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abril 02, 2015

Silencio cómplice sobre Venezuela

Hace rato que la democracia dejó de ser real en Venezuela; solo existe en apariencias. El régimen de Nicolás Maduro mantiene los procesos electorales y se aferra a su discurso antiimperialista para distraer la atención sobre la creciente inestabilidad.

Con elecciones y retórica, sin embargo, no le alcanza para esconder lo obvio: Violaciones sistemáticas a los derechos humanos, Congreso inoperante, Justicia incautada y opresión de las libertades políticas y de expresión; todo esto sumado a la desorientación del venezolano que se ve cada vez más reflejado en la miseria cubana.

Pese a todo, Maduro, así como su antecesor, se las ha ingeniado para comprar silencio. Generó censura y autocensura a fuerza de denunciar conspiraciones y golpes de Estado. Es que el silencio es para el chavismo parte esencial de su política de comunicación. Quienes desafían al régimen a nivel interno terminan golpeados, perseguidos, encarcelados y hasta denunciados y controlados por las milicias populares. Hacia afuera, su dispendiosa generosidad petrolera le ganó aliados, mientras el Alba, Unasur, Celac y Petro Caribe, organismos creados a imagen y semejanza, le sirvieron de autodefensa.

Muy pocos se atreven a criticar abiertamente a Maduro por estas razones, las mismas que supo aupar Fidel Castro por más de medio siglo. Pero está visto que Maduro no es Hugo Chávez ni Raúl es Fidel, de ahí que hasta los intelectuales de izquierda estén cautos y a la expectativa de lo que pase. Todos pueden celebrar cierta retórica antiyanqui, como la disparó en estos días el presidente ecuatoriano Rafael Correa, pero nadie puede justificar que los alcaldes opositores Leopoldo López, Antonio Ledesma y Daniel Ceballos sigan presos por rebelión y conspiración.

Los ruidos en contra de Maduro son cada vez más fuertes. Esta semana cosechó varios de importancia, como la del premio Nobel, Mario Vargas Llosa, quien arremetió contra los gobiernos más democráticos de la región, por guardar el mismo silencio que aquellos aliados del chavismo. Pero la voz más decidida surgió en España, cuando Felipe González anunció que asumía la defensa de López y Ledezma.

La decisión de González apareció en el momento justo. Desorientó a Maduro que por semanas ya venía construyendo toda una batahola contra el gobierno de Barack Obama tras haber sancionado a siete autoridades venezolanas por violación a los derechos humanos. Ingenioso con las palabras rimbombantes, Maduro aprovechó el “bad timing” de EEUU para petardear el protagonismo que Obama y Castro tendrían en la próxima Cumbre de las Américas en Panamá, después de que ambos países reiniciaron las relaciones diplomáticas.

Además de desencajar a Maduro, lo de González sirvió para marcarle la cancha a los gobernantes latinoamericanos y crearle, al menos, cierta vergüenza pública por no criticar el totalitarismo cada vez más arraigado en Venezuela. Y pese a que el ex presidente colombiano, Ernesto Samper, ahora al frente del Unasur, siga criticando a EEUU por su injerencia en asuntos internos, todo gobernante sabe que las violaciones a los derechos humanos deben denunciarse aquí y en la china, porque escapan a temas de soberanía nacional como lo indican los tratados internacionales.

Es por demás sabido que EEUU, con sus políticas expresas y sus omisiones, es responsable de muchos desmanes así como de grandes avances en América Latina. Pero en este caso de las sanciones, es innegable que se ha convertido en una gran voz y la única de un gobierno en ejercicio para criticar y actuar en contra de los violadores de derechos humanos. Y aunque ahora el proceso parezca tortuoso, en el futuro, cuando se lea la historia, se podrá diferenciar a quienes quedaron callados de los que sintieron la responsabilidad de denunciar.

Además de lo meritorio por asumir la defensa de presos políticos, lo de González es relevante porque ilumina el deterioro democrático de Venezuela. Anima a muchos a salir al ruedo; pero, principalmente, aísla aún más a Maduro, que había aprovechado las sanciones de Obama para retomar las banderas del nacionalismo, realizar ejercicios militares y, lo más peligroso, legislar de espaldas al Congreso mediante una “ley habilitante antiimperialista” con la que volverá a limitar a la Justicia y controlar todavía más a los ciudadanos venezolanos. 

marzo 26, 2014

A juicio, la eficiencia de UNASUR

La misión de UNASUR, aquella entidad orquestada por Hugo Chávez para neutralizar a la OEA a la que acusaba de estar manipulada por EE.UU., está en Venezuela con el firme propósito de Nicolás Maduro de que debe respaldar su posición y acusar a la oposición, incluidos los estudiantes, de que se sigue planeando la mayor conjura de todos los tiempos.

La UNASUR está entre la espada y la pared. Por un lado, a su llegada, Maduro anunció la detención de tres generales de la Fuerza Aérea que estarían intentando un golpe de Estado bajo mandato de la oposición, una especie de golpe de suerte – si fuera verdad – o de golpe propagandístico desvergonzado para minar las intenciones de los cancilleres de Paraguay y Colombia que querían que su misión no esté atada a los designios del gobierno y así poder entrevistarse con miembros de la oposición.

Por otro lado, la misión no podrá dejar de evidenciar que la mayoría de los 34 muertos, centenares de heridos y detenidos son causa y efecto de los abusos de Estado para controlar las protestas, situación agravada por la ilegítima quita de fueros a la parlamentaria María Corina Machado, el encarcelamiento de Leopoldo López y de otros dos alcaldes no chavistas, por una Justicia que actúa al son del poder político y unos medios de comunicación y redes sociales que deben sobrevivir bajo la censura directa y la autocensura por temor a mayores represalias.

A la luz de los estándares internacionales sobre derechos humanos y principios democráticos no harían falta muchos más elementos para considerar a este gobierno venezolano como el más totalitario y fascista de la región, a excepción del cubano de los hermanos Castro, por supuesto.

Justamente a imagen y semejanza de Cuba, en Venezuela, donde no se permite  a la Comisión de Interamericana de Derechos Humanos ni a la OEA ni a organismos europeos evaluar in situ la situación, sino solo a aquellos organismos de conclusiones predeterminadas, la UNASUR llega como anillo al dedo para un régimen que pide a gritos que se le siga legitimando su accionar autoritario y fachada democrática.


Así, a no ser que prevalezca la independencia de criterios, la corta vida de la UNASUR se verá aún más acotada, utilizada y manipulada por un régimen que tiene en sí mismo todos los vicios y pecados que les achaca a los demás.

marzo 07, 2014

OEA dividida x Venezuela y DDHH olvidados

Era evidente que la reunión de la OEA terminara en la nada, con la determinación de los votos del gobierno venezolano, acompañado por los del Alba y del Caricom, cuya intención certera era neutralizar cualquier declaración de censura contra Venezuela o envío de misión para investigar lo sucedido.

Los votos, por ahora, valieron más para Nicolás Maduro que dos días atrás, y después de romper relaciones diplomáticas con Panamá, había advertido que la OEA debería quedarse donde está y que deje de lado sus sueños intervencionistas aupados por EE.UU.

Esto aumenta los sentimientos de muchos que siguen creyendo que la OEA no sirve para nada, justamente el mismo pensamiento que empezó a vender el fallecido Hugo Chávez y con el que justificó otras asociaciones como Unasur, y Celac, que a diferencia de la OEA, que reúne a todos los países americanos, son ideológicamente excluyentes.

Esa exclusión y las diferencias ideológicas fueron las que justamente terminaron de inclinar la votación de ayer a favor de Venezuela. Aunque es lamentable que en el seno de la OEA se haya desconocido lo que manda la Carta Democrática Interamericana en materia de derechos humanos y libertades individuales, conculcados intencionalmente por el gobierno venezolano, hay que entender que se trata de una época política y no de la OEA. Esta, como tal, sobrevivirá más allá de los gobiernos que antes y ahora la manipulen.

En eso, al menos en eso, el secretario general José Miguel Insulza tiene razón. La OEA, como organización política, es destinataria y está manipulada por la misma polarización que está enquistada en la mayoría de los países.


Más allá de los vericuetos políticos existentes, lo más lamentable es que no se le haya siquiera tapado la boca a Maduro con su siempre diatriba a favor de la soberanía y la no injerencia; una excusa con la que siempre trata de manipular la universalidad de los derechos humanos que los gobiernos del mundo reconocieron después de las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial. Precisamente esa universalidad, es la que permite que el mundo entero tenga derecho a entrometerse en una nación cuando se sospecha de la violación a los derechos humanos.  

mayo 13, 2013

Petrodiplomacia y legitimidad

La petrodiplomacia es característica principal del chavismo. Pero a diferencia de Hugo Chávez, que la utilizaba a la ofensiva para crear alianzas, abrir mercados y vender ideas, el presidente Nicolás Maduro la usa en defensa propia, para comprar legitimidad y protección.

Ante fuertes sospechas de que el 14 de abril ganó mediante fraude electoral, Maduro recorrió esta semana Brasilia, Buenos Aires y Montevideo. El viaje no tuvo intención económica sino política. Como fachada ofreció acuerdos para trocar petróleo por alimentos, pero el objetivo fue bloquear posibles consensos para que desde el Mercosur, la UNASUR o la OEA, se intente sugerir la revisión de las elecciones o activar la Carta Democrática Interamericana.

Venezuela también usó esta semana la diplomacia preventiva a través de Petrocaribe. Incorporó a Honduras y Guatemala, aumentando su póliza de seguro con países que si bien se benefician ahora con petróleo a precios reducidos y diferidos y bajas tasas de interés, endeudan a sus gobiernos del futuro.

La defensiva de Maduro es lógica. Busca contrarrestar la ofensiva de miembros y legisladores de la oposición que, evidencias en mano, se pasearon por varios países latinoamericanos a denunciar el fraude. Cuentan con más de cuatro mil denuncias de empleados públicos despedidos por no votar por la revolución, un par de presos políticos y sus propias cicatrices y moretones, desde que fueron brutalmente golpeados en la Asamblea Nacional, mientras el titular del recinto, Diosdado Cabello, ordenaba cerrar las puertas y les prohibía hablar o cobrar sueldos por no reconocer a Maduro presidente.

En el Cono Sur no debe haber sido fácil escuchar a Maduro. Fue a validar métodos similares que estos gobernantes sufrieron en manos del autoritarismo cuando estaban en la oposición o proscriptos. Pero ironías del destino, en Argentina,  donde más juicios se hicieron por las violaciones a los derechos humanos del pasado, Maduro tuvo pan y circo en estadio de fútbol, donde se lo vitoreó por decir que vio a Chávez “en cada esquina de Buenos Aires”.

En su primer periplo, Maduro no consiguió simpatías como despertaba Chávez, pero tampoco creó enemigos. Habló del manido tema del imperio, pero limitó su perorata sobre denuncias de sabotaje. Ni siquiera mencionó al ex presidente colombiano Álvaro Uribe como a su nuevo “asesino”, ni hostigó a gobiernos de Perú y España, que se ofrecieron como intermediarios, pidiendo mayor tolerancia y diálogo para superar la crisis.

En lo político, Maduro dio un paso positivo para neutralizar a sus aliados. Pero en la calle no se lo tomó en serio, todavía se lo reconoce como interlocutor de pajaritos y pese a que trata de ganar adeptos mezclando a Artigas y Bolívar, con Chávez y Perón, se interpretó que fue a “comprar” legitimidad. Todos saben que Venezuela está comprometida, que una caída de los precios del petróleo reduciría la beneficencia diplomática y, con ello, se desmoronaría la revolución.

Por otro lado, Herique Capriles, cree que habría ganado por 400 mil votos en lugar de perder por 224 mil de no haber sido por el fraude. Convencido, no cesa de denunciar el fraude y exige anulación de los comicios ante el Superior Tribunal Electoral. Aun reconociendo que la justicia responde al gobierno, sabe que su prédica es la única herramienta para desafiar al poder y para obligar a las instituciones a responder y ser transparentes.
Lo gran duda es si fue buena su decisión y de la oposición no acudir al proceso de auditoría que el Consejo Nacional Electoral empezó esta semana. El hecho de que no se quiere validar otra irregularidad, porque el conteo es incompleto y no se revisarán los padrones electorales donde se confirmarían evidencias de miles de votos dobles y de fallecidos, demuestra la impotencia de la oposición ante un poder que lo puede todo y que no tiene vergüenza de nada.
Hubiera sido mejor seguir vigilando el proceso de auditoría de cerca y deslegitimarlo sobre la marcha si era necesario. Es que la oposición ya tuvo una pésima experiencia cuando se retiró de la Asamblea General y de las elecciones parlamentarias en 2005. En lugar de dejar sentado un principio, le extendió un cheque en blanco al oficialismo y, de esa forma, legitimó e incentivó los abusos que buscaba frenar. 

abril 21, 2013

La UNASUR parcializada


La OEA no es una institución que se haya destacado por su eficiencia, pero al menos ha mantenido cierta coherencia frente a otras instituciones hemisféricas, como la UNASUR, que se ha destacado por su parcialidad.

Creada bajo la influencia de Hugo Chávez, esta organización demostró esta semana ser totalmente parcial favoreciendo al presidente electo de Venezuela, Nicolás Maduro, durante la reunión de emergencia de presidentes en Lima, que sirvió para avalar una elección sin reparar que el proceso electoral fue denunciado por graves vicios.

Se sabía que la discusión de UNASUR tendría resultado previsible, por cuanto hasta Maduro estuvo presente, habiéndose tenido que disculpar para no generar presiones en sus miembros y para que no haya siquiera apariencia de conflicto de interés. Pero a Maduro no le importan mucho las apariencias.

El año pasado esta organización se expresó muy fuerte contra la destitución de Fernando Lugo en Paraguay, favoreciendo el pedido de Venezuela y de Argentina para que Paraguay fuera apartado del Mercosur. Se trató de una medida que le vino a Chávez como anillo al dedo, justamente por el Senado paraguayo era el único escollo que bloqueaba la entrada de Venezuela a esa entidad comercial.

En esos días UNASUR tampoco recriminó que Maduro estuviera en los cuarteles militares paraguayos tratando de convencerlos de que se levantaran en armas ante el inminente juicio político contra Lugo.

Tampoco se puede esperar que UNASUR vaya a decir algo ahora que el gobierno de Evo Morales está haciendo una intrincada interpretación de la Constitución para volver a intentar su reelección. Hacerlo, claro, sería intervenir en los asuntos internos de un país por lo que irónicamente esa será la excusa para su silencio.

UNASUR es un club de conveniencias y parcializado.     

agosto 19, 2012

Assange y la mezcolanza de Correa

A dos meses de Julian Assange recluido en la embajada ecuatoriana en Londres desde que acudió en pedido de asilo el 19 de junio, su caso se ha transformado en una mezcolanza aprovechada por la demagogia electoral del presidente Rafael Correa. Assange salió hoy a los balcones a recriminar a EEUU que deje de perseguirlo como periodista, así como a los trabajadores de Wikileaks y que libere al soldado Bradley Manning, el “garganta profunda” que le suministró los miles de cables diplomáticos secretos. Correa, a su vez en su programa sabatino habitual, habló de que su decisión de otorgar asilo diplomático a Assange está basada en el derecho internacional porque tiene razones para entender de que Assange podría incluso enfrentar la pena de muerte en EEUU y condenó la amenaza del gobierno de Gran Bretaña de que podría entrar a la embajada y detener al titular de Wikileaks para extraditarlo a Suecia. Los países del ALBA y de la UNASUR salieron pronto a condenar los hechos e invitar a los gobiernos de Ecuador y de Gran Bretaña al diálogo, ante la amenaza de Inglaterra y de que jamás le otorgue a Assange el salvoconducto para vivir en libertad en Ecuador. Antes de cualquier reflexión, vale la pena indicar que Assange ni Correa ni los gobiernos del ALBA y UNASUR dijeron nada de que el gobierno sueco “persigue” a Assange por acusaciones de violación contra dos mujeres de ese país. Sería importante que para desacreditar cualquier argumento de Assange y Correa que se trata de una persecución política y de que la acusación sueca podría ser una treta para enviarlo en extradición a EEUU, Suecia prometa que no accedería a ningún pedido de EEUU. De esta forma, Assange y Correa tendrán las garantías necesarias de que se lo juzgará por delitos sexuales; ¿o será que no querrá someterse a la Justicia sueca por esos motivos? Si tanto explica que esos delitos no existieron, ¿por qué entonces no se somete a la Justicia para aclarar lo sucedido? El caso de Assange a Correa le viene muy bien. No porque simpatice con cualquier persona que se crea perseguida por el imperio, sino porque además le sirve para lavarse la cara sobre los atropellos que ha cometido contra los medios de comunicación en su país, lo que le ha valido ganarse una muy mala reputación en el exterior como uno de los máximos violadores de la libertad de prensa, debido a la persecución en contra de El Universo y sus directivos, así como en contra de los autores del libro El Gran Hermano. Con demagogia electoralista, ahora Correa quiere imponerse en el mundo como un defensor de la libertad de prensa y de los periodistas defendiendo las posturas y conductas de Assange, similares a las que combate. Critica y persigue en su país. Correa mezcla los tantos. Assange no está siendo acusado ni procesado por su papel de periodista sino por delitos comunes. Todo lo demás es pura especulación. Tan especulativo como decir que Assange cumple con las pautas profesionales que los periodistas deben cumplir o que EEUU no tiene derecho a procesar a Manning o a perseguir a cualquiera que robe secretos de Estado en su territorio.

noviembre 27, 2010

Correa y su cinismo

Rafael Correa se sigue comportando como uno de los presidentes más arrogantes y arbitrarios de Sudamérica, enfrentándose a todo aquel que pronuncie una palabra de crítica en su contra o de su administración.
Endiosado, Correa se cree ser supremo e infalible, haciendo ver que todo aquel que despotrica en su contra es simplemente un desestabilizador de su gobierno o golpista, de ahí que continuamente amenace a la oposición y le endilgue a los medios de comunicación atrofiar su revolución.
En la reciente reunión de la UNASUR en Guyana, donde dejó la presidencia del organismo, instó a los demás presidentes a dictar leyes para regular a la prensa; una actitud demasiada soberbia, como creyendo que la libertad de expresión es patrimonio de los gobiernos. Además, no hace falta pedirles a los demás gobiernos que hagan lo que lamentablemente ya están haciendo y la censura de medios que él mismo busca a través de una Ley de Comunicación que ya ha sido criticada hasta por los organismos descentralizados de la OEA.
Correa defiende su interpretación rebuscada y equivocada de lo que es libertad de prensa, asumiendo que todos los medios cometen abusos y que no se trata de libertad de prensa sino de empresa. Dijo que en nombre de esa libertad se han desestabilizado presidentes y gobiernos y por ello “debemos perder el temor reverencial de tratar estos temas y buscar una legislación adecuada para combatir los excesos de cierta prensa".

"No nos engañemos, desde que se inventó la imprenta, la libertad de prensa no es otra cosa que la voluntad del dueño de la imprenta", pero en esta cita, si fuera cierto, tuviera que haber agregado que en Ecuador, el Estado se ha convertido en el dueño mayoritario de canales de tv, radioemisoras y periódicos.

No solo se trata de un presidente con mucho de arrogancia, sino también de sarcasmo y cinismo; actitudes muy alejadas que debería tener un primer mandatario.

julio 28, 2010

Unasur ideologizada

La utilidad de Unasur será puesta a prueba a partir de mañana cuando la reunión de cancilleres convocada en Quito para debatir sobre las relaciones Venezuela a Colombia tenga que sopesar, entre llamar al diálogo sobre las relaciones rotas decretada por el presidente Hugo Chávez, que acusa a Colombia de conspiración junto con Estados Unidos, o pedir a Venezuela que investigue las denuncias de que su gobierno está apañando a guerrilleros colombianos o que, al menos, les permite “acampar” en su territorio.
Por lo que sobre el tema dijo Rafael Correa, quien trató de bloquear la sesión pública que Colombia propuso la semana pasada en la OEA, los paños de agua fría que está poniendo Lula da Silva para seguir en su juego de ser líder regional e interlocutor válido de gobiernos díscolos ante Barack Obama, la poca credibilidad de un secretario ejecutivo de Unasur como es el ideologizado Néstor Kirchner y la diatriba constante de Evo Morales que acusa a Colombia y a cualquiera que no comulgue con su forma de gobernar de estar sometido al imperialismo, no hay muchas dudas de lo que sucederá mañana.
Alvaro Uribe verá como sus denuncias se diluirán en un mar de pedidos para que prevalezca el diálogo y la paz entre países hermanos, muchos representantes hablarán de la hermandad que demandó Bolívar que esperarán sea resuelta por el próximo presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y todos minimizarán la necesidad de que Venezuela debe investigar las públicas acusaciones y pruebas de que apoya a las guerrillas colombianas.
Si Venezuela sale indemne y sin obligaciones ante países de la región para investigar, poca credibilidad quedará del lado del Unasur.

julio 17, 2010

OEA, Unasur: responsabilidades

La defensa de la libertad de prensa es una responsabilidad que deben asumir todos los gobiernos y organismos multilaterales del área para encontrar métodos eficientes, alternativos y coordinados para combatir el clima de violencia e impunidad en contra de la prensa. De esta forma lo planteó la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en una reunión y conferencia de prensa que ofrecimos ayer desde Washington, reclamando que todas las organizaciones políticas deben tener en su agenda el tema de la libertad de expresión.

Es que la premisa es básica. Uno de los fundamentos de la democracia es la libertad de prensa y de expresión, así como la de reunión y asociación; pero son éstas justamente, las garantías cada vez más vapuleadas por parte de los gobiernos, los que, por el contrario, por mandato constitucional, tienen el deber de proteger esos derechos de todos los ciudadanos.

El problema es que a veces el público se confunde y entra en la confrontación entre gobiernos y medios de comunicación tomando partido por uno u otro lado en un ambiente totalmente polarizado. Y lo que no se da cuenta es que cuando se deja embaucar por los gobiernos de que los medios se comportan mal y que por ello se justifica que los castiguen o cierren, lo que está permitiendo es que se vaya crenado un ambiente donde se hace posible que las demás libertades se vayan coartando.

El hecho de que la SIP haya pedido la responsabilidad a agencias internacionales como la OEA, UNASUR, ALBA, ALADI, el BID y la CAF, para que incluyan en su agenda el tema de la libertad de prensa, lleva la intención de que se proteja la libertad de prensa como un bien común para toda la sociedad, en la consideración de que esa libertad no le pertenece ni a los medios ni al gobierno, sino al pueblo.

La SIP pidió, asimismo, en concreto, responsabilidad a los gobiernos por el incremento de la violencia en este primer semestre del año, en el que han sido asesinados 17 periodistas, nueve en México, siete en Honduras y uno en Colombia, además de que 11 fueron secuestrados, de los cuales ocho permanecen desaparecidos.

mayo 05, 2010

¿Honduras castigada?

El Unasur, a través de su presidente temporal, Rafael Correa, asumiendo la representación de todos los ciudadanos sudamericanos declaró que muchos países no concurrirán a la cumbre que está preparando el presidente Zapatero entre americanos y los europeos; equivocándose, debiendo aclarar que son los gobiernos, sin necesaria representación de los ciudadanos, los que han decidido boicotear la reunión española como protesta por la invitación a Porfirio Lobo.
La prédica de Correa y los demás gobiernos progresistas neopopulistas encabezados por Hugo Chávez no es otra cosa que una defensa corporativa de ese clan, que no quiere dejar morir el caso de Manuel Zelaya, porque sería traicionar a uno de los suyos. Lo que no quieren entender es que Honduras ya dio vuelta la página, que una Comisión de la Verdad establecerá y aclarará para octubre que fue lo que realmente pasó – algo que también pidió Zelaya en los acuerdos – que se hizo una elección limpia y que el legítimo ganador está en el poder, además de estar siendo reconocido por numerosos gobiernos.
Unasur, busca con esta defensa corporativa establecerse como un grupo de poder, que no es más que una amplificación de los temas que se implantan en la agenda hegemónica e ideológica de los países del Alba, lo que será más ampliado todavía, con un secretario argentino que en su país está sospechado por muchísimos actos de corrupción y que goza con el arte de la propaganda, los rumores y las agresiones contra todo el que piensa diferente. Es decir, una réplica fiel de la personalidad de otros presidente neopopulistas.
Lo peor que podría pasar es que España se deje embaucar por el supuesto boicot que harían algunos gobiernos latinoamericanos o por el propio Lula da Silva que pide un cambio de figuritas: que se le permita a Zelaya regresar a Honduras con plenos derechos civiles, lo que es incoherente hasta que, por lo menos, la Comisión de la Verdad no de su opinión. Zelaya en Honduras en este momento, sería un estorbo para el proceso de reconciliación y un paso hacia atrás, ya que de inmediato se abocaría a la constituyente, tema causante del golpe de Estado.
De cualquier forma, a no ser que España siga invitando a Lobo y deje de lado los reclamos de algunos en el Unasur, se estaría castigando injustamente a Honduras… a los hondureños.

Unasur y el aquelarre

La reunión del UNASUR arrojó más sorpresas aún a este aquelarre latinoamericano.
El ex presidente (y no tan ex) Néstor Kirchner fue elegido como secretario de la Unasur, promoviéndose así una contradicción única: se espera de él que promueva la integración latinoamericana cuando lo que ha hecho hasta ahora es promover la división y la polarización en su propio país. Todos en la reunión se fueron de boca sobre las dotes y cualidades de quien para el 2011 correrá para presidente para extender el kirchnerismo, pero nada sobre sus pobres credenciales en la política internacional
El Unasur busca la integración, pero uno de sus puntos principales fue seguir negando a Honduras y boicotear una reunión europea-latinoamericana en España en caso de que el presidente Porfirio Lobo sea también un invitado, alegando que el hondureño no hizo nada para amnistiar a Manuel Zelaya. Sin embargo ayer se instituyó en Honduras la Comisión de la Verdad, cumpliéndose así el acuerdo que Zelaya y Micheletti; por lo que tampoco se hizo honor a la mentada integración.
En mucho se adularon unos a otros para condenar la Ley de Arizona (y con buena razón) pero poco para denunciar a sus propios países del trato injusto que dan a inmigrantes de países limítrofes. Tampoco se habló del armamentismo galopantes, ni del hambre ni la pobreza en alza.
Seguramente, la integración será entendida como buscar el consenso para culpar al “imperio” de todos los males.

agosto 29, 2009

El “Divisur” quedó igual. Colombia ganó

Después de la apretujada reunión de siete horas en Bariloche, todo quedó igual. Colombia sigue con sus planes de alianza con los militares estadounidenses en siete bases colombianas para enfrentar al terrorismo y el narcotráfico, y por más pataleos estúpidos que pegó Hugo Chávez y Rafael Correa, no pudieron disimular su desencanto con todos sus vecinos, porque no se aprobó ni la revisión del acuerdo ni el pedido de llamado a Barack Obama para que comparezca en otra reunión a dar explicaciones.

La reunión, como todas las que se hacen últimamente, no es otra cosa que para medir fuerzas ideológicas, entre la derecha de Alvaro Uribe, la izquierda recalcitrante de Chávez, Correa y Morales, la moderada de Lula da Silva, Cristina de Kirchner, Tabaré Vázquez y Fernando Lugo, y la acomodaticia de Alan García y Michelle Bachelet que juegan su ideología por una lado y su practicidad cuasi neoliberal del otro, teniendo las economías de mayor crecimiento.

Uribe salió muy bien parado en la reunión, teniendo en cuenta que estaba en el banquillo de los acusados y fue debido a él que la reunión la había convocado Chávez con la ayuda de su discípulo Correa. Uribe dijo que su acuerdo estaba cerrado y no merecía revisión, que su país era soberano y que si bien los ministros de Defensa del Unasur podrán observar lo que sucederá con las bases, logró que en la declaración final también se estableciera que a cambio de esa observación, se deberán revisar los acuerdos militares de otros países, las operaciones de las Farc en Colombia y Ecuador; a la vez que reclamó a los presentes mayor cooperación.

Cristina se comportó como siempre… jugando a la gran demócrata pidió relajamiento y bajar los decibeles, todo lo contrario a lo que practica internamente. Chávez sacó a relucir el viejo y manido argumento de que Estados Unidos quiere controlar e invadir a Venezuela y que trae “vientos de guerra”, como si los yanquis necesitaran ir a Colombia para preparar una invasión, a quienes le alcanzaría con un solo portaviones frente a Isla Margarita. Y Correa, escondido detrás de su arrogancia, sacó a relucir sus bravuconadas para seguir evadiendo las evidencias de los videos de las Farc que lo señalan como a uno de sus socios en su primera campaña electoral.

Parecía que tratando de expulsar a los estadounidenses de América Latina, algo que ya han hecho Morales, Chávez y Correa, le estaban sirviendo en bandeja el territorio colombiano y sus alrededores a las Farc para que sigan extendiendo su manto de terrorismo y narcotráfico. En realidad ninguno de los países presentes en Bariloche puede demostrar lo que realmente es necesario para combatir el narcotráfico, algo que Uribe viene consiguiendo de Obama y antes de George W. Bush: inteligencia.

Me refiero a inteligencia, sin sarcasmos, inteligencia militar y estratégica. Ningún sistema militar de los países latinoamericanos tiene la capacidad para combatir al narcotráfico, ya que éste los supera en estrategia. Los aviones Awacs y otros pertrechos de inteligencia que provee Estados Unidos son los únicos capaces de lidiar con los narcos y evitar que se siga desparramado por toda la región. Por eso no se entiende toda la tozudez y desvarío por el apoyo de Estados Unidos en la región.

agosto 27, 2009

Se viene el "divisur"

La reunión está convocada para mañana en la hermosa Bariloche. Los 12 países integrantes del Unasur, con la presidencia de Ecuador, y a pedido de Venezuela, se enfrascarán en un “juicio sumario” contra Colombia, para tratar de que de marcha atrás a su alianza militar con Estados Unidos y siga así permitiendo a los soldados estadounidenses trabajar en bases colombianas en contra de la guerrilla y el narco terror.

Quien puso el grito en el cielo es Hugo Chávez pidiendo a Rafael Correa una reunión del Unasur sin que hasta el momento se haya sentido ofendido por el Plan Colombia que opera desde hace un lustro con un intercambio y colaboración extrema entre militares colombianos y estadounidenses que le han permitido a Colombia luchar contra el terrorismo y el narcotráfico. El Plan Colombia le ha servido a Alvaro Uribe para aniquilar las fuerzas de las FARC y disminuir su fuerza a unos 9.000 subversivos, aumentar la percepción de seguridad de la población nacional, haciendo disminuir los secuestros en un 80 por ciento, los homicidios y recuperando gran parte del territorio nacional que estaba en manos de las narco guerrillas y los narco paramilitares. El gobierno estima que ahora tiene el control del 90 por ciento del territorio, mientras que en el 2003 sólo tenía bajo su control el 70 por ciento.

Esta reunión de Unasur parece, además, una de “divisur”, donde se podrá observar una áspera disputa entre los países andinos, todos peleados entre sí. Bolivia, Perú y Chile están enfrascados en una riña de micrófonos con una diplomacia que se ha escapado de las embajadas para instalarse en los medios de comunicación a través de declaraciones altisonantes por un diferendo limítrofe y la salida al mar, un grave problema que se inició hace dos siglos atrás cuando los países se enfrascaron en una guerra tripartita que a la postre terminó beneficiando a Chile adjudicándose territorios que Bolivia y Perú reclaman más ahora que nunca.

Colombia, Ecuador y Venezuela están enfrascados en una guerra verbal en la que la retórica ha servido para alimentar “vientos de guerra” por parte de Hugo Chávez quien no quiere que nadie intervenga en sus asuntos internos, aunque él haga todo lo contrario. La gran controversia y la verdadera es la que mantienen Colombia y Ecuador después de que en marzo del 2008 los colombianos justificaran la incursión en territorios vecinos en caso de que tengan que perseguir a las FARC. Años atrás Ecuador estaba pelado con Colombia por la fumigación de campos de coca en territorio ecuatoriano y un poquito antes, los colombianos estaban peleados con los peruanos porque Vladimiro Montesinos había “transferido” armas a las FARC, asimismo como los ecuatorianos estuvieron casi al borde de la guerra con los peruanos por un fuerte diferendo limítrofe.

Los únicos que están un poco más apaciguados son argentinos y uruguayos, quienes fueron los que se dieron pelea apenas Brasil instaló el Unasur en el 2008, debido a las diferencias por la planta de celulosa instalada en Uruguay que Argentina reclamaba envenenaba un río limítrofe.

En fin, Colombia tratará mañana de contrarrestar las acusaciones en su contra, justificando que Unasur no puede meterse en asuntos de su soberanía, que la presencia militar estadounidense se justifica y preferirá abrir el debate ante otros acuerdos militares que países como Venezuela mantienen con Rusia e Irán o pedirá explicaciones sobre la carrera armamentista que hay en la región con Brasil, Chile y Venezuela a la cabeza.

Veremos si los resultados serán los mismos que hubo en Santo Domingo después de una escalada retórica del año pasado que terminó con abrazos y apretones de manos para disipar diferencias o si este Unasur está destinado a ser un simple “divisur” y reflejar la realidad de una región. Por lo pronto, muchos hace el ridículo, como Evo Morales tan llamado siempre a tirar ideas novedosas sobre las mesas, como la de hacer un plebiscito entre las poblaciones latinoamericanas para saber si los “pueblos” apoyan o no a Colombia en su alianza con los ejércitos del imperio. Sin palabras.

agosto 11, 2009

Correa, Chávez y la ética periodística

Si hay dos presidentes que tienen un historial tétrico en materia de ética son justamente los que aparecen en este título y ni hablar de la performance que han tenido y mantienen en contra de la prensa independiente y en contra de los periodistas de toda clase.

La única ética periodística que les interesa es la de aquella prensa que se presta a ser sumisa, dependiente y halagadora de sus méritos como políticos, pero desestiman a toda aquella que se manifieste en su contra, que los critique, que los fiscalice. Odian al periodismo y darían su vida por vivir en un país como Cuba donde lo único que hacen los medios es complacer a los gobernantes y utilizar el mensaje directo, unidireccional y didascálico de la propaganda.

Por ello compran, usurpan, expropian y crean medios a diestra y siniestra, además de cerrar, cancelar y amenazar con cancelar todas las licencias y operaciones de radio y televisión. Tanto Rafael Correa como Hugo Chávez, pidieron este fin de semana y hoy durante los actos de toma de poder del presidente ecuatoriano y de la presidencia pro témpore de UNASUR, de que se deben buscar mecanismos para controlar a los medios de comunicación. Crear estándares éticos de parte del Estado para que los periodistas y los medios de comunicación no sean libres de criticar o investigar u opinar de a cuerdo a sus criterios editoriales.

No es casualidad que estas políticas de izquierda se imitan entre otros gobiernos como los de Evo Morales, Cristina de Kirchner y de Manuel Zelaya, cuando todavía fungía como presidente de Honduras. Estos tres presidentes enarbolaron en sus países los mismos criterios cuando hace meses atrás propusieron en sus respectivos lugares la creación de observatorios de medios con la intención de que se produzcan controles capaces de “minimizar” la influencia de la prensa en la opinión pública.

Correa dijo que en sus meses de gobierno antes de asumir ayer su segundo mandato, su mayor dificultad fue la desplegada por los medios de prensa a los que tildó de lo más rancio de la oligarquía. Claro, tratándose de empresas privadas, Correa odia todo aquello que no sea empresa estatal, sabiendo que tener medios oficiales, sería la solución para que nadie lo critique o investigue hechos de corrupción como los que los medios han propalado sobre los escándalos de su hermano Fabricio o los fondos de la narco guerrilla de las FARC que se han utilizado en su campaña política cuando asumió por primera vez la presidencia.

Claro, de no existir los medios como El Universo, Expreso y Teleamazonas los que dieron a conocer esas noticias de corrupción, seguramente el Estado no hubiera creado los anticuerpos necesarios o el propio Correa no hubiera pasado por el vergonzoso trabajo de hacer cancelar los contratos estatales a su hermano Fabricio. En realidad, los medios no fueron los corruptos y tampoco actuaron como agentes políticos, como los definió Correa; simplemente hicieron su trabajo, la labor que les corresponde en democracia.

Parece que lo de América Latina es una falta total de cultura de lo que implica el contrapoder de la prensa en una democracia. Y aunque se critique mucho a los gobiernos estadounidenses, ningún gobierno por muy malas relaciones que tenga con la prensa, como fue el desastroso caso de George Bush, a quien los medios le pegaron por doquier, se le hubiera ocurrido criticar a la prensa por sus criterios editoriales o la hubiera amenazado con cerrarla. Alguien con esos postulados no podría llegar a la Presidencia. Tan simple como eso. Chávez y Correa tienen suerte de ser presidentes a pesar de sus faltas democráticas.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...