martes, 25 de agosto de 2009

Uribe y la concentración de poder

Lamentablemente, todo parece indicar que los vientos reeleccionistas que tanto se critican en toda Latinoamérica por permitir a los gobiernos seguir concentrando poder, debilitando a las democracias, será el mismo camino que seguirá Alvaro Uribe en Colombia, para quien se reformaría una vez más la Constitución para que siga siendo presidente por tercera ocasión consecutiva, después de que ganó las elecciones en el 2002 y una reforma en el 2006 que le permitió quedarse en el Palacio de Nariño.

En vísperas de lograr una nueva autorización para un plebiscito que le permita a los colombianos decidir si puede haber una reforma adicional a la Constitución para un tercer mandato consecutivo, Uribe se muestra y se deja idolatrar por los sabuesos que predominan en todo el continente halagando a las mayorías – y gastando plata por doquier – para que le sigan dando su voto de confianza, lo que indudablemente terminará desgastando a la democracia y haciendo del presidencialismo uno de los peores pecados que existen en América Latina.

Seguramente muchos colombianos se inclinarán por darle otra oportunidad a Uribe, un presidente que tiene alta popularidad por su sabiduría en haberle devuelto a Colombia gran parte de la seguridad y estabilidad que gobiernos anteriores no pudieron asegurar tras décadas de drogas y violencia provocadas por las FARC y otras narco guerrillas.

De todas maneras, lo que indican las mayorías no siempre es bueno y muchas veces es perjudicial y la historia lo viene demostrando en muchos procesos. Muchas veces estas mayorías son compradas, como se está demostrando con las denuncias de cientos de políticos colombianos que han sido “ayudados” por el estado con asignaciones y dineros a favor de la reelección, así como se prevé que el gobierno pondrá toda su maquinaria para trabajar a favor de un plebiscito que no le será desfavorable. El problema mayor, es que el plebiscito no solo autorizará una posible reforma constitucional y reelección presidencial, sino que legitimará una excesiva concentración de poder, proceso político que siempre terminó en abusos de poder.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Felicitaciones!

Una acertada entrada.

¡Usted lo ha dicho todo, lo ha dicho claro y lo ha dicho bien!

(Del anónimo que escribe largo y sin parapetos.)