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enero 23, 2010

Haití, militares y periodismo

Es difícil que haya una buena conexión entre militares y periodistas, los primeros porque anteponen la seguridad a cualquier tipo de información y los segundos porque quieren escarbar en los lugares que especialmente se pretende mantener ocultos.
En Haití hay mucho de eso. Los periodistas también se interesan por informar sobre violaciones a los derechos humanos, perpetrados por abusos, a veces involuntarios y otros deliberados, de las fuerzas policiales y militares que tratan de controlar las turbas y a los saqueadores. En contextos caóticos, no es difícil que se cometan arbitrariedades.

Lo más lamentable de esta semana fue que los militares estadounidenses desalojaron a los periodistas del aeropuerto de Puerto Príncipe, con bastante arrogancia y sin dar muchas explicaciones, lo que creo momentos de tensión, ya que los comunicadores necesitaban de las instalaciones del aeropuerto para disponer facilidades básicas, que no hay en la capital, para poder transmitir las noticias.

Fue por ello que la Sociedad Interamericana de Prensa presentó sus quejas ante los militares por la orden de desalojo, exigiendo se revise la medida para que no se entorpezca el acceso a fuentes de información, sus facilidades para transmitir información y se respete la libre circulación de los periodistas. Tres derechos que se establecen en las cartas internacionales sobre derechos humanos y libertad de expresión, y que esta vez fueron simplemente omitidos.

En mi profesión he trabajado bastante con los cascos azules argentinos en Caecopaz, Campo de Mayo, Buenos Aires, Argentina, en los cursos para corresponsales de guerra y para minimizar los riesgos a los que se exponen los periodistas. Conozco a muchos oficiales y suboficiales, y aprovecho a expresar mis respeto a todos quienes han participado y participan en la misión de la ONU en Haití.

agosto 11, 2009

Fidel y la "soberanía" cubana

Es increíble la febril manipulación de Fidel Castro para torcer la historia y a las mentes humanas más desprevenidas. En realidad, encarna él, aquel viejo adagio de que “el muerto se asusta del degollado”. Este lunes en sus “Reflexiones” se refirió con total desparpajo y en forma siniestramente desvergonzada a la injerencia que en Colombia ejerce Estados Unidos por la utilización de bases militares para combatir el narcotráfico y el terrorismo.

Pero dejemos por un momento o para otro análisis el tema del Plan Colombia y la guerra contra el narcotráfico, a lo que Hugo Chávez, ávido por lograr titulares, se refirió como que “soplan vientos a guerra”, posición secundada por otros gobiernos regionales que continuamente despotrican de la ideología de Alvaro Uribe, Felipe Calderón y cualquier otra persona que pueda estar inclinado hacia la derecha o esté enajenado por las ideas de la izquierda.

Volvamos a Fidel. Calificó de “deslealtad” el posible acuerdo entre colombianos y estadounidenses, porque según él, servirá para agredir a otros países latinoamericanos. Calificó de que se trata de un "insulto a la inteligencia'' el acuerdo, ya que considera que solo servirá para controlar los “recursos económicos, el dominio de los mercados y la lucha contra los cambios sociales''.
''La historia no perdonará a los que cometen esa deslealtad contra sus pueblos, ni tampoco a los que utilizan como pretexto el ejercicio de la soberanía para cohonestar la presencia de tropas yanquis''.
Más allá de la culpa que le cabe a Estados Unidos en muchos de los horripilantes procesos que hemos vivido en América latina, tampoco podemos ser tan ingenuos para tragarnos las bondades cubanas. Un país que en estos 50 años de triste dictadura no solamente oprimió a su pueblo, sino además exportó violencia, armas, ideología, apadrinó y apadrina a las narco guerrillas de las FARC, y que ha exportado soldados hasta Angola.

¿A qué soberanía se refiere Castro? Parece que no recuerda que en su propio suelo vivieron por décadas miles de soldados rusos, que alcanzaron hasta 40.000 en alguna oportunidad y que hasta el 2001 su gobierno imploraba y rogaba a Putin para que no desbaratara el Centro de Espionaje de Lourdes a las afueras de La Habana. Tampoco parece recordar por qué se desató la crisis de los misiles en la época Kennedy-Kruschev.

Respeto la posición que pudiera tener él o cualquier persona a favor, en contra o neutral sobre la relación colombo estadounidense, pero de ahí a refregar a otros países lo que Cuba no ha sido, como si su suelo hubiera sido siempre libre y soberano, ya entra en el límite de la burla y el sarcasmo.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...