Ya han pasado
13 años de que Hugo Chávez asumió el poder y desde entonces cada año ha
intensificado su autoritarismo, gracias a reformas constitucionales - que en
ocasiones hizo sin los votos de los referendos - que le sirvieron para construir
un sistema político autoritario.
Las pruebas
y evidencias están a la vista, solo sus partidarios y quienes se benefician de
sus políticas no lo ven. Los otros poderes del Estado – legislativo y
judicial - han sido prácticamente confiscados, la libertad de prensa sigue
siendo coartada, muchos opositores tuvieron que salir al exilio y nadie puede
hablar o criticar al regimen, así sean politicos o representantes de empresas
privadas, sin sufrir algún tipo de represalia. En Venezuela es pecado criticar
el nacionalismo o hasta la falta de transparencia de un régimen que ni siquiera
informa sobre la enfermedad de su presidente.
Ninguna de
las cosas buenas que puede haber hecho Cávez – mi Dios si no hizo algo bueno en
13 años!!! el periodo de tiempo más largo que haya tenido presidente actual en
ejercicio en el continente – pueden contrarrestar todos los atropellos anti
democráticos que ha ejercido. Aún así, la inseguridad, la pobreza y la
corrupción, tres elementos que él ha criticado a gobiernos anteriores siguen
intactos o peores que antes.
Pese a que
el gobierno y el chavismo harán lo imposible para mantenerse en el poder apara
alargar la vida de la revolución socialista, los venezolanos tendrán en octubre
la posibilidad del recambio. Si Chávez gana, los antecedentes indican que su régimen
pasará del autoritarismo a una clara dictadura. La revolución socialista es
eso.
Si pierde,
ojalá que los venezolanos vuelvan a pensar en aquella Constitución que limitaba
al gobierno a la relección sin perpetuidad. El recambio obligatorio que impone
una Constitución es la máxima garantía que una democracia se solidifique sobre
la base del pluralismo y diversidad política.