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diciembre 07, 2010

Medios USA y México: responsabilidades

Hay dos temas que me llamaron poderosamente la atención del foro que hicimos y acabamos de terminar ayer en la frontera mexicana-estadounidense en El Paso, Texas, sobre estrategias a seguir respecto a la violencia que envuelve a los medios de comunicación y periodistas de México víctimas del narcotráfico. (Al final de este post pueden leer el comunicado que emitimos hoy al respecto).

Primero: Los medios estadounidenses en general y los que estuvieron representados en El Paso creen que cubrir noticias sobre el narcotráfico o compartir espacios con sus pares mexicanos brindándoles espacio para hacer publicaciones en conjunto, es suficiente para proteger al periodismo. Están errados, eso ayuda para combatir la autocensura, pero no genera presión al gobierno para combatir la violencia contra los periodistas y la impunidad.

Para lograr este último objetivo, los medios estadounidenses no solo deben enviar a sus corresponsales a cubrir noticias a México – lo que de por sí es una buena contribución – sino a cubrir y escribir sobre periodismo y libertad de prensa. Esta es la única forma que el gobierno mexicano se avergüence al ver el tema en la agenda pública internacional y haga algo al respecto, o cumpla con las promesas incumplidas. Así lo expresé en la conferencia.

Segundo, hasta que los medios mexicanos, sin distinción, no se unan y solidaricen entre sí y conformen una voz uniforme no serán escuchados por los políticos, el presidente Felipe Calderón o el Congreso. Las competencias e incompetencias y las diferencias de los medios en este sentido son irreconciliables lamentablemente.

Le pregunté a Alejandro Junco de la Vega al respecto, tras su presentación sobre la cultura del delito en México, y respondió con evasivas. Las mismas evasivas que obtuve de otros directores de medios importantes de México.

Posición lamentable y frustrante.

Texto del comunicado que emitimos hoy de parte de la SIP:

“El Paso, Texas (7 de diciembre de 2010).- Las conclusiones del Foro de Editores de Diarios de la Frontera que terminó ayer en esta ciudad dejó bien en claro que los peores enemigos a los que se enfrentan los medios y periodistas en la frontera norte de México es la impunidad y la violencia generada por el crimen organizado, fenómenos que no pueden dejarse librados solo a la acción gubernamental.

Unos cien editores, periodistas y académicos convocados por la Asociación Americana de Editores de Noticias (ASNE, por sus siglas en inglés) y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en el foro realizado por dos días en los predios de la Universidad de Texas de El Paso, no se limitaron a hacer un diagnóstico de la situación que enfrenta la prensa mexicana, que este año perdió a 11 periodistas a manos del crimen organizado y el narcotráfico, sino que buscaron alternativas para que su trabajo profesional sea cada vez más seguro y el gobierno lo garantice y proteja.

En la práctica hubo tres líneas de trabajo: lo que debe hacer el gobierno de México, lo que necesitan hacer los medios mexicanos y estadounidenses, y el papel que deben jugar las asociaciones dedicadas a la libertad de prensa y promoción del periodismo.

Los anfitriones, los presidentes de la SIP, Gonzalo Marroquín, y de la ASNE, Milton Coleman, coincidieron en que la principal misión de periodistas y asociaciones de prensa es perseverar para que la violencia contra los periodistas y la impunidad que rodea a esos crímenes sea prioridad en la agenda pública y mantener presión para que las promesas del gobierno mexicano se conviertan en hechos. La referencia de Marroquín y Coleman se basa en el compromiso reciente que el presidente Felipe Calderón hizo a la SIP en materia de federalizar los crímenes contra periodistas, crear un sistema de protección y analizar formas de agravar los delitos contra la libertad de expresión y que éstos no prescriban.
 
En el diagnóstico de la peligrosa realidad que viven los periodistas mexicanos en los estados fronterizos más afectados por el narcotráfico, hubo coincidencias en la responsabilidad de los medios para crear mejores condiciones laborales y en programas de entrenamiento para neutralizar los efectos y tentaciones del crimen organizado. Asimismo, se buscan fortalecer alianzas con medios estadounidenses para proveer nuevos canales de información, sitios web y blogs, para  contrarrestar la autocensura; así como nuevas formas periodísticas y técnicas de colaboración.

En varios paneles de periodistas mexicanos se destacó un espacio de autocrítica y reflexión, en el sentido de que los medios necesitan mayor unidad y solidaridad para crear un frente común que tenga voz fuerte y uniforme ante el Gobierno.  Rondas de discusión de editores extranjeros aportaron ideas sobre cómo se combatió la impunidad y la violencia en países como Colombia, y los representantes de asociaciones de prensa valoraron estrategias internacionales comunes para seguir reclamando a México y otros gobiernos, donde la violencia contra la prensa también es común.

Entre varias ponencias individuales, se destacó la del ex presidente de la SIP, Alejandro Junco de la Vega, titular del Grupo Reforma, quien trazó un panorama oscuro de la cultura del delito que sacude a México; y la de la relatora especial para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Catalina Botero, quien recordó una serie de reformas legales que hiciera al gobierno de Felipe Calderón para combatir la impunidad. También habló el fiscal Especial sobre Delitos Contra la Libertad de Expresión, Gustavo Salas Chávez.

Además Marroquín y Junco de la Vega, la SIP estuvo representada por Robert Rivard, del San Antonio Express-News; Coleman de The Washington Post y Anders Gyllenhaal de McClatchy Newspapers, en su calidad de autoridades de ASNE y SIP; José Santiago Healy, de El Diario, San Diego; Julio Muñoz, director ejecutivo; Ricardo Trotti, director de Libertad de Prensa; y María Idalia Gómez y Darío Fritz, investigadores de la Unidad de Respuesta Rápida de la SIP en México.

Esta actividad conjunta entre ASNE – SIP contó con el respaldo de la Fundación Ford, la agencia Associated Press y el diario El Paso Times. Ambas organizaciones continuarán su alianza estratégica en 2011 con la realización en conjunto de su reunión semestral en San Diego del 6 al 9 de abril próximo, mientras días previos, celebrarán la Conferencia Hemisférica sobre Libertad de Expresión, en la sede del Instituto de las Américas.

El foro se enmarca en la agenda de la SIP contra la impunidad y servirá para dar seguimiento a los compromisos del presidente Felipe Calderón, quien también participó hace unas semanas, junto a legisladores de su país, en la Asamblea General de la organización, realizada en Mérida, Yucatán”.


 

enero 21, 2009

¡Por fin! y ¿Podrá?

La forma más ingeniosa de haber despedido desde el periodismo a George W. Bush y recibido a Barack Obama fueron los titulares del diario La Jornada de México. El 19 de enero su titular de portada exclamó ¡Por fin!, mientras que el 20 de enero preguntó ¿Podrá? Ambas portadas sostuvieron sus titulares con respectivos collages de los dos políticos. Ediciones de colección.
En México, donde estamos impartiendo un seminario sobre seguridad para periodistas y free lancers entre la SIP y la fundación londinense Rory Peck, las expectativas sobre Barack Obama son muy altas. El hecho de que Felipe Calderón haya sido el único mandatario que se reunió con Obama antes de que asumiera, fue tomado como un gesto de orgullo y de deferencia para un país que comparte quizá una de las fronteras más calientes, peligrosas y complejas del mundo.
El narcotráfico que se está expandiendo como mafia a otros negocios normales como a la comercialización de productos piratas, de carne de pollo, de camarones, de venta de autos y que de igual manera sigue infiltrándose en los estamentos de poder, es el mayor desafío que enfrenta el gobierno nacional. La zona de 3.200 millas de frontera entre ambos países es sumamente violenta y donde prolifera la corrupción. Y ambas cosas suceden a ambos lados y si bien del estadounidense está más morigerado los titulares de los diarios muestran que el narcotráfico no deja de expandirse, ayudado por policías, agentes aduaneros y de inmigración que se tientan y permiten que las drogas, el contrabando humano y el crimen de todo tipo fluyan con naturalidad.
Los periodistas a ambos lados de la frontera no la pasan bien. Los medios de comunicación son la caja de resonancia de una violencia que el Estado no puede resolver y que en estos últimos años viene creciendo sin parar. Se le atribuye al crimen organizado asesinatos por más de 5.300 en el 2008 y secuestros que se suman más del doble que en el año anterior. El número de periodistas asesinados también se duplicó siendo el país con el mayor número de todo el continente.
Los periodistas han optado por la autocensura como medida inmediata para auto protegerse, y como los negocios del narco se expanden los periodistas se sienten cada vez más inseguros y los temas de la autocensura se van cobrando el color de una onda expansiva. Solo se registran los hechos que registran los partes policiales y algunas acciones de evidente muestra pública que son parte de la crónica roja, lo que es suficiente para inundar las páginas de periódicos y noticieros de radio y tv. Pero las investigaciones sobre asuntos del narco y del crimen organizado, destapar la olla, ya no es una tarea saludable.
La autocensura es una medida justificada, y una estrategia de corto plazo. A largo plazo si este tema se hace perenne se corre el riesgo de que el periodismo pierda su esencia y la gente empiece a desconfiar cada vez más, y esa falta de credibilidad creerá un círculo vicioso que podrá implotar al periodismo. Un desafío que el periodismo deberá resolver en lo inmediato para poder acompañar a un Estado que estará cada vez más decidido a combatir el delito con el apoyo ahora de un gobierno estadounidense que está dando señales que el problema también le pertenece.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...