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agosto 21, 2009

Educación "rojita"; otro golpe de Chávez

No hay forma de llamarlo por otro nombre. En Venezuela, el país secuestrado por Hugo Chávez, donde los poderes públicos, sin excepción, están sometidos a sus designios, se continúa asestando golpes a lo poco que queda de democracia y libertad.

Esta semana, el debate se concitó en torno al último atropello: una Ley de Educación o mejor dicho un proyecto de adoctrinamiento educativo que alguna vez fue derrotado en las urnas, pero que la semana pasada Chávez logró que después de 11 días, su asamblea legislativa lo aprobara casi a hurtadillas.

Faltaba de Chávez este toqueteo a la iniciativa y creatividad individual y privada para asemejarse a su maestro y mentor Fidel Castro, quien desde hace 50 años adoctrina a los niños cubanos con la excusa de una educación “martiniana”, ufanándose de haber acabado con el analfabetismo, como muchos románticos todavía creen. Que todos sepan hablar y escribir es un logro, por cierto, pero también es verdad que es una vergüenza que el Estado mantenga la potestad de los niños y que sean educados bajo una doctrina tan usurpadora de ideas y de la libertad como la comunista.

Pues bien, Chávez fiel a sus principios propagandísticos también tendrá ahora la oportunidad de adoctrinar a “sus” ciudadanos, ya que considera que los venezolanos, en cuerpo y alma, le pertenecen. “Su” ley es totalmente ideológica e intervencionista ya que autoriza al Estado, es decir a él, a regular, planificar, programar e integrar la educación, con cierto trabajo que delega en los educadores – que deben seguir sus lineamientos - a los padres – que no podrán elegir el sistema educativo para sus hijos - y a los “consejos comunales”, que no son otra cosa que el brazo político del partido de Chávez y que se mueven solo si él lo ordena o lo permite. Pura ideología e idolatría.

El Estado se convierte en el todo. Asumirá la administración del ingreso a las universidades, supervisará la salida laboral de los egresados de acuerdo a las necesidades del Estado; lo que le permitirá seguir impulsando la creación de profesionales de poca calidad, como los ingenieros, médicos y todo tipo de profesionistas que solo pasan tres años en las universidades, ya que el gobierno prefiere mejorar las estadísticas que ofrecer calidad.

Esta nueva legislación permite incluso agudizar otras, como la ley mordaza en contra de la radio y la televisión, permitiendo la “suspensión inmediata” de los medios, en caso de que propalen programas que “produzcan terror en los niños, inciten al odio, violencia o que contraríen los sanos valores”. Claro está, que será la autoridad política, y no la judicial, la que se encargará de ser la que determine qué tipo de programas pueden trasmitirse, con lo que – muy astutamente – Chávez cierra el círculo contra los medios teniendo la potestad de censurar lo que él quiera.

Es decir, educación “roja, rojita”, el color preferido de quien se ha convertido en el mayor dictador del hemisferio, con el agravante de que todo lo que hace tiene viso de legalidad y sobre quien los organismos intergubernamentales hacen la vista gorda.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...