La reunión está convocada para mañana en la hermosa Bariloche. Los 12 países integrantes del Unasur, con la presidencia de Ecuador, y a pedido de Venezuela, se enfrascarán en un “juicio sumario” contra Colombia, para tratar de que de marcha atrás a su alianza militar con Estados Unidos y siga así permitiendo a los soldados estadounidenses trabajar en bases colombianas en contra de la guerrilla y el narco terror.
Quien puso el grito en el cielo es Hugo Chávez pidiendo a Rafael Correa una reunión del Unasur sin que hasta el momento se haya sentido ofendido por el Plan Colombia que opera desde hace un lustro con un intercambio y colaboración extrema entre militares colombianos y estadounidenses que le han permitido a Colombia luchar contra el terrorismo y el narcotráfico. El Plan Colombia le ha servido a Alvaro Uribe para aniquilar las fuerzas de las FARC y disminuir su fuerza a unos 9.000 subversivos, aumentar la percepción de seguridad de la población nacional, haciendo disminuir los secuestros en un 80 por ciento, los homicidios y recuperando gran parte del territorio nacional que estaba en manos de las narco guerrillas y los narco paramilitares. El gobierno estima que ahora tiene el control del 90 por ciento del territorio, mientras que en el 2003 sólo tenía bajo su control el 70 por ciento.
Esta reunión de Unasur parece, además, una de “divisur”, donde se podrá observar una áspera disputa entre los países andinos, todos peleados entre sí. Bolivia, Perú y Chile están enfrascados en una riña de micrófonos con una diplomacia que se ha escapado de las embajadas para instalarse en los medios de comunicación a través de declaraciones altisonantes por un diferendo limítrofe y la salida al mar, un grave problema que se inició hace dos siglos atrás cuando los países se enfrascaron en una guerra tripartita que a la postre terminó beneficiando a Chile adjudicándose territorios que Bolivia y Perú reclaman más ahora que nunca.
Colombia, Ecuador y Venezuela están enfrascados en una guerra verbal en la que la retórica ha servido para alimentar “vientos de guerra” por parte de Hugo Chávez quien no quiere que nadie intervenga en sus asuntos internos, aunque él haga todo lo contrario. La gran controversia y la verdadera es la que mantienen Colombia y Ecuador después de que en marzo del 2008 los colombianos justificaran la incursión en territorios vecinos en caso de que tengan que perseguir a las FARC. Años atrás Ecuador estaba pelado con Colombia por la fumigación de campos de coca en territorio ecuatoriano y un poquito antes, los colombianos estaban peleados con los peruanos porque Vladimiro Montesinos había “transferido” armas a las FARC, asimismo como los ecuatorianos estuvieron casi al borde de la guerra con los peruanos por un fuerte diferendo limítrofe.
Los únicos que están un poco más apaciguados son argentinos y uruguayos, quienes fueron los que se dieron pelea apenas Brasil instaló el Unasur en el 2008, debido a las diferencias por la planta de celulosa instalada en Uruguay que Argentina reclamaba envenenaba un río limítrofe.
En fin, Colombia tratará mañana de contrarrestar las acusaciones en su contra, justificando que Unasur no puede meterse en asuntos de su soberanía, que la presencia militar estadounidense se justifica y preferirá abrir el debate ante otros acuerdos militares que países como Venezuela mantienen con Rusia e Irán o pedirá explicaciones sobre la carrera armamentista que hay en la región con Brasil, Chile y Venezuela a la cabeza.
Veremos si los resultados serán los mismos que hubo en Santo Domingo después de una escalada retórica del año pasado que terminó con abrazos y apretones de manos para disipar diferencias o si este Unasur está destinado a ser un simple “divisur” y reflejar la realidad de una región. Por lo pronto, muchos hace el ridículo, como Evo Morales tan llamado siempre a tirar ideas novedosas sobre las mesas, como la de hacer un plebiscito entre las poblaciones latinoamericanas para saber si los “pueblos” apoyan o no a Colombia en su alianza con los ejércitos del imperio. Sin palabras.
Quiero contarles sobre los procesos creativos de esta nueva historia sobre la verdad, la libertad y el miedo al futuro. Es mi nueva novela y espero publicarla cuando se sincronicen los planetas (las editoriales) o cuando se me acabe la paciencia y decida autopublicar -- Los contenidos de mi blog Prensa y Expresión están en el archivo. Blog por Ricardo Trotti
agosto 27, 2009
agosto 25, 2009
Duro golpe a la OEA
Los siete cancilleres latinoamericanos se marcharon hoy de Honduras con la cabeza baja, después de dos días de entrevistas y negociaciones con un amplio espectro de hondureños. Su misión era convencer a Roberto Micheletti de que aceptara renunciar y restituir en el poder a Manuel Zelaya, como manda la propuesta del presidente costarricense Oscar Arias.
El duro golpe continuará en estos días para la OEA. Mañana en Washington, en medio de la reunión de embajadores de la OEA, Colombia introducirá una moción para rechazar a Hugo Chávez por su “proyecto expansionista”, ya que el domingo el presidente venezolano instruyó a su ministra de propaganda a que “hay que hacer todo lo posible para que mi mensaje llegue a los colombianos”, algo que Chávez ya había hecho el 16 de agosto cuando publicó un campo pagado en los diarios de referencia colombianos denunciando la connivencia militar entre Estados Unidos y Colombia.
También el viernes, el tema militar que ha levantado “vientos de guerra” según Chávez, será la excusa para la reunión de Bariloche del Unasur que hora conduce su homólogo Rafael Correa, por lo que de haber algún acuerdo o arreglo será nuevamente fuera de la OEA, un organismo que da la apariencia que no está ayudando a solucionar los grandes problemas de una región, cuyos asuntos más importantes, como los conflictos entre chilenos-bolivianos- peruanos o entre nicaragüenses-hondureños o ecuatorianos-colombianos o venezolanos-colombianos o argentinos-uruguayos o venezolanos-contra todos, están lejos de resolverse con el liderazgo de la OEA y de su secretario general.
Micheletti no cedió a la persuasión de los cancilleres y dijo que su gobierno se mantendrá firme a pesar de las nuevas presiones del gobierno de Estados Unidos en la suspensión de las visas generales que afectarán a unos 30 mil hondureños en forma anual. Micheletti dijo que seguirá adelante con el proceso electoral y estará por verse que suspensiones impondrá la comunidad internacional, ya que difícilmente podrá no reconocerse un proceso que estaba pautado desde antes de la salida de Zelaya y que tiene la garantía de la mayoría de los partidos políticos y los órganos rectores dentro del país. El nuevo gobierno se presta a desafiar a la comunidad internacional prometiendo una participación masiva en las elecciones de noviembre para demostrar el apoyo a la democracia.
Estará por verse lo que suceda en estas próximas semanas, las presiones económicas más extremas y cuáles serán las estrategias de Zelaya y Chávez que han estado desaparecidos por un par de días del tema Honduras, lo que parece toda una eternidad.
El duro golpe continuará en estos días para la OEA. Mañana en Washington, en medio de la reunión de embajadores de la OEA, Colombia introducirá una moción para rechazar a Hugo Chávez por su “proyecto expansionista”, ya que el domingo el presidente venezolano instruyó a su ministra de propaganda a que “hay que hacer todo lo posible para que mi mensaje llegue a los colombianos”, algo que Chávez ya había hecho el 16 de agosto cuando publicó un campo pagado en los diarios de referencia colombianos denunciando la connivencia militar entre Estados Unidos y Colombia.
También el viernes, el tema militar que ha levantado “vientos de guerra” según Chávez, será la excusa para la reunión de Bariloche del Unasur que hora conduce su homólogo Rafael Correa, por lo que de haber algún acuerdo o arreglo será nuevamente fuera de la OEA, un organismo que da la apariencia que no está ayudando a solucionar los grandes problemas de una región, cuyos asuntos más importantes, como los conflictos entre chilenos-bolivianos- peruanos o entre nicaragüenses-hondureños o ecuatorianos-colombianos o venezolanos-colombianos o argentinos-uruguayos o venezolanos-contra todos, están lejos de resolverse con el liderazgo de la OEA y de su secretario general.
Micheletti no cedió a la persuasión de los cancilleres y dijo que su gobierno se mantendrá firme a pesar de las nuevas presiones del gobierno de Estados Unidos en la suspensión de las visas generales que afectarán a unos 30 mil hondureños en forma anual. Micheletti dijo que seguirá adelante con el proceso electoral y estará por verse que suspensiones impondrá la comunidad internacional, ya que difícilmente podrá no reconocerse un proceso que estaba pautado desde antes de la salida de Zelaya y que tiene la garantía de la mayoría de los partidos políticos y los órganos rectores dentro del país. El nuevo gobierno se presta a desafiar a la comunidad internacional prometiendo una participación masiva en las elecciones de noviembre para demostrar el apoyo a la democracia.
Estará por verse lo que suceda en estas próximas semanas, las presiones económicas más extremas y cuáles serán las estrategias de Zelaya y Chávez que han estado desaparecidos por un par de días del tema Honduras, lo que parece toda una eternidad.
Uribe y la concentración de poder
Lamentablemente, todo parece indicar que los vientos reeleccionistas que tanto se critican en toda Latinoamérica por permitir a los gobiernos seguir concentrando poder, debilitando a las democracias, será el mismo camino que seguirá Alvaro Uribe en Colombia, para quien se reformaría una vez más la Constitución para que siga siendo presidente por tercera ocasión consecutiva, después de que ganó las elecciones en el 2002 y una reforma en el 2006 que le permitió quedarse en el Palacio de Nariño.
En vísperas de lograr una nueva autorización para un plebiscito que le permita a los colombianos decidir si puede haber una reforma adicional a la Constitución para un tercer mandato consecutivo, Uribe se muestra y se deja idolatrar por los sabuesos que predominan en todo el continente halagando a las mayorías – y gastando plata por doquier – para que le sigan dando su voto de confianza, lo que indudablemente terminará desgastando a la democracia y haciendo del presidencialismo uno de los peores pecados que existen en América Latina.
Seguramente muchos colombianos se inclinarán por darle otra oportunidad a Uribe, un presidente que tiene alta popularidad por su sabiduría en haberle devuelto a Colombia gran parte de la seguridad y estabilidad que gobiernos anteriores no pudieron asegurar tras décadas de drogas y violencia provocadas por las FARC y otras narco guerrillas.
De todas maneras, lo que indican las mayorías no siempre es bueno y muchas veces es perjudicial y la historia lo viene demostrando en muchos procesos. Muchas veces estas mayorías son compradas, como se está demostrando con las denuncias de cientos de políticos colombianos que han sido “ayudados” por el estado con asignaciones y dineros a favor de la reelección, así como se prevé que el gobierno pondrá toda su maquinaria para trabajar a favor de un plebiscito que no le será desfavorable. El problema mayor, es que el plebiscito no solo autorizará una posible reforma constitucional y reelección presidencial, sino que legitimará una excesiva concentración de poder, proceso político que siempre terminó en abusos de poder.
En vísperas de lograr una nueva autorización para un plebiscito que le permita a los colombianos decidir si puede haber una reforma adicional a la Constitución para un tercer mandato consecutivo, Uribe se muestra y se deja idolatrar por los sabuesos que predominan en todo el continente halagando a las mayorías – y gastando plata por doquier – para que le sigan dando su voto de confianza, lo que indudablemente terminará desgastando a la democracia y haciendo del presidencialismo uno de los peores pecados que existen en América Latina.
Seguramente muchos colombianos se inclinarán por darle otra oportunidad a Uribe, un presidente que tiene alta popularidad por su sabiduría en haberle devuelto a Colombia gran parte de la seguridad y estabilidad que gobiernos anteriores no pudieron asegurar tras décadas de drogas y violencia provocadas por las FARC y otras narco guerrillas.
De todas maneras, lo que indican las mayorías no siempre es bueno y muchas veces es perjudicial y la historia lo viene demostrando en muchos procesos. Muchas veces estas mayorías son compradas, como se está demostrando con las denuncias de cientos de políticos colombianos que han sido “ayudados” por el estado con asignaciones y dineros a favor de la reelección, así como se prevé que el gobierno pondrá toda su maquinaria para trabajar a favor de un plebiscito que no le será desfavorable. El problema mayor, es que el plebiscito no solo autorizará una posible reforma constitucional y reelección presidencial, sino que legitimará una excesiva concentración de poder, proceso político que siempre terminó en abusos de poder.
Enfrentar a Chávez pide el Post
El diario estadounidense The Washington Post puso las tildes sobre la íes. Dio en el clavo en su editorial de hoy al desafiar a los gobiernos latinoamericanos a no quejarse tanto de Estados Unidos, especialmente en lo concerniente a un grupo de militares que servirán de auxiliares en siete base colombianas, cuando el verdadero problema de la región se llama Hugo Chávez.
El editorial del Post especifica que la verdadera amenaza de la región es Hugo Chávez quien es justamente un gran amigo del gobierno iraní de Mahmud Ahmadinejad, presidente acusado por la Justicia argentina de haber nombrado como ministro de Defensa a un personaje oscuro, buscado por interpol, por ser el responsable del atentado contra la AMIA en Buenos Aires.
El Post criticó a los gobiernos latinoamericanos diciendo que se reunirán en Bariloche en el marco del Unasur este próximo viernes por la presencia militar estadounidense en Colombia, mientras que la verdadera amenaza para la región es la de Chávez que ha comprado armas a los rusos, practicado ejercicios navales con la armada de ese país, ha vendido armas suecas a las FARC, aunque omitió incluir en la lista de desbarajuste del presidente venezolano, que está entregando uranio enriquecido a los iraníes y apoyando grupos subversivos internacionales dándole cobijo en su territorio o apoyándolos en otras regiones del continente.
Luego de enumerar atropellos a la libertad de prensa y de expresión y violaciones a los derechos humanos y las garantías constitucionales, denuncia a Chávez como un gran embaucador que habla de que “soplan vientos de guerra” para tapar y "distraer la atención de su propia conducta y al mismo tiempo está colocando a la defensiva al gobierno estadounidense".
Por último, este periódico liberal que siempre ha tenido predilección por los gobiernos demócratas, pone mejor los puntos sobre las íes al referirse al presidente Barack Obama a quien le endilga parte de la culpa del comportamiento de Chávez. Dice que el gobierno de Obama se muestra débil y timorato porque no ha sabido denunciar “las graves y genuinas acciones hostiles que Chávez ha tomado contra sus vecinos y contra la oposición democrática en su propio país. Esos son realmente los hechos que deben ser tema de una reunión interamericana. El hecho de que no lo son demuestra cuán lejos está el gobierno estadounidense de tener una eficaz diplomacia hacia Latinoamérica".
El editorial del Post especifica que la verdadera amenaza de la región es Hugo Chávez quien es justamente un gran amigo del gobierno iraní de Mahmud Ahmadinejad, presidente acusado por la Justicia argentina de haber nombrado como ministro de Defensa a un personaje oscuro, buscado por interpol, por ser el responsable del atentado contra la AMIA en Buenos Aires.
El Post criticó a los gobiernos latinoamericanos diciendo que se reunirán en Bariloche en el marco del Unasur este próximo viernes por la presencia militar estadounidense en Colombia, mientras que la verdadera amenaza para la región es la de Chávez que ha comprado armas a los rusos, practicado ejercicios navales con la armada de ese país, ha vendido armas suecas a las FARC, aunque omitió incluir en la lista de desbarajuste del presidente venezolano, que está entregando uranio enriquecido a los iraníes y apoyando grupos subversivos internacionales dándole cobijo en su territorio o apoyándolos en otras regiones del continente.
Luego de enumerar atropellos a la libertad de prensa y de expresión y violaciones a los derechos humanos y las garantías constitucionales, denuncia a Chávez como un gran embaucador que habla de que “soplan vientos de guerra” para tapar y "distraer la atención de su propia conducta y al mismo tiempo está colocando a la defensiva al gobierno estadounidense".
Por último, este periódico liberal que siempre ha tenido predilección por los gobiernos demócratas, pone mejor los puntos sobre las íes al referirse al presidente Barack Obama a quien le endilga parte de la culpa del comportamiento de Chávez. Dice que el gobierno de Obama se muestra débil y timorato porque no ha sabido denunciar “las graves y genuinas acciones hostiles que Chávez ha tomado contra sus vecinos y contra la oposición democrática en su propio país. Esos son realmente los hechos que deben ser tema de una reunión interamericana. El hecho de que no lo son demuestra cuán lejos está el gobierno estadounidense de tener una eficaz diplomacia hacia Latinoamérica".
agosto 23, 2009
Correa y sus ansias por controlar
El presidente Rafael Correa se apareció en la isla de Cuba este fin de semana para visitar a Fidel Castro y seguramente para buscar mayores consejos sobre qué hacer con los ``Comités de Defensa de la Revolución Ciudadana'', que hace unos días prometió crear en Ecuador y que dijo que serían elementos de disuasión para quienes quieran romper la democracia.
“El próximo seré yo”, declaró Correa en alusión al presidente hondureño Manuel Zelaya, y de esa forma justificó la creación de grupos ciudadanos que servirán para controlar a sus vecinos y garantizar un gobierno libre de disensos; tratándose de las estructuras más antidemocráticas que se puedan concebir.
Esta nueva modalidad de Correa - que sacó de la galera porque no lo había siquiera prometido durante su campaña electoral – es una de las formas de asemejarse a Hugo Chávez con sus Círculos Bolivarianos y a Fidel Castro con los Comités de Defensa de la Revolución y la Unidades de Respuesta Rápida, que no son más que grupos oficialistas para controlar y atemorizar.
Correa dijo que estos “comités” servirán como “antídoto” para contrarrestar a las “oligarquías golpistas”, lo que indudablemente les está dando un carácter de choque, como una especie de grupos paraestatales, ya que como sucede en Nicaragua, Venezuela y en Cuba son usados para amedrentar a detractores y opositores al oficialismo.
Seguramente después de un tiempo, estos grupos, una vez conformados, irán exigiendo más poder hasta que terminarán siendo incontrolables. En América Latina hay muchísimos ejemplos y de todo tipo de ideología, desde los “descamisados” utilizados en la época peronista argentina hasta la Patrullas de Autodefensa Civil que el gobierno guatemalteco armó durante la guerra civil y las Autodefensas Unidas de Colombia que se originaron para contrarrestar a los grupos subversivos.
Correa ya no esconde su objetivo de permanecer para siempre en el poder, de ahí sus ansias de controlar todo. Lamentable para la democracia ecuatoriana.
“El próximo seré yo”, declaró Correa en alusión al presidente hondureño Manuel Zelaya, y de esa forma justificó la creación de grupos ciudadanos que servirán para controlar a sus vecinos y garantizar un gobierno libre de disensos; tratándose de las estructuras más antidemocráticas que se puedan concebir.
Esta nueva modalidad de Correa - que sacó de la galera porque no lo había siquiera prometido durante su campaña electoral – es una de las formas de asemejarse a Hugo Chávez con sus Círculos Bolivarianos y a Fidel Castro con los Comités de Defensa de la Revolución y la Unidades de Respuesta Rápida, que no son más que grupos oficialistas para controlar y atemorizar.
Correa dijo que estos “comités” servirán como “antídoto” para contrarrestar a las “oligarquías golpistas”, lo que indudablemente les está dando un carácter de choque, como una especie de grupos paraestatales, ya que como sucede en Nicaragua, Venezuela y en Cuba son usados para amedrentar a detractores y opositores al oficialismo.
Seguramente después de un tiempo, estos grupos, una vez conformados, irán exigiendo más poder hasta que terminarán siendo incontrolables. En América Latina hay muchísimos ejemplos y de todo tipo de ideología, desde los “descamisados” utilizados en la época peronista argentina hasta la Patrullas de Autodefensa Civil que el gobierno guatemalteco armó durante la guerra civil y las Autodefensas Unidas de Colombia que se originaron para contrarrestar a los grupos subversivos.
Correa ya no esconde su objetivo de permanecer para siempre en el poder, de ahí sus ansias de controlar todo. Lamentable para la democracia ecuatoriana.
agosto 22, 2009
Juanes y su concierto (¿por la paz?) en Cuba
El mensaje de la música es poderoso, más si es de protesta. Según su letra, el contexto en el que se difunde y la intención de quien la emite, puede ayudar a modificar la percepción o crear conciencia sobre un tema y generar cambios sociales.
Así como el concierto de Woodstock de hace 40 años buscó contagiar una cultura de paz y amor, nadie duda que el cantante colombiano Juanes tenga esos propósitos al ofrecer conciertos para estimular la armonía entre los países. Sin embargo, peca de ingenuo al mostrarse sorprendido sobre la polémica que levantó por organizar para setiembre, un recital por la paz en la Plaza de la Revolución de La Habana.
Aunque sea muy válido “fomentar la unión entre los pueblos” como es su argumento y lo fue para el concierto anterior que convocó en la frontera colombo venezolana para disipar tensiones, rechazar la violencia, el secuestro y las minas antipersonales, esta vez, los valores en juego son diferentes.
Su pregunta en Twitter sobre “¿por qué le molesta al mundo cuando se habla de paz?”, dirigida a apaciguar las críticas de miles de cubanos exiliados que escaparon de la opresión o fueron expulsados de su patria, aparenta ser inocente. Es que el valor principal en disputa en Cuba no es la paz, un principio relativo con alto grado de conciencia social que no genera división de opinión en el país; sino la libertad en todas sus acepciones – de reunión, asociación, traslado, expresión y de prensa - un valor absoluto, avasallado grotescamente desde hace 50 años.
La polémica en torno a su decisión, no es porque promueva la paz, ni por su “A Dios le pido” ni por su pegajosa “camisa negra”, sino por la posibilidad de que omita hablar de la libertad en el seno mismo de la opresión. La experiencia indica que el gobierno dictatorial cubano siempre utiliza la censura previa como a su arma predilecta, habiendo certeza de que se le habría condicionado la plaza a Juanes, a cambio de no criticar al régimen durante su visita, no hablar de libertad de expresión ni pedir la liberación de los centenares de presos políticos.
Lo criticable es que siendo lo suyo un acto político por contar con el apoyo de Raúl Castro y el beneplácito de Hillary Clinton, insista en la comodidad de promover la paz, cuando debería usar el escenario para exigir la molestosa libertad. Ni más ni menos, lo que se solicitó sin éxito a una decena de presidentes latinoamericanos que llegó a la isla este año para adular al régimen y fotografiarse con Fidel, con la condición de guardar silencio sobre las violaciones a los derechos humanos.
Juanes, así como otros cantantes que lo acompañarán, como Olga Tañón, tratan de despolitizar sus intenciones. Sin embargo, no pueden esconder la actitud política detrás del acto, ya que fueron autorizados por un régimen que censura a sus colegas, así sean extranjeros, exiliados como Willy Chirino o viviendo en la isla como la banda Porno para Ricardo; al tiempo que discrimina a sus ciudadanos permitiéndoles pisar la plaza sólo a aquellos que acatan y promueven la revolución como Silvio Rodríguez y los Van Van.
Pero más allá de la polémica, los principios de libertad de expresión enseñan que no es bueno juzgar, boicotear, condenar o censurar a Juanes en forma previa, antes de que viaje, ya que existe la posibilidad de que su música, entusiasmo y causa noble pueda permitir al régimen otorgar concesiones que jamás admitiría ante gobiernos extranjeros.
Es preferible, en todo caso, demostrar esa ofuscación y hacer a Juanes responsable en forma posterior, después de que se sepa si su propósito sirvió o no para abrir espacios de libertad, si avaló al régimen o si corrió igual suerte que decenas de otros cantantes extranjeros que se marcharon con el mismo sentimiento de haber sido utilizados. Pero debe tener la posibilidad de intentarlo.
Es cierto, como dice Juanes, que “la música, el arte, deben estar por encima de toda ideología o condición”; pero también es verdad que lo que causa aquí mucha indignación, es que un gobierno manipule las expresiones artísticas transformándolas en pura propaganda.
Así como el concierto de Woodstock de hace 40 años buscó contagiar una cultura de paz y amor, nadie duda que el cantante colombiano Juanes tenga esos propósitos al ofrecer conciertos para estimular la armonía entre los países. Sin embargo, peca de ingenuo al mostrarse sorprendido sobre la polémica que levantó por organizar para setiembre, un recital por la paz en la Plaza de la Revolución de La Habana.
Aunque sea muy válido “fomentar la unión entre los pueblos” como es su argumento y lo fue para el concierto anterior que convocó en la frontera colombo venezolana para disipar tensiones, rechazar la violencia, el secuestro y las minas antipersonales, esta vez, los valores en juego son diferentes.
Su pregunta en Twitter sobre “¿por qué le molesta al mundo cuando se habla de paz?”, dirigida a apaciguar las críticas de miles de cubanos exiliados que escaparon de la opresión o fueron expulsados de su patria, aparenta ser inocente. Es que el valor principal en disputa en Cuba no es la paz, un principio relativo con alto grado de conciencia social que no genera división de opinión en el país; sino la libertad en todas sus acepciones – de reunión, asociación, traslado, expresión y de prensa - un valor absoluto, avasallado grotescamente desde hace 50 años.
La polémica en torno a su decisión, no es porque promueva la paz, ni por su “A Dios le pido” ni por su pegajosa “camisa negra”, sino por la posibilidad de que omita hablar de la libertad en el seno mismo de la opresión. La experiencia indica que el gobierno dictatorial cubano siempre utiliza la censura previa como a su arma predilecta, habiendo certeza de que se le habría condicionado la plaza a Juanes, a cambio de no criticar al régimen durante su visita, no hablar de libertad de expresión ni pedir la liberación de los centenares de presos políticos.
Lo criticable es que siendo lo suyo un acto político por contar con el apoyo de Raúl Castro y el beneplácito de Hillary Clinton, insista en la comodidad de promover la paz, cuando debería usar el escenario para exigir la molestosa libertad. Ni más ni menos, lo que se solicitó sin éxito a una decena de presidentes latinoamericanos que llegó a la isla este año para adular al régimen y fotografiarse con Fidel, con la condición de guardar silencio sobre las violaciones a los derechos humanos.
Juanes, así como otros cantantes que lo acompañarán, como Olga Tañón, tratan de despolitizar sus intenciones. Sin embargo, no pueden esconder la actitud política detrás del acto, ya que fueron autorizados por un régimen que censura a sus colegas, así sean extranjeros, exiliados como Willy Chirino o viviendo en la isla como la banda Porno para Ricardo; al tiempo que discrimina a sus ciudadanos permitiéndoles pisar la plaza sólo a aquellos que acatan y promueven la revolución como Silvio Rodríguez y los Van Van.
Pero más allá de la polémica, los principios de libertad de expresión enseñan que no es bueno juzgar, boicotear, condenar o censurar a Juanes en forma previa, antes de que viaje, ya que existe la posibilidad de que su música, entusiasmo y causa noble pueda permitir al régimen otorgar concesiones que jamás admitiría ante gobiernos extranjeros.
Es preferible, en todo caso, demostrar esa ofuscación y hacer a Juanes responsable en forma posterior, después de que se sepa si su propósito sirvió o no para abrir espacios de libertad, si avaló al régimen o si corrió igual suerte que decenas de otros cantantes extranjeros que se marcharon con el mismo sentimiento de haber sido utilizados. Pero debe tener la posibilidad de intentarlo.
Es cierto, como dice Juanes, que “la música, el arte, deben estar por encima de toda ideología o condición”; pero también es verdad que lo que causa aquí mucha indignación, es que un gobierno manipule las expresiones artísticas transformándolas en pura propaganda.
agosto 21, 2009
Educación "rojita"; otro golpe de Chávez
No hay forma de llamarlo por otro nombre. En Venezuela, el país secuestrado por Hugo Chávez, donde los poderes públicos, sin excepción, están sometidos a sus designios, se continúa asestando golpes a lo poco que queda de democracia y libertad.
Esta semana, el debate se concitó en torno al último atropello: una Ley de Educación o mejor dicho un proyecto de adoctrinamiento educativo que alguna vez fue derrotado en las urnas, pero que la semana pasada Chávez logró que después de 11 días, su asamblea legislativa lo aprobara casi a hurtadillas.
Faltaba de Chávez este toqueteo a la iniciativa y creatividad individual y privada para asemejarse a su maestro y mentor Fidel Castro, quien desde hace 50 años adoctrina a los niños cubanos con la excusa de una educación “martiniana”, ufanándose de haber acabado con el analfabetismo, como muchos románticos todavía creen. Que todos sepan hablar y escribir es un logro, por cierto, pero también es verdad que es una vergüenza que el Estado mantenga la potestad de los niños y que sean educados bajo una doctrina tan usurpadora de ideas y de la libertad como la comunista.
Pues bien, Chávez fiel a sus principios propagandísticos también tendrá ahora la oportunidad de adoctrinar a “sus” ciudadanos, ya que considera que los venezolanos, en cuerpo y alma, le pertenecen. “Su” ley es totalmente ideológica e intervencionista ya que autoriza al Estado, es decir a él, a regular, planificar, programar e integrar la educación, con cierto trabajo que delega en los educadores – que deben seguir sus lineamientos - a los padres – que no podrán elegir el sistema educativo para sus hijos - y a los “consejos comunales”, que no son otra cosa que el brazo político del partido de Chávez y que se mueven solo si él lo ordena o lo permite. Pura ideología e idolatría.
El Estado se convierte en el todo. Asumirá la administración del ingreso a las universidades, supervisará la salida laboral de los egresados de acuerdo a las necesidades del Estado; lo que le permitirá seguir impulsando la creación de profesionales de poca calidad, como los ingenieros, médicos y todo tipo de profesionistas que solo pasan tres años en las universidades, ya que el gobierno prefiere mejorar las estadísticas que ofrecer calidad.
Esta nueva legislación permite incluso agudizar otras, como la ley mordaza en contra de la radio y la televisión, permitiendo la “suspensión inmediata” de los medios, en caso de que propalen programas que “produzcan terror en los niños, inciten al odio, violencia o que contraríen los sanos valores”. Claro está, que será la autoridad política, y no la judicial, la que se encargará de ser la que determine qué tipo de programas pueden trasmitirse, con lo que – muy astutamente – Chávez cierra el círculo contra los medios teniendo la potestad de censurar lo que él quiera.
Es decir, educación “roja, rojita”, el color preferido de quien se ha convertido en el mayor dictador del hemisferio, con el agravante de que todo lo que hace tiene viso de legalidad y sobre quien los organismos intergubernamentales hacen la vista gorda.
Esta semana, el debate se concitó en torno al último atropello: una Ley de Educación o mejor dicho un proyecto de adoctrinamiento educativo que alguna vez fue derrotado en las urnas, pero que la semana pasada Chávez logró que después de 11 días, su asamblea legislativa lo aprobara casi a hurtadillas.
Faltaba de Chávez este toqueteo a la iniciativa y creatividad individual y privada para asemejarse a su maestro y mentor Fidel Castro, quien desde hace 50 años adoctrina a los niños cubanos con la excusa de una educación “martiniana”, ufanándose de haber acabado con el analfabetismo, como muchos románticos todavía creen. Que todos sepan hablar y escribir es un logro, por cierto, pero también es verdad que es una vergüenza que el Estado mantenga la potestad de los niños y que sean educados bajo una doctrina tan usurpadora de ideas y de la libertad como la comunista.
Pues bien, Chávez fiel a sus principios propagandísticos también tendrá ahora la oportunidad de adoctrinar a “sus” ciudadanos, ya que considera que los venezolanos, en cuerpo y alma, le pertenecen. “Su” ley es totalmente ideológica e intervencionista ya que autoriza al Estado, es decir a él, a regular, planificar, programar e integrar la educación, con cierto trabajo que delega en los educadores – que deben seguir sus lineamientos - a los padres – que no podrán elegir el sistema educativo para sus hijos - y a los “consejos comunales”, que no son otra cosa que el brazo político del partido de Chávez y que se mueven solo si él lo ordena o lo permite. Pura ideología e idolatría.
El Estado se convierte en el todo. Asumirá la administración del ingreso a las universidades, supervisará la salida laboral de los egresados de acuerdo a las necesidades del Estado; lo que le permitirá seguir impulsando la creación de profesionales de poca calidad, como los ingenieros, médicos y todo tipo de profesionistas que solo pasan tres años en las universidades, ya que el gobierno prefiere mejorar las estadísticas que ofrecer calidad.
Esta nueva legislación permite incluso agudizar otras, como la ley mordaza en contra de la radio y la televisión, permitiendo la “suspensión inmediata” de los medios, en caso de que propalen programas que “produzcan terror en los niños, inciten al odio, violencia o que contraríen los sanos valores”. Claro está, que será la autoridad política, y no la judicial, la que se encargará de ser la que determine qué tipo de programas pueden trasmitirse, con lo que – muy astutamente – Chávez cierra el círculo contra los medios teniendo la potestad de censurar lo que él quiera.
Es decir, educación “roja, rojita”, el color preferido de quien se ha convertido en el mayor dictador del hemisferio, con el agravante de que todo lo que hace tiene viso de legalidad y sobre quien los organismos intergubernamentales hacen la vista gorda.
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