sábado, 17 de julio de 2010

OEA, Unasur: responsabilidades

La defensa de la libertad de prensa es una responsabilidad que deben asumir todos los gobiernos y organismos multilaterales del área para encontrar métodos eficientes, alternativos y coordinados para combatir el clima de violencia e impunidad en contra de la prensa. De esta forma lo planteó la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en una reunión y conferencia de prensa que ofrecimos ayer desde Washington, reclamando que todas las organizaciones políticas deben tener en su agenda el tema de la libertad de expresión.

Es que la premisa es básica. Uno de los fundamentos de la democracia es la libertad de prensa y de expresión, así como la de reunión y asociación; pero son éstas justamente, las garantías cada vez más vapuleadas por parte de los gobiernos, los que, por el contrario, por mandato constitucional, tienen el deber de proteger esos derechos de todos los ciudadanos.

El problema es que a veces el público se confunde y entra en la confrontación entre gobiernos y medios de comunicación tomando partido por uno u otro lado en un ambiente totalmente polarizado. Y lo que no se da cuenta es que cuando se deja embaucar por los gobiernos de que los medios se comportan mal y que por ello se justifica que los castiguen o cierren, lo que está permitiendo es que se vaya crenado un ambiente donde se hace posible que las demás libertades se vayan coartando.

El hecho de que la SIP haya pedido la responsabilidad a agencias internacionales como la OEA, UNASUR, ALBA, ALADI, el BID y la CAF, para que incluyan en su agenda el tema de la libertad de prensa, lleva la intención de que se proteja la libertad de prensa como un bien común para toda la sociedad, en la consideración de que esa libertad no le pertenece ni a los medios ni al gobierno, sino al pueblo.

La SIP pidió, asimismo, en concreto, responsabilidad a los gobiernos por el incremento de la violencia en este primer semestre del año, en el que han sido asesinados 17 periodistas, nueve en México, siete en Honduras y uno en Colombia, además de que 11 fueron secuestrados, de los cuales ocho permanecen desaparecidos.

Fútbol y tecnología

Nunca antes la tecnología influenció una Copa del Mundo como la que feneció el pasado domingo en Sudáfrica; desde la captura de masivas audiencias, por primera vez por internet y televisión high definition, o en 3D, con iPad o YouTube, hasta la manipulación digital del zumbido de las vuvuzelas para que no afectaran la trasmisión. Todo el Mundial tuvo una proyección digital.
Incluso la experiencia de juego de los futbolistas pareció distinta. Su relación con los fanáticos ahora se cultiva en las redes sociales, en Twitter o Facebook, donde Cristiano Ronaldo es el más popular de los atletas con unos siete millones de seguidores y, ya sea por el polémico tecno-balón Jubilani, errático e impreciso, o el pasto híbrido, casi artificial, o las camisetas impermeables o los botines que consiguen mejor comba, la forma de jugar también fue, en gran medida, diferente.
Pero en lo que respecta a la esencia del fútbol, el juego limpio, existe un profundo desfasaje tecnológico. La tarjeta roja que en el Mundial le sacaron a los árbitros Jorge Larrionda y Roberto Rossetti, aniquilados por dos errores garrafales, debería adjudicársele a Joseph Blatter, el presidente de la FIFA, por haberse resistido a aplicar la tecnología al arbitraje, lo que ha permitido que el fútbol pueda llegar a ser cada vez más sucio y menos justo.
Tras el silbatazo final que consagró a los españoles, el mayor desafío de Blatter no será encontrarle trabajo al pulpo alemán Paul, evitar que el inglés Mick Jagger pasee su mufa por los estadios o lamentarse que la modelo paraguaya Larissa Riquelme no haya llegado a desnudarse, sino escoger entre incorporar árbitros adicionales al lado del arco, implantar un transistor dentro de la pelota o pedir prestado el hawk-eye al tenis, para que equipos y fanáticos tengan mayores garantías de que no terminarán defraudados.
Si algo se le debe agradecer a las desgracias del gol en off-side de Carlos Tévez contra México o el no cobrado de Frank Lampard contra Alemania, y de la repetición accidental de esas jugadas en los mega televisores de los estadios, es que la presión de las masas obligó a la FIFA no solo a pedir perdón a los seleccionados afectados, sino a reconsiderar el uso de la ciencia.
Apoyado por jugadores, directores técnicos, comentaristas deportivos y expertos, Blatter argumentaba en contra de la tecnología, principalmente, porque el fútbol es un deporte dinámico que no puede ser detenido a fin de revisar cada decisión y por su universalidad, al considerar que los mismos principios o la tecnología no podrían aplicarse en igualdad de condiciones (razones presupuestarias) en todas las ligas amateurs y profesionales de los 208 países que componen la FIFA.
Fueron éstos; argumentos siempre débiles. Es que la tecnología no debería ser usada a discreción, sino en situaciones decisivas, y solo en un par de jugadas por bando, como ocurre en el tenis o el básquet, deportes que por ello no han perdido dinamismo ni universalidad (pregúntele sino a Rafa Nadal o a Lebron James), a pesar de que el replay y el ojo de halcón se usan solo para campeonatos importantes y en ligas pudientes.
La tecnología no solucionará todos los problemas. Tampoco reemplazará a los referí. Es solo una herramienta objetiva, jamás podrá suplantar los criterios e interpretación arbitrales, como la intencionalidad o no de una mano o de una plancha. Pero indudablemente será un auxiliar que ayudará a la precisión y equidad del juego. Si los árbitros Rosseti o Larrionda hubieran tenido la posibilidad de acudir a un monitor, revisar las jugadas, y revertirlas, no habrían sido “excomulgados” y hubieran podido llegar a pitar en la final, su máxima aspiración.
Con un arbitraje asistido y supervisado por la tecnología también se evitarían muchas de las sospechas de corrupción y partidos arreglados como sucedió en las ligas europeas, y se impedirían muchas de las trifulcas campales que año tras año empañan la Copa Libertadores, desgastando audiencias, fanáticos y relaciones entre países.
La tecnología nos ha convertido a los fanáticos en mejores jueces y más inteligentes. Le toca ahora a la FIFA corresponder esos atributos. Esperemos que no nos haga una mala jugada.

viernes, 16 de julio de 2010

Maradona: cordón umbilical

Anoche en una cena que tuvimos en Washington DC con el Comité Ejecutivo de la SIP, del que participa un grupo muy plural de personas provenientes de todos los países latinoamericanos y de no menos de 10 estados de Estados Unidos, el tema de conversación informal para muchos fue no solo la reciente copa Mundial, sino entender lo inexplicable: por qué los argentinos insisten con Maradona.
Los tres argentinos que estuvimos ahí, Raúl Kraiselburd, Liza Gross y yo, escuchamos cada argumento interesante e insistente de que Maradona había hecho perder el partido contra Alemania, tras lo cual llegaba toda la andanada de explicaciones sobre “nadie le quita que es un buen jugador, pero como técnico…”, sumándole a ello todos los vicios y sinsabores que Maradona fue acumulando en su vida personal, aspectos que ya son tomados en broma y con sorna.
Es un tema difícil. Maradona no ha demostrado estar a la altura de las circunstancias y creo que debería dar un paso al costado. Todas las evidencias van en sentido contrario, al menos las presentadas por Grondona, el presidente de la AFA, quien le ofreció extender un contrato por cuatro años más, lo que provocó ciertas renuncias en el seno del organismo, aunque el tema sigue manteniendo a Maradona en su largo silencio tras el partido con los alemanes.
Lo peor de todo, es que Maradona está muy involucrado con temas políticos y está siendo usado y queriendo ser usado por el aparato político oficial, lo que provocará, seguramente, su desgaste repentino. Esa dualidad, entre deporte y política, debería estar proscrita legal y éticamente para quien tiene que mandar los hilos de un seleccionado que representa a todos, no a un sector del país.
Esta es la oportunidad para romper el cordón umbilical con el astro del fútbol. Maradona no debe seguir en la selección para el bien del fútbol. Se le debe agradecer que hizo un muy buen Mundial, pero que no fue suficiente. A otro técnico se le hubiera despedido y no hay razones para seguir con quien a la postre fracasó.
Sin Maradona, él podrá seguir siendo el ícono deportivo que todos quieren tener y atesorar.

miércoles, 14 de julio de 2010

Globovisión: visión muy clara

Ayer estuve con el presidente de Globovisión, Guillermo Zuloaga – como parte de una entrevista que tuvimos con él entre autoridades y funcionarios de la SIP - quien, auto exiliado en Miami tras la persecución implacable del presidente Hugo Chávez, tiene una visión muy clara de lo que le queda por hacer y la misión de su televisora.
El buscará el asilo político en Estados Unidos. No tiene otra forma de protegerse como perseguido, de lo contrario en cualquier momento puede ser reclamado por la “injusticia” de su país. En cuanto a su televisora seguirá manteniendo la misma línea crítica en contra del gobierno, hacerlo de otra forma – así sea plegándose a hacer un periodismo más ligero o acrítico al gobierno – sería fallar a los fundamentos fiscalizadores del periodismo, así como un mal negocio. Está seguro que si Globovisión cambia su línea editorial los anunciantes saldrían corriendo hacia otros medios y que cuando la tempestad pase, no querrán volver a un periodismo que hubiese optado por venderse para sobrevivir.
De todas maneras es consciente de que a muchos medios que tuvieron que plegarse al gobierno no les ha ido nada mal. Todos gozan con los dineros de la propaganda política que el gobierno coloca en señal de falsa amistad.
Zuloaga piensa que cuando Chávez decida acabar con Globovisión, es porque definitivamente habrá decidido acabar con todo vestigio de democracia. Globovisión es la vara actual para medir la democracia o, al menos, la más palpable.

martes, 13 de julio de 2010

Espejismo cubano

No se puede obviar que la liberación de siete presos políticos cubanos y sus familiares que llegaron esta mañana tiene una trascendencia descomunal en la historia actual de Cuba desde el punto de vista de la libertad individual. Sin embargo, lo que verdaderamente importa, la esencia misma de la libertad social, esa que en Cuba ha estado pisoteada por un régimen comunista y despótico, muestra que la excarcelación y el destierro forzado de los liberados no son más que un puro espejismo de la realidad.
El régimen cubano, ese del que ayer se burló, con una alta dosis de sarcasmo, cinismo y propaganda, de todo el mundo mostrando a un todavía lúcido Fidel Castro que a sus 83 años y como presidente del Partido Comunista, se dirigió a los cubanos en una Mesa Redonda televisiva para despotricar sobre una supuesta guerra nuclear entre Estados Unidos, Irán e Israel, pero evitando referirse a la noticia trascendente del destierro.
Cuba compra tiempo con esta liberación y buena imagen para neutralizar los ataques y las sanciones económicas impuestas por la Comunidad Europea. Nadie puede culpar que los presos políticos liberados – entre ellos seis periodistas independientes apresados desde la “primavera negra” de marzo de 2003 (Ricardo González Alfonso, Julio César Gálvez, Pablo Pacheco Ávila, José Luis García Paneque, Omar Ruiz Hernández y Léster Luis González Pentón) – de preferir el destierro a seguir pudriéndose en las cárceles; pero nadie se puede llamar a engaño, creyendo que el régimen cubano ha cambiado o ha optado por la libertad. Repito, se trata de un espejismo.

lunes, 12 de julio de 2010

Cuba no es el paraíso

Hay en algunos sectores una mala apreciación de lo que aconteció esta semana en Cuba entre el presidente Raúl Castro, el arzobispo Jaime Ortega y el canciller español, Miguel Angel Moratinos, más allá de la enorme noticia de que serán liberados 53 presos políticos, la mayoría de ellos “sobras” de los 75 que fueron presos en la “primavera negra” de marzo de 2003.
El canciller español dijo que la nueva actitud del gobierno de Cuba abre las puertas para que se generen conductas recíprocas de parte de la Comunidad Europea que siempre, como Estados Unidos, ha mantenido una posición dura contra el régimen por su violación constante, perversa y persistente a los derechos humanos.
Sería un error que esa conducta firme ahora sea relativizada pues en Cuba no se ha logrado mucho. Sí, es verdad que el gobierno logró descomprimir a la disidencia, a las Damas de Blanco, que Guillermo Fariñas termine con su huelga de hambre, pero no es verdad que las cosas cambiarán mucho. Cuba libera pero desarraiga, y lo hace como muchas otras veces en su historia. Libera presos que fueron encarcelados en juicios sumarísimos y sin mucha argumentación, por el solo hecho de querer expresarse libremente – o presos indeseados muchos de los cuales formaron parte de los 125 mil marielitos que llegaron a Estados Unidos tras el acuerdo entre Fidel Castro y Jimmy Carter – y luego realmente no los libera, sino que los expulsa de su territorio.
Así que esta nueva liberación no encarna ninguna nueva Cuba ni refleja que Cuba del día a la mañana se ha convertido en el paraíso, como quiere hacer ver el gobierno español. En Cuba se sigue restringiendo todo tipo de libertades, de expresión, de prensa, de reunión, de asociación y toda la legislación que esto permite, desde la Constitución Política del Estado hasta la “ley mordaza” 88, siguen intactas.
Es una lástima que ahora el régimen cubano se beneficiará de las nuevas y mejores posiciones que adoptarán la Comunidad Europea y los Estados Unidos, permitiendo que los dólares y euros fluyan mejor en la isla, lo que termina siendo una forma para fortalecer al opresor comunismo, un sistema, que al igual que Moratinos, los hermanos Castro consideran que es el verdadero paraíso (para ellos, claro).

domingo, 11 de julio de 2010

La actitud despreciada

Lebron James es hoy en día el atleta más odiado de Estados Unidos (y del mundo quizás), excepto en Miami, equipo al que escogió para juntar fuerzas con otros dos all-star, como D. Wade y C. Bosh, porque prefirió desvincularse de los Cavaliers de Cleveland, rompiendo así siete años de lealtad.
Las críticas a James son muchas y creo que todas injustas. Los Cavaliers, principalmente, su propietario, se unió a los fanáticos en la quema de camisetas de James y hasta le mandó una maldición para que no gane ningún campeonato hasta que ellos primero se lo adjudiquen. Los periodistas y comentaristas de todos lados (excepto en Miami, claro) critican que haya elegido a ESPN para hacer su anuncio escandaloso a través del programa especial, en prime time, The Decisión en la que a las 9:24 pm anunció su inclinación por firmar con los Miami Heat, y obviamente preferían que James se uniera a Chicago o Nueva York. (Lo que no entiendo es que hubiera cambiado con ello, respecto a la decisión).
James no puede ser acusado de nada ya que el básquet, como cualquier otro deporte profesional, más que un juego de lealtades, es realmente un negocio, de mucho dinero, en el que la canalización de la pasión de los seguidores es solo un complemento. Nadie puede criticar mucho a un club sobre otro por hacerse de las habilidades de un jugador, ni tampoco se le puede criticar a un jugador por no haberle dicho con antelación a su propio club que lo iba a dejar, como reclaman los Cavaliers. ¿No es esto lo que hace la mayoría de los clubes, sus propietarios y ejecutivos toda vez que transfieren o cambian a un jugador, al que rara vez le consultan?
Lo más increíble de toda esta saga es que los comentaristas y el mundo del deporte no está viendo en James, lo que siempre le viene reclamando a todos los deportistas y al mundo de los negocios de los clubes. James dejó de lado mejores ofertas financieras para venir a Miami, y una vez aquí no firmó el contrato definitivo para saber (junto con Wade y Bosh) cuánta menos plata deberían contener sus cláusulas de contrato para que el Heat pueda tener más dinero disponible (50 millones en seis años) para contratar a otros atletas. ¿No es esto una actitud totalmente leal al deporte? ¿No debería ser esta la actitud que se le debería reclamar a otras vedettes del deporte que siempre anteponen sus intereses económicos por arriba de lo que pretenden sus fanáticos? ¿Por qué entonces criticar alevosamente a un atleta que está dispuesto a sacrificar parte de sus ganancias individuales por sobre los intereses del equipo?
El sacrificio de los tres magníficos será recompensado con lo que más quieren y en lo que realidad fue su leitmotiv: ganar campeonatos. ¿Alguien puede estar en contra de este objetivo que cualquier deportista busca en el básquetbol y en otras disciplinas profesionales? ¿Puede alguien criticar a James porque piense que puede lograr con los Heat lo que nunca alcanzó en siete años de historia en Cleveland?
James sacrificó mucho más que dinero. Ahora deberá compartir cartel con Wade y Bosh habiendo podido ser el rey en otras ciudades. Muchos otros deportistas prefieren que sus individualidades queden intactas. James prefirió al equipo y seguramente los patrocinios que le llegarán a los tres magníficos serán superiores a los 110 millones en promedio que cada uno recibirá por los próximos seis años.
Creo que el “Rey” James no solo hizo una decisión acertada por Miami, sino a favor del deporte.

Mundial: el grupo selecto

Hoy se escribirá parte de una nueva historia mundialista. Uno de los dos, España y Holanda terminará por adjudicarse la bendita y orgullosa estrellita que de ahora en más quedará estampada arriba de su escudo nacional en las camisetas y demás parafernalia deportiva nacional. Uno de los dos se sumará al orgulloso grupo de mundialistas que desde 1930 viene cosechando títulos, Brasil con 5; Italia, 4; Alemania, 3; Argentina y Uruguay, 2 cada una; e Inglaterra y Francia, una cada una.

España es la más magra de todas estas selecciones en mundiales ya que solo en una oportunidad accedió a una instancia semifinalista, en 1950, habiendo cosechado un cuarto puesto. Para Holanda, en cambio, esta es su tercera final, habiendo perdido en 1974 y 1978 ante equipos que jugaban de local, como Alemania y Argentina respectivamente, por lo que sus chances fuera de Europa (la primera vez que sucederá a un equipo europeo) son muy altas y además, por aquel dicho que reza: “la tercera es la vencida”. Claro está, que para ello, debe romper con todos los pronósticos, como el que hizo el pulpo Paul en su acuario alemán, que dio ganador a España, habiendo acertado hasta ahora sus seis vaticinios, y también porque deberá destronar a quien es, y bien ganado, el rey de Europa.

Pero dentro de todos los mundiales y mundialistas, vale la pena saber que los alemanes, aunque le ganaron ayer a los uruguayos y se adjudicaron el bronce, es el equipo, con tres campeonatos, que más veces perdió en finales: cuatro, en el 66, 82, 86 y 02, por lo que de haber tenido mejor suerte pudiera estar con la misma cantidad de títulos que el corredor Schumacker.

Más allá de Alemania, Italia con cuatro estrellas y dos finales perdidas, la del 70 y 94, ambas frente a Brasil, pudiera tener una más que los brasileños, aunque éstos hubieran alcanzado siete de no haber perdido las finales del 50 y el 98. Argentina es la que perdió otras dos finales, la del primer campeonato del 30 frente a Uruguay y la del 90 frente a los alemanes. Mientras que los uruguayos han ganado dos campeonatos y jamás perdieron una final porque solo estuvieron en esas dos, la del 30 y en la del “maracanazo” del 50.

De todos los finalistas, los únicos que no han ganado una estrella habiendo perdido dos finales cada uno son Checoslovaquia, en el 34 y 62 y Hungría en el 38 y 54.

Dentro de un par de horas sabremos si Holanda se une a Checoslovaquia y Hungría (incluso las sobrepasa en veces que pierde finales sin adjudicarse una) o si en igualdad de posibilidades con España, se une a este grupo selecto de mundialistas.
Hoy se hará historia y qué bueno es presenciarlo.