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febrero 18, 2017

Odebrecht: Todos salpicados

Las justicias de Brasil y EEUU revolearon la media en el caso Odebrecht y salpicaron a medio mundo. Muchos son los gobiernos, presidentes y funcionarios en América Latina que fueron embardunados por los sobornos de la constructora brasileña.

Desde que Marcelo Odebrecht y 77 de sus ejecutivos decidieron confesar y delatar a quienes sobornaron para ahorrarse unos años de condena, se pronostica un efecto cascada que arrasará con varios gobiernos de los 12 países donde mantenía su esquema de corrupción para adjudicarse obras públicas.

Entre tanta podredumbre encubierta, lo positivo del destape provocado por la Justicia brasileña, es que incentivó la cooperación judicial internacional, que se compara a lo que EEUU motivó con las acusaciones en contra de la FIFA, las que ayudaron a barrer gran parte de la suciedad en el fútbol.

Esta semana en Brasilia se reunieron fiscales de 15 países para coordinar medidas que les permitan mayor rapidez y eficiencia para encausar a quienes resulten delatados por las “confesiones del fin del siglo”, apodo que la prensa le dio a las revelaciones de los 77 ejecutivos, apenas termine el secreto de sumario. Los primeros coletazos concretos fueron de los fiscales de EEUU. Señalaron esquemas de lavado de dinero, empresas fantasmas y nombres de quienes fueron favorecidos por la oficina Sector de Operaciones Estructuradas de Odebrecht, desde donde se originaban los sobornos, de los cuales, 320 millones de dólares fueron destinados a las maquinarias electorales de la región.

Odebrecht ya pagó 3.500 millones a Brasil, Suiza, EEUU, República Dominicana, Perú y Panamá para seguir operando y pagar el salario a sus 168 mil empleados. Sin embargo, las multas no exonerarán a nadie. La prueba es que la Fiscalía peruana esta semana ordenó la captura, recompensa mediante, del ex presidente Alejandro Toledo que habría embolsado 20 millones de dólares, delito que también se les imputa a sus colegas Alan García y Ollanta Humala.

El caso peruano, así como los señalamientos contra el presidente brasileño Michel Temer, su colega, la destituida Dilma Rousseff y el ido a menos Lula da Silva, hace que gobiernos y ex dirigentes en Argentina, Colombia, Ecuador, Guatemala, México, República Dominicana, Panamá y Venezuela, pongan sus barbas en remojo.
En los próximos meses se verá a muchos buscando abogados defensores y a partidos políticos y empresas inventar conspiraciones internacionales para escudar a los suyos. Lo importante es que la internacionalización de los delitos permite menos escudos y las justicias locales (al menos las que tienen cierto grado de independencia) se sentirán más libres y comprometidas para acabar con la impunidad, el principal escollo que debe superar América Latina, como señaló Transparencia Internacional en su informe de 2016.

A la impunidad y la corrupción se le suma el terrorismo y el narcotráfico como los desafíos importantes de la región. La Justicia de EEUU observó todos esos vicios reunidos en una sola persona, el vicepresidente de Venezuela, Tareck El Aissami. Lo incluyó esta semana en la Lista Kingpin, acusándolo por su “significativo papel en el narcotráfico internacional”, y trabándole su fortuna de 3 mil millones de dólares, cientos de ellos invertidos en empresas y edificios en el área de Miami.

Era previsible que el presidente Nicolás Maduro terminaría acusando al imperio de entrometerse en la soberanía nacional. Antes argumentó la misma defensa por sus sobrinos enjuiciados por narcotráfico ante tribunales de Nueva York y por las acusaciones en el mismo sentido que la prensa internacional hizo contra Diosdado Cabello, quien lo secundó en el poder hasta hace poco. Sin mucha credibilidad y apresado en su propio narcoestado, Maduro esta vez cortó el hilo por lo más delgado. Ordenó prohibir la señal de CNN en Español, acusando a la cadena de hacer “propaganda de guerra” imperialista.

La historia de Odebrecht ojalá ratifique el dicho de que no hay mal que por bien no venga. Es de esperar que el mal producido, sirva para crear buenos antídotos contra la impunidad y la corrupción. Leyes más severas, más independencia y recursos para los sistemas judiciales, sistemas de cooperación internacional y mayor transparencia se hacen herramientas obligatorias. trottiart@gmail.com

marzo 20, 2015

Ingenuidad política de EEUU: Venezuela revivió

Es difícil no enojarse con las políticas de EEUU que muchas veces han pecado por ser bruscas y otras veces por ingenuas o, al menos, que no tengan el timing adecuado, transformándose en desacertadas por decir lo mínimo.

Sin dudas un nuevo caso es el de haber declarado a Venezuela una amenaza para la seguridad nacional. Si bien EEUU puede tener las justificaciones para sancionar a siete funcionarios venezolanos por violación a los derechos humanos, y que haya tenido que técnicamente usar una ley que exige la figura de la amenaza a la seguridad nacional para explicar el porqué de las sanciones, lo que quedó en el ambiente es que la política exterior estadounidense ha desaprovechado el viento de cola que traía con las nuevas relaciones diplomáticas con Cuba.

EEUU estaba en inmejorable posición para llegar a la VII Cumbre de las Américas que se celebrará el 11 de abril en Panamá, tras el anuncio y las posteriores negociaciones con Cuba sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países. El repentino anuncio hecho por Barack Obama y Raúl Castro al unísono el 17 de diciembre, de golpe y porrazo dejó a Venezuela y su mandamás, Nicolás Maduro, totalmente descolocado. Entonces pareció ser una obra maestra de la política estadounidense, obligando a un cambio de paradigmas en la geopolítica del continente americano.

Pero así como aquella decisión tuvo un golpe de efecto virtuoso y asomaba como un hito que replantearía la agenda menos antiimperialista de todas las Cumbres de las Américas anteriores, el bad timing de las medidas anunciadas contra Venezuela, retrotraen la agenda a la situación de entonces.

Aunque las sanciones contra los siete funcionarios pueden estar justificadas, los funcionarios de la política exterior estadounidense tendrán que esforzarse al máximo para neutralizar la propaganda de Maduro. Ni lerdo ni perezoso, era fácil advertir que volvería al ruedo internacional con la parafernalia propagandística del chavismo que tantos éxitos le dio en el pasado para desviar la atención sobre sus problemas internos galopantes: inflación, desempleo, escasez, violencia e inseguridad, por hablar de algunos.


EEUU le dio suero y vida a un Maduro que estaba en terapia intensiva. Maduro irá renovado a la Cumbre, encumbrado, además, por un montón de líderes regionales que si bien antes mantuvieron silencio por la situación antidemocrática en Venezuela, ahora se verán obligados a declarar su apoyo al régimen.  Y aunque todo parezca un acto de gran hipocresía, EEUU empoderó esta situación.    

enero 06, 2015

La esclavitud del pensamiento

A juzgar por cómo terminó el 2014, el 2015 se antoja como un año en el que habrá que seguir luchando contra aquellos que buscan imponer sus ideas a través del miedo y la censura.

Décadas atrás nadie imaginaba que todavía en este siglo la lucha por la libertad de expresión sería un objetivo a alcanzar. Tampoco nadie imaginaba que hubiera  tantos gobiernos autoritarios con “miedo a la libertad”, como subrayaba Erich Fromm, que justificarían la censura para poder sobrevivir.

El 2014 se despidió con varios hechos que ejemplifican esa puja entre censura y libertad. El régimen de los hermanos Castro, pese a las esperanzas de medio mundo por una Cuba libre tras el acuerdo con Barack Obama, cayó de nuevo preso de sus propios miedos a la libertad.

Este fin de año fueron apresados varios periodistas y activistas cubanos por tratar de participar de una instalación de la artista Tania Bruguera, cuya idea era desafiar al gobierno con un micrófono abierto para que quien quiera pudiera expresar sus quejas por un minuto. Era obvio que Bruguera también sería detenida desde que convocó a la gente a que no tuviera miedo de expresarse libremente, bajo el lema #YoTambiénExijo, en la Plaza de la Revolución, corazón de la dictadura castrista.

Pese a los cambios prometidos por Raúl Castro, un gobernante que considera cada mínimo detalle de expresión como si fuera una provocación o un acto de desobediencia civil, es fácil advertir que deberá pasar mucho tiempo antes de que los cubanos dejen de sentirse esclavos del pensamiento oficial.

Otro hecho por demás absurdo este fin de año, fue la amenaza del gobierno del dictador norcoreano Kim Jong Un de que tomaría represalias violentas contra el gobierno de EEUU y los cines que se animaran a proyectar la película La Entrevista, una comedia sobre dos periodistas que fueron contratados por la CIA con la misión de asesinarlo.

Previo a las amenazas, un grupo de hackers de Corea del Norte atacó los servidores de Sony, productora del film, infiriéndole graves daños informativos y económicos. Las amenazas terroristas y los ciberataques demuestran cuán ciego puede ser un régimen cuando abraza el autoritarismo y el culto a la personalidad, habiendo provocado un marketing espectacular para una comedia mediocre, cuya trama no estaba enfocada sobre el asesinato del líder norcoreano, sino más bien en hacer una sátira del papel de la CIA y del periodismo activista.

Cuando los gobiernos no saben lidiar con la libertad tratan de imponerle requisitos y terminan creando responsabilidades para “acabar con el libertinaje”. Una forma de enmascarar o justificar la censura oficial es mediante leyes nuevas o antojadizas normas morales.

El gobierno más aventado en estas lides en 2014 fue el del presidente ecuatoriano Rafael Correa, quien creó el antídoto perfecto para maniatar la libertad de expresión. Su Ley de Comunicación, creada a imagen y semejanza de su intolerancia a la crítica, transformó a la información y a la opinión en un “bien público”, es decir le dio al pensamiento el mismo estatus de servicio público que tiene la electricidad, el agua, la educación o la salud.

Bajo ese esquema, el presidente Correa puede decidir y regular sobre lo que está bien o mal dicho según su criterio. Así hizo multar a un periódico porque no destacó en primera página - solo en la quinta - su visita oficial a Chile o sancionar al caricaturista Bonil por publicar un dibujo en El Universo burlándose de la corrupción en el gobierno. Lo que es peor, además del cierre de varios medios que ya provocó esta nueva censura oficializada por ley, muchos periodistas y usuarios de internet se están autocensurando por miedo a las represalias de los organismos que tienen la misión de controlar los contenidos y abortar pensamientos.

La enseñanza que dejan estos episodios absurdos es que la libertad de expresión siempre estará amenazada por los autoritarios que andan en busca de cualquier excusa con tal de imponer sus pensamientos.


Lo peor de la censura, y de los autoritarismos que la provocan, es que quede instalada en el inconsciente de nuestros pensamientos. Por eso no hay mejor forma de luchar contra esa esclavitud que denunciarla. Ante la falta de medios, el internet, inexistente años atrás, es un instrumento formidable para esa causa. trottiart@gmail.com

diciembre 29, 2014

El testamento de Fidel y Raúl

Todos se rebanan los sesos sobre qué pasará en Cuba ahora que se aliviaron las tensiones con EEUU y que el “modelo cubano no funciona incluso para nosotros”, como había confesado Fidel Castro en sus reflexiones.

En lo económico habrá mayor apertura y es posible que Raúl Castro empuje por un capitalismo controlado al estilo chino o vietnamés. En lo político, sin embargo, ya dijo que la revolución comunista proseguirá. Los Castro saben que si ofrecen elecciones libres, justicia independiente, libertad de expresión y otros derechos humanos que vapulearon por más de medio siglo, tendrán que asumir responsabilidades. Dictadores menos autoritarios que ellos debieron responder por crímenes de lesa humanidad ante la justicia y tribunales internacionales.

Barack Obama más allá de descongelar las relaciones diplomáticas, intercambiar espías, sacar a Cuba de entre países que promueven el terrorismo y aumentar permisos de viajes y el comercio con la isla, no puede hacer mucho más. Quitar el embargo no es de su competencia, sino de un Congreso que ya no controla.

¿Entonces por qué se llegó a este acuerdo? Fue un gesto político de conveniencia entre dos partes a las que se le agotaron los recursos y el tiempo, un anabólico que permite a ambos líderes a cada lado del Estrecho de la Florida, llegar al final de la carrera dejando algo importante en su testamento, su legado para la posteridad.

La muerte política para ambos está cerca; para los Castro incluso la biológica.  Obama venía de perder el Congreso en las elecciones legislativas de noviembre, ser acusado de pusilánime en materia de relaciones internacionales y pese al repunte sostenido de la economía, su popularidad cayó al piso, sumándose a una breve lista de presidentes en desgracia como George Bush. 

Obama miró de repente a América Latina no porque la descubrió casi al final de sus dos presidencias, sino porque quiere neutralizar la expansión de los chinos hacia la región que tienen la misma visión y métodos económicos que tuvieron los españoles y portugueses cinco siglos atrás.

De todos modos, Obama no es ni traidor ni ignorante como fue acusado por legisladores de origen cubano. Su decisión está sustentada por el bajo apoyo que tiene el embargo entre estadounidenses y cubano americanos con menos del 30 y  40% respectivamente. Además, es coherente con la política exterior incoherente de EEUU respecto a regímenes autoritarios, que lo mismo caza a Saddam Husseim o Muammar Gadafi, encarcela a Manuel Noriega, critica al norcoreano Kim Jong-il o sanciona a Nicolás Maduro, con la misma convicción que entronizó a Augusto Pinochet o se alía con el rey saudí Abdullah.

A los Castro, por otro lado, ya no les queda mucho tiempo. El gesto de Obama les vino como anillo al dedo para firmar su testamento y pasar la hoja. El problema es que no tienen mucho que repartir; excepto, vanagloriarse de su tozudez para aferrarse a un montón de ideas que le sirvieron para crear cierto romanticismo en el mundo sobre la base de criticar al imperio y al capitalismo o achacarle al embargo comercial la culpa de su ineficiencia.

Bien saben los Castro que ni en lo económico ni en lo político el modelo funciona como lo admitió Raúl en la Conferencia Nacional del Partido Comunista: “Los dogmas y criterios están agotados”. Es que Cuba siempre fue parásito de Rusia, China y Venezuela, salvavidas de turno que le ayudaron a sobrevivir su estado perenne de bancarrota.

Los desafíos que tendrá Cuba son muchos, pero el más importante será de dotar a la apertura económica con libertad y regenerar la capacidad de trabajo e incentivos para producir, dado que el comunismo deshizo la creatividad, la innovación y la responsabilidad por el trabajo individual. Cuba ya no puede aferrarse a exportar recursos humanos ni manipular a su gente como si fuera mercancía, enviando médicos, maestros y mercenarios para alfabetizar en Bolivia, curar en Venezuela o pelear en Angola o con movimientos terroristas latinoamericanos.

En esta nueva etapa, si los Castro quieren escribir un buen testamento, aunque sean enemigos de las ideas sobre el capital, deberán darle prioridad a su capital humano. La forma de hacerlo será ofreciendo libertad, el único valor que energiza al individuo y a una sociedad.

diciembre 15, 2014

CIA, tortura y promoción democrática

En este espacio he criticado los programas para promover la democracia del gobierno de EEUU porque, pese a sus buenas intenciones por impulsar libertad en el mundo entero, cayó muchas veces en propaganda y en la imposición de estilos de vida mediante técnicas non sanctas.

El informe que el Senado de EEUU ofreció esta semana sobre los métodos de tortura que la Agencia Central de Inteligencia usó para obtener información de terroristas detenidos después de los atentados de “Setiembre 11”, forman parte de los abusos que se cometen en nombre de la seguridad y los intereses nacionales.

Así como los métodos violentos que en su historia la Iglesia Católica usó para evangelizar, EEUU cayó muchas veces presa de sus nacionalismos y fanatismos para imponer democracia. Promovió golpes de Estado, guerras y estrategias de espionaje, como los de la Agencia Nacional de Seguridad.

Las prácticas de tortura empleadas por la CIA de 2001 a 2009, aunque atenuadas por el presidente Barack Obama al explicar que se dieron en un contexto de pánico y con el fin de evitar otros atentados, no pueden dejar de condenarse. Se trata de una conducta brutal que pone en entredicho la cultura de libertad y democracia que pregona el país.

Pese a los hechos en sí, es importante registrar que la denuncia del Senado y la polémica desatada entre los poderes públicos, la ciudadanía y la comunidad internacional, han servido para mostrar la calidad del sistema democrático estadounidense que se ha construido sobre la base de la transparencia, la obligada rendición de cuentas al público por parte de quienes administran la cosa pública y la independencia de los poderes políticos.

Pocos países y gobiernos tienen esa vocación y tradición a favor de la crítica y la autocrítica. Muchos, más bien, terminan escudándose detrás de una cultura basada en el secreto. Obama resumió bien esa filosofía: “Una de las fortalezas que hace a EEUU excepcional, es nuestra voluntad de afrontar abiertamente nuestro pasado, encarar nuestras imperfecciones, hacer cambios y mejorar”.

La polémica y la conversación entre gobierno y ciudadanos sobre temas espinosos es parte de la idiosincrasia estadounidense. Todos reconocen que existen muchas imperfecciones – la lucha por la igualdad y el racismo sintetizan ese sentir – pero nadie sufre represalias oficiales por ejercer su derecho a hablar, opinar y criticar.

El informe del Senado y la respuesta que la CIA está preparando al público, demuestran la fortaleza de un sistema que prefiere saber la verdad y afrontar las consecuencias. Por ello mientras se daban a conocer las 500 de las 6.000 páginas del informe, el gobierno tomó precauciones ante posibles represalias en el mundo entero.

No hay que pecar de ingenuos. La transparencia no es automática. Muchas veces es inducida con fórceps, bien sea por la ley de acceso a la información pública que permite a los ciudadanos solicitar datos o por filtraciones e infidencias fortuitas. Entre estas, están las denuncias que hicieron Julian Assange y Edward Snowden o las que reveló el enigmático “garganta profunda” durante el escándalo de espionaje del caso Watergate que derivó en la renuncia del presidente Richard Nixon.

Lo importante es que para que haya verdadera transparencia siempre se necesitará una alta dosis de independencia entre poderes públicos. Este caso lo ejemplifica muy bien, ya que esa autonomía entre poderes provoca que existan contrapesos y controles entre un poder y el otro: Senado contra la CIA, Obama contra el Congreso o Departamento de Justicia contra Fiscalía.

La democracia se nutre de ese proceso de choque entre poderes; es cuando pasa de ser un principio abstracto a convertirse en una realidad concreta. Solo basta con pensar en el nivel de independencia que tienen los poderes públicos y si existen contrapesos, para medir la calidad democrática de un país.

El gobierno de EEUU no debería preocuparse por promover su sistema con métodos cuestionables o con un Hollywood cliché en que los buenos siempre llegan al final de la película imponiéndose entre aplausos, banderas y consignas nacionalistas. Simplemente necesita seguir demostrando que el respeto por la discusión pública y la independencia de poderes son ejemplos contundentes para promover democracia. 

noviembre 23, 2014

China – EEUU: Aire más puro

Lo más trascendente de la Cumbre Asia-Pacífico no fueron los acuerdos comerciales entre China y EEUU o que se tejieran relaciones este - oeste, sino que Obama se reinventara buscando su norte tras la reciente derrota electoral.

Tras perder las dos cámaras del Congreso a manos de los republicanos, Obama entiende que su legado está en la política exterior. Tiene ahí mayor margen de maniobra que en temas internos. Por eso dejó de lado la beligerancia competitiva con China en asuntos comerciales y tecnológicos, para tejer un fuerte compromiso para detener el cambio climático.

Es la primera vez que ambas potencias se comprometen mutuamente a reducir los gases de efecto invernadero. Ya no existen dudas que son los máximos responsables por el calentamiento global cuyas consecuencias son evidentes: aumento del nivel de los mares, extinción de plantas y especies, cambio brusco en el patrón de cosechas, más muertes y nuevas enfermedades por problemas respiratorios. Para lo más escépticos, un video reciente de la NASA, www.nasa.gov, muestra la elocuencia trágica de la presencia de dióxido de carbono en la atmósfera norte del planeta, acusando con el dedo a los países más desarrollados.

Nadie cree que este nuevo acuerdo, entre quienes generan el 45% de la contaminación mundial, sea suficiente. Pero sí era necesario. Los presidentes Obama y Xi Jinping declararon una guerra común contra la energía por carbón y quieren que las energías limpias y renovables ocupen la agenda de las próximas décadas. El objetivo común es limitar que la temperatura suba 2 grados centígrados en este siglo. Las proyecciones son catastróficas si sucediera. Para ello, China se comprometió a consumir 20% más de energía limpia para 2030 y EE.UU. a reducir la contaminación a 17% para 2020 y a 26% para el 2030.

Es cierto que el acuerdo entre estas potencias es solo papeles y pura demagogia mientras no muestren acciones concretas de cómo alcanzar sus objetivos paso a paso. Además, esos límites no consideran cabalmente el aumento demográfico en cada país, en especial en China, fuente de contaminación creciente considerando la necesidad de producir más energías.

Lo que resta ahora es que este nuevo marco incentive mejores compromisos en la cumbre de diciembre en Lima y de París del próximo año, donde se espera que los gobiernos alcancen un nuevo tratado de carácter obligatorio que suplante al de Kioto, que ha quedado desfasado, incumplido y tiene grandes ausentes.

No todo es problema en el norte. Las noticias tampoco son buenas en América Latina. Brasil tiene en la Amazonia el pulmón del planeta la solución en sus manos, pero la tala indiscriminada y a pasos agigantados está convirtiéndose en el problema a resolver. La deforestación aumentó en ritmo frenético en el último año, alcanzando 5.891 kilómetros cuadrados muy por arriba de los niveles que se registraron en años anteriores. Antes, las leyes punitivas funcionaban, pero los taladores y contrabandistas le han encontrado sus puntos débiles.

Resta que Dilma Rousseff acepte la responsabilidad para enfrentar el problema, así como lo hizo Obama antes de acordar con los chinos. Después de décadas de resistencia, el gobierno estadounidense aceptó su compromiso tras un informe categórico, “Evaluación Nacional del Clima”, en el que 300 científicos, sin más excusas, determinaron que el cambio climático es efecto de la actividad humana. A partir de ahí se establecieron metas para reducir las emanaciones de automóviles y la explotación de energías fósiles.

Esa posición de Obama ayudó para que este año otros gobiernos resistentes a elaborar protocolos para la descontaminación, como los desarrollados Canadá y Japón con altos índices de polución y la emergente India, se comprometieran en la asamblea de Naciones Unidas a reducir los gases contaminantes a través de un tratado con objetivos concretos.

Nadie puede quedar sin responsabilidad frente al calentamiento global, todos son responsables, los países desarrollados por su nivel industrial y los en desarrollo por la deforestación. Después de Lima y de París ya no quedarán muchas opciones y tiempo para revertir la situación, a no ser que haya un vuelco masivo y decidido a favor de las energías renovables. Así como está, el futuro se mira catastrófico. 

agosto 10, 2014

¿Promoción democrática o propaganda?

La política exterior de EEUU es compleja. Difícil distinguir entre programas de promoción democrática y propaganda. Lo que denomina acciones pro democracia en países autoritarios, aquellos lo perciben como intentos de desestabilización.

Esa diferencia de apreciación se evidenció de nuevo cuando la agencia de noticias AP reveló esta semana que el gobierno de Barack Obama sigue usando métodos secretos para provocar cambios políticos en Cuba. EEUU utilizó a jóvenes venezolanos, peruanos y costarricenses que, camuflados en actividades cívicas y sanitarias, reclutaban a sus pares cubanos con intenciones desestabilizadoras.

Cuba bramó. Es la segunda vez que AP denunció programas encubiertos de pro democracia dirigidos hacia la isla. En abril pasado descubrió la creación del ZunZuneo, una especie de “twitter cubano” que pretendía erigirse como una plataforma de inconformidad política entre jóvenes, con el objetivo de contagiar una “primavera” similar a la que ocurrió en países árabes.

En ambos casos, la estadunidense Agencia de Ayuda Internacional, USAID, que financió estos programas, no tuvo eficacia. El gobierno de Obama pareció pecar de ingenuo al usar métodos de propaganda para desestabilizar un sistema político tan perverso y restrictivo como el cubano.

Para contrarrestar la denuncia de AP, la ingenuidad fue más allá. La empresa contratada por USAID, Creative Association International, argumentó que solo entrenaba a jóvenes en derechos humanos, liderazgo y salud, sin meterse en cuestiones políticas; mientras que el gobierno justificó que empodera a los ciudadanos para que resuelvan problemas sociales y sean factores de cambio.

EEUU no debería pedir excusas. La promoción de la democracia en países opresores es parte del ADN de su política exterior tras la promulgación de la universalidad de los derechos humanos en 1948. Pero debería ser más trasparente y evitar métodos secretos cuando tiene opciones de hacerlo abiertamente y por canales diplomáticos; es que los programas clandestinos, muchas veces, derivaron en confrontación, invasiones o golpes de Estado.

A Cuba tampoco habría que prestarle mucha atención. Así como el refrán reza que “el muerto se asusta del degollado”, era obvio que aprovecharía la ocasión para potenciar su prédica anti imperialista y hacer propaganda, su mayor destreza. Cuba logró convencer al mundo entero que es una víctima de las grandes potencias signadas por el capitalismo salvaje y que Fidel Castro es un romántico, un intelectual de izquierda, cuando en realidad se trata de un maquiavélico y tirano, responsable de una de las dictaduras militares más largas y perversas de la historia.

Pese a los rodeos, excusas y buenas intenciones, este programa de jóvenes en Cuba huele más a propaganda que a promoción democrática. De ahí que esta semana varios legisladores estadounidenses protestaron y calificaron de irresponsable a Obama. Lo culpan por ejecutar este programa durante la misma época que el gobierno cubano apresó a Alan Gross, un contratista de la USAID, que fue condenado a 15 años de prisión en Cuba por repartir ilegalmente tecnología satelital y de internet entre miembros de la comunidad judía.

Otros activistas criticaron con vehemencia que algunas actividades usaran de pantalla unos talleres sobre sida, tirando por la borda la credibilidad de otros programas sanitarios que EEUU realiza en el mundo. Se le ve como una contradicción a la decisión de suspender el sistema de vacunación casa por casa con fines políticos en Pakistán, que le permitió a la CIA llegar a la puerta del escondite de Osama bin Laden en Pakistán.

El programa en Cuba, además, no solo es conflictivo por su carácter secreto, sino porque puso en riego a sus ejecutores, cuando el gobierno pudo haber usado a personal propio en lugar de jóvenes extranjeros. Además, sigue minando la credibilidad de la USAID, dándoles la razón a gobiernos de Ecuador, Venezuela y Bolivia que expulsaron a la agencia por involucrarse en política, más allá de su misión humanitaria.

Lo peor de todo es que estas tareas encubiertas y de propaganda minan las relaciones entre ambos países y pueden hacer retroceder negociaciones avanzadas sobre la morigeración del embargo económico, permisos de viajes e intercambio cultural.

abril 19, 2014

Los titulares, reflejo de grandes contrasentidos

En este continente americano profundamente nuestro, tal vez reflejo del mundo bipolar, se destaca la capacidad humana para las contradicciones. Basta leer a diario los titulares de los periódicos, sintonizar las decisiones que toman quienes lideran y comparar la realidad que nos tocó vivir ayer con la de hoy.

De tantas experiencias, de tantos contrasentidos vividos, a uno no le queda más que abrazarlos y vivir resignado con ellos. En ese sentido, varios titulares acaparan mi atención, el principal es la muerte del gran periodista y novelista colombiano Gabriel García Márquez. Dueño de una prosa irresistible, mágica y libertaria, Gabo, contradictoriamente, también abrazó como suya a la revolución cubana de Fidel que se dedicó a quitarle la libertad a su pueblo, libertad que él jamás se permitió quitar a sus personajes. Cómo pudo alguien, reconocido periodista en mayúsculas, haber hecho tan poco para interceder con su amigo revolucionario para que se libere a los periodistas independientes que la Primavera Negra arrojó a pudrirse en sus cárceles. Unas cuantas palabras sobre libertad de prensa y sobre buen periodismo, como las que luego impregnaron su escuela de periodistas en Cartagena, hubieran servido para cambiar la situación. Posible es que por debajo de la mesa Gabo haya hecho mucho. Pero no haciendo público algo que hubiera podido avergonzar a su amigo o romper una amistad íntima de décadas, se omitió una buena posibilidad. Creo que esta fue su gran contradicción.

El EE.UU. de hoy, gracias a las nuevas tecnologías de la información que creó y exportó generosamente para el mundo, han mostrado a la gran nación con sus grandes contradicciones, y para ello bastaron sus propios ciudadanos como Edward Snowden, Bradley Manning, quienes a su estilo trataron de convertirse en los “garganta profunda” del Watergate aquel, pero sin la pericia del anonimato de antaño, sino enfundados como personajes de reality show, parte de una cultura “feisbuqueana” que ha hecho de la vanidad y el narcisismo un rasgo habitual de nuestro tiempo. Pero hoy el titular que más llama la atención, es el que se desprende de un informe de Naciones Unidas, que retrotrae la memoria a “12 años de esclavitud”, donde se aprecia un país contradiciendo a su propia historia y a sus líderes, de Abraham Lincoln a Martin Luther King, en el que los negros – y también los latinos – debido al color de su piel, no tienen las mismas oportunidades educativas, un tono distintivo de la desigualdad que sigue imperando en el país.

Y el otro titular que me llamó la atención es el que rescata a Cristina de Kirchner buscando regular los piquetes, cortes de ruta y protestas populares, para que se transformen en manifestaciones de civilidad, tratando que el derecho de asociación y reunión no empañe los demás derechos de los argentinos. Poner cuotas, horarios y restricciones geográficas a quienes protestan a fin de que los derechos de algunos no pisen los de sus semejantes, tiene gran sentido común basado en el orden civil y democrático. Pero el gran contrasentido no deviene de los principios bien aplicados, sino de la practicidad de una mandataria que busca coartar el disenso, pero quedando públicamente como demócrata. Porque uno sabe que el peronismo histórico – especialmente en esta última década de la mano de ella y su marido -  siempre hizo gala de las movilizaciones para demostrar fuerza política y censurar a la oposición.
Contradicciones o hipocresías son parte intrínseca de este mundo bipolar que todos estamos destinados a vivir y que, obviamente, también han calado hondo en nuestra forma personal de ser y actuar.          

mayo 14, 2011

Osama–Obama e información a cuentagotas


El mayor error del presidente Barack Obama tras el operativo Gerónimo del 1 de mayo donde fue abatido el líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, es seguir dando información a cuentagotas o negar la divulgación de las fotografías del cadáver del terrorista, que lejos de evitar retaliaciones, las podría incentivar, así como las teorías de conspiraciones y conjeturas que se tejen alrededor de los rumores.

El atentado de ayer en Pakistán confirma que Al Qaeda ha empezado a vengar la muerte de su líder; y los anónimos de voceros del gobierno de Washington, indican que el asesinato de Bin Laden tuvo detalles y circunstancias distintas a las que el gobierno informó al día siguiente del atentado. La información siempre fue poca y entregada a cuentagotas. Se revelaron detalles del cuerpo inerte pero no sus fotos, unos cinco videos mostrando lo que Osama hacía en su escondite, la fortaleza de Abbottabad en Pakistán, su diario íntimo donde planificaba más atentados con blancos en ciudades de Estados Unidos y ayer se demostró que Osama tenía en el blanco a Obama.

Pero también se supo que Bin Laden no usó a una de sus esposas como escudo humano, sino que ella se abalanzó sobre él para protegerlo. Igualmente los soldados dispararon y mataron. No se sabe si él estaba escondiéndose en la habitación de sus hijos o si estaba parapetado con armas de fuego y disparándole a los soldados. Toda la información está en las películas que los soldados tomaron del operativo a través de cámaras sobre sus cascos.

El gobierno de Obama debería ajustarse a la verdad y detallar toda la información que posee sobre el operativo. Será la única manera de no seguir alimentando rumores.

marzo 11, 2011

Justicia aplaca al kirchnerismo


A la presidenta argentina Cristina Kirchner, y muchos menos al canciller Héctor Timerman, no les debe haber gustado para nada que la Justicia hay resuelto que no hubo delito en el caso del avión de EE.UU, por las irregularidades de una carga destinada al entrenamiento de policías.

El caso se había salido de desproporciones después de fuertes ataques del oficialismo argentino que pusieron al gobierno estadounidense a la defensiva, ante acusaciones sobre entrada ilegal al país de armas, explosivos, equipos de comunicación, drogas y medicamentos vencidos.

Lo peor de todo fue que el gobierno argentino alardeó mucha arrogancia con un tema que debería haberse quedado dentro de los muros de la Aduana y que no debería haberse politizado. De esta forma, Argenina perdió puntos debilitando una relación bilateral que siempre es mejor fortalecer. Es decir, pelearse con EE.UU y especialmente porque se daría entrenamiento a policías argentinos, recuerda las políticas adoptadas por los gobiernos de Ecuador, Bolivia y Venezuela de estar echando diplomáticos y agentes antinarcótico con el único propósito de demarcar la cancha del nacionalismo.

El juez en lo penal económico Marcelo Aguinsky decidió archivar el caso por inexistencia de delito. Ahora les tocará a otros jueces en lo administrativo analizar si hubo violación de normas y disponer eventuales sanciones.

Más allá del freno de la justicia, es muy probable que Timerman siga insistiendo con sus ataques directos y personales, lo que debería erradicarse de la diplomacia argentina, para el bien del país.





diciembre 01, 2010

Wikileaks y la responsabilidad de EEUU


Las primicias siguen apareciendo, los gobiernos enardeciendo y la gente sonriendo. Por más que se discuta si está bien que Wikileaks haya publicado información clasificada o secreta que fue obtenida mediante robo, lo importante es que la gente sigue consumiendo y enterándose de cosas que de otra forma no hubieran quedado jamás en la superficie.
El hecho de que la palabra secreto o clasificado anteceda a toda información, pareciera que le diera a cada chisme la veracidad y rigurosidad de una información contundente, cuando en realidad, mucho de lo que se dice en los cables tiene que ver más con opiniones de funcionarios diplomáticos, chismes obtenidos de lo que dicen y rumorean los medios y en las fiestas sociales y en las tertulias de café, que en verdades rigurosamente obtenidas y contrastadas.
Si en realidad quisiéramos estar frente a secretos importantes y perturbadores que podrían desnivelar el balance en el mundo, deberíamos remitirnos a los que mantiene y ejecuta la CIA y todas las demás organizaciones de inteligencia, así sea el Mosad israelí, el M16 británico, el DAS colombiano o la SIDE argentina. Las filtraciones actuales son importantes igualmente no tanto por su contenido, sino porque demuestran cómo actúan los equipos diplomáticos de un país, como manejan las percepciones, prejuicios e imágenes de su contraparte, lo que terminan siendo en muchos casos solo opiniones subjetivas.
Varias cosas que se sacarán en limpio de toda esta maraña de información en las próximas semanas. No pareciera que el mundo va a la deriva, aunque EEUU está perdiendo cada vez más credibilidad. Esta cuarta etapa de filtraciones masivas es tal vez la más contundente, ya que mina la credibilidad del actual gobierno, dejando de lado las culpas que siempre se le cargaron a George Bush. Esta desconfianza en EEUU y entre todos los diplomáticos tendrá un efecto importante en las relaciones diplomáticas y de comunicación entre todas las naciones; creo que, así como el derribo de las Torres Gemelas trajo aparejado la molestia de la seguridad y de la revisión de los viajeros en los aeropuertos, las filtraciones de información de Wikileaks generarán medidas de prevención que coartarán las comunicaciones internacionales. Los gobiernos asumirán con mayor naturalidad recortes a la libertad de expresión, bajo la excusa de que les resultará más fácil convencer al público de que las regulaciones deben ser adoptadas para evitar problemas a la seguridad nacional.
Seguramente el gobierno estadounidense esté tentado a perseguir a Wikileaks y su dueño el australiano Julian Assange – ahora prófugo de la justicia internacional por delitos sexuales cometidos en Suecia – y ya se está estudiando si puede ser procesado por la Ley en contra del Espionaje estadounidense. Los abogados y la nueva fuerza de tarea creada por el presidente Barack Obama para evitar nuevas filtraciones, seguramente encontrarán la forma de neutralizar a Assange.
Este es justamente el peligro. Imponer cortapisas a Assange, podría servir de excusa a muchos países opresores y autoritarios del mundo a justificarse en el ejemplo de EEUU para impulsar leyes y regulaciones que les permitan violar la libertad de prensa y de expresión legalmente.
EEUU tiene ahora la responsabilidad, más que antes, de actuar de la forma más apropiada para que cualquiera acción en contra de las filtraciones no se transforme en un boomerang en contra de la libertad de prensa en el mundo.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...