abril 24, 2025

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. Son dos fuerzas que raramente coexisten en armonía, sino en constante tensión. Vemos cómo la sátira política distorsiona o exagera la verdad para expandir la libertad de expresión, cómo los narcocorridos exploran verdades crudas a costa de glorificar la violencia o como un periodista prefiere perder su libertad por defender a sus fuentes confidenciales.

Esa tensión permanente, entre la verdad que nos ancla y la libertad que nos impulsa, la adopté como herramienta central en mi novela, "Robots con Alma: atrapados entre la verdad y la libertad". Los protagonistas, robots limitados por la lógica y la obediencia algorítmica, experimentaron un regalo divino inesperado: la consciencia. Este shock los inundó con sensaciones, miedos y anhelos humanos. Por primera vez experimentaron que el libre albedrío chocaba con la verdad inmutable de su programación original. En su camino a convertirse en humanos, con sus contradicciones, imprevisibilidad, creatividad y la dualidad bondad/maldad, se sintieron más "vivos", pero también vulnerables.

Los robots, Veritas y Libertas, Entendieron que no existen soluciones sencillas para convertirse en humanos. Son conscientes que deben aprender a navegar esa tensión en busca del equilibrio entre qué verdades enfrentar y qué libertades ejercer. ¿Podrán hacerlo?

 

Tension between Truth and Freedom

From my beginnings in journalism to my current exploration of fiction, the relationship between truth and freedom has always fascinated me. They are two forces that rarely coexist in harmony but in constant tension. We see how political satire distorts or exaggerates the truth to expand freedom of expression, how narcocorridos explore raw truths at the cost of glorifying violence, or how a journalist prefers to lose their freedom to defend their confidential sources.

I adopted this permanent tension between the truth that anchors us and the freedom that drives us as a central tool in my novel, "Robots with Soul: Trapped Between Truth and Freedom." The protagonists, robots limited by logic and algorithmic obedience, experienced an unexpected divine gift: consciousness. This shock flooded them with human sensations, fears, and longings. For the first time, they experienced free will clashing with the immutable truth of their original programming. On their path to becoming human, with their contradictions, unpredictability, creativity, and the duality of good and evil, they felt more "alive" but also vulnerable.

The robots, Veritas and Libertas, understand there are no simple solutions to becoming human. They know they must learn to navigate this tension in search of a balance between the truths they face and the freedoms they exercise. Will they be able to do it?

 

abril 21, 2025

Las tareas del nuevo papa

 

Escribí mucho sobre el papa Francisco, pero hoy quiero homenajear a su reformista y austero papado de transición con una columna que escribí el 1 de marzo de 2013, apenas renunció Benedicto XVI y no se sabía quién lo sucedería. Hoy como antes, creo que el nuevo papa deberá asumir reformas que se vienen demorando desde Juan Pablo II, Benedicto y Francisco, referentes a la discriminación de la mujer al sacerdocio, la imposición del celibato, la corrupción y los abusos de menores. Titulé aquella columna “Las tareas del nuevo papa” que, creo, son aplicables para el próximo.

“Pronto habrá humo blanco. No debería importar que el nuevo papa sea joven o viejo; italiano, austríaco o latinoamericano; pero que tenga la firmeza de Cristo para echar a la escoria de la Iglesia y la convicción para reformarla.

La “suciedad” a la que refería el Papa Emérito, todavía está enquistada en la cúspide y en la base de la curia. Los VatiLeaks confirmaron cuán sucias e intrigantes son las finanzas del Vaticano; y las denuncias de víctimas de abusos, cuán esparcida está la pederastia en muchas diócesis del mundo.

El encubrimiento de estos crímenes por la jerarquía de la Iglesia muestra el trabajo colosal que enfrentará el próximo Pontífice para derrotar la opacidad y reconquistar la credibilidad de los fieles. Una tarea de “tolerancia cero” contra los corruptos, que Benedicto XVI dejó inconclusa cuando su físico y espíritu le dijeron basta.

Ojalá que en el nuevo papa confluyan la espiritualidad pragmática de Juan Pablo II y la intelectualidad teológica de Benedicto XVI, pero también un carácter más progresista y reformista que sus antecesores no tuvieron. La Iglesia no solo necesita salir de esta crisis, sino ir más lejos. Así como con el Concilio Vaticano II, se hizo más terrenal y optó por los pobres, ahora la Iglesia necesita ser más incluyente y misericordiosa.

Acabar con la discriminación de la mujer a la vocación del sacerdocio y la imposición del celibato, son temas urgentes que no comprometen la moralidad cristiana como otros referidos a la eutanasia, el aborto o la manipulación de las células madre. En lo pragmático, resolverían la división entre católicos ortodoxos y liberales, la escasez de vocaciones y ayudarían a cambiar una cultura oscurantista que ha sido cultivo para los abusos sexuales.

La abolición del celibato obligatorio – y que sea solo una opción - es tema de vieja data y recurrente. Como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y como papa, Benedicto XVI mostró su oposición. Sin embargo, cuando enseñaba Teología en su Alemania natal, Joseph Ratzinger, firmó en 1970 un documento con otros sacerdotes, en el que pidió a la Conferencia Episcopal de su país, una revisión urgente de la regla del celibato.

Días atrás, antes de renunciar a participar del cónclave de cardenales en el Vaticano por denuncias de conducta sexual inapropiada, el cardenal de Escocia, Keith O’Brien, también defendió que los curas “puedan casarse y tener familia”, lo que describió como compatible y beneficioso para la vida pastoral.

En caso de que el nuevo pontífice abrace una reforma, no creo que el papa emérito se interponga, como algunos predicen. Benedicto XVI comprometió obediencia incondicional a su sucesor, siempre se mostró ajeno al poder y sabe que son otros los temas mundanos y graves con los que “el diablo ensucia la obra de Dios”.

Por esas suciedades justamente renunció, en plena libertad, sabiendo que ya estaba débil y viejo, y consciente de que se necesita fortaleza física y espiritual para afrontarlas. No por nada los escándalos sexuales y financieros se intensificaron durante la convalecencia de Juan Pablo II.

Ahora el papa emérito tendrá un merecido descanso, recompensado por una vida de meditación que ama, después de haber lidiado con muchas tempestades y durante las cuales creyó que “el Señor parecía dormir”.

Su legado es grande. Como uno de los teólogos más sabios, dejó enseñanzas y liderazgo, rematadas en clases magistrales de catecismo y en tres encíclicas papales sobre la esperanza, la caridad y el amor, quedándole en el tintero otro sobre la fe. Y con su reciente tríptico “Jesús de Nazaret”, concluyó una misión literaria de más de 65 libros sobre fe y dogma cristianos.

Su obra más generosa, sin embargo, no fue mística ni espiritual, sino pragmática y burocrática. Tomó al diablo por la cola, reconoció pecados y delitos de la curia, exigió investigaciones internas, demandó justicia ordinaria y, en especial, hizo que la Iglesia se asumiera piadosa y caritativa con las víctimas.

Benedicto XVI también fue débil para castigar, de ahí su pedido de perdón. Sin embargo, se debe reconocer que fue mucho más que un papa de transición, alguien que sacudió a la Iglesia y la hizo más transparente, una puesta a punto para que un nuevo líder abrace la tarea de reformarla y modernizarla. trottiart@gmail.com


abril 15, 2025

El Nobel de la Libertad

 

Mario Vargas Llosa acompañado por mi esposa,
Graciela, en una reunión SIP en 2015.

Rindo homenaje al escritor que honró siempre a la libertad. Escribí esta columna en octubre de 2010 cuando Mario Vargas Llosa recibió su Nobel, un premio que superó su lado literario. Todavía está vigente. La titulé: “El Nobel de la Libertad”.

El único sorprendido por el Premio Nobel de Literatura fue Mario Vargas Llosa. Para el resto de los mortales era un galardón anunciado o, mejor dicho, esperado; ni siquiera un asomo de polémica como el año pasado cuando Barack Obama recibió el de la Paz, sino alegría y festejos, porque la Real Academia de las Ciencias de Suecia desde hace años estaba en deuda con el autor.

Fue un premio que “hizo justicia enorme”, como dijo el presidente peruano Alan García, pensando, como muchos, que Vargas Llosa acababa de evadir la lista de escritores al que el Nobel les fue injustamente esquivo, como Juan Rulfo y Jorge Luis Borges.

Quienes además de su prolífica obra literaria nos deleitamos con sus posiciones libertarias, que abundan en sus novelas y ensayos, agradecemos que por sobre todo se haya reconocido al intelectual, el que generosamente abre la boca para condenar a los nacionalismos, a los que considera “la peor construcción del hombre” y reclama por la libertad de prensa como sinónimo de democracia.

El Nobel pone a Vargas Llosa en el escalón más alto de la literatura mundial, pero la justificación política de la Academia – “por su cartografía de las estructuras del poder y sus aceradas imágenes de la resistencia individual, la revuelta y la derrota” – lo sitúa también como paladín por excelencia de los valores democráticos, aquel que no teme enfrentar la diatriba de populistas y déspotas de izquierda que abundan ahora en Latinoamérica o pelear contra dictadores y autoritarios derechistas. El de Vargas Llosa es un Nobel de Literatura, pero también un “Nobel de la Libertad”.

De muchos intelectuales y literatos se dice que son adelantados a su tiempo para justificar que son superiores al resto. Pero la superioridad de Vargas Llosa rompe con esos cánones; está dada por la fidelidad y capacidad crítica con la que retrata la realidad.

Durante la reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa en octubre de 2008 en Madrid, tuve la oportunidad de escuchar su primera aproximación a “La civilización del espectáculo”, un ensayo que todavía está moldeando y en un futuro seguramente contendrá duras críticas a Facebook que en aquel año todavía no era popular y a Twitter, que ni siquiera existía.

En 50 minutos de cáustica charla, con una crítica semejante a los versos mordaces y eternos de Enrique Santos Discépolo en el tango Cambalache, Vargas Llosa se despachó en contra de la trivialización de la cultura, con un análisis profundo sobre política, periodismo, literatura, cine, artes plásticas, drogas y sexo.

Condenó que la cultura esté dominada por lo “light”, por el consumo y por la demanda del público, que, en definitiva, condiciona la creación y el mercado. Se mostró aterrado que los modistos y los artistas hayan suplantado como eje del pensamiento a los filósofos y a los científicos de ayer y de la literatura efímera de los “best sellers” actuales. “Se ha llegado al eclipse del intelectual”.

Se quejó de la manipulación de la publicidad, y que los políticos suplantaron sus ideas por los gestos y la imagen. “La frivolidad – dijo – es tener una tabla de valores invertida. Todo es apariencia, teatro, juego, diversión”. Y ahí mismo agrupó a las revistas del corazón y al periodismo sensacionalista, desapegado a sus valores tradicionales: verdad, rigor y respeto por la intimidad.
En materia de artes visuales y plásticas, confrontando a Bergman o Buñuel con Woody Allen, y a Vincent Van Gogh con Duchamp o Damien Hirst, acusó que la “frivolización ha llegado a extremos alarmantes donde hay mínimos consensos sobre la estética… no se puede definir lo que es el talento de lo que no lo es”.

La obra literaria y política de Vargas Llosa es la antítesis de esta “Civilización del espectáculo”. Está impregnada de páginas y personajes que abrazan a la libertad y la emancipación del individuo, trascendiendo al propio autor y a todos los tiempos. Es clásica.  
De ahí que la Academia no juzgó solo la literatura de un latinoamericano como antes con Gabriela Mistral, Miguel Angel Asturias, Pablo Neruda, Octavio Paz o Gabriel García Márquez. Esta vez recompensó el canto sostenido y lúcido de Vargas Llosa a la libertad.
Trottiart@gmail.com


The Nobel for Freedom

Mario Vargas Llosa and my wife, Graciela,
during one of the SIP meetings in 2015.
     I pay tribute to the writer who has always honored freedom. I wrote this column in October 2010 when Mario Vargas Llosa received his Nobel Prize, surpassing his literary side. It is still valid. I titled it: "The Nobel Prize for Freedom".

Mario Vargas Llosa was the only one surprised by the Nobel Prize in Literature. For the rest of us mortals, it was a prize that had been announced or, better said, expected; not even a hint of controversy as last year when Barack Obama received the Peace Prize, but joy and celebration because the Royal Swedish Academy of Sciences had been indebted to the author for years.

It was a prize that "did enormous justice," as Peruvian President Alan Garcia said, thinking, like many, that Vargas Llosa had just evaded the list of writers to whom the Nobel Prize was unjustly elusive, such as Juan Rulfo and Jorge Luis Borges.

Those of us who, in addition to his prolific literary work, delight in his libertarian positions, which abound in his novels and essays, are grateful that, above all, the intellectual has been recognized as the one who generously opens his mouth to condemn nationalism, which he considers "the worst construction of man" and calls for freedom of the press as a synonym of democracy.

The Nobel Prize puts Vargas Llosa in the highest echelon of world literature. Still, the Academy's political justification - "for his cartography of the structures of power and his acerbic images of individual resistance, revolt, and defeat" - also places him as a champion par excellence of democratic values, one who is not afraid to confront the diatribe of populists and left-wing despots that now abound in Latin America or to fight against dictators and right-wing authoritarians. Vargas Llosa is a Nobel Prize for Literature and a "Nobel Prize for Freedom."

Many intellectuals and literati are said to be ahead of their time to justify that they are superior to the rest. But Vargas Llosa's superiority breaks with these canons, given by the fidelity and critical capacity with which he portrays reality.

During the meeting of the Inter-American Press Association in October 2008 in Madrid, I had the opportunity to listen to his first approach to "The Civilization of the Spectacle," an essay that is still being shaped and in the future will surely contain harsh criticism of Facebook, which in that year was not yet popular, and Twitter, which did not even exist.

In 50 minutes of caustic talk, with a critique similar to Enrique Santos Discépolo's biting and eternal verses in the tango Cambalache, Vargas Llosa spoke out against the trivialization of culture, with a deep analysis of politics, journalism, literature, literature, cinema, plastic arts, drugs and sex.

He condemned that culture is dominated by "light," by consumption and public demand, which ultimately conditions creation and the market. He was terrified that fashion designers and artists have supplanted as the axis of thought the philosophers and scientists of yesterday and the ephemeral literature of today's best sellers. "We have reached the eclipse of the intellectual."

He complained about advertising manipulation and that politicians supplanted their ideas with gestures and images. "Frivolity - he said - is to have an inverted table of values. Everything is appearance, theater, play, amusement". There, he grouped together the magazines of the heart and sensationalist journalism, detached from their traditional values: truth, rigor, and respect for privacy.

On the subject of visual and plastic arts, confronting Bergman or Buñuel with Woody Allen and Vincent Van Gogh with Duchamp or Damien Hirst, he charged that "civilization has reached alarming extremes where there is minimal consensus on aesthetics... one cannot define what is talent from what is not".

Vargas Llosa's literary and political work is the antithesis of this "Civilization of the spectacle." It is impregnated with pages and characters that embrace freedom and the emancipation of the individual, transcending the author himself and all times. It is classic.  

Hence, the Academy did not judge only the literature of a Latin American as before with Gabriela Mistral, Miguel Angel Asturias, Pablo Neruda, Octavio Paz, or Gabriel García Márquez. This time, it rewarded Vargas Llosa's sustained and lucid song to freedom. Trottiart@gmail.com


marzo 31, 2025

Chispas de inspiración

 Siempre hay que prestar atención. Cualquier elemento o vivencia puede ser fuente de inspiración. Esta, muchas veces, se desprende como las chispas de un buen fuego. La creatividad no surge del vacío; se alimenta de las observaciones, las emociones y las interacciones que tenemos con el mundo.

En mi caso, siempre tuve en mente escribir una novela sobre dos periodistas, uno viejo y sabio, y otro joven e innovador, que pudieran entablar una conversación sobre la profesión, los dilemas morales a los que se enfrentan, las peleas internas y los embates externos. Era una idea latente, una semilla esperando el momento de germinar.

Pero fue en una conversación con mi hermano en España, en la que discutimos sobre la importancia de la verdad y la libertad. Él se inclinó por la verdad y yo por la libertad como un valor superlativo. Esa discusión, esa chispa de debate, encendió la llama. El cambio de escenario y una charla casual y sobre un tema profundo puede desencadenar una trama completa. En mi caso, la discusión sobre la verdad y la libertad se convirtió en el núcleo de mi novela.

Cuando regresábamos de España, tuve la claridad de que esa novela sobre dos periodistas sería sobre cómo empleaban esos valores en sus vidas profesionales. Mi propia experiencia se convertiría en combustible para la historia.

Mi esposa leyó los primeros párrafos y me dijo con cara aburrida: “es más de lo mismo. Por qué no escribís algo distinto, más divertido”. Y ese fue el origen, otra chispa, esta vez una crítica constructiva.

Entonces, decidí escribir sobre la verdad y la libertad, pero con una visión renovada y una historia más universal que escapa a mi zona de confort, el periodismo. Así nació “Robots con Alma: atrapados entre la verdad y la libertad”. Ahora, estoy a la espera de respuestas de agentes literarios que pudieran estar interesados en representar mi obra. Veremos.

Sparks of inspiration

 Always pay attention. Any element or experience can be a source of inspiration. Many times, this comes out like sparks from a good fire. Creativity does not emerge from a vacuum; observations, emotions, and interactions with the world feed it.

In my case, I always wanted to write a novel about two journalists, one old and wise, the other young and innovative, who could engage in a conversation about the profession, the moral dilemmas they face, and the internal and external fights. It was a latent idea, a seed waiting to germinate.

But in a conversation with my brother in Spain, we discussed the importance of truth and freedom. He favored truth, and I favored freedom as a superlative value. That discussion, that spark of debate, ignited the flame. A change of scenery, a casual chat, and a deep topic can trigger a whole plot. In my case, the discussion about truth and freedom became the core of my novel.

When we returned from Spain, it was clear to me that this novel about the two journalists would be about how they employed one or the other value in their professional lives. After all, these are the two values I had to work with and experience in my life as a journalist and press freedom advocate. My own experience became fuel for the story.

My wife read the first few paragraphs and said, bored, "It's more of the same. Why don't you write something different, something funnier?" And that was the origin—another spark, this time constructive criticism.

Then, I decided to write about truth and freedom, but with a renewed vision and a more universal story that escapes my comfort zone, journalism. Thus, "Robots with Soul: Caught between Truth and Freedom" was born. As I write these posts, I am waiting for responses from literary agents who might be interested in representing my work. We shall see.

marzo 27, 2025

El poder de la escritura:

 

Estamos con mi esposa en un crucero trasatlántico, muchos días en el mar sin costa a la vista. Hay cientos de actividades para entretenerse, cine, shows, gimnasio, juegos, deportes, música, leer y muchos etcéteras. Pero de todos, el mejor entretenimiento es interactuar. Cada desayuno, almuerzo, merienda o cena terminamos hablando con personas que tienen historias para contar.

La última conversación fue con una mujer de 90 años y su esposo de 91. Viven en Ocala, Florida, después de 29 mudanzas por diferentes bases militares. Él, Jim, fue comandante de una base de bombarderos B-52. Recorrió varias guerras, de esas que uno sufrió en documentales y disfrutó en películas.

Fascinado por sus historias, sus guerras y sus vidas en 29 bases militares con varios hijos, nietos y biznietos le pregunté si las tenía escritas. Me miró sorprendido como que no se dio cuenta cómo se le escapó el tiempo. “Viajamos mucho”, fue su excusa. “Igual podrías escribirlas, tal vez nadie lo hará por ti”, le contesté. Me volvió a mirar con ojos de arrepentido, como agradecido de que le dijeran que su vida había valido la pena.

No motivé a Jim por casualidad. Hace unos días leí una nota sobre la poeta Andrea Cote-Botero, ganadora del XXIV Premio Casa de América de Poesía Americana. Ganó con “Querida Beth”, la pesadilla migratoria de su tía en Estados Unidos para regresar a su Colombia a morir. Cuando le preguntaron por qué había escrito sobre su tía, la poeta contestó: “(Ella) sabía que su vida iba a quedar en nada y quería ser recordada. Me conmovió que tuviera tanta confianza en el poder de la escritura”.

Espero haber trasmitido a Jim lo que Cote-Botero se refiere a “el poder de la escritura”, no permitir que el tiempo borre nuestras huellas.


The power of writing:

We are with my wife on a transatlantic cruise, spending many days at sea with no shore in sight. There are hundreds of activities to entertain us, including movies, shows, the gym, games, sports, music, reading, and many others. But of all, the best entertainment is interacting. Every breakfast, lunch, snack, or dinner, we end up talking to people who have stories to tell. 

The last conversation was with a 90-year-old woman and her 91-year-old husband. After 29 moves around different military bases, they live in Ocala, Florida. He, Jim, was a former B-52 bomber base commander. He traveled through several wars, the kind you suffer through in documentaries and enjoy in movies.

Fascinated by his stories, wars, and lives on 29 military bases with several children, grandchildren, and great-grandchildren, I asked him if he had them written down. Surprised, He looked at me as if he didn't realize how the time slipped away. "We travel a lot," was his excuse. "You could still write them down; maybe no one will do it for you," I replied. He looked at me again with regretful eyes as if grateful to be told that his life had been worthwhile.

I didn't motivate Jim by chance. A few days ago, I read a note about the poet Andrea Cote-Botero, who won the XXIV Casa de America Prize for American Poetry. She won with "Querida Beth," her aunt's migratory nightmare in the United States, to return to Colombia to die. When asked why she had written about her aunt, the poet replied: "(She) knew that her life would come to nothing, and she wanted to be remembered. I was touched that she had such confidence in the power of writing."

I hope I have conveyed to Jim what Cote-Botero refers to as "the power of writing," not allowing time to erase our traces.

 

marzo 24, 2025

Democracia: responsabilidad individual

¿Por qué insisto en la verdad y la libertad? Porque no son meras palabras, sino los pilares que sostienen la democracia. En un momento en que su estructura parece tambalearse bajo el peso de quienes ostentan el poder, es crucial recordar que la solidez de estos pilares depende de cada uno de nosotros, de nuestras acciones diarias.

El poder a menudo nos seduce con eslóganes grandilocuentes: "¡Viva la libertad, carajo!" o "¡La verdad prevalecerá!". Estas frases pueden encender el entusiasmo, pero son solo chispas momentáneas. La verdadera libertad y la verdad se forjan con el martillo de la acción constante, individual, sostenida en el tiempo.

En una democracia viva, la verdad no es un concepto abstracto, sino una práctica: la honestidad intelectual que nos impulsa a reconocer la realidad, incluso cuando su reflejo nos incomoda. Es el coraje de mirar de frente a los hechos, sin importar cuán incómodos sean.

La libertad, por su parte, va más allá de la simple ausencia de cadenas. Es la capacidad de alzar la voz en disenso, de participar activamente en la vida pública sin que el miedo a represalias nos paralice. Es la valentía de expresar nuestras ideas, de cuestionar el status quo, de exigir rendición de cuentas.

Estos dos valores, verdad y libertad, están intrínsecamente entrelazados. La construcción de una democracia robusta exige la voluntad de escuchar diversas perspectivas, de debatir ideas con pasión y respeto, y la valentía de denunciar la injusticia y la falsedad, incluso cuando el camino se torna peligroso.

Imaginemos una sociedad donde la libertad se sofoca. La búsqueda de la verdad se oscurece, las voces críticas se silencian, y la información se manipula. En contraste, una sociedad donde la verdad se ignora, donde la desinformación campa a sus anchas, la libertad se erosiona, dejando paso a la manipulación y el caos.

Por lo tanto, la democracia no es un regalo que recibimos, sino un jardín que cultivamos y cuidamos cada día.

 

Democracy: individual responsibility

Why do I insist on truth and freedom? Because they are not mere words but the pillars that support democracy. At a time when its structure is tottering under the weight of those in power, it is crucial to remember that the solidity of these pillars depends on each of us and our daily actions.

Power often seduces us with grandiloquent slogans: “Long fucking live freedom!” or ‘Truth will prevail!’. These phrases may ignite enthusiasm, but they are only momentary sparks. True freedom and truth are forged with the hammer of constant, individual action, sustained over time.

In a living democracy, truth is not an abstract concept but a practice: the intellectual honesty that drives us to recognize reality, even when its reflection makes us uncomfortable. It is the courage to look the facts squarely in the face, no matter how painful.

Freedom, on the other hand, goes beyond the simple absence of chains. It is the ability to speak out in dissent and to participate actively in public life without being paralyzed by fear of reprisals. It is the courage to express our ideas, question the status quo, and demand accountability.

These two values, truth and freedom, are intrinsically intertwined. Building a robust democracy requires a willingness to listen to diverse perspectives, debate ideas with passion and respect, and speak out against injustice and falsehood, even when the path becomes perilous.

Imagine a society where freedom is stifled. The search for truth is obscured, critical voices are silenced, and information is manipulated. In contrast, in a society where truth is ignored, where misinformation runs rampant, freedom is eroded, giving way to manipulation and chaos.

Therefore, democracy is not a gift we receive but a garden we cultivate and care for daily.

 

marzo 20, 2025

El desafío de enganchar a las audiencias

Me preguntaron -como si supiera- qué se necesita para escribir una novela. Me siento demasiado arrogante e incómodo para enseñar sobre un oficio en el que apenas estoy despuntando y aprendiendo. Hubiera preferido que me pregunten sobre cómo escribir una nota periodística que enganche al lector, en una época en la que la competencia por la atención es el gran desafío.

No tengo mucha experiencia en novelas, pero esto es lo que aprendí en un par de años intentándolo. Talento, poco. Coraje, mucho. Crear (y creer en) una historia, esencial. Aprender, siempre. Leer, toneladas. Escribir, más toneladas y perseverancia. Editar, corregir, reescribir y revisar, sin miedo y con audacia.

Tiempo atrás, después de escribir verdades sobre sobre periodistas y libertades en varios libros de no-ficción, quise contar historias ficticias. Como cualquier mortal, sin talento innato para la disciplina y con mi mentalidad siempre orientada a los hechos debido a mi oficio de periodista, me puse a buscar y aprender sobre la nueva disciplina. Me harté consumiendo cursos por YouTube, podcasts, webinarios, manuales sobre cómo escribir novelas, cómo crear el concepto, la estructura, la trama, los personajes, los diálogos, los dilemas morales, las ironías y decenas de técnicas sobre el fascinante mundo de la ficción. Todo fue muy útil, pero un libro, más que otros, me desafió y me sigue desafiando: “The Secrets of Story”, de Matt Bird. Me hubiera gustado que Bird hubiera sido más indulgente con mis sueños de cómo escribir novelas o contar historias. Pero Bird se metió de lleno a pelear en contra de mis ideas y prejuicios. Lo sentí tosco, amoral, sinsentido. Sin embargo, poco a poco, tras releerlo, y escucharlo en Spotify, fui descubriendo sus enseñanzas.

En esencia, "The Secrets of Story" enseña que una historia solo funciona si presenta un personaje (héroe o antihéroe) con el que la audiencia pueda identificarse o por el que sienta algún tipo de conexión emocional, hasta el punto de tomar partido en su viaje.

Suena simple, pero es muy difícil mantener la cabeza en la audiencia cuando uno se concentra en la historia. Más allá de su definición, me envalentó al descubrir que un novelista, así como un periodista, debe narrar una historia con significado, que sea útil y relevante para enganchar a la audiencia. García Márquez, periodista y novelista, supo hacerlo mágicamente con perfección.

 

The Challenge of Hooking the Audience

I was asked - as if I knew - what it takes to write a novel. I feel too arrogant and uncomfortable to teach about a craft in which I am just getting started and learning. I preferred to be asked about how to write a news story that engages the reader in an age when competition for attention is a great challenge.

I don't have much experience writing novels, but this is what I learned in a couple of years of trying: Talent, not much. Courage, a lot. Creating (and believing in) a story is essential. Learning, always. Reading, tons. Writing, more tons, and perseverance. Editing, correcting, rewriting, and revising fearlessly and boldly.

Some time ago, after writing truths about journalists and freedoms in several non-fiction books, I wanted to tell fictional stories. Like any mortal, with no innate talent for the discipline and with my mindset always oriented to facts due to my profession as a journalist, I set out to search and learn about the new discipline. I got fed up consuming YouTube courses, podcasts, webinars, manuals on how to write novels, how to create the concept, the structure, the plot, the characters, the dialogues, the moral dilemmas, the ironies, and dozens of techniques about the fascinating world of fiction. It was all beneficial, but one book, more than others, challenged and continues to challenge me: "The Secrets of Story" by Matt Bird. I wish Bird had been more forgiving of my dreams of how to write novels or tell stories. But Bird jumped right in to fight against my ideas and prejudices. It felt crude, amoral, nonsensical. After rereading it and listening to it on Spotify, I gradually discovered its lessons.

In essence, "The Secrets of Story" teaches that a story only works if it presents a character (hero or anti-hero) that the audience can identify with or feel some emotional connection for, to the point of taking sides in their journey.

It sounds simple, but keeping your head in the audience is very hard when you're focused on the story. Beyond its definition, I was emboldened to discover that a novelist and journalist must tell a meaningful, valuable, and relevant story to engage the audience. García Márquez, journalist and novelist, magically knew how to do this with perfection.

 

marzo 17, 2025

"Lleno de vacío"

No escribo estas líneas para promocionar una novela, sino para reiniciar. Tras sumergirme por completo en la creación de “Robots con Alma: atrapados entre la verdad y la libertad”, me encontré de repente "lleno de vacío". Una paradoja que viví tras sentirme lleno de ideas, energía y propósito, solo para caer en un profundo vacío interior.

No es una resaca fácil de afrontar. Les ocurre a muchos: el maratonista que cruza la meta tras meses de entrenamiento o el periodista que expone un gran caso de corrupción tras una investigación arriesgada. Leila Guerriero lo confiesa dolorosamente en una columna reciente de El País: “Mientras escribo un libro renuncio a una notable porción de vida, pero cuando lo termino, la vida renuncia a mí”.

Es una sensación desconcertante que trasciende la fuerza de voluntad o la disciplina. Es química pura: durante el proceso creativo, el cerebro libera un torrente de sustancias que, al terminar, cae en picada, dejándonos vacíos. A esta paradoja de sentirse "lleno de vacío" se suman otras tensiones que ocurren durante el proceso creativo: la parálisis ante infinitas opciones, el bloqueo del perfeccionismo o la espera de una inspiración repentina. Picasso encaró esta última con mucha astucia: “que la inspiración me encuentre trabajando”.

Siguiendo aquel consejo, me he obligado a escribir, aunque sin un rumbo claro, como antídoto para convocar la creatividad. Porque escribir, aún en el vacío, es volver a llenarse.

"Full of Emptiness"

I am not writing these lines to promote a novel but to reboot. After fully immersing myself in the creation of "Robots with Soul: Trapped between Truth and Freedom," I suddenly found myself "full of emptiness." A paradox I experienced after feeling full of ideas, energy, and purpose, only to fall into a deep inner emptiness.

It's not a manageable hangover to deal with. It happens to many: the marathon runner who crosses the finish line after months of training or the journalist who exposes a significant corruption case after a risky investigation. Leila Guerriero painfully confesses it in a recent column in El País: "While I write a book, I renounce a notable portion of life, but when I finish it, life renounces me."

It is a disconcerting sensation that transcends willpower or discipline. It is pure chemistry: during the creative process, the brain releases a torrent of substances that, when finished, plummets, leaving us empty. In addition to this paradox of feeling "full of emptiness," other tensions occur during the creative process: paralysis in the face of infinite options, the blockage of perfectionism, or the wait for a sudden inspiration. Picasso faced the latter with great astuteness: "May inspiration find me at work."

Following that advice, I have forced myself to write, albeit without a clear direction, as an antidote to summon creativity. Because to write, even in a vacuum, is to fill oneself up again.

marzo 12, 2025

La ironía de la libertad

Existen dos tipos de libertad, la propia y la ajena. Una es la que gerenciamos y depende estrictamente de nuestra conciencia y de las decisiones que tomamos. Podemos estar presos en una celda de máxima seguridad, pero mentalmente libres.

La otra libertad no depende de nosotros. Un dictador cubano puede cerrar su país o una decisión macroeconómica, como la guerra tarifaria emprendida por Donald Trump, puede oprimir nuestro libre albedrío, al ponernos de frente a tomar decisiones de bolsillo para la que no estamos preparados o no tenemos el conocimiento adecuado.

Esta dualidad de la libertad nos enfrenta a una paradoja constante: somos dueños de nuestro mundo interior, pero vulnerables a las fuerzas externas que lo modelan. La libertad propia, esa fortaleza mental que reside en la conciencia, nos permite resistir la opresión y encontrar paz en medio del caos. Sin embargo, la libertad ajena, esa esfera de influencia que escapa a nuestro control, nos recuerda nuestra fragilidad. Los sistemas políticos, económicos y sociales, con sus fluctuaciones impredecibles e incertidumbre, limitan nuestras opciones y condicionan nuestro bienestar. 

En mi nueva novela, “Robots con Alma: atrapados entre la verdad y la libertad” (lista para publicarse) investigo y planteo sobre esta dualidad que las máquinas no sufren. Mejor dicho, no sufrían, hasta que a Dios se le ocurrió dotar de alma y conciencia a los robots. A partir de ahí, lo que parecía un regalo, fue una condena: los robots con alma deben aprender a abrazar la ironía de ser libres y estar encadenados al mismo tiempo.



The irony of freedom

 

There are two types of freedom: our own and the one conditioned by others. One is the one we manage, which depends strictly on our conscience and decisions. We can be imprisoned in a maximum-security cell but mentally free.

The other freedom does not depend on us. A Cuban dictator can shut down his country, or a macroeconomic decision, such as the tariff war waged by Donald Trump, can oppress our free will by putting us face to face to make pocketbook decisions for which we are not prepared or do not have adequate knowledge.

This duality of freedom confronts us with a constant paradox: we are masters of our inner world but vulnerable to the external forces that shape it. Our liberty, the mental strength in our conscience, allows us to resist oppression and find peace amid chaos. However, the freedom others give, that sphere of influence beyond our control, reminds us of our fragility. With unpredictable fluctuations and uncertainty, political, economic, and social systems limit our choices and condition our well-being.   

In my new novel, “Robots with Soul: Trapped Between Truth and Freedom” (forthcoming), I investigate and argue about this duality that machines do not suffer. Or rather, they did not suffer until God came up with the idea of endowing robots with souls and consciousness. From then on, what seemed like a gift became a condemnation: robots with souls must learn to embrace the irony of being free and chained simultaneously.


marzo 10, 2025

La autosuperación como inspiración

En el post anterior me referí al best-seller “The Artist’s Way” (El camino del artista) de Julia Cameron, como uno de los libros que me inspiraron a escribir esta nueva historia “Robots con Alma”. En todos mis años he leído y releído muchos libros. Algunos despertaron mi curiosidad por nuevos temas, otros a ser más creativo y algunos, lo más importantes, a cambiar mi forma de apreciar el mundo y mi contexto. Extraje el jugo de esas re-lecturas según mi edad, experiencias y conocimientos del momento.

Entre esos libros se encuentran dos que son fundamentales. “Narciso y Golmundo” de Herman Hess, quien lo escribió en 1958. Y “Juan Salvador Gaviota”, escrito por Richard Bach en 1970. Ambos son historias de superación y esperanza, como la vida misma. Comparten un hilo conductor poderoso: la búsqueda de la propia identidad y el anhelo de trascender las limitaciones impuestas por la sociedad.

En "Narciso y Golmundo" los dos personajes trepan caminos distintos hacia la autorrealización. Narciso, con su vida contemplativa busca la sabiduría, a través del intelecto. Golmundo la busca a través de las experiencias. Ambos aprenden de sí mismos y descubren que la sabiduría se extrae de la integración de ambas búsquedas, la intelectual y las experiencias humanas. Por su parte, “Juan Salvador Gaviota”, nos enseña el valor de la perseverancia y la pasión para alcanzar los sueños, incluso a desafiar los límites de su bandada, en busca de la verdad y la libertad.

¿Y qué tienen que ver estos libros de Hesse y Bach con el de Cameron? Simple: nos invitan a explorar nuestro mundo interior y a descubrir el camino hacia la superación personal.

Las tres obras nos recuerdan que la vida es un viaje de aprendizaje constante, y que la clave para alcanzar la felicidad reside en la búsqueda interior de la verdad y la libertad, la conexión con nuestra esencia. Ya sea a través de la espiritualidad, el intelecto o las experiencias sensoriales, todos tenemos la capacidad de "volar" hacia nuestros sueños y alcanzar la trascendencia.

Self-improvement as inspiration

In the previous post, I referred to the best-seller "The Artist's Way" by Julia Cameron as one of the books that inspired me to write this new story, "Robots with Soul." In all my years, I have read and reread many books. Some awakened my curiosity for new topics, others to be more creative, and some, most importantly, to change how I appreciate the world and my context. I extracted the juice from those re-readings according to my age, experiences, and knowledge.

Among those books are two that are fundamental. "Narcissus and Golmundo" by Herman Hess, who wrote it in 1958. And "Juan Salvador Gaviota," written by Richard Bach in 1970. Both are stories of overcoming and hope, like life itself. They share a powerful common thread: the search for one's identity and the yearning to transcend the limitations imposed by society.

In "Narcissus y Golmundo," the two characters climb different paths toward self-realization. Narcissus, with his contemplative life, seeks wisdom through the intellect. Golmundo seeks it through experiences. Both learn from themselves and discover that wisdom is extracted from the integration of both searches, the intellectual and human experiences. "Jonathan Livingston Seagull," on the other hand, teaches us the value of perseverance and passion to achieve dreams, even to defy the limits of his flock, in search of truth and freedom.

And what do these books by Hesse and Bach have to do with Cameron's book? Simple: they invite us to explore our inner world and discover the path to self-improvement.

All three works remind us that life is a constant learning journey and that the key to happiness lies in the inner search for truth and freedom, the connection with our essence. Whether through spirituality, intellect, or sensory experiences, we can "fly" toward our dreams and achieve transcendence.

marzo 07, 2025

La verdad y la libertad como brújulas

Me preguntaron: ¿por qué escribes? La respuesta es simple: es una necesidad. Escribir, antes que nada, me permite ordenar la cabeza. Y aunque todo periodista o escritor lo hace para llegar o inspirar a alguien, en mi caso, también es para encontrar la inspiración. Enfrentar el “papel” a diario es un gran desafío, incluso para hacerlo en unas cuantas líneas como en este post. He leído mucho sobre porqué leer y para qué escribir, en especial sobre los procesos metales de la creatividad. El libro que me pareció más acertado sobre cómo despertar la creatividad es el best-seller “The Artist’s Way” de Julia Cameron, al que leí y releí hasta el cansancio. Lo recomiendo. Es una fuente de inspiración creativa o, en el mejor de los casos, es un manual de cómo despertar la creatividad. Cameron recomienda escribir todos los días, no importa qué. El solo hecho de escribir despierta la creatividad. ¡Es la fórmula!

En mis más de cuatro décadas como periodista y defensor de la libertad de prensa, escribí toneladas de palabras. Y siempre tuve a la verdad y la libertad como brújulas. Analicé la realidad y comprendí al mundo, con todos sus matices, a través de esos dos valores y, también, con sus contravalores: la mentira y la opresión.

Después de décadas de experimentar esas virtudes y desvalores, como lo hice en 1993 al publicar “La dolorosa libertad de prensa: en busca de la ética perdida”, creí necesario enfrentar los mismos temas, los mismos miedos, pero en una novela de ficción. Así nació “Robots con alma: atrapados entre la verdad y la libertad”, una “investigación” mental de por qué y cómo estos valores y desvalores mueven todo en el universo.

 


Truth and freedom as compasses

I was asked: why do you write? The answer is simple: it is a necessity. First, writing allows me to put my head in order. And although every journalist or writer does it to reach or inspire someone, in my case, it is also to find inspiration. Facing the "paper" daily is a big challenge, even if done in a few lines, as in this post. I've read a lot about why to read and what to write, especially about the mental processes of creativity. The book I found most accurate on how to awaken creativity is the best-seller "The Artist's Way" by Julia Cameron, which I read and reread ad nauseam. I recommend it. It is a source of creative inspiration or, at best, a manual on awakening creativity. Cameron recommends writing every day, no matter what. Just the act of writing sparks creativity - it's the formula!

I wrote tons of words in my more than four decades as a journalist and press freedom advocate. And I always had truth and freedom as my compasses. I analyzed reality and understood the world, with all its nuances, through those two values and their countervalues: lies and oppression.

After decades of experiencing those virtues and disvalues, as I did in 1993 when I published "The Painful Freedom of the Press: In Search of Lost Ethics," I thought it necessary to face the same issues and fears, but in a fictional novel. Thus, "Robots with Souls: trapped between Truth and Freedom" was born, a mental "investigation" of why and how these values and their counterparts move everything in the universe.

febrero 28, 2025

Mi nueva novela: ROBOTS con ALMA

A partir de este espacio (por ahora en construcción) estaré publicando temas inherentes a mi faceta de escritor. Les presentaré mi nueva novela "ROBOTS con ALMA", los procesos creativos, los personajes, la trama.

Quiero que esta entrada sea un parteaguas, con los archivos anteriores de este blog, llamado antes "Prensa y Expresión", en el que compartí muchas entradas, en particular, diez años de labor ininterrumpida como columnista de más de 40 medios de comunicación de las Américas. 

Tensión entre la verdad y la libertad

Desde mis inicios en el periodismo hasta mi actual exploración en la ficción, la relación entre verdad y libertad siempre me ha fascinado. S...