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noviembre 01, 2019

Noticias falsas y democracia: la gran oportunidad


Extrañaba escribir en este mi espacio. Lo vuelvo a hacer. Esta vez después de que este 29 de octubre fui invitado por la organización IDEA a disertar sobre noticias falsas en el Miami Dade College durante el IV Diálogo Presidencial que reunión a ocho expresidentes, entre ellos a Felipe González, José María Aznar, Laura Chinchilla, Andrés Pastrana, Tuto Quiroga y Jamil Mahuad, entre otros.

Esta fue mi charla: 
La desinformación es nociva para la salud institucional y la vida individual y social, así como el fraude electoral es perjudicial para la democracia.
Los “hechos alternativos”, la “postverdad” y las noticias falsas son nuevos calificativos de viejas mañas. En los nacionalismos eran la estrategia de la propaganda, como la repetición de mentiras que pregonaba Goebbels en el nazismo. En las dictaduras eran la “verdad oficial” que se instauraba por decreto. En los populismos son parte del relato emocional para adulterar la verdad, así sean datos sobre pobreza o inflación como manipulaban el kirchnerismo y el chavismo. El periodismo tampoco está librado de ellas.
Fueron el nutriente del sensacionalismo que nació hace más de un siglo tras la guerra por mayores audiencias y más influencias entre Joseph Pulitzer y William Hearst. Las mentiras estuvieron en tiempos bíblicos y sobrevivirán siempre porque el mal y el bien son esencia del ser humano.
El futuro luce poco halagüeño. Las nuevas tecnologías, la inteligencia artificial, la realidad aumentada, las nanotecnologías, la computación cuántica, la encriptación, más allá de estar concebidas para el bien, como el internet, también son usadas para fabricar y distribuir engaños con mayor sofisticación de lo que se hizo hasta ahora.
El ex fiscal de la trama rusa, Robert Mueller, demostró que con el operativo ruso Laktha las fake news pueden ser fabricadas con facilidad y ser una pieza sustancial del arsenal propagandístico de un país para atacar a otro, sin necesidad de derramar balas o sangre.
Gran oportunidad
El panorama es complejo, asusta, pero no es sombrío. Y hay que abrazarlo con optimismo. El debate sobre noticias falsas ha creado mayor conciencia sobre la verdad y la rigurosidad en la creación y distribución de los contenidos, así como sobre la relevancia del buen Periodismo.
Desde que fueron trending topic, con Cambridge Analytica, el Brexit y las elecciones presidenciales de 2016; y las de cualquier país, mediante manipulación extranjera o por acción de ciberactivistas y bots usados por gobiernos y partidos políticos, nunca se había experimentado algo tan formidable en el mundo como lo es esta discusión masiva sobre la verdad y la mentira, sobre la ética y la moral de la información.
Existe una revaloración por la verdad, por los contenidos de calidad de los medios. Los medios se posicionan a adoptar criterios éticos y hacer más transparente sus procesos periodísticos. Proliferan las organizaciones dedicadas al fact checking. Según el Poynter Institute ya existen 188 organizaciones en 60 países, 60 en Estados Unidos y 18 en América Latina.
Los medios están creando departamentos de chequeo de datos, disciplina que se está convirtiendo en un nuevo género periodístico. Las plataformas digitales empiezan a posicionar mejor los contenidos de los medios, como Facebook News una nueva pestaña en la red social que apareció la semana pasada, o Apple News y Wiki Media.
Además, contratacan a las usinas de noticias falsas, y se sienten obligados a resguardar mejor los datos de los usuarios, otro de los talones de Aquiles de esta era híper conectada. Google, con su nueva política, prioriza que las búsquedas pasen primero por los contenidos de calidad, que las búsquedas empiecen por fuentes de noticias más confiables, ofrece más contexto a los usuarios y contraataca a los malos, aunque admite que la tecnología todavía no está bien desarrollada para interpretar intenciones.
Los gobiernos empiezan a regular mejor, temas de transparencia, acceso a la información y reglas más estrictas sobre financiamiento de procesos y campañas electorales y debates. Grandes investigaciones periodísticas sobre la influencia de Narcodólares y de operaciones encubiertas como la de Odebrecht están obligando nuevos planteamientos para defender la democracia.
La información buena se impone, pese a los ríos de desinformación. Y esa es una buena noticia. Repito. Como nunca, hoy se tiene mayor conciencia y se buscan herramientas para diferenciar la verdad de la mentira, el bien del mal.
¿Qué hacer?
En este contexto hay que dividir la paja del trigo. No hay que juzgar a las noticias falsas como un todo. Hay noticias falsas por intereses económicos, con la intención de que afecten el discurso político a través de botcenters y cibermilitantes y otras por entretenimiento, para descalificar y estigmatizar como en el caso de trolls dedicados al bullying.
Debe tenerse en cuenta que cualquier acción que se adopte debe juzgar las intenciones porque son muy diferentes la de un creador de usinas de noticias falsas, que las de un consumidor o distribuidor sin malicia o no precavido. De la misma forma que no se puede medir con la misma vara a un narcotraficante que a un consumidor de estupefacientes.
Y ante cualquier acción o política pública que se quisiera tomar sobre la desinformación, se deberá partir prioritariamente de estándares sobre libertad de expresión y sobre el derecho del público a saber.
Proteger el discurso, aunque sea falso.
En este sentido estoy de acuerdo con lo último que expresó Mark Zuckerberg hace un par de semanas en la Universidad de Georgetown, cuando defendió el discurso malintencionado y mentiroso. Estoy de acuerdo pese a lo errático que se mostró por años respecto a su responsabilidad sobre Cambridge Analytica, o por haber negado por largo tiempo el robo de datos personales desde su plataforma o el uso comerciales de los mismos.
Hace poco lo confrontó la senadora Elizabeth Warren. Acusó a Facebook de ser “una máquina de desinformación con fines de lucro” debido a la divulgación de propaganda política.
Zuckerberg contestó que Facebook no va a moderar las expresiones de los políticos ni verificar el contenido de los avisos políticos porque las opiniones políticas, aún si fueran falsas, siguen siendo relevante y de interés público. Twitter también ha dicho que no va a cerrar las cuentas de los políticos que al parecer transgredan sus políticas en contra del lenguaje violento, porque son parte del discurso público, aunque Jack Dorsey, su CEO, anunció que no permitirán anuncios políticos pagados.
El nuevo criterio de Zuckerberg se puso a prueba. Facebook publicó un video de 30 segundos de la campaña de Trump en el que se explicaba que Joe Biden había estado involucrado en actos de corrupción en Ucrania. CNN y NBC, entre otros medios, se negaron a divulgarlo argumentando que el video violaba sus normas de publicación.
Creo que los medios estuvieron en lo correcto al no haber difundido el video. Pero también creo Facebook estuvo en lo correcto al haber difundido el video. También creo que Facebook hace bien en defender el discurso político falso y que Twitter haya decidido no publicar más anuncios políticos pagados.
Esta dualidad que pudiera tener muchas más opciones demuestra el valor que tiene la libertad de expresión a la que no hay que comprenderla basada solo en el criterio de un medio o emisor, sino en la que puedan convivir políticas y criterios distintos. La libertad de expresión se basa en la pluralidad y la diversidad de criterios.
Algunos congresistas estadounidenses como Warren siguen amenazando sobre imponer regulaciones y puede ser riesgoso. Ya existen muchas leyes para regular acciones criminales, como la venta de datos personales o actitudes que no protegen la privacidad y hasta contenidos criminales que no son producidos por las plataformas ni por los medios, sino a través de ellos.
La regulación es pertinente para penalizar los delitos que abundan en las redes o en el internet profundo, como la apología de la violencia, el discurso de odio, el racismo o la pornografía infantil y la trata de personas. Pero, como dije antes, las noticias falsas no deben considerarse un acto criminal, sino su intención es la que las puede convertir en delito. Por ello tiene que velarse por un equilibrio constante con la libertad de expresión para no afectar el derecho del público a saber.
No regular en exceso, para preservar la libertad
Para preservar la libertad de expresión habría que evitar caer en una manía reguladora que pueda impulsar un mal mayor del que se trata de remediar. Preocupa que estén emergiendo controles que pueden ser más contraproducentes que las noticias falsas en sí. Desde Europa a América Latina, varios gobiernos iniciaron enérgicas carreras legislativas para controlar la desinformación en las redes sociales – no solo en época electoral como circunscribe al tema el informe Mueller – sino en todo momento, corriéndose el riesgo de desbordes legales que terminen por censurar debates que el público debe estar en condiciones y en libertad de mantener.
El ejemplo de las leyes de propaganda enemiga y contra la discriminación y el odio, en Cuba, Venezuela y Bolivia son ejemplos de cómo las leyes pueden tener la intención aviesa de censurar el debate público mediante excusas de apariencia loables.
Muchos descubrimientos periodísticos - Panamá Papers, FIFAgate, Paradise Papers, Odebrecht o la trama rusa – fueron en su origen tildados de noticias falsas, por lo que una ley que legalice la censura podría haberlas restringido en su origen y no tendríamos ahora todas las ventajas que esas investigaciones trajeron atrajeron como consecuencia.
Creo que soportar mentiras, es el precio para pagar para descubrir verdades. La falsedad, incluso con la intención de causar daño, a veces es el precio por vivir en libertad.
Los legisladores no deberían apresurarse a legislar. Deben ser prudentes, permitir que el tema decante en la opinión pública e incentivar más debate. Si se legisla cuando todavía existe confusión, se corre el riesgo de sobreactuar y extralimitarse con las prohibiciones.
En ese sentido y a pesar de lo que hacen algunos países europeos, como Francia y Alemania, la Comisión Europea en un estudio publicado en 2018 estableció que la cuestión de la desinformación no pasa por regular. Posiciona como prioridad la necesidad de crear programas de alfabetización mediática y digital. Plantea que debe respaldarse más a los medios de comunicación, como por ejemplo la ley que luego aprobó para que los medios, como creadores de contenido, reciban regalías por derecho de autor, esto en consideración que las plataformas usan muchos de esos contenidos para publicar publicidad comercial, la que justamente se acaloró de los medios.
Estos temas también los planteó la reciente guía de recomendaciones sobre procesos electorales sin interferencias indebidas de la Relatoría Especial de la CIDH. Asimismo, lo estableció la SIP en su Declaración de Salta de 2018, el primer documento sobre libertad de expresión en la era digital que reparte derechos y responsabilidades por igual a periodistas, medios, políticos, gobiernos, plataformas y usuarios. Los gobiernos deben cuidarse de tomar medidas regulatorias desproporcionadas y no usar el derecho penal para castigar la opinión y el debate y las noticias.
Se debe fortalecer el marco de los datos personales para que no sean utilizados por la publicidad comercial o la propaganda. Los gobiernos deben crear escudos para la desinformación en procesos electorales y no deben distribuir, crear o manipular campañas de noticias falsas de terceros.
Se deben crear más agencias de verificación de datos. La academia debe seguir investigando sobre el impacto de las noticias falsas sobre sus causas y efectos.
Conclusión: Sin patente de corso
Esto no implica extender una patente de corso. Pero si implica tener la sapiencia necesaria para abordar este debate desde la perspectiva de la libertad de expresión.  Puede ser contraproducente - como reconoce la relatoría - que se pida a entidades privadas como Facebook o Google, que se autorregulen y censuren, porque en el celo por la eficiencia la censura privada puede ser tan gravosa como la censura de los gobiernos autoritarios, siempre prestos a hacer absolutamente todo sin debido proceso.
No debe quedar en manos de censores, privados o públicos, lo que como ciudadanos debemos tener el derecho a recibir. Distinguir entre lo falso y lo verdadero es otro tema.
Por ello rescato la frase de la Guía de la relatoría: debe haber “respuestas no regulatorias para potenciar las capacidades de los ciudadanos”, y así puedan distinguir entre información falsa y verdadera.
Por esto, creo que toda política debiera centrarse en la perspectiva de la libertad de expresión y ante ello lo que se impone es la responsabilidad de los medios y periodistas, de los partidos políticos y gobernantes, de los académicos y líderes religiosos, y de las organizaciones civiles, así como la responsabilidad de cada uno de los individuos o usuarios a dar el ejemplo, sobre la base de la búsqueda de la verdad y la distinción con las mentiras.
No quiero sonar ingenuo, pero creo que estamos en los orígenes de una nueva revolución, la de la verdad, y no debemos desperdiciar esta oportunidad para abrazarla con optimismo y sabiduría.

noviembre 04, 2018

Salta como referencia mundial


Si fuera salteño estaría orgulloso. No solo porque la hospitalidad profunda y el servicio generoso de los salteños han cautivado a más de doscientos cincuenta directores, editores y periodistas de medios de comunicación de las tres Américas que convocó la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), sino porque Salta brincó a un plano impensado de relevancia mundial.

Tal vez los salteños no han tomado verdadera conciencia de la importancia y dimensión que tuvo la 74 Asamblea General de la SIP que El Tribuno organizó semanas atrás. El 22 de octubre, pronto a terminar la reunión de la SIP, su Junta de Directores y su Asamblea de socios aprobaron por unanimidad la “Declaración de Salta; sobre principios de libertad de expresión en la era digital”.

Se trata de un documento que al igual que el otro instrumento invaluable de la institución, la Declaración de Chapultepec que fue creada hace 24 años en el castillo de Chapultepec de la Ciudad de México, le servirá de ariete a la SIP para seguir defendiendo y promoviendo la libertad de expresión en el ecosistema digital, ante los innumerables y nuevos desafíos que han creado las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

Más allá de los principios en sí mismos, la Declaración le brinda a Salta y su pueblo un nuevo argumento para fundamentar su marca a nivel mundial, sumándose a otros atributos de calidad por las que la séptima ciudad más grande de Argentina ha ganado prestigio a nivel nacional e internacional.

Bien remarca la apreciación por Salta el editorial de este 1 de noviembre del diario La Nación: “La Declaración Digital tiene el valor indiscutible de un acto fundacional, que viene a llenar un vacío. Es de celebrar que la era digital se recuerde con la marca indeleble de la Argentina, al ser bautizada como Declaración de Salta”.

Como una de las primeras herramientas de la era digital sobre las libertades de prensa y expresión, la Declaración de Salta reivindica derechos, impone límites y marca el camino de cómo deben ser garantizadas y respetadas esas libertades por los actores públicos y privados que rigen o gobiernan el ámbito digital.

El contenido del documento estipula principios irrenunciables a favor de la libertad de expresión de los ciudadanos por sobre los gobiernos, los medios de comunicación y los intermediarios tecnológicos, ya sean estos los motores de búsqueda como Google, las redes sociales como Facebook o los proveedores de servicios e internet como Telecom.

El nuevo documento, de la mano de la SIP y otras instituciones que lo harán suyo, sitúa a Salta en el centro de la escena de organismos intergubernamentales como la UNESCO, la ONU, la OEA y la CIDH; en la esfera de organismos no gubernamentales como ADEPA que esta semana hizo prevalecer el principio 9 de la declaración en reclamo por medidas judiciales que buscan limitar contenidos periodísticos y en la mesa de discusiones entre naciones, como en las Cumbres presidenciales y de cancilleres. Todos son terrenos que la SIP siempre ha aprovechado para llevar la voz cantante a favor de los oprimidos y en protesta por las violaciones a las libertades de prensa y expresión.

A partir de ahora, los 13 principios de la Declaración de Salta comenzarán a imponerse como referencia en foros internacionales, en legislaciones y fallos judiciales, así como los de Chapultepec inspiraron la creación de la Declaración de Principios de Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Importante es señalar que esta Declaración no fue producto de discusiones y/o improvisaciones durante la reunión de la SIP en Salta, sino más bien Salta fue el lugar donde terminó un largo proceso de consulta, discusiones y observaciones que la SIP estuvo cosechando por meses, sirviéndose de la experiencia de otras instituciones, empresas, académicos, expertos y líderes en la materia.

Con sabiduría, la SIP estipuló que debido a los cambios y a la evolución constante de las nuevas tecnologías de información y comunicación, los principios de la Declaración de Salta podrán adaptarse a lo que dicte la conducta humana en el futuro. Pero siempre mantendrá su nombre en honor al lugar donde culminó un proceso que sirvió para iluminar principios de libertad de prensa y expresión a futuro: Salta. trottiart@gmail.com

julio 29, 2017

Las secuelas inadvertidas de la mentira


Nadie está exento de engañar o ser engañado. Convivimos en esa dualidad, entre verdades y mentiras, entre el bien y el mal, herencia que nos viene desde el Génesis con Adán y Eva, Caín y Abel.
La corrupción es el correlato más directo de las mentiras y la cárcel y la deshonra pueden ser sus correctivos más efectivos. Sin embargo, no siempre falsear, exagerar, embaucar, estafar o calumniar sufren las consecuencias, e incluso cuando las tienen, pasa inadvertida la secuela más dañina de la mentira: la traición de la confianza pública.
Lo demuestra esta nueva época de la posverdad, en que las emociones y los “hechos alternativos” pesan más que la objetividad y la verdad lisa y llana. El presidente Donald Trump potenció la forma edulcorada de hacer política desde que fue candidato y antes como celebridad televisiva. En este contexto, en el que expresa unos cinco datos falsos por día, según una medición del Washingon Post, el “rusiagate” no sorprende.
El fiscal general Jeff Sessions y el yerno de Trump, Jared Kushner, admitieron haberse reunido con personeros del régimen ruso semanas después de afirmar bajo juramento que no lo habían hecho. Tal vez sus mentiras no tendrán consecuencias, pero erosionan la credibilidad en las instituciones, la política y la palabra.
Los “gobiernos Pinocho” que deforman la realidad para su beneficio con datos falsos como por años lo hizo el kirchnerismo, suelen crear escudos para evitar consecuencias. Esta semana el kirchnerismo se abroqueló en el Congreso para defender al máximo actor de la corrupción, el legislador Julio de Vido, evitando que sea expulsado y expuesto ante la justicia. La impúdica celebración partidaria por la hazaña, va en contramano de la percepción del público, que ve en el Congreso a la institución más repudiada del país.
Los casos de Odebrecht y Volkswagen también desnudan que no siempre la aplicación de correctivos judiciales minimiza otros daños que pasan inadvertidos. Con Odebrecht existe satisfacción por la cantidad de ejecutivos de la empresa, funcionarios y presidentes desenmascarados, muchos de los cuales están encarcelados o en vías de estarlo.  Sin embargo, pocos reparan en el perjuicio a otras empresas constructoras que han gastado tiempo, energía y recursos para competir en licitaciones, desconociendo que ya habían sido adjudicadas a sus espaldas.
Las secuelas de la burla también se aprecian en el caso de la industria automotriz. En un nuevo “cargate”, ahora en Europa, se investiga a BMW, Porsche, Audi y Mercedes por “cartelizarse” o haberse puesto de acuerdo por décadas en materia de tecnología y precios. La paradoja es que así como sucedió con la Volkswagen, que adulteró los datos sobre contaminantes de sus motores diésel, las multas billonarias que se aplicarán contra las empresas por mala práctica comercial, quedarán para las arcas estatales, cuando fueron los consumidores los embaucados y quienes pagaron las mentiras de su bolsillo.
Las sanciones que el gobierno de EEUU aplicó esta semana contra 13 funcionarios venezolanos por lavado de dinero y colusión con el narcotráfico, son correctas y necesarias, con el objeto de presionar a Nicolás Maduro a abandonar su reforma constitucional. Sin embargo, uno se pregunta porque recién ahora se aplican estas sanciones congelándoles activos inmobiliarios y cuentas bancarias en Miami, cuando estos ilícitos son tan añejos como la revolución bolivariana. Si el gobierno y los bancos estadounidenses ya sabían de estos ilícitos y nada habían hecho nada antes, ¿no serían responsables y cómplices de haber jugado políticamente con estos delitos?
Las mentiras también pueden ser destructivas, como las de George Bush que invadió Irak por armas de destrucción masiva que nunca encontró; pueden ser calumniosas como las del ex presidente colombiano Álvaro Uribe que desautorizó las críticas de un periodista calificándolo de violador de niños; y pueden ser tolerables, como la del cantante Carlos Vives que fingió que le arrebataron un largo beso que casi le cuesta el divorcio, para que días después de la alharaca mediática anunciara su sencillo “Robarte un beso”.

febrero 07, 2012

Leyes que restringen la libertad de prensa

Entrevista con El Heraldo, Tegucigalpa
Domingo 05 de febrero de 2012
Leyes que regulan libertad de prensa terminan en censura y más restricciones
Trotti consideró que los medios deben de estar más atentos a las amenazas.
Trotti consideró que los medios deben de estar más atentos a las amenazas. (Archivo)
Tegucigalpa, Honduras
El peligro es real. La advertencia del presidente Porfirio Lobo de regular el ejercicio periodístico mediante un decreto puede ser la antesala de una escala ofensiva contra la prensa.
En otros países con gobernantes intolarantes, el cerco a los medios de comunicación se hace mediante leyes que luego se convierten en barreras más restrictivas, opinó Ricardo Trotti, director de Instituto de Libertad de Prensa de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
En entrevista con EL HERALDO, Trotti da a conocer cuáles son las repercusiones para la democracia cuando se coarta la libertad de expresión y cómo la SIP reaccionará directamente ante el gobernante para conocer los alcances de esta intención.
¿Cómo ve la salud de la libertad de prensa y libertad de expresión en la región?
Creo que está con algunos signos de preocupación, por un lado el tema de la violencia que deben de enfrentar los medios y los periodistas y, por otro lado, algunas actitudes de parte del gobierno, especialmente con este proyecto o idea que planteó el presidente Porfirio Lobo de una posible ley para regular a los medios de comunicación.
Nosotros entendemos que sería oportuno que haya más transparencia sobre los pensamientos, dado que es una cuestión de libertad de prensa muy importante, y por otro lado para saber el contenido.
Nosotros entendemos que por la experiencia que hay en América, muchos Presidentes comienzan hablando de este tipo de leyes que finalmente terminan en todos los casos siendo leyes restrictivas, así que para nosotros es de profunda preocupación.
¿Síntomas de qué puede ser cuando hay estas señales de peligro contra la prensa? No sabría decirte si son síntomas, causas o consecuencia de algo, por lo que el presidente Porfirio Lobo manifestó que da la apariencia de que es consecuencia del comportamiento o del contenido o de las denuncias o de las críticas que se vierten a través de los medios de comunicación.
¿Es reflejo de intolerancia?
No sé, creo que en Honduras hay bastantes niveles de libertad de expresión, obviamente este tipo de leyes muestra que para que haya verdadera libertad de expresión no solo hace falta que los medios y los periodistas puedan decir lo que consideran que tienen que decir, si no que tengan la suficiente libertad para decirlo sin represalias, esa es la tolerancia necesaria que debe de haber en un país.
¿Mencionó que cuando hay estas leyes después vienen más restricciones y ya ha pasado cuando el Presidente acusa a medios de estar al servicio de grupos de económicos? Sí, yo creo que los gobiernos caen en el vicio de legislar, sobre todo en materia de leyes fundamentales como libertad de expresión y de prensa y en todas las ocasiones lo que se busca es entrometerse en los contenidos y esa es la preocupación por que de último lo que se termina haciendo es censurando, luego se produce autocensura, esa es consecuencia de la censura y el problema mayor es que lo que se pierde en realidad no es tanto la libertad de los medios a expresarse, sino la libertad que tiene el individuo a la información, el derecho que le asiste al público en una sociedad democrática a tener la información de fuentes variadas, plurales y diversas.
¿Cuando hay anuncios de leyes para regular la prensa se activa algún sistema de alerta en la SIP o cómo reacciona?
Las reacciones son de varios niveles, hay reacciones de preocupación por medio de comunicados de prensa, cartas, misiones...
¿Piensa la SIP mandar una misión a Honduras?
Probablemente durante el presente mes por otros temas, pero incluyendo la libertad de prensa, va a venir una mision oficial de la SIP acá a tratar de dialogar con el presidente Porfirio Lobo.Hay cita confirmada?
Se están haciendo las gestiones, pienso que va a suceder antes de fin de mes, en febrero, y simplemente para tener un diálogo cordial para entender un poquito cuáles son las ideas y las intenciones que tiene su gobierno con esta ley.
¿La prensa cómo debe de reaccionar ante este anuncio de crear un decreto regulatorio?
Yo creo que los periodistas, además de informar, tenemos ciertas responsabilidades profesionales que es obviamente defender los espacios de libertad de expresión, así que me imagino, como ya se ha hecho, las instituciones están editorializando, están creando opinión.
Lamentablemente todavía se está creando opinión sin saber muy bien porque no hay mucha transparencia de parte del gobierno sobre qué es lo que se quiere, pero una vez que haya más elementos de juicio creo que va a alimentar un debate que ojalá que los medios de comunicación lo pongan a consideración del público, los medios tienen como responsabilidad que el público tome conciencia cuando se reducen los espacios de libertad de expresión y esta ley probablemente pudiera llegar a ser uno de esos espacios que coartan libertades.
En Venezuela y Ecuador, donde la situación de ataque a la prensa está en un escalón superior a lo que pasa en Honduras, ¿qué tan grave se ha vuelto últimamente?
Creo que ahí ya no es un cuadro de preocupación, sino de desesperación para muchos, ya hace mucho tiempo que existen leyes como la Ley de Responsabilidad Social y otras leyes que fueron creadas por el gobierno del presidente Chávez, en diciembre de 2010, que han favorecido a toda una conducta y toda una estrategia antilibertad de prensa que permitió, por ejemplo, cerrar medios de comunicación, como Radio Caracas Televisión, presionar a Globovisión, cerrar más de una cuarentena de radios, cerrar páginas de Internet.
Ese problema se estableció por medio de una ley, por lo que podríamos decir que la libertad de prensa puede ser coartada.
¿Puede pasar en Honduras?
Habría que ver, en la SIP no acostumbramos a ser premoniciones, manifestamos nuestra preocupación, problemas que pudieran suceder, pero preferiríamos entender qué es lo que realmente se quiere.
Sobre las amenazas del crimen contra la prensa ¿cree que los medios han tomado conciencia de ese riesgo? Yo creo que a niveles de lo que sucede en otros países como en México o lo que fue Colombia en su época, me da la sensación, y esto es sin tener bases científicas, me da la sensación de que el periodismo no está sintiendo el peligro que hay .
¿La prensa está en un estado de confort ante ese peligro?
No sé si estado de confort, yo diría en un estado entre la indiferencia y la impavidez, me da una sensación de que hay un peligro grave de seguridad en Honduras contra los periodistas y que es un tema para tenerlo en cuenta para cuidarse, para reclamar sistemas de protección a través de reformas de políticas públicas del Estado, de tener un diálogo constante entre los periodistas por medio de sus asociaciones o sindicatos, que este es un problema real porque nadie quiere que haya atentados contra medios y periodistas, entonces es un diálogo necesario que en este momento está ausente.

febrero 06, 2012

En riesgo de caer como México

Honduras está en riesgo de seguir la misma ruta de México: SIP

6 febrero, 2012 - Publicado por La Tribuna


TEGUCIGALPA.- La peligrosidad que enfrenta el ejercicio del periodismo en México, se acrecienta cada día en la región centroamericana, específicamente en Honduras, por los altos niveles de criminalidad y urge prepararse para disminuir el riesgo, según un grupo de expositores de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
El ejercicio del periodismo en Honduras exige el implemento de coberturas más seguras.
María Idalia Gómez, Ricardo Trotti, Jorge Luis Sierra, Francisco Cuamea y Bernardo Gómez del Campo, estuvieron en el país la semana anterior y consideraron necesario disminuir el riesgo en las coberturas.
Con apoyo de la Asociación de Medios de Comunicación (AMC) de Honduras, la semana anterior los representantes de la SIP capacitaron a comunicadores, de Tegucigalpa y San Pedro Sula.
Los expositores reseñaron que desde finales de los años 90 los comunicadores mexicanos han tenido que aprender a saber cómo orientar sus trabajos y así evitar ser una víctima más de la “guerra” que han desatado los cárteles por controlar el tráfico y distribución de droga en ese país.
Se estima que en los últimos años unos 100 periodistas han muerto por divulgar información sobre la criminalidad que vive ese país norteamericano, mientras que otros medios son víctimas de atentados terroristas y reprimidos con constantes amenazas.
Indicaron que con la confabulación de las autoridades y por los altos niveles de impunidad, los profesionales de la comunicación han optado por tomar sus propias medidas, creando estrategias para hacer coberturas más seguras.
Debido a que la telaraña de esta situación se extiende hacia los países próximos, como los que integran el Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras), la SIP trabaja en compartir esas experiencias para evitar más muertes.
TALLER
Los expertos de la SIP, que también están a cargo de diferentes medios en sus países de origen, ejemplificaron cómo el narcotráfico ha influido para cambiar la orientación de sus informaciones.
La consultora de la unidad de respuesta rápida de la SIP, María Idalia Gómez, consideró que Honduras va en la ruta que sigue México en la actualidad, ya que la situación social e institucional es similar cuando inició la pesadilla en su país.
“El crimen ha callado regiones enteras donde ya no se publican notas de violencia, ha logrado desarticular las estructuras solidas del periodismo y limitan a que la sociedad no se pueda informar libremente”, expresó.
“La violencia nos está obligando a construir un periodismo que informe para formar, pero el proceso no termina, ya que las espirales de violencia y economía significan cambios radicales”.
Gómez dijo que esta situación ha provocado también que las mafias puedan dirigir las agendas cotidianas de los medios de comunicación y cada vez se estrecha más el entorno informativo golpeando directamente la democracia.
Aunque los receptores habían optado por las redes sociales para informarse debido a que algunos medios ya no son útiles, ya están dejando de hacerlo, porque ese medio ha costado vidas de personas que divulgaron una información de crimen.
Expertos de la SIP enseñaron a los periodistas algunas técnicas de cómo ejercer su trabajo en zonas peligrosas.
Gómez advirtió que todos los países que recepcionan droga, que están en el tránsito y donde operan las mafias internacionales como la trata de personas, lavado de dinero, la corrupción en las instituciones, son oportunidades para que se produzca lo de México.
Advirtió que por la posición geográfica, la utilización estratégica, la impunidad,  la debilidad de las instituciones de dar e impartir justicia y porque la Sociedad todavía no toma conciencia, Honduras está en la ruta de vivir la situación que enfrenta su país.
A la fecha se contabilizan 17 comunicadores ultimados en varias zonas del país, y todos los casos permanecen en la impunidad, denotando la necesidad de ejercer un periodismo seguro, bien fundamentado y creativo.
VALORES
El director de Instituto de Prensa y de Libertad de Prensa de la SIP, Ricardo Trotti, consideró que el periodismo debe desarrollase con creatividad y credibilidad, basado en los valores fundamentales.
Dijo que los periodistas deben estar siempre en busca de la verdad, mantener su independencia y tratar de publicar absolutamente todo. Sin tratar de censurarse, pero con la prudencia necesaria para decir las cosas evadiendo las represalias.
Trotti recalcó que es necesario conformar una cultura de honestidad en las redacciones, porque el periodista trabaja con materia, que es el alimento de toda una sociedad para tomar decisiones.
“La ética debe ser nuestro norte y tomar las experiencias positivas de los países donde se ha vivido un ambiente de violencia”, refirió, para sugerir el desarrollo de un periodismo solidario.
Además, los dueños y directores de medios tienen que tener una mayor conciencia y mejor cultura de la protección y seguridad de los periodistas, implementando los protocolos de seguridad, no solamente adaptarse a los cambios tecnológicos.
En relación al anuncio del Presidente Porfirio Lobo sobre las regulaciones que pretende implementar a la prensa nacional, Trotti manifestó que la SIP está preocupada por ese anuncio, ya que por lo general ese tipo de legislaturas buscan entrometerse en los contenidos de los medios.
Trotti recomendó a los comunicadores proteger la libertad de prensa y expresión, por lo tanto los medios y periodistas deben estar alertas, hablar sobre el tema y concientizar al público en general porque al final se restringe a la gente a estar debidamente informados. (YB).

Preocupación por libertades en Honduras

Publicado en La Prensa de San Pedro Sula, Honduras, domingo 05 de febrero de 2012

“Veo la libertad de prensa con signos de preocupación”

11:00 pm  - Redacción: redaccion@laprensa.hn
Director del Instituto de Libertad de Prensa de la SIP, Ricardo Trotti, dice que dialogarán con Lobo.
Ricardo Trotti señaló que tiene la sensación de que hay un peligro grave de seguridad en Honduras contra los periodistas y que es un tema para tenerlo en cuenta para cuidarse.
Libertad de Prensa
Tegucigalpa,
Honduras
La Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, reaccionará directamente ante el presidente Porfirio Lobo Sosa para conocer los alcances la ley que enviará al Congreso Nacional para regular la libertad de expresión, tal como lo anunció el 25 de enero pasado.
Ricardo Trotti, director de Instituto de Libertad de Prensa de la  SIP, expuso en su reciente visita al país que en otras naciones con gobernantes intolerantes, el cerco a los medios de comunicación se hace mediante leyes que luego se convierten en barreras más restrictivas. 
“Veo la libertad de prensa y libertad de expresión con algunos signos de preocupación, por un lado el tema de la violencia que deben enfrentar los medios y los periodistas y, por otro,  algunas actitudes de parte del Gobierno, especialmente con este proyecto o idea que planteó el presidente Porfirio Lobo de una posible ley para regular los medios de comunicación.
Entendemos que por la experiencia que hay en América, muchos Presidentes comienzan hablando de este tipo de leyes que finalmente terminan en todos los casos siendo leyes restrictivas; así que para nosotros es de profunda preocupación”, citó.
Consultado si la decisión de Lobo de regular la libre emisión del pensamiento es un reflejo de intolerancia, Trotti  respondió:
“No sé, creo que en Honduras hay bastantes niveles de libertad de expresión; obviamente este tipo de leyes muestra que para que haya verdadera libertad de expresión no solo hace falta que los medios y los periodistas puedan decir lo que consideran que tienen que decir, sino que tengan la suficiente libertad para decirlo sin represalias, esa es la tolerancia necesaria que debe haber en un país”.
Buscan entrometerse
Según Trotti, cuando los Gobiernos caen en el vicio de legislar, sobre todo en materia de leyes fundamentales como libertad de expresión y de prensa, en todas las ocasiones lo que se busca es entrometerse en los contenidos.
“Y esa es la preocupación porque de último lo que se termina haciendo es censurando, luego se produce autocensura, esa es consecuencia de la censura y el problema mayor es que lo que se pierde en realidad no es tanto la libertad de los medios a expresarse, sino la libertad que tiene el individuo a la información, el derecho que le asiste al público en una sociedad democrática a tener la información de fuentes variadas, plurales y diversas”, explicó.
Respecto a si la SIP planea mandar una misión a Honduras para profundizar en el tema señaló: “Probablemente durante el presente mes, por otros temas pero incluyendo la libertad de prensa, va a venir una misión oficial de la SIP acá a tratar de dialogar con el presidente Porfirio Lobo”.
Indicó que se están haciendo las gestiones para el encuentro. “Pienso que va a suceder antes de fin de mes, en febrero, y simplemente para tener un diálogo cordial para entender un poquito cuáles son las ideas y las intenciones que tienen”. Fue claro al señalar que los periodistas tienen las responsabilidad de defender  la libertad de expresión.

marzo 12, 2011

Mil post y miles de agradecimientos


Celebro hoy mi entrada número 1.000 (mil) en este blog, con un agradecimiento enorme a los que me leen desde que empecé esta publicación el 15 de abril de 2008, y a aquellos que dejan todo tipo de comentarios y argumentos; disintiendo, consintiendo.

Decidí ser bloguero para tener un espacio propio donde canalizar lo que antes hubiera volcado en las charlas de café con amigos o en las redacciones con mis colegas periodistas; pero sobre todo, convencido de que era necesario extender la formalidad de mi trabajo como funcionario y encargado de libertad de prensa de la Sociedad Interamericana de Prensa a un nivel más informal, íntimo, relajado, aunque siempre con el norte puesto en que no puede haber verdadera democracia sin libertad de prensa.

Mi blog es de opinión y de protesta; lo concebí como un lugar para orientar sobre temas de libre expresión. No es un espacio de investigación. Pero desde aquí alabo, honro, apoyo y comprendo a quienes eligieron esa tarea esencial para burlar la censura y la brutalidad de los déspotas, aún a pesar de pagarlo con cárcel, agravios y agresiones. Me siento honrado de pertenecer a esta comunidad de blogueros que emergió como un canto a la libertad gracias a las nuevas tecnologías.

Y aunque los blogs parezcan una antigüedad frente a otras formas de comunicación horizontal que emergieron gracias al internet, como las redes sociales, y a la telefonía celular con sus mensajes de texto, siempre serán un espacio adecuado para acomodar los pensamientos, los argumentos, las convicciones y los sentimientos (furias y alegrías).

Después de estos 1,000 post, si de algo estoy convencido, es que no cejaré jamás de reclamar por un mundo con mayor libertad de expresión; aunque esto implica tener que tolerar los agravios provenientes de ciber militantes contratados por gobiernos o empujados por convicciones propias, que tienen la tarea de insultar para generar autocensura.

La libertad de prensa y la libertad de expresión son disciplinas sin las cuales jamás se podría construir una verdadera sociedad equilibrada, equitativa, justa y democrática.

Agradezco a todos por su acompañamiento y si me permiten un consejo, hagan su propio blog. Es una buena manera de expresión, además de que con la escritura se practica la disciplina y la voluntad, atributos que sirven para ordenar los pensamientos.

Muchas gracias.

marzo 08, 2011

Pregunta fácil, respuesta difícil

“La pregunta es fácil, pero la respuesta es difícil.
¿Hay libertad de prensa en América Latina?

Las respuestas son tan variadas como la diversidad y tonalidades de los países que existen. Esta noche trataremos de descifrar parte de la pregunta, haciendo referencia a casos concretos.

Para contestar es necesario salirnos del abstracto y darnos cuenta que la libertad de prensa y la libertad de expresión son derechos y deberes humanos tangibles. Muy tangibles.

Yo diría que la plena libertad de expresión es una búsqueda permanente como la felicidad, que se da en etapas, pero una vez alcanzada una de ellas, la próxima parece inalcanzable.

Aunque las comparaciones son odiosas, siempre sirven para medir. Por eso solemos comparar el grado de libertad que vivimos y sentimos – así sea en este país como en Argentina, Chile, Venezuela o Cuba – comparándolo con situaciones mejores o peores en los que viven otros personas, amigos o familiares.

No siempre lo que reluce es oro, ni lo que aparenta es la realidad. Hay gobiernos que se ufanan de que los medios de comunicación pueden decir todo lo que quieren, como el clásico caso de Hugo Chávez que recibe andanadas de críticas de los periodistas venezolanos. Por lo que la pregunta sobre la libertad de prensa y de expresión se hace más tortuosa y específica. ¿Cuáles son las consecuencias y represalias por ejercer la libertad de prensa? En Cuba uno puede decir lo que quiere, pero termina encarcelado, agredido, expulsado o desterrado. En México, en las zonas dominadas por el narcotráfico, uno puede decir y denunciar lo que quiere. Pero lo suele pagar con su vida. Por lo que la autocensura juega un papel trascendente en la medición de la libertad de prensa o en la evaluación que podemos hacer de un país.

Estamos viviendo un mundo de cambios vertiginosos, y parte de ello es la relación que tenemos con las nuevas tecnologías. Los celulares inteligentes, el internet, las redes sociales están empoderando a la población y ayudando a que haya más libertad. Pero también son mecanismos utilizados por los opresores para censurar, limitar, bloquear y filtrar las comunicaciones personales.

La libertad de prensa no puede separarse del contexto político y social, y mucho depende de esa relación incómoda que hay entre el poder y la prensa; pero también vale la pena poner en esta ecuación que también existe la prensa mediocre y mala, como en cualquier disciplina, así sea por su sensacionalismo, como por sus intereses económicos.

En una relación normal, entre poder público y prensa, siempre se tratará de una lucha por ver quién tira más fuerte de la soga, los gobiernos para ocultar información que les puede resultar incómoda, y los medios para hacer cada vez más transparente la gestión pública.

El Estado, sin embargo, es, como administrador de la cosa pública que nos pertenece a todos, el que tiene más deberes y obligaciones.

La ventaja es que ya no vivimos en un mundo vertical en que la información prevenía en forma vertical en la que los medios dicen y los ciudadanos escuchan. Las nuevas tecnologías han hecho a la comunicación más horizontal; sin embargo, para los agoreros de siempre, hay que informarles que los medios no desaparecerán, sino que ante tanto ruido generado por tanta comunicación, siempre será necesario el trabajo del periodista, el que descubre, el que denuncia, el que muestra, el que ilumina y lo puede hacer seleccionando información, imponiendo tópicos en la agenda pública, dando prioridad a algunas informaciones más que a otras, iluminando la corrupción.

Es el público, sin embargo, ya no solo por lo que publican los medios, los que se podrán empoderar con la comunicación que realizan, así sea como en los países árabes o en la próxima protesta que realizarán por Facebook en Nicaragua este fin de semana para protestar contra la candidatura inconstitucional autorizada de Daniel Ortega.
  
En este mundo más globalizado, se necesitan que los compromisos firmados incansablemente por los gobiernos sean realmente mandatorios sobre el respeto a la libertad de expresión y de prensa.

Recuerdo que el año pasado, después de la cumbre iberoamericana realizada en Mar del Plata donde los gobiernos firmaron una cláusula en la que se comprometían a denunciar los atropellos a la democracia de cualquier otro gobierno colega, el presidente venezolano se le dio el privilegio de una ley habilitante por la que por 18 meses podrá disponer lo que quiera; ni hablar de Daniel Ortega que usó a los jueces adictos de la Corte para que lo autoricen a ir a elecciones a pesar de que la Constitución lo prohíbe.

Da la sensación que lo que nos falta en la mayoría de los países es crear una cultura sobre la libertad de prensa y de expresión y que estamos perdiendo el tiempo en discusiones que no nos llevan a ningún lado.

Hay que entender primero de todo que estas libertades de prensa y de expresión son derechos humanos y constitucionales y deben estar amparados por leyes, por lo que el Estado está obligado a ellas, y sobre todo a incentivarlos.

El Estado tiene la obligación de crear una cultura o permitir que esta se forme a través de las prédicas de las organizaciones de la sociedad civil, de los medios o de los ciudadanos, de no hacerlo está faltando a su misión, porque de la misma manera que el gobierno no puede matar a un ciudadano, privarle del derecho a la vida, no puede tampoco privarle del derecho a la libertad de expresión.

La libertad de prensa es un tema de cultura y educación… en las escuelas, en las universidades. Lamentablemente no es el Estado el que solo tiene esta opción”.  

Esta es una presentación que hice en la Universidad de Miami en un panel que integré con los periodistas Julio Muñoz, director ejecutivo de la SIP, y los periodistas Patricia Poleo, de origen venezolano que reside en Miami después de ser perseguida por el gobierno de Hugo Chávez, y el periodista cubano Wilfredo Cancio, uno de los más conocedores de los problemas de la incomunicación en la isla. Fuimos convocados por Lillian Castañeda, esposa del fallecido periodista cubano Carlos Castañeda, y directora de la fundación que lleva el nombre de su ex marido.


Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...