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febrero 10, 2013

Lobo como Mujica


El presidente de Honduras Porfirio Lobo se está encuadrando en la fila de presidentes latinoamericanos, como el uruguayo José Mujica, que en los últimos tiempos está arremetiendo contra los medios de comunicación y periodistas, como un mecanismo de defensa para evadir los problemas del país que son de su responsabilidad.
Más allá de sus encendidas acusaciones contra medios y propietarios y amenazas de que en Honduras se necesita una “democratización” de la comunicación, Lobo viene insistiendo últimamente que las “malas” noticias y las de carácter sangriento solo sirven al interés comercial de los medios, mientras le hacen mala publicidad al país espantando inversiones extranjeras y al turismo internacional.
Como sucedió en Uruguay, también en Ecuador, Bolivia, Venezuela y en parte en Argentina, Lobo ha enfocado sus ataques sobre el contenido de violencia en los medios, pero con el fin último de justificar algún tipo de ley de prensa para disciplinar a aquellos que no acuerdan con el gobierno algún tipo de conducta periodística conveniente.
Al ojo del ciudadano promedio, la estrategia funciona. El gobierno acusa a los medios de generar un clima de violencia que perjudica los altos intereses del país y desvía la atención sobre el problema de la inseguridad pública, la corrupción general y policial, la debilidad de la justicia y de las instituciones del Estado, acciones todas que caben bajo su órbita de responsabilidad.
Pero lo que en realidad se pierde de vista es el peligroso fin del gobierno para censurar todo aquello que le perjudique o señale sus irresponsabilidades y negligencias.   
No es verdad que haya arreglos entre gobiernos y medios sobre el tema de la violencia, sí en cambio que en algunos casos gobiernos y medios se sientan a la mesa para generar mecanismos de autorregulación, nunca para tapar noticias, sino para cambiar la forma de presentación. Aún en ese tipo de escenarios, el problema es que muchos gobiernos, como sucedió en Venezuela y Ecuador más recientemente, comienzan con exigir nuevos reglamentos de horarios de protección al menor, que luego terminan justificando leyes de prensa para controlar y censurar.
El gobierno de Mujica viene insistiendo desde que asumió la presidencia que son los medios los que han generado el clima de inseguridad en el país, mientras los ministros son los que exigen una ley de prensa que le diga a los medios qué no pueden publicar, contraviniendo lo establecido en la Constitución en materia de censura previa.
Siempre será importante que los medios de comunicación manejen rigurosos estándares éticos para minimizar el impacto de la violencia, pero muy distinto es cuando se quieren imponer esos mecanismos mediante leyes de prensa, que terminan siendo mecanismos del gobierno para tapar la realidad. 

febrero 09, 2012

Honduras insegura y puntos de inflexión


La ley aprobada la semana pasada por el Congreso de Honduras con el objetivo de depurar a la Policía y acabar con sus mafias internas vinculadas al crimen organizado, no fue fruto de un proceso político o de la voluntad gubernamental como pregonan los políticos.

Se debió, más bien, a una reacción de hastío ciudadano ante la inseguridad pública que se profundizó cuando policías asesinaron a dos estudiantes universitarios en octubre pasado. Desde entonces, Julieta Castellanos, madre de una de las víctimas y rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, supo aglutinar esa irritación social contra el abuso policial y la ineficiencia de las autoridades para controlarla.

Esos crímenes fueron la gota que rebalsó el vaso, el punto de quiebre. La furia ciudadana generó consenso social en contra de la inseguridad, permitiendo que el presidente Porfirio Lobo pueda iniciar el proceso de depuración de la policía, sorteando las presiones de grupos de intereses que paralizaron a gobiernos anteriores.

Los sociólogos coinciden en que los puntos de quiebre o inflexión son provocados por detonantes que súbitamente motivan grandes cambios culturales. El caso más palpable es la Primavera Árabe, originada por un vendedor ambulante en Túnez que, asqueado de los policías que le exigían sobornos continuos, decidió inmolarse en una plaza pública. De inmediato, ese hecho congregó la bronca social contra la opresión y el abuso, causando una revolución ciudadana imparable a favor de cambios democráticos.

Aunque los ciudadanos reaccionan con energía ante sacudones trágicos e inesperados, no siempre este tipo de hechos, por graves que sean, provocan puntos de inflexión. En México, por ejemplo, en algún momento se pensó que las marchas por la paz y contra la inseguridad convocadas por el poeta Javier Sicilia para crear conciencia sobre la inseguridad y protestar por el asesinato de su hijo en marzo de 2011, generarían una ruptura y un cambio positivo en la lucha contra las drogas. Las marchas tuvieron amplia repercusión, pero por motivos indescifrables no generaron un quiebre en la cultura.

Por eso creo que será muy difícil que tenga efecto positivo el reclamo que esta semana hicieron Mario Vargas Llosa, Salman Rushdie, Elena Poniatowska y otros escritores famosos, al presidente Felipe Calderón para que esclarezca más de 100 crímenes contra periodistas, todavía impunes. Quizá las autoridades y la sociedad recién se movilicen cuando asesinen a un periodista de un medio importante, como sucedió en Argentina con el caso del fotógrafo José Luis Cabezas y en Brasil con el de Tim Lopes. Digo quizá, porque no sabemos qué ingredientes pueden llegar a tocar las fibras íntimas de una sociedad y provocar puntos de inflexión, como quedó demostrado con los casos de la rectora hondureña y del poeta mexicano; dos casos similares pero con resultados diferentes.

En Cuba, por ejemplo, hubo varios signos que despertaron la indignación ciudadana en años recientes, pero no fueron suficientes para provocar cambios sociales ni políticos. Casos como los del encarcelamiento de 75 disidentes en marzo de 2003 y las muertes de Orlando Zapata Tamayo en 2010 y de Wilman Villar Mendoza en días recientes por sus huelgas de hambre, hubieran estimulado cimbronazos en cualquier otro país.

Tal vez el clima generalizado de represión y la apatía internacional sean los factores de contexto que protegen al gobierno cubano de los puntos de quiebre. Esta semana la visita de la presidente brasileña Dilma Rousseff confirma la regla. Evitó solidarizarse con las víctimas de violaciones a los derechos humanos y esquivó reunirse con disidentes y las Damas de Blanco, situación que habrá que ver como asumirá el Papa Benedicto XVI en su visita de marzo próximo a la isla.

En Centroamérica, una de las regiones más violentas del mundo, tampoco resultan suficientes las incesantes cumbres presidenciales y las estrategias internacionales para reducir la inseguridad pública. Lamentablemente, lo que pareciera faltar, son hechos espontáneos que eleven el nivel de hastío y consenso social para exigir soluciones que las autoridades, como las de Honduras, no puedan evitar.

La experiencia indica que los puntos de inflexión, dolorosos muchas veces, han estimulado grandes y necesarios cambios sociales.

febrero 06, 2012

Preocupación por libertades en Honduras

Publicado en La Prensa de San Pedro Sula, Honduras, domingo 05 de febrero de 2012

“Veo la libertad de prensa con signos de preocupación”

11:00 pm  - Redacción: redaccion@laprensa.hn
Director del Instituto de Libertad de Prensa de la SIP, Ricardo Trotti, dice que dialogarán con Lobo.
Ricardo Trotti señaló que tiene la sensación de que hay un peligro grave de seguridad en Honduras contra los periodistas y que es un tema para tenerlo en cuenta para cuidarse.
Libertad de Prensa
Tegucigalpa,
Honduras
La Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, reaccionará directamente ante el presidente Porfirio Lobo Sosa para conocer los alcances la ley que enviará al Congreso Nacional para regular la libertad de expresión, tal como lo anunció el 25 de enero pasado.
Ricardo Trotti, director de Instituto de Libertad de Prensa de la  SIP, expuso en su reciente visita al país que en otras naciones con gobernantes intolerantes, el cerco a los medios de comunicación se hace mediante leyes que luego se convierten en barreras más restrictivas. 
“Veo la libertad de prensa y libertad de expresión con algunos signos de preocupación, por un lado el tema de la violencia que deben enfrentar los medios y los periodistas y, por otro,  algunas actitudes de parte del Gobierno, especialmente con este proyecto o idea que planteó el presidente Porfirio Lobo de una posible ley para regular los medios de comunicación.
Entendemos que por la experiencia que hay en América, muchos Presidentes comienzan hablando de este tipo de leyes que finalmente terminan en todos los casos siendo leyes restrictivas; así que para nosotros es de profunda preocupación”, citó.
Consultado si la decisión de Lobo de regular la libre emisión del pensamiento es un reflejo de intolerancia, Trotti  respondió:
“No sé, creo que en Honduras hay bastantes niveles de libertad de expresión; obviamente este tipo de leyes muestra que para que haya verdadera libertad de expresión no solo hace falta que los medios y los periodistas puedan decir lo que consideran que tienen que decir, sino que tengan la suficiente libertad para decirlo sin represalias, esa es la tolerancia necesaria que debe haber en un país”.
Buscan entrometerse
Según Trotti, cuando los Gobiernos caen en el vicio de legislar, sobre todo en materia de leyes fundamentales como libertad de expresión y de prensa, en todas las ocasiones lo que se busca es entrometerse en los contenidos.
“Y esa es la preocupación porque de último lo que se termina haciendo es censurando, luego se produce autocensura, esa es consecuencia de la censura y el problema mayor es que lo que se pierde en realidad no es tanto la libertad de los medios a expresarse, sino la libertad que tiene el individuo a la información, el derecho que le asiste al público en una sociedad democrática a tener la información de fuentes variadas, plurales y diversas”, explicó.
Respecto a si la SIP planea mandar una misión a Honduras para profundizar en el tema señaló: “Probablemente durante el presente mes, por otros temas pero incluyendo la libertad de prensa, va a venir una misión oficial de la SIP acá a tratar de dialogar con el presidente Porfirio Lobo”.
Indicó que se están haciendo las gestiones para el encuentro. “Pienso que va a suceder antes de fin de mes, en febrero, y simplemente para tener un diálogo cordial para entender un poquito cuáles son las ideas y las intenciones que tienen”. Fue claro al señalar que los periodistas tienen las responsabilidad de defender  la libertad de expresión.

enero 26, 2012

Lobo peligroso ataca a la prensa


El presidente Porfirio Lobo al dejar inaugurada la Legislatura se sumó a una jauría de presidentes latinoamericanos obsesionados con la prensa, a la que tratan de cerrar sus espacios de crítica y disenso mediante la sanción de leyes, que bajo el pretexto de hacer la comunicación más democrática, solo atinan a imponer restricciones y limitaciones.

El presidente Lobo fue contradictorio. Se refirió a la prensa con respeto y admiración por su trabajo pero dijo que limitaría que se use para “fines personales”. Se trata de la misma canción y excusa usada en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Argentina donde se trata de hacer ver que la prensa tiene una función pública, desvirtuando que su verdadera independencia y autonomía, deviene de su calidad de pertenecer al sector privado.

Echarle las culpas a la prensa de los males de un país puede servir en materia electoral, pero en nada sirve para hacer viable una democracia. Nadie puede negar que haya prensa con faltas graves de ética y en contra de la legalidad, pero ante ello existen leyes normales que regulan esos delitos cometidos a través de los medios de comunicación. Sin embargo, es peligroso dictar leyes especiales para regular la libertad de prensa porque siempre se caerá en condicionar la libertad de opinión, que cada medio tenga la línea editorial que decida y, en especial, restringir el derecho del público a estar informado o escoger el medio a través del cual quiera obtener la información.

Las leyes de prensa que se dictaron en los países mencionados recientemente fueron represalias contra los medios de comunicación y en todos esos países el resultado fue que la libertad de prensa y de expresión fue restringida, según informes recientes de organismos dedicados a la supervisión de los derechos humanos, como el caso de Human Rights Watch.

La libertad de prensa es molesta, complicada y barrosa para un gobierno. Pero el respeto a la crítica y el disenso son esencia de la democracia, aspectos que la distinguen de otros sistemas políticos. Si se elige la democracia como vía política, se deben aceptar todos sus componentes.

febrero 22, 2010

Honduras, con plenos derechos

La reunión que se inicia hoy en Cancún, la Cumbre del Grupo de Río, debería tener como prioridad que se deje de discutir el tema de Honduras y simplemente avalar el proceso electoral por el que fue ungido Porfirio Lobo y consensuar su reintegración a la OEA y pleno goce de todos los derechos.

Más allá de la discusión sobre el reconocimiento que ya ha logrado de varios países y la reticencia de algunos, Honduras no se merece no haber sido invitada a esta reunión y que todavía siga debatiéndose su reinserción a la OEA, un camino que los gobiernos allanaron a Cuba, siendo que se trata de una larga y sanguinaria dictadura.

Es bueno que la Cumbre de la Unidad – que buscará crear un organismo americano sin EEUU ni Canadá – sea justamente eso, de unidad. Pero habrá que ver que futuro tiene o el que le quedará a la OEA, un organismo medio inepto cuando se trata de hacer valer los derechos democráticos en cada país. No creo que el nuevo organismo tendrá mejores opciones que los que ofrece la OEA, teniendo en cuenta que los gobiernos autoritarios, como el de Venezuela, se mostrarán como verdaderas democracias, a pesar de los fraudes electorales o de que no haya independencia entre los poderes.

Lo que llama la atención también es el conflicto de interés que tendrá este organismo sobre su soporte económico. La OEA sobrevive, así como la UNESCO, gracias al aporte de EEUU, y uno entonces se pregunta: ¿Será que los gobiernos latinoamericanos sí tienen dinero para crear y mantener económicamente un organismo periférico y no tienen para aportar a la OEA?

enero 27, 2010

Rescatando a Honduras

Así como la solidaridad humanitaria internacional está rescatando a Haití tras la catástrofe natural, la solidaridad gubernamental internacional debería consolidarse ahora como un frente solidario para apoyar el nuevo proceso político que se inicia hoy con Porfirio Lobo, tras la debacle que propició Manuel Zelaya y los posteriores acontecimientos.

Salvando las distancias entre los dos hechos más importantes de los últimos meses, Honduras necesita del reconocimiento internacional y así abrir los canales económicos que le permitan continuar con su desarrollo. Seguir castigando a un país que dio muestras fehacientes tras las elecciones pasadas y el correcto procedimiento político con el que Lobo asumirá hoy, es seguir negando la confianza a un país que ha dicho, rectificado y afirmado que no se trató de un golpe de Estado sino de una necesaria transición democrática para eliminar a un gobierno que venía dando golpecitos continuos.

Con lo que está sucediendo en Venezuela en estos días, se puede apreciar que la destrucción de la democracia también la pueden hacer aquellos que han sido elegidos y ungidos por el pueblo. Las elecciones no pueden darle a nadie “patente de corso” para desvirtuar los valores democráticos.

La discusión sobre si estuvo o no bien el procedimiento del golpe de Estado en junio pasado seguirá en la palestra, pero lo que no puede cuestionarse es que el gobierno democrático hondureño que asume hoy tras unas transparentes elecciones necesita del apoyo de la comunidad internacional. Y este es el rescate más necesario que se necesita hacer en la presente historia latinoamericana después de la incruenta catástrofe haitiana.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...