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mayo 10, 2025

Calentando motores

 

Un nuevo comienzo. Hoy celebro que recomencé mi diario. ¿Qué significa? Que ya estoy calentando motores para la continuación de “Robots con Alma: atrapados entre la verdad y la libertad”. ¿Pero si todavía no publicaste...? Sucede que en estos meses de espera por si los planetas (editoriales) se alineaban, sentí que debo continuar la historia y convertirla en saga, trilogía seguramente. ¿Cómo te atreves si todavía no sabes si la primera parte será leída? Es que escribir no depende del nivel de éxito de la obra, sino de un mandato interno que ya se me hace insoportable. Necesito que Grace y Kalsec, los protagonistas del final de la primera parte encuentren su destino.

¿Y qué tiene que ver esta segunda parte con un diario matutino? Es parte de mi proceso. Escribir a diario sobre cualquier cosa que sale de adentro, poco a poco, abre las puertas a la imaginación. Escribir permite procesar ideas, emociones y tener más claridad; reordenar la cabeza. Durante el proceso emergen deseos, historias y palabras que se convierten en párrafos. ¿Y por qué no lo hiciste en febrero cuando terminaste la primera parte? Porque necesitaba separarme de la obra. Descansé, viajé y caminamos más que antes con mi esposa, tomé dos cursos sobre IA para periodistas y sátira periodística, actualicé mi web (revisa y dame tu feedback sobre la nueva galería de fotos en movimiento Blur Places | Ricardo Trotti Art), escribí algunos artículos, mandé cartas a una treintena de agentes literarios (solo cuatro contestaron y sin esperanza), y dos editoriales importantes me publicarían si pago. Así que, en estas semanas, estoy aprendiendo sobre cómo auto publicar en Amazon, y haciendo una última revisión de “Robots con Alma” después de que varios generosos “beta readers” me dieran sus sugerencias. Así que hoy me comprometo con este nuevo proceso: preparame para publicar y calentar motores para empezar la segunda parte. Les iré contando.

 

A new beginning. Today, I celebrate restarting my journal. What does that mean? I'm already warming up for the sequel to "Robots with Souls: Trapped Between Truth and Freedom." But what if you haven't published yet...? It just so happens that in these months of waiting for the planets (publishers) to align, I felt I must continue the story and turn it into a saga, a trilogy. How dare you if you still don't know if the first part will be read? Writing doesn't depend on the work's success, but on an internal mandate that's already unbearable for me. I need Grace and Kalsec, the protagonists at the end of the first part, to find their destiny.

And what does this second part have to do with a morning journal? It's part of my process. Writing daily about anything that comes from within, little by little, opens the doors to the imagination. Writing allows you to process ideas and emotions, and gain more clarity; it puts your mind back in order. During the process, desires, stories, and words emerge that become paragraphs. And why didn't you do it in February when you finished the first part? Because I needed to separate myself from the work. I rested, traveled, and walked more than before with my wife, I took two courses on AI for journalists and journalistic satire, I updated my website (check it out and give me feedback on the new moving photo gallery Blur Places | Ricardo Trotti Art), I wrote some articles, I sent letters to about thirty literary agents (only four responded, and with no hope), and two major publishers would publish me if I pay. So, in these weeks, I'm learning how to self-publish on Amazon and doing a final revision of "Robots with Souls" after several generous beta readers gave me their suggestions. So today, I commit to this new process: getting ready to publish and warming up to begin the second part. I'll keep you posted.


abril 24, 2025

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. Son dos fuerzas que raramente coexisten en armonía, sino en constante tensión. Vemos cómo la sátira política distorsiona o exagera la verdad para expandir la libertad de expresión, cómo los narcocorridos exploran verdades crudas a costa de glorificar la violencia o como un periodista prefiere perder su libertad por defender a sus fuentes confidenciales.

Esa tensión permanente, entre la verdad que nos ancla y la libertad que nos impulsa, la adopté como herramienta central en mi novela, "Robots con Alma: atrapados entre la verdad y la libertad". Los protagonistas, robots limitados por la lógica y la obediencia algorítmica, experimentaron un regalo divino inesperado: la consciencia. Este shock los inundó con sensaciones, miedos y anhelos humanos. Por primera vez experimentaron que el libre albedrío chocaba con la verdad inmutable de su programación original. En su camino a convertirse en humanos, con sus contradicciones, imprevisibilidad, creatividad y la dualidad bondad/maldad, se sintieron más "vivos", pero también vulnerables.

Los robots, Veritas y Libertas, Entendieron que no existen soluciones sencillas para convertirse en humanos. Son conscientes que deben aprender a navegar esa tensión en busca del equilibrio entre qué verdades enfrentar y qué libertades ejercer. ¿Podrán hacerlo?

 

abril 15, 2025

El Nobel de la Libertad

 

Mario Vargas Llosa acompañado por mi esposa,
Graciela, en una reunión SIP en 2015.

Rindo homenaje al escritor que honró siempre a la libertad. Escribí esta columna en octubre de 2010 cuando Mario Vargas Llosa recibió su Nobel, un premio que superó su lado literario. Todavía está vigente. La titulé: “El Nobel de la Libertad”.

El único sorprendido por el Premio Nobel de Literatura fue Mario Vargas Llosa. Para el resto de los mortales era un galardón anunciado o, mejor dicho, esperado; ni siquiera un asomo de polémica como el año pasado cuando Barack Obama recibió el de la Paz, sino alegría y festejos, porque la Real Academia de las Ciencias de Suecia desde hace años estaba en deuda con el autor.

Fue un premio que “hizo justicia enorme”, como dijo el presidente peruano Alan García, pensando, como muchos, que Vargas Llosa acababa de evadir la lista de escritores al que el Nobel les fue injustamente esquivo, como Juan Rulfo y Jorge Luis Borges.

Quienes además de su prolífica obra literaria nos deleitamos con sus posiciones libertarias, que abundan en sus novelas y ensayos, agradecemos que por sobre todo se haya reconocido al intelectual, el que generosamente abre la boca para condenar a los nacionalismos, a los que considera “la peor construcción del hombre” y reclama por la libertad de prensa como sinónimo de democracia.

El Nobel pone a Vargas Llosa en el escalón más alto de la literatura mundial, pero la justificación política de la Academia – “por su cartografía de las estructuras del poder y sus aceradas imágenes de la resistencia individual, la revuelta y la derrota” – lo sitúa también como paladín por excelencia de los valores democráticos, aquel que no teme enfrentar la diatriba de populistas y déspotas de izquierda que abundan ahora en Latinoamérica o pelear contra dictadores y autoritarios derechistas. El de Vargas Llosa es un Nobel de Literatura, pero también un “Nobel de la Libertad”.

De muchos intelectuales y literatos se dice que son adelantados a su tiempo para justificar que son superiores al resto. Pero la superioridad de Vargas Llosa rompe con esos cánones; está dada por la fidelidad y capacidad crítica con la que retrata la realidad.

Durante la reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa en octubre de 2008 en Madrid, tuve la oportunidad de escuchar su primera aproximación a “La civilización del espectáculo”, un ensayo que todavía está moldeando y en un futuro seguramente contendrá duras críticas a Facebook que en aquel año todavía no era popular y a Twitter, que ni siquiera existía.

En 50 minutos de cáustica charla, con una crítica semejante a los versos mordaces y eternos de Enrique Santos Discépolo en el tango Cambalache, Vargas Llosa se despachó en contra de la trivialización de la cultura, con un análisis profundo sobre política, periodismo, literatura, cine, artes plásticas, drogas y sexo.

Condenó que la cultura esté dominada por lo “light”, por el consumo y por la demanda del público, que, en definitiva, condiciona la creación y el mercado. Se mostró aterrado que los modistos y los artistas hayan suplantado como eje del pensamiento a los filósofos y a los científicos de ayer y de la literatura efímera de los “best sellers” actuales. “Se ha llegado al eclipse del intelectual”.

Se quejó de la manipulación de la publicidad, y que los políticos suplantaron sus ideas por los gestos y la imagen. “La frivolidad – dijo – es tener una tabla de valores invertida. Todo es apariencia, teatro, juego, diversión”. Y ahí mismo agrupó a las revistas del corazón y al periodismo sensacionalista, desapegado a sus valores tradicionales: verdad, rigor y respeto por la intimidad.
En materia de artes visuales y plásticas, confrontando a Bergman o Buñuel con Woody Allen, y a Vincent Van Gogh con Duchamp o Damien Hirst, acusó que la “frivolización ha llegado a extremos alarmantes donde hay mínimos consensos sobre la estética… no se puede definir lo que es el talento de lo que no lo es”.

La obra literaria y política de Vargas Llosa es la antítesis de esta “Civilización del espectáculo”. Está impregnada de páginas y personajes que abrazan a la libertad y la emancipación del individuo, trascendiendo al propio autor y a todos los tiempos. Es clásica.  
De ahí que la Academia no juzgó solo la literatura de un latinoamericano como antes con Gabriela Mistral, Miguel Angel Asturias, Pablo Neruda, Octavio Paz o Gabriel García Márquez. Esta vez recompensó el canto sostenido y lúcido de Vargas Llosa a la libertad.
Trottiart@gmail.com


marzo 24, 2025

Democracia: responsabilidad individual

¿Por qué insisto en la verdad y la libertad? Porque no son meras palabras, sino los pilares que sostienen la democracia. En un momento en que su estructura parece tambalearse bajo el peso de quienes ostentan el poder, es crucial recordar que la solidez de estos pilares depende de cada uno de nosotros, de nuestras acciones diarias.

El poder a menudo nos seduce con eslóganes grandilocuentes: "¡Viva la libertad, carajo!" o "¡La verdad prevalecerá!". Estas frases pueden encender el entusiasmo, pero son solo chispas momentáneas. La verdadera libertad y la verdad se forjan con el martillo de la acción constante, individual, sostenida en el tiempo.

En una democracia viva, la verdad no es un concepto abstracto, sino una práctica: la honestidad intelectual que nos impulsa a reconocer la realidad, incluso cuando su reflejo nos incomoda. Es el coraje de mirar de frente a los hechos, sin importar cuán incómodos sean.

La libertad, por su parte, va más allá de la simple ausencia de cadenas. Es la capacidad de alzar la voz en disenso, de participar activamente en la vida pública sin que el miedo a represalias nos paralice. Es la valentía de expresar nuestras ideas, de cuestionar el status quo, de exigir rendición de cuentas.

Estos dos valores, verdad y libertad, están intrínsecamente entrelazados. La construcción de una democracia robusta exige la voluntad de escuchar diversas perspectivas, de debatir ideas con pasión y respeto, y la valentía de denunciar la injusticia y la falsedad, incluso cuando el camino se torna peligroso.

Imaginemos una sociedad donde la libertad se sofoca. La búsqueda de la verdad se oscurece, las voces críticas se silencian, y la información se manipula. En contraste, una sociedad donde la verdad se ignora, donde la desinformación campa a sus anchas, la libertad se erosiona, dejando paso a la manipulación y el caos.

Por lo tanto, la democracia no es un regalo que recibimos, sino un jardín que cultivamos y cuidamos cada día.

 

marzo 12, 2025

La ironía de la libertad

Existen dos tipos de libertad, la propia y la ajena. Una es la que gerenciamos y depende estrictamente de nuestra conciencia y de las decisiones que tomamos. Podemos estar presos en una celda de máxima seguridad, pero mentalmente libres.

La otra libertad no depende de nosotros. Un dictador cubano puede cerrar su país o una decisión macroeconómica, como la guerra tarifaria emprendida por Donald Trump, puede oprimir nuestro libre albedrío, al ponernos de frente a tomar decisiones de bolsillo para la que no estamos preparados o no tenemos el conocimiento adecuado.

Esta dualidad de la libertad nos enfrenta a una paradoja constante: somos dueños de nuestro mundo interior, pero vulnerables a las fuerzas externas que lo modelan. La libertad propia, esa fortaleza mental que reside en la conciencia, nos permite resistir la opresión y encontrar paz en medio del caos. Sin embargo, la libertad ajena, esa esfera de influencia que escapa a nuestro control, nos recuerda nuestra fragilidad. Los sistemas políticos, económicos y sociales, con sus fluctuaciones impredecibles e incertidumbre, limitan nuestras opciones y condicionan nuestro bienestar. 

En mi nueva novela, “Robots con Alma: atrapados entre la verdad y la libertad” (lista para publicarse) investigo y planteo sobre esta dualidad que las máquinas no sufren. Mejor dicho, no sufrían, hasta que a Dios se le ocurrió dotar de alma y conciencia a los robots. A partir de ahí, lo que parecía un regalo, fue una condena: los robots con alma deben aprender a abrazar la ironía de ser libres y estar encadenados al mismo tiempo.



marzo 10, 2025

La autosuperación como inspiración

En el post anterior me referí al best-seller “The Artist’s Way” (El camino del artista) de Julia Cameron, como uno de los libros que me inspiraron a escribir esta nueva historia “Robots con Alma”. En todos mis años he leído y releído muchos libros. Algunos despertaron mi curiosidad por nuevos temas, otros a ser más creativo y algunos, lo más importantes, a cambiar mi forma de apreciar el mundo y mi contexto. Extraje el jugo de esas re-lecturas según mi edad, experiencias y conocimientos del momento.

Entre esos libros se encuentran dos que son fundamentales. “Narciso y Golmundo” de Herman Hess, quien lo escribió en 1958. Y “Juan Salvador Gaviota”, escrito por Richard Bach en 1970. Ambos son historias de superación y esperanza, como la vida misma. Comparten un hilo conductor poderoso: la búsqueda de la propia identidad y el anhelo de trascender las limitaciones impuestas por la sociedad.

En "Narciso y Golmundo" los dos personajes trepan caminos distintos hacia la autorrealización. Narciso, con su vida contemplativa busca la sabiduría, a través del intelecto. Golmundo la busca a través de las experiencias. Ambos aprenden de sí mismos y descubren que la sabiduría se extrae de la integración de ambas búsquedas, la intelectual y las experiencias humanas. Por su parte, “Juan Salvador Gaviota”, nos enseña el valor de la perseverancia y la pasión para alcanzar los sueños, incluso a desafiar los límites de su bandada, en busca de la verdad y la libertad.

¿Y qué tienen que ver estos libros de Hesse y Bach con el de Cameron? Simple: nos invitan a explorar nuestro mundo interior y a descubrir el camino hacia la superación personal.

Las tres obras nos recuerdan que la vida es un viaje de aprendizaje constante, y que la clave para alcanzar la felicidad reside en la búsqueda interior de la verdad y la libertad, la conexión con nuestra esencia. Ya sea a través de la espiritualidad, el intelecto o las experiencias sensoriales, todos tenemos la capacidad de "volar" hacia nuestros sueños y alcanzar la trascendencia.

marzo 07, 2025

La verdad y la libertad como brújulas

Me preguntaron: ¿por qué escribes? La respuesta es simple: es una necesidad. Escribir, antes que nada, me permite ordenar la cabeza. Y aunque todo periodista o escritor lo hace para llegar o inspirar a alguien, en mi caso, también es para encontrar la inspiración. Enfrentar el “papel” a diario es un gran desafío, incluso para hacerlo en unas cuantas líneas como en este post. He leído mucho sobre porqué leer y para qué escribir, en especial sobre los procesos metales de la creatividad. El libro que me pareció más acertado sobre cómo despertar la creatividad es el best-seller “The Artist’s Way” de Julia Cameron, al que leí y releí hasta el cansancio. Lo recomiendo. Es una fuente de inspiración creativa o, en el mejor de los casos, es un manual de cómo despertar la creatividad. Cameron recomienda escribir todos los días, no importa qué. El solo hecho de escribir despierta la creatividad. ¡Es la fórmula!

En mis más de cuatro décadas como periodista y defensor de la libertad de prensa, escribí toneladas de palabras. Y siempre tuve a la verdad y la libertad como brújulas. Analicé la realidad y comprendí al mundo, con todos sus matices, a través de esos dos valores y, también, con sus contravalores: la mentira y la opresión.

Después de décadas de experimentar esas virtudes y desvalores, como lo hice en 1993 al publicar “La dolorosa libertad de prensa: en busca de la ética perdida”, creí necesario enfrentar los mismos temas, los mismos miedos, pero en una novela de ficción. Así nació “Robots con alma: atrapados entre la verdad y la libertad”, una “investigación” mental de por qué y cómo estos valores y desvalores mueven todo en el universo.

febrero 28, 2025

Mi nueva novela: ROBOTS con ALMA

A partir de este espacio (por ahora en construcción) estaré publicando temas inherentes a mi faceta de escritor. Les presentaré mi nueva novela "ROBOTS con ALMA", los procesos creativos, los personajes, la trama.

Quiero que esta entrada sea un parteaguas, con los archivos anteriores de este blog, llamado antes "Prensa y Expresión", en el que compartí muchas entradas, en particular, diez años de labor ininterrumpida como columnista de más de 40 medios de comunicación de las Américas. 

enero 22, 2013

Vida, libertad y felicidad


El discurso inaugural del segundo período presidencial de Barack Obama fue para volver a creer. Basado en los valores tradicionales que se desprenden de la Declaración de Independencia – vida, Libertad y búsqueda de la felicidad – fue un mensaje de optimismo y esperanza, para tratar de limitar el escepticismo y el pesimismo que marcaron su primer período tras una crisis económica y recesión que siguen empobreciendo los sueños de muchos.

En momentos en que el país cada acción se debate con profundidad y está polarizado ante los grandes temas – déficit presupuestario, deuda o derechos a poseer armas, al aborto, a los matrimonios gay, legalización de las drogas o a la participación en conflictos externos – Obama dio a entender que la tolerancia y respeto por la pluralidad y diversidad de las ideas, la libertad de expresión, es tanto un derecho como un deber de la sociedad: “No significa que todos definamos la libertad de la misma manera, ni que sigamos exactamente el mismo camino hacia la felicidad. El progreso no nos obliga a resolver debates de siglos de duración sobre el papel del gobierno para la eternidad, sino que nos exige que actuemos en nuestro tiempo”.
 Obama se alejó de las falsas expectativas patrioteras que suelen abundar en los discursos presidenciales, para enfrascarse en las responsabilidades internas y externas del gobierno y sus ciudadanos. Llamó a la paz, a terminar con una década de guerras, a más y mejores trabajos y oportunidades y a continuar con los sueños incumplidos de Abraham Lincoln y de Martin Luther King para que toda persona sea igual y tenga las mismas posibilidades, pese al color de su piel u orientación sexual.

Rescato algunas de las frases más acertadas de su discurso de 15 minutos frente al Capitolio:

“A lo largo de todo esto, jamás hemos abandonado nuestro escepticismo de autoridad central, ni hemos sucumbido a la ficción de que los males de la sociedad pueden curarse solo a través del gobierno. Nuestra celebración de iniciativa y empresa, nuestra insistencia en el trabajo duro y la responsabilidad personal, esos son factores inamovibles de nuestro carácter”.
“Está llegando a su fin una década de guerra. Ha comenzado una recuperación económica. Las posibilidades de los Estados Unidos no tienen límite, pues poseemos todas las cualidades que requiere este mundo sin límites: juventud e impulso; diversidad y transparencia; una capacidad inagotable para el riesgo, y una facilidad para la reinvención”.
“Entendemos que nuestro país no puede tener éxito cuando cada vez menos gente tiene mucho éxito y cada vez más gente apenas puede cubrir sus gastos. Creemos que la prosperidad de los Estados Unidos tiene que ser una responsabilidad que esté sobre los amplios hombros de una clase media creciente”.
“Nosotros, el pueblo de los Estados Unidos, aún creemos que la seguridad y la paz duraderas no requieren estar en guerra perpetua”.
“Seguiremos defendiendo a nuestro pueblo y sosteniendo nuestros valores con la fuerza de las armas y el estado de derecho”.
“Estados Unidos seguirá siendo el áncora de alianzas sólidas en cada rincón del globo. Y renovaremos aquellas instituciones que amplíen nuestra capacidad para gestionar las crisis en el extranjero, pues nadie tiene más en juego en un mundo pacífico que su nación más poderosa. Apoyaremos las democracias en todas partes, desde Asia hasta África, desde las Américas hasta el Medio Oriente, pues así nos inspiran nuestros intereses y nuestra consciencia para obrar a favor de aquellos que anhelan ser libres”.
“Nuestro recorrido no estará completo hasta que nuestras esposas, nuestras madres y nuestras hijas puedan ganarse la vida como corresponde a sus esfuerzos. Nuestro recorrido no estará completo hasta que a nuestros hermanos y hermanas gay se les trate igual que a todos los demás según la ley, porque, si nos han creado iguales de verdad, entonces el amor que profesamos debe ser también igual para todos”.
“Nuestro recorrido no estará completo hasta que encontremos una manera mejor de recibir a los inmigrantes esforzados y esperanzados que todavía ven a los Estados Unidos como el país de las oportunidades; hasta que los jóvenes estudiantes e ingenieros brillantes entren a formar parte de nuestra fuerza laboral en lugar de que se les expulse de nuestro país”.
“Ése es el deber de nuestra generación: hacer que estas palabras, estos derechos, estos valores, de vida, libertad y búsqueda de la felicidad, sean reales para cada uno de los estadounidenses. El hecho de ser fieles a nuestros documentos sobre los que se fundó Estados Unidos no nos exige que estemos de acuerdo con cada aspecto de la vida. No significa que todos definamos la libertad de la misma manera, ni que sigamos exactamente el mismo camino hacia la felicidad. El progreso no nos obliga a resolver debates de siglos de duración sobre el papel del gobierno para la eternidad, sino que nos exige que actuemos en nuestro tiempo”.

agosto 22, 2009

Juanes y su concierto (¿por la paz?) en Cuba

El mensaje de la música es poderoso, más si es de protesta. Según su letra, el contexto en el que se difunde y la intención de quien la emite, puede ayudar a modificar la percepción o crear conciencia sobre un tema y generar cambios sociales.

Así como el concierto de Woodstock de hace 40 años buscó contagiar una cultura de paz y amor, nadie duda que el cantante colombiano Juanes tenga esos propósitos al ofrecer conciertos para estimular la armonía entre los países. Sin embargo, peca de ingenuo al mostrarse sorprendido sobre la polémica que levantó por organizar para setiembre, un recital por la paz en la Plaza de la Revolución de La Habana.

Aunque sea muy válido “fomentar la unión entre los pueblos” como es su argumento y lo fue para el concierto anterior que convocó en la frontera colombo venezolana para disipar tensiones, rechazar la violencia, el secuestro y las minas antipersonales, esta vez, los valores en juego son diferentes.

Su pregunta en Twitter sobre “¿por qué le molesta al mundo cuando se habla de paz?”, dirigida a apaciguar las críticas de miles de cubanos exiliados que escaparon de la opresión o fueron expulsados de su patria, aparenta ser inocente. Es que el valor principal en disputa en Cuba no es la paz, un principio relativo con alto grado de conciencia social que no genera división de opinión en el país; sino la libertad en todas sus acepciones – de reunión, asociación, traslado, expresión y de prensa - un valor absoluto, avasallado grotescamente desde hace 50 años.

La polémica en torno a su decisión, no es porque promueva la paz, ni por su “A Dios le pido” ni por su pegajosa “camisa negra”, sino por la posibilidad de que omita hablar de la libertad en el seno mismo de la opresión. La experiencia indica que el gobierno dictatorial cubano siempre utiliza la censura previa como a su arma predilecta, habiendo certeza de que se le habría condicionado la plaza a Juanes, a cambio de no criticar al régimen durante su visita, no hablar de libertad de expresión ni pedir la liberación de los centenares de presos políticos.

Lo criticable es que siendo lo suyo un acto político por contar con el apoyo de Raúl Castro y el beneplácito de Hillary Clinton, insista en la comodidad de promover la paz, cuando debería usar el escenario para exigir la molestosa libertad. Ni más ni menos, lo que se solicitó sin éxito a una decena de presidentes latinoamericanos que llegó a la isla este año para adular al régimen y fotografiarse con Fidel, con la condición de guardar silencio sobre las violaciones a los derechos humanos.

Juanes, así como otros cantantes que lo acompañarán, como Olga Tañón, tratan de despolitizar sus intenciones. Sin embargo, no pueden esconder la actitud política detrás del acto, ya que fueron autorizados por un régimen que censura a sus colegas, así sean extranjeros, exiliados como Willy Chirino o viviendo en la isla como la banda Porno para Ricardo; al tiempo que discrimina a sus ciudadanos permitiéndoles pisar la plaza sólo a aquellos que acatan y promueven la revolución como Silvio Rodríguez y los Van Van.

Pero más allá de la polémica, los principios de libertad de expresión enseñan que no es bueno juzgar, boicotear, condenar o censurar a Juanes en forma previa, antes de que viaje, ya que existe la posibilidad de que su música, entusiasmo y causa noble pueda permitir al régimen otorgar concesiones que jamás admitiría ante gobiernos extranjeros.

Es preferible, en todo caso, demostrar esa ofuscación y hacer a Juanes responsable en forma posterior, después de que se sepa si su propósito sirvió o no para abrir espacios de libertad, si avaló al régimen o si corrió igual suerte que decenas de otros cantantes extranjeros que se marcharon con el mismo sentimiento de haber sido utilizados. Pero debe tener la posibilidad de intentarlo.
Es cierto, como dice Juanes, que “la música, el arte, deben estar por encima de toda ideología o condición”; pero también es verdad que lo que causa aquí mucha indignación, es que un gobierno manipule las expresiones artísticas transformándolas en pura propaganda.

enero 23, 2009

Yo no debo ser muy argentino

Después de ser recibida por Fidel Castro, la presidenta argentina Cristina de Kirchner dijo que sintió una “gran emoción” y estar muy honrada por el gesto, al que calificó como “una distinción para todos los argentinos”.

Es una lástima que nos haya atribuido a todos los argentinos esa distinción. Si bien respeto lo que cada argentino piense o sienta o diga, somos muchos también los que sentiríamos vergüenza por el solo hecho de estar frente a un dictador, experto en violar los derechos humanos de su pueblo.

Hubiera preferido que la presidenta argentina, sin necesidad de ser desconsiderada en expresarle su admiración y emoción, también hubiera pedido la libertad – o al menos mencionado - de Hilda Molina, de los presos políticos, de los periodistas independientes.

Calentando motores

  Un nuevo comienzo. Hoy celebro que recomencé mi diario. ¿Qué significa? Que ya estoy calentando motores para la continuación de “Robots co...