El gobierno cubano anunció hoy una excelente noticia para los familiares de otros dos presos políticos del grupo de los 75 y la liberación también de otros 11 prisioneros que no eran parte de ese grupo de la Primavera Negra de marzo de 2003.
No se puede negar el papel preponderante que ha jugado la Iglesia Católica cubana y el gobierno español en todo este proceso de liberación y hay que destacar la actitud del gobierno de los hermanos Castro de haber cumplido con sus promesas. Claro está, de las 114 liberaciones de disidentes cubanos, ninguna era reconocida hasta la mediación de la Iglesia como si se tratara de presos políticos
Sin embargo, esto no significa el relajamiento del estricto régimen, porque se trata en definitiva, salvo por una decena de excepciones de estas 86 últimas liberaciones, de un destierro masivo de disidentes que el gobierno no permitiría que permanecieran en la isla por temor a que se replique el efecto dominó de las revueltas que voltearon a los presidentes de Túnez, Egipto y que pronto acabará con la Presidencia en Yemen.
De esta nueva válvula de escape que acciona el régimen en forma periódica para evitar la ebullición interna, se beneficiarán los 11 presos que viajarán a España: Néstor Rodríguez Lobaina, Juan Carlos Vázquez, Bodanis Zulueta, José Antonio Sardiñas, Antonio García, Arnaldo Márquez, Eduardo Díaz, Erick Caballero, Alberto Dobouchet, José Manuel de la Rosa y Roberto López. Según la agencia EFE, todos ellos cumplían penas de entre cuatro y 30 años.
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