No contento con tener el sistema de medios gubernamentales más grande de todas las Américas, con cientos de radios, televisoras y periódicos, a los que el gobierno les atribuye “propiedad pública” - cuando en realidad son gubernamentales dedicados para irradiar propaganda chavista - el presidente Hugo Chávez dio otra vuelta más de tuerca en contra de la libertad de prensa, acogotando a los canales de cable.
Como en Venezuela a quien discrepe de las políticas gubernamentales se le van acabando los espacios de libertad, ahora le tocó el turno a los canales de cable, los que deberán pasar en forma obligatoria la propaganda gubernamental, es decir que de ahora en más los canales que tienen una producción nacional aproximada del 70%, están obligados a pasar, en los horarios que se le cante al gobierno, los interminables e insufribles discursos de Chávez. De lo contrario, como le está sucediendo a RCTV, la Conatel le aplicará la ley de Responsabilidad Social, una legislación de censura que ya fue aplicada el 27 de mayo de 2007 para cerrar la versión de aire de esta televisora.
Muchos en este blog me critican porque tengo una posición muy crítica de Chávez, pero la verdad es que es difícil estar a favor de quien mes a mes viene ajustando las pinzas contra una sociedad que es cada vez menos libre. Lo hace, además, en una forma tan desfachatada y desvergonzada, siempre con la intención de consolidar su propaganda de cara a las elecciones parlamentarias de setiembre.
RCTV está incluido en una lista de 24 canales de cable regionales, aunque fueron excluidas 164 otras emisoras de televisión. Como RCTV ha recurrido a la justicia, el gobierno dijo que los canales que trasmitan algún programa de RCTV serán sancionados.
El año pasado, el gobierno cerró 32 radios, abrió otras y apoyó con publicidad del Estado a los diarios, radios, televisoras, agencias y páginas de internet que considera amigas, así como sigue gastando millones para apuntalar marchas propagandísticas como la que celebró hoy en caracas para neutralizar a la que estaba realizando la oposición.
Las libertades en Venezuela siguen cuesta abajo…. Muy abajo.
sábado, 23 de enero de 2010
Haití, militares y periodismo
Es difícil que haya una buena conexión entre militares y periodistas, los primeros porque anteponen la seguridad a cualquier tipo de información y los segundos porque quieren escarbar en los lugares que especialmente se pretende mantener ocultos.
En Haití hay mucho de eso. Los periodistas también se interesan por informar sobre violaciones a los derechos humanos, perpetrados por abusos, a veces involuntarios y otros deliberados, de las fuerzas policiales y militares que tratan de controlar las turbas y a los saqueadores. En contextos caóticos, no es difícil que se cometan arbitrariedades.
Lo más lamentable de esta semana fue que los militares estadounidenses desalojaron a los periodistas del aeropuerto de Puerto Príncipe, con bastante arrogancia y sin dar muchas explicaciones, lo que creo momentos de tensión, ya que los comunicadores necesitaban de las instalaciones del aeropuerto para disponer facilidades básicas, que no hay en la capital, para poder transmitir las noticias.
Fue por ello que la Sociedad Interamericana de Prensa presentó sus quejas ante los militares por la orden de desalojo, exigiendo se revise la medida para que no se entorpezca el acceso a fuentes de información, sus facilidades para transmitir información y se respete la libre circulación de los periodistas. Tres derechos que se establecen en las cartas internacionales sobre derechos humanos y libertad de expresión, y que esta vez fueron simplemente omitidos.
En mi profesión he trabajado bastante con los cascos azules argentinos en Caecopaz, Campo de Mayo, Buenos Aires, Argentina, en los cursos para corresponsales de guerra y para minimizar los riesgos a los que se exponen los periodistas. Conozco a muchos oficiales y suboficiales, y aprovecho a expresar mis respeto a todos quienes han participado y participan en la misión de la ONU en Haití.
En Haití hay mucho de eso. Los periodistas también se interesan por informar sobre violaciones a los derechos humanos, perpetrados por abusos, a veces involuntarios y otros deliberados, de las fuerzas policiales y militares que tratan de controlar las turbas y a los saqueadores. En contextos caóticos, no es difícil que se cometan arbitrariedades.
Lo más lamentable de esta semana fue que los militares estadounidenses desalojaron a los periodistas del aeropuerto de Puerto Príncipe, con bastante arrogancia y sin dar muchas explicaciones, lo que creo momentos de tensión, ya que los comunicadores necesitaban de las instalaciones del aeropuerto para disponer facilidades básicas, que no hay en la capital, para poder transmitir las noticias.
Fue por ello que la Sociedad Interamericana de Prensa presentó sus quejas ante los militares por la orden de desalojo, exigiendo se revise la medida para que no se entorpezca el acceso a fuentes de información, sus facilidades para transmitir información y se respete la libre circulación de los periodistas. Tres derechos que se establecen en las cartas internacionales sobre derechos humanos y libertad de expresión, y que esta vez fueron simplemente omitidos.
En mi profesión he trabajado bastante con los cascos azules argentinos en Caecopaz, Campo de Mayo, Buenos Aires, Argentina, en los cursos para corresponsales de guerra y para minimizar los riesgos a los que se exponen los periodistas. Conozco a muchos oficiales y suboficiales, y aprovecho a expresar mis respeto a todos quienes han participado y participan en la misión de la ONU en Haití.
viernes, 22 de enero de 2010
Haití y las redes sociales
A medida que el polvo de la tragedia se vaya desvaneciendo sobre los escombros en Haití, quedará más clara aún la relevancia que han adquirido las redes sociales en la creación de nuevos espacios de comunicación ciudadana para expresar solidaridad, avalar causas y ofrecer o buscar ayuda.
Twitter, Facebook y YouTube, entre otras tecnologías de comunicación horizontal, están demostrando una vez más su vitalidad no por el caudal informativo que proveen, sino porque son herramientas de reacción rápida y canales formidables de conexión entre la gente, una cualidad que siempre resultó esquiva a la verticalidad de los medios de información tradicionales.
Pero aunque algunos sospechan que llegará el día en que, por su relevancia, las redes sociales suplantarán a los medios tradicionales, la verdad es que eso parece alejado de la realidad. Si bien los usuarios de estas nuevas tecnologías se comportan como entes responsables y con un sentido de misión bajo una causa común, estas no dejan de ser actitudes superficiales provocadas por la inmediatez de algunos hechos. Esos mismos usuarios emigran como las golondrinas apenas aparecen otros temas, modas o desastres donde anidar.
Por el contrario, la fortaleza de los medios tradicionales está dada por la profundidad y el seguimiento constante que hacen de los temas. Serán éstos los que vigilen la eficacia en la entrega de las donaciones o que alerten sobre corrupción después que se disipe la catástrofe. Así como antes de esta hecatombe venían remarcando que la paupérrima pobreza es producto de una élite corrupta que prefirió mendigar ayuda internacional que desarrollar estrategias educativas o de infraestructura.
Con el desastre natural de Haití y el deliberado en las reyertas de Irán el año pasado, se aprecia la evolución de las redes sociales en su aporte a la inmediatez de la comunicación, supliendo a los medios tradicionales - radio, televisión, periódicos – cuando estos no pueden acceder a las fuentes de la catástrofe o son superados por sus efectos.
Ejemplo de esa conectividad inmediata lo demostró la Cruz Roja que en dos días recaudó millones de dólares de 10 en 10 a través de mensajes de texto en celulares, la misma estrategia que usó el músico haitiano Wyclef Jean, quien superó el medio millón de donaciones a través de su cuenta en Twitter. Y si bien muchos prefieren intercambiar información sobre familiares o mitigar traumas en Facebook o MySpace, lo cierto es que las redes sociales dan poder a los ciudadanos comunes, permitiéndoles compartir responsabilidades con gobiernos, agencias de ayuda o personajes famosos.
Los medios tradicionales no son enemigos de las redes sociales, las han convertido en sus aliados ideales. CNN Internacional, que como otros medios, no pudo entrar en Haití hasta casi 24 horas después de la catástrofe, reportó al principio sin imágenes, pero con informes de telefonía virtual Skype y noticias desde Facebook. Su sitio virtual iReport, un espacio de periodismo ciudadano, le sirvió de fuente informativa y de inspiración para generar temas y conectar a los usuarios.
El hecho que las visitas a la página virtual de CNN se han duplicado, así como la de los periódicos de referencia en cada comunidad – que ya se han consolidado como plataformas multimedia capaces de ofrecer video, audio, blogs e interacción - implica que el público elige también informarse y comunicarse a través de medios tradicionales a los que acude por su confiabilidad y credibilidad.
Es que no siempre la mayor comunicación implica mejor información. Las redes sociales también generan ruido, distracciones que suelen abrumar – hubo en estos días abundantes advertencias sobre sitios fraudulentos para colectas de dinero – por lo que el público termina optando por medios tradicionales, al tener la comodidad y certeza de que un grupo de profesionales selecciona, ordena y prioriza las informaciones.
Más allá de que algunos quieran ver cierta rivalidad o precipicio entre la insuperable horizontalidad de las redes sociales y la todavía verticalidad de los medios tradicionales, lo cierto es que ambas formas, comunicación e información, no se suplantan, sino todo lo contrario, se complementan. Desde Haití queda demostrado que ya no se puede pensar en una sin la otra; en definitiva, redes y medios, son herramientas vitales para transmitir lo esencial: el mensaje.
Twitter, Facebook y YouTube, entre otras tecnologías de comunicación horizontal, están demostrando una vez más su vitalidad no por el caudal informativo que proveen, sino porque son herramientas de reacción rápida y canales formidables de conexión entre la gente, una cualidad que siempre resultó esquiva a la verticalidad de los medios de información tradicionales.
Pero aunque algunos sospechan que llegará el día en que, por su relevancia, las redes sociales suplantarán a los medios tradicionales, la verdad es que eso parece alejado de la realidad. Si bien los usuarios de estas nuevas tecnologías se comportan como entes responsables y con un sentido de misión bajo una causa común, estas no dejan de ser actitudes superficiales provocadas por la inmediatez de algunos hechos. Esos mismos usuarios emigran como las golondrinas apenas aparecen otros temas, modas o desastres donde anidar.
Por el contrario, la fortaleza de los medios tradicionales está dada por la profundidad y el seguimiento constante que hacen de los temas. Serán éstos los que vigilen la eficacia en la entrega de las donaciones o que alerten sobre corrupción después que se disipe la catástrofe. Así como antes de esta hecatombe venían remarcando que la paupérrima pobreza es producto de una élite corrupta que prefirió mendigar ayuda internacional que desarrollar estrategias educativas o de infraestructura.
Con el desastre natural de Haití y el deliberado en las reyertas de Irán el año pasado, se aprecia la evolución de las redes sociales en su aporte a la inmediatez de la comunicación, supliendo a los medios tradicionales - radio, televisión, periódicos – cuando estos no pueden acceder a las fuentes de la catástrofe o son superados por sus efectos.
Ejemplo de esa conectividad inmediata lo demostró la Cruz Roja que en dos días recaudó millones de dólares de 10 en 10 a través de mensajes de texto en celulares, la misma estrategia que usó el músico haitiano Wyclef Jean, quien superó el medio millón de donaciones a través de su cuenta en Twitter. Y si bien muchos prefieren intercambiar información sobre familiares o mitigar traumas en Facebook o MySpace, lo cierto es que las redes sociales dan poder a los ciudadanos comunes, permitiéndoles compartir responsabilidades con gobiernos, agencias de ayuda o personajes famosos.
Los medios tradicionales no son enemigos de las redes sociales, las han convertido en sus aliados ideales. CNN Internacional, que como otros medios, no pudo entrar en Haití hasta casi 24 horas después de la catástrofe, reportó al principio sin imágenes, pero con informes de telefonía virtual Skype y noticias desde Facebook. Su sitio virtual iReport, un espacio de periodismo ciudadano, le sirvió de fuente informativa y de inspiración para generar temas y conectar a los usuarios.
El hecho que las visitas a la página virtual de CNN se han duplicado, así como la de los periódicos de referencia en cada comunidad – que ya se han consolidado como plataformas multimedia capaces de ofrecer video, audio, blogs e interacción - implica que el público elige también informarse y comunicarse a través de medios tradicionales a los que acude por su confiabilidad y credibilidad.
Es que no siempre la mayor comunicación implica mejor información. Las redes sociales también generan ruido, distracciones que suelen abrumar – hubo en estos días abundantes advertencias sobre sitios fraudulentos para colectas de dinero – por lo que el público termina optando por medios tradicionales, al tener la comodidad y certeza de que un grupo de profesionales selecciona, ordena y prioriza las informaciones.
Más allá de que algunos quieran ver cierta rivalidad o precipicio entre la insuperable horizontalidad de las redes sociales y la todavía verticalidad de los medios tradicionales, lo cierto es que ambas formas, comunicación e información, no se suplantan, sino todo lo contrario, se complementan. Desde Haití queda demostrado que ya no se puede pensar en una sin la otra; en definitiva, redes y medios, son herramientas vitales para transmitir lo esencial: el mensaje.
miércoles, 20 de enero de 2010
Haití: Evo se suma a la conspiración
La izquierda latinoamericana está de parabienes con la catástrofe en Haití. Se divierte ideológicamente durante la tragedia insistiendo en teorías de conspiración imperialista sobre las que el “imperio” utiliza la estratagema de la ayuda humanitaria para invadir militarmente a Haití y de esa forma estár a paso de trampolín de Cuba.
Ahora, y como era de esperarse, saltó Evo Morales pidiendo una reunión de emergencia de la ONU para que se evalúe la ocupación militar de los Marines en Haití, esperándose que lo hiciera después de que saltara su jefe Hugo Chávez y su colega Daniel Ortega. Obviamente Chávez lo apoyó.
De esta forma aprovechan los tres, a quienes posiblemente se sume pronto Rafael Correa – ¡es que son tan previsibles! – y así continúen con la inercia de las acusaciones que vinieron haciendo contra los colombianos y los estadounidenses que se estarían confabulando con las bases militares en Colombia, las cuales servirían para proceder a la invasión de Venezuela y países latinoamericanos integrantes del ALBA.
Lo de Haití le vino muy bien a Chávez, que para no dejar caer el tema de la invasión militar y así disimular todos los aprietos internos que tiene (me recuerda al argentino Leopoldo Galtieri invadiendo Malvinas con la invocación de arengas nacionalistas para tapar problemas nacionales) por los que ya venía inventando confabulaciones hasta de los holandeses, que estarían prestando sus servicios para que se invada Venezuela desde la Antillas Holandesas de Curazao, Bon Aire y Aruba, lo que acarreó ciertos disgustos diplomáticos con los europeos.
A Morales – quien declaró que “esperamos una pronunciamiento de todos los pueblos del mundo, de las fuerzas sociales rechazando esta ocupación militar" – parece que no le informan mucho sobre lo que pasa en el mundo y seguramente se creyó aquello de que el gobierno francés se habría disgustado con Estados Unidos por los Marines en Puerto Príncipe (ahora me hizo acordar a Galtieri creyendo que Ronald Reagan iría en contra de Margaret Thatcher), cuando tanto los franceses como el gobierno español de Zapatero en reunión de la Comunidad Europea alabaron la acción de ayuda y seguridad que ofrecieron los yanquis a través de las órdenes de Barack Obama.
Obviamente que si los estadounidenses no hubieran enviado tropas para favorecer la operatividad del aeropuerto de la capital haitiana y para ofrecer seguridad junto a las tropas de las Naciones Unidas, estos mequetrefes estarían criticando a Obama de no hacer nada por Haití, y solo preocuparse por ofrecer alimentos, donaciones y médicos; pero no de los más importante: seguridad y protección para los haitianos.
Estarían, por cierto, creando todo tipo de conspiraciones adicionales, como que guardarían las tropas para invadir Venezuela desde Colombia o a que esperarían una implosión por inseguridad del pueblo haitiano, para justificar una invasión militar. Y muchas teorías más.
Ahora, y como era de esperarse, saltó Evo Morales pidiendo una reunión de emergencia de la ONU para que se evalúe la ocupación militar de los Marines en Haití, esperándose que lo hiciera después de que saltara su jefe Hugo Chávez y su colega Daniel Ortega. Obviamente Chávez lo apoyó.
De esta forma aprovechan los tres, a quienes posiblemente se sume pronto Rafael Correa – ¡es que son tan previsibles! – y así continúen con la inercia de las acusaciones que vinieron haciendo contra los colombianos y los estadounidenses que se estarían confabulando con las bases militares en Colombia, las cuales servirían para proceder a la invasión de Venezuela y países latinoamericanos integrantes del ALBA.
Lo de Haití le vino muy bien a Chávez, que para no dejar caer el tema de la invasión militar y así disimular todos los aprietos internos que tiene (me recuerda al argentino Leopoldo Galtieri invadiendo Malvinas con la invocación de arengas nacionalistas para tapar problemas nacionales) por los que ya venía inventando confabulaciones hasta de los holandeses, que estarían prestando sus servicios para que se invada Venezuela desde la Antillas Holandesas de Curazao, Bon Aire y Aruba, lo que acarreó ciertos disgustos diplomáticos con los europeos.
A Morales – quien declaró que “esperamos una pronunciamiento de todos los pueblos del mundo, de las fuerzas sociales rechazando esta ocupación militar" – parece que no le informan mucho sobre lo que pasa en el mundo y seguramente se creyó aquello de que el gobierno francés se habría disgustado con Estados Unidos por los Marines en Puerto Príncipe (ahora me hizo acordar a Galtieri creyendo que Ronald Reagan iría en contra de Margaret Thatcher), cuando tanto los franceses como el gobierno español de Zapatero en reunión de la Comunidad Europea alabaron la acción de ayuda y seguridad que ofrecieron los yanquis a través de las órdenes de Barack Obama.
Obviamente que si los estadounidenses no hubieran enviado tropas para favorecer la operatividad del aeropuerto de la capital haitiana y para ofrecer seguridad junto a las tropas de las Naciones Unidas, estos mequetrefes estarían criticando a Obama de no hacer nada por Haití, y solo preocuparse por ofrecer alimentos, donaciones y médicos; pero no de los más importante: seguridad y protección para los haitianos.
Estarían, por cierto, creando todo tipo de conspiraciones adicionales, como que guardarían las tropas para invadir Venezuela desde Colombia o a que esperarían una implosión por inseguridad del pueblo haitiano, para justificar una invasión militar. Y muchas teorías más.
Cumpleaños infeliz
Pobre Barack Obama. Al cumplir su primer año de presidente, muchas expectativas se derrumbaron. No le pudieron cantar el “que lo cumplas feliz” ni muchos quisieron cantarle el “porque sos un buen compañero”.
Su popularidad está a la baja y justo en la víspera de su primer cumpleaños tuvo la peor derrota que un demócrata hubiera esperado: Quien reemplazó al finado senador Ted Kennedy, su mejor aliado en la reforma de salud, fue un republicano, Scott Brown, en uno de los estados más demócratas del país que dominaba el clan Kennedy.
Ya no tiene mayoría en el Senado y sus iniciativas si bien no flaquearán del todo, tendrán que pasar con vaselina o cediendo más cosas.
Obama es uno de los presidentes con peor popularidad presidencial en los últimos treinta años después de su primer aniversario como mandatario. Varias obras están inconclusas, como las reformas de salud y migratorias, una economía cuyo lastre no permite remontar, y se desdibujó su esperanza de cambio cuando hace poco decidió enviar más tropas a Afganistán – una medida que si bien puede ser la correcta en este momento – desdibujó sus promesas de oponerse al estilo “bushniano”, a pesar de su Nobel de la Paz.
Nadie puede estar feliz por su infelicidad.
Su popularidad está a la baja y justo en la víspera de su primer cumpleaños tuvo la peor derrota que un demócrata hubiera esperado: Quien reemplazó al finado senador Ted Kennedy, su mejor aliado en la reforma de salud, fue un republicano, Scott Brown, en uno de los estados más demócratas del país que dominaba el clan Kennedy.
Ya no tiene mayoría en el Senado y sus iniciativas si bien no flaquearán del todo, tendrán que pasar con vaselina o cediendo más cosas.
Obama es uno de los presidentes con peor popularidad presidencial en los últimos treinta años después de su primer aniversario como mandatario. Varias obras están inconclusas, como las reformas de salud y migratorias, una economía cuyo lastre no permite remontar, y se desdibujó su esperanza de cambio cuando hace poco decidió enviar más tropas a Afganistán – una medida que si bien puede ser la correcta en este momento – desdibujó sus promesas de oponerse al estilo “bushniano”, a pesar de su Nobel de la Paz.
Nadie puede estar feliz por su infelicidad.
martes, 19 de enero de 2010
Chávez, Haarp, Haití y conspiración
Como siempre sucede ante hechos de envergadura como la catástrofe en Haití, existe en todos nosotros los humanos - no solo en los medios de comunicación - una fuerte propensión a lo macabro, a lo sensacionalista, a lo conspirativo, a lo oculto.
Tras el desarrollo de los episodios importantes e inexplicables, siempre aparecen las mentes, bien lúcidas y maquiavélicas, que buscan deliberadamente engañar a los incautos, ingenuos o desprevenidos, con todo tipo de teorías conspirativas accionadas por mentes macabras que se quieren apoderar del mundo o explotar a los demás países o razas.
Aquí en Estados Unidos y por muchos años después de 9/11 uno recibía en su casa por correo o en sus buzones de correo electrónico toneladas de videos, folletos, libros y archivos sobre que el propio Pentágono, la CIA o George Bush habrían derribado las torres gemelas con el fin de… (acá imagínense cualquier final). Luego apareció la teoría de la catástrofe económica de Hal Turner y el Amero, y varias otras teorías auto infligidas por el gobierno de Estados Unidos para fines de todos los gustos.
Y ahora, con Haití, ya apareció la nueva teoría conspirativa del Proyecto Haarp, que incluso entre ayer y hoy ya fue explotado por televisoras y radios gubernamentales venezolanas que dieron luz verde al tema, culpando a Estados Unidos de haber utilizado esta tecnología no para apoderarse de Haití, sino utilizando al país antillano como conejito de india, practicando para destruir a Irán. Es obvio que los medios venezolanos están envalentonados con este tema después de que el presidente Hugo Chávez acusara a Barack Obama de enviar militares y no médicos a Haití, desconociendo brutamente todo el aporte y decisiones que Obama adoptó a favor del país caribeño.
La verdad que no suena mal, es una teoría digan de película de Hollywood, y seguramente en los próximos días irá ganando adeptos, porque se irá propagando como las demás, por el internet – de boca en boca – pero no en los medios de comunicación serios. El proyecto Haarp - sobre el que hay toneladas de información en internet, con sus diferentes teorías conspirativas, pero también sobre lo que realmente es – un programa científico del gobierno estadounidense (no secreto, ya que toda su información está disponible) ubicado en Alaska para medición de la Ionósfera y otros fines, que ha tenido controversias porque podría afectar el medioambiente.
Pero de ahí a que la Armada Rusa haya descubierto que fue utilizado por los estadounidenses para provocar el sismo contra Haití y practicar para una próxima invasión de Irán – como informaron los medios propagandísticos de Chávez – hay una gran diferencia. En realidad, si fuera cierto, ¿no sería mejor enviar esas ondas electromagnéticas contra el palacio de Miraflores?
Tras el desarrollo de los episodios importantes e inexplicables, siempre aparecen las mentes, bien lúcidas y maquiavélicas, que buscan deliberadamente engañar a los incautos, ingenuos o desprevenidos, con todo tipo de teorías conspirativas accionadas por mentes macabras que se quieren apoderar del mundo o explotar a los demás países o razas.
Aquí en Estados Unidos y por muchos años después de 9/11 uno recibía en su casa por correo o en sus buzones de correo electrónico toneladas de videos, folletos, libros y archivos sobre que el propio Pentágono, la CIA o George Bush habrían derribado las torres gemelas con el fin de… (acá imagínense cualquier final). Luego apareció la teoría de la catástrofe económica de Hal Turner y el Amero, y varias otras teorías auto infligidas por el gobierno de Estados Unidos para fines de todos los gustos.
Y ahora, con Haití, ya apareció la nueva teoría conspirativa del Proyecto Haarp, que incluso entre ayer y hoy ya fue explotado por televisoras y radios gubernamentales venezolanas que dieron luz verde al tema, culpando a Estados Unidos de haber utilizado esta tecnología no para apoderarse de Haití, sino utilizando al país antillano como conejito de india, practicando para destruir a Irán. Es obvio que los medios venezolanos están envalentonados con este tema después de que el presidente Hugo Chávez acusara a Barack Obama de enviar militares y no médicos a Haití, desconociendo brutamente todo el aporte y decisiones que Obama adoptó a favor del país caribeño.
La verdad que no suena mal, es una teoría digan de película de Hollywood, y seguramente en los próximos días irá ganando adeptos, porque se irá propagando como las demás, por el internet – de boca en boca – pero no en los medios de comunicación serios. El proyecto Haarp - sobre el que hay toneladas de información en internet, con sus diferentes teorías conspirativas, pero también sobre lo que realmente es – un programa científico del gobierno estadounidense (no secreto, ya que toda su información está disponible) ubicado en Alaska para medición de la Ionósfera y otros fines, que ha tenido controversias porque podría afectar el medioambiente.
Pero de ahí a que la Armada Rusa haya descubierto que fue utilizado por los estadounidenses para provocar el sismo contra Haití y practicar para una próxima invasión de Irán – como informaron los medios propagandísticos de Chávez – hay una gran diferencia. En realidad, si fuera cierto, ¿no sería mejor enviar esas ondas electromagnéticas contra el palacio de Miraflores?
lunes, 18 de enero de 2010
Chávez: No es en serio ¿verdad?
Estados Unidos está invadiendo militarmente Haití, por lo menos así los afirmaron y criticaron Daniel Ortega y Hugo Chávez. Dicen que el gobierno estadounidense está utilizando al terremoto como excusa para apoderarse del país antillano.
Es demasiado ¿verdad? No se puede tomar en serio a presidentes que digan semejantes sandeces. En el peor momento como consecuencia de la catástrofe, en que los propios haitianos están huyendo de Puerto Príncipe debido a la violencia, lo que las autoridades y los propios ciudadanos piden a gritos es que haya seguridad y protección para detener a las bandas de maleantes, pandilleros y saqueadores que aprovechan cualquier resquicio para saquear y robar.
Ante las diezmadas fuerzas policiales y la de los Cascos Azules, dedicadas a tareas de auxilio y atención a víctimas, heridos y sobrevivientes, Estados Unidos está ayudando con una fuerza de orden importante y necesaria según lo reclamó el propio presidente René Preval, además de asistencia a las labores de la ONU, por lo que quejarse de esa importante labor es realmente aprovechar la tragedia para establecer un debate ideológico pueril e irrelevante en estos momentos.
Obviamente, la fórmula de Chávez es la misma, gritar fuerte contra cualquier cosa con tal de que no se escuchen los propios gritos en su territorio después de sus problemas debido a los cortes de energía, la expropiación de otros tres bancos y de la cadena de supermercado Éxito. Chávez la tiene clara. El que se pasa con la ley ni siquiera tiene que preocuparse de ir a la justicia para ser acusado o defenderse, simplemente tiene que dejar a disponibilidad del gobierno sus bienes, patrimonio y pertenencias. ¡Vaya democracia!
Es demasiado ¿verdad? No se puede tomar en serio a presidentes que digan semejantes sandeces. En el peor momento como consecuencia de la catástrofe, en que los propios haitianos están huyendo de Puerto Príncipe debido a la violencia, lo que las autoridades y los propios ciudadanos piden a gritos es que haya seguridad y protección para detener a las bandas de maleantes, pandilleros y saqueadores que aprovechan cualquier resquicio para saquear y robar.
Ante las diezmadas fuerzas policiales y la de los Cascos Azules, dedicadas a tareas de auxilio y atención a víctimas, heridos y sobrevivientes, Estados Unidos está ayudando con una fuerza de orden importante y necesaria según lo reclamó el propio presidente René Preval, además de asistencia a las labores de la ONU, por lo que quejarse de esa importante labor es realmente aprovechar la tragedia para establecer un debate ideológico pueril e irrelevante en estos momentos.
Obviamente, la fórmula de Chávez es la misma, gritar fuerte contra cualquier cosa con tal de que no se escuchen los propios gritos en su territorio después de sus problemas debido a los cortes de energía, la expropiación de otros tres bancos y de la cadena de supermercado Éxito. Chávez la tiene clara. El que se pasa con la ley ni siquiera tiene que preocuparse de ir a la justicia para ser acusado o defenderse, simplemente tiene que dejar a disponibilidad del gobierno sus bienes, patrimonio y pertenencias. ¡Vaya democracia!
Asesinan periodistas
El gobierno mexicano desatiende su responsabilidad en investigar y buscar justicia en casos de periodistas asesinados, una actitud que incentiva a los violentos a continuar su ola delictiva contra la prensa; lo que convierte a México en el país más violento para ejercer el periodismo en las Américas.
Este fin de semana se conoció sobre José Luis Romero, de Los Mochis, en el estado de Sinaloa, el segundo periodista asesinado en 2010. En el 2009, al menos 11 periodistas fueron ultimados, en casi todos los casos actuales y el año pasado, como víctimas del narcotráfico. Algunos de ellos, no fueron asesinados por represalias sobre lo que dijeron u omitieron, sino por no haber cumplido con lo convenido previamente con los narcotraficantes. Lamentablemente, el narcotráfico ha infiltrado también estructuras de información. El periodismo no es ajeno a las tentaciones y la corrupción que avanza sobre muchísimas disciplinas, en busca de cómplices y mayores territorios.
La SIP ha estado batallando a brazo partido en este terreno desde hace 15 años. Los escasos resultados que aportaron los diferentes gobiernos en este período – Salinas, Zedillo, Fox y Calderón – muchas veces desalientan. Las autoridades no han tomado el tema de la libertad de prensa con la seriedad que se necesita, tal vez porque los medios nacionales no han sabido crear un frente común que ejerza una presión más consistente sobre los líderes políticos. La fiebre por buscar atenuantes a esta desesperante violencia contra los medios y periodistas ha sido esporádica e intermitente.
La SIP promovió conferencias nacionales, regionales y hemisféricas en México y viene luchando por la federalización de los crímenes contra periodistas, los agravantes a este tipo de delitos, la no prescripción de los mismos, así como la creación de fiscalías especiales y sistemas de protección. Todo ello, no en la búsqueda de privilegios para los informadores por sobre otras disciplinas que sufren aún más la violencia del crimen organizado – policía y militares, por ejemplo - sino que creando conciencia de que cuando se asesina a un periodista, se comete el peor crimen contra el derecho del público a recibir información, debilitándose extraordinariamente la democracia.
Muchos otros grupos han apoyado estas iniciativas y propuesto otras. La pasada semana, tres senadores del mayor grupo de oposición, PRI, Mario López Valdez, Fernando Castro Trenti y Carlos Lozano de la Torre, suscribieron un proyecto de ley de Periodismo de Alto Riesgo.
En su artículo 3, el proyecto federaliza los crímenes al establecer que: “Las amenazas, intimidaciones, agresiones y asesinatos de periodistas; así como atentados contra instalaciones de medios de comunicación, sustracción de material, equipo periodístico y daño a información digitalizada son considerados delitos graves del fuero federal”.
En el artículo 5, pide la creación de una Comisión que existió el año pasado pero que el nuevo Congreso que asumió en diciembre de 2009 la dejó de lado: “El Congreso de la Unión contará con la Comisión Bicamaral de Seguimiento y Atención de Delitos en contra de Periodistas y Medios de Comunicación, que nombrará como observadores a dos representantes de los medios de comunicación y dos representantes de los periodistas organizados”.
El artículo 6, aunque se refiere a la Fiscalía Especial, se queda un poco corto, ya que la SIP viene solicitando desde hace años que ese organismo sea reestructurado por cuanto no tiene funciones de fiscalía, sino que opera como oficina de derechos humanos, sin ninguna atribución de acusación e investigación formal. El artículo establece que: “La Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra Periodistas de la Procuraduría General de República deberá presentar un informe de avances y resultados ante la Comisión Bicamaral de Seguimiento y Atención de Delitos en contra de Periodistas y Medios de Comunicación del Congreso de la Unión, de manera trimestral”.
También por el lado positivo, el viernes pasado se conoció la noticia sobre que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México, Alberto Brunori, dijo que “buscará que en México se adopte el modelo colombiano de protección a activistas y comunicadores, dos de los sectores más golpeados por la violencia en el país”, tal como lo relató la agencia EFE.
``Venimos a presentar un mecanismo de protección para defensores de derechos humanos y periodistas, hemos analizado varios modelos y en particular creemos que el modelo colombiano sería el indicado'', aseguró Brunori en entrevista concedida en Ciudad Juárez.
Brunori – según EFE - adelantó que el 11 y 12 de febrero se llevará a cabo en México un seminario con expertos del Gobierno colombiano y la sociedad civil y periodística para instruir a las autoridades mexicanas para adaptar el modelo colombiano a la realidad mexicana en la protección de comunicadores y activistas.
Este fin de semana se conoció sobre José Luis Romero, de Los Mochis, en el estado de Sinaloa, el segundo periodista asesinado en 2010. En el 2009, al menos 11 periodistas fueron ultimados, en casi todos los casos actuales y el año pasado, como víctimas del narcotráfico. Algunos de ellos, no fueron asesinados por represalias sobre lo que dijeron u omitieron, sino por no haber cumplido con lo convenido previamente con los narcotraficantes. Lamentablemente, el narcotráfico ha infiltrado también estructuras de información. El periodismo no es ajeno a las tentaciones y la corrupción que avanza sobre muchísimas disciplinas, en busca de cómplices y mayores territorios.
La SIP ha estado batallando a brazo partido en este terreno desde hace 15 años. Los escasos resultados que aportaron los diferentes gobiernos en este período – Salinas, Zedillo, Fox y Calderón – muchas veces desalientan. Las autoridades no han tomado el tema de la libertad de prensa con la seriedad que se necesita, tal vez porque los medios nacionales no han sabido crear un frente común que ejerza una presión más consistente sobre los líderes políticos. La fiebre por buscar atenuantes a esta desesperante violencia contra los medios y periodistas ha sido esporádica e intermitente.
La SIP promovió conferencias nacionales, regionales y hemisféricas en México y viene luchando por la federalización de los crímenes contra periodistas, los agravantes a este tipo de delitos, la no prescripción de los mismos, así como la creación de fiscalías especiales y sistemas de protección. Todo ello, no en la búsqueda de privilegios para los informadores por sobre otras disciplinas que sufren aún más la violencia del crimen organizado – policía y militares, por ejemplo - sino que creando conciencia de que cuando se asesina a un periodista, se comete el peor crimen contra el derecho del público a recibir información, debilitándose extraordinariamente la democracia.
Muchos otros grupos han apoyado estas iniciativas y propuesto otras. La pasada semana, tres senadores del mayor grupo de oposición, PRI, Mario López Valdez, Fernando Castro Trenti y Carlos Lozano de la Torre, suscribieron un proyecto de ley de Periodismo de Alto Riesgo.
En su artículo 3, el proyecto federaliza los crímenes al establecer que: “Las amenazas, intimidaciones, agresiones y asesinatos de periodistas; así como atentados contra instalaciones de medios de comunicación, sustracción de material, equipo periodístico y daño a información digitalizada son considerados delitos graves del fuero federal”.
En el artículo 5, pide la creación de una Comisión que existió el año pasado pero que el nuevo Congreso que asumió en diciembre de 2009 la dejó de lado: “El Congreso de la Unión contará con la Comisión Bicamaral de Seguimiento y Atención de Delitos en contra de Periodistas y Medios de Comunicación, que nombrará como observadores a dos representantes de los medios de comunicación y dos representantes de los periodistas organizados”.
El artículo 6, aunque se refiere a la Fiscalía Especial, se queda un poco corto, ya que la SIP viene solicitando desde hace años que ese organismo sea reestructurado por cuanto no tiene funciones de fiscalía, sino que opera como oficina de derechos humanos, sin ninguna atribución de acusación e investigación formal. El artículo establece que: “La Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra Periodistas de la Procuraduría General de República deberá presentar un informe de avances y resultados ante la Comisión Bicamaral de Seguimiento y Atención de Delitos en contra de Periodistas y Medios de Comunicación del Congreso de la Unión, de manera trimestral”.
También por el lado positivo, el viernes pasado se conoció la noticia sobre que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México, Alberto Brunori, dijo que “buscará que en México se adopte el modelo colombiano de protección a activistas y comunicadores, dos de los sectores más golpeados por la violencia en el país”, tal como lo relató la agencia EFE.
``Venimos a presentar un mecanismo de protección para defensores de derechos humanos y periodistas, hemos analizado varios modelos y en particular creemos que el modelo colombiano sería el indicado'', aseguró Brunori en entrevista concedida en Ciudad Juárez.
Brunori – según EFE - adelantó que el 11 y 12 de febrero se llevará a cabo en México un seminario con expertos del Gobierno colombiano y la sociedad civil y periodística para instruir a las autoridades mexicanas para adaptar el modelo colombiano a la realidad mexicana en la protección de comunicadores y activistas.
domingo, 17 de enero de 2010
Envidiando a Chile
La democracia y con fuerza se sintió en Chile esta noche. Eduardo Frei y toda su familia saludando personalmente a Sebastián Piñera y su familia, previo al discurso del flamante presidente electo, mostraron un país serio, con un futuro y porvenir grande, seguramente mejor que el estable pasado que lideró la Concertación, después de la dictadura de Augusto Pinochet.
El recambio ideológico de izquierda a derecha, le hace bien al país. Es una demostración de que en un país no hay necesidad de que el líder se atornille al poder, y cambien constituciones con tal de ganar elecciones y reelecciones. En Chile la Concertación cambió cuatro presidentes y todos supieron mantener objetivos de país, con sus propias tonalidades. Pero la izquierda no necesitó hacer cambios como los hicieron varios ya en el continente (Chávez, Correa, Morales) o quiso y no pudo hacerlo (Zelaya) y como se desviven por alcanzarlo Uribe y Ortega.
Piñera ganó y pidió lo que jamás se le ocurriría pedir a Chávez, Correa o Morales, que la oposición sea fuerte y fiscalizadora. Creo que esta es la gran diferencia democrática de un país como Chile que está saliendo de la pubertad, cuando muchos otros todavía están en la infancia o gateando.
El cambio de ideologías es bueno para Chile, pero también para equilibrar las fuerzas políticas en el continente. La derecha tomó Chile, Panamá con Martinelli y Honduras con Lobo. La izquierda retomó Bolivia con Morales, Ecuador con Correa, El Salvador con Funes y Uruguay con Mujica. El péndulo está virando hacia el medio. Y es bueno.
El recambio ideológico de izquierda a derecha, le hace bien al país. Es una demostración de que en un país no hay necesidad de que el líder se atornille al poder, y cambien constituciones con tal de ganar elecciones y reelecciones. En Chile la Concertación cambió cuatro presidentes y todos supieron mantener objetivos de país, con sus propias tonalidades. Pero la izquierda no necesitó hacer cambios como los hicieron varios ya en el continente (Chávez, Correa, Morales) o quiso y no pudo hacerlo (Zelaya) y como se desviven por alcanzarlo Uribe y Ortega.
Piñera ganó y pidió lo que jamás se le ocurriría pedir a Chávez, Correa o Morales, que la oposición sea fuerte y fiscalizadora. Creo que esta es la gran diferencia democrática de un país como Chile que está saliendo de la pubertad, cuando muchos otros todavía están en la infancia o gateando.
El cambio de ideologías es bueno para Chile, pero también para equilibrar las fuerzas políticas en el continente. La derecha tomó Chile, Panamá con Martinelli y Honduras con Lobo. La izquierda retomó Bolivia con Morales, Ecuador con Correa, El Salvador con Funes y Uruguay con Mujica. El péndulo está virando hacia el medio. Y es bueno.
Sensacionalismo, pasión y compromiso
Haití, su devastación y la cobertura periodística me traen algunas reflexiones. Una de las mayores críticas al periodismo es su propensión a ser amarillo, más tirado a rojo sangre, sensacionalista, a explotar los bajos instintos de la sociedad a través de la publicación de titulares tipo catástrofe o fotografías macabras de alto impacto; diseños que por lo general buscan vender ejemplares en el caso de los periódicos o videos con imágenes sobre violencia o personas llorando a sus muertos y reporteros jadeantes relatando las escenas por demás gráficas, como en el caso de los noticieros de televisión o esos programas tipo “primer impacto” o al “rojo vivo”.
Si hay algo que detesto es la primera parte de los noticieros televisivos donde lo único que se muestra es la violencia e incluso hasta hechos tan insignificantes – que parecen burlescos – de esos presentadores de la televisión que ante coberturas extensas de hechos importantes, como por ejemplo el terremoto en Haití, se sacan la corbata y el saco para dar la impresión de que trabajan mucho o están agotados. Pero es aquello que dicen que trabajan mucho.
Con la catástrofe en Haití resulta difícil nos traspasar esa línea delgada entre la cobertura apasionada y comprometida con los hechos - mantener la responsabilidad de informar en forma objetiva - y las imágenes que no pueden ser otras que de destrucción, dolor y alto impacto emocional. Peor aún, es informar donde el medio tiene un alto compromiso con su comunidad, como en el caso de los medios de la zona metropolitana de Miami, donde viven medio millón de haitianos; o cuando la audiencia es tan dispersa como la tiene CNN.
Creo que a pesar de algunos atisbos lagrimosos, los medios en general están haciendo coberturas extraordinarias, hasta para enviar a sus periodistas a la zona de catástrofe, un lugar al que no es fácil acceder en épocas normales.
De entre todo lo bueno, rescato en especial la cobertura desapasionada, objetiva; pero, al mismo tiempo, comprometida de The Miami Herald y El Nuevo Herald que mantienen una estrategia de cobertura amplia con decenas de periodistas y fotógrafos enviados a Haití. Lo más importante es que además de la cobertura, utiliza varias herramientas interactivas de conexión entre la gente y pedidos de ayuda y donaciones, mostrando su responsabilidad como medios ante los hechos. Haití Connect es un espacio donde los usuarios pueden colgar, ver, buscar fotos y mensajes de familiares – mucho llega a través de Twitter desde Haití – mientras que Helping Hand es el sitio donde se pueden canalizar las donaciones a través de United Way.
No es fácil hacer buen periodismo, especialmente cuando se puede caer en la tentación del amarillismo, por ello vale la pena rescatar los esfuerzos que con seriedad y sin sensacionalismo hace la mayoría de los medios. Recuerdo siempre que cuando vine a vivir a Miami hace 17 años atrás, me preguntaba a menudo si estaba loco o qué por traer a mi esposa y tres hijos pequeños en aquel entonces, después de que miraba horrorizado lo que era Miami a través de los noticieros televisivos. Dejé de mirarlos para poder sobrevivir, no porque quería esconder la realidad, sino porque me di cuenta que la realidad de los noticieros es diferente, no muestran al verdadero Miami… son más proclives a mostrar escenas de impacto y se desviven por su rating y la competencia por él. Los diarios son más serenos, muestran la crudeza, pero de otra forma, menos traumática, sin tanto alboroto ni impacto.
Si hay algo que detesto es la primera parte de los noticieros televisivos donde lo único que se muestra es la violencia e incluso hasta hechos tan insignificantes – que parecen burlescos – de esos presentadores de la televisión que ante coberturas extensas de hechos importantes, como por ejemplo el terremoto en Haití, se sacan la corbata y el saco para dar la impresión de que trabajan mucho o están agotados. Pero es aquello que dicen que trabajan mucho.
Con la catástrofe en Haití resulta difícil nos traspasar esa línea delgada entre la cobertura apasionada y comprometida con los hechos - mantener la responsabilidad de informar en forma objetiva - y las imágenes que no pueden ser otras que de destrucción, dolor y alto impacto emocional. Peor aún, es informar donde el medio tiene un alto compromiso con su comunidad, como en el caso de los medios de la zona metropolitana de Miami, donde viven medio millón de haitianos; o cuando la audiencia es tan dispersa como la tiene CNN.
Creo que a pesar de algunos atisbos lagrimosos, los medios en general están haciendo coberturas extraordinarias, hasta para enviar a sus periodistas a la zona de catástrofe, un lugar al que no es fácil acceder en épocas normales.
De entre todo lo bueno, rescato en especial la cobertura desapasionada, objetiva; pero, al mismo tiempo, comprometida de The Miami Herald y El Nuevo Herald que mantienen una estrategia de cobertura amplia con decenas de periodistas y fotógrafos enviados a Haití. Lo más importante es que además de la cobertura, utiliza varias herramientas interactivas de conexión entre la gente y pedidos de ayuda y donaciones, mostrando su responsabilidad como medios ante los hechos. Haití Connect es un espacio donde los usuarios pueden colgar, ver, buscar fotos y mensajes de familiares – mucho llega a través de Twitter desde Haití – mientras que Helping Hand es el sitio donde se pueden canalizar las donaciones a través de United Way.
No es fácil hacer buen periodismo, especialmente cuando se puede caer en la tentación del amarillismo, por ello vale la pena rescatar los esfuerzos que con seriedad y sin sensacionalismo hace la mayoría de los medios. Recuerdo siempre que cuando vine a vivir a Miami hace 17 años atrás, me preguntaba a menudo si estaba loco o qué por traer a mi esposa y tres hijos pequeños en aquel entonces, después de que miraba horrorizado lo que era Miami a través de los noticieros televisivos. Dejé de mirarlos para poder sobrevivir, no porque quería esconder la realidad, sino porque me di cuenta que la realidad de los noticieros es diferente, no muestran al verdadero Miami… son más proclives a mostrar escenas de impacto y se desviven por su rating y la competencia por él. Los diarios son más serenos, muestran la crudeza, pero de otra forma, menos traumática, sin tanto alboroto ni impacto.
Haití: reconstruir medios
“Estamos vivos gracias a Dios”, fueron las palabras reconfortantes que nos que nos trasmitió por correo electrónico a la SIP, Max Chauvet, el director del diario Le Nouvelliste, el más importante de Haití, después de que intentamos ubicarlo infructuosamente por varios días tras la catástrofe.
En una respuesta breve, Chauvet, mientras ningún medio pudo operar durante las primeras 24 horas, agregó que por suerte sus familiares, colegas y trabajadores no habían sido tocados por la tragedia, pero obviamente la reconstrucción será un proceso largo tanto para el país, sus instituciones como para que los medios puedan operar normalmente: “El edificio aún está parado, pero tenemos reparaciones importantes que hacer. Dentro de 3 a 4 semanas nos llevará para reiniciar la impresión, pero será difícil empezar de nuevo porque hemos perdido la mitad de nuestros suscriptores y no esperamos tener publicidad por mucho tiempo”, añadió Chauvet.
Un informe de ayer de Reporteros Sin Fronteras (RSF) explicó que el “terremoto del 12 de enero destruyó totalmente los locales y las infraestructuras del canal con sede en Puerto Príncipe Tele Ginen”, y que uno de sus camarógrafos ha aparecido muerto. Lo mismo ocurrió con el Canal 11 y la emisora de radio Magik 9. Otra famosa emisora, Radio Ibo, está seriamente dañada lo que imposibilita la difusión de su programación. En el hundimiento parcial del inmueble de la emisora también resultó afectada la sede de la Asociación Nacional de Medios de Comunicación Haitianos (ANMH).
RSF continuó que las sedes de los diarios Le Nouvelliste y Le Matin resistieron mejor, y el personal pudo evacuar el lugar. Sin embargo, Ticket Magazine, una publicación perteneciente al Nouvelliste, perdió a uno de sus colaboradores, al que se da por muerto.
Las emisoras Signal FM, Caraïbes FM y la delegación local de Radio France Internationale (RFI), todas ellas con sede en Puerto Príncipe, han podido seguir con su programación.
La red del Internet haitiano funciona oficialmente, a pesar de las enormes dificultades que existen para encontrar conexiones. El operador de telefonía móvil Voilà Haïti reuperó en parte el funcionamiento el 14 de enero. Lo mismo que el operador Digicel en la región de Jacmel, una ciudad del sur del país que ha resultado muy severamente afectada.
RSF explicó que “para permitir que algunos periodistas haitianos puedan informar de la situación, y contribuir así al proceso de asistencia a la población damnificada, RSF va a crear, y poner a su disposición, un centro operativo. El centro estará dotado de ordenadores portátiles, teléfonos móviles y generadores eléctricos, facilitados todos ellos por el principal grupo de prensa canadiense, Quebecor, que colabora en la operación.
La estructura estará operativa a principios de la semana que viene. De momento, el presidente de la sección canadiense de RSF, François Bungingo, viaja este viernes a Puerto Príncipe para evaluar las necesidades, a corto y largo plazo. La Embajada de Canadá en Haití se ha ofrecido a alojar dicha estructura de urgencia en su recinto.
La puesta en marcha del centro operativo irá seguida, siempre en colaboración con Quebecor, de un plan de ayuda a la reconstrucción de los medios de comunicación haitianos, prácticamente ninguno de los cuales se encuentra en condiciones de continuar trabajando. La petición de donativos puesta en marcha por RSF debe responder fundamentalmente a este objetivo. La organización pretende movilizar a los medios de los países particularmente implicados en la aportación de ayuda a Haití (Canadá, Brasil, Estados Unidos, Francia…), para conseguir apadrinamientos económicos y logísticos de los medios haitianos que necesitan ser reconstruidos”.
En una respuesta breve, Chauvet, mientras ningún medio pudo operar durante las primeras 24 horas, agregó que por suerte sus familiares, colegas y trabajadores no habían sido tocados por la tragedia, pero obviamente la reconstrucción será un proceso largo tanto para el país, sus instituciones como para que los medios puedan operar normalmente: “El edificio aún está parado, pero tenemos reparaciones importantes que hacer. Dentro de 3 a 4 semanas nos llevará para reiniciar la impresión, pero será difícil empezar de nuevo porque hemos perdido la mitad de nuestros suscriptores y no esperamos tener publicidad por mucho tiempo”, añadió Chauvet.
Un informe de ayer de Reporteros Sin Fronteras (RSF) explicó que el “terremoto del 12 de enero destruyó totalmente los locales y las infraestructuras del canal con sede en Puerto Príncipe Tele Ginen”, y que uno de sus camarógrafos ha aparecido muerto. Lo mismo ocurrió con el Canal 11 y la emisora de radio Magik 9. Otra famosa emisora, Radio Ibo, está seriamente dañada lo que imposibilita la difusión de su programación. En el hundimiento parcial del inmueble de la emisora también resultó afectada la sede de la Asociación Nacional de Medios de Comunicación Haitianos (ANMH).
RSF continuó que las sedes de los diarios Le Nouvelliste y Le Matin resistieron mejor, y el personal pudo evacuar el lugar. Sin embargo, Ticket Magazine, una publicación perteneciente al Nouvelliste, perdió a uno de sus colaboradores, al que se da por muerto.
Las emisoras Signal FM, Caraïbes FM y la delegación local de Radio France Internationale (RFI), todas ellas con sede en Puerto Príncipe, han podido seguir con su programación.
La red del Internet haitiano funciona oficialmente, a pesar de las enormes dificultades que existen para encontrar conexiones. El operador de telefonía móvil Voilà Haïti reuperó en parte el funcionamiento el 14 de enero. Lo mismo que el operador Digicel en la región de Jacmel, una ciudad del sur del país que ha resultado muy severamente afectada.
RSF explicó que “para permitir que algunos periodistas haitianos puedan informar de la situación, y contribuir así al proceso de asistencia a la población damnificada, RSF va a crear, y poner a su disposición, un centro operativo. El centro estará dotado de ordenadores portátiles, teléfonos móviles y generadores eléctricos, facilitados todos ellos por el principal grupo de prensa canadiense, Quebecor, que colabora en la operación.
La estructura estará operativa a principios de la semana que viene. De momento, el presidente de la sección canadiense de RSF, François Bungingo, viaja este viernes a Puerto Príncipe para evaluar las necesidades, a corto y largo plazo. La Embajada de Canadá en Haití se ha ofrecido a alojar dicha estructura de urgencia en su recinto.
La puesta en marcha del centro operativo irá seguida, siempre en colaboración con Quebecor, de un plan de ayuda a la reconstrucción de los medios de comunicación haitianos, prácticamente ninguno de los cuales se encuentra en condiciones de continuar trabajando. La petición de donativos puesta en marcha por RSF debe responder fundamentalmente a este objetivo. La organización pretende movilizar a los medios de los países particularmente implicados en la aportación de ayuda a Haití (Canadá, Brasil, Estados Unidos, Francia…), para conseguir apadrinamientos económicos y logísticos de los medios haitianos que necesitan ser reconstruidos”.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)