La crisis en México es profunda. Al factor económico actual - el peso se devaluó abruptamente saltando de 10 a 15 pesos por dólar en los últimos tres meses – al que se ha precipitado en el último lustro como es la inseguridad debido al avance del crimen organizado, hay que sumarle el factor más legendario de todos: la corrupción generalizada.
Durante mi breve estada en México en estos días pude recabar que la polémica ya no es como en meses anteriores sobre si los mexicanos están o no frente a un estado fallido, que no ofrece las protecciones y garantías a sus ciudadanos según los derechos constitucionales. Ese problema de un Estado que falla o no sabe dar respuestas a sus ciudadanos ya ha sido admitido, está incorporado en el vocabulario actual y a la cultura. Así como la gente ya aprendió a vivir con la corrupción, ahora el problema es que la inseguridad está siendo institucionalizada y el gobierno se encuentra de manos atadas.
Como en la mayoría de las ciudades latinoamericanas, la inseguridad en México, particularmente en los estados fronterizos con Estados Unidos, es un problema desbordante. El presidente Felipe Calderón tiene un discurso y una postura enérgica contra el narcotráfico, queriendo, creo yo, asumir los mismos criterios de mano dura que adoptó Alvaro Uribe en Colombia y que le sirvieron para ofrecer mayor seguridad y ganar popularidad.
La discusión en México “ahorita” (como dirían ellos) que se ha profundizado, es si las violaciones a los derechos humanos cometidas por los militares, que han sido puestos al frente de la lucha del narcotráfico, no sería motivo suficiente para replantearse la estrategia. Calderón dijo que no y que prefiere que haya riegos de violaciones a los derechos humanos pero que se debe ganar la batalla contra el crimen.
El problema no es fácil de resolver, porque si los militares no lo hacen, los policías, así sean federales o locales, están corruptos y aquellas que no se dejan tentar tienen dos caminos, ser asesinados o tienen que renunciar como hicieron varios jefes en estas últimas semanas en los estados fronterizos más peligrosos, tal el caso de Chihuahua, Sinaloa y Michoacán.
Estados Unidos alzó controversia en estos días después de su informe del Departamento de Estado en el que se culpa mucho a las autoridades mexicanas, pero es cierto también que en este problema Estados Unidos debe asumir que el 90% de las armas largas que usan los narcotraficantes provienen de estados cercanos a la frontera, como Texas, Nuevo México, Arizona y California.
El problema es grande. Estados Unidos está poniendo recursos en México a través del Plan Mérida, pero no está pudiendo dominar el consumo puertas adentro. Mientras el consumo genere más de 50 mil millones de dólares y se les provea a los narcotraficantes las armas necesarias para el crimen, esta es una lucha desigual.
sábado, 28 de febrero de 2009
viernes, 27 de febrero de 2009
Chávez y sus logros insuficientes
Hugo Chávez se considera un hombre exitoso; hace 10 años que gobierna un país rico en petróleo y acaba de ganar un referendo que le permitiría mandar indefinidamente. Sin embargo, a juzgar por la inseguridad, la corrupción, la polarización y la débil economía, no pareciera que está contagiando al país su éxito personal ni que tenga talento para administrar bien su riqueza.
Con el precio del petróleo depreciado, es como si Venezuela hubiera perdido el tiempo despilfarrando tanta fortuna. Los buenos gobiernos trascienden por la eficaz administración de los recursos humanos y económicos, por los cambios culturales que inspiran, la infraestructura que construyen y la educación que dejan a futuras generaciones.
Lejos de aquellos valores, los logros de la revolución chavista reclamados hasta ahora – acceso a la salud, a la educación y disminución de la pobreza - le son insuficientes, quedando incluso neutralizados por el derroche en la compra de armas, por el sostenimiento del burocrático aparato político y por la exportación de subsidios y de una ideología que no es venezolana.
Es obvia la pregunta: ¿Cómo un país tan inmensamente rico, que flota en petróleo, y que debería ser potencia en América Latina, puede tener una infraestructura mediocre y una actitud tan pobre ante la riqueza?
Buscando una respuesta, uno termina por comparar a Venezuela con países que tienen similar fuente de ingresos. A diferencia de Chávez, los emiratos en el Golfo Pérsico, ante la expectativa de que las reservas petroleras no son eternas, han comenzado a diversificar su patrimonio bajo una simple ecuación: importar cultura, educación, turismo; a cambio de exportar crudo.
Desde hace años, los jeques de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) están convirtiendo el lucro de la venta petrolera en una productiva industria de la construcción. En una estrategia concertada, están edificando sucursales de museos de prestigio mundial y abriendo filiales de renombradas universidades, transformando al desierto en un gran oasis cultural.
Emulando a la ciudad de Bilbao, cuyo Museo de Guggenheim la situó como centro turístico internacional con más de 10 millones de visitantes en los últimos años, los jeques de Abu Dhabi encargaron también a Frank Ghery el diseño del Guggenheim Abu Dhabi. Abrirá en el 2012 en la isla de Saadiyat, donde ahí mismo se están levantando las filiales del Louvre y de otros cinco museos. Mientras tanto, Dubai y Qatar, están montando docenas de centros y distritos culturales para no quedar rezagados.
Como resultado, Abu Dhabi, el más grande de los siete emiratos, pronostica pronto duplicar el turismo, de 1.7 a tres millones; mientras que Dubai espera atraer a 15 millones de extranjeros para el 2015 y así poseer otro manantial de ingresos.
El dineral se invierte más allá de los museos. La educación de alto nivel es otra propuesta a futuro. Mientras el presidente Sarkozy colocaba la piedra fundacional de la rama de La Sorbona en Abu Dhabi, en Doha, capital de Qatar, los jóvenes ya estaban estudiando medicina en la delegación de la universidad de Cornell, relaciones internacionales en Georgetown o periodismo en Northwestern.
A juzgar por su mentalidad, Chávez seguramente se sumaría a los detractores de estas experiencias en el Golfo Périso, denunciando una actitud occidental neocolonialista e imperialista. Sin embargo, lo importante de estas prácticas pérsicas es que demuestran una forma eficaz de administrar la riqueza y la visión de construir naciones con el beneficio de la globalización.
Los objetivos de Chávez de tener una patria donde se nivelen los patrones de educación, salud y bienestar, no son malos; pero sí insuficientes. La riqueza de Venezuela, así como lo demanda la administración bíblica de los talentos, debe obligar al gobierno a proyectar un país más grandioso alejado de estándares subdesarrollados. Aún depreciado, el capital petrolero bien gobernado podría sobrar, por ejemplo, para fortalecer la visión chavista creando universidades y hospitales de primer nivel, que sirvan como polos de atracción internacional, desarrollo económico y orgullo venezolano.
Chávez no puede seguir perdiendo tiempo. La historia lo terminará juzgando no por su revolución ideológica, sino por la eficaz administración de la riqueza y de los talentos, dos recursos que abundan en Venezuela y que parecieran estar totalmente desaprovechados.
Con el precio del petróleo depreciado, es como si Venezuela hubiera perdido el tiempo despilfarrando tanta fortuna. Los buenos gobiernos trascienden por la eficaz administración de los recursos humanos y económicos, por los cambios culturales que inspiran, la infraestructura que construyen y la educación que dejan a futuras generaciones.
Lejos de aquellos valores, los logros de la revolución chavista reclamados hasta ahora – acceso a la salud, a la educación y disminución de la pobreza - le son insuficientes, quedando incluso neutralizados por el derroche en la compra de armas, por el sostenimiento del burocrático aparato político y por la exportación de subsidios y de una ideología que no es venezolana.
Es obvia la pregunta: ¿Cómo un país tan inmensamente rico, que flota en petróleo, y que debería ser potencia en América Latina, puede tener una infraestructura mediocre y una actitud tan pobre ante la riqueza?
Buscando una respuesta, uno termina por comparar a Venezuela con países que tienen similar fuente de ingresos. A diferencia de Chávez, los emiratos en el Golfo Pérsico, ante la expectativa de que las reservas petroleras no son eternas, han comenzado a diversificar su patrimonio bajo una simple ecuación: importar cultura, educación, turismo; a cambio de exportar crudo.
Desde hace años, los jeques de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) están convirtiendo el lucro de la venta petrolera en una productiva industria de la construcción. En una estrategia concertada, están edificando sucursales de museos de prestigio mundial y abriendo filiales de renombradas universidades, transformando al desierto en un gran oasis cultural.
Emulando a la ciudad de Bilbao, cuyo Museo de Guggenheim la situó como centro turístico internacional con más de 10 millones de visitantes en los últimos años, los jeques de Abu Dhabi encargaron también a Frank Ghery el diseño del Guggenheim Abu Dhabi. Abrirá en el 2012 en la isla de Saadiyat, donde ahí mismo se están levantando las filiales del Louvre y de otros cinco museos. Mientras tanto, Dubai y Qatar, están montando docenas de centros y distritos culturales para no quedar rezagados.
Como resultado, Abu Dhabi, el más grande de los siete emiratos, pronostica pronto duplicar el turismo, de 1.7 a tres millones; mientras que Dubai espera atraer a 15 millones de extranjeros para el 2015 y así poseer otro manantial de ingresos.
El dineral se invierte más allá de los museos. La educación de alto nivel es otra propuesta a futuro. Mientras el presidente Sarkozy colocaba la piedra fundacional de la rama de La Sorbona en Abu Dhabi, en Doha, capital de Qatar, los jóvenes ya estaban estudiando medicina en la delegación de la universidad de Cornell, relaciones internacionales en Georgetown o periodismo en Northwestern.
A juzgar por su mentalidad, Chávez seguramente se sumaría a los detractores de estas experiencias en el Golfo Périso, denunciando una actitud occidental neocolonialista e imperialista. Sin embargo, lo importante de estas prácticas pérsicas es que demuestran una forma eficaz de administrar la riqueza y la visión de construir naciones con el beneficio de la globalización.
Los objetivos de Chávez de tener una patria donde se nivelen los patrones de educación, salud y bienestar, no son malos; pero sí insuficientes. La riqueza de Venezuela, así como lo demanda la administración bíblica de los talentos, debe obligar al gobierno a proyectar un país más grandioso alejado de estándares subdesarrollados. Aún depreciado, el capital petrolero bien gobernado podría sobrar, por ejemplo, para fortalecer la visión chavista creando universidades y hospitales de primer nivel, que sirvan como polos de atracción internacional, desarrollo económico y orgullo venezolano.
Chávez no puede seguir perdiendo tiempo. La historia lo terminará juzgando no por su revolución ideológica, sino por la eficaz administración de la riqueza y de los talentos, dos recursos que abundan en Venezuela y que parecieran estar totalmente desaprovechados.
jueves, 26 de febrero de 2009
!Cuidado, nos están escuchando!
Cada vez que hablo por teléfono con periodistas de cualquier país latinoamericano sobre temas sensibles siempre sale a relucir jocosamente el mismo tema: “Cuidado que no están escuchando”. Más allá de los chistes, la mayoría de los periodistas tienen razones para suponer que los escuchan en forma clandestina, o porque los escuchan de verdad y tienen las pruebas, o porque sospechan que si hay servicios de inteligencia escuchando a muchos ellos no pueden ser la excepción o porque cada tanto aparece una denuncia de un ex espía que denuncia un escándalo y da nombres de periodistas que son realmente espiados.
Descubrir o sospechar que uno es escuchado en forma clandestina es prácticamente el mismo siente como cuando uno llega a su casa para darse cuenta que ha sido desvalijado. Uno siente una sensación de impotencia, de que ha sido violentada su intimidad y de perder automáticamente la confianza en el sistema. Como la violencia de la escucha se comete a dos personas al mismo tiempo, crea además un sentimiento de desconfianza entre los interlocutores, que terminan echándose la culpa entre ambos. En el caso de las escuchas contra el periodismo, esto crea un doble problema, por cuanto genera desconfianza entre la fuente y el periodista afectándose irremediablemente la libertad de expresión.
En coincidencia con un escándalo de proporciones mayúsculo en Colombia donde el servicio de inteligencia del gobierno escuchaba en forma clandestina conversaciones telefónicas de políticos, jueces y periodistas, en Argentina la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional una ley que autorizaba las intervenciones telefónicas y por internet, obligando a las empresas a que mantuvieran por 10 años esas comunicaciones en sus archivos.
En Colombia la crisis desatada por una denuncia hecha ante la revista Semana derivó en la renuncia del sub jefe del Departamento Administrativo de Seguridad y otros funcionarios, obligó al ministro de la Defensa, Juan Manuel Santos, a decir que se necesitaría reestructurar el servicio de inteligencia y, peor aún, a que Inglaterra y Estados Unidos dejen de brindar asistencia a Colombia ya que fueron los países que ofrecieron la tecnología para que se usara en contra del crimen organizado y el narcotráfico.
Las escuchas telefónicas clandestinas, espiar sin orden de un juez sin más ni menos, es un tema recurrente en la política internacional. Muchos países, como El Salvador y Guatemala están luchando por una legislación de este tipo para que le ayude a detectar e infiltrarse en bandas criminales, mientras que en España acaba de saltar un escándalo grandioso en las esferas del poder, siendo políticos interviniendo teléfonos de políticos. En Estados Unidos, a través de la Ley Patriótica, el ex presidente George Bush se salió con la suya al estar permitido a escuchar conversaciones a nivel nacional y en el extranjero sin la necesidad de que haya una orden de juez autorizándolo, convirtiéndose en un caso de violación a los derechos humanos.
En Perú, el año pasado, a raíz del chuponeo, como se le denomina al tema de las infiltraciones telefónicas, y su posterior denuncia sobre el tráfico de influencias y corrupción entre una compañía multinacional de petróleo y entidades estatales, el presidente Alan García tuvo que renovar prácticamente todo su gabinete.
La Corte argentina puso un toque a este tema al declarar inconstitucional la “ley espía” que fue sancionada en 2003 y suspendida por el ex presidente Néstor Kirchner en 2005, aunque no fue derogada. La Corte argumentó creando doctrina en un caso de un abogado, Ernesto Halab, en donde se consideró que violaba su derecho a la privacidad y a la confidencialidad. El año pasado en Argentina, como ahora sucede en Colombia, salió a debate el tema después de que se denunció que varios políticos y periodistas fueron infiltrados por la inteligencia no solo en el tema de teléfonos sino también en sus mensajes de e-mails, sin embargo, después de tanta denuncia, nada pasó. Por lo menos, ahora esta nueva jurisprudencia hará que cualquier intento sea ilegal y por lo tanto punible.
Descubrir o sospechar que uno es escuchado en forma clandestina es prácticamente el mismo siente como cuando uno llega a su casa para darse cuenta que ha sido desvalijado. Uno siente una sensación de impotencia, de que ha sido violentada su intimidad y de perder automáticamente la confianza en el sistema. Como la violencia de la escucha se comete a dos personas al mismo tiempo, crea además un sentimiento de desconfianza entre los interlocutores, que terminan echándose la culpa entre ambos. En el caso de las escuchas contra el periodismo, esto crea un doble problema, por cuanto genera desconfianza entre la fuente y el periodista afectándose irremediablemente la libertad de expresión.
En coincidencia con un escándalo de proporciones mayúsculo en Colombia donde el servicio de inteligencia del gobierno escuchaba en forma clandestina conversaciones telefónicas de políticos, jueces y periodistas, en Argentina la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional una ley que autorizaba las intervenciones telefónicas y por internet, obligando a las empresas a que mantuvieran por 10 años esas comunicaciones en sus archivos.
En Colombia la crisis desatada por una denuncia hecha ante la revista Semana derivó en la renuncia del sub jefe del Departamento Administrativo de Seguridad y otros funcionarios, obligó al ministro de la Defensa, Juan Manuel Santos, a decir que se necesitaría reestructurar el servicio de inteligencia y, peor aún, a que Inglaterra y Estados Unidos dejen de brindar asistencia a Colombia ya que fueron los países que ofrecieron la tecnología para que se usara en contra del crimen organizado y el narcotráfico.
Las escuchas telefónicas clandestinas, espiar sin orden de un juez sin más ni menos, es un tema recurrente en la política internacional. Muchos países, como El Salvador y Guatemala están luchando por una legislación de este tipo para que le ayude a detectar e infiltrarse en bandas criminales, mientras que en España acaba de saltar un escándalo grandioso en las esferas del poder, siendo políticos interviniendo teléfonos de políticos. En Estados Unidos, a través de la Ley Patriótica, el ex presidente George Bush se salió con la suya al estar permitido a escuchar conversaciones a nivel nacional y en el extranjero sin la necesidad de que haya una orden de juez autorizándolo, convirtiéndose en un caso de violación a los derechos humanos.
En Perú, el año pasado, a raíz del chuponeo, como se le denomina al tema de las infiltraciones telefónicas, y su posterior denuncia sobre el tráfico de influencias y corrupción entre una compañía multinacional de petróleo y entidades estatales, el presidente Alan García tuvo que renovar prácticamente todo su gabinete.
La Corte argentina puso un toque a este tema al declarar inconstitucional la “ley espía” que fue sancionada en 2003 y suspendida por el ex presidente Néstor Kirchner en 2005, aunque no fue derogada. La Corte argumentó creando doctrina en un caso de un abogado, Ernesto Halab, en donde se consideró que violaba su derecho a la privacidad y a la confidencialidad. El año pasado en Argentina, como ahora sucede en Colombia, salió a debate el tema después de que se denunció que varios políticos y periodistas fueron infiltrados por la inteligencia no solo en el tema de teléfonos sino también en sus mensajes de e-mails, sin embargo, después de tanta denuncia, nada pasó. Por lo menos, ahora esta nueva jurisprudencia hará que cualquier intento sea ilegal y por lo tanto punible.
miércoles, 25 de febrero de 2009
Williamson y su partida exagerada
Entre la ética y la legalidad siempre hay una línea muy delgada y muchas veces se trata de disfrazar un tema moral con una cuestión legal.
Creo que el gobierno argentino exageró al echar del país al obispo británico Richard Williamson, quien negó el holocausto, diciendo tener evidencia de que los nazis no “gasearon” a seis millones sino a unos 200 ó 300 mil judíos.
El gobierno tratando de consustanciarse con la enorme comunidad judía en el país terminó echando al cura no por sus dichos – aunque ese fue el motivo principal – sino por una cuestión de legalidad migratoria, ya que el obispo entró al país a trabajar de una cosa y terminó dirigiendo un seminario.
No comparto en nada los dichos anti éticos de Williamson, quien se merece la repulsa de la Iglesia, especialmente por no haber osado a pedir disculpas ante su aberrante declaración, pero tampoco es muy prudente para un país echar a alguien por lo que dice, limitando la libertad de expresión, ya que en el futuro uno pudiera pensar que esa misma “legalidad” se podría aplicar a otros personajes por cualquier otro motivo de ofensa. Además, en Argentina desconocer el holocausto no está penado por ley como por ejemplo en Alemania o Israel.
En realidad, por el resquicio de la legalidad migratoria, el gobierno argentino encontró la excusa perfecta para deshacerse de un ciudadano británico que no tenía el apoyo ni de los judíos ni de la comunidad católica, ni siquiera del Vaticano, que hasta hace poquito dejó sin efecto su ex comunión. Así que echarlo fue un tiro de gracia fácil de dar.
Para Inglaterra el tema de recibirlo es mucho más fácil. Primero, es un ciudadano inglés y segundo, pero más importante, no cometió ningún delito ante las leyes inglesas, solo tuvo un desliz ético al hacer declaraciones inapropiadas en un momento inapropiado.
Pero echar a un ciudadano de un país por tener opiniones controversiales para la mayoría, no habla muy bien del país expulsor en materia de defender y garantizar los derechos humanos esenciales, como la libertad de expresión.
Creo que el gobierno argentino exageró al echar del país al obispo británico Richard Williamson, quien negó el holocausto, diciendo tener evidencia de que los nazis no “gasearon” a seis millones sino a unos 200 ó 300 mil judíos.
El gobierno tratando de consustanciarse con la enorme comunidad judía en el país terminó echando al cura no por sus dichos – aunque ese fue el motivo principal – sino por una cuestión de legalidad migratoria, ya que el obispo entró al país a trabajar de una cosa y terminó dirigiendo un seminario.
No comparto en nada los dichos anti éticos de Williamson, quien se merece la repulsa de la Iglesia, especialmente por no haber osado a pedir disculpas ante su aberrante declaración, pero tampoco es muy prudente para un país echar a alguien por lo que dice, limitando la libertad de expresión, ya que en el futuro uno pudiera pensar que esa misma “legalidad” se podría aplicar a otros personajes por cualquier otro motivo de ofensa. Además, en Argentina desconocer el holocausto no está penado por ley como por ejemplo en Alemania o Israel.
En realidad, por el resquicio de la legalidad migratoria, el gobierno argentino encontró la excusa perfecta para deshacerse de un ciudadano británico que no tenía el apoyo ni de los judíos ni de la comunidad católica, ni siquiera del Vaticano, que hasta hace poquito dejó sin efecto su ex comunión. Así que echarlo fue un tiro de gracia fácil de dar.
Para Inglaterra el tema de recibirlo es mucho más fácil. Primero, es un ciudadano inglés y segundo, pero más importante, no cometió ningún delito ante las leyes inglesas, solo tuvo un desliz ético al hacer declaraciones inapropiadas en un momento inapropiado.
Pero echar a un ciudadano de un país por tener opiniones controversiales para la mayoría, no habla muy bien del país expulsor en materia de defender y garantizar los derechos humanos esenciales, como la libertad de expresión.
martes, 24 de febrero de 2009
Preparando el derribo del embargo
Desde que Barack Obama era candidato y apenas asumió Hilary Clinton como canciller, la nueva administración demócrata vino dando signos de que la política hacia Cuba se haría más tolerante. Desde Cuba esa teoría se vino alimentando con declaraciones de Raúl Castro y tras la visita consecutiva de presidentes latinoamericanos como Correa, Torrijos, Kirchner, Bachelet, Colom y ahora Chávez, quienes públicamente se manifestaron en contra del embargo que Estados Unidos mantiene desde hace 47 años.
La estrategia de uno y otro lado parece estar dirigida a ponerle a Obama una alfombra roja para la próxima reunión hemisférica de presidentes que se realizará del 17 al 19 de abril en Trinidad y Tobago. De repente ahí, si no es antes, Obama haría anuncios importantes para normalizar en algo la relación bilateral con la isla.
Los signos vitales de esta preparación de política de cambio y de preparación de la opinión pública estadounidense – entre ella la poderosa cubana americana de Miami - la ofreció esta semana el senador Richard Lugar quien hizo una propuesta entre sus pares y un artículo la semana pasada del militar Alex Crowther titulado “Díganle adiós al embargo”. Lugar no pide eliminar el embargo sino flexibilizarlo más allá de los puntos actuales que permite exportar cereales y medicinas a Cuba pero a precios de contado.
Un sondeo de opinión entre cubanos estadounidenses también favorece la eliminación del embargo, lo que podría estar sembrado el camino para desistir de esta política que no ha dado los resultados que se esperaba: democracia.
Más allá de que comparto de que se debe flexibilizar el embargo – incluso acabarlo - para que se permitan los viajes en forma irrestricta a Cuba, que haya nuevas políticas migratorias y que se favorezca el intercambio comercial más allá de razones humanitarias, no creo prudente que se haga sin nada a cambio, ya que la política de Cuba sobre los derechos humanos y la libertad de expresión es repugnante todavía, con cientos de presos políticos presos, docenas de periodistas en la misma situación y gente que no tiene el derecho a la libertad de asociación, y para qué hablar de elegir a sus representantes.
La estrategia de uno y otro lado parece estar dirigida a ponerle a Obama una alfombra roja para la próxima reunión hemisférica de presidentes que se realizará del 17 al 19 de abril en Trinidad y Tobago. De repente ahí, si no es antes, Obama haría anuncios importantes para normalizar en algo la relación bilateral con la isla.
Los signos vitales de esta preparación de política de cambio y de preparación de la opinión pública estadounidense – entre ella la poderosa cubana americana de Miami - la ofreció esta semana el senador Richard Lugar quien hizo una propuesta entre sus pares y un artículo la semana pasada del militar Alex Crowther titulado “Díganle adiós al embargo”. Lugar no pide eliminar el embargo sino flexibilizarlo más allá de los puntos actuales que permite exportar cereales y medicinas a Cuba pero a precios de contado.
Un sondeo de opinión entre cubanos estadounidenses también favorece la eliminación del embargo, lo que podría estar sembrado el camino para desistir de esta política que no ha dado los resultados que se esperaba: democracia.
Más allá de que comparto de que se debe flexibilizar el embargo – incluso acabarlo - para que se permitan los viajes en forma irrestricta a Cuba, que haya nuevas políticas migratorias y que se favorezca el intercambio comercial más allá de razones humanitarias, no creo prudente que se haga sin nada a cambio, ya que la política de Cuba sobre los derechos humanos y la libertad de expresión es repugnante todavía, con cientos de presos políticos presos, docenas de periodistas en la misma situación y gente que no tiene el derecho a la libertad de asociación, y para qué hablar de elegir a sus representantes.
lunes, 23 de febrero de 2009
Marchas y contramarchas en Nicaragua
En América Latina muchos gobiernos siguen dilapidando los recursos públicos según sus intereses políticos partidarios de espalda a la gestión de gobernar. De esta forma se viene comportando el gobierno de Daniel Ortega que esta vez, en un nuevo giro de tuerca, convocó para el 28 de febrero una marcha para contrarrestar la que anunció previamente, y para ese mismo día, el liberal Eduardo Montealegre para protestar por las elecciones fraudulentas de noviembre pasado.
La contramarcha organizada por el gobierno, como las que organiza usualmente Hugo Chávez o Cristina de Kircher para contrarrestar los efectos de la oposición y de los movimientos agrícolas respectivamente, tiene dos objetivos muy claros. Primero, intimidar y crear un clima de inseguridad sobre el principio fundamental de la libertad de asociación y movimiento en una democracia y, segundo, medir fuerzas y profundizar la polarización política.
Las contramarchas violan principios democráticos y en el caso del gobierno nicaragüense, también quebranta principios de la decencia política (si los puede haber), ya que la primera dama Rosario Murillo dijo que ese día 28 de febrero se harán caravanas, marchas y actos para comenzar con las celebraciones del 30 aniversario del derrocamiento de la dictadura de Somoza que se conmemora el 19 de julio.
No hay dudas que como lo viene haciendo desde el comienzo de su gobierno y tras la creación de los Consejos Populares, el orteguismo alienta la violencia e intimida a quienes deberían tener la libertad de manifestarse.
La contramarcha organizada por el gobierno, como las que organiza usualmente Hugo Chávez o Cristina de Kircher para contrarrestar los efectos de la oposición y de los movimientos agrícolas respectivamente, tiene dos objetivos muy claros. Primero, intimidar y crear un clima de inseguridad sobre el principio fundamental de la libertad de asociación y movimiento en una democracia y, segundo, medir fuerzas y profundizar la polarización política.
Las contramarchas violan principios democráticos y en el caso del gobierno nicaragüense, también quebranta principios de la decencia política (si los puede haber), ya que la primera dama Rosario Murillo dijo que ese día 28 de febrero se harán caravanas, marchas y actos para comenzar con las celebraciones del 30 aniversario del derrocamiento de la dictadura de Somoza que se conmemora el 19 de julio.
No hay dudas que como lo viene haciendo desde el comienzo de su gobierno y tras la creación de los Consejos Populares, el orteguismo alienta la violencia e intimida a quienes deberían tener la libertad de manifestarse.
domingo, 22 de febrero de 2009
Oscars: la noche más esperada
Esta noche de Oscars es una de las más esperadas. Hollywood y su magia se las han ingeniado para crear grandes expectativas, incluso para las salas de apuestas más distinguidas del planeta. Con el tiempo, hemos aprendido a ver las películas, actores y actrices nominados, para tener nuestro propio pronóstico.
En mi caso lo que más me gustaría es que Mickey Rourke se gane el premio al mejor actor por su estelar personaje en “The Wrestler”, aunque confieso que me daría mucha lástima que perdiese Sean Penn por su trabajo en “Milk”. Lo que admiro de estos actores es que son eso, actúan con gestos que corresponden a sus personajes, una gran diferencia con otros que siempre fingen actuaciones, o actúan de sí mismos, por más diferente que sean los guiones.
Para Rourke - quien en cada galardón que ha recibido se lo dedicó a su chichuhua Loki que murió hace seis días después de acompañarlo en las alfombras rojas por 18 años - sería el premio que reivindica su vida. Como personaje rebelde de Hollywood y con varias entradas a la policía, Rourke podría tener la victoria de su vida y reacomodar una carrera que era prodigiosa hace 30 años atrás cuando intentó ser boxeador. Penn es otro de esos actores rebeldes de Hollywood. Crítico acérrimo de las políticas republicanas estadounidenses, tiene tantas a visitas a Venezuela como a Cuba donde no se han cansado de bregar por el término del embargo de Estados Unidos a Cuba. Lástima que no hay empates.
Como hispano me inclino para que gane Penélope Cruz como actriz secundaria pero no me pareció admirable su trabajo en la cinta de Woody Allen. Pero bienvenida sea la estatuilla. Me gustaría que gane Kate Winslet por su trabajo en The Reader, especialmente porque nunca le dieron su premio en seis nominaciones, especialmente cuando Titanic ganó todo, excepto su rol protagónico. En la categoría de mujeres me daría lástima que Angelina Jolie no gane por Chageling un proverbial trabajo de actuación.
La mejor película pareciera que ya tiene dueño Slumdog Millionaire con la que la Academia enviaría un mensaje a todos los directores y productores de que se puede hacer cine o ser austeros en época de crisis. Esta película se hizo con sólo 15 millones de dólares, el Extraño caso de Benjamín Button, en cambio, costo 150 millones.
Y lo que todos esperamos, creo yo, que al mismo estilo que Rourke de reivindicar una carrera, en este caso se trata de reivindicar una vida, es que el premio al mejor actor de reparto se lo lleve en forma póstuma Heath Ledger por la película de Batman, The Dark Knight. Todos hemos quedado choqueados cuando supimos de la muerte sorpresiva de este actor que se estaba transformado en una estrella venerada.
En mi caso lo que más me gustaría es que Mickey Rourke se gane el premio al mejor actor por su estelar personaje en “The Wrestler”, aunque confieso que me daría mucha lástima que perdiese Sean Penn por su trabajo en “Milk”. Lo que admiro de estos actores es que son eso, actúan con gestos que corresponden a sus personajes, una gran diferencia con otros que siempre fingen actuaciones, o actúan de sí mismos, por más diferente que sean los guiones.
Para Rourke - quien en cada galardón que ha recibido se lo dedicó a su chichuhua Loki que murió hace seis días después de acompañarlo en las alfombras rojas por 18 años - sería el premio que reivindica su vida. Como personaje rebelde de Hollywood y con varias entradas a la policía, Rourke podría tener la victoria de su vida y reacomodar una carrera que era prodigiosa hace 30 años atrás cuando intentó ser boxeador. Penn es otro de esos actores rebeldes de Hollywood. Crítico acérrimo de las políticas republicanas estadounidenses, tiene tantas a visitas a Venezuela como a Cuba donde no se han cansado de bregar por el término del embargo de Estados Unidos a Cuba. Lástima que no hay empates.
Como hispano me inclino para que gane Penélope Cruz como actriz secundaria pero no me pareció admirable su trabajo en la cinta de Woody Allen. Pero bienvenida sea la estatuilla. Me gustaría que gane Kate Winslet por su trabajo en The Reader, especialmente porque nunca le dieron su premio en seis nominaciones, especialmente cuando Titanic ganó todo, excepto su rol protagónico. En la categoría de mujeres me daría lástima que Angelina Jolie no gane por Chageling un proverbial trabajo de actuación.
La mejor película pareciera que ya tiene dueño Slumdog Millionaire con la que la Academia enviaría un mensaje a todos los directores y productores de que se puede hacer cine o ser austeros en época de crisis. Esta película se hizo con sólo 15 millones de dólares, el Extraño caso de Benjamín Button, en cambio, costo 150 millones.
Y lo que todos esperamos, creo yo, que al mismo estilo que Rourke de reivindicar una carrera, en este caso se trata de reivindicar una vida, es que el premio al mejor actor de reparto se lo lleve en forma póstuma Heath Ledger por la película de Batman, The Dark Knight. Todos hemos quedado choqueados cuando supimos de la muerte sorpresiva de este actor que se estaba transformado en una estrella venerada.
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