Esta noche de Oscars es una de las más esperadas. Hollywood y su magia se las han ingeniado para crear grandes expectativas, incluso para las salas de apuestas más distinguidas del planeta. Con el tiempo, hemos aprendido a ver las películas, actores y actrices nominados, para tener nuestro propio pronóstico.
En mi caso lo que más me gustaría es que Mickey Rourke se gane el premio al mejor actor por su estelar personaje en “The Wrestler”, aunque confieso que me daría mucha lástima que perdiese Sean Penn por su trabajo en “Milk”. Lo que admiro de estos actores es que son eso, actúan con gestos que corresponden a sus personajes, una gran diferencia con otros que siempre fingen actuaciones, o actúan de sí mismos, por más diferente que sean los guiones.
Para Rourke - quien en cada galardón que ha recibido se lo dedicó a su chichuhua Loki que murió hace seis días después de acompañarlo en las alfombras rojas por 18 años - sería el premio que reivindica su vida. Como personaje rebelde de Hollywood y con varias entradas a la policía, Rourke podría tener la victoria de su vida y reacomodar una carrera que era prodigiosa hace 30 años atrás cuando intentó ser boxeador. Penn es otro de esos actores rebeldes de Hollywood. Crítico acérrimo de las políticas republicanas estadounidenses, tiene tantas a visitas a Venezuela como a Cuba donde no se han cansado de bregar por el término del embargo de Estados Unidos a Cuba. Lástima que no hay empates.
Como hispano me inclino para que gane Penélope Cruz como actriz secundaria pero no me pareció admirable su trabajo en la cinta de Woody Allen. Pero bienvenida sea la estatuilla. Me gustaría que gane Kate Winslet por su trabajo en The Reader, especialmente porque nunca le dieron su premio en seis nominaciones, especialmente cuando Titanic ganó todo, excepto su rol protagónico. En la categoría de mujeres me daría lástima que Angelina Jolie no gane por Chageling un proverbial trabajo de actuación.
La mejor película pareciera que ya tiene dueño Slumdog Millionaire con la que la Academia enviaría un mensaje a todos los directores y productores de que se puede hacer cine o ser austeros en época de crisis. Esta película se hizo con sólo 15 millones de dólares, el Extraño caso de Benjamín Button, en cambio, costo 150 millones.
Y lo que todos esperamos, creo yo, que al mismo estilo que Rourke de reivindicar una carrera, en este caso se trata de reivindicar una vida, es que el premio al mejor actor de reparto se lo lleve en forma póstuma Heath Ledger por la película de Batman, The Dark Knight. Todos hemos quedado choqueados cuando supimos de la muerte sorpresiva de este actor que se estaba transformado en una estrella venerada.
1 comentario:
Desearía que Milk ganará como mejor película, pero creo que quien se lo llevará será Slumdog millionaire".
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