jueves, 16 de agosto de 2012

Olímpico subdesarrollo

Comparto la columna del fin de semana que tiene vigencia respeto a lo que nos dejaron las Olimpíadas para América Latina Las Olimpíadas de Londres siguen mostrando la misma tendencia irreversible de las últimas décadas: Países desarrollados alcanzando logros con estrategias y programas competitivos de largo alcance; y países en el subdesarrollo deportivo, conformándose con triunfos sobre la base de golpes de suerte y del sacrificio y esfuerzo individuales de los atletas. En este grupo están los países latinoamericanos. El exiguo medallero conseguido en Londres y en olimpíadas anteriores, es una muestra del fracaso de la región. El deporte amateur está relegado de las políticas de Estado, siendo casi inexistentes la inversión gubernamental y el apoyo del sector privado. La tendencia es clara. EEUU, China, Rusia, Gran Bretaña y países emergentes como Corea del Sur, se hacen cada vez más inalcanzables para los latinoamericanos. Hay algunas excepciones, como Cuba, con una fuerte cultura deportiva basada en la filosofía comunista, que consiguió 194 medallas o el 40% de las 474 que obtuvieron los países de la región desde los primeros juegos olímpicos de Atenas en 1896. Brasil, por su parte, muestra el mayor repunte con 49 de sus 91 medallas en las últimas cuatro olimpíadas anteriores a Londres, mientras que Argentina es el caso inverso, habiendo obtenido más preseas en Ámsterdam, 1928; Berlín, 1936 y Londres, 1948, que en las más recientes. Y México, con 55 en total, jamás superó las nueve que consiguió cuando hospedó los juegos en 1968. En la región los deportes en equipos y semi profesionales, como el fútbol, básquet, boxeo y voleibol, consiguen mayor apoyo y medallas; pero natación, gimnasia y atletismo, entre otras disciplinas, terminan siendo prácticas elitistas, reservadas para los atletas muy descollantes, aquellos que atraen auspicios, o para quienes disponen de recursos propios. De ahí que las quejas ante la falta de apoyo, sea el denominador común en la zona. El venezolano Rubén Limardo, quien entrena y vive desde hace ocho años en Polonia, ya antes de ganar su oro en espada individual en Londres, señaló al Ministerio de Deportes de Venezuela por la escasez de soporte. El velocista boliviano, Bruno Rojas, dijo que “el apoyo fue nulo", que su familia tuvo que comprarle ropa y calzado deportivo, mientras algunos funcionarios demagógicamente atribuían sus triunfos a los programas estudiantiles deportivos. Para el nuevo héroe guatemalteco, Erick Barrondo, medalla de plata en marcha de 20 kilómetros, la historia es parecida. Criticó el poco incentivo deportivo para los jóvenes de su país, a quienes les resulta más fácil conseguir armas que zapatillas. Los deportistas latinoamericanos compensan la falta de apoyo con recursos y sacrificios propios, inspirándose no solo en logros de atletas de países desarrollados como los alcanzados por el estadounidense Michael Phelps, récord olímpico con 22 preseas, o por el velocista sudafricano Oscar Pistorious, “Blade Runner”, quien hizo historia corriendo con sus prótesis de fibra de carbono. Lo hacen también, apreciando la obra descomunal de los jamaiquinos Usain Bolt y Shelly-Ann Fraser-Pryce, los más veloces del planeta; del brasileño Arthur Zanetti que le arrebató el mote de El Señor de los Anillos al chino Chen Yibing o del dominicano Félix Sánchez, quien se llenó de oro en los 400 metros. También los gobiernos deberían inspirarse en casos de éxito. Uno de ellos es Corea del Sur. Desde que obtuvo su primera presea en las olimpíadas de Los Ángeles en 1984, cosechó 215 medallas hasta antes de Londres, 68 de ellas de oro, más que las que ganaron en forma combinada Argentina, Brasil y México, en toda la historia de los Juegos Olímpicos. Apenas termine Londres esta próxima semana, comenzará de inmediato la cuenta regresiva para “Río 2016”. El mundo entero se empezará a preguntar si la infraestructura estará terminada a tiempo y si la seguridad pública mejorará. Sin dudas, cosas importantes, pero no tan relevantes. Los gobiernos latinoamericanos, anfitriones por segunda vez de una olimpíada, deben imponerse objetivos y planes deportivos más sustentables. No solo para cosechar más medallas en 2016, sino para sacar al deporte amateur del subdesarrollo y revalidarlo como la mejor inversión para la salud pública e inclusión social, y como el antídoto natural contra las drogas y la inseguridad.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Belo Monte y la voz indígena

Finalmente un juez federal ordenó al gobierno brasileño no proseguir con las obras y planes de la gigantesca represa de Belo Monte en el corazón del Amazonas, para algarabía de los indígenas que viven en los márgenes del río Xingú y para deleite de los activistas de los derechos humanos más allá de Brasil. Para los indígenas Xingú se trata de una larga batalla para que no se malogre el medioambiente en el que viven, una situación de protesta sostenible que han mantenido como los nativos bolivianos que siguen protestando (y paralizando) la construcción de una carretera que el presidente Evo Morales está empeñado en que pase por la amazonia boliviana. Digo que se trata del deleite de los activistas por los derechos humanos, porque fue justamente la proyectada hidroeléctrica de Belo Horizonte la que causó la más grande controversia dentro del Sistema Interamericano de los Derechos Humanos (SIDH), por la que varios gobiernos, encabezados por los de Ecuador y Venezuela, son los que quieren ahora destruirlo. El año pasado, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió medidas cautelares contra esta represa y a favor de los indígenas, lo que motivó una airada protesta del gobierno liderado por Dilma Rousseff. Desde entonces, la presidente acusó al sistema de interferencia y clamó por su reforma. Ni lerdos ni perezosos, otros gobernantes con profundas diferencias sobre el SIDH aprovecharon la ocasión para despacharse en su contra y buscar mayores reformas que implican su neutralización. De esta forma, Brasil sin quererlo, incentivó a presidentes como Rafael Correa y Hugo Chávez que siempre reclaman que el SIDH se entromete en asuntos internos, cuando éste se hace eco de las denuncias sobre violaciones a los derechos humanos en su territorio. Lo bueno del fallo de la justicia federal brasileña, es que le da la razón a la CIDH, diciendo que se deben paralizar los trabajos de la tercera mayor hidroeléctrica del mundo a un costo de 11 mil millones de dólares para generar 11 mil megawatts, hasta tanto los indígenas sean escuchados, quienes no fueron ni siquiera consultados antes de que comiencen las obras, como estipulan las leyes. Norte Energía, la constructora, podrá apelar el fallo, mientras que el Congreso, una vez que escuche a los indígenas, podrá ordenar legalmente la continuación de las obras. La pelea seguirá, pero lo importante es que por ahora, la voz de los nativos se ha escuchado.

martes, 14 de agosto de 2012

Assange a punto del asilo

Es probable que esta semana, terminado el ruido de las Olimpiadas, el presidente Rafael Correa decida otorgarle el asilo político a Julián Assange.

Como todo lo que hace Correa, su decisión está sopesada y a la espera de transformarse en noticia mundial, lo que envisionó desde el mismo momento que Assange entró a la Embajada ecuatoriana en Londres. En realidad su decisión, que dice está cuidada sobre la base de las relaciones con Inglaterra, en la posibilidad de que la Justicia sueca está por enviarlo extraditado a EEUU donde lo esperaría una pena de muerte, son puras opiniones y reflexiones demagógicas que nada tienen que ver con lo que establecen los principios del asilo.

El pedido de asilo solo debe estar sopesado por la decisión soberana de un gobierno, por razones de persecución politica y humanitarias. Todo lo demás, son dilaciones demagógicas.

lunes, 13 de agosto de 2012

56 medallas de nuevo para Latinoamérica

Con las luces y altas notas terminó en Londres anoche otra olimpíada que para Latinoamérica representa la misma cantidad de medallas que la región alcanzó en las últimas olimpíadas de Sidney 2000, Atenas 2004 y Beijing 2008.Los países latinoamericanos solo consiguieron 56 medallas en Londres como en las tres olimpíadas anteriores lo que implica que América Latina no puede superar su propio récord lo que para algunos demuestra un rotundo fracaso y para otros un paso firme hacia Río 2016 – las segundas olimpíadas de la región después de que se celebraron en 1968 en México – donde es probable que jugando en casa, los locales batan todos los récords, como así les fue a los anfitriones en los Juegos Olímpicos.Mientras tanto, antes que adelantarse a los resultados sería importante que los gobiernos de la región, poco dispuestos a patrocinar a los atletas de disciplinas amateur, empiecen con programas deportivos a trabajar rumbo al 2016, en el entendido que en competencia de alto rendimiento no existen muchos milagros ni suerte que supere a la preparación y estrategias deportivas.Cuba con 5 oros fue la más encumbrada de América Latina en Londres aunque su cantidad de 14 medallas fue inferior a las 17 de Brasil. Colombia siguió con 8, México con 7 – su único oro fue en fútbol en la disciplina más querida por los brasileños que terminaron con plata – Argentina quedó con 4, República Dominicana y Puerto Rico con 2 cada uno y Venezuela y Guatemala con 1 cada uno. Tal vez lo más sorprendente es que después de más de 13 años de revolución, el gobierno venezolano no está emulando los logros deportivos que Cuba empezó a cosechar apenas comenzó su revolución después de 1959.EE.UU. con 104 medallas (46 de oro) fue el país mejor ubicado, seguido en el casillero de “plata” por China con 87 (38 de oro) y en el de “bronce” por Rusia con 82 (24 de oro). Latinoamérica obtuvo 13 medallas de oro: Cuba 5, Brasil 3, y 1 para Colombia, México, Argentina, República Dominicana y Venezuela. La misma cantidad de oros que obtuvo Corea del Sur, un país emergente en materia económica, política y olímpica, del cual mucho se tendría que aprender en nuestra región.