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abril 19, 2013

Encerrados en Boston


Desde las cinco de la mañana de hoy los e-mails advertían que las clases de este viernes en Harvard University están canceladas, mientras la policía sigue buscando a uno de los hermanos de origen checheno, identificados como los autores del atentado de la maratón de Boston el lunes pasado.

Anoche casi a las 11, en un tiroteo en el campus del Massachusetts Institute of Technology, fue abatido uno de los hermanos, mientras el otro todavía permanece en fuga, por cuya captura esta mañana las autoridades del área metropolitana de Boston anunciaron el cierre del transporte público, la suspensión de servicio de taxis y de autos de alquiler. Se pidió a la gente quedarse en sus casas, evitar salir o ir al trabajo o a lugares públicos mientras continúa la pesquisa.

Harvard University – así como todas las universidades y escuelas primarias y secundarias del área - fue cerrada por segunda vez este año (la anterior debido a la tormenta de nieve), siendo una de las pocas veces en sus cuatro siglos de existencia.

Por ahora, todos seguimos las noticias por redes sociales, la televisión y sitios de medios a la espera de la captura del sospechoso y de que se reanuden las actividades y clases. Afuera, mirando por la ventana del departamento, en las aceras del Río Charles donde todas las mañanas se llena de corredores, no vuela una mosca.     

noviembre 03, 2012

En Memoria de Verónica Guerin


La periodista irlandesa Verónica Guerin fue asesinada el 26 de junio de 1996 por narcotraficantes que hicieron lo imposible para que ella no reporte ni investigue sobre sus sucios negocios.

Una amiga en Harvard University, June Erlick, profesora de un curso sobre la relación del periodismo en el cine y editora de la prestigiosa publicación ReVista del Centro David Rockefeller para Asuntos Latinoamericanos, me invitó a una de sus premieres para presentar esta película sobre la vida de Verónica Guerin, un “true story”, interpretada por la extraordinaria Kate Blanchet.

Se trata de una película que ningún periodista o estudiante de comunicación debería perderse. Enseña mucho sobre la conducta de los periodistas, su forma de trabajar y sus miedos, frustraciones y conflictos éticos.

La presentación sirvió para honrar la memoria de muchas periodistas que en el mundo y principalmente en América Latina fueron asesinadas por tratar de descubrir la verdad. Una de ellas, la guatemalteca Irma Flaquer, caso que June investigó y que en las próximos meses la llevará a presentar su libro sobre el caso en Guatemala y Colombia.

Estas son algunas de las cosas que plantee antes y después de la proyección de la película:
Desde una perspectiva periodística, esta película nos enfrenta a nuestra misión de cómo descubrimos lo oculto, buscamos la verdad y el costo que ello conlleva. Siempre dije que hacer periodismo no es sobre cómo cubrimos hechos y eventos, sino el arte de descubrir e iluminar los hechos más complejos y ocultos.

En la vida de Verónica podremos observar la línea delgada que separa la pasión de la obsesión, siendo que la primera nos hace tomar caminos inteligentes; mientras que la obsesión, hacer cosas tontas.

La vida y la muerte de Verónica fueron trascendentes. Aunque sus medios para alcanzar su fin no siempre estuvieron sincronizados con principios éticos y profesionales, al final llegó a hacer una diferencia como ella pretendía durante su carrera, especialmente en los dos últimos años de su vida cuando decidió investigar al narcotráfico de su país.

Varios mafiosos terminaron pagando en la cárcel por su crimen y viendo como sus negocios se desbarataban. Hubo reformas constitucionales y legales con las que se agravaron estos delitos, lo que en los primeros años después del asesinato de Verónica ayudó para que la tasa de criminalidad se redujera considerablemente.

Para lograr sus fines, Verónica muchas veces sobrepasó criterios éticos del periodismo a tal punto de ser más activista por una causa que periodista, se involucró con fuentes de la criminalidad, pagó para obtener información,  terminó usando rumores como información fidedigna y quiso obtener justica por sus propias manos.

Me quedaron en el tintero varias preguntas que se las hice a la audiencia para generar un debate, entre ellas: ¿Su periódico hizo lo suficiente para defenderla? ¿Su conducta puso en riesgo la vida de otros periodistas y la de sus familiares? ¿Debió ella autocensurarse? ¿Pudo ella descubrir lo mismo y alcanzar sus fines sin exponerse a tantos riesgos? ¿Vale pagar un precio tan alto por descubrir la verdad?

En el auditorio no tuvimos la sapiencia para contestar todas las preguntas. La vida y muerte de Verónica tan bien interpretadas en la película, lo dejan a uno aturdido, confundido, repensando en el papel del periodismo en la sociedad, en el papel que cada uno de nosotros como periodista ha jugado hasta ahora. Verónica hace pensar y pensarse a uno mismo.

Sin dudas es una película que deberían ver todos los periodistas y aspirantes a periodista. 

septiembre 25, 2012

Harvard y Cristina en la picota

La expectativa por la llegada de Cristina de Kirchner a Harvard ya no es tan genuina como en los primeros días que se hizo el anuncio la semana pasada en la página del Instituto de Política de la Facultad John F. Kennedy. 

Los comentarios de entonces, la mayoría que despotricaban contra la Universidad por invitar a la Presidenta de Argentina, cayeron ya en la polarización acostumbrada de los comentarios que se postean en los diarios argentinos, con un vendaval de gente defendiendo al gobierno y con la misma cantidad desaprobándolo.

A los primeros comentarios en inglés le siguieron ahora otros estilo diálogo (y en su mayoría en español a diferencia del principio) entre algunos individuos que dicen ser de allá y otros de acá, que más que referirse a Cristina de Kirchner o a su gobierno, solo se dedican a neutralizarse a sí mismos mediante insultos y acusaciones de cualquier  tipo, entre los que abundan aquellas sospechas acostumbradas sobre “quién te paga a vos para escribir”.


Cristina hablará hoy en Naciones Unidas y seguramente la economía, la independencia de los poderes económicos mundiales y la soberanía nacional basada en la recuperación de las Islas Malvinas, serán temas centrales de su discurso. Luego pasará en Washington por la Universidad de Georgetown y el jueves por la noche, a partir de las 8:00 pm disertará en el mismo luegar que este año lo hizo su colega Dilma Rousseff.

Se desconoce cuáles serán los temas que Cristina abordará aquí y si su discurso estará centrado en la cuestión educativa del país o si tendrá algún plan para lanzar un joint venture con Harvard, al estilo del que lanzó Rousseff en su visita de abril pasado, para motivar las ciencias y la innovación en Brasil.

Por ahora la expectativa es buena, pese a que los comentarios volcados en la página de internet de Harvard muestren a un gobierno y a un país totalmente polarizado y dividido.

La pregunta es si la Presidente utilizará el podio para hacer más propaganda al estilo cadena nacional o se enfocará en dar datos precisos, como los que los organismos internacionales están exigiendo respecto a la fidelidad de las estadísticas sobre diferentes niveles de la economía. Habrá que esperar hasta el jueves por la noche.

noviembre 20, 2011

Siempre hubo ataques a la prensa


(Parte 1) Comparto con ustedes en estos cuatro posts a continuación, mi presentación en la Universidad de Harvard sobre Libertad de Prensa en América Latina, la que fue organizada por el Carr Center for Human Rights Policy de la Harvard Kennedy School, Nieman Foundation for Journalism at Harvard y David Rockfeller Center for Latin American Studies.

Siempre hubo y habrá abusos a la libertad de prensa y de expresión, no importa la ideología de los gobiernos. Sin embargo, la medida del autoritarismo sólo la revela la cantidad y frecuencia con que se cometen esos atropellos.

Hoy, sin dudas, los gobiernos de Hugo Chávez, Rafael Correa y Daniel Ortega, son los que con mayor frecuencia y decisión atacan a la prensa y la democracia.

Modifican las constituciones a su gusto. Someten al Poder Judicial y al Poder Electoral, como ocurrió en Nicaragua la semana pasada. Cierran medios como el caso de RCTV, cinco canales de cable y más de 30 radios en Venezuela. Persiguen a periodistas como Emilio Palacio y los hermanos Pérez en Ecuador. Abusan de la propaganda con cadenas nacionales, actos populares y se niegan a ofrecer conferencias de prensa. Desobedecen fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Expulsan activistas de los derechos humanos y libertad de prensa.

También ocurrían esos abusos en los gobiernos de Carlos Menem, Alberto Fujimori y Carlos Salinas de Gortari.

Ni que hablar de espionaje a periodistas. Hubo casos serios en los gobiernos de Alvaro Uribe, Alan García y de Néstor Kirchner. También han organizado campañas de desprestigio contra la prensa, como en los gobiernos de Evo Morales, Ricardo Martinelli y Alvaro Colom.

Pero ahora esos ataques son más preocupantes. Se trata de acciones más concertadas, con todos los recursos del estado.

Fabrican leyes para atacar

(Parte 2)


Estos gobiernos no son tontos, sus ataques se fabrican dentro de las leyes. Comenzaron por incluir la responsabilidad de los medios en las constituciones. Así nació en Venezuela la cláusula constitucional de la “información veraz”, que luego se expandió a varios países. Por eso preocupa mucho que el flamante presidente peruano, Ollanta Humala, durante la asamblea de la SIP en Lima hace un par de semanas, haya comparado a periodistas con militares y sacerdotes, diciendo que tienen la obligación de decir la verdad.

Lo peligroso es que por verdad, los gobiernos solo creen en la verdad oficial. Es en nombre de esa verdad oficial que emprenden cruzadas para democratizar a los medios y crean leyes de prensa que les sirven para tapar la corrupción.

Así nació el proyecto de Ley de Comunicación que esta semana discute el Congreso de Ecuador. Surgió de la necesidad de Correa, luego del escándalo por los contratos de su hermano Fabricio con el Estado.

La mayoría de las leyes de prensa surgieron de represalias del poder público contra el poder de los medios. Néstor Kirchner justificó así la Ley de Medios en Argentina. Antes, Chávez sancionó la Ley de Responsabilidad Social. Primero dijo que se trataba de una ley para proteger a los menores frente a la televisión, pero luego le sirvió para cerrar a RCTV, apretar a Globovisión. En diciembre modificó la ley para crear delitos sobre la crítica contra el gobierno en internet y las redes sociales.

La ley de Ecuador es peor. No solo legisla a la prensa escrita y los medios electrónicos; también crea un órgano de control de los contenidos, bajo la dirección de mayoría miembros del Poder Ejecutivo. Igual que en otros países, permite crear medios comunitarios en igualdad de condiciones que los privados y los públicos.

En teoría esta democratización de la comunicación suena muy bien, pero en la práctica es muy mala. Primero porque los Estados no usan a sus medios como públicos, sino como órganos de propaganda y segundo, porque a los medios comunitarios también los pueden manipular los gobiernos.

En este sentido, preocupa la propuesta del Partido de los Trabajadores en Brasil para hacer una ley de prensa con los mismos ingredientes. También en Uruguay, el presidente José Mujica amenazó con promulgar una ley de prensa si los medios no dejan de publicar noticias sobre violencia.

Pero no solo las leyes de medios limitan a la prensa. Evo Morales ha sancionado muchas, como la Electoral y anti Racismo, en las que incluye prohibiciones para los medios. Además en varios países existen leyes de desacato y los gobiernos, como el de Correa, se niegan a eliminarlas. Sin ellas, se les haría más difícil perseguir judicialmente a los periodistas.

Así lo demuestran más de una decena de juicios en Ecuador contra diarios como El Universo o contra periodistas como Juan Carlos Calderón y Christina Zurita, autores del libro “El Gran Hermano”, en referencia al escándalo del hermano mayor del Presidente.

Está demostrado que en estas revoluciones populistas la crítica a la autoridad y el disenso son delitos de opinión. Se castigan con cárcel, multas millonarias o exilio forzado, como el de Emilio Palacio en Ecuador o de Guillermo Zuloaga en Venezuela.

Este sistema persecutorio no estaría completo sin las campañas de desprestigio. Por ejemplo, Correa dedicó siete cadenas nacionales de radio y televisión en contra de los autores del libro “El Gran Hermano”. Y la semana pasada, otras tantas, en contra de periodistas y activistas que fueron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para denunciar los abusos contra la libertad de prensa.

El objetivo es confrontar a los periodistas públicamente o en los tribunales y así generar autocensura. Correa lo está logrando. Según Fundamedios, un 70% de los periodistas practican la autocensura.

Nunca antes se había visto un avance tan grande por el control de los medios de parte de los gobiernos. Correa creó un emporio 19 medios de comunicación oficiales. En Nicaragua el gobierno o la familia de Ortega posee más de una docena de radios y televisoras. Lo mismo sucede en Venezuela, así sea con grandes cadenas para competir contra CNN o pequeños periódicos; mientras en Argentina, los testaferros del gobierno han comprado decenas de radios y televisoras.

Estas nuevas cadenas de medios oficialistas permiten campañas de desprestigio contra periodistas. “La Hojilla” en Venezuela y “6, 7 y 8” en Argentina, son solo ejemplos. También se usa un “ejército” de cibermilitantes que atacan a opositores y a periodistas, en redes sociales, en blogs, y páginas de internet de medios tradicionales. Se les inunda de insultos.

La presión no es solo política, sino también económica. Es práctica extendida el uso de publicidad estatal para castigar a los medios críticos. Y en ningún país todavía se ha sancionado una ley para regular este tema, pese a que la Corte Suprema de Justicia en Argentina lo obliga al gobierno con ese fin. También en países como Nicaragua y Venezuela se bloquea la importación de productos para el funcionamiento de los medios.

Todo lo anterior se puede resumir así: El control de contenidos, el bloqueo de informes sobre corrupción y la promoción de la autocensura, son la norma en muchos gobiernos de la región.

Como si esto fuera poco, a todo este embate del gobierno - cuya responsabilidad constitucional debe ser proteger la libertad de prensa – debemos sumarle un factor en crecimiento: el narcotráfico y el crimen organizado.

Vivimos un clima de inseguridad pública sin precedentes. Es la mayor preocupación de la gente en todos los países.

Ese clima ha propiciado altos niveles de violencia contra el periodismo y, de nuevo, más autocensura ante la impunidad y la inacción de los gobiernos para proteger a los periodistas.

La violencia ya no está focalizada solo en México y en la zona de frontera con Estados Unidos. Así como el narcotráfico, se ha expandido a otros países. Este año han sido asesinados cinco periodistas en México, pero también cinco en Honduras, cinco en Brasil, tres en Perú, como en El Salvador, Guatemala, Colombia y República Dominicana.

La violencia y la autocensura no solo afectan a los medios tradicionales. En México, cuatro personas fueron asesinadas en los últimos dos meses en represalia por denunciar las actividades de los narcotraficantes en blogs como “Nuevo Laredo en la Mira” y en Twitter y Facebook.

Avances y tendencias saludables


(Parte 3)

Dentro de este clima sombrío, es bueno destacar avances y tendencias saludables.

Existen muchos gobiernos comprometidos con la libertad de expresión, entre ellos los de Laura Chinchilla, Dilma Rousseff y Fernando Lugo.

Algunos por ser periodistas y entender mejor el tema de libertad de prensa, han tomado medidas importantes. Mauricio Funes de El Salvador, acaba de despenalizar los delitos de difamación. Juan Manuel Santos en Colombia, prometió cuadriplicar la conexión de banda ancha en los próximos dos años.

En Brasil hay una extensa campaña en contra de la corrupción, motivada por ciudadanos a través de las redes sociales. Esta movilización por internet, apoyada por las investigaciones de los medios tradicionales, es la que ha obligado a Rousseff a sacar a cinco ministros y sancionar la Ley de Acceso a la Información Pública y Transparencia.

Hace unos días, por fin, el Congreso de México, mediante iniciativa de Felipe Calderón aprobó una reforma constitucional para que los crímenes contra periodistas puedan tratarse nivel federal. Este era un pedido que desde la SIP veníamos haciendo desde 1997.

También otros cambios mayúsculos nos deben llenar de optimismo. Si en más de 50 años la prensa tradicional no pudo desenmascarar por completo al régimen de Cuba por violaciones a la libertad de expresión, ahora los blogueros como Yoani Sánchez, han encontrado las formas de hacerlo a través del internet.

Por otra parte, como nunca antes en las Américas, nacieron y crecieron organizaciones dedicadas a la libertad de prensa y al periodismo investigativo, y al periodismo alternativo.

Desafíos para los periodistas


(Parte 4) A los periodistas, así seamos de medios tradicionales o nuevos, nos quedan varios desafíos:

Según un reciente informe de Freedom House, las democracias de la región están debilitadas y, según Latinobarómetro, la credibilidad de la prensa está disminuyendo. Al mismo tiempo, la popularidad de gobiernos que atacan la libertad de expresión, como el Chávez, Correa, Ortega y Kirchner es muy alta.

Es cierto que como nunca antes tenemos leyes de Acceso a la Información y Transparencia. Pero también es cierto que la corrupción no disminuye, que los periodistas usamos muy poco esas leyes. Peor aún, que no hemos educado a la gente para que las usen.

Exigimos más ética a las demás profesiones. Pero también es cierto que en pocos medios se toman medidas para mejorar las condiciones laborales y profesionales. Tampoco se ha logrado que las universidades y facultades de comunicación hagan aportes a la profesión.

Aún peor, muchos periodistas y medios, asumen confrontaciones políticas con los gobiernos, olvidándose que el periodismo está para hacer periodismo: investigar e iluminar los problemas. 

marzo 14, 2011

¿Universidades o fútbol?

En América Latina estamos muy atrasados en materia educativa, la disciplina por la cual se puede prever el futuro. Con la calidad universitaria actual, el porvenir está comprometido.

En un estudio reciente realizado por la firma Ipos Media a pedido del diario británico The Times, no figura ninguna universidad latinoamericana entre las más destacadas de una lista de 200 que encabeza la estadounidense Universidad de Harvard.
En el informe, con cierto sarcasmo, pero como realidad objetiva, se destaca que la región "no causa la misma sensación que sus equipos de fútbol".
Creería que se refiere a selecciones nacionales de fútbol, porque de equipos de clubes de fútbol en general, la exportación y sangría de jugadores viene debilitando al deporte en forma progresiva, de ahí que los clubes sudamericanos ya no integren la lista de equipos conformada mayormente por italianos, británicos y españoles y que encabeza hoy en día el Barcelona.
Lamentablemente el fútbol no salvará a América Latina del subdesarrollo, sí lo harían universidades mejores, con presupuesto adecuado, con plantillas estables de profesores dedicados a la investigación, con programas de “outreach” o de alcance a la comunidad.
De las 10 mejores universidades encontradas en la encuesta entre 13.388 académicos de 131 países, hay siete estadounidenses y tres inglesas, de un total de 72 norteamericanas, 29 británicas, 14 alemanas, 10 holandesas y seis chinas.
Estas son las 10 mejores universidades del mundo: 1. Harvard; 2. Instituto de Tecnología de California; 3. Massachusetts Institute of Technology (MIT); 4. Stanford; 5. Princeton; 6. Cambridge; 7. Oxford; 8. California, Berkeley; 9. Imperial College; y 10. Yale.
Ojalá en los próximos años en América Latina nos sintamos más orgullosos por tener mejores universidades que clubes de fútbol.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...