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noviembre 15, 2011

Fidel, internet y los espías


El gobierno de los hermanos Castro de Cuba está integrado a una lista larga de países declaradamente enemigos de internet y de toda aquella persona que queriendo hacer uso de su libertad trata de difundir información u opiniones a través de blogs, redes sociales o por vía móvil telefónica.

Desde hace años, el gobierno castrista justifica la falta de acceso de su país al internet – y por ello la escasa conexión de sus ciudadanos – debido al embargo estadounidense que no le permitiría acceder a las redes y cables submarinos que pasan cerca de sus costas. Pero ahora, luego de que se terminó de instalar en febrero pasado un cable submarino de fibra óptica entre Venezuela y Cuba, el gobierno cubano no da explicaciones de por qué los adelantos prometidos – mayor acceso a internet para sus ciudadanos – no se han corporizado.

En estos días, haciendo caso omiso de sus propias promesas, el régimen comenzó de nuevo a culpar al “imperio” de que está programando y financiando actividades y conexiones ilícitas a través de envío de equipos satelitales e inalámbricos, por lo cual se auto justificó por la detención de varios “bandidos” a los que aplicará multas y las leyes penales. Seguramente implementará la ley 88, conocida como “mordaza”, que prácticamente no deja de lado ninguna actividad sin calificarla de “propaganda enemiga”.

Más allá de las actividades del gobierno de EE.UU. que incluye otras prácticas de financiamiento a nombre de promocionar la democracia en países opresores, Cuba sale ahora con esta denuncia en el preciso momento en que pidió públicamente a la comunidad judía estadounidense que interceda ante su gobierno para que haya un intercambio entre los cinco espías cubanos en EEUU (cuatro de ellos presos todavía) y el contratista Alain Gross, preso en la isla; aspecto que meses atrás en este blog insinué que sucedería.

Gross fue detenido en diciembre de 2009 y condenado a 15 años de prisión por entregar a miembros de la comunidad judía en Cuba aparatos satelitales de telefonía móvil, y tras varios esfuerzos (y el intercambio reciente de prisioneros entre Israel y Palestina), los judíos norteamericanos vieron que se trataba éste de un camino presumiblemente aceptable para ambos países.

No creo que el gobierno de Barack Obama acepte. Se trata de delitos muy distintos. Pero era previsible la jugada ajedrecista de Fidel, desde el preciso momento que condenó a Gross.    

octubre 14, 2011

Fidel: ¿Amigo de la paz?

Qué poca memoria tenemos en América Latina y ahora tiene el gobierno colombiano, cuyo vicepresidente, Angelino Garzón, a nombre del presidente Juan Manuel Santos, a su arribo a La Habana envió un saludo a Fidel Castro de quien dijo es el “amigo de la paz en Colombia”.

Parece que se trata de un título honorífico que seguro que Salvador Dalí se lo podría atribuir al surrealismo mágico latinoamericano (no confundir con el realismo mágico de Gabo que va por otra dirección) y que seguro pondrán en sus vidrieras decenas de miles de familias víctimas y más de cien mil desplazados por obra y gracia de las atrocidades cometidas por las narco guerrillas del ELN y de las FARC, y de miles de familiares de los policías y militares asesinados que prestan servicios al pueblo de Colombia y su democracia.

Faltaría que el gobierno colombiano ahora considere nominar a Fidel Castro al Nobel de la Paz. A esta altura de las circunstancias, todo sería posible.

julio 06, 2011

Chávez remontando en Venezuela


Cuando la verdad y la información oficial fidedigna no brotan fácilmente, dejan al descubierto el carácter autoritario de un sistema de gobierno.

La admisión este jueves del presidente Hugo Chávez de que padece cáncer, después de esconder la enfermedad por varias semanas y propiciar todo tipo de rumores sobre su salud, demuestra que en regímenes autócratas toda información, sin importar su relevancia, no se ofrece sin antes calcular sus efectos, o se manipula o tergiversa en beneficio de intereses partidarios, y en desmedro del bien común.

El anuncio, aunque tardío, le sirve al gobierno de bálsamo para calmar especulaciones y transformar la enfermedad en un instrumento utilitario, convirtiendo un tumor maligno, en estrategia benigna para el régimen, aprovechando la coyuntura de que “no hay mal que por bien no venga”,

Pese a lo que se pudo especular tras el primer video de Chávez con Fidel Castro leyendo el Granma y por su debilidad en el segundo, cuando oficializó el cáncer, el absceso, traducido en tres semanas de ausencia en su terruño, permitió al régimen demostrar el vacío de poder. Que Venezuela, como iglesia sin párroco, no funciona bien sin Chávez, que sus fieles siguen dispersos y peleándose entre sí, y que la oposición perdió el blanco adonde apuntar críticas y desazones.

La falta de instituciones fuertes y el personalismo mandón, le permitieron a Chávez sin consecuencias burlar la Constitución para gobernar atemporalmente desde otro territorio. Y demostrar que el hermetismo es una fenomenal arma de propaganda. Bien manejada, como lo hizo el régimen cubano durante el proceso enfermizo de Fidel, sirvió para convertir cualquier situación en secreto de Estado, y violar leyes que al gobierno le obligan ser transparente e informar al público con la verdad.

Esa falta de transparencia justifica que muchos, a pesar del anuncio, creyeran que más allá de la gravedad de la dolencia, la prolongada ausencia de Chávez no fue más que un alejamiento premeditado al servicio de sus renovadas intenciones políticas.

No es absurdo pensar que el aparato de inteligencia cubano ha sabido transformar un supuesto tumor maligno en una formidable campaña de expectativas. Dentro de ese esquema, la verdad a medias y el silencio, motor de rumores, incertidumbres y mitos populares, suelen ser más provechosos que la información pura y verdadera.

En definitiva, la ausencia física que se reclamó a gritos, no fue más que sinfonía para egoístas y narcisistas dentro de un régimen que ha idolatrado y acentuado el personalismo. Por ello, el vicepresidente Elías Jaua se excusó de ser el líder, prefiriendo que se gobierne a control remoto o con exclamaciones victoriosas por Twitter. Los demás funcionarios impúdicamente acusaron a los medios por la desinformación que provocó el gobierno, mientras destacaron talentos sobrenaturales y endiosaron a un patriarca que durante los actos del bicentenario de ayer, siguió diciendo – esta vez en mensaje en video pero desde el Palacio de Miraflores – que no está dando batalla contra la muerte, sino a favor de la vida de la revolución y la grandeza de la nación. Propaganda en todo su esplendor.

Aunque habrá que esperar por el desenlace de la enfermedad, si volverá reponerse a La Habana o aceptará el ofrecimiento del gobierno brasileño para tratarse en las clínicas oncológicas de Sao Paulo, el gobierno ya ha convertido esta separación del líder con su pueblo en una estrategia publicitaria al servicio de la purificación de sus crecientes debilidades. Frente al próximo proceso electoral, la ausencia física se transformó en espacio adecuado para recargar baterías y acrecentar la popularidad decaída. En ese marco, el chavismo idealiza un futuro más unificado, que incluyó un regreso apoteósico con fuegos artificiales.  

La ausencia del líder jugó a favor de un chavismo que desde hace años sufre un desgaste notable. El país está más pobre, el gobierno más corrupto y despilfarrando, y a Chávez se lo ve cansado y sin lustre internacional. Una carestía de liderazgo tan fastidiosa como la escasez de azúcar, habichuelas y electricidad.

A veces, bien lo saben quienes manipulan las verdades, es necesario que las cosas sean escasas o estén ausentes para convertirlas en objetos de deseo o de primaria necesidad.

abril 18, 2011

Diez años más de dictadura


Los regímenes autoritarios no tienen vergüenza en absoluto de abusar del poder y de las libertades públicas. Véase el ejemplo de Cuba que este fin de semana acaba de extender la dictadura de los hermanos Castro por 10 años más como si se tratara de una monarquía eterna.

Sin empacho, con poca vergüenza y dándose de distraído de los cambios democráticos que a la fuerza la población está arrastrando a los regímenes del norte de África y del Medio Oriente, Raúl Castro, planteó los límites de su gobierno en 10 años más, una medida que seguramente – como todas las que plantea su hermano Fidel y él – será de trámite automático en el VI Congreso del Partido Comunista.

El anuncio vino también como parte de los festejos del gobierno cubano por la derrota que infligieron hace 50 años a los exiliados cubanos, que apoyados por el gobierno estadounidense, lucharon por menos de 72 horas en lo que se denominó la Invasión de Bahía de Cochinos. Aquel episodio marcó al exilio cubano, con desazón y odio contra John Kennedy, un presidente al que identifican como quien los abandonó en plena lucha después de los esfuerzos de la CIA para recuperar su país.

Más allá de la historia, este domingo quedará marcado por el anuncio de prorrogar una dictadura de espaldas a las esperanzas de un pueblo que pide cambios políticos y mayor participación, algo que en la isla está vedado desde 1959.

marzo 13, 2011

Bipolaridad a la cubana: Biscet y Gross

Cuba no ha dejado de regalarnos sorpresas en las últimas semanas. Por sus procederes recientes confirma que el régimen deambula con su personalidad bipolar entre medio de su esquizofrenia y su paranoia. Lo demuestra Fidel Castro con sus columnas que pretenden mayor cerramiento y las aperturas que su hermano Raúl quiere hacer desde el poder.

En realidad, los gobernantes cubanos nos regalan una de cal y otra de arena. Lo más positivo del año fue que esta semana el régimen liberó al disidente Oscar Elías Biscet, a pesar de que aceptó su liberación a cambio de no ser desterrado.
Aunque este médico opositor - quien estaba cumpliendo cárcel por una condena de 25 años desde el 2002 (ya había estado preso por tres años de 1999) por ‘‘actos contra la soberanía y la independencia del territorio nacional'' – está en libertad condicional y por cualquier motivo podrá ser reenviado a la cárcel, es igualmente una luz de esperanza para el movimiento disidente de la isla.

Pero cuando el régimen parecía congraciarse con la comunidad internacional, especialmente con la administración de Barack Obama que sigue relajando el embargo hacia la isla, la Justicia cubana (es decir el gobierno) condenó al contratista estadounidense Alan Gross, de 61 años.

La condena de Gross es a 15 años de cárcel por el uso de sistemas de comunicaciones entregados a la comunidad judía, considerado por el régimen un “proyecto subversivo del gobierno de Estados Unidos” por propiciar “actos contra la independencia o integridad territorial del Estado” para destruir el régimen de gobierno.

Seguramente el gobierno cubano busca así canjear a Gross con los cinco espías cubanos presos en EEUU, aunque las diferencias entre lo que hacían unos y otros es abismal.

De todos modos, lo de Gross, quien dependía de una agencia gubernamental para EEUU para sus actividades de donaciones de equipos de comunicación en la isla, tendrá que analizarse también desde el punto de vista de la soberanía de los estados y la intromisión que los gobiernos pueden hacer en otros países aunque los objetivos, como en este caso, sean loables, como es el de propiciar una mejor comunicación, mayor libertad de expresión y democracia.

Por lo pronto, Cuba nos sigue sorprendiendo con este tipo de noticias contradictorias dentro de un esquema político bipolar.

febrero 22, 2011

Ortega y Castro muestran su calaña


América Latina parece una dama descocada. Mientras Muamar al Kadafi anunció que se perpetuará en el poder y dijo que prefiere morir como un mártir a tener que abdicar su reino, le salieron a apoyar dos de sus amigos no alineados, más vale alineados a una izquierda retrógrada alérgica a la democracia y a la participación.

Fidel Castro que junto a su hermano mandó a maniatar este miércoles cualquier manifestación popular en apoyo a la figura del fallecido – por obra y gracias del Estado – Orlando Zapata Tamayo para que nadie se contagie de las revueltas populares de Medio Oriente, escribió de nuevo en sus reflexiones de este martes a favor del jefe libio y amenazó con que la Otan, empujada por EEUU, invadirá el país para asegurarse pertrechos energéticos estratégicos, aunque no hizo referencia a que se hace necesario una intervención de Cascos Azules para que no se siga derramando sangre.

Y el cada vez más democrático Daniel Ortega, quien irá de nuevo a un proceso electoral guiado por una Corte que lo avaló con una reelección de espaldas a la propia Constitución, resaltó los problemas y desafíos que sigue sorteando el “pobre” de su amigo Kadafi al que no se cansó de idolatrar y de confesar que le vive hablando por teléfono desde que el país se le salió de las manos.

En Venezuela, que se corrió la voz en estos días de que el dictador libio ya estaría en el país o que podría ser su destino final, los jóvenes universitarios depusieron una huelga de hambre que habían iniciado el 31 de enero, en reclamo por la liberación de presos políticos, y de que se les permita a la OEA y a la CIDH visitar el país para investigar sobre violaciones a los derechos humanos.

La tregua de los estudiantes, dándole un crédito de credibilidad al gobierno que prometió conversar, durará el tiempo que Chávez necesita para medir que las revueltas populares del mundo árabe no amenazan a extenderse en el país. Si los alzamientos continúan en el Medio Oriente, Chávez alentará algunas concesiones, como por ejemplo liberar algunos presos políticos o al menos cortar algunos procesos. Si las revueltas cesan y todo empieza a volver a la tranquilidad, los estudiantes tendrán que reiniciar sus medidas, porque Chávez muy pronto se olvidará de sus promesas de diálogo. Chávez no es creíble, es ventajista, oportunista y estratega, para él, por su formación militar, todo es cuestión de ganar batallas (se da el lujo de perder algunas pulseadas) con las que sumándolas, sabe que ganará la guerra. Su guerra ahora es la reelección en el 2012.

febrero 10, 2011

Las revueltas de Egipto ¿Y Cuba?

La pregunta repica contra las sienes cada vez que un alzamiento popular lleva la esperanza de cambio para un pueblo oprimido. ¿Por qué los cubanos no se organizan como los tunecinos o los egipcios para tumbar al gobierno de los hermanos Castro, tanto o más represivo que el de cualquier país árabe?

¡No pueden! En contraste a ciertos regímenes árabes, en los que hay diferentes niveles de apertura, el cubano es hermético y asentado en una exitosa fórmula comunista contra el ser humano, basada en recluir, controlar y expulsar.      

La fortaleza del gobierno es proporcional al grado de restricción que impone. Nadie puede movilizarse ni por dentro ni hacia afuera de su geografía sin represalias. La Seguridad del Estado vigila todo y los propios vecinos de los Comités de Defensa delatan cualquier intriga. El miedo a perder el trabajo, la vivienda o la libreta de racionamiento, inmoviliza. Cada tanto, el sistema se purga abriendo la válvula de descompresión para evitar que los indeseables contagien al resto. Así sea reprimiendo la espontaneidad de las protestas como el “maleconazo” de 1994, permitiendo los éxodos masivos como el Mariel de 1981 o expeliendo hacia España a disidentes del Grupo de los 75. El cubano tiene poco entre que elegir: sumisión, destierro o cárcel.

Muchos gobiernos árabes conciben libertades y sector privado. Cuba no. El Estado es omnipotente en la administración de la pobreza y bloquea cualquier reunión, expresión o asociación. No hay sindicatos ni sociedad civil y el culto es todavía el opio del pueblo. La prensa es toda oficial, los teléfonos y el internet son bienes escasos, caros y manipulados. Las únicas movilizaciones permitidas las convoca el gobierno para azuzar el nacionalismo o para los artistas, quienes cantan por la paz, en vez de hacerlo por la libertad.

Es cierto que en Egipto la cadena televisiva qatarí Al Jazira fue censurada, los medios y periodistas extranjeros agredidos y el internet apagado. Pero la insurrección que empezó el 25 de enero muestra que fue incentivada por diarios y radioemisoras, privadas e independientes, contagiadas por revueltas en otros lados, y convocada por jóvenes con teléfonos móviles en mano y cierto acceso a las redes sociales.

Jamás esto fue posible en Cuba. Los corresponsales siempre fueron agredidos y restringidos, los disidentes golpeados, los periodistas apresados, Granma y Juventud Rebelde siempre destilaron propaganda, mientras los blogs y tweets de Yoani Sánchez son famosos en el exterior, pero adentro pasan inadvertidos. Pocos están informados y muchos desconectados.

Esa desconexión en Cuba es promovida por el Estado. Sólo un 10% de los 11 millones accede a telefonía móvil de mal servicio, y aunque ahora se instala el cable submarino con Venezuela, la banda ancha beneficiará solo a los elegidos. En Egipto, con 80 millones de población, hay más de 60 millones de celulares. Túnez tiene 9.5 millones de dispositivos, una cadena de TV privada y muchos diarios y radios son independientes. A pesar de los fundamentalismos, otros países árabes van en la misma dirección y hace rato que la libertad se filtra por las comunicaciones.

Cuando se apaguen las revueltas, se impondrán medios más libres, telecomunicaciones más privadas y elecciones más democráticas. En Cuba, en cambio, nada sucederá. Aislada de contagios, seguirá el camino que Human Rights Watch mostró en 2010, una nación cada vez más reprimida. El 2011 lo demuestra. Arrancó con el opositor Guillermo Fariñas varias veces en la cárcel.  Así, el régimen sigue generando miedo, incentiva la autocensura y evita que la espontaneidad de la protesta gane la calle.

A toda esta opresión, el gobierno cubano le suma un eficiente sistema de propaganda con el que ha sabido polarizar al mundo. En todas partes se intelectualiza sobre Cuba, por lo que cada hecho pierde espontaneidad, arrancando pleitos y pasiones. De ahí que la muerte por huelga de hambre de Orlando Zapata despertó pocas conciencias en el planeta, mientras la chispa de un vendedor ambulante inmolado en Túnez contagió fuegos por todas partes.

La lección de las revueltas árabes es palpable. Para que los cubanos ganen calle, libertad y cambios, primero se les debe reconocer su tragedia y, segundo, ayudar con más información y mejores telecomunicaciones y conexión.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...