sábado, 6 de febrero de 2010

Magnates nuevos en la prensa

Dirigentes políticos latinoamericanos con vocación de magnates de la prensa, desde hace años vienen amasando un conglomerado de medios de comunicación con el que soñarían Silvio Berlusconi, Rupert Murdoch y Ted Turner, juntos.
Pero a diferencia de esos “tycoons”, y del presidente electo chileno Sebastián Piñera, quien mantiene su televisora con bolsillo propio, rating y competencia, los nuevos jerarcas de la prensa tienen mayores facilidades y peores intenciones: compran o crean medios con dinero de los contribuyentes y, cuando no pueden con esa táctica, simplemente se los auto asignan o se apropian de ellos tras escandalosas expropiaciones.
Se trata de una camada de presidentes latinoamericanos - incitados por Hugo Chávez - convencidos que con medios y propaganda bajo su ala pueden consolidar o perpetuar su poder. Para conseguirlo, las estrategias parecen sacadas del mismo manual de instrucción: acogotan a los medios privados a los que le achacan una vocación golpista y conspirativa; dictan leyes de prensa “correctivas” que siempre son restrictivas; y sus testaferros y operadores, con billetera estatal, compran espacios o controlan medios privados desde donde tejen su ofensiva ideológica y electoral.
Esta estrategia corrupta y corrosiva, que antes tuvo afectos entre Fujimori y Menem, o siempre la practicaron los Castro y todos los “ismos” que ideologizaron el planeta, es ahora práctica común en los gobiernos de Argentina, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela que, no satisfechos con crear y manipular medios oficiales, se abalanzan contra la propiedad privada.
Esta semana, el periodista Carlos Fernando Chamorro renunció a su popular programa de opinión en Canal 8 de Nicaragua, denunciando que no podría trabajar con su nuevo patrón, el presidente Daniel Ortega, quien habría adquirido la mayoría de la televisora con recursos públicos, sacados de un fondo de ayuda nacional aportado por el chavismo venezolano.
Con otros canales y radios en su haber, Ortega podría estar imitando a Chávez, quien además de las agencias de propaganda Telesur y la Bolivariana de Noticias, dispone de 238 emisoras, 28 estaciones de televisión, 340 impresos y más de 125 sitios en internet. Eso sin considerar que cerró radios, persigue periódicos y promete una ofensiva contra internet, redes sociales y mensajes de texto por incitar el terrorismo.
Chávez no construye su hegemonía mediática solo creando, sino destruyendo. Excusándose en una ley mordaza, la misma que esta semana anunció Evo Morales en Bolivia para controlar que los medios privados “no mientan” y “luchen contra el capitalismo”, Chávez sacudió a la opinión pública cerrando canales de cable, entre ellos RCTV, a cuya versión abierta no sólo clausuró en el 2007, sino que le robó sus equipos de trasmisión para operar su propia televisora.
Ese tipo de hurto oficial también es frecuente en Ecuador. El gobierno sigue manejando y resistiéndose a entregar en licitación pública los canales que confiscó, TC Televisión, Gama TV, Americavisión y Cablevisión; además, controla El Telégrafo, diario del que se apropió tras larga disputa, Ecuador TV, Radio Pública y el portal El Ciudadano. En diciembre lanzó la agencia de noticias Andes cuya meta, según la Presidencia, “es potenciar la imagen del país”, lo que denota el mero carácter propagandístico del nuevo órgano.
La ley de Comunicación que se pretende sancionar en Ecuador, es casi un calco de la vengativa legislación que se alcanzó con los Kirchner en Argentina. No solo sirvió para castigar a medios privados como Clarín, sino como plataforma para que el gobierno limite las licencias o se las auto asigne para conformar su anhelado “multimedio kirchnerista”. Las previsiones no eran falsas. Este año el gobierno operará diez nuevas televisoras estatales, que se sumarán a una grilla importante de medios oficiales y a una fastuosa intervención de testaferros y amigotes en el sector privado, con lo que quedará conformado un temerario sistema de propaganda con el fin de construir el continuismo hacia el 2011.
Nunca antes se había visto en América Latina una estrategia comunicacional tan grande y entrelazada, como hipócrita. Porque mientras a Piñera se le exige la venta de su televisora para evitar conflictos de interés desde el sillón presidencial, los nuevos magnates usan la Presidencia para meter sus manos en nuestros bolsillos y así edificar sus propias y privadas maquinarias de propaganda.

viernes, 5 de febrero de 2010

"Venezuela de moda"

Ayer los tweets de los estudiantes venezolanos volaban con nuevas alas. Facebook se transformaba en un hervidero de mensajes y campañas. Así como las redes sociales, la televisión y la radio internacionales desplegaron amplia cobertura al tema del día. La fuerte represión que sufrieron los estudiantes universitarios cuando se manifestaban para protestar las algarabías del régimen por condecorar a militares que acompañaron a Hugo Chávez en la intentona de golpe de Estado hace ya 18 años.

Quizás cubriéndose la cara por los gases lacrimógenos, un universitario mandó un tweet irónico, Venezuela está de moda, nos pegan con goma, pero regalan balas a las FARC, un mensaje que reaccionaba al informe de inteligencia de Estados Unidos que denuncia a Hugo Chávez de seguir apoyando a la narco guerrilla colombiana, y combatir la influencia estadounidense en la región.

El gobierno venezolano reaccionó contra Estados Unidos advirtiendo que trata de “criminalizarlo”, con el informe del director de Inteligencia Nacional, Dennis Blair. Venezuela contraatacó diciendo que el gobierno estadounidense está alentando a la oposición, al poner a Venezuela en una lista de naciones donde peligra la democracia, sobre todo por restricciones a la libertad de expresión, de prensa y libertad de asociación.

Aunque últimamente los informes de inteligencia estadounidense no gozaron de credibilidad ni de simpatías a nivel nacional ni internacional, lo cierto es que en Venezuela no se puede tapar el sol con la mano ante las realidades cotidianas impuestas por Chávez, alguien poco creíble, que reacciona siempre desafiante como el presidente de Irán, cada vez que se le critica su mano dura contra estudiantes y opositores, acusando a Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, por alentar a la oposición que ha salido atípicamente a las calles después de las elecciones fraudulentas del año pasado.

Ojala que la prensa internacional mantenga en el candelero a Chávez. Que Venezuela esté de moda es bueno, ya que permite mayor transparencia sobre un régimen que jamás respetó la libertad en sus primeros 11 años de gobierno y que promete 11 funestos más.

jueves, 4 de febrero de 2010

Chávez y la oscuridad cubana

Mientras Hugo Chávez dice que convocó al ministro cubano de Informática, Ramiro Valdés, para ayudarle a crear estrategias que puedan sacar a Venezuela de su profunda crisis energética, sus opositores creen que lo que se acerca es una época de mayores restricciones, ya que el ministro es reconocido por haber armado en Cuba un sofisticado aparato de censura y filtros para el internet.

No es para menos. Chávez hace poco se quejó de las movilizaciones de estudiantes universitarios y sabe que las dificultades del régimen no están en el control físico de los manifestantes, sino en las expresiones y las cadenas de comunicación a través de Twitter, Facebook y otras herramientas sociales del internet.

Es que nadie cree que un ministro que viene de un país en el que no se habla ya de “apagones”, sino de “alumbrones”, porque la novedad es cuando viene la luz, no cuando se va, pueda ser tan inteligente y estratega para llevar sabiduría a una Venezuela que se apaga a pedacitos.

Aunque no hubiera querido llevar a ingenieros de los “imperios” estadounidense como europeo, Chávez hubiera podido por lo menos mirar hacia el sur y convocar a ingenieros brasileños o paraguayos que han invertido en obras hidroeléctricas y que tienen muchas otras proyectadas.

Esta nueva retórica sobre los beneficios de la “electricidad” a la cubana, hacen que Chávez se esté apagando de a poco, algo que las recientes encuestas no han tardado en arrojar luz: índices sostenidos de impopularidad.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Autorregulación ¿obligatoria?

Los políticos, achacándole a los medios de comunicación agendas conspirativas, piensan que deben regularlos a como dé lugar. E inventan cuestiones como proyectos de ley para que la autorregulación de los medios - cuya palabra se auto define como la acción autónoma, propia, que le corresponde a sí mismo - sea un ejercicio obligatorio y punible por ley en caso de que no sea acatado. La verdad es que no se entiende que puede haber una figura como la autorregulación obligatoria.

La sorpresa ocurrió en estos días en Panamá, después de que el presidente Ricardo Martinelli se descocó atribuyéndole a los medios la responsabilidad por la ola de violencia… es decir por reflejarla o, según él, por aumentarla al reproducirla. Seguramente hay razones para criticar a los medios especialmente a la televisión, que vive y se retroalimenta de las imágenes violentas. Pero de ahí a obligarla a auto regularse por ley hay un largo trecho. La autorregulación no tiene sentido, es un eufemismo, mejor hablar lisa y llanamente de una regulación. Pero parece que la autorregulación suena más democrático, más a una acción voluntaria que impuesta.

Como siempre sucede que hay más papistas que el Papa, a Martinelli le siguió la diputada de su partido, Dalia Bernal, quien no solo presentó un proyecto de ley para crear una Junta que administre esta “autorregulación”, sino que además pidió que vaya más allá de las televisoras haciéndola extensiva a los periódicos.

La diferencia que no advierte la legisladora, es que los medios electrónicos y los escritos no son iguales en carácter. Mientras los primeros son finitos y el Estado tiene la obligación de determinarles pautas de funcionamiento, otorgándoles las licencias y administrándolas, los escritos escapan a cualquier interferencia, ya que su espacio es infinito y no se requiere de licencias para poder operarlos.

La necia figura de la autorregulación obligatoria no es patrimonio de esta legisladora panameña, sino también de varios diputados ecuatorianos que la quieren imponer en su próxima Ley de Comunicación.

martes, 2 de febrero de 2010

"Mahatma" Chávez

Es tan loco, desafiante y burlón, que esta vez a Hugo Chávez se le ocurrió disfrazarse de Mahatma Gandhi con un discurso sobre la no violencia que ni él se lo cree y que jamás practicó. En mensaje a los estudiantes universitarios que se manifestaron en las calles por la falta de libertad de expresión y la opresión contra RCTV y al “imperio” yanqui, al que responsabilizó del golpe de Estado en Honduras (¿?), dirigiéndose a sus correligionarios, les dijo que “nosotros estamos obligados al contraataque en todo el frente, con inteligencia, con prudencia, con altura'', pero "no responderemos con más violencia. Allá ellos los violentos y su desespero''.

Obviamente, como dice tantas sandeces juntas, a las 24 horas, esta noche al celebrar el aniversario 11 de su presidencia se desdijo de mucha cosas, se sacó el traje de “Mahatma”, y como en cualquiera fiesta de disfraces del carnaval de Río, se disfrazó de lobo de nuevo para atacar a los “hijos de la oligarquía”, y burlonamente hablar de que seguirá por 11 años más.

No sé si serán 11 años más, lo que sí es seguro es que su mandato termina en el 2013 y quedan todavía tres largos años de sufrimiento.

Por un puñado de dólares

No se trata de un “remake” con Clint Eastwood, aquella formidable película de 1964, sino de algo más contemporáneo, el uso de información privilegiada por parte del presidente Néstor Kirchner, cuando en el 2008 compró dos millones de dólares, mes que el dólar subió 25 centavos en Argentina.

Obviamente que el gobierno argentino actual, el mismo que estaba durante el uso de “un puñado de dólares”, es decir su esposa, atribuye que no hubo ilegalidad ante un hombre que presenta sus declaraciones juradas y tiene transparencia a la hora de dar a conocer sus ganancias.

Pero hay una gran diferencia entre la legalidad y la legitimidad, mientras a la primera la justifica la ley – así sea mala, inconstitucional o impráctica – a la segunda la guía la moral, es decir que no necesariamente cumplir con la ley implica que está bien o que no sea condenable desde la moralidad.

Se sospecha y con debida razonabilidad - especialmente por las denuncias de enriquecimiento ilícito en que ha incurrido la pareja presidencial y por los dólares que como gobernador el ex presidente había sacado del país en la época del “corralito” - que Kirchner debe haber usado información de “primera mano” para saber cuando tenía que apostar al dólar.

Con ese puñado de dólares no le fue mal a los Kirchner, que según su declaración jurada, devengaron intereses por casi 650 mil dólares por sus 29 plazos fijos en la moneda estadounidense.

El caso plantea, además, otro problema ético: ¿Puede un presidente apostar en lo personal a una moneda extranjera, es decir a no confiar en la propia? Es la misma pregunta que flota en el ambiente educativo: ¿Puede un presiente desconfiar de la educación pública y mandar a sus hijos a la escuela privada?

lunes, 1 de febrero de 2010

Chávez y sus facturas

Hugo Chávez está cosechando lo que sembró por tantos años: discordia y odio. Todos le están pasando factura. Hasta sus propios compañeros de “batalla” le están dando la espalda y pidiendo que renuncie porque no ha cumplido con lo que prometió cuando asumió en 1999.
Los gremios de prensa, con el eufemismo sobre la catástrofe reciente de Haití, declararon al país “zona de desastre” en materia de libertad de prensa. A Chávez no le importa, él sigue acusando a todos de burgueses, pide combatir las ideas “dándole batalla” a los estudiantes universitarios a los que considera están manejados por la oposición.
Mientras tanto, toda su valiente alharaca de fin de semana contrasta con la realidad: un país con menos libertades, mayor corrupción pública y un Estado que sobrevive gracias a las exportaciones de petróleo a su aliado comercial, Estados Unidos, país al que califica hipócritamente de “imperio”, pero gracias al cual sobrevive y puede malgastar el dinero público en obras ideológicas como el Alba.
Chávez podrá seguir sobreviviendo a base de embustes, elecciones empujadas, pero es obvio que su gobierno se está degradando y ya no tiene la imagen ni los seguidores de otrora. Siembra tanto odio y rencor – y lo hace a diario - que ya no puede ni medir ni dominar los efectos.

domingo, 31 de enero de 2010

Evo y su "revolución moral"

Ante tanta corrupción y robo al que están sometidos los gobiernos latinoamericanos en general, como lo demostraron los presidentes Daniel Ortega y Hugo Chávez al usar dineros públicos como propios, como expliqué en el post anterior, Evo Morales nos dio un buen regalo este fin de semana.

Evo convocó a sus seguidores, especialmente a aquellos que disputarán puestos de gobernadores y alcaldes en las próximas elecciones del 4 de abril en Bolivia a que deben tener en mente que al entrar a la función pública deberán estar escogiendo un puesto para empobrecerse. Su “revolución moral” pide acabar con la época de la corrupción y que cada alcalde o gobernador, cuando abandone su puesto, debe hacerlo más pobre que cuando entró.

Ojalá que la buena prédica de Morales no quede solo en intenciones ni sea ahora un artilugio propagandístico para vender a sus candidatos. A las palabras – más en la política – se las lleva el viento, por ello más que declamar sus buenas intenciones debería sancionar varias leyes en ese sentido. Por ejemplo, obligando declaraciones juradas, controles estrictos de rendición de cuentas y reglas precisas de transparencia.

Son pocos los políticos que han dejado sus puestos sin haberse aprovechado antes de los abusos de privilegio que el poder permite o tienta. En Argentina, el ex presidente Raúl Alfonsín es quizás el ejemplo más palpable de esa austeridad. Salió, vivió luego y murió el año pasado con menos de lo que tenía cuando rescató la democracia en 1983.