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noviembre 03, 2012

En Memoria de Verónica Guerin


La periodista irlandesa Verónica Guerin fue asesinada el 26 de junio de 1996 por narcotraficantes que hicieron lo imposible para que ella no reporte ni investigue sobre sus sucios negocios.

Una amiga en Harvard University, June Erlick, profesora de un curso sobre la relación del periodismo en el cine y editora de la prestigiosa publicación ReVista del Centro David Rockefeller para Asuntos Latinoamericanos, me invitó a una de sus premieres para presentar esta película sobre la vida de Verónica Guerin, un “true story”, interpretada por la extraordinaria Kate Blanchet.

Se trata de una película que ningún periodista o estudiante de comunicación debería perderse. Enseña mucho sobre la conducta de los periodistas, su forma de trabajar y sus miedos, frustraciones y conflictos éticos.

La presentación sirvió para honrar la memoria de muchas periodistas que en el mundo y principalmente en América Latina fueron asesinadas por tratar de descubrir la verdad. Una de ellas, la guatemalteca Irma Flaquer, caso que June investigó y que en las próximos meses la llevará a presentar su libro sobre el caso en Guatemala y Colombia.

Estas son algunas de las cosas que plantee antes y después de la proyección de la película:
Desde una perspectiva periodística, esta película nos enfrenta a nuestra misión de cómo descubrimos lo oculto, buscamos la verdad y el costo que ello conlleva. Siempre dije que hacer periodismo no es sobre cómo cubrimos hechos y eventos, sino el arte de descubrir e iluminar los hechos más complejos y ocultos.

En la vida de Verónica podremos observar la línea delgada que separa la pasión de la obsesión, siendo que la primera nos hace tomar caminos inteligentes; mientras que la obsesión, hacer cosas tontas.

La vida y la muerte de Verónica fueron trascendentes. Aunque sus medios para alcanzar su fin no siempre estuvieron sincronizados con principios éticos y profesionales, al final llegó a hacer una diferencia como ella pretendía durante su carrera, especialmente en los dos últimos años de su vida cuando decidió investigar al narcotráfico de su país.

Varios mafiosos terminaron pagando en la cárcel por su crimen y viendo como sus negocios se desbarataban. Hubo reformas constitucionales y legales con las que se agravaron estos delitos, lo que en los primeros años después del asesinato de Verónica ayudó para que la tasa de criminalidad se redujera considerablemente.

Para lograr sus fines, Verónica muchas veces sobrepasó criterios éticos del periodismo a tal punto de ser más activista por una causa que periodista, se involucró con fuentes de la criminalidad, pagó para obtener información,  terminó usando rumores como información fidedigna y quiso obtener justica por sus propias manos.

Me quedaron en el tintero varias preguntas que se las hice a la audiencia para generar un debate, entre ellas: ¿Su periódico hizo lo suficiente para defenderla? ¿Su conducta puso en riesgo la vida de otros periodistas y la de sus familiares? ¿Debió ella autocensurarse? ¿Pudo ella descubrir lo mismo y alcanzar sus fines sin exponerse a tantos riesgos? ¿Vale pagar un precio tan alto por descubrir la verdad?

En el auditorio no tuvimos la sapiencia para contestar todas las preguntas. La vida y muerte de Verónica tan bien interpretadas en la película, lo dejan a uno aturdido, confundido, repensando en el papel del periodismo en la sociedad, en el papel que cada uno de nosotros como periodista ha jugado hasta ahora. Verónica hace pensar y pensarse a uno mismo.

Sin dudas es una película que deberían ver todos los periodistas y aspirantes a periodista. 

febrero 11, 2009

Etica/ley para combatir pornografía infantil

El internet ha mejorado la vida de todos pero también trajo aparejado otros “pecados” o al menos los ha re potenciado, como es el caso de la pornografía infantil, uno de los mayores dolores de cabeza del mundo virtual. El internet ha potenciado este delito a pasos agigantados creando una globalización espeluznante.

Hace unos días, la operación policial internacional “Joint Hammer” pudo “desnudar” el problema. La requisición policial se puso en marcha tres años atrás cuando se divulgó un video de pornografía infantil desde Australia, producido por un italiano cibernauta que utilizó a un depravado belga para abusar delante de la cámara a una niña holandesa.

Desde el sitio web del italiano, la policía detectó 50.000 cuentas de correos electrónicos alrededor del mundo – 11.000 estadounidenses – a los que se enviaban imágenes pornográficas.

En total, “Joint Hammer”, según el FBI, desmanteló ayer siete redes de pornografía infantil, detuvo a 170 depravados – 60 en Estados Unidos - rescatándose a 14 niñas en varios países, algunas de tres años de edad, víctimas de abusos sexuales.

Más allá de la pornografía generada por los depravados, también las redes sociales han permitido que los jóvenes actúen con total desinhibición, muchas veces convirtiendo en delito pornográfico lo que empieza como un juego sexuado subido de tono. Hace unos días, la policía estadounidense desbarató a un grupo de niños de 15 años que tomó por costumbre enviarse e intercambiar fotos propias y de amigos en paños menores o desnudos, causando acoso en muchos desprevenidos.

Mientras esto sucedía, en Europa, en coincidencia con el Día para una Internet Más Segura, 17 empresas cibernéticas, ente ellas Facebook, YouTube, Google y MySpace, firmaron un acuerdo que capacitará a los adolescentes a cuidarse del acoso sexual. Otras compañías son Arto, Bebo, Dailymotion, Giovani.it, Hyves, Microsoft Europe, Myspace, Nasza-klaza.pl, Netlog, One.lt, Skyrock, StudiVZ, Sulake/Habbo Hotel, Yahoo!Europe, y Zap.lu.

Las empresas buscarán poner en práctica las siguientes medidas:

Un botón de “denuncia de abusos” que permita denunciar con un clic a otros usuarios con conductas inapropiadas; que los perfiles de los usuarios registrados como menores de 18 años sean “privados”, y que no puedan detectarse a través de menores de búsqueda; que las opciones de privacidad estén destacadas y sean accesibles en todo momento y que los menores de 13 años tengan dificultades para registrarse.

Creo que a esta iniciativa, positiva por supuesto, le faltó agregar dos temas para mí importantes: justicia y educación. Creo que las redes sociales y el ciberespacio deben ser parte de la currícula actual de las escuelas para que pueda haber discusión y enseñanza sobre ética y moral, e imponer delitos sexuales agravados contra todos los depredadores y depravados.

octubre 11, 2008

Aspiraciones periodísticas

Marzo de 1994 y octubre de 2008 quedarán en la historia de la Sociedad Interamericana de Prensa como dos meses extraordinarios y exclusivos, meses en los que se han adoptado declaraciones que se convierten en íconos del periodismo y referencias para la labor profesional.

Hace casi 15 años, en el Castillo de Chapultepec en la ciudad de México, participé de una reunión en la que la SIP reunió a líderes mundiales de diferentes disciplinas, convocadas para redactar un documento que sirviera de referencia para denunciar, defender y promover la libertad de prensa. Nació ahí la Declaración de Chapultepec, un documento con 10 principios sobre libertad de expresión y de prensa, que indican la correspondencia entre esas libertades y la democracia.

Este 7 de octubre en Madrid, minutos antes de comenzar con la ceremonia de clausura de la de la reunión de la SIP, su asamblea, en forma unánime, votó a favor de adoptar una Carta de Aspiraciones sobre estándares profesionales. No fue fácil llegar a ella. Por más de cinco años, los socios se enfrascaron (con mucha pasión) en arduos debates sobre la conveniencia de adoptar principios éticos, no porque no sean necesarios, todo lo contrario, sino que las discusiones se centraron en la forma, no en el fondo. Es decir, que naturaleza tendría el documento, tendría un formato de código, sólo de orientaciones, sería breve, largo, o la pregunta ¿es necesario que la SIP adopte normas éticas o eso sería una interferencia a los estándares individuales que cada socio ya tiene?

Finalmente, prevaleció la idea de hablar de aspiraciones, de normas, de principios orientadores sobre la conducta que los profesionales del periodismo y los medios de comunicación deberían tener en cuenta.

Finalmente se adoptó la Carta de Aspiraciones (a continuación) haciendo una mirada introspectiva de la profesión, mientras que la Declaración de Chapultepec fue una observación hacia afuera. La Carta mencionada contiene los 10 principios de Chapultepec, que aquí, por razones de espacio no reproduzco.

Carta de Aspiraciones

Es tarea del periodismo buscar y difundir informaciones, ideas y opiniones en uso de la libertad de expresión. Con ello contribuye a que cada ciudadano ejerza en plenitud esa libertad y su derecho a la información, imprescindible para la toma de decisiones: desde las que atañen al ejercicio de su soberanía ciudadana hasta las que le permitan alcanzar una vida plena acorde con sus deseos y legítimas ambiciones.

Para cumplir con su objetivo a plenitud, la prensa debe contar con todas las garantías para recoger y divulgar las noticias libremente. Un Poder Judicial independiente que asegure el respeto a los derechos inherentes a la persona humana y garantice la vigencia de las instituciones democráticas es esencial a esos efectos. En consecuencia, es propio de la prensa promover los valores de la democracia y defender la libertad de expresión, afirmando el derecho de cada uno a expresarse en libertad sin temor a represalias de ningún tipo, cualquiera sea su origen.

La efectividad de la tarea periodística estará determinada por el nivel de confianza y respaldo de los lectores, que constituyen el máximo tribunal. Ganar esa credibilidad es un compromiso para la prensa y la obliga al mayor nivel de transparencia, independencia y honestidad. Todo ello debe primar al momento de decidir qué informar y la prensa debe ser rigurosa en los estándares de verificación a utilizar. Nunca debe publicar algo que sabe que es inexacto, de la misma manera que no puede caer en la deshonestidad de difundir una información como propia y original, cuando se trata del trabajo ajeno.

La prensa debe reconocer en tiempo y forma sus errores en la descripción de hechos y debe estar dispuesta a publicar información y análisis críticos acerca del periodismo. Las opiniones que expresen discrepancias con los puntos de vista de un periodista o de una empresa editorial y también los hechos que pueden dañar sus propios intereses deben difundirse, siempre que se ajusten a los mismos criterios aplicados a otras noticias: interés público y exactitud.

Los editores deben brindar a las personas e instituciones implicadas en las noticias la oportunidad de manifestar su versión de los hechos, en aras de acercarse lo más posible a la verdad y garantizar la pluralidad y diversidad. Un mismo acontecimiento puede considerarse o interpretarse de diversas maneras. La prensa sirve al público más y mejor al presentar una rica variedad de puntos de vista y recurrir siempre al mayor número de fuentes informativas, incluso hasta aquellas que se pretenda ignorar u ocultar.

Es indispensable, para que el público tome conciencia de ello, diferenciar claramente lo que es publicidad, lo que es información y lo que es opinión. La prensa y los periodistas deben evitar conflictos de interés ya sean políticos, financieros o de otra naturaleza. Deben cuidar incluso los casos en que el conflicto sea tan solo aparente y, cuando el conflicto exista y sea inevitable, deben hacerlo público e impedir que afecte los criterios periodísticos.

Consultar el mayor número de fuentes e identificarlas en las informaciones contribuye a la transparencia y enriquece la credibilidad de la prensa. Excepcionalmente, hay noticias que requieren el anonimato de las fuentes, aunque este instrumento jamás debe manejarse con ligereza. Habrá de recurrirse al anonimato para proteger las fuentes de represalias o evitar limitaciones a la información, cuando ésta no pueda obtenerse de otra forma.

La prensa, dada la tarea que desempeña, no puede renunciar a la difusión de asuntos que hacen al interés público y al bien común, pero debe cuidarse de no lesionar innecesariamente a personas e instituciones, asegurando siempre el supremo derecho de los ciudadanos a recibir información.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...