayoritariamente a publicar información confidencial que extrae de fuentes gubernamentales de Estados Unidos y otros aliados como Inglaterra; y que este año han servido en tres oportunidades a mostrar atrocidades cometidas en las guerras de Irak y Afganistán y a partir de este domingo, con 250.000 documentos con distintos niveles de secrecía, dio a conocer cables entre la cancillería estadounidense y sus embajadas en numerosos países del mundo.
Tal vez sea ésta, la vez más dura contra la presidencia de Barack Obama, cuyos funcionarios hoy, como la canciller Hillary Clinton, salieron a despotricar en contra de la irresponsabilidad de Wikileaks y de que se tomarán medidas. Los documentos anteriores sobre las guerras afectaban al ex presidente George Bush, de ahí la vergüenza del gobierno de Obama y como se irá derrumbando su credibilidad en las relaciones con sus países amigos y aliados estratégicos.
No es para menos, aunque muchos documentos no son clasificados, igualmente en los que dio a conocer Wikileaks y los medios de referencia escogidos en el mundo (The New York Times, The Guardian, Le Monde, Der Spiegel y El País – CNN y The Wall Street Journal no aceptaron de parte de Wikileaks publicar a la misma vez este domingo pasado) se ven situaciones muy embarazosas para los diplomáticos estadounidenses que debieron hacer las veces de espías o dando reportes irrespetuosos sobre políticos y líderes de otros países, desde pedir el dna del entonces candidato presidencial paraguayo Fernando Lugo o preguntando sobre el estado mental de la presidenta argentina Cristina de Kirchner.
También los cables revelan situaciones insospechadas, como conversaciones con líderes árabes y musulmanes de medio oriente que piensan de la misma forma que los israelíes en cuanto a Irán, pidiéndole a EEUU que actúe militarmente con tal de evitar que el gobierno iraní consiga fabricar armas nucleares. En estos próximos días, los medios de comunicación que acordaron con Wikileaks seguirán asombrando.
Estos medios involucrados han confirmado la información provista por Wikileaks, han escogido no ofrecer información que pudiera poner en riesgo a las personas y han establecido que la mayor parte de los materiales no son “top secret” o tenían grados de secrecía mínimos. Creo que los medios han seguido trabajando con las reglas del periodismo, que tienen que ver con la rigurosidad y la confirmación de la información. Aunque muchos pueden criticar que se han prestado a ser megáfono de información que podría poner en riesgo temas de seguridad, en ellos prevaleció el principio de transparencia que guía a todo el periodismo cuando se trata de mantener fiscalizado y transparente al gobierno, especialmente cuando los gobiernos tienen la cómoda actitud de exagerar calificando de secreta a mucha información que no cumple con esos requisitos. Los medios no tienen otra opción que publicar por el servicio que se está ofreciendo en materia de transparencia y de mantener a los ciudadanos informados.
Lo de Wikileaks es un buen servicio acorde a los tiempos de altas tecnologías en los que vivimos. No puede ser catalogada como un medio de comunicación periodístico porque no cumple con los preceptos de los medios sobre confrontación de fuentes, rigurosidad, transparencia de los procesos y, sobre todo, de ser responsable ante las leyes de un país que tienen que ver con los límites que se imponen a temas de difamación, revelación de secretos de Estado, y responsabilidades informativas, porque simplemente no es de un país, es prácticamente, en materia territorial, una entidad abstracta. Wikileaks publica textos que fueron obtenidos ilegalmente, no dice de dónde los consiguió, sus fuentes o cómo, pudiendo haber sido material robado o plantado por los propios servicios de inteligencia o con propósitos alejados de la propia transparencia que dice defender.
Pero el gobierno estadounidense no debería preocuparse tanto por el mensajero sino sobre cómo procesa su información confidencial; y más que medidas y leyes para procesar a Wikileaks, debería prestar más atención a cómo trabaja la información dentro de los sistemas diplomáticos y de inteligencia.
Por ahora, en este capítulo doloroso para la política estadounidense, nos estamos beneficiando todos ya que podemos entender mejor cómo se maneja el país y se tejen las relaciones internacionales; algo que a los periodistas les toca mucho tiempo descifrar debido a su responsabilidad más apegada a la rigurosidad y el contexto. Es más fácil – aunque más irresponsable – publicar documentos sin ese contexto y que se vea la verdad descarnada y que cada uno saque las conclusiones. Hasta el momento Wikileaks representa una forma de mayor transparencia. Pero en estos días habrá mucha tela para cortar y datos que analizar.
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