junio 16, 2009

Globovisión en el precipicio

Los ataques ya son permanentes y sistemáticos contra Globovisión, la cadena televisiva venezolana que el presidente Hugo Chávez está acosando desde todos los ángulos con la intención de dar el zarpazo final y conjurar su cierre. El resultado de la encuesta a la derecha de esta nota es por más evidente sobre la percepción general en el público.
Hoy, por orden de Diosdado Cabello, el ministro de Obras Públicas y Vivienda – tal vez desafiado por el propio Chávez quien hace una semana encomió a todos sus ministros que deberían atacar y mostrar resolución en contra de Globovisión, de lo contrario deberían renunciar – se le notificó al canal que deberá enfrentar un procedimiento penal por unas declaraciones que en octubre pasado el periodista Rafael Poleo dio al programa “Aló Ciudadano”, en el que dijo que Chávez podría terminar como Benito Mussolini.
Sin dudas un delito que está ya en desuso – delito de desacato o de ofensas contra una autoridad superior del gobierno – y que está desapareciendo en numerosos países del hemisferio por considerarse anacrónico y un abuso de privilegios (como ocurrió la semana pasada con su desactivación en el Uruguay); aunque en Venezuela sigue vigente y reforzado con mayores penas en una reforma que se hizo al Código Penal hace un par de años, con la intención de proteger a Chávez de las críticas.
Esta medida echa por tierra los procedimientos administrativos que le estaba siguiendo Conatel, uno de ellos con una fuerte multa. De esta forma, sin lugar a dudas, el gobierno está tratando de socavar la voluntad popular de varios representantes de la oposición y de asociaciones civiles y juveniles que este pasado fin de semana se largaron a la calle para recaudar dinero para ayudar a Globovisión a pagar una multa millonaria. Seguramente, en unos días, el gobierno se expedirá sobre la ilegalidad de ese dinero o terminará acusando a algunos de ganancias ilícitas u otra estrategia para declarar ilegal convocatorias de las donaciones; y, de esa forma, seguir generando miedo y buscando el cierre de Globovisión a toda costa.
El responsable de la cadena Globovisión, Alberto Federico Ravell, contraatacó varios dichos descalificadores de Chávez durante el fin de semana, diciendo que el canal trasmite con exactitud y que las críticas del Presidente, de que es un medio que “envenena” a la gente y promueve la violencia, es solo su percepción, por cuanto sólo publican el “sentir de la calle”.
Tanto Ravell como Guillermo Zuloaga, el propietario del canal, son dos periodistas experimentados y con muy buen sentido común en materia de libertad de prensa y sobre el negocio de los medios de comunicación. Sin embargo, lamentablemente, sus dichos – siempre muy coherentes – me recuerdan a los de Marcel Granier, presidente de RCTV, cadena que fue cerrada en mayo de 2007 por el gobierno de Chávez.
El sentido común, la elocuencia, la coherencia y el bien común son valores que en Venezuela Chávez los ha puesto por el piso. Él cree que es omnipotente y buscará cerrar Globovisión para sentirse y ser percibido como tal.

junio 15, 2009

¿Por qué?: Hilda, Cristina, Raúl y Fidel

¿Por qué muchos se preguntan – y con razón - si la llegada de la neurocirujana Hilda Molina a Argentina es parte de un guiño electoral que Raúl Castro le dio al gobierno de Cristina de Kirchner para las elecciones legislativas de fines de mes?
¿Por qué recién después de 15 años de pedir autorización para salir del país, el gobierno comunista de La Habana le otorgó el permiso recién ahora? ¿Será una razón humanitaria porque han internado a la madre de Molina de 90 años? ¿No es sospechoso que en Cuba haya decenas de casos similares de personas que tienen visas de entrada humanitarias otorgadas por otros países, pero a los que no permiten salir? ¿Por qué el gobierno no suele dar explicaciones ni las dio tampoco en este caso?

¿Por qué la Presidenta argentina no pidió absolutamente nada sobre Hilda Molina, ni por los presos políticos ni por los periodistas independientes encarcelados en la isla cuando visitó La Habana a principios de año, y sólo pretendió la foto al lado de Raúl Castro?

¿Por qué en Argentina se hace de esto un juego político – o al menos se lo aprovecha – diciendo ahora que en el Congreso se está analizando otorgarle a Molina la ciudadanía argentina cuando hay tanto inmigrantes de países vecinos que son explotados, marginados y a quienes se les niega siquiera un permiso de trabajo?
¿Por qué, después de que el caso de Hilda Molina demuestra que Cuba es una cárcel gigantesca que retiene a todos sus ciudadanos porque le da la gana quitándoles todo atisbo de libertad, hay tantas personas en el mundo que defienden a este tipo de regímenes?

Cuba es solo esto: un ¿por qué? Un régimen lleno de interrogantes sin respuestas y con actitudes que siempre son políticas. Todo, absolutamente todo, es en reacción a algo, y este caso de Hilda Molina no parece ser ajeno a ese modo de actuar.

junio 14, 2009

Violencia institucional

Estuve esta semana en San Pedro Sula y en San Salvador y tuve la oportunidad de charlar con taxistas. No me sorprendí que me dijeran que las compañías para las que trabajaban como choferes estuvieran pagando renta a las pandillas juveniles, para poder trabajar con “seguridad”. De otra forma correrían el riesgo de ser asesinados.
En San Salvador, tomé uno de los taxis de la Gran Vía” - un shopping estilo “miamense” – y el conductor me dijo que hacía una semana, su empresa había sido obligada por la mara Salvatrucha 13 a pagar 300 dólares para poder operar. Era la única línea de taxis y de transporte masivo de pasajeros que todavía no había sido extorsionada.
En los primeros meses de este año, tanto en Honduras como en El Salvador, y principalmente en ciudad de Guatemala, los mareros o pandilleros han asesinado a mansalva a decenas de choferes de taxis y buses por negarse a pagar el “peaje”. En San Salvador, nuestros anfitriones, donde realizamos un seminario para diarios populares, nos pidieron por favor no ir al centro de la ciudad para no toparnos con las pandillas juveniles.
No solo las líneas de transporte masivo, sino también muchos de los comerciantes e inclusive los vendedores ambulantes están todos pagando una “renta” a los mareros para poder trabajar. Esta misma situación sucede en muchas ciudades de Colombia, como por ejemplo Medellín, donde los comerciantes del centro de la ciudad – a pesar de que el cartel de Medellín desapareció o se disgregó tras el asesinato de Pablo Escobar – están “vacunados”, es decir que deben pagar una extorsión para poder operar libremente.
Uno, después de escuchar sobre tanta violencia, se pregunta cuál es el papel del gobierno. Y no encuentra respuesta satisfactoria. Pareciera que en América Latina nos estamos acostumbrando a vivir con la violencia y con la ineficiencia del Estado. La violencia se ha institucionalizado.

junio 13, 2009

Fotografías malditas

“Ojos que no ven, corazón que no siente”, dice el refrán, implicando que sólo las imágenes nos dan la certeza de cómo ocurren los hechos. Las palabras, en cambio, no tienen tanta fuerza ni credibilidad.

Se dice también que “una fotografía vale más que mil palabras”, ya que lo visual nos acerca más a la realidad. De ahí, que las imágenes del desmoronamiento de las torres gemelas nos ofrecen una mejor impresión sobre el terrorismo; las de un zapato volando hacia un presidente infieren un pésimo gobierno y la foto del gol de Maradona a los ingleses evidencia que la “mano de Dios” existe.

Pero a las fotografías se las suele malinterpretar, ya que se las responsabiliza por lo que en ellas queda retratado. De ahí que despierten controversias más allá de sus protagonistas, como sucedió con el padre Alberto Cutié después que lo pescaron engolosinado con su novia en una playa de Miami; con el premier italiano Silvio Berlusconi regocijado en sus orgías de Cerdeña o con el olímpico Michael Phelps enfiestado con su pipa de marihuana.

Las polémicas son mayores cuando las imágenes originan una disputa entre dos principios de igual valor, pero opuestos. Una disyuntiva así, entre la seguridad nacional y el acceso a la información pública, tiene mareado y a maltraer al presidente Barack Obama. Hace unos días pidió a la Justicia que no obligue al Pentágono a divulgar unas fotografías de los militares carceleros torturando a prisioneros en Irak y Afganistán, bajo el argumento de que puede generar mayor opinión pública antiestadounidense, poner en peligro la vida y seguridad física de las tropas e incentivar a Al Qaeda a que reclute más terroristas.

En la otra cara de la moneda, la Asociación Americana para las Libertades Cívicas, exigiendo que se conozca la verdad, reclama la validez de un fallo judicial de setiembre de 2008 que manda desclasificar las fotos bajo la Ley de Acceso a la información Pública. En estos días deberá pronunciarse la Corte Suprema de Justicia, poco después de que Obama regrese de su periplo por países musulmanes.

Las imágenes sobre las guerras en Irak y Afganistán siempre generaron discusiones, desde las menos complicadas como las de ataúdes con cuerpos de soldados estadounidenses que fueron prohibidas a los periodistas, hasta las más conflictivas, como las que se filtraron en el 2004 desde la cárcel de Abu Ghraib exponiendo casos aberrantes de tortura. Las fotografías tildadas de malditas fueron erróneamente responsabilizadas de aquel escándalo; en realidad, las malas acciones en ellas registradas, fueron las culpables.

La posición de Obama de no divulgar, si bien no es débil legalmente – y tal vez es una de las primeras medidas que apoyan los republicanos y critican sus partidarios demócratas - es contradictoria con el compromiso moral que adoptó el primer día de su mandato. Aquel 21 de enero prometió transparencia y rendición de cuentas y, distanciándose de la cultura del secreto creada por la administración Bush, aprobó un decreto para fortalecer la Ley de Acceso; estableciendo que de existir una disputa reñida o una duda entre la secrecía por razones de seguridad nacional y la transparencia, siempre deberá prevalecer esta última.

Suprimir información para prevenir peligros potenciales como los que argumenta Obama, no es muy convincente. Probablemente la publicidad de las fotos pudiera traer algún tipo de represalia y causar un revuelo internacional, pero no difundirlas, habiendo trascendido parte de su contenido, no atempera los ánimos o hace que el delito de la tortura sea inexistente.

Por el contrario, desclasificarlas estaría más en sintonía con la imagen y confianza que debe generar un líder, dando la oportunidad al Pentágono de repudiar y no repetir esas conductas, y poder exigir a otros gobiernos que también muestren sus atrocidades. Además, permitiría a Obama ser más consecuente con su reciente discurso en el Cairo sobre que “cometimos actos contrarios a nuestras tradiciones y nuestros ideales”.

La publicación de las imágenes, por más bochornosos y nocivos que los hechos puedan ser, es la única fórmula certera de que se pueda conocer la verdad y generar los anticuerpos para combatir las violaciones. Ni la transparencia ni las fotografías son malditas; prohibirlas es lo que genera duda.

junio 12, 2009

Tibio informe sobre libertad de prensa

El informe de la cancillería estadounidense (Departamento de Estado) sobre la falta de libertad de prensa en muchos de los países latinoamericanos es válido, pero tibio e insuficiente. No llama a los problemas por su nombre.

Es un informe si se quiere diplomático. En América Latina los problemas de las libertadas públicas, en especial de la libertad de expresión, son graves.
Solo basta dar unos ejemplos:

En Cuba no se respeta ese derecho y 26 periodistas independientes permanecen presos, además de tres centenares de presos políticos encarcelados, por los “graves” delitos de disentir de la opinión de los gobernantes.

Más de 340 periodistas fueron asesinados en los últimos 20 años, mientras que el 90% de esos crímenes no recibieron castigo. El narcotráfico en México, en Guatemala, en Honduras, para nombrar algunos países, está asesinando, secuestrando y desapareciendo periodistas. Los gobiernos no están haciendo mucho al respecto.

Muchos presidentes, como los casos de Hugo Chávez, Rafael Correa, Daniel Ortega y Evo Morales, han adoptado posiciones extremistas ante la divulgación de críticas y la fiscalización de medios. Están cerrando medios, amenazando cerrar a otros, utilizando dineros públicos para crear sus propios medios a los que usan para propalar su propaganda gubernamental, y desacreditando el trabajo de los periodistas en cada ocasión. La polarización política que los gobiernos están gestando con el ánimo de “dividir para reinar”, está creando un fuerte temor en la sociedad y una intolerancia a la tolerancia por el disenso, por lo que la gente opta por autocensurarse.

Estamos llegando a una situación dramática en América Latina en materia del derecho constitucional que tenemos todos los ciudadanos para expresarnos con total libertad y sin temor a sufrir represalias.

La farsa de los derechos humanos

Si el gobierno cubano se manifiesta contento sobre la protección de los derechos humanos en la isla, estamos fritos, hay gato encerrado, o simplemente se trata de una nueva estrategia de los hermanos Castro para mentir a nivel internacional y a través de los organismos intergubernamentales.

Si hay un país maltrecho en el que los derechos humanos vienen siendo pisoteados – a pesar de que aparezcan siempre aquellos que defienden los logros de salud y educación – desde hace décadas, es Cuba. Los derechos de reunión, asociación, libertad de prensa y de expresión, equidad ante la justicia, son aspectos de lo que los cubanos, en general, no gozan.

Sin embargo, el Consejo de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, un organismo que desde siempre fue dominado por gobiernos como el de China, el de Cuba y el de Libia para tapar sus fechorías, comprenderemos que se trata de una emboscada a los derechos humanos.

Un comunicado publicado por el presidente Raúl Castro dice que en Ginebra "se constató nuevamente el reconocimiento de la mayoría de los Estados y organizaciones no gubernamentales que intervinieron a los significativos resultados alcanzados por el pueblo y el Gobierno cubanos en la promoción y protección de todos los derechos humanos para todos''.

¡Inexplicable!

Lo que su comunicado no dijo, es que en la reunión de Ginebra hubo hasta asociaciones civiles de China las que defendieron explícitamente a Cuba, mientras que a otras de nivel internacional como Human Rights Watch no se les permitió hablar.

¡Pura farsa!

junio 10, 2009

Fútbol y "cuarta urna"

Estoy en la bella San Pedro Sula y feliz de compartir las pasiones que tienen por estos días los hondureños y de lo que hablan hoy: fútbol y “cuarta urna”. Dos temas con connotaciones totalmente diferentes. El primero, infiere la unión de todos los catrachos detrás de una pasión común; y el segundo, muestra la polarización política de un país al que su máximo político lo tiene enfrascado y confundido en su pasión personal por buscar la reelección.

Hoy es un día muy especial ya que Honduras recibe por las eliminatorias a El Salvador, no solo un clásico porque reverdece rivalidades que se tejieron durante las eliminatorias de los 70 cuando ambos países sostuvieron una guerra de seis días lo que se denominó la “guerra del fútbol”, sino porque ninguno de los dos equipos tiene la seguridad de llegar a Sudáfrica. Los catrachos vienen maltrechos por haber perdido 2 a 1 contra los estadounidenses en Chicago y los salvadoreños llegan agrandados de haberle ganado los mexicanos en su cancha por el mismo marcador. Aquí como en el resto de Latinoamérica, todos tenemos la mente en los partidos y con los corazones medio paralizados, ya pensando en celebraciones o las excusas que pondremos si perdemos y cómo deberemos enfrentar a los burladores.

Por mi parte, estoy pendiente de lo que pasará en la altura de Quito, sabiendo que el síndrome del 6 a 1 en La Paz perseguirá a los argentinos hasta que aparezca en un futuro una goleada peor para hacer olvidar a la boliviana. Así fue con los 5 a 0 de los colombianos en el Monumental, que aunque parecía que sería eterno, ya quedó en la historia, por lo que los pobres colombianos ya no podrán ostentar aquel logro magnífico. Los periódicos quiteños tratan de contagiar a su gente y destruir psicológicamente a sus adversarios, por eso un ocurrente tabloide, tituló hoy: “Diego, si La Paz fue tu tortura, Quito será tu tumba”).

Pero aquí en San Pedro cuando las cosas del fútbol se apaciguan, un tema que polariza al país es el que viene enarbolando el presidente Manuel Zelaya, que alejado de toda la crítica que le hacen varios sectores políticos, de la sociedad civil, la Iglesia y los medios de comunicación, sigue con su tesitura de que se reforme la Constitución para que se permita la reelección, un tema muy de moda por estos tiempos en América Latina.

Zelaya insiste que en las elecciones de noviembre haya una “cuarta urna” (además de las que se dispondrán para las elecciones de presidente, legisladores y alcaldes) para crear una constituyente capaz de incluir una reforma que sostenga una reelección y así aspirar a otro mandato.

Lo peligroso es que para lograr esto, está hablando de hacer una encuesta y de conseguir un plafón político que impulse sus ideas, argumentos que muchos miran con desdén, mirando de reojo a los militares sobre quienes varios dicen que estarían tentados a no dejar que los principios constitucionales sean pisoteados si Zelaya continúa con sus aspiraciones. Hace rato que en Honduras se habla o al menos se rumora sobre la posibilidad de un golpe de Estado, algo que por más justificado que parezca a nivel interno para muchos, podría resultar una medida totalmente sorpresiva a nivel internacional.

Hoy, antes del partido, parto hacia San Salvador. Veré la pasión de la otra cara de la moneda.

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...